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Fuentes del derecho

mercantil

Diana Marcela Sanchez Carrillo


Indice General

Introduccion .................................................................................................................. 4

Fuentes del derecho mercantil.................................................................................... 5

Evolución del derecho mercantil ................................................................................ 7

Ayuda de los comerciantes ....................................................................................... 10

Conclusiones .............................................................................................................. 11

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Fuentes del Derecho Mercantil

Introduccion
Este trabajo pretende acercarnos a las nociones más generales y básicas del Derecho
Comercial, sus componentes, sus bases y su historia.

En el busco agrupar las ideas de varios autores los cuales al consultarlos y adentrarme en sus
textos dejaron ver que algunos de los doctrinarios consultados son francamente brillantes.

Mi objetivo con este trabajo es conocer y conceptualizar los temas tratados a través de los ojos
de los que realmente conocen la materia y por tanto escribieron obras literarias jurídicas de
gran valor, las cuales logran despertar el interés por conocer la materia.

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Fuentes del derecho mercantil
Se entiende por fuente de donde brota surge o nace. Por lo que las fuentes del Derecho
Mercantil son aquellas que procuran el nacimiento de normas, sin embargo dichas no son
exclusivas del Derecho Mercantil.

Fuentes Materiales: Se llama así a los medios de expresión del derecho cuya autoridad
depende de la fuerza de persuasión que de ellos emana, constituida por los fenómenos de la
vida social y de las relaciones económicas que provocan su transformación y adaptación a las
nuevas condiciones ambientales.

Fuentes Formales: Es la forma externa de manifestarse el Derecho positivo y quedan


comprendidas en este grupo: La Ley y los Códigos: Que constituyen la fuente primera en los
modernos estados de derecho. Los Usos y Costumbres: Que conservan el valor como medio
de interpretación de los actos y contratos comerciales.

La Ley: Es la norma jurídica emanada de los órganos competentes del estado y destinada a
regular la materia comercial, es decir, todos los supuestos de hecho a los que la ley considera
mercantil, en cuanto ha sido dictada con el fin de regular principal y directamente dicha materia
mercantil

Debe recurrirse en primer termino al Código de Comercio, el cual integra los aspectos
generales del Derecho Mercantil, pues es dentro de su mismo cuerpo, Derecho sustantivo y
adjetivo, pero además se encuentra apoyado por una serie de leyes y reglamentos que regulan
materias específicas a las cuales llamamos "Leyes Especiales del Derecho Mercantil".

Estos hechos son los que han dado lugar a la promulgación de múltiples leyes especiales, que
han venido a modificar o a completar la regulación contenida en el Código.

Los Usos y Costumbre: Por uso se entiende la observancia de una regla o conducta, al igual
que las costumbres, la conciencia de su obligatoriedad ocurre por el uso social de donde
resulta tener los siguientes elementos: Uniforme, Frecuente, General, Constante. Además, de
un elemento psicológico o subjetivo, requiriéndose en el sujeto la convicción de que su
comportamiento responde a una necesidad jurídica.

Sin lugar a dudas y según se ha asentado, en los sistemas de Derecho escrito, la costumbre
ocupa un papel secundario o limitado en cuanto a la productividad de normas jurídicas, en
relación con la ley, aunque le reconocemos a aquélla el carácter de fuente formal autónoma e
independiente de ésta.

Ahora bien, en forma tradicional y unánime se reconoce que son dos los elementos
constitutivos de la costumbre, de los cuales uno es materia u objetivo (inveterata consuetudo) y
el otro psicológico (opinio iuris atque necessitatis), y se define como la repetición constante y
generalizada de un hecho, con la convicción de que ese actuar es jurídicamente obligatorio.

La costumbre, per se, tiene fuerza para crear normas jurídicas mientras que el uso desempeña
una función más modesta, que consiste en suministrar contenido a las normas legales que lo
invocan, además la costumbre, en cuanto constituye una norma jurídica, no está sujeta a
prueba, mientras que el uso, por integrar solamente un elemento de hecho, precisa probanza.
Es decir, por una parte, la costumbre constituye una fuente de Derecho paralela a la ley
(aunque de menor importancia) y por la otra que es frecuente que la ley, ante la presencia de
algunas o en prevención de ellas, haga referencia a elementos del hecho que vienen a
desempeñar una función integradora o supletoria, es decir, haga referencia a los usos.

