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¿DEMOCRACIA O DEMARQUÍA?

Luis Alberto Fernández Ramírez.*

1. INTRODUCCIÓN.
El presente ensayo tiene por objeto analizar las principales ideas que
Friedrich Hayek expresa en el tercer volumen de su obra “Derecho, Legislación
y Libertad” titulado “El Orden Político de una Sociedad Libre”, adicionando los
comentarios y opiniones propias de quien escribe. En esta ocasión se seleccionó
como objeto de exposición, el último tema abordado por el autor en el capítulo
XIII de la obra citada, cuyo epígrafe también titula el presente trabajo.

Previo a entrar de lleno en el análisis respectivo de dicho parágrafo,


necesario resulta el definir los conceptos base que se desarrollan en el presente
trabajo, a efecto de tener claridad respecto al verdadero significado de cada uno
de ellos, así como a la adecuada diferenciación entre ambos. (Cabanellas de
Torres, 1993), al referirse al vocablo democracia indica:
Esta palabra procede del griego demos, pueblo, y cratos, poder, autoridad. Significa el
predominio popular en el Estado, el gobierno del pueblo por el pueblo; o, al menos, a través
de sus representantes legítimamente elegidos, que ejercen indirectamente la soberanía
popular, en ellos delegada.

Por su parte, (wikipedia, 2019), al tratar el concepto de demarquía señala


lo siguiente:
Demarquía o estococracia (en francés: tirage au sort (o suffrage par le sort, élection par le
sort); en español también se usa insaculación; en inglés: sortition, allotment o
bien demarchy término acuñado por por Peter Dienel y Burkhard Wehner y desarrollado

*Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Abogado y Notario, Universidad Rafael Landívar. Maestro en Ciencias en
Derecho Civil y Procesal Civil, Universidad San Carlos de Guatemala. Master en Ciencias Forenses, Universidad de
Valencia, España. Doctorando en Derecho, Universidad San Carlos de Guatemala. Doctorando en Ciencias Políticas y
Sociales, Universidad de Occidente. Juez de Sentencia de Quetzaltenango. Organismo Judicial, Guatemala.
en el siglo XX por el filósofo australiano John Burnheim; en alemán: Demarchie), es
un sistema político de gobierno, en el cual el Estado es gobernado por ciudadanos
elegidos aleatoriamente. Se trata de una democracia realizada por sorteo, suprimiendo
las elecciones y los partidos políticos pero capacitando a todo el pueblo para que cualquier
ciudadano esté en condiciones de ser útilmente elegido.

2. DEL REAL SIGNIFICADO DE DEMOCRACIA.


Descritas debidamente ambas definiciones, es oportuno señalar como Hayek
al empezar su exposición hace una crítica directa sobre la tergiversación que
actualmente se hace del significado real del vocablo democracia; donde se le
transforma de su sentido original (ver definición anterior), hasta hacerle perder
todo su expreso significado convirtiéndolo en un vocablo fetiche que cualquier
persona o grupo utiliza con el afán de justificar o dar apariencia de legitimidad
a cuanta pretensión se desee, buscando con ello lograr la aceptación por parte de
las demás personas; siendo además utilizado dicho vocablo en cualquier ámbito
-aun en los más impropios- donde su uso pierde todo sentido, de allí su
generalizada traslación. Esta traslación desde el ámbito político –que es donde
el sistema democrático cobra sentido-, hacia otros ámbitos de la vida cotidiana,
se ha convertido en un fabuloso engaño y en una eficaz forma de manipulación
para lograr someter la voluntad de los demás, controlando de este modo la
gestión de diversas organizaciones humanas.

(Hayek, 1976) advierte, como ese cambió y generalización de lo que ha de


entenderse por democracia, resulta peligroso y hasta inviable. Literalmente el
autor acota:
Aunque soy convencido partidario de que la tarea de gobierno sea controlada teniendo en
cuenta los principios que la mayoría de los ciudadanos en cada momento sustente, y
aunque considero que solo así resulta posible garantizar, a nivel social, tanto la libertad
como la pacífica convivencia, debo sin reservas admitir que si por democracia se
entiende dar vía libre a la ilimitada voluntad de la mayoría, en modo alguno
estoy dispuesto a declararme demócrata. Me sentiré, por el contrario, obligado
incluso a manifestar que, en mi opinión, dicho modelo social no solo ha de resultar
pernicioso, sino también, a largo plazo, de todo punto inviable. (El resaltado es propio.)

