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sujeto omnipresente atraviesa su noción añadiría que a veces puede resultar fe-
del poder, la aparición del término liber- cundo conjurar a los fantasmas que
tad determina la khere foucaultina. Por acechan a nuestros filósofos.
eso quería resaltar que, hasta Voluntad
de Saber, el trabajo de crítica y denuncia María Luciana Cadahia
permanente tenía un carácter estricta- Universidad Autónoma de
mente destructivo y no ofrecía un marco Madrid- España
luciana.cadahia@gmail.com
conceptual para pensar posibilidades
reales de resistencia activa y prácticas
de la libertad. Lo que intento mostrar, Pereira, Gustavo. “Justicia distribu-
por tanto, es que la noción de poder en tiva: medios y capacidades”, Diánoia.
Foucault se vuelve demasiado unilate- [Universidad Nacional Autónoma de
ral si no se presta atención a su noción México] 49/53 (2004): 3-32.
opuesta: la libertad. De ahí que mi in-
tención fuera pensar ambos términos, Gustavo Pereira presenta una in-
poder y libertad, de manera especulati- terpretación de la teoría de Ronald
va. Es decir, deseaba profundizar en un Dworkin de la justicia distributiva.
aspecto que quizá Foucault no llegó a Plantea que la igualdad de recursos de
pensar en toda su radicalidad, a saber: Dworkin “puede interpretarse como
cómo se articula esa “y” que se inscribe una teoría que conjuga la igualdad de
entre el poder y la libertad. Mi apues- medios con la igualdad de capacidades”
ta consistió en otorgarle a esa “y” una (4). Apoya esta interpretación en la ob-
función especulativa que une y a la vez servación de que la igualdad de recursos
separa ambos dominios. Si Foucault se de Dworkin maneja un criterio propio
limitase a introducir la noción de liber- de teorías de medios –el test de la envi-
tad para contrarrestar el papel del poder, dia–, y un criterio propio de teorías de
no habría hecho otra cosa que propi- capacidades –el mercado hipotético de
ciar un nuevo dualismo entre ambos seguros–. Sostiene que, debido a esta
términos. Una dialéctica empobrecida fusión de medios con capacidades, la
que reiteraría un vínculo externo, en igualdad de recursos de Dworkin evita
el que poder y libertad se enfrentarían tanto los riesgos de perfeccionismo de
como totalidades idénticas a sí mismas y las teorías de capacidades, como los de
opuestas a su otro. Los foucaultianos or- subjetivismo de las teorías bienestaris-
todoxos posiblemente se espanten con la tas, y también la rigidez de las teorías
estrategia que intenté llevar a cabo en el de medios. La interpretación de Pereira
artículo que Piracoca menciona –y que muestra que una teoría de la justicia
luego amplío en otros textos–, puesto distributiva satisfactoria sería aquella
que introduzco el fantasma de Hegel en que no sólo define el ser de la justicia
el corazón de la teoría de Foucault. Pero y determina cómo llevar a cabo un re-
eso ya sería otra discusión. Solamente parto justo, sino que, además, al tener
en cuenta la variación de las subjetivi-
dades, se preocupa de asegurar que las
tensiones irresueltas como para fijar su
teoría en una sola dirección. personas puedan desarrollar aquellas
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amplia y profunda que las de otras Pereira, que busca evaluar las teorías
alternativas, entre otras razones, porque de justicia distributiva, seguramente
reúne las virtudes de esas alternativas en tiene una posición acerca de cuál, en-
una misma teoría. No obstante, esta no tre las teorías que compara, resulta más
es una razón suficiente para pensar que fuerte. Así lo pienso, puesto que, en
su propuesta sea más fuerte. Dworkin otros artículos y libros, el autor expone
supera los riesgos en que incurren las de forma mucho más amplia y detallada
propuestas alternativas, al suponer una su interpretación de Dworkin. No obs-
distinción entre persona y circuns- tante, en este artículo no explica mucho
tancias que, como reconoce el mismo más a fondo si su interpretación impli-
Pereira, puede ser interpretada como ca que la propuesta de Dworkin resulta
dogmática. Según Pereira, “esta distin- más fuerte que las otras, aunque lo su-
ción, que equipara el par formado/no giere. No quisiera dar a entender que,
formado con el par circunstancias/per- debido a ello, la conclusión del artícu-
sona, es una distinción dogmática, ya lo sea insuficiente. Pereira no debía, ni
que en ambos lados de la línea es posible tenía, que explicar estas implicaciones
encontrar tanto lo formado como lo no (hay quienes acostumbran a decirle a
formado. De ahí que, al volver la aten- los autores lo que debieron hacer, como
ción al par circunstancias/persona como si hubiera una única forma de trabajar
ámbitos en los que se presenta también en un problema determinado que el
lo elegido y lo no elegido, se deba recono- autor estuviera obligado a seguir). Las
cer que, en el nivel de la persona existen preguntas expuestas surgen debido a
algunas características que son produc- la forma como Pereira expone su in-
to de su elección y otras que no lo son, terpretación de la igualdad de recursos
y que en el espacio de las circunstancias de Dworkin. Lo que considero es que
se da la misma situación” (23). Es impor- dicha interpretación pone de manifies-
tante recalcar que esta distinción entre to varias preguntas, y no resulta claro
personas y circunstancias constituye la si Pereira las responde en otros con-
base de la teoría de Dworkin de igualdad textos, o si, en cambio, el estado de sus
de medios (pues este justifica la realiza- investigaciones aún no proporciona las
ción de ciertas distribuciones con base respuestas respectivas, lo que, en todo
en esta distinción). Por esta razón, si esta caso, no tiene por qué ser un problema.
