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2
evaluó los acontecimientos de ese día como la culminación de
2
Un análisis más detallado sobre esta mitificación puede verse en Carole LEAL
CURIEL, “El 19 de Abril de 1810: ‘La mascarada de Fernando’ como fecha
fundacional de la Independencia de Venezuela” en G. CARRERA DAMAS; C. LEAL
CURIEL; G. LOMNÉ; F. MARTÍNEZ (coordinadores), Mitos políticos en las sociedades
andinas: Orígenes, invenciones y ficciones, Editorial Equinoccio-Universidad Simón
Bolívar, Université de Marne-la-Vallée; Instituto Francés de Estudios Andinos
(IFEA), Caracas, 2006.
3
Venezuela se sumó a la causa de Caracas iniciada ese jueves
4
Fernando VII y España, quedó enterrada bajo el brillo del
3
Sobre el tema del republicanismo en Venezuela, y en particular de su primera
época, véanse los trabajos pioneros de Luis Castro Leiva, cuyos escritos han
logrado mostrar, contrariando a lo que recientemente se ha sostenido para
Hispanoamérica, cómo se produce la conjugación de diversos lenguajes
republicanos –el lenguaje de la sociedad comercial y el lenguaje del
republicanismo cívico-humanista– durante ese nuestro ensayo político venezolano,
así como la permanencia y continuidad de esos lenguajes en el discurso político
venezolano de los siglos XIX Y XX. Remito especialmente a los siguientes trabajos: El
dilema octubrista, 1945-1947, Lagoven, Caracas, 1987; “República, Revolución y
Terror”, Caracas, 1989; “The dictatorship of virtue or Opulence of Commerce”, pp.
195-240, en JAHRBUCH für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft
Lateinamerikas, 1992; De la patria boba a la teología bolivariana, Monte Ávila Caracas,
1991; Ese octubre nuestro de todos los días: de la paideia cívica a la Revolución, Fundación
Celarg, Caracas, 1996; Sed Buenos ciudadanos, Alfadil, Caracas, 1999. Esa línea de
trabajo ha tenido continuidad a través de los trabajos de Fernando Falcón, Elena
Plaza, José Javier Blanco y Luis Daniel Perrone de la Universidad Central de
Venezuela; y Carolina Guerrero y Carole Leal de la Universidad Simón Bolívar.
5
en 1959,4 no existe ningún otro texto de análisis histórico global
4
Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia-Sesquicentenario de la
Independencia, tomos I y II.
5
G. Carrera Damas (1960): “Los ingenuos patricios del 19 de abril y el testimonio
de Bolívar”, en Crítica Histórica, Caracas, Ediciones de la Biblioteca-Universidad
Central de Venezuela, pp. 47-54; Luis Castro Leiva (1991): “La gramática de la
libertad”, en De la patria boba a la teología bolivariana, Caracas, Monteávila Editores,
pp. 59-86.
6
Véase C. LEAL, C. GUERRERO y E. PLAZA, “Liberal-liberalismo” en J. FERNÁNDEZ
SEBASTIÁN, Diccionario político y social del mundo Iberoamericano. Conceptos políticos en
la era de las revoluciones, 1750-1850, vol. I, Madrid, Fundación Carolina-Sociedad
Estatal de Conmemoraciones Culturales-Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, Madrid, 2009, pp. 836-848. En línea:
6
federal consagrados en la Constitución de 1811, nuestros años
Venezuela.
1811.
independencia absoluta.
http://www.iberconceptos.net/diccionario-politico-y-social-del-mundo-
iberoamericano.
7
Para ello procederé a examinar en la primera parte el contenido
acciones emprendidas por la Junta que se instala ese día para obtener
8
cualquier otra dominación extranjera, formado y mandado a publicar por
histórica y discursiva.
9
I. EL 19 DE ABRIL DE 1810 Y EL JUNTISMO CARAQUEÑO:
1810? Si uno lee el contenido de ese texto, visto a la luz del día de hoy,
[…] atender la salud pública de este pueblo que se halla en total orfandad,
no sólo por el cautiverio del señor don Fernando VII, sino por haberse
disuelto la junta que suplía su ausencia en todo lo tocante a la seguridad y
defensa de sus dominios invadidos por el emperador de los franceses […] a
consecuencia de la ocupación casi total de los reinos y provincias de España.7
7
El acta del 19 de abril es tomada de la edición Textos oficiales de la Primera
República, Caracas, Academia Nacional de la Historia-Colección Sesquicentenario
de la Independencia, tomo I, pp. 99-104 [resaltados nuestros].
10
caso, se trata entonces de una metáfora que refiere a la orfandad
paterna son su expresión más nítida.8 Se trata, pues, del problema que
política referida a una entidad que llaman “junta”, la cual, se nos dice,
se ha disuelto.
8
Las doctrinas de origen divino (la de origen directo y la patriarcalista) suponen
que tanto “la creación de la comunidad política como la obligación de obedecer a la
autoridad son independientes de la voluntad humana y no requieren, para nada,
del consentimiento de los individuos que van a formar parte de la comunidad”.
Sobre el punto véase Juan Carlos REY, “El pensamiento político en España y sus
provincias americanas durante el despotismo ilustrado (1759-1808)”, en J. C. REY,
R. PÉREZ PERDOMO, R. AIZPURUA y A. HERNÁNDEZ, Gual y España: La independencia
frustrada, Caracas, Asociación Académica para la Conmemoración del Bicentenario
de la Independencia-Fundación Empresas Polar, 2007, pp. 43-161 [aquí, pp. 50-51].
