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“GOTA ENFERMEDAD DE REYES”

La gota fue descrita por los egipcios en el año 2640 a. de C.; posteriormente,
Hipócrates refirió su relación con la ingesta excesiva de alimentos y vino, así como la
tendencia a presentarse más frecuentemente en hombres de edad “madura” y de
recursos económicos holgados, por lo que la denominó “enfermedad de Reyes”.(1)
La gota es una enfermedad crónica potencialmente curable. Es la artritis más
frecuente en el ser humano y su incidencia y prevalencia prácticamente se han
duplicado en los últimos 30 años. Sin embargo, su tratamiento aún es en gran medida
insuficiente en atención primaria. En un estudio reciente realizado en Reino Unido en
2012, sólo un 37,6% de los pacientes con gota recibían un tratamiento
hipouricemiante.(2)
La gota se debe a la precipitación de los cristales de urato en los tejidos y la respuesta
inflamatoria subsiguiente. La gota aguda por lo general produce una monoartritis distal
muy dolorosa, pero también puede causar destrucción de las articulaciones, depósitos
subcutáneos (tofos) y cálculos y lesión renal. La gota afecta a cerca del 0.5 al 1% de
la población de los países occidentales.(3)
¿Existe algo realmente nuevo en el tratamiento de la gota y de la hiperuricemia?
La respuesta es afirmativa, sin ninguna duda, gracias a los avances significativos a
los que se asiste en la epidemiología, la genética, los criterios diagnósticos, la
detección sistemática de las enfermedades concurrentes, las pruebas de imagen, los
tratamientos del acceso gotoso y los tratamientos hipouricemiantes.(2)
El objetivo del tratamiento de la gota es suprimir el dolor de los accesos de gota,
prevenir los accesos de gota posteriores y retardar o prevenir la formación de tofos y
de cálculos renales(3)
Las nuevas recomendaciones de la EULAR de 2016 para el tratamiento de la gota
constan de 14 ítems; la remisión a una recomendación se indica en el texto por la
mención RT seguida del número de la recomendación.(2)
El tratamiento farmacológico de la gota consta del tratamiento del acceso de gota, el
tratamiento hipouricemiante y la prevención de los episodios de gota inducidos por el
tratamiento hipouricemiante. (2)
Tratamiento del acceso de gota
La colchicina oral y/o los AINE son los tratamientos de primera línea del acceso de
gota: si no existen contraindicaciones, los AINE son convenientes y muy adecuados;
los corticoides son útiles si existen contraindicaciones para la colchicina y los AINE.
La elección del mejor tratamiento depende de las contraindicaciones, de su eficacia y
de su tolerabilidad.(2,4)
Tratamiento hipouricemiante
Cuanto antes se trate el primer síntoma, más probabilidades habrá de disolverlos
depósitos de cristales de urato y de curar la gota. Los tratamientos hipouricemiantes
deben comenzarse en dosis baja y después aumentarse progresivamente hasta
obtener el objetivo de uricemia, que debe mantenerse de por vida (RT7). (2,5)
Los métodos terapéuticos son:
 los inhibidores de la xantina oxidasa (alopurinol, Febuxostat)
 los uricosúricos(Probenecid y benzbromarona, Lesinurad)
 las uricasas (cf impacto de las moléculas sobre el metabolismo del ácido úrico
 Moléculas futuras Se han desarrollado nuevas moléculas: inhibidores de la
xantina oxidasa (topiroxostat, comercializado en Japón), uricosúricos
(arhalofenato, fase IIb; verinurad, fase IIa), inhibidor de la purina nucleósido
fosforilasa (ulodesina, fase III prevista).(2)
Tratamiento profiláctico de los accesos de gota
Durante el inicio de un tratamiento hipouricemiante, se requiere un tratamiento
profiláctico de los accesos, se da prioridad a la colchicina (0,5 mg/día) (RT4); si la
colchicina está contraindicada o se tolera mal, se puede proponer los AINE en dosis
bajas (RT8), si no existen contraindicaciones.(3)
El tratamiento de la gota ha cambiado considerablemente en los últimos 5 años. Un
tratamiento con objetivos que deben alcanzarse es esencial para un tratamiento eficaz
de la gota, pues el descenso de la uricemia a largo plazo permite la disolución de los
cristales y, al final, la desaparición de los accesos gotosos. Aunque existen
tratamientos eficaces de la gota, la utilización de los tratamientos hipouricemiantes es
imperfecta y la adhesión de los pacientes al tratamiento es mediocre. El tratamiento
a largo plazo requiere una educación completa del paciente, un control de los factores
de riesgo modificables.
Referencias Bibliograficas
(1)gota; Rev. Fac. Med.
(Méx.);2014,57(4).http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0026-
17422014000400058

(2)G. Chalès, G. Coiffier, J.-D. Albert ; Gota ; EMC-aparato locomotor ;2017;50(40):1-


121.https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1286935X17872245?via%3Dihub

(3)goodman y gilman. LAS BASES FARMACOLOGICAS DE LA TERAPEUTICA. 12th ed. Mc Graw Hill; n.d.

(4) josé Luño,Marian Goicoechea, Soledad García-de Vinuesa,introduccion :avances en el tratamiento


de la gota en pacientes con insuficiencia renal ;2012;3(2):1-22.
https://www.revistanefrologia.com/es-introduccion-avances-el-tratamiento-gota-articulo-
X2013757512000814
(5) Zimmermann-Górska I., Reumatologia – postepy 2016, Med. Prakt., 2017, 4: 68-
84.https://empendium.com/manualmibe/noticias/181660,avances-en-reumatologia-gota

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