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La adoración cristiana en el contexto de Isaías 6:1-8

Asistimos a un momento inédito en la historia de la iglesia, la adoración cristiana en

su expresión cúltica ha sufrido una profunda transformación en las últimas cuatro décadas.1

De una situación de liturgia estructurada y centrada en la palabra; ahora tenemos un culto

informal influenciado por los cambios tecnológicos, por el movimiento carismático, donde

el cuerpo juega un rol central y lo visual es apreciado más que lo verbal.2 Se ha tratado de

explicar este fenómeno pero en realidad no hay una respuesta fácil y única. Por otro lado,

al hablar de adoración cristiana reconocemos que tiene varias connotaciones. La primera

describe los actos de alabanza; la segunda apunta a la actividad cúltica; y la tercera se

refiere al estilo de vida que agrada a Dios.3 Para Peterson en el contexto del Antiguo

Testamento la adoración que complace a Dios implica homenaje, servicio cúltico y

reverencia demostrada en toda la vida.4

A la luz de estas dos consideraciones revisaremos la vida del profeta que tuvo una

enorme influencia en el tema de la adoración del pueblo de Dios en al Antiguo Testamento:

Isaías. En el libro se narra la historia de su llamado (Is 6:1-8). Para Brueggemann, Isaías

6:1-13 sigue el bosquejo clásico de la adoración: alabanza (vs. 1-4), confesión (v. 5),

perdón (vs. 6-7) y comisión al llamado profético (v. 8).5 Al meditar en este pasaje surgen

las preguntas: ¿Cuál fue el contexto socio-político y religioso de Isaías? ¿Cómo se vive y

entiende el concepto de la adoración en su tiempo?¿Será posible que el mensaje del profeta



1 David W. Bebbington, “Evangelicals and Public Worship, 1965–2005”,

Evangelical Quarterly (Jan 2007), 22


2
Ibíd., 22
3
John D. Witvliet, “Worship”, en The Oxford Handbook of Evangelical Theology,
ed. Gerald R. McDermott (New York: Oxford University Press, 2010), 310-311.
4
David Peterson, En la presencia de Dios: una teología bíblica de la adoración,
trad. por Grahame y Patty Scarratt (Barcelona: Andamio y Clie, 2003), 73.
5
Walter Brueggemann, Isaiah 1-39, (Kentucky: Westminster John Knox Press,
1998), 58.
Isaías pueda hablar a la realidad de la iglesia en el siglo XXI? Por estas razones es

imprescindible un trabajo interpretativo de Isaías 6:1-8 que nos ayude a entender el

pensamiento del profeta y dialogue con el tema de la adoración.

En este ensayo exegético buscaré demostrar que la verdadera adoración se inserta en

la historia, empieza con entender quién es Dios y a partir de ahí desarrollar una correcta

comprensión de quién es el ser humano y su misión en el mundo. Para lograr esto trabajaré

el contexto histórico de Isaías y del pasaje; luego haré un trabajo interpretativo del texto

bíblico de Isaías 6:1-8, y al final presentaré algunos desafíos para el tema de la adoración.

I. El contexto del libro, del profeta y del pasaje.

El libro de Isaías es uno de los libros más importantes del Antiguo Testamento.

Pertenece a la categoría de los libros proféticos, los cuales se caracterizan por estar

vinculados a la actividad de un profeta y por su estilo literario6. Es considerado el primado

entre los profetas por su extensión, por su influencia en el Nuevo Testamento y por su

riqueza teológica indiscutible7. Contiene un mensaje de juicio, salvación y esperanza para

los judíos que vivieron entre los siglos VIII y IV a.C.8 Hasta el siglo XVIII se consideraba

que el Isaías del siglo VIII a.C. era el autor de toda la obra.9 Esto se empezó a cuestionar al

observar las repeticiones, los estilos en la redacción y los diferentes contextos históricos.

