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LA ALFABETIZACIÓN INFORMACIONAL Y LA ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA:

CONFLUENCIA DE COMPETENCIAS NECESARIAS PARA EL APRENDIZAJE CONTINUO

EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN DESDE LAS BIBLIOTECAS UNIVERSITARIAS.

Bib. Doc. Karina Alejandra Presta.


kalep@huma.fahce.unlp.edu.ar
BIBHUMA Biblioteca de Humanidades Profesor Guillermo Obiols. Facultad de Humanidades y

Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata.

Temática: 2.7 La alfabetización académica en la Educación Superior

Introducción

¿Cómo formar egresados universitarios que puedan desenvolverse responsable y creativamente en

sus ámbitos investigativos, educacionales y laborales, con conciencia social y democrática en la

sociedad de la información y el conocimiento? ¿Cómo lograr ciudadanos con valores éticos,

conciencia cívica y comprometidos con el mejoramiento de su medio social? ¿Para qué sirve la

educación continua en el modelo educativo centrado en el aprendizaje del alumno y qué funciones

tienen las bibliotecas académicas y los profesionales de la información en esta nueva situación?

Teniendo en cuenta que las universidades son el ámbito natural de la formación académica y de la

producción científica, la responsabilidad de las instituciones de educación superior se encuentra en

la creación, mantenimiento y actualización de políticas de información que contemplen las

necesidades de información de su comunidad académica; así mismo ha de contarse con la

participación responsable y activa de los diferentes actores, asegurando los recursos humanos,

financieros, tecnológicos, informacionales y de actualización y capacitación docente necesarios para

llevarlos a cabo en el marco de las políticas universitarias acordes a las demandas sociales y

productivas de cada región. A continuación comparto las respuestas, relaciones e interrogantes que

todas estas temáticas suscitaron en mí y me decidieron a participar en este congreso.


Qué es la Alfabetización académica

La alfabetización académica, alfabetización superior o alfabetización terciaria comprende las

estructuras características de producción (oral o escrita) e interpretación del conocimiento de la

cultura discursiva de cada disciplina académica. Es la forma particular de expresarse y comunicarse

que tienen los integrantes de la comunidad académica en cuestión, para hacer conocer sus estudios,

planteos teóricos y prácticos, sus proyectos y difundir sus saberes, acrecentado así el saber de la

disciplina en la que se desarrollan e investigan.

La llegada de un estudiante universitario a la disciplina que eligió para formarse académicamente es

tomada por Carlino como la incursión de un inmigrante a una cultura nueva (Carlino 2003b), con

todas las características del visitar y vivenciar valores y normas de comportamiento específicas y

particulares de la cultura de esa comunidad, y de la que hay que aprender para poder interactuar en

ella correctamente, hasta lograr ser miembro de la misma apropiándose de esa cultura.

¿Qué es lo que se mantiene implícito en el dictado de las clases y que incide en el aumento de

obstáculos para empezar la vida académica del estudiantado universitario? (Carlino, 2003b)

Los profesores [de ciencias sociales y humanidades] no somos conscientes de que hallar en los

textos científicos y académicos las distintas posturas, los argumentos para sostenerlas, los

contraargumentos, las relaciones con otros textos, las consecuencias no inmediatas de lo que se

afirma, etc., no es precisamente encontrarlas ya dadas sino buscarlas. Y esta búsqueda exige por

parte de quien lee operar sobre el texto con determinadas categorías de análisis, categorías que

provienen de y caracterizan a una determinada comunidad lectora. (...) el modo de lectura que

esperamos de nuestros alumnos es propio de una cultura lectora disciplinar, que se diferencia de

otras culturas. Las reglas de juego no se explicitan y menos se enseñan porque esta clase de

lectura analítica se da por natural. (Carlino, 2003b)

Esta investigadora hace una diferencia entre textos académicos y científicos, y enumera las

características de los textos científicos : a) están dirigidos a colegas; b) los autores y los lectores

comparten un marco discursivo por su formación (códigos, conocimiento que en estos textos se dan

por sabidos, conocimiento de otros autores mencionados, conocimiento de las corrientes teóricas y
de las relaciones entre distintas líneas de investigación que aparecen esbozadas en los documentos)

y c) los modos de pensamiento particulares de la disciplina (formas de argumentar y exponer,

métodos para justificar el saber).“Ahora bien, la fuerza del concepto de alfabetización académica

radica en que pone de manifiesto que los modos de leer y escribir –de buscar, adquirir, elaborar y

comunicar conocimiento– no son iguales en todos lo ámbitos.” (Carlino, 2003a: 410)