11
¿Por qué está ausente el rey? ¿Qué ha pasado para que el cuerpo
y ausente.
Atlántico.
rey.
península.14
13
De allí que estos dos años (1808-1810) se caractericen por una exaltación de las
virtudes, de las acciones heroicas (“morir por la patria”, “Primero morir que
someternos al yugo de Napoleón”, evocación de los héroes de la antigüedad, a
Grecia, a Roma, etc.), es un lenguaje cargado de metáforas, el águila (símbolo
imperial de Napoleón) contra el león, símbolo de la corona española. Es la estética
de la guerra contra unos invasores que se expresa en un lenguaje heroico. Y
nuestro único periódico de entonces, la Gazeta de Caracas, está cargada de epígrafes,
poemas, anuncios de obras de teatro, globos aerostáticos que exaltan el heroísmo
de “nuestros hermanos peninsulares”, sus triunfos contra las tropas usurpadoras:
“Vencer o morir por la patria, su Rey y su Religión” se lee con frecuencia en
nuestra recién estrenada Gazeta. Y en esa misma Gazeta se publicaba regularmente
la lista de los donativos “patrióticos” con los cuales los americanos ayudaban a los
peninsulares a resistir a los invasores; entre ellos, los que se habían recogido contra
el “traydor” Miranda en 1806 enviados luego en 1809 a favor de la “justa causa” de
España.
14
Véanse sobre ese intento de junta los trabajos de: Inés QUINTERO, La conjuración
de los mantuanos, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 2002; y los de
15
Y aquella Suprema Junta Central, erigida en septiembre de 1808 y
parte del poder central, y para ello fueron declarados “parte esencial e
integrante de la Monarquía”:
Carole LEAL CURIEL, “El juntismo caraqueño de 1808: Tres lecturas de una misma
fidelidad” en Alfredo Ávila y Pedro Pérez Herrero (coordinadores), Las
experiencias de 1808 en Iberoamérica, Universidad de Alcalá de Henares,
Universidad Nacional Autónoma de México, Madrid-México, 2008, pp. 309-415; y
“Juntistes, tertulianos et congressistes: sens et portée du public dans le projet de la
Junte de 1808 (Province de Caracas) en Histoire et Sociétés de l’Amerique latine,
Université de Paris VII, Nº 6, Paris, 1997, pp. 85-107.
15
El decreto, fecho en el Real Palacio del Alcázar de Sevilla el 22 de enero de 1809,
fue publicado en la Gazeta de Caracas del viernes 14 de abril de 1809, p. 1. En Gaceta
de Caracas, Caracas, Academia Nacional de la Historia-Bicentenario de Simón
Bolívar, 1983, tomo I. [resaltados nuestros]
16
igualdad política entre peninsulares y americanos, y a través de él,
16
F-X. GUERRA, Modernidad…, pp. 185-186.
17
Véase el espléndido estudio de Roberto BREÑA, El primer liberalismo español y los
procesos de emancipación de América, 1808-1824. Una revisión historiográfica del
liberalismo hispánico, México, El Colegio de México, 2006.
18
El proceso electoral de 1809 supuso dos niveles: primero, que los Ayuntamientos
de las ciudades cabeceras de provincia (Caracas, Cumaná, Maracaibo, Barinas,
Margarita y Guayana) elegían 3 individuos y de entre ellos sorteaban uno;
segundo, una vez electos y sorteados los 6 individuos provenientes de todas las
provincias, el Gobernador y Capitán General y el Real Acuerdo escogerían de entre
ellos una terna y dentro de ésta se sortearía el individuo que habría de convertirse
en el vocal-diputado de las provincias ante la Junta Central. En el caso
“venezolano”, el sorteado resultó el Regente visitador Don Joaquín Mosquera y
17
Regresemos de nuevo al acta del 19 de abril: es justo esa Junta
refiere no sólo a la ausencia del rey que se halla preso en Bayona, sino
americanas.
alegó en dicha acta, estos “países” podían erigir “un gobierno que
20
Detengámonos de nuevo aquí: se nos está diciendo que ese nuevo
que España está perdida, totalmente ocupada por los franceses (lo que
igualdad.
Esto plantea un problema: ¿de cuál pueblo se nos habla? ¿Se trata
21
del antiguo orden, esto es, al cuerpo del cabildo, a los gremios, a los
ley.
20
ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN DE VENEZUELA (AGNV), sección Causas de
Infidencia, tomo VI, folios 137-170: “Sumaria información sobre las operaciones y
conducta política de Don Diego Jalón durante la revolución de Caracas”.
22
se produce el reemplazo de las demás autoridades reales (teniente
soberanía real.
21
He profundizado sobre el punto en “Disgregación provincial y reunión
confederal: El proceso juntista de 1810 en la Capitanía General de Venezuela”,
Conferencia dictada en Bogotá, 5 de octubre de 2010, Coloquio “Cinco preguntas
impertinentes sobre la Independencia”, organizado por la Fundación Alzate y el
Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA). En proceso de publicación.
23
Instalada en la ciudad de Caracas, ciudad capital de la provincia de
reconocimiento.
independencias hispanoamericanas.