En resumen y en aplicación de lo dicho al Derecho Mercantil, afirmaremos que, aunque


históricamente gran parte de las normas comerciales encuentran su origen en la costumbre, en
la actualidad la importancia de esta fuente ha disminuido sensiblemente, dada la frecuente

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intervención del legislador en materia de comercio y la posibilidad de dictar normas que se
ajusten en forma eficaz y rápida a las circunstancias siempre cambiantes del comercio. Sin
embargo, esto no quiere decir que no existan algunas costumbres comerciales que regulen
casos imprevistos por el legislador y otros de costumbres contrarias a disposiciones taxativas
(o sea, aquéllas que obligan a los particulares en todos los casos independientemente de su
voluntad) escritas, que traen como consecuencia su derogación.

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Evolución del derecho mercantil
El derecho comercial, independizado del Derecho Civil es de origen relativamente moderno,
primitivamente el cambio operaba en diversas formas de trueque, relación que se regulaba por
principios muy elementales. Luego, con la grabación de la moneda el trueque comienza a
perder relevancia siendo reemplazado por la compraventa, el cual se transforma en el contrato
característico y fundamental de la actividad mercantil.

Edad Antigua: El comercio, como fenómeno económico y social, se presentas en todas las
épocas y lugares. Por ello aún en los pueblos más antiguos pueden encontrarse normas
aplicables al comercio, o más bien, a algunas de las relaciones e instituciones a que aquella
actividad da origen. Así sucede en los sistemas jurídicos de Babilonia, Egipto, Cartago, entre
otros también los Fenicios y Griegos que con muy pocas disposiciones legales para el
comercio, ligados al crédito y a su vez, a la explotación marítima hicieron parte de la evolución
del derecho mercantil.

Sin embargo, en esos sistemas jurídicos no existió un Derecho especial o autónomo, propio de
la materia mercantil. Es decir, no existió un Derecho Mercantil como hoy lo entendemos, sino
tan sólo normas aisladas relativas a determinados actos o relaciones comerciales.

Entre esas normas los autores hacen especial mención de las llamadas "Leyes rodias" (de la
isla de Rodas), que en realidad constituyeron una recopilación de un conjunto de usos sobre el
comercio marítimo. Esas "leyes" han alcanzado fama a través de su incorporación al derecho
romano.

Derecho Romano: Tampoco puede hablarse de la existencia de un derecho mercantil –


especial o autónomo- en el sistema jurídico de Roma. Roma no conoció un Derecho Mercantil
como una rama distinta y separada en el tronco único del Derecho Privado (ius civile), entre
otras razones, porque a través de la actividad del pretor fue posible adaptar ese Derecho a las
necesidades del tráfico comercial.

Edad Media: El Derecho Mercantil como Derecho especial y distinto del común, nace en la
Edad Media, es de origen consuetudinario, dentro de los fines de un sistema feudal de
economía cerrada donde es poco propicio el intercambio mercantil, pero la revolución se
fundaba sobre la propiedad inmobiliaria que significaron el arribo a la edad de las naciones.

El auge del comercio en esa época, el gran desarrollo del cambio y del crédito, fueron entre
otras las causas que originaron la multiplicación de las relaciones mercantiles, que el Derecho
común era incapaz de regular en las condiciones exigidas por las nuevas situaciones y
necesidades del comercio.

A partir del siglo XII como consecuencia de los inventos, el renacimiento y los descubrimientos
geográficos, el comercio va transformándose en preponderante, y el mundo económico se
observa virtualmente modificado, la posesión e intercambio de metales las monedas, el
mercadeo, ocupan un legar de privilegio, y el mercader se transforma en una figura significativa
para facilitar el intercambio comercial y a su vez como enlace del intercambio cultural. Más
tarde se reunirían en ferias, constituyendo Ligas o Gremios para aglutinar poder en defensa de
los intereses profesionales del sector, y es allí donde aparecen las primeras manifestaciones
de un Derecho Comercial de carácter convencional, voluntario, sin depender de las autoridades
estatales y de excepción, ya que no se aplica al resto de la sociedad.