distinción resultara errónea, la teoría no Lo cierto es que Pereira pretende llevar
podría ser verdadera, y, por ello, aunque a cabo una evaluación de las teorías de la
superara los riesgos de propuestas alter- justicia, pero no la realiza por completo
nativas, no se podría decir que sea la más en este artículo; lo que remite al lector a
fuerte de todas. Por el contrario, si se otros textos y libros escritos por el autor.
supone que una de las propuestas alter- Otra pregunta importante que
nativas incurre en determinados riesgos, pone de manifiesto este artículo, y que
pero que, sin embargo, está asentada guarda relación con lo dicho anterior-
en fundamentos válidos, se podría ar- mente, se ocupa de la noción de justicia
gumentar que resulta más fuerte que de Dworkin. ¿Cómo se justifica la no-
la de Dworkin. ción de justicia que se afirma al emplear
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pensando, por ejemplo, en las teorías frutos del trabajo a ciertos individuos
de la justicia del liberalismo liberta- para dárselos a otros, y, por esta razón,
rio (Nozick y Otsuka, por ejemplo). En viola los acuerdos voluntarios que llevan
Medios, capacidades y justicia distribu- a cabo los miembros de una sociedad po-
tiva: la igualdad de recursos de Dworkin lítica. Otsuka (2003) ha mostrado que el
(2004), Pereira ya había observado que libertarianismo de izquierda (left-liber-
el mérito de la teorías de la justicia dis- tarianism), una teoría de la justicia que
tributiva de Dworkin consiste en que surge de una reinterpretación del Second
proponen un sujeto autónomo que no Treatise of Government de John Locke,
está inscrito en una lógica de medios a puede asegurar la equidad sin violar las
fines, sino que también “está determina- libertades individuales. Esta teoría re-
do por aquello que tiene valor en sí y que sulta, en buena medida, del abandono
pone las bases de la cooperación social” de una serie de concepciones, criterios
(16). Este diagnóstico es muy potente, y y argumentos que afirman liberales
muestra bien cómo la concepción de la igualitarios como Rawls y Dworkin (por
condición humana de Dworkin supera ejemplo, el supuesto de que una socie-
las teorías fundamentadas en concep- dad política es una forma de asociación
ciones que ven al sujeto como si la única involuntaria). No obstante, al igual que
razón de que pudiera hacer uso fuera los liberales igualitarios, Otsuka acep-
la razón instrumental. No obstante, no ta la realización de redistribuciones,
necesariamente una concepción de este solo que las justifica con presupuestos,
tipo tiene por qué estar ligada de mane- mecanismos y concepciones diferentes
ra exclusiva al liberalismo igualitario de a los de aquellos. Por esta razón, si se
Dworkin. Pienso que esta concepción alimentaran las teorías libertarias de la
puede alimentar la exégesis de las teo- justicia con la concepción de Dworkin
rías libertarias de la justicia, en las que de la condición humana, estas teorías se
también la cooperación voluntaria tiene fortalecerían de tal forma que la compa-
un notable peso argumentativo, como se ración entre la propuesta de Dworkin y
podrá dar cuenta cualquiera que analice las propuestas de los liberales libertarios
con detalle las bases de las reflexiones de resultaría fértil e interesante.
Nozick o Hayek sobre la justicia.
Llevo a cabo esta precisión, ya que, Bibliografía
por muy acertada que sea la concepción Otsuka, M. Libertarianism without in-
de la naturaleza humana de Dworkin, equality. New York: Oxford University
esta no supera el principal problema Press, 2002.
de las teorías de la justicia distributiva Pereira, G. Medios, capacidades y
de los liberales individualistas, a saber, justicia distributiva: la igualdad de re-
el hecho de que la realización de distri- cursos de Dworkin. México: Universidad
buciones con miras a lograr la justicia Nacional Autónoma de México, 2004.
social, una tarea que estos liberales le
atribuyen al Estado, implica un abuso Guillermo García Parra
de autoridad por parte de este último, Universidad de los Andes - Colombia
que por medio de la violencia le quita los aule999@hotmail.com
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