En el siglo XX se llegó al consenso de que la obra está compuesta por tres secciones: El


6
Pablo R Andiñach, Introducción hermenéutica al Antiguo Testamento, (España:
Verbo Divino, 2012 ), 247.
7
Ibíd., 251.
8
Samuel Pagán, Tres meses en la escuela de Isaías, (Nashville:Abingdon Press,
2000), 5.
9
Andiñach, Introducción, 252.
primer Isaías del tiempo preexílico (1−39), un segundo Isaías exílico (40−55) y un tercer

Isaías postexílico (56−66).10

El profeta Isaías es hijo de Amoz y realizó su ministerio durante los reinados de

Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías (1:1). Estaba casado y tenía dos hijos (7:3;8:3). Por su

conocimiento de la vida religiosa y la política local e internacional se considera que creció

en Jerusalén.11 Recibió su llamado profético alrededor de los veinte años, hacia el año 740.

a.C. (6:1).12 Esta experiencia en el templo o en la presencia de Dios “le abre un nuevo

horizonte ético, literario, teológico y político: La santidad de Dios se convirtió en el eje

central de su mensaje (6:3).”13 Realizó su ministerio en la época que dominaba el imperio

Asirio. El Rey Acaz pidió ayuda a Asiria para combatir la amenaza siro-efraimita (Is 7:1-25

y 2 R16:7-9); Tiglat-pileser intervino y de esta manera inició el sometimiento a los asirios.

Años después Ezequías hizo una reforma religiosa y quitó los lugares altos (2 Cr 29-31). Al

morir el emperador Sargón II intentó la independencia política pero Senaquerib intervino

rápidamente y Judá cayó ante los asirios (Is 36-39 y 2 R 18:14).

Nuestro pasaje Isaías 6:1-8 pertenece al primer Isaías y se ubica en la primera

sección, de los capítulos 1-12. En los primeros cinco capítulos hay tres temas que se

repiten: Judá ignora los mandamientos de Jehová ( Is 1:2-20; 5:1-24); Jehová tomará acción

en contra de Judá, ( Is 1:21-24, 28-31; 2:6-4:1; 5:25-30); pero Jehová restaurará a Israel (

Is 1:25-27; 2:1-5; 4:2-36)14. Hay una denuncia contra la idolatría de Judá y contra su estilo

de adoración que no se reflejaba en su vida cotidiana. Por otro lado, el género literario sigue

10
Ibíd., 253.
11
L. Alonso Schökel y J.L. Sicre Díaz, Profetas, Vol. I de Nueva Biblia Española
(Madrid: Ediciones Cristiandad, 1980), 101.
12
Pagán, Tres meses, 15
13
Ibíd.
14
John Goldingay, The Theology of the Book of Isaiah, (Downers Grove, Illinois:
InterVarsity Press, 2014), 20.
el modelo de los relatos del llamado como el de Moisés y Jeremías. Normalmente estos

relatos son muy estilizados e intencionalmente estructurados en una unidad literaria.15 Hay

tres imágenes interrelacionadas: la visión de Dios-Rey Santo y Poderoso, y la Alabanza (vs.

1-4), la confesión y la restauración de Isaías (vs. 5-7) y la misión de Dios y la obediencia

del profeta (v. 8). Brueggemann nos anima por un acercamiento canónico que mira más allá

de las secciones. En ese sentido este texto nos presenta la autoridad del profeta y su

teología irradia no sólo al primer Isaías sino al libro por completo.16

II. Trabajo interpretativo de Isaías 6:1-8.

El Dios de la Historia: “El año de la muerte del rey Uzías” (6:1). El relato de la

vocación del profeta no se da en el vacío, se enmarca en un contexto histórico: “la muerte

del rey Uzías”. Un rey que al final de su reinado hizo lo malo ante Jehová y fue lleno de

lepra (2 R 15:5 y 2 Cr 26). Los profetas “buscan ser intérpretes de la historia.”17 Leen los

acontecimientos desde una perspectiva divina. De ahí se desprende que el Dios al que sirve

el profeta Isaías no está desconectado de la historia, al contrario, como veremos más

adelante es el Dios de la historia. Reflexionando en nuestro tema de la adoración, ¿De qué

manera la adoración responde, dialoga o se encarna en la historia? ¿Qué tanta de nuestra

liturgia y cantos reflejan nuestro momento histórico?