24
emitió tres tipos de comunicaciones: una orden redactada el mismo 19
22
Los términos de esta orden-comunicado son harto elocuentes, pues en ella
advierten que el ayuntamiento de Caracas y los diputados de esa ciudad “han
reasumido en sí la Suprema autoridad por consentimiento del mismo pueblo y
de las demás potestades anteriormente constituidas” como consecuencia de las
noticias recibidas de España y “este nuevo gobierno ha sido publicado y
reconocido en esta capital, quedando por consiguiente subordinados a él todos
los empleados del ramo Militar, Político y demás”. En José Félix BLANCO y Ramón
AZPURÚA, Documentos para la historia de la vida pública del Libertador, Caracas,
Ediciones de la Presidencia de la República, Bicentenario de Simón Bolívar,
1875/1977, tomo II, pp. 401-402 [resaltados nuestros].
23
Gazeta de Caracas, viernes 27 de abril de 1810, p. 2, “Proclama”.
24
Gazeta de Caracas, viernes 18 de mayo de 1810.
25
Lo que quiero destacar del movimiento juntista del año de 1810
son justamente las características peculiares del mismo, las cuales han
“imitación”: 26
25
La distinción conceptual entre las historiografía patria y nacional provienen del
profesor Germán Carrera Damas, categoría por demás presente en todos sus
escritos. Ver G. CARRERA DAMAS, “Sobre continuidad y ruptura en la Historia
contemporánea de Venezuela”, Conferencia inaugural del Diplomado de la
Fundación Rómulo Betancourt, Caracas, 2 de febrero de 2013.
26
Sin embargo, es importante resaltar que se han producido tres momentos
interpretativos en torno al movimiento juntista de 1810 que, sin duda, tienen un
mayor alcance que la mera tesis de la imitación: el primero de ellos corresponde a
las que se produjeron entre quienes fueron actores y partícipes (a favor o en contra)
del mismo, y allí predomina una lectura contrapuesta entre quienes interpretan el
proceso de 1810 como la consumación del juntismo de 1808 tras el cual ya se
ocultaba la independencia absoluta y quienes, dando por descontado el proyecto
independentista, tienden a asimilar el juntismo de 1810 como un proceso único y
simultáneo. Un segundo momento interpretativo que domina durante el siglo XX,
lee el proceso juntista provincial de 1810 a partir de las rivalidades y conflictos
entre las provincias producto de las seculares tendencias autonómicas heredadas
de la colonia que, aunque muestra la heterogeneidad de las particularidades
provinciales, las reduce, uniformándolas a rivalidades entre ciudades y provincias,
y asume el federalismo de 1811 como el “ropaje republicano” de las naturales
tendencias disgregativas coloniales, dejando de lado las distintas tradiciones que
subyacen en las diversas concepciones sobre la confederación/federación que
estuvieron en juego desde tan temprano como el primer juntismo de 1810, con lo
que su lectura está colocada desde una mirada colonial. Una tercera línea
interpretativa, relativamente reciente, aunque subraya la heterogeneidad del
juntismo de 1810, sacándolo de la penumbra uniformadora a la cual lo había
confinado la historiografía patria, focaliza la interpretación de la crisis política de la
monarquía a una lucha de las élites por el poder y el control de los espacios
jurisdiccionales de las diversas redes sociales regionales, cuando no a una disputa
por preeminencia entre ciudades, o a tensiones y conflictos derivados de las
aspiraciones autonomistas o de los “intereses de clase” de las provincias que salen
a flote durante la crisis política de 1808-1810. Sobre el punto véase C. LEAL CURIEL:
“Disgregación provincial y reunión confederal…”, 2010.
26
1. Primero, no fue uniforme ni simultáneo en todas las provincias.
27
jurisdicciones originales, pero luego se distanciaron del
Guayana).
27
José Francisco de HEREDIA, Memoria sobre las revoluciones de Venezuela, París,
Librería de Garnier Hermanos, 6, rue des Saint-Pères, 1895, reproducido en
Anuario, Instituto de Antropología e Historia, Caracas, Facultad de Humanidades y
Educación, Universidad Central de Venezuela, años 1967-68 y 69, tomos IV-V-VI,
pp. 545-546.
28
ciudad comandancia de Coro, jurisdicción de la provincia de
de Caracas”.
rey. Cada parte de esa fractura siguió un curso distinto: las que
29
monárquica de gobierno; las que reconocieron al Consejo de
28
Daniel Gutiérrez en su espléndido estudio sobre el período de la mal llamada
“Patria boba” neogranadina analiza, desde la perspectiva de una “geografía
política”, las relaciones establecidas entre los diferentes gobiernos soberanos del
interregno (1810-1816) –en parte producto del fracaso de la Junta de Santafé para
ser reconocida como Suprema que desembocó en una importante fragmentación
territorial–, un nuevo tipo de relaciones que el autor denomina relaciones
exteriores con arreglo al derecho de gentes, lo cual dio nacimiento a un nuevo tipo
de representación: los ministros públicos como una “consecuencia lógica de la
proclamación de la soberanía y de la asunción por parte de los estados provinciales
de todos sus atributos”. Sobre ese proceso de desestructuración de las antiguas
jerarquías territoriales y la consiguiente fragmentación y constitución de
provincias-Estados soberanos en Nueva Granada, los pactos entre ellos y la
dinámica diplomática durante el período del interregno, véase Daniel GUTIÉRREZ
ARDILA, Un nuevo reino. Geografía política, pactismo y diplomacia durante el interregno
en Nueva Granada (1808-1816), Bogotá Colección Bicentenario-Centro de Estudios
en Historia, Universidad del Externado de Colombia, 2010.
