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Como es habitual con la jerga, el vocabulario especial de los piratas informáticos ayuda
a ocupar lugares en la comunidad y expresa valores y experiencias compartidas.
También, como de costumbre, no conocer la jerga (o usarla inapropiadamente) define a
uno como un extraño, un mundano o (lo peor de todo en vocabulario hack)
posiblemente incluso un traje. Todas las culturas humanas usan la jerga de esta triple
manera, como una herramienta de comunicación, de inclusión y de exclusión.
Sin embargo, entre los piratas informáticos, la jerga tiene un aspecto más sutil, tal vez
paralelo a la jerga de los músicos de jazz y algunos tipos de artistas, pero difícil de
detectar en la mayoría de las culturas técnicas o científicas; partes de él son códigos
para estados compartidos de conciencia. Existe una amplia gama de estados alterados y
posturas mentales de resolución de problemas básicas para la piratería de alto nivel que
no encajan en la realidad lingüística convencional mejor que un solo Coltrane o una de
las composiciones surrealistas de trompe l'oeil de Maurits Escher (Escher es un favorito
de los hackers), y la jerga de los hackers codifica estas sutilezas de muchas maneras
obvias. Como un ejemplo simple, tome la distinción entre un kluge y una solución
elegante, y las diferentes connotaciones asociadas a cada uno. La distinción no es solo
de importancia ingenieril; llega directamente a la naturaleza de los procesos generativos
en el diseño del programa y afirma algo importante sobre dos tipos diferentes de
relación entre el hacker y el hack. La jerga de los piratas informáticos es inusualmente
rica en implicaciones de este tipo, de matices y matices que iluminan la psique pirata.
Los hackers, como regla, aman los juegos de palabras y son muy conscientes e
inventivos en su uso del lenguaje. Estos rasgos parecen ser comunes en los niños
pequeños, pero la máquina que hace cumplir la conformidad que nos complace llamar
un sistema educativo los aparta de la mayoría de nosotros antes de la adolescencia. Por
lo tanto, la invención lingüística en la mayoría de las subculturas del Occidente
moderno es un proceso detenido y en gran parte inconsciente. Los hackers, por el
contrario, consideran la formación de jerga y el uso como un juego para jugar por placer
consciente. Sus invenciones muestran, por lo tanto, una combinación casi única del
disfrute neoteno del juego de idiomas con la discriminación de la inteligencia educada y
poderosa. Además, los medios electrónicos que los unen son conexiones fluidas,
"calientes", bien adaptadas tanto a la difusión de nuevas jergas como al sacrificio
despiadado de especímenes débiles y superannuados. Los resultados de este proceso nos
dan quizás una visión excepcionalmente intensa y acelerada de la evolución lingüística
en acción.