A. La visión de Dios-Rey Santo y Poderoso, y la Alabanza: La primera imagen es la

de un Rey Santo y Poderoso (6:1-4). “Vi al Señor sentado en un trono”(v. 1a). Esta es una

expresión de autoridad, un rey que está en funciones y listo para juzgar con justicia (Sal


15
Walter Brueggemann, Isaíah 1-39, (Kentucky: Westminster John Konox Press,
1998), 58.
16
Ibíd.
17
Andiñach, Introducción, 248.
9:4).18 “Alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo”(v. 1b), un trono levantado muy en

alto sobre gradas y estrado.19 Hay una sugerencia de que trono y templo están

interconectados, la majestad de este rey abarca el cielo y la tierra. Por encima de él había

serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y

con dos volaban”(v. 2). Para Abernethy, los serafines en el contexto del mismo libro de

Isaías y del Antiguo Testamento cumplen una doble función: de juicio (14:29 y 30:6) y

protección del lugar santo.20

El profeta continúa: “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo,

Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria” (v. 3). Los serafines adoran

al que está sentado en el trono, celebran su santidad, su poder y su gloria. Jehová no sólo es

santo, es muy santo, es absolutamente santo.21 De esta visión surgirá una de las marcas de

todo el libro, el “Santo de Israel” que se menciona treinta veces en el AT, de las cuales

veinticinco están en el libro de Isaías y presentes en las tres secciones del libro (1:4, 41:14

y 60:99).22 El título “Jehová de los ejércitos” comunica la idea de un Dios poderoso y está

asociado a la idea del arca del pacto (1 S 1:3,11; 4:4). Además la gloria de Dios permea

toda las criaturas, no hay nada en la realidad celestial y en el mundo creado ajeno a su

santidad, poder y gloria. “Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que

clamaba, y la casa se llenó de humo” (v. 4). La tierra se estremece ante la presencia de una


18
Andrew T. Abernethy, The Book of Isaiah and God´s Kingdom, A thematic-
theological approach, (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 2016), 15-16.
19
Schökel y Sicre Díaz, Profetas, 141.
20
Abernethy, The Book of, 17
21
Goldingay, The Theology of, 97
22
Ibíd.
teofanía.23 El salmo 99 integra muy bien los elementos de esta visión, se exalta a un Dios

que reina y es santo; la creación junto con los pueblos tiemblan.

La santidad del Dios-Rey es un tema central. El énfasis en el libro de Isaías en el

Santo de Israel nos obliga a pensar qué significa ser santo. En primer lugar no es una

categoría moral, sino metafísica, ya que pertenece el reino celestial.24 Para el profeta, los

problemas de Judá tienen origen en que no ha entendido el carácter y la naturaleza de su

Dios tres veces santo. ¿Cómo Judá estaba adorando a su Dios? Se menciona que toda su

tierra estaba llena de ídolos, influenciado por el politeísmo de otras naciones (2:8). Además

el profeta denunció una observancia religiosa legalista, que refleja un divorcio entre su

práctica religiosa y su vida (1:11-17). Al afirmar que Dios pertenece al mundo supernatural,

extraordinario, no creado y es poderoso está confesando que es el verdadero Dios, una

declaración a favor del monoteísmo israelita.25 Además con las insistentes intersecciones de

cielo y tierra en el pasaje no deja lugar para una adoración dicotómica, ya que no hay

ningún espacio en el cielo y en la tierra ajeno a la santidad, poder y gloria de Dios.

Así mismo se nos revela un Dios-Rey poderoso y soberano en la historia. La visón

aparece en el contexto de la muerte del rey Uzías (v. 1), insinuando así que los reyes y

emperadores son temporales y mortales. Por otro lado, una visión parecida del trono y la

declaración de Dios como tres veces santo se repite en Apocalipsis 4 en el contexto de un

pueblo que sufre persecución en medio de un imperio dominante. En Isaías vemos un

pueblo que sufre en medio de un imperio dominante, la diferencia es que el sufrimiento es

consecuencia de su pecado. Pareciera que en momentos de sufrimiento, sea por nuestro

pecado o de manera injusta se levantan la preguntas: ¿Sigue Dios gobernando? La visión y



23
Schökel y Sicre Díaz, Profetas, 141.
24
Goldingay, The Theology of, 97.
25
Goldingay, The Theology of, 99.
todo el libro de Isaías busca responder esta pregunta. Una correcta comprensión de quién es

el Dios que adoramos, nos permite relativizar los imperios de cada época y aún nuestros

propios sufrimientos.

