Sunteți pe pagina 1din 7

Capítulo 4: Historia de un Tratado

LA DOCTRINA TRINITARIA

EN LA TEOLOGÍA CATOLICA POSTCONCILIAR1

Hace algunos años escribía WilheJm Breuning: «no existe nada que
pueda definir la teología trinitaria del siglo XX, sobre todo si se limita a la
sola teología católica »2. Este juicio a distancia de veinte años, permanece
ahora valido, al menos en lo que respecta a la teología católica, que sale del
llamado «olvido trinitario», todavía no hay expresamente – y nunca será
posible – un proyecto o una contribución que pueda ser un punto de
referencia, un modelo o una síntesis exhaustivo del pensamiento creyente
sobre Dios Trinidad. Anotamos esto, en cuanto una primera aproximación.

1. Hay que destacar que estamos ahora en plena tarea de


«reconstrucción» teológica, este es el momento teológico en que
estamos inmersos ahora, esto no quiere decir que debemos renunciar
a valorar el fenómeno que nos ocupamos, con agudeza y precisión.
a. Antes del Concilio Vaticano segundo:
i. Descubrimiento del concepto de Revelación y sus
fuentes y no solo un acercamiento desde la filosofía:
1. La Palabra de Dios.
2. Los Santos Padres.
3. Magisterio de la Iglesia.
2. Es de notar que de las observaciones del intensísimo trabajo
teológico que se ha realizado después del concilio Vaticano II han

1
G, M, SALVATI, “La dottrina trinitaria nella teología cattolica postconciliare. Autori e
prospettive” en A., AMATO, Trinità in contesto, Roma 1993, 9-16. La traducción del italiano es casera.
2
La dottrina trinitaria, in R. VANDER GUCHT - H. VOKGRIMLER (a cura di), Bilanao della
teología delXXsecólo, Vol. III, Roma 1972, 26-43, qui 27
71
Cap 1: Historia de un tratado

surgido elementos de gran relieve, junto también a algunas menos


relevantes.
a. El aporte de acercamiento Antropológico, auspiciado por K.
Rahner. Surge la Antropología Teológica.
b. El aporte Cristológico de von Balthasar.
3. Existe una gran vitalidad en el campo de la teología trinitaria. Ya no
es posible afirmar como hacia E. Kant, que «de la doctrina trinitaria,
seguida al pie de la letra, no es posible sacar nada práctico y al
mismo tiempo el que cree que se comprende, cosa que no es posible,
no tiene razón, porque ella supera hoy nuestros nuestro lenguaje».3
4. El Dios Trinitario ha vuelto al centro de los intereses de los teólogos
católicos el magisterio pontificio, de la catequesis, de las enseñanzas
de los obispos… etc.
5. Una última observación como conclusión: también la actual
contribución a la investigación teológica tiene como objeto «la
doctrina trinitaria en la en el ámbito católica posconciliar».

A este respecto nuestra atención se centra ahora al desarrollo de la


teología europea.

1. La crisis de la teología manualística

No se puede renunciar a comprender el actual estado de la teología


trinitaria católica si se prescinde de la estructura y, sobre todo, de los
límites que han caracterizado la reflexión sobre Dios uno y trino en la
teología manualística. En ella estaban previstos dos momentos del discurso
sobre Dios:

1. El De Deo uno, se configuraba como la búsqueda sobre la


posibilidad y los límites de la razón humana en orden a la investigación
sobre Dios. Esta parte de la reflexión la constituía una serie de autodefensa
de la razón creyente, en las discusiones con el racionalismo de carácter
iluminista, a fin de fundar y justificar la posición del hombre creyente, que
no renuncia al uso de la inteligencia cuando se interroga sobre Dios,
aunque usa aquellas potencias que en cierto sentido lo “proyectan” al
trascendente.

3
Il conflitto delle facoltá, tr. it. A. Poggi, Genova 1953, 47.
72
Cap 1: Historia de un tratado

Prosiguiendo en esta línea, se dedicaban a individuar los caracteres


esenciales y el constitutivo último (la esencia metafísica) de este Dios que,
de un lado, ha dejado su huella en las cosas creadas, consintiendo de esta
forma un itinerario que lleva de la creatura al creador. Del otro lado, quita
toda posibilidad última de conocer a Dios por parte del hombre: es el
discurso de la analogía entis y de los tres pasos de aproximación de la
reflexión sobre Dios (la vía affirmationis, la vía negationis y la vía
eminentiae). En este cuadro, «la novedad de la revelación bíblica no sale de
la reflexión filosófica» y la teología parece que habla muy poco el dialecto
de Canaan y usa mucho la lengua de la “sabiduría de este mundo”.

2. La recuperación de la perspectiva exclusivamente bíblica de un Dios


que es en sí trino, pluralidad de distintos, comunión del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo, era considerado en la segunda parte del discurso
teológico. Esta inteligencia venía llamada sobre todo a verificar la no
contradicción entre la verdad revelada y las férreas leyes de la razón, la
perfecta compatibilidad entre “esencia única y la existencia de personas
distintas en Dios”. Todavía otra vez, la preocupación anti-iluminista parece
que lo determinaba todo. “La tradición teológica estaba más preocupada de
hacer aceptar al Dios bíblico a la razón humana moderna, que de presentar
e ilustrar la plenitud de la revelación de Dios en Jesucristo”.