Esta práctica interpretativa requiere de recursos cognitivos de lectura de textos científicos y

académicos que los alumnos no tienen, dado que nunca la han realizado anteriormente en su

educación formal.(Carlino, 2003b)

La responsabilidad para lograr altos estándares de alfabetización es compartida por muchos

grupos e individuos dentro de la comunidad universitaria: [...] la universidad [...], los comités

de enseñanza y aprendizaje [...], las facultades [...], los departamentos [...], los coordinadores de

cursos [...], los profesores [...], los servicios de apoyo [...], la unidad de investigación

institucional [...], los estudiantes. (...) En resumen, la mayoría de las universidades públicas del

país oceánico [Australia] han creado Centros de Aprendizaje y Enseñanza, que indagan las

necesidades educativas de su población de alumnos y docentes, y que desarrollan programas de

orientación a profesores para mejorar la educación que imparten. Estas instituciones consideran

que cualquier asignatura, además de enseñar los conceptos disciplinares específicos, debe

contemplar acciones tendientes a desarrollar “habilidades de comunicación” en los alumnos y

promover “actitudes y estrategias para que deseen y puedan continuar aprendiendo por su

cuenta toda la vida”. Las conciben parte de la alfabetización académica, es decir, intrínsecas a

la función social de la universidad de facilitar el ingreso en las comunidades científicas y/o

profesionales. (...) Por último, es necesario que cada docente se haga cargo de enseñar las

prácticas discursivas propias de su dominio si quiere ayudar a sus alumnos a ingresar en su

cultura, es decir, en sus modos de pensamiento y géneros textuales instituidos. (Carlino, 2003a:

413-414)

Carlino propone para la educación superior argentina el modelo de docente inclusivo, donde no se

considera que el alumno ingresante tenga dificultades de aprendizaje dado que no entiende lo que
lee, sino que para ser parte de una nueva comunidad académica debe aprender los modos

discursivos propios de la disciplina, guiado por sus docentes-integrantes de esa comunidad, para

lograr ingresar y ser participante activo de esa sociedad, quebrando la brecha cultural. La disciplina

académica es considerada como una cultura nueva para el estudiante universitario inmigrante, a

quien hay que dar la bienvenida. (Carlino, 2003b).

En síntesis, estos docentes enseñan, junto a los contenidos que imparten, a leer como miembros

de sus comunidades disciplinares: enseñan a identificar la postura del autor y las posiciones que

se mencionan de otros autores, desarrollan la historia o el contexto de estas posturas, alientan a

reconocer cuáles es la controversia planteada, cuáles son las razones que esgrime el autor del

texto para sostener sus ideas, y finalmente ayudan a evaluar estos argumentos a la luz de los

métodos propios de cada área del saber. (Carlino, 2003b)

En las universidades australianas, inglesas y norteamericanas1, hace más de una década que

consideran estratégica la alfabetización académica en sus estudiantes universitarios, y la han

incluido en sus políticas de información universitarias (Carlino, 2003a; Carlino, 2003b; Fernández

Toledo, 2003). Considerar que la enseñanza debe partir de la lectura y la escritura como prácticas,

procesos y representaciones sociales como forma de apropiación de una cultura académica se ha

estado investigando desde hace 25 años, desde diferentes áreas disciplinares (Carlino, 2004: 322)

Carlino en sus escritos plantea que en la educación superior argentina los responsables de las

políticas de información universitarias aún no han tomado en cuenta la importancia estratégica de la

alfabetización académica en la formación de su comunidad educativa, y las experiencias didácticas

que es han realizado fueron casos solitarios y sin un encuadre institucional que lo

sustentare.(Carlino, 2003a).

Esos modos particulares de buscar, adquirir, evaluar, elaborar, procesar, generar y difundir

conocimientos en cada área disciplinar, es una práctica cotidiana en el quehacer del profesional de

1
El análisis de Carlino sobre las ciencias sociales y humanidades en el ámbito universitario se basan en estas posturas
teóricas: Escribir a través del curriculum (Russell, 1990), Estados Unidos; Nuevos estudios sobre culturas escritas
(Street, 1999), Reino Unido; Alfabetizaciones académicas (Bode, 2001; Cartwright y Noone, 2000; Chalmers y Fuller,
1996), Australia; y en su propia experiencia.
la información que se desempeñe en el área de referencia especializada de una biblioteca

académica, o en el rol de formador en habilidades de uso de la información de los usuarios de esa

unidad de información de educación superior.

