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Se propone una hipótesis validada sobre la Heurística y su uso en clase para obtener
resultados notables. Este método fue presentado a la Comisión de Física del Ministerio
de Educación de mi país y publicado por el Departamento de Educación de Adultos del
propio ministerio. Se insertan ejemplos utilizados en la docencia por el autor. Avisamos
que es un método nuevo, diferente de la Enseñanza Creativa y del Braimstorming
usados en Estados Unidos o de la Enseñanza Problémica (por problemas) usada en
Rusia, ya que se basa específicamente en la acción heurística y no se limita a la
flexibilidad de las ideas, la imaginación libre o la fantasía. El método se hizo evidente a
partir de relatos sobre cómo llegaron a la mente los descubrimientos de Newton,
Farnsworth, Kekulé, Darwin, Demócrito y otros genios reconocidos, y ha sido
comprobada su efectividad en la práctica docente durante más de treinta años.
INTRODUCCIÓN
¿Cómo aparecen esos destellos brillantes en la mente de las personalidades que han
construido el saber humano? ¿Ha sido la casualidad, el toque de un ser alado, la
predestinación? Y si es solamente un arte más del cerebro, extraordinaria propiedad que
tenemos todos los seres humanos, ¿cómo hacer para que en los niños y jóvenes que
educamos se desarrolle esa propiedad que parece un milagro, pero no lo es? Se avizora
la importancia que para el futuro tendría que nuestros profesionales de todas las ramas
sean seres ingeniosos y no zombis que caminan por el camino trillado. Cuántas
enfermedades sanaríamos, cuántas invenciones nos harían más llevadera la vida, cuánta
esperanza entregaríamos a nuestros iguales. En este trabajo proponemos una opción
viable para ello, que además de permitir el desarrollo de la capacidad creadora en los
estudiantes, hace también más entretenida nuestras clases. Propongo el desarrollo de
una buena parte del pensamiento que hoy permanece inactiva. Y si esto parece un
imposible, léase y júzguese.
EL ENIGMA DE LA HEURÍSTICA
Ahora bien, como la acción heurística es inconsciente parece inaccesible. Todos los
tratadistas están de acuerdo en que, al no poderse conocer el modo de pensar con el que
se ha llegado a la idea intuida, es imposible saber si el método desarrollado por nuestro
subconsciente ha sido correcto o no.
Para explicar esta función cognitiva Descartes aceptaba que se ponían en marcha ideas
innatas que se conectaban con ideas surgidas por la experiencia. Daniel Kahneman –
premio Nobel de Economía en 2002 – propuso que el fenómeno sería causado por
determinados "atajos mentales" desarrollados a lo largo de la evolución. Por su parte los
esotéricos afirman que las causas de la acción heurística residen en capacidades
extrasensoriales del individuo. Finalmente, existen teóricos que niegan la existencia de
la intuición, la causa de los descubrimientos la adscriben al intenso trabajo humano.
Pues bien, a riesgo de semejar una suficiencia que el autor de estas líneas rechaza,
vamos a mostrar en esta monografía no solo la causa del acto heurístico, sino además el
método para conocer la legitimidad de este acto y, lo más importante, la manera de
instruir a los estudiantes para que desarrollen sus capacidades intuitivas con un nuevo
método pedagógico que muy bien pudiera denominarse: "Método de enseñanza-
aprendizaje mediante la acción heurística".
El ser humano es un ente natural, tal como lo son un molusco, un rosal o una estrella.
Todo lo natural debe obedecer las mismas leyes generales de desarrollo o los entes se
excluirían mutuamente, no habría patrón para establecer lo natural. Esto no excluye que
existan leyes específicas para cada entidad existente, significando por entidad el
conjunto de organismos similares. Desde hace mucho se conoce que el pensamiento del
hombre, esencia del ente natural ser humano, sigue los patrones del análisis-síntesis
(aproximadamente razonamiento-acción heurística). De manera semejante se comportan
los sistemas biológicos: una célula fecundada se divide en dos pero esta progresión no
continúa un camino arbitrario, sino que cuando hay suficiente de ellas todas se integran
en un primitivo ente organizado, el cual solo así tiene capacidad para repetir la
progresión en una nueva multitud de células que finalmente quedan también
organizadas en otro ente y al ocurrir varios entes quedan todos integrados en el ente
superior que los completa a todos. En el caso del animal se identifica la progresión
cigoto, mórula, blástula, gástrula, generalidad que se va particularizando para formar las
distintas especies. De esta manera se forma el molusco, el hombre, el rosal o la estrella
(polvo cósmico que la gravedad atrae hasta lograr los procesos de fusión-fisión, síntesis-
análisis, característicos de su radiación energética). Esta vía general la siguen todos los
seres vivos tanto en su etapa de gestación individual como en su etapa de evolución
como especie: y es por esta causa que los biólogos formulan que "la ontogenia repite a
la filogenia". Como se puede ahora comprender, tanto en el desarrollo del pensamiento
como en el desarrollo de los seres vivos, la descentralización (razonamiento analítico,
multiplicación de células) va conformando una centralización (razonamiento sintético,
formación de una entidad biológica) y viceversa. La descentralización conduce a la
centralización a la vez que la centralización conduce a la descentralización. No importa
que en cada etapa predomine una de ellas, ambas existen siempre. En realidad, este
proceso sigue cuatro etapas que no exponemos aquí porque nos apartaría del objetivo,
pero que puede leerse en "La breve sonrisa de Leonardo", publicado en este mismo sitio
digital en 2007 y donde se expone cómo la historia de la humanidad y la historia del arte
siguen esta misma ley.