Podemos individuar algunos límites evidentes de esta forma de


construir el discurso sobre Dios:

1. La escasa consideración al dato revelado en general, usado más


para confirmar el pensamiento teológico, que como fundamento y
norma, sea de la perspectiva histórico-salvífica en particular, sea
del dato patrístico.
2. El relieve menor, o se podría decir una cierta subordinación, de la
dimensión trinitaria de Dios a aquella esencial unitaria.
3. Una relación extrínseca entre las dos partes del tratado sobre
Dios.
4. La aparente irrelevancia de la vida trinitaria para la vida del
creyente: “para el catecismo de la mente y del corazón (a
diferencia del catecismo editado) la representación de la

73
Cap 1: Historia de un tratado

encarnación por parte del cristiano no debía cambiar nada, aunque


fuera la trinidad”.4
5. La reducción de discurso trinitario a una serie de “teoremas
celestes” o mysterium logicum et ontologicum, causado por una
mentalidad deductiva y esencialista.

Creo oportuno resaltar que no es tanto la división de los tratados: De


Deo uno y De Deo Trino el límite del discurso manualístico sobre Dios.
Esta podría inclusive presentar ventajas en el plano pedagógico con los no
creyentes y con aquellos que profesan una fe monoteísta. El problema está
de hecho asociado a las tres características de la reflexión manualística
sobre Dios que produce un olvido y alejamiento de la Trinidad de la mente
y del corazón de los creyentes, cosa que la teología posconciliar,
recogiendo una pluralidad de estímulos provenientes del interior y del
exterior de la Iglesia se dio cuenta que debía necesariamente superar.

2. Factores de renovación de la teología trinitaria católica.

1. Adaptar la teología a la vida: La superación de la situación en que la


teología trinitaria se encontraba antes del Concilio Vaticano II, ha venido
gracias a la providencial convivencia de algunos factores internos y
externos. El general esfuerzo de “acercamiento de la teología a la vida”,5
puesto en acto después del Concilio.

2. La investigación interdisciplinar da origen a la renovación: La


atención de los teólogos de los años 60 estaban puesto especialmente sobre
temas de eclesiología y sobre los temas de cristología en la siguiente
década, años 70. Por eso «el primero y propio esfuerzo de la renovación de
la teología trinitaria no se vio estimulada internamente sino por razones
externas: Fue sólo sobre la base de la renovación – o al menos por la
investigación – en la cristología, en la antropología, en la doctrina de la
gracia y en la eclesiología que se delineó también el cuadro de la
renovación de la doctrina trinitaria».

Podemos señalar algunos factores de este benéfico influjo a nivel


externo:

4
K. RAHNER, II Dio trino come fondamento originario e trascendente della storia della salvezza, in
J. FEINER - M. LÓHRER, Mysterium Salutis. Nuovo corso di dogmática come storia della salvezza, II/l,
Brescia 1969, 401-507.
5
W., BREUNING, La dottrina trinitaria, 27
74
Cap 1: Historia de un tratado

1. De la Eclesiología provienen dos significativos estímulos a la


reflexión trinitaria:
a. De un lado la insistencia sobre la relación entre Iglesia y
Trinidad. Subrayado en manera particular de los primeros
cuatro números de la Lumen Gentium y de la Ad Gentes.
b. Y por otro lado el notable desarrollo de la Pneumatología,
estrechamente ligada al hecho que el Concilio Vaticano II
superó la visión meramente “jerarcológica” de la Iglesia como
institución en el que prevalecían los aspectos jurídicos e
institucionales y ha proyectado una “eclesiología de
comunión”, fundada sobre la certeza del rol del Espíritu en la
Iglesia.
2. Otro aporte viene de la Cristología, gracias sobre todo a la
reflexión de W. Pannenberg6 y H.U. von Balthasar7, una gran
atención a la relación Jesús-Dios. Para la teología se hace cada
vez más evidente que, la identidad y misión de Jesús son
comprensibles sólo a partir de Dios, de esta forma la identidad
del Dios cristiano es comprensible solo a partir de Jesús. Los
dos misterios fundamentales del cristianismo, el trinitario y el
cristológico, forman una simbiosis fecunda en el pensamiento del
creyente, como ya se vivió en el cristianismo primitivo. La
teología católica se ha beneficiado de manera especial de esta
visión trinitaria y de la visión de la cristología desde la trinidad.
Este entrecruce entre los misterios de la Trinidad y de Cristo son
herencia reconquistada hechas para el presente como para el
futuro de la teología.
3. Otro factor lo constituye el importante y constitutivo estudios
exegéticos y de teología bíblica; dedicadas a profundizar con
rigor el anuncio del nuevo testamento sobre Dios, sobre su
paternidad, sobre el Espíritu. El vivo contacto con los Libros
sagrados han aportado en el campo de la reflexión trinitaria la
frescura y la perene novedad de la Palabra de Dios.
4. Gran relieve han tenido los estudios históricos, gracias a los
cuales la teología católica ha reconstruido “frescas relaciones”
con el mundo patrístico y sobre todo ha aportado una atención