B. Confesión y Restauración: Ahora consideramos la segunda sección de la

visión: “entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de

labios, y habitando en medio del pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al

Rey, Jehová de los ejércitos”(v. 5). Esta visión crea una crisis en el profeta y hay una

revaloración de sí mismo y de su pueblo. No sólo eso, descubre que está en peligro. Para

Kaiser, los labios inmundos significa que no se puede unir a la adoración.26 Para

Goldingay, tiene que ver con su rol como profeta y además que la limpieza lo posibilitará

para hablar en la corte del Rey (v. 8).27 Con relación al pueblo, por un lado aunque el

profeta ya lo condenó ahora él se identifica con el pueblo (1:4). Pero no sólo eso, hay una

insinuación de que la adoración y vida social del pueblo está caracterizada por la falsedad28.

“Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado

del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus

labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado” (vs 6-7). Los serafines como servidores

del Santo de Israel ejecutan su voluntad. Es un lenguaje cúltico que evoca la tarea del sumo

sacerdote para expiar los pecados del pueblo (Lv 16). Los carbones encendidos pueden ser

algo doloroso, pero el efecto es la purificación y restauración para estar en la presencia del

Santo de Israel.29


26
Otto Kaiser, Isaiah 1-12, The Old Testament Library, trad. por John Bowden, 2da
ed. ( Philadelphia: The Westminster Press, 1983 ), 128,
27
Goldingay, The Theology of, 23
28
Ibíd.
29
Brueggemann, Isaíah, 59.
Ahora se nos presenta la tragedia de la realidad humana y la iniciativa de Dios para

restaurar a su pueblo. El pecado de Judá es un asunto serio, se nos narra en los primeros

capítulos: injusticias (1:16-18, 21;3:14;5:7), idolatría ( 1:29-31;2:8,20), codicia (5:8),

embriaguez (5:11,22) y arrogancia (2:11,17; 5:15).30 Pero el Santo de Israel que juzga con

justicia también es misericordioso, y no abandona a su pueblo. Así como el profeta no

murió al ver a Dios, tampoco Judá desaparecerá de la faz de la tierra. La restauración de

Judá y Jerusalén es un gran tema en el libro de Isaías (1:25-27; 2:1-5; 4:2-36). Dios es

quien acorta la distancia y provee los medios para restaurar al profeta, a Judá y a todas las

naciones (59:2). El conocer que el Santo de Israel restaura y restaurará, lleva a responder

con un canto de alabanza en el capítulo 12: “Regocíjate y canta, oh moradora de Sion ;

porque grande es en medio ti el Santo de Israel” (12:6).

C. Misión y Obediencia. Ahora estamos frente a la tercera sección de la visión.

Leemos en el pasaje: “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá

por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí” (v. 8). Ahora la visión nos

ubica en el salón de juntas del Rey. Hay un mensaje para ser enviado a la creación y la

discusión del Rey con sus consejeros se centra en quién llevará este mensaje.31 El profeta

que previamente ha sido limpio de su pecado ahora puede participar y dice: “Heme aquí,

envíame a mí”. Isaías se ofrece voluntariamente, lo cual contrasta con otros relatos como el

de Moisés y Jeremías donde inicialmente se habían negado ( Ex 3:10-11; Jer 1:4-10). El

profeta ve y escucha. Ambas situaciones lo habilitarán para su misión como profeta. El

mensaje de juicio se resume en estas dos experiencias, “Oíd bien, y no entendáis; ved por

cierto más no comprendáis”(v. 9).


30
Abernethy, The Book of, 25
31
Brueggemann, Isaíah, 60
Para terminar consideramos el camino del profeta para la misión, la naturaleza

colaborativa de la misión, y la adoración expresada en obediencia. El profeta está listo para

la misión que le ha sido encomendada sólo después de ver a Dios, ser restaurado y

escuchar. Se nos muestra un camino para Judá, para todas las naciones y todos los tiempos.

Además la misión del profeta es misión de Dios, es Dios quien tiene un mensaje y desea

hacerlo llegar a su pueblo. Al mismo tiempo la misión del profeta refleja la naturaleza

colaborativa de la misión, nuevamente se comunica que hay un matrimonio entre el cielo y

tierra. Finalmente el profeta expresa su adoración, más allá del servicio cúltico, en términos

de obediencia a la voluntad de su Dios. Se corrige la práctica que tanto aborrece nuestro

Dios, la separación del culto y la vida.

