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Extracto del capitulo 18 del libro "La Dieta de la Edad de Piedra", de Walter L.

Voegtlin (1975-
gastroenterólogo)
(Traduccion por Ger Grotewold)

Sobre calculos biliares, úlceras pépticas, gota y nefritis

(...) Los cálculos biliares y las enfermedades de la vesícula biliar son a menudo resultado de la
grasa deficiente en la dieta. Como se describió anteriormente, la presencia de grasa en la dieta
hace que la vesícula se contraiga, expulsando su contenido en el intestino para ayudar a digerir la
grasa. Esta evacuación períodica asegurada por una dieta con grasas suficientes es en efecto una
"detox" del órgano; cuando esto no ocurre, la bilis contenida se vuelve espesa y concentrada
hasta el punto en que algunos elementos de la bilis, como el colesterol y los pigmentos biliares,
pueden precipitarse en la forma de piedras. Este estancamiento en la vesícula inactiva también
permite que la infección gane un punto de apoyo que, además de fomentar la formación de
cálculos biliares, resulta en una expansión del órgano, pérdida de la función o inflamación aguda.

La úlcera péptica se define como cualquier úlcera del tracto digestivo que se forma por digestión
ácido-pepsina. Ambas sustancias (ácido clorhídrico y pepsina) se encuentran en los jugos
gástricos. Facilitan la disolución de alimentos dentro del estómago con el fin de hacerlos más
fácilmente digeribles por el jugo pancreático. Si la ubicación exacta de una úlcera péptica es
conocida, entonces se designa como: úlcera gástrica (dentro del estómago); úlcera duodenal
(dentro del duodeno), etc. Un paciente no puede tener una úlcera péptica si su estómago es
incapaz de secretar tanto ácido clorhídrico como pepsina. Por el contrario, él es más apto para
formar una úlcera si el ácido y la pepsina están presentes en exceso o no son neutralizados por
los alimentos. Dado que tanto el ácido como la pepsina trabajan exclusivamente sobre la
proteína, se puede ver que una ingesta alta de proteínas hará que estos (los ácidos y las
pepsinas) sean gastados en los alimentos ingeridos en lugar de en las paredes del estómago o
duodeno. Los alimentos con carbohidratos neutralizan el ácido y la pepsina pobremente y por lo
tanto son alimentos pobres para el paciente peptico. Si bien no se puede afirmar de forma
inequívoca que la dieta normal alta en carbohidratos de hoy en día sea la causa directa de la
úlcera péptica, el tratamiento de esta condición por dicha dieta es a menudo insatisfactorio
incluso con medidas auxiliares, tales como la dosificación frecuente con antiacídos y
medicamentos para disminuir las secreciones del estómago. Muchos problemas de úlceras
pépticas sanan rápidamente con una dieta rígida baja en carbohidratos, incluso con una terapia
farmacológica mínima. Este régimen es especialmente beneficioso para el obeso paciente de
úlcera , que ha ganado una gran cantidad de peso por la comida frecuente y el consumo de leche
para asegurar el alivio temporal del dolor.

Abundante grasa dietética también es necesaria en el tratamiento de úlcera péptica. Se ha


demostrado que la grasa en el duodeno evoca una sustancia (enterogastrone) que es específica
en la producción de ácido y pepsina, e incluso ejerce un papel protector contra la recurrencia una
vez la ulcera ha sanado. Cada gastroenterólogo tiene familiaridad con la notable mejoría en el
paciente con úlcera péptica después de que se haya añadido grasa adecuada a su dieta.

Los pacientes con úlcera péptica con frecuencia tienen un problema de gas causado por el
espasmo y la motilidad desordenada del esófago y estómago. Regurgitación frecuente de ácido y
pepsina en el esófago resulta en verdadera inflamación de ese órgano, aumento del dolor, e
incluso ulceración y sangrado.
Los pacientes con esta esofagitis secundaria serán beneficiados por el bajo volumen y el alto
poder amortiguador de ácido-pepsina, de la dieta baja en carbohidratos.

Si bien las anteriores son enfermedades que se sabe que son causadas o agravadas por una baja
ingesta de proteína animal y grasa, lo contrario la enfermedad causada por un uso excesivo de
proteínas animales o grasas nunca se ha descrito. La gota es una enfermedad hereditaria, ya
presente al nacer mucho antes de que el individuo probara su primera carne. A pesar de que es
un anomalía metabólica en la que el aminoácido glicina forma anormalmente grandes cantidades
de ácido úrico, modernos estudiosos de la enfermedad han demostrado que la gravedad de la
gota no es disminuida por la restricción de proteínas. Nefritis crónica (enfermedad renal),
anteriormente tratada con restricción de proteínas, es ahora mejor gestionada en la mayoría de
los casos con una dieta completa de proteína animal. (...)

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