El pasaje antes transcrito, explica claramente la distinción que Hayek


hace entre ambos significados de la palabra democracia. El primero de ellos, que
resulta ser el adecuado ya que es su real acepción, en tanto el segundo que
resulta ser aquella tergiversación que de la palabra democracia se ha pretendido
dar en cualquier contexto. Nótese como la noción y significado de democracia es
plenamente aplicable en el ámbito político, a efecto de limitar la actuación del
gobierno, sujetando la misma a la voluntad de la población –o al menos a la
mayoría de esta- que son quienes realmente ostentan el poder y por ende la
soberanía de un Estado. Nociones estas que al cotejarlas con el contexto nacional
actual resultan ser coincidentes con lo que establece la Constitución Política de
la República de Guatemala (Asamblea Nacional Constituyente., 1985), que
respecto al punto regula:
Artículo 140. Estado de Guatemala. Guatemala es un Estado libre, independiente y
soberano, organizado para garantizar a sus habitantes el goce de sus derechos y de sus
libertades. Su sistema de Gobierno es republicano, democrático y representativo.

Artículo 141. Soberanía. La soberanía radica en el pueblo quien la delega, para su


ejercicio, en los Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial…

Artículo 152. Poder Público. El poder proviene del pueblo. Su ejercicio está sujeto a las
limitaciones señaladas por esta Constitución y la ley. Ninguna persona, sector del pueblo,
fuerza armada o política, puede arrogarse su ejercicio.

Como puede apreciarse, el sistema democrático, es un sistema de gobierno,


es decir funciona para el ámbito político, precisamente para garantizar que la
función del Gobierno sea acorde a la voluntad del pueblo que es quien en
definitiva ostenta el poder y la soberanía del Estado; por lo que la actuación de
los gobernantes, es posible y se legitima, única y exclusivamente a raíz de la
delegación que el pueblo hace en ellos {sistema representativo}, la mayoría de la
veces a través de la elección popular (procesos electorales, sufragio.)

Corresponde a continuación, referirse al otro uso que se ha dado del


vocablo democracia –el inadecuado o tergiversado-, el cual tal y como Hayek lo
advierte se extrae del ámbito donde tiene sentido y se le pasa hacia cualquiera,
utilizándolo como método para manipular la forma de la toma de decisiones en
diversos ámbitos y esfera de la vida incluso las más privadas. A esto fue a lo que
Hayek se refirió cuando señaló: “dar vía libre a la ilimitada voluntad de la
mayoría.” Aspecto este que al ser mal entendido, fácilmente puede advertirse
que se convierte en un gran peligro para todas las personas –especialmente para
aquellas que son minoría-, pues tal método pone en riesgo latente la libertad así
como la propiedad de cada individuo.

La razón es simple, la opinión conteste de la mayoría, sería suficiente para


atropellar cualquiera de los derechos de la minoría. Con toda razón, a esta mal
entendida democracia se le ha denominado “la tiranía de las mayorías”
(Zuckermann, 2016), citando a James Madison, señaló:
Madison, uno de los más brillantes constitucionalistas de Estados Unidos, lo tenía muy
claro. Estaba a favor de la regla reina de la democracia, es decir, el derecho de la mayoría
a decidir. Pero también le preocupaba que una mayoría pisoteara los derechos de las
minorías. Esto tampoco era democrático…

Véase como este modelo ha sido utilizado de forma común y cotidiana en


las relaciones sociales que se dan entre individuos, para manipular la toma de
decisiones buscando legitimar las mismas, aun y cuando tales decisiones
vulneren derechos individuales. Para ilustración unos cuantos ejemplos:
a) En un salón de clases hay 13 alumnos (10 varones y 3 mujeres), al finalizar
las clases algún grupo debe quedarse a hacer la limpieza del aula. ¿Quién
creen que se quedará haciendo limpieza, los hombres o las mujeres?
¿Cómo se llegó a esa decisión?
b) En una población hay necesidad de construir una carretera para mejorar
el acceso a dicha población, esto beneficiará a toda la comunidad. Pero
para que la carretera se construya, es necesario que la misma atraviese el
terreno de don Juan, quien rotundamente se niega a dar autorización para
que la carretera pase por su propiedad y tampoco desea vender la misma.
De conformidad con este modelo democrático ¿Se construirá la carretera o
no?
c) –El más simple y hasta infantil.- Hay 8 lobos y 2 ovejas. ¿Cuál será la
cena?

Nuevamente nótese del peligro que se viene hablando, como simples ejemplos
ilustran y ponen de manifiesto que en todos los casos la mayoría ganó, es decir,
la decisión se tomó por lo que la mayor parte de individuos consideraron mejor.
Sin embargo, esto en modo alguno legitima o permite la vulneración de los
derechos de la persona individualmente considerada. Parafraseando lo que el
autor ha referido con antelación, no importa si un sujeto viola mi derecho, o si
son dos, o tres o incluso son la mayoría de sujetos, sigue siendo una violación a
mi derecho. De allí que el concepto de democracia utilizado en este sentido no
solo sea pernicioso, sino hasta inviable como Hayek apuntó.