Podemos concluir diciendo que la visión enfatiza que el Dios Santo de Israel sigue

gobernando en la historia aún en medio de los imperios de su época. Así mismo esta visión

de Dios lleva a Isaías a tener una mejor compresión de sí mismo que inevitablemente

conduce a la confesión y le es ofrecida la restauración como señal y esperanza de la

restauración de Judá. Esto también lo posibilita para la misión de Dios y la obediencia del

profeta como un acto de adoración. ¿Cómo esta reflexión nos puede ayudar para conectar

con el tema de la adoración en el tiempo presente ?

III. Desafíos para la adoración en el siglo XXI.

A continuación proponemos una reflexión que considere la adoración en su marco

histórico e integre la santidad en la totalidad de la vida. En primer lugar, anhelamos ver una

comunidad y creyentes que como acto de adoración conocen la realidad social, política y

económica de su tiempo, se mantienen informados y procuran entender su mundo. Una

comunidad que no se inclina a los imperios de su época y confronta las idolatrías de su

tiempo. Por ejemplo, ¿Cómo se adora al Dios en un contexto de globalización?


Entendiendo que la meta de la globalización no es sólo la producción y el consumo de

productos sino la construcción de una conciencia consumista global. Al final del día la

globalización no quiere sólo tu bolsillo, quiere tu alma.32 ¿Cómo se adora a Dios en un país

que se autoproclama como “cristiano” y al mismo tiempo promueve el odio, la

discriminación, la injusticia y el maltrato?

En segundo lugar Isaías nos invita a desarrollar una adoración que refleje la santidad

de Dios en todas las esferas de la vida. Una comunidad que continúa adorando después de

terminar su servicio cúltico. También significa combatir las cosmovisiones que reducen la

vida cristiana a la esfera privada. Una comunidad y creyentes que entienden que la

verdadera adoración es involucrarse en los temas sociales para defender a lo más

desprotegidos, trabajar a favor de la justicia, y restituir la dignidad del ser humano. Una

comunidad y creyentes que integra sus hábitos de consumo como un acto de adoración.

IV. Conclusión.

Al revisar el contexto religioso, histórico y político del profeta Isaías hemos visto un

pueblo alejado de Dios, practicando la idolatría, desconectando su fe con su vida cotidiana

y creyendo que su futuro está en aliarse con el imperio de su tiempo. Así mismo hemos

demostrado, en este ensayo, que la verdadera adoración empieza por conocer al Dios santo

y poderoso de Israel, y se expresa en medio de los imperios de cada época. También, la

verdadera adoración se traduce en actos de obediencia y servicio que promueven la justicia,

la paz y la reconciliación. En el ámbito personal esta reflexión me invita a integrar una

mejor compresión de la historia en mi camino de obediencia y una adoración integral que

se expresa en la totalidad de la vida.


32 Brian J Walsh and Sylvia C Keesmaat, Colossians Remixed, Subverting the

Empire (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 2004), 29.


BIBLIOGRAFÍA

Abernethy, Andrew T. The Book of Isaiah and God´s Kingdom, A thematic-theological


approach. Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 2016.

Andiñach, Pablo R. Introducción hermenéutica al Antiguo Testamento. España: Verbo


Divino, 2012.

Bebbington, David W. “Evangelicals and Public Worship, 1965–2005”. Evangelical


Quarterly (Jan 2007): 1-22.

Brueggemann, Walter. Isaíah 1-39. Kentucky: Westminster John Konox Press, 1998.

Goldingay, John. The Theology of the Book of Isaiah. Downers Grove, Illinois:
InterVarsity Press, 2014.

Kaiser, Otto. Isaiah 1-12. The Old Testament Library, traducido por John Bowden, 2da
edición. Philadelphia: The Westminster Press, 1983.

Pagán, Samuel. Tres meses en la escuela de Isaías. Nashville: Abingdon Press, 2000.

Peterson, David. En la presencia de Dios: una teología bíblica de la adoración. Traducido


por Grahame y Patty Scarratt. Barcelona: Andamio y Clie, 2003.

Schökel, L. Alonso y J.L. Sicre Díaz. Profetas. Vol. I de Nueva Biblia Española. Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1980.

Walsh, Brian J y Sylvia C Keesmaat. Colossians Remixed, Subverting the Empire. Downers
Grove, Illinois: InterVarsity Press, 2004.

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