Qué es la Alfabetización informacional

La Alfabetización informacional, en información o sobre información es una alfabetización

genérica y por lo tanto transversal a todas las personas y a todos los niveles educativos. Constituye

las maneras de poder encontrar la información necesaria para llevar a cabo las tareas cotidianas

(resolver problemas, crear), entenderla, evaluarla, interpretarla, utilizarla, modificarla, generar

nuevo conocimiento, compartir el nuevo conocimiento generado y finalmente evaluar todo el

proceso de búsqueda-recuperación-utilización para saber si se podrían haber mejorado las

estrategias utilizadas.2

La alfabetización informacional permite que las personas sean responsables de su propia

preparación y que estén capacitadas para aprender durante toda su vida, adquiriendo el hábito de

aprender a aprender, y utilizándolo en su quehacer cotidiano con objetivos personales.

Puntos de contacto entre ambas alfabetizaciones

La formación académica de los futuros egresados universitarios es responsabilidad de las

instituciones de educación superior desde las políticas universitarias y los servicios de apoyo

(bibliotecas y profesionales de la información), de los docentes en el desarrollo curricular de sus

materias, de los directores de investigación al dirigir a los investigadores recién iniciados y de los

alumnos a nivel personal. (Carlino, 2003a; Carlino, 2003b; Area, 2006; Gómez Hernández, 2000).

Lograr que el estudiante al iniciar su vida universitaria ingrese a un proyecto que vincule la

alfabetización académica con alfabetización informacional permitiría quebrar la brecha cultural que

implica el ingresar a una nueva cultura académica.

2
En su trabajo Paulette Bernhard presenta el "Cuadro 1. Expresiones más frecuentes en la literatura sobre el tema"
[Bernhard, 2002:426] donde especifica los términos en francés, inglés y español que se utilizan para denominar a la
alfabetización informacional en sus alcances y perspectivas.
Si seguimos lo expuesto sobre la alfabetización académica por Carlino y lo investigado desde la

bibliotecología en la alfabetización informacional, sería lógico concebir que estas alfabetizaciones

se complementan. Mojica Cardoso plantea esta relación desde su experiencia en la alfabetización

académica universitaria:

Construir una cultura de la lectura y la escritura en la universidad implica articular varios

aspectos de la práctica pedagógica en un programa: a) en primer lugar, se requiere de un

estrategia de formación en la interpretación de textos académicos; b) en segundo lugar, es

necesario potenciar destrezas para la producción de textos; c) en tercer lugar, es importante

afianzar experiencias propias de formación para la investigación y así desarrollar en los

estudiantes competencias básicas de investigación documental, identificación y uso de

fuentes de información; d) en cuarto lugar, es necesario plantear una secuencia didáctica que

asegure qué tipo de acciones pedagógicas permiten corregir, fortalecer e impulsar la lectura y la

escritura de estudiantes de primero y segundo semestres, e) en quinto lugar, plantear una

estrategia sistemática de evaluación y seguimiento permitirá tener información objetiva sobre

cada estudiante en aspectos de saber leer y saber escribir propios de la lectura y la escritura

académicas.” (Mojica Cardozo, 200?)3

Sociedad de la información y el conocimiento: la desigualdad y la brecha digital

Una de las maneras de denominar a la Sociedad del conocimiento es sociedad o brecha digital.

Existen diferentes tipos de brechas. Aquí a las brechas hay que entenderlas en términos de no

pertenencia, de exclusión, de marginación digital. En la sociedad del conocimiento lo que está en

juego es una manera diferente de manejar lo referido a la gestión del conocimiento (Valenti López,

2002)4

3
Lo destacado es mío.
4
“(...) no se puede entender el surgir de la Sociedad de la Información si no somos capaces de asociarlo con el
desarrollo de la innovación, es decir de la capacidad de algunos países de administrar nuevos conocimientos capaces de
generar nuevos productos, procesos, servicios para el desarrollo de una capacidad de competitividad creciente. (...)
Justamente el carácter endógeno de la innovación le atribuye un papel relevante a las condicionantes de tipo social –
cultura, nivel educativo, historia, factores sociales, etcétera–. La innovación empieza a ser vista como un fenómeno
social (...) es el resultado de un esfuerzo colectivo, sistémico y acumulativo.” (Valenti López, 2002)
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) utiliza el término