30
militar a la fractura político-territorial de la provincia de
Maracaibo.
31
II. EL REGLAMENTO DE ROSCIO: UNA CONVOCATORIA A LA IGUALDAD 29
29
He trabajado extensamente el tema en una conferencia (y capítulo de libro en
proceso de publicación) que lleva este mismo título. Presentada en la Academia
Nacional de la Historia durante el coloquio “Simposio Internacional de las
Independencias en la Región Andina”, organizado conjuntamente por la
Academia Nacional de la Historia, Instituto de Investigaciones Históricas-
Bolivarium-Universidad Simón Bolívar, Centro de Estudios Latinoamericanos
Arturo Uslar Pietri-Universidad Metropolitana, Asociación Venezolana-francesa
en Ciencias Sociales y Humanidades Jeannette Abouhamad y con los auspicios de
la Embajada de Francia en Venezuela, Caracas, 20-23 de junio de 2011. Ahora en
proceso de publicación con el apoyo de las mismas instituciones participantes ya
citadas (2013).
30
“Reglamento para la elección y reunión de diputados que han de componer el
Cuerpo Conservador de los Derechos del Sr. Don Fernando VII en las provincias
de Venezuela”, capítulo I: “Nombramiento de los electores parroquiales”, artículos
3º y 4º en Textos Oficiales de la Primera República de Venezuela, Caracas, Biblioteca de
la Academia Nacional de la Historia-Colección Sesquicentenario de la
Independencia, 1982, tomo 2, pp. 61-84.
31
La Gazeta nunca llegó a publicarlo completo. Ver Gazeta de Caracas del viernes 15,
22 y 29 de junio, 1810 y del viernes 13 de julio, 1810, pp. 34, pp.2-3, pp. 3-4 y pp. 3-4
respectivamente de la edición publicada en Caracas, Biblioteca Academia Nacional
de la Historia-Bicentenario de Simón Bolívar, 1983, tomo II.
32
la base de este principio político de inclusión-exclusión (esto es, haber
32
Durante los meses cuando se celebraron las elecciones convocadas por la
Suprema de Venezuela, a la provincia de Maracaibo se le habían desprendido las
jurisdicciones de Mérida y Trujillo, y en ella se realizaron igualmente elecciones
para designar al diputado representante ante las Cortes de Cádiz. Sobre el
particular véanse los trabajos de: Frédérique LANGUE, “La representación
venezolana en las Cortes de Cádiz: Jose Domingo Rus” en Boletín Americanista,
Universidad de Barcelona (España), nº 45, año XXXV, 1995, pp. 221-247; Ligia
BERBESÍ DE SALAZAR, “Maracaibo ante la independencia nacional”, Tierra Firme,
octubre 2004, vol. 22, nº 88, Caracas, pp. 449-468; y en especial los trabajos de
Zulimar MALDONADO VICTORIA, “La Provincia de Maracaibo a fines del siglo XVIII:
la visión de Francisco de Saavedra y José Domingo Rus” en Revista de Ciencias
Sociales (RCS), vol. XIV, nº 3, Septiembre - Diciembre 2008, pp. 575 – 589, Facultad
de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad del Zulia, así como “Las ciudades
disidentes durante la independencia: El caso de Maracaibo” en línea:
http://www.serbi.luz.edu.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-
95182005004000004&lng=es&nrm=iso; y junto con Germán CARDOZO GALUÉ, “José
Domingo Rus: su actuación como diputado por la provincia de Maracaibo en las
cortes de cádiz ( 1812 - 1814 )”, Ágora Trujillo, año 003, nº 004, enero 2000, en línea:
http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/17473.
33
problema de la igualdad/desigualdad en el derecho a la participación
interior, tanto a los de Caracas como a los de las otras provincias, para
confederación”.
aspectos:
34
octubre de 1809, y del decreto dictado por el Consejo de
35
estuvo planteada desde el mismo momento en que se instala la
33
Barinas, cuya población se había estimado para la fecha alrededor de 75.000
habitantes, eligió 9 diputados cuando debería haber electo apenas 4 sobre la base
numérica establecida por el artículo 1º del capítulo II del reglamento (1 diputado
por cada 20.000 almas). Sobre los estimados de población de Barinas ver: ARCHIVO
GENERAL DE SIMANCAS (AGS), Secretaría del Despacho de Guerra, SUG, LEG, 7172,
31: oficio de Fernando Miyares al Conde del Campo de Alange, fecho en Barinas,
12 de julio de 1791; Pedro CUNILL GRAU, Geografía del poblamiento venezolano en el
siglo XIX, Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1987, tomo I, p. 665
y p. 666.