Las corporaciones perfectamente organizadas, no solo estaban regidas por sus estatutos
escritos, que en su mayor parte recogían practicas mercantiles, sino que además instituyeron
tribunales de mercaderes (jurisdicción consular), que resolvían las cuestiones surgidas entre
los asociados, administrando justicia según usos o costumbres del comercio.

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Así, en el seno de los gremios y corporaciones, principalmente en las florecientes ciudades
medievales italianas, va creándose un conjunto de normas sobre el comercio y los
comerciantes, tendientes a dirimir las controversias mercantiles, normas de origen
consuetudinario, que son aplicadas por los cónsules, órganos de decisión de aquellos gremios
o corporaciones.

Estas normas consuetudinarias, y las decisiones mismas de los tribunales consulares, fueron
recopiladas en forma más o menos sistemática, llegando a constituir verdaderos
ordenamientos mercantiles de la época.

Edad Moderna: Fue en Francia donde propiamente se comenzó no solo a comprender y


sentir la necesidad reclamada por la actividad del comercio, sino también se satisfizo
cumplidamente, asentando la piedra angular sobre que se ha levantado el edificio del moderno
Derecho Mercantil, el que desde entonces, emancipándose completamente del Derecho
Romano, del Derecho común y de los Derechos de asociación, no solamente ha adquirido una
verdadera autonomía jurídica, sino que tiende a obtener un carácter de universalidad
internacional, llegando su influencia, como es natural, hasta modificar los preceptos del
Derecho Civil de cada pueblo, pues el cotejo de los diversos códigos mercantiles, su estudio
comparativo por los jurisconsultos y su perfeccionamiento constante, conducen inflexiblemente
a correcciones del Derecho Civil, que de todas maneras tiene que estar en armonía con el
Derecho Mercantil de cada Estado.

Así partiendo de obras como el Code Merchant francés de 1673 un gran número de Estados
redactaron legislaciones similares para regular la materia que nos compete. Sobre todo la
materia de la legislación comparada adquirió, como era de esperarse, un gran desarrollo, pues
siendo el comercio cosmopolita por su naturaleza y por el grande impulso que en los tiempos
modernos le comunican las pacíficas relaciones internacionales, los tratados, las vías de
comunicación marítimas y terrestres, es natural que el Derecho Mercantil, reflejo de las
necesidades del comercio, tienda a buscar esa unidad de preceptos y doctrinas, esa
universalidad de principios que exige el cosmopolitismo del tráfico en sus diversas
manifestaciones.

Entre los varios ramos de la legislación mercantil hay algunos en que más se ha acentuado la
necesidad de uniformar el Derecho de las distintas naciones, como sucede en lo relativo a las
letras de cambio entre muchos otros aspectos.

Con motivo de la necesidad de uniformar por lo menos ciertos aspectos del Derecho Mercantil
entre las diversas naciones se comenzaron a celebrar congresos y conferencias entre estas
para llegar a acuerdos y tratados. Siendo la primera de ellas la reunión en Berna en 1878, a la
cual le han seguido innumerables intentos a través del tiempo con el fin de lograr la tan
deseada obtención de acuerdos que produzcan la uniformidad tan necesaria en materias
mercantiles.

En Colombia el auge minero estuvo asociado con consumos conspicuos entre una capa ínfima
de la población. La satisfacción de tales consumos dio un prestigio desmesurado al ejercicio
del comercio de las llamadas ropas de Castilla, es decir, de géneros importados que podían
proceder de muchos centros manufactureros europeos de artículos de lujo. El comercio más
lucrativo fue, con todo, el de los esclavos negros.

Como se ha visto, en este comercio intervenían rivalidades de las grandes potencias europeas.
El comercio de esclavos, o trata, trajo consigo también la introducción ilícita de otras
mercancías. La extracción de oro en polvo favorecía especialmente el contrabando, tanto de
esclavos como de mercancías. Ello condujo a prohibiciones rigurosas de navegación en los
ríos Atrato y San Juan y al establecimiento de un engorroso sistema de guías y contraguías
que los comerciantes debían exhibir en Mompox, Honda, Nare y las ciudades en donde debían
expender sus mercancías. El deseo de preservar la colonia del contrabando y la influencia
extranjera condujo también a la creación del virreinato de la Nueva Granada en 1719 y de
nuevo en 1740.

