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Durante nuestro recorrido profesional en la docencia atravesamos cambios curriculares,

cambios estructurales propios del sistema, modificaciones horarias, cambios tecnológicos,


cambios disciplinares; pero hay algo que no cambia y es el trabajo con otros. La docencia es
esencialmente el trabajo con el otro. No es ya una tarea "formativa" en el sentido de darle
forma al pensamiento de nuestros estudiantes. Es una tarea principalmente de apertura,
abrirnos a lo que el otro tiene para decir, para expresar; abrirnos al encuentro de lo diferente.
En esta línea de aperturidad, el curso de Educación Sexual Integral que he decidido emprender
no tiene un trasfondo utilitario, no cuento con que me "servirá" para realizar una acción
específica sino, por el contrario, cuento con que transformará mi subjetividad ampliando mi
horizonte de conocimientos, confrontándome a mí misma con ideas preconcebidas, poniendo
en tela de juicio la realidad como viene dada y como pretende ser según discursos de poder.
Por lo que, en la medida en que el curso me ponga en diálogo con la actualidad siempre nueva
y ponga mi subjetividad en juego con la diferencia y con lo común, con lo ajeno y lo propio, con
lo vital, lo recurrente, lo urbano, lo social, lo normativo y lo disidente, lo pensado y lo vivido, lo
contradictorio y lo establecido; renovaré la aperturidad propia de la docencia. La docencia
abierta al encuentro hace significativa la tarea diaria.

Al completar el curso y durante el transcurso del mismo, considero importante desarrollar


habilidades tales como: identificar las normativas vigentes en relación a la Educación Sexual
Integral, reconocer los diferentes contextos en que tiene regulación y cuáles son los modos
posibles de abordar una problemática en el marco de la ESI; así como también elaborar
proyectos pedagógicos acordes a la realidad concreta de un ambiente educativo local cuyo eje
sea la problematización de las temáticas a las que responde la ESI. Además, considero
fundamental terminar el curso contando con las habilidades que me permitan desplegar
diversas líneas de acción pedagógicas en consonancia con la realidad actual que nos convoca y
despierta tantos intereses en nuestros jóvenes y adultos.

A nuestro tutor/a le agradezco la cálida bienvenida al curso y depositaré tan sólo una
expectativa en él/ella: que nuestra comunicación sea fluida y enriquecedora, en todas sus
formas.

Las actividades propuestas por el curso contarán con mi predisposición de una hora diaria
pero, en cuanto la actividad lo demande, no tendré problema alguno en aumentar la
disposición horaria.

Organizaré mi tiempo semanal en pos de este curso, dedicando una hora diaria a las
actividades propuestas. Como me lo permite la distribución de mi jornada laboral, dispongo de
la tarde para concentrarme en las tareas planteadas.

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