36
febrero de 1810 constituyan el fundamento para hacer extensivo el
derecho a voto a todos los vecinos libres con casa poblada de todas las
34
Como he señalado antes (cita 15), la Real Orden de 22 de enero había instituido
un voto restringido sólo a los ayuntamientos de las ciudades capitales cabeceras de
las provincias cuyo resultado final dependía del sorteo realizado por el real
acuerdo; por su parte, la de 6 de octubre, corrigiendo las dudas y, sobre todo, los
reclamos suscitados en las distintas jurisdicciones americanas para el
cumplimiento de la primera real orden, aunque ampliaba el alcance de la
convocatoria –extensivo ahora a todas las ciudades cabeceras de partido
precisando que los electos debían ser naturales de la provincia, o avecindados en
ella, americano de nacimiento y prohibiendo que la persona electa no ejerciera los
primeros empleos de gobierno gobernador, intendente, oidor, etc.–, dejaba no
obstante ambigüedades acerca de cómo interpretar la noción misma de ciudad
cabecera en América.
37
Central Gubernativa de España e Indias, en la práctica ambos
35
Sobre el punto véase el trabajo pionero de François-Xavier Guerra y los
posteriores de Jaime Rodríguez los cuales pusieron de relieve lo inédito y
extraordinario del proceso electoral de 1809 que constituyó un verdadero hito en
las relaciones entre los dominios americanos y la Península. Igualmente el
novedoso trabajo de Roberto Breña quien también analiza dichas elecciones. F-X.
GUERRA, Modernidad e independencias, capítulo VI: “Las primeras elecciones
generales americanas (1809)”, pp. 177-225; del mismo autor “El Soberano y su
reino. Reflexiones sobre la génesis del ciudadano en América Latina” en Hilda
SÁBATO (coordinadora), Ciudadanía política y formación de las naciones, México, El
Colegio de México-Fideicomiso Historia de las Américas-Fondo de Cultura
Económica, 1999, pp. 33-61; Jaime RODRÍGUEZ, La independencia de la América
española, México, El Colegio de México-Fideicomiso Historia de las Américas-
Fondo de Cultura Económica, 1996, “Las elecciones de 1809 en América”, pp. 82-
88; “Las primeras elecciones constitucionales en el Reino de Quito, 1809-1814 y
1821-1822”, Montalbán, Universidad Católica Andrés Bello, nº 34, 2001, pp. 43-75; y
La revolución política durante la época de la independencia. El reino de Quito (1808-1822),
Quito, Universidad Andina Simón Bolívar/Corporación Editorial Nacional, 2006;
R. BREÑA, El primer liberalismo español…, pp. 90-110; A. ALMARZA, Soberanía y
representación….
36
“Instrucción que debe observarse para la elección de Diputados a Cortes”,
tomado de la edición digital a partir de Manuel Fernández Martín, Derecho
parlamentario español, Madrid, Imprenta de los Hijos de J. A. García, 1885, tomo II,
pp. 571-593.
38
América y Filipinas regirían la elección de diputados a Cortes; 37 los
americanos y peninsulares.
De allí que hayan sido, por una parte, la igualdad como principio
37
El Real Decreto dictado por el Consejo de Regencia el 14 de febrero de 1810
estableció que se designaría un diputado a las Cortes de Cádiz por cada “capital
cabeza de partido de esas provincias” y la elección se haría, a semejanza de lo
normado en el decreto de 22 de enero de 1809, por el ayuntamiento de cada capital,
para lo cual se elegirían tres individuos “naturales de la provincia, dotados de
probidad, talento e instrucción”, y entre ellos se sortearía uno.
39
las ciudades cabeceras capitales de provincias y, por la otra, el libre
39
ARCHIVO HISTÓRICO DEL CONCEJO MUNICIPAL DE CARACAS (AHCMC): Padrones
1810, inventario nº 4338: libro encuadernado en el mismo orden en que estaban
recogidos los expedientes siendo cronista de la ciudad Enrique Bernardo Núñez y
paleógrafo Julio Castro Guevara, Caracas marzo 1950, sin foliar (s/f).
41
todos los territorios que hubiesen seguido la causa de Caracas. Otro
40
Sostengo la tesis de que la Junta Suprema de Venezuela aceptó la
sobrerrepresentación barinense como parte de la “negociación política” para que la
Junta de Barinas reconociese a la Suprema de Venezuela y consolidar el proyecto
confederal que estaba en curso. Véase sobre la división territorial de Barinas la
“Instrucción mandada formar por la Junta Superior de Gobierno y Conservación
de esta Capital para la organización y arreglo de los Cabildos y Departamentos
erigidos por Acta de trece de junio de 1810” en Tulio FEBRES CORDERO, Archivo de
Historia y Variedades, Caracas, Editorial Sur América, 1930, tomo I, pp. 214-218.
41
No hay un solo estudio sobre las elecciones de 1810 salvo los que he venido
realizando para un trabajo que está actualmente en curso (La Primera Revolución de
Caracas…). No obstante, lo que he logrado establecer es que en Cumaná se violentó
igualmente el “Reglamento…” aunque sin lograr precisar las particularidades
específicas de la infracción.
42
En especial a los que dio lugar el proceso de elección de los diputados de
Barcelona. Ver Libro de Actas del Supremo Congreso de Venezuela, 1811-1812, Caracas,
Colección Bicentenario de la Independencia-Asociación Académica para la
Conmemoración del Bicentenario de la Independencia, 2011, tomo I, sesión del 19
de junio de 1811, pp. 176-180. Y “Criminales de oficio de Justicia sobre Infidencia,
contra D. Francisco Policarpo Ortiz, primer autor de las revoluciones de ella”, en
Laureano VALLENILLA LANZ, Causas de Infidencia. Documentos inéditos relativos a la
Revolución de la Independencia, Caracas, Lit. y Tip. del Comercio, 1917, pp. 199-264.
42
de aplicarla a todo el territorio sin distingo de ciudad capital,
Granada.43
43
Sobre el punto véase D. GUTIÉRREZ ARDILA, Un nuevo reino… Y del mismo autor
la compilación sobre normativas electorales neogranadinas en Las asambleas
constituyentes de la independencia, Corte Constitucional, Bogotá, Universidad
Externado de Colombia, 2010.
43
forma de representación estamental o con aquellas sustentadas en
44
Véanse los trabajos de: José Carlos CHIARAMONTE (con la colaboración de
Marcela TERNAVASIO y Fabián HERRERO) (1995): “Vieja y nueva representación: Los
procesos electorales en Buenos Aires, 1810-1820” en Antonio ANNINO, Historia de
las elecciones en Iberoamérica. De la formación del espacio político nacional, siglo XIX,
México, pp. 19-63; del mismo autor, “Ciudadanía y representación en la génesis del
Estado argentino” en Hilda SÁBATO (coordinadora), Ciudadanía política y formación
de las naciones, México, El Colegio de México-Fideicomiso Historia de las Américas-
Fondo de Cultura Económica, 1999, pp. 94-116. Y los de: Marcela TERNAVASIO, La
revolución del voto. Política y elecciones en Buenos Aires, Argentina, Siglo XXI editores
Argentina s.a., 2002; Geneviève VERDO, L’independence argentine entre cités et nation
(1808-1821), París, Publications de la Sorbonne, 2006 y de esta misma autora, “La
ciudad como actor. Prácticas políticas y estrategias de pertenencia: El caso del Río
44
3º A diferencia de lo estatuido para la elección de diputados a las
45
Sobre éstas véase Patrice GUÉNIFFEY, La Revolución Francesa y las elecciones,
Prefacio de François FURET y Liminar de François-Xavier GUERRA, México,
Instituto Federal Electoral-Fondo de Cultura Económica, 1993/2001, 1ª ed. en
español.
45
mulatos, zambos y negros, con tal que sean padres de familia, o
46
“Acuerdo del Gobierno de Cartagena reorganizando el gobierno Provincial, e
instrucciones para las elecciones 1810, Diciembre 11” en ARCHIVO HISTÓRICO JOSÉ
MANUEL RESTREPO (AHJMR), rollo 5, fondo I, vol. 9, ff. 15r- 25v. y la “Instrucción
que deberá observarse en las elecciones parroquiales, en las de partido y en las
capitulares, para el nombramiento de diputados en la Suprema Junta de la
Provincia de Cartagena” en ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN-Colombia (AGNC),
Archivo Anexo, Fondo Historia, rollo 11, ff. 350r-353v
46
1789 hubiesen enviado diputados a Cortes (ciudades con voto en
que se oyese la opinión general”. De allí que haya creído “la Suprema
Venezuela.54
51
“Reglamento…”, Textos…, op. cit. [resaltados nuestros].
52
Sobre los mecanismos del gobierno representativo y el concepto de
representación, véanse Hanna Fenichel PITKIN, El concepto de representación,
Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1985; y Bernard MANIN, Los
principios del gobierno representativo, España, Alianza Editorial, 1988.
53
TERNAVASIO, La revolución…, op. cit., p. 44.
54
Me refiero a los clubes de sociabilidad política establecidos por la Sociedad
Patriótica de Caracas en Barinas (en la ciudad de Barinas y el pueblo de Sabaneta),
50
Y en lo que respecta propiamente a los territorios de la
goce del derecho al voto (“todas las clases de hombres libres son
tras los que subyacen –como bien ha subrayado José María Portillo
representativos.57
57
B. MANIN, Los principios…, op. cit., p. 109.
54
III. LA INDEPENDENCIA ABSOLUTA:58
por el contrario y contra esa muy extendida tesis 60 que el debate sobre
58
Sobre el tema de la independencia absoluta véase mis dos escritos: “¿Radicales o
timoratos? La declaración de la Independencia absoluta como una acción teórica-
discursiva (1811)”, Politeia, nº 40, vol. 31, 2008, Instituto de Estudios Políticos,
Universidad Central de Venezuela, pp. 1-18; y “El Congreso General de Venezuela,
1811-1812: Disyuntivas de la Confederación”, Estudio preliminar, Libro de Actas del
Supremo Congreso de Venezuela, 1811-1812, Caracas, Colección Bicentenario de la
Independencia, tomo I, pp. 11-125, 2011.
59
Sobre el origen y actividades de este club véanse mis trabajos: “Tertulia de dos
ciudades…” en F-X. GUERRA y A. LEMPÉRIÈRE, Los espacios públicos…, pp. 168-185;
“Tensiones republicanas…”, en G. PALACIOS, Ensayos sobre la Nueva Historia
Política…, pp. 231-263.
