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TECNICA DE LA ACEPTACION

La aceptación es la base del bienestar, por tanto, es imprescindible trabajarla desde el


principio. El concepto de aceptación es bastante complejo, requiere de introspección,
flexibilidad, apertura de mente y estar dispuesto al cambio.

Importante: Aceptar NO es resignarse.

Aceptar es comprender que la realidad es la que es. La aceptación implica comprensión de


la realidad.

Si niego algo, no puedo transformarlo, porque no me hago consciente. Cuando acepto, la


queja la dejo a un lado. La resignación implica queja y cerrar la puerta al cambio. La
aceptación requiere observación y comprensión de lo que ocurre. Lo que ocurre cuando lo
acepto, no tiene por qué gustarme. Acepto independientemente de que me guste o no.
Porque no tiene sentido negar lo que es, lo que existe. La realidad de este momento no la
puedo negar.

El aceptar me permite ponerme en marcha, al tratar de comprender, entiendo que esto es


lo que está ocurriendo en este momento.

Cuando no acepto es muy probable que mi dolor se transforme en sufrimiento.

No puedo negar la realidad porque entonces me estoy engañando.

La realidad es que las circunstancias en este momento son las que son. Yo tengo una serie
de características personales, las cuales realmente son neutras, pero las categorizamos
normalmente en cualidades y defectos. Con nuestras cualidades estamos conformes y con
los defectos no. Pero la realidad es que yo tengo cualidades y defectos. Si niego aquello que
no me gusta de mí mismo, me estanco. Si lo acepto, podré transformarlo.

Si yo soy una persona desordenada y no lo acepto, continuamente me quejaré, escucharé


quejas ajenas, y no haré nada más. Si acepto que soy desordenada, podré enfocarme en la
acción, incluso podré tratar de cambiar esta característica mía. En mi caso traté de cambiar
mi desorganización e intenté ser una persona más ordenada y organizada. En el proceso,
me di cuenta de que el esfuerzo mental que tenía que hacer para cambiar esta característica
mía, no me compensaba, porque me estresaba mucho más. Así que decidí aceptar mi
desorden y tener aprender a vivir con ello. Ahora la queja ha desaparecido de mi vida y
estoy conforme con dicha desorganización que me caracteriza. Si algo me sale mal debido
a esta característica mía, no me quejo, lo acepto, y trato de mejorarlo. Al aceptar esto,
puedo tratar de focalizarme en otras características mías personales que son etiquetadas
como cualidades. Por ejemplo, soy muy desorganizada, pero como tengo mucha memoria
siempre sé las citas del trabajo que tengo para esta semana. Así que me enfoco en mi
capacidad de acordarme de las cosas y una característica compensa a la otra. No rechazo
mi desorden, lo acepto, y lo integro en mí, porque forma parte de mi ser.

Pero… ¿cómo consigo aceptar?

 Observo lo que hay. Me observo a mí mismo, observo a los demás, y observo las
circunstancias de la realidad actual. Me permito estar en el aquí y ahora.
 Elimino los juicios de valor. No juzgo, no critico, no me quejo, no etiqueto. Porque
estas acciones solo me llevan al sufrimiento. Y no tiene sentido quejarme y criticar lo
que es, lo que está siendo.
 Deja de preguntarte "el por qué" de aquello que no te gusta. Tratar de responder a
esta pregunta lo único que hace es robarnos toda nuestra energía, para finalmente
no encontrar respuesta.
 Pregúntate "¿PARA QUÉ yo estoy viviendo esto?" Esta pregunta te enfoca hacia la
aceptación, hacia la comprensión, y me permite hacer algo al respecto, tanto si la
situación se puede cambiar como si no. Esto implica realizar un aprendizaje, entender
que puedo aprovecharme de la situación presente para aprender algo. Porque de
toda experiencia se puede extraer un aprendizaje.
 Enfócate en la acción. "Teniendo en cuenta que las circunstancias actuales son estas
¿qué puedo hacer para sentirme mejor?". Trata de ver qué puedes hacer aun
aceptando lo que está ocurriendo.
 Comprende que el dolor es inherente al ser humano. Somos seres emocionales.
Rechazar el dolor no es humano. Si no acepto el dolor, éste se transforma en
sufrimiento. Reconozco mis emociones y que hay algo que me duele. Reconociendo
esto, comienzo a dar pasos que me permitan sentirme mejor a pesar del dolor.
 Siente. Conéctate con tu cuerpo y con tus emociones. Reconoce el estado de tu
cuerpo, reconoce tus emociones y lo que sientes. Permítete sentir. No reprimas. No
pasa nada por sentir.
 Sal del rol de víctima. Porque este rol te lleva a la apatía y además es una espiral sin
salida y adictiva.
 Trabaja tus miedos. Tener miedo es algo natural. La función del miedo es evolutiva.
Pero aun teniendo miedo, actúo. El miedo no me paraliza.
 Elimina de tu vocabulario (tanto al pensar, como al expresar) los términos "tendría"
y "debería". Tanto los relacionados conmigo mismo, los que tienen que ver con los
demás, y los que hacen referencia al mundo, a la vida, y a las circunstancias que me
rodean.
 El sufrimiento tiene que ver no con los pensamientos que tengo, porque es
inevitable tener pensamientos, sino con el CREERSE LOS PENSAMIENTOS QUE
TIENES. Puedes emplear la técnica de Defusión para tomar distancia de tus
pensamientos.

Cuando no aceptamos, nos estamos dejando guiar por el miedo. Digo sí al presente, porque
no puedo decir no a lo que es, a lo que existe. El presente es, así, por tanto, lo acepto, lo
integro. Luego ya veré si puedo hacer algo para cambiar la situación. Pero primero tengo
que aceptar lo que es, tal y como es.

Aceptación es sabiduría (realizo un aprendizaje), resignación (rol de víctima, de no puedo


hacer nada) es apatía. Al aceptar no me resigno, ni me conformo, sino que comprendo.

Pregúntate qué no estás aceptando en este momento.

La aceptación es incondicional.

Ejercicio de aceptación

Comienza por practicar la aceptación cada día en los pequeños hechos cotidianos:

 Aceptación de olores, sonidos, ambiente físico.


 Aceptación de emociones, precedido por reconocimiento y entendimiento de cómo
se encuentra mi cuerpo. Es importante reconocer el estado físico y conectar con el
cuerpo.
 Aceptación de pensamientos y sentimientos negativos. No te juzgues cuando tengas
un pensamiento negativo o una emoción dolorosa. Simplemente, cuando te des
cuenta de que estás teniendo un pensamiento negativo, deja que pase, y enfócate en
otros pensamientos alternativos. Y en cuanto a las emociones dolorosas, permítete
sentirlas, y pregúntate: "¿qué puedo hacer para sentirme mejor aun teniendo esta
emoción tan dolorosa?"

Lo que está ocurriendo en este momento, va a ocurrir de todas formas,


independientemente de que me guste o no. Pero si acepto que esto es así, no sufro. Si no
lo acepto sí. Y lo cierto es que está ocurriendo de todas formas. Así que negarlo y no
aceptarlo no me aporta nada más que sufrimiento.

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