3. DE LA DEMARQUÍA.
Como quedó anotado en el primer punto y es de común conocimiento, la
palabra democracia proviene de los vocablos “demo” que significa pueblo y
“kratos” que significa poder. Sin embargo, Hayek hace una ilustrativa
explicación de la razón de selección del verbo “kratos” para conformar el término
democracia, estableciendo que si bien es cierto “kratos” hace referencia a poder,
específicamente se refiere a la fuerza bruta.

Por lo que resultaría más adecuada la utilización del verbo “archein” que hace
referencia a mando o gobierno, términos estos que resultan más precisos para
referirse al real significado de la palabra, con lo cual se diría el gobierno del
pueblo y no simplemente el poder de éste, lo que a su vez daría lugar al
surgimiento de la palabra demarquía (recordar definición anterior.)

Este simple cambio terminológico provocaría un cambio sustancial capaz de


corregir la tergiversación que se está dando actualmente al término democracia
-expuesto en el punto anterior-, toda vez que de modo claro y expreso se
comprendería que su uso es solo aplicable en la esfera del Gobierno. Tal y como
(Hayek, 1976), lo manifiesta:
…designemos por medio del término demarquía ese ideal para el cual fuera inicialmente
utilizada la expresión democracia, a través del proceso mediante el que llegó a desplazar el
aún más antiguo vocablo isonomia, que hacía a su vez referencia al ideal consistente en que
todos los ciudadanos estuvieran sometidos a una misma ley. Dispondríamos con ello de ese
nuevo vocablo que tan esencial resulta hoy a la preservación del ideal que no ocupa…

Como corolario, es oportuno mencionar que dicho término de hecho ya ha sido


utilizado para hacer referencia a cierto sistema de Gobierno, aquel en el cual los
gobernantes no son elegidos a través de elecciones sino a través de la suerte o
del azar. (Mueller, 2018), expresó:
La demarquía (también llamada insaculación) es una forma de gobierno que selecciona a
los representantes del pueblo al azar de entre un grupo de candidatos. Ese gobierno
seleccionando a los representantes del pueblo por lotería en lugar de por elecciones puede
remontarse a una historia venerable.
Para Aristóteles, elegir a los representantes políticos del pueblo por sorteo en lugar de
votación distingue a la democracia del gobierno oligárquico: “Así que es (…) democrático
ocupar los cargos por sorteo y para la oligarquía por voto” (Aristóteles, Política, IV, 9,
1294b 7-9). Igualmente, para Montesquieu, en El espíritu de las leyes, el procedimiento
de la lotería se corresponde con “la naturaleza de la democracia”.
En las antiguas polis griegas, tanto para el “Gran Consejo de los 500” como para los jueces
y algunos cargos públicos, la selección se hacía por sorteo y todavía es así parcialmente en
Suiza.
En la República de Venecia, el procedimiento de selección del gobierno y sus miembros
usaba la lotería de muchas maneras, Hasta el siglo XVII, Inglaterra también practicaba
el sistema del sorteo. Hoy, la tecnología moderna ofrece la posibilidad de aplicar
procedimiento de selección al azar para grandes poblaciones.

Extremo este que el Barón de Montesquieu (Louis, 1906) en su ilustre obra


“El Espíritu de las Leyes” al abordar el tema señaló:
La elección por suerte es propia de la democracia: por sufragio, de la aristocracia. La
suerte es un medio de elección que no molestará a nadie y dejará a todos los ciudadanos
la esperanza razonable de servir a su patria. Sin embargo, como es defectuoso en sí mismo,
los grandes legisladores se han esmerado en ordenarlo y corregirlo.

Trabajos citados
Asamblea Nacional Constituyente. (1985). Constitución
Política de la República de Guatemala. Guatemala.:
Cultural Guatemalteca.

Cabanellas de Torres, G. (1993). Diccionario Jurídico


Elemental. Heliasta S.R.L.

Hayek, F. (1976). Derecho, Legislación y Libertad. España:


Unión Editorial S.A.

Louis, D. S. (1906). El Espíritu de las Leyes. Madrid:


Libreria General de Victoriano Suarez.

Mueller, A. P. (04 de 06 de 2018).


https://mises.org/es/wire/olvidemos-la-democracia-
electoral-y-demos-una-oportunidad-la-"demarquía".

wikipedia. (03 de 07 de 2019).


https://es.wikipedia.org/wiki/Demarquía.

Zuckermann, L. (28 de 06 de 2016).


https://www.excelsior.com.mx/opinion/leo-
zuckermann/2016/06/28/1101494.

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