60
La afirmación de que la declaración de la Independencia absoluta se logró por
efecto de la presión ejercida sobre el Constituyente de 1811 por la Sociedad
Patriótica de Caracas pasó a constituirse en un aserto común dentro de la literatura
histórica desde 1840 hasta el presente, tal y como se recoge en las obras de Rafael
55
la posibilidad de declarar la independencia absoluta estaba ya presente
tal decisión.
historiográfico.61
juicios:
las secciones de París y de los comités de salud pública. Sobre el particular véase
François FURET, “Terreur” en François FURET & Mona OZOUF, Dictionnaire critique
de la Révolution Française, Paris, Flammarion, 1988, pp. 156-170.
65
Véase sobre este debate Gaceta de Caracas de 17 de noviembre y 6 de diciembre de
1811.
59
Durante el período de lo que constituyó la Primera revolución de
apreciaciones que ésta fue reelaborando dos ideas centrales que han
abril de 1811 y ella estaba dirigida a refutar las dudas que para aquel
finales del mes de mayo de 1811; de allí que las actas in extenso que
iniciado mucho antes del mes de mayo de ese año como lo evidencian
67
dominación que pretendiera ejercer “Soberanía en estos países
68
cansancio durante el año de 1810. El término independencia
69
no absoluta), que luego será de derecho, y con ello hacia el del
sesión del 2 de julio de 1811 señalan las varias veces que “esa
independencia absoluta.
independencia absoluta.
tanto dentro como fuera del Congreso desde por lo menos el mes de
marzo de 1811.
70
en un debate desarrollado en torno a si se debía dividir o no la
provincia de Caracas (que era la más grande, la más rica, y cuyo mayor
más pequeñas por la eventual usurpación que podía hacer del poder,
sanción:
75
La idea del contrato “es la pieza clave para la teoría de las dos escuelas de
derecho natural”, tanto de la segunda escolástica como del derecho natural
racionalista. J.C REY, “El pensamiento político en España y sus provincias…” en
J.C. REY, R. PÉREZ PERDOMO, R. AIZPURUA AGUIRRE, A. HERNÁNDEZ, Gual y España
y la…, p. 95.
71
obligación recíproca de cumplir con lo pactado; el conocimiento
76
Tres condiciones son propias a los contratos o pactos bilaterales según coinciden
en señalar distintos autores del derecho natural racionalista: 1) “el consentimiento
de las partes”, o “consentimiento mutuo” sobre dar o hacer algo, que ha de
expresarse por medio de signos externos (palabra, escrito), con lo cual se establece
la obligación recíproca; 2) el conocimiento sobre lo que se pacta, de allí que sea
requisito fundamental el uso de la razón por lo que se consideran nulos o inválidos
aquellos acordados entre “idiotas”, enajenados mentales y ebrios; 3) que en ellos se
observe una “justa igualdad”. Sintetizo a tres las condiciones que señalan, con
algunas variantes, Heineccio, Pufendorf, Burlamaqui. Ver Elementos del derecho
natural y de gentes de Heineccio, corregidos y reformados por el profesor Don
Mariano Lucas Garrido a los que añadió los de la filosofía moral del mismo autor y
traducidos al castellano por el bachiller en leyes D. J. A. Ojea, Madrid, imprenta
que fue de Fuentenebro, a cargo de Alejandro Gómez, tomo I, 1837, pp. 287-303;
Samuel PUFENDORF, The whole Duty of Man, according to the Law of Nature, traducido
por Andrew Tooke, 1691, y editado con una Introducción por Ian Hunter y David
Saunder, Indiannapolis, Liberty Fund, 2003, pp. 108-149; Jean-Jacques
BURLAMAQUI, Elementos del Derecho Natural, traducidos del latín al francés por
Barbeyrac, y al castellano por D. M. B. García Suelto, Madrid, Imprenta de la
Minerva Española, 1820, pp. 160-177.
72
forma de gobierno a adoptar, arguyendo a favor de la “República
77
Sesión de 18 de junio de 1811. La intervención de Peñalver se inserta en el seno
de la reflexión política de la época en torno al republicanismo producto de la
recepción teórica del nuevo republicanismo que representó Montesquieu para el
siglo XVIII, así como de la precaria existencia que la historia enseña de los Estados
pequeños, aunque también de la novedosa experiencia de los angloamericanos del
norte. Véase sobre el punto a Judith SHKLAR, “Montesquieu and the new
Republicanism” en G. BOCK, Q. SKINNER y M. VIROLI (editores), Machiavelli and
Republicanism, Cambridge, Cambridge University Press, 1993, pp. 265-279; y para el
específico republicanism federalista de Peñalver, ver a F. FALCÓN, “Federalismo-
Venezuela”, en J. FERNÁNDEZ SEBASTIÁN (director), Diccionario político…, pp. 536-
547. En línea: http://www.iberconceptos.net/diccionario-politico-y-social-del-
mundo-iberoamericano.
73
sobre cuál era el estatus de los pueblos que debían consentir el
forma de gobierno que más les conviniera, esto es, los pueblos en
78
Intervención de Fernando de Peñalver, diputado por la ciudad de Valencia,
provincia de Caracas. Sesión de 18 de junio de 1811.
74
como se interpreta el vínculo territorial-político y la
representación política.
75
al modelo federal de los Estados Unidos, experiencia de notoria
79
Ver sobre el punto: C. LEAL CURIEL: “De los muchos uno…”, en J. FERNÁNDEZ
SEBASTIÁN, Diccionario político…, pp. 425-450. En línea:
http://www.iberconceptos.net/diccionario-politico-y-social-del-mundo-
iberoamericano.
76
absoluta de su independencia política”?80 Una discusión que selló un
viraje decisivo:
pacto oneroso que, lejos de haber sido aceptado por la otra parte, ha sido
rechazado hostilmente por los que se dicen sus apoderados? Parece demostrada la
justicia y necesidad de nuestra independencia […]”, sesión de 25 de junio, 1811 y
sesión de 5 de julio, 1811. Nótese que Burlamaqui al analizar la naturaleza de los
“contratos onerosos en general” señala cuatro características: 1) En ellos se ha de
guardar una justa igualdad, es decir que cada uno reciba tanto como da, pues si
uno de ellos recibe menos puede pedir una compensación o romper el contrato. 2)
Ambos contratantes deben tener igual conocimiento de la cosa de que tratan. 3)
Cada contratante está obligado a declarar de buena fe los defectos de la cosa de
que trata, así como aquello que aumenta su valor. 4) Pero si después de arreglar el
contrato se descubre alguna desigualdad considerable en la cosa misma, sin culpa
de los contratantes, se debe sin embargo corregir. En Elementos del Derecho Natural,
op. cit., pp. 288-291. Roscio pareciera estar invocando, al recurrir a la analogía del
“pacto oneroso”, a la primera de las condiciones enunciadas.
82
Antonio ANNINO, “Soberanías en lucha”, A. ANNINO, L. CASTRO LEIVA, en F-X.
GUERRA, De los Imperios a las naciones. Iberoamérica, Zaragoza, España, IberCaja,
1992, pp. 229-253 [aquí p. 236]
78
de una concepción tutelar de la soberanía ante la acefalía del reino la
que impiden suscribir el pacto confederal están, por una parte, que
conservado.
VII? ¿Qué quiere decir gobierno popular y mantener la forma de una monarquía?”.
Sesión de 3 de julio, 1811.
85
José de AUSTRIA, Bosquejo de la historia militar de Venezuela, Caracas, Biblioteca de
la Academia Nacional de la Historia, Sesquicentenario de la Independencia,
1855/1960, p. 151.
80
Derecho que se ejerció a plenitud al sancionar una Constitución
el arreglo federal.
************************************
81
largo de todo el período y hasta 1821 con ese
republicanismo antimonarquista.
así como quizá sirvan para dar cuenta del éxito que tuvo
82
3. Tercero, considero que el “caso venezolano” va a
moderna.
FUENTES CONSULTADAS
ARCHIVOS
ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN-COLOMBIA (AGNC), Archivo Anexo,
Fondo Historia, rollo 11, “Instrucción que deberá observarse en las
elecciones parroquiales, en las de partido y en las capitulares, para el
nombramiento de diputados en la Suprema Junta de la Provincia de
Cartagena” ff. 350r-353v.
84
ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN DE VENEZUELA (AGNV): sección
Causas de Infidencia, tomo VI, folios 137-170: “Sumaria información
sobre las operaciones y conducta política de Don Diego Jalón durante
la revolución de Caracas”. Y tomo VII, expediente nº 6, 1812, “Contra el
Capitán y Alcalde, Don José Miguel de la Bastida Briceño”, fs. 365-417
BIBLIOGRAFÍA
Cristóbal ALJOVÍN DE LOSADA (2009): “Ciudadano y Vecino en
Iberoamérica, 1750-1850: Monarquía o República” en Javier Fernández
Sebastián (Director), Diccionario político y social del mundo
Iberoamericano. Conceptos políticos en la era de las revoluciones, 1750-1850,
vol. I, Madrid, Fundación Carolina-Sociedad Estatal de
Conmemoraciones Culturales-Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, Madrid, pp. 177-198.
En línea: http://www.iberconceptos.net/diccionario-politico-y-social-
del-mundo-iberoamericano
85
grado para optar al título de Magister Scientiarum en Historia
Republicana de Venezuela, Universidad Central de Venezuela,
Caracas.
86
J.C. CHIARAMONTE (1999): “Ciudadanía y representación en la génesis
del Estado argentino” en Hilda SÁBATO (coordinadora), Ciudadanía
política y formación de las naciones, México, El Colegio de México-
Fideicomiso Historia de las Américas-Fondo de Cultura Económica,
pp. 94-116.
87
(coordinadora), Ciudadanía política y formación de las naciones, México, El
Colegio de México-Fideicomiso Historia de las Américas-Fondo de
Cultura Económica, pp. 33-61.
88
(coordinadores), Mitos políticos en las sociedades andinas: Orígenes,
invenciones y ficciones, Editorial Equinoccio-Universidad Simón Bolívar,
Université de Marne-la-Vallée; Instituto Francés de Estudios Andinos
(Ifea), Caracas.
89
Carole LEAL CURIEL (2010): “Disgregación provincial y reunión
confederal: El proceso juntista de 1810 en la Capitanía General de
Venezuela”, (inédito, en proceso de publicación).
90
José María PORTILLO VALDÉS (2006): Crisis atlántica. Autonomía e
independencia en la crisis de la monarquía hispana, Madrid, Fundación
Carolina-Centro de Estudios Hispánicos e Iberoamericanos-Marcial
Pons.
91
Textos oficiales de la Primera República (1959): Caracas, Academia
Nacional de la Historia-Colección Sesquicentenario de la
Independencia, tomos I y II.
92