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Los mercaderes de la carrera se ocupaban del comercio al por mayor, en contacto directo con
factores de las casas sevillanas o gaditanas que operaban en Cartagena, y sus operaciones
individuales podían alcanzar el monto de una mediana fortuna. Muchas veces se trataba de
criollos o de inmigrantes españoles que podían convertirse con el tiempo en terratenientes o
financiar empresas mineras. Al lado de tan prestigiosos comerciantes figuraban también
pequeños tratantes o comerciantes al por menor, que por lo común tomaban mercancías a
crédito y las distribuían, igualmente a crédito, en centros de consumo como los reales de minas
o villas y pueblos de indios. Por debajo de ambos estratos reconocidos de comerciantes
actuaba una masa heteróclita de intermediarios, principalmente pulperos y contrabandistas de
tabaco y aguardiente.

Durante los siglos XVI y XVII el comercio estuvo limitado por la circulación restringida de signos
monetarios. Aun si los indígenas fueron obligados en alguna medida o monetizar ciertas
relaciones sociales básicas, la coerción sobre el trabajo los privaba de un acceso a la moneda.
Semejante situación preservó las formas tradicionales de los intercambios indígenas. Este tipo
de relación debió de extenderse incluso a la masa creciente de mestizos que se iban
incrustando en los resguardos indígenas. En el curso del siglo XVIII, sin embargo, blancos
pobres, mestizos y mulatos encontraron una oportunidad en la comercialización de productos
como el tabaco, la miel y el aguardiente. Después de 1740 la Corona emprendió la tarea de
estancar estos productos de un amplio consumo. Ello dio origen a conflictos sociales
esporádicos y a la aparición de contrabandistas como un tipo social.

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Ayuda de los comerciantes
A los presidentes de Colombia
Desde hace varios años atrás el régimen presidencial se ha visto influido por condiciones de
tipo político y de tipo económico, el manejo político en gran medida ha sido apoyado con
recursos de quienes ostentan el poder económico a través de muchos años en el país ello
implica que los presidentes que ha tenido Colombia en su gran mayoría por no decir que todos
han manejado sus campañas con ayuda de los empresarios y comerciantes es obvio suponer
que también entraron a formar parte del poder decisorio de las directrices administrativas del
estado, (FENALCO – ANDI - ACOPI), que de uno u otra manera tienen intereses en el manejo
político del gobierno y su interlocución es mucho más valida si algunos de sus miembros
forman parte del gobierno.

La parte económica representada por los comerciantes y los industriales hacen parte del
manejo político del país. Los comerciantes cuyos capitales han ido creciendo a través del
tiempo han colaborado generando empleo y reactivando la economía, ayudando a generar una
mejor calidad de vida.

Por otra parte los gremios económicos bien sea industrial o comercial participan en el proceso
de elección de los presidentes de manera indirecta ayudando económicamente a la campaña
electoral que a su vez es directa por son estos en últimas los que van a defender sus propios
intereses económicos si el candidato “x o y” es elegido.

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Conclusiones
Con este trabajo pude observar la importancia de los comerciantes y del Derecho Comercial en
general, no solo en nuestro país sino en el mundo, pues gracias a ellos hoy nos proveemos de
muchas formas de intercambio de bienes y servicios según la necesidad individual o colectiva
de cada ser humano.

Además reforcé mis propios conceptos de comercio y pude dar mi punto de vista de cómo
influye el comercio en nuestro gobierno y así disfrutar la elaboración de este trabajo.

- Historia Económica Colombiana, Ocampo José Antonio

- Las fuentes del Derecho Colombiano, Silva Romero Eduardo

- Las Fuentes del Derecho Comercial, Arcinie as Parga Carolina

- Biblioteca Virtual Luis Angel Arango

Publicación enviada por Diana Marcela Sanchez Carrillo


Contactar mailto:sintraidu@idu.gov.co

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