6
Cf. Cristologia. Lineamenti fondamentali, Brescia 1974.
7
Cf. Mysterium paschale, in J. FEINER - M. LÓHKER, Mysterium Salutis, 111/2, Brescia 1973,
171-412.
75
Cap 1: Historia de un tratado

especial a la perspectiva histórico-salvífica de la que los santos


Padres reflexionaban la Trinidad.
5. Un último factor, el filosófico: una mayor atención a la visión
del “Absoluto” típico del idealismo y en particular de Hegel. En
el proyecto especulativo de Hegel la vida divina y la historia
aparecen asociadas de manera extrínseca. Esto ha hecho que en
la reflexión trinitaria católica surja “algo más que una simple
reacción de autodefensa”8.

Veamos ahora los aspectos internos:

1. A lado de los estímulos venidos de fuera (otras ciencias teológicas)


de la teología trinitaria, han surgido después del Concilio Vaticano II
algunos factores de renovación interna. El más significativo que se podría
considerar revolucionario es la reflexión de K. Rahner. Él abordaba el tema
primero en un ensayo titulado: Osservazioni sul trattato dogmático «De
Trinitate», y después en su contribución en la obra Mysterium Salutis, “El
Dios trino como contribución originaria y trascendente de la historia de la
salvación”. Él enuncia el axioma de la identidad y de la reciprocidad entre
Trinidad económica y Trinidad inmanente; identidad y reciprocidad que
hace reflexionar a la teología trinitaria en los siguientes puntos:

a) La necesidad de dar más “peso” soteriológico al discurso sobre la


Trinidad.

b) La necesidad de dar vida y mayor ósmosis entre los dos tratados: De


Deo uno e De Deo trino; Gracia a esto emergen más claramente,
como hace notar K. Rahner: “La trinidad es para nosotros mysterium
salutis y por eso es nuestra salvación.”
c) La necesidad de practicar una atenta escucha de la Palabra de Dios,
para poder pronunciar una palabra sensata sobre Dios.
d) La invitación a no olvidar nunca que la reflexión tiene como objeto
al Dios cristiano: el Padre del Señor Jesús, el cual es el Hijo eterno y
donador del Espíritu Santo.

De este modo se han puesto las sólidas premisas teológicas a lo que es


llamado “el verdadero problema crucial para la teología trinitaria de
nuestro días” o sea, “la necesidad de que el anuncio de “la vida misteriosa”
8
Cfr. la Dei Verbum, y todo el proyecto de revelación de Dios personal que se deprende: “Quiso
Dios…”
76
Cap 1: Historia de un tratado

de Dios nos conduzca a un encuentro con él, y que no es lícito alejarnos de


nuestra perspectiva, como si se manifestara alguna cosa sobre su misterio, y
no también algo que podría penetrar en lo íntimo del hombre”9.

2. Un gran peso, debe ser reconocido también a la contribución de H.U.


von Balthasar, en la monumental y riquísima obra y en particular en su
ensayo Mysterium paschale. Él propone una rica meditación teológica
sobre el teodrama que se desarrolla en la teopraxis de la cruz.

La cruz no es sólo “la suprema manifestación del amor trinitario en


relación con el mundo”10, sino una “acción trinitaria”11, cosa que hay que
comprender con rigor especulativo, junto con espíritu contemplativo. La
cruz es el lugar por excelencia en el que la trinidad inmanente se revela y se
ofrece en la oeconomia salutis. Este el punto de encuentro entre el abismo
insondable de la profundidad de Dios y la historia humana.

Profundizar en este drama trinitario es la gran lección del teólogo suizo:


será propiamente y siempre a partir de la luz del calvario que el auditus
fidei es el intellectus fidei «dan a la luz» el verdadero «verbo teo-lógico»
sobre la trinidad.

Nos parece que la teología católica no ha suficientemente tematizado la


importancia del aporte de H.U. von Balthasar para la renovación de la
teología trinitaria. Sin haber indicado los principios? Él ha abierto un
camino extremadamente fecundo; ha indicado el “clima” en el cual es
necesario reflexionar sobre los misterios centrales del cristianismo.

Si K. Rahner ha puestos las premisas teóricas de la renovación, H.U.


von Balthasar ha propuesto un modelo concreto de reflexión trinitaria, no
conduciéndonos más por el limbo de la especulación abstracta, sino por el
terreno firme de la historia de la salvación.

9
W. BEEUNING, La dottrina trinitaria, 28.
10
M. JÓHRI, Descensus Dei. La teologia della croce nell'opera di Hans Urs von Balthasar, Roma
1981,421.
11
H.U. VON BALTHASAR, Mysterium paschale, 284.
77

S-ar putea să vă placă și