[brecha digital] para referirse a la brecha entre individuos, hogares, negocios y áreas

geográficas de diferente nivel socio-económico, en relación tanto a sus oportunidades para

acceder a las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) (...). La brecha digital

representa pues una pérdida de oportunidad para mejorar las vidas de las personas a través de

las TIC. (Hernández Pérez, 2004)

Hay diferentes tipos de brechas, algunas se han agudizado con la sociedad del conocimiento y las

TIC, otras han surgido por ellas.5 La brecha cultural es la que se encuentra entre los iniciados en un

campo del saber y los que ya pertenecen a esa comunidad académica, conociendo todas las reglas

culturales de esa relación social en particular. La brecha intelectual, relacionada con la brecha

cultural, se refiere a no contar con las herramientas y estructuras cognitivas necesarias para

interpretar lo producido por una comunidad académica en particular. Formar profesionales que no

puedan interpretar ni generar nuevo conocimiento, pero que sí tengan buen nivel técnico en su

educación, es un problema grave6. Hay que tener en cuenta que los países en los que no se toma en

cuenta la alfabetización académica como parte del curriculum, están formando futuros profesionales

con serias desventajas para el desarrollo científico y social de su región.

Para quebrar este tipo de brechas los docentes tutores deberían enseñar los modos de transitar,

vivenciar y comunicar en su ámbito académico a los estudiantes universitarios, y si la aspiración de

éstos es la de formar parte de la comunidad científica, la tutoría debiera extenderse hasta los niveles

de doctorado, mediante las alfabetizaciones académica e informacional.

5
Brecha lingüística, brecha generacional, brecha cultural, brecha por acceso intelectual a los contenidos, brecha en el
acceso a los contenidos. Estos tres últimos tipos de brechas están directamente relacionadas con el quehacer y funciones
de las bibliotecas, dado que tienen que resguardar y difundir el patrimonio cultural de su comunidad, produciendo
información y conocimientos al respecto en el caso de la brecha cultural. Las alfabetizaciones informática e
informacional responderían a quebrar la brecha por el acceso intelectual, y en el caso de las bibliotecas académicas,
abogar por el derecho a la información y acceso a la documentación científica y académica actualizada y generada a
nivel mundial para enfrentar la brecha al acceso a los contenidos. (Hernández Pérez, 2004; Gómez Hernández, 2000)
6
“Australia está produciendo graduados que, con frecuencia, [...] no son pensadores críticos, analíticos y reflexivos, que
no están suficientemente sintonizados con la necesidad de seguir aprendiendo toda la vida y que no son buenos
comunicadores. En breve, estamos produciendo técnicos altamente entrenados pero subeducados en el sentido amplio
del término”. (Aulich Report, 1990, en Candy, 1995, p. ii)”(Carlino, 2003: 412)
Riesgos de no implementarlas

Para países subdesarrollados como los de América Latina y Caribe, el implementar planes de

alfabetización informacional –y no la alfabetización informática– dirigidos a diferentes

comunidades y atendiendo a las características y necesidades locales, es la oportunidad para no

quedar más relegados a nivel mundial.

(...) la Sociedad de la Información no se resuelve solamente enseñándole a los pobres a usar una

computadora, supone resolver los derechos esenciales que permitan un desarrollo integral del

individuo y que le permita participar de este tiempo de cambio, como ser: la alimentación, la

educación, la salud, el derecho al trabajo, etcétera. Ver este fenómeno solo desde un punto de

vista tecnológico es simplificar al extremo el problema planteado. El cambio que estamos

presenciando es tan trascendente que la acertada gestión de esta transformación debe

representar el principal desafío económico y social para los países de América Latina y el

Caribe, lamentablemente este tema aún no está planteado en toda su magnitud.(Valenti López,

2002).