En el caso del mundo físico, una multitud de micropartículas separadas pero incluidas
en un recinto, si están suficientemente energizadas formarán átomos, los átomos se
fusionan en átomos cada vez mayores que a su vez se fisionan, se unen en moléculas y
estas en partículas que a su vez pueden separarse de nuevo. Así, el proceso de
centralización conforma descentralizaciones y viceversa, también en el mundo físico.
Pasemos ahora al habla, el lenguaje. Los sonidos que produce el aparato fónico los
simbolizamos por letras y sus combinaciones, los grupos silábicos y las sílabas. ¿No
sería interesante la siguiente novedad?: forma con los grupos silábicos palabras y con
las palabras, grupos silábicos. ¿No sería interesante para los alumnos de las Secundarias
que con la palabra muchedumbre formaran dos palabras? Muchos y hombres. Muchos-
hombres. Muchedumbre. ¿No desarrollaría el pensamiento lógico y el heurístico en los
jóvenes? ¿No descubre el significado de la palabra muchedumbre sin necesidad de ir al
diccionario? No será muy formal, pero es un juego. Y este juego hace fluido y flexible
el pensamiento y permite encontrar una visión desconocida en las palabras. También
puede proponerse que, como a los niños los pelan bajito, o sea, los pelan mocho, se
encuentre una palabra que se signifique niño pero que se parezca a mocho. Y es
interesante este juego porque así mismo descubrió el ser humano la palabra muchacho.
No es difícil entender esto acudiendo a algunas anécdotas contadas por sabios a quienes
de repente les llegó a la conciencia una idea que solucionaba el problema que
enfrentaban. Lamentablemente no pueden ser muchos los ejemplos porque han sido
pocos quienes han poseído esa formidable capacidad de introspección para darse cuenta,
tomar conciencia de ello. Pero con unos pocos basta porque conducen a conclusiones
convincentes.
Tratemos ahora un importante asunto. Desde mucho se sabe que también se hacen
descubrimientos por una "inducción lógica". Cuando un fenómeno que provoca
determinado efecto se repite varias veces, el investigador supone que ese fenómeno es la
causa del efecto. Ahora bien, depende de cómo sea hecha esa inducción. Si la impresión
sensorial del fenómeno que se repite, o su noción por cualquier vía, conduce a un
conocimiento general que abarca la esencia de los fenómenos experimentados, dada la
semejanza de los rasgos fundamentales que en ellos hay, la inducción se reduce al
eslabonamiento de sucesos que hemos presentado aquí, o sea, es un "Descubrimiento
por Semejanza de Esencias"; pero si no conduce a una noción general incluyente, se
pudiera replicar ante tal descubrimiento el argumento de Carl Gustav Hempel sobre los
cuervos negros: aunque todos los cuervos que hayan sido vistos sean negros, esto no
prueba que el próximo en verse sea de otro color. Una Semejanza de Esencia ocurre
cuando Newton, después de conectar la "caída" de la Luna con la caída de la manzana,
posteriormente se da cuenta que la fuerza que hala la manzana del árbol no tiene nada
que la anule para que alcance también la Luna, o cuando Kekulé, después de conectar
una pesadilla que tuvo con las fórmulas químicas, comprende posteriormente que las
fórmulas no tienen por qué poseer un principio y un final.
La personalidad del descubridor tiene que ser crítica de aquello que le han enseñado, y
debe ser un retador, listo para reponerse a los futuras tropiezos, críticas y hasta
escarnios. Parece cierto lo que alguien señaló un día, y está de acuerdo con lo que
aparece en las biografías, que cuando la idea genuinamente novedosa surge pasa por
cuatro etapas: primero se la considera un disparate, pasado cierto tiempo le reconocen
cierta veracidad, pero pequeña; en una tercera etapa le reconocen todo su valor pero
aseguran que ya ha sido enunciada, que es un fraude, y finalmente se la reconoce como
la solución verdadera y novedosa pero de un carácter totalmente evidente, por lo cual no
tiene ninguna importancia como descubrimiento.
Las apariciones del uróboros se han dado en estados anímicos tranquilos, parece
necesario que la preocupación por el descubrimiento tenga que ser dejada aparte y que
solo se piense en él como algo curioso, interesante. Porque es obligada la motivación
necesaria por el problema para que aparezca la conexión, pero el estado de ánimo al
pensar en ello de ninguna manera podría ser tenso: la noción de aquello que se investiga
y la noción semejante que se conectará con la primera deberán asociarse solas, y para
ello es probable que se requiera de un estado con la mayor calma. Einstein, quien
posiblemente fuera consciente de esto, solía disfrutar a menudo de tranquilos paseos en
tren. Ya hemos visto que Newton tal vez descansara a la sombra de un árbol cuando se
le apareció el uróboros u ocurrió algo parecido. Puede que pensando en cuál fuerza
sujeta a la Luna haya tomado descuidadamente una manzana. Contrario a esto,
Mendeléyev gritaba, gruñía y maldecía cuando no encontraba las soluciones y cuando
los que le escuchaban acudían alarmados, espetaba que maldecía para que no se le
produjesen úlceras. Esto último indica que después del desfogue llegaría una tranquila
calma deseable para el acto heurístico. Cuando dos elementos tenían propiedades
químicas similares, pero no cabían en la misma columna por no corresponderse
periódicamente sus masas atómicas, se le ocurrió forzar la masa del elemento que no
encajaba. O sea, una acción egoísta y despreciativa del mundo, "los demás poco me
importan con sus masas atómicas equivocadas", le fue benigna. Cuando no había
elemento para continuar una columna, similar actitud le hacía intuir que "ya aparecerá,
no ha sido descubierto". Y dejaba la casilla vacía. Solo así pudo conformar la
periodicidad de los elementos. Y el futuro le dio la razón.
LA INÚTIL CURIOSIDAD
Este vocablo se entiende a menudo como fisgoneo, indiscreción. No seas tan curioso, le
espetan a mucha gente. Y así, según esta norma, se crían nuestros chicos. Hay que ser
discretos, serios, estereotipados. No rompas las normas ni las buenas costumbres. Pero,
¿qué son las buenas costumbres? No mentir, no robar. Y a veces decir una mentira es
salvar una vida. Y a veces robar no es un pecado como en el caso de Jean Valjan, todo
lo contrario, si no roba mata a su hija. Porque buena costumbre es ser siempre atrevido y
mirar la espalda de las cosas. Buena costumbre es desconfiar de lo que parece ser y
encontrar lo que realmente es. Buena costumbre es cuestionar todo y no describirlo
según se lo han contado a uno. Si miras el cielo, encuentra los rostros que forman las
nubes y pregúntate por qué son grises cuando se llueven. Si miras la tierra, encuentra los
frutos de las hierbas silvestres. Si miras el mar, no digas que es azul, eso no sirve para
nada: descubre dónde es azul verdoso, azul rosa, azul negro y trata de averiguar por qué
se ven esas tonalidades. Si miras las aves, curiosea por qué los cuervos son negros y las
gaviotas son blancas. Si miras los animales, intenta entender por qué hay osos negros y
osos blancos. Hazte curioso y te harás un hombre de bien.
Cada instante de la historia humana requiere ser impulsado so pena de lesa humanidad.
Aquí juega un importantísimo papel el arte y la literatura. Esta última crea arquetipos a
seguir o no seguir para evitar la barbarie. El arte crea estructuras que hacen lo mismo,
véase al efecto "La breve sonrisa de Leonardo" en este mismo sitio digital. Pero la
literatura puede crear los arquetipos de dos maneras diferentes: haciéndolos patentes
como ocurre con el Realismo Socialista o velándolos como ha ocurrido con las obras
literarias descollantes. Me refiero a los resultados finales que se producen en el ánimo
de los lectores independientemente de si el autor tomaba conciencia de su creación o no.
Supongamos El Quijote, especialmente la primera parte de 1605. Analizado a baja
lectura es una obra para divertir y reírse de un desdichado loco. Sentido a alta lectura es
una obra para conmoverse por un anciano quien no teme a una gavilla de monstruos que
agitan los brazos como molinos de viento. O sea, toca en el corazón para evitarle a su
dueño caer en las nimiedades cortesanas de aquella aristocracia parásita española. Y
como existen y existirán las mediocridades, la obra se convierte en inmortal. El héroe
está debajo de un disfraz de loco. Y por eso no llega al entendimiento del lector sino a
su sentimiento. He tenido la experiencia de ver a espectadores reír y a la vez llorar tan
solo por asistir a la brillante encarnación de El Quijote que hizo el actor Nikolai
Cherkásov bajo la dirección exquisita de Grigori Kozíntsev en el arisco paisaje de
Crimea.
Se deja caer una esferita por un plano inclinado. Primeramente, se hará conducir la
bolita después de la caída, por un terreno rugoso; en segundo lugar, por un terreno de
madera regularmente lisa y finalmente por un suelo bien liso. Los alumnos observan que
la distancia que recorre la bolita va aumentando. Y ahora se hará la pregunta heurística:
¿Qué pasaría si el suelo fuera de hielo muy liso? ¿Qué semejanza pueden hacer con el
movimiento de los satélites artificiales de La Tierra?
Al inicio quedarán sorprendidos pues existe una gran diferencia con lo que están
acostumbrados a preguntarles los profesores. Pasado un tiempo aparecerán respuestas
equivocadas y el profesor animará a continuar respondiendo. Al cabo aparece la
respuesta heurística: "la bolita se moverá mucho más, como los satélites".
BIBLIOGRAFÍA
Ecured.