La alfabetización informacional está directamente relacionada con las posibilidades de mejorar la

calidad de vida de las personas. Los organismos internacionales plantean que en la capacitación en

el uso de las TICs y su aprovechamiento deben tener prioridad las comunidades más

desfavorecidas, y en cada grupo las niñas, los niños, los jóvenes y las mujeres.7

Cómo implementar la alfabetización académica y la alfabetización informacional en la educación

superior

En los diversos textos analizados se han expuesto diferentes experiencias de aplicación y marcos

teóricos tanto sobre la alfabetización informacional como de la alfabetización académica (Carlino,

2003a; Carlino, 2003b; Carlino, 2004; Ramírez Leyva, 2002; Area, 2006). En el ámbito español es

una obra de referencia el libro Estrategias y modelos para enseñar a usar la información: Guía para

7
“Antes que nada hay que saber que las Tecnologías de la Información y Comunicación no son igualitarias, se
desarrollan con mayor comodidad en los países más ricos, dentro de estos en las clases más ricas y dentro de estas, y
para seguir repitiendo las desigualdades, entre los hombres. Hay sin embargo una diferencia con respecto a las
tradicionales desigualdades de nuestro mundo, las TIC penetran con mayor fuerza entre los jóvenes.” (Valenti López,
2002)
docentes, bibliotecarios y archiveros (Gómez Hernández, 2000) dado que se presentan tanto las

cuestiones teóricas como los elementos para la aplicación y la bibliografía necesaria para iniciarse

en la temática de la alfabetización informacional, en distintos niveles académicos y para

instituciones educativas y documentales. A continuación se describen conceptos centrales de los

autores de este libro.

Incumbencias, actores y responsabilidades: El rol de los bibliotecarios y la función de la biblioteca

universitaria

Desde hace una década nos encontramos que en los países del Tercer Mundo suelen realizarse

servicios de formación de usuarios y de referencia e información bibliográfica para brindarles a los

usuarios de información científica los conocimientos estratégicos para el acceso a los catálogos en

línea y bases de datos a texto completo o referenciales, y otros recursos informativos, contribuyendo

a la difusión y democratización de la información y conocimiento científicos. “Con ser sus

prestaciones limitadas al conocimiento y manejo de fuentes en cada disciplina, este servicio marcó

sin duda, como decíamos, un profundo cambio en la biblioteconomía y en el uso y concepto de los

centros bibliotecarios y documentales ya que supuso el inicio de los primeros pasos en la

universalización y democratización de la información científica.” (Gimeno Perelló, 2001: 24-25).

En el ámbito hispanoamericano, a partir de mediados de la década de 1980 se iniciaron en España

las primeras actividades pedagógicas dirigidas a la enseñanza del uso de la información con el

profesor Francisco Javier Bernal Cruz, quien acuñó el término Pedagogía de la información,

disciplina que se “fundamenta en la incorporación 'de todos los usuarios potenciales de información

científica y técnica a un programa de formación que contempla las dimensiones informativas y

tecnológicas que mediatizan el acceso al conocimiento'” (Gimeno Perelló, 2001: 25).

Gimeno Perelló cita los 3 objetivos de Bernal Cruz para la Pedagogía de la información (Gimeno

Perelló, 2001: 25):


 “preparar a los individuos en las habilidades de selección, análisis y evaluación de

información, así como hacerlos capaces de criticarla, para evitar una 'pérdida' o 'atosigamiento'

en el inmenso volumen informativo”

 “posibilitar la formación de profesionales en función de las necesidades del mercado de

trabajo, a través de la educación permanente y especializada”

 “crear aptitudes intelectuales necesarias para la participación del individuo en la actividad

administrativas y política del país, lo que implica hacerles conocedores de los mecanismos que

originan y transmiten la información, su construcción y su análisis, a la vez que familiarizarlos

con el contacto directo con la tecnología.”

Dentro de este paradigma se desarrolló teórica y prácticamente la alfabetización informacional,

concepto propuesto por el profesor José Antonio Gómez Hernández, con el siguiente alcance:

(...) el conocimiento y la capacidad de usar de modo reflexivo e intencional el conjunto de

conceptos, procedimientos y actitudes involucrado en el proceso de obtener, evaluar, usar y

comunicar la información a través de medios convencionales y electrónicos'. Y comprendería

'las competencias, aptitudes, conocimientos y valores necesarios para acceder, usar y comunicar

la información en cualquiera de sus formas, con fines de estudio, investigación o ejercicio

profesional' (Gómez Hernández, 2000). (Gimeno Perelló, 2001: 26).

Es así que , dentro del paradigma de la Pedagogía de la información, y del marco conceptual de la

alfabetización informacional, el profesor Félix Benito Morales realiza diferentes experiencias en lo

que él denominó el proceso de educación documental, estableciéndose los primeros casos prácticos

este paradigma, con los actores y sus funciones.

Tabla 1 Proceso de educación documental


(en el marco de la Alfabetización informacional, paradigma de la Pedagogía de la información)

Actores Funciones
Profesor, docente Es el mediador y facilitador de las experiencias de aprendizaje
Procesa activamente la información conformando su propio
Alumno
pensamiento
Bibliotecario Proporciona al docente y al alumno las herramientas técnicas,
documentalista lingüísticas y documentales para la actualización de los
(profesional de la conocimientos y la formación permanente
información)
Convertido en taller de documentación y en comunidad de
Aula
aprendizaje
Proporciona los recursos y servicios documentales necesarios para
que se realice el proceso de educación documental.

Funciones:

Biblioteca recoger y proporcionar acceso a los recursos de información


necesarios para producir conocimiento, mediante el estudio,
la enseñanza, la investigación o la transmisión cultural;
la Formación documental: Hacer que los estudiantes y los
profesores se formen en las metodologías documentales a
fin de conocer qué información necesitan, cómo
seleccionarla, localizarla, usarla y valorarla críticamente.

En la formación documental “ya no se trata únicamente de proporcionar y facilitar el acceso a la

información, sino de enseñar a usarla”. (Gimeno Perelló, 2001: 27)

En la siguiente tabla se pueden contemplar las habilidades de información que se deben impartir y

manejar en el nivel académico, y los actores responsables de llevarlas acabo, donde confluirían la

alfabetización académica y la alfabetización informacional.

Tabla 2 Destrezas a aprender en la educación superior (Gómez Hernández, 2000: 189)

Responsables
Destrezas a aprender
La localización de recursos Bibliotecarios
La formulación adecuada de las búsquedas Bibliotecarios
La decodificación de la información Bibliotecarios
La localización, selección y consulta de los registros y los
Bibliotecarios
documentos.
Los valores éticos Bibliotecarios y Docentes
Los valores legales relativos al acceso y uso de la información
Bibliotecarios y Docentes
deben adquirirse a través de la motivación y el ejemplo
Las destrezas tecnológicas implicadas:
facilitando buenas salas de ordenadores para la capacitación de
La institución en su conjunto
los alumnos y un acceso amplio a las mismas también en las
bibliotecas
El aprendizaje de los proceso de determinación de las
necesidades de información, la discusión de la
Alumnos, compañeros y profesores
información, su análisis y su reelaboración y su difusión
pública son destrezas a aprender por los alumnos
En cuanto a la alfabetización académica específicamente, Carlino plantea diferentes estrategias para

explicitar la cultura académica docente en su tarea cotidiana y lograr integrar al alumnado: reponer

el contexto ausente por el uso de fotocopias y por la falta de conocimientos previos, incluir el índice

a las fotocopias; llevar el libro o el material fuente para que circule entre el alumnado; presentar a

los autores que se tratan en los textos, y a sus posturas teóricas; orientar las lecturas mediante guías,

y retomar en clase la discusión sobre lo leído; releer en conjunto fragmentos de textos, para

organizar una discusión en torno a ellos. “3. proponer actividades de escritura a partir de lo leído. El

problema con la lectura recién suele hacerse evidente cuando los alumnos escriben: allí es donde

muestran sus incomprensiones, a partir de las cuales los docentes podemos retroalimentar sus

interpretaciones iniciales.(...) 4. permitir, en algún momento, elegir qué leer y ayudar a presentar a

otros lo leído, para lo cual ofreceremos tutorías que enseñen a recortar, elaborar, conceptualizar y

enfocar el tema a exponer.” (Carlino, 2003b)

Entre las tareas que los docentes encargados de la alfabetización académica y los profesionales de la

información de la alfabetización informacional pueden realizar para cumplir sus funciones son: a)

trabajo conjunto entre docentes de las materias y los profesionales de la información, para que no

quede descontextualizada la enseñanza de la alfabetización informacional respecto del área temática

y nivel educativo necesario para resolución de problemas; b) Materias acreditadas, obligatorias y

opcionales; presenciales, semipresenciales y virtuales; c) Profesionales de la información

preparados para ser formadores, y formadores de formadores en el caso de los directores de

investigación; d) Docentes y directores de investigación conscientes de tu tarea fundamental como

tutores y cicerones en la incursión del alumno principiante en la tarea investigadora.

La Alfabetización informacional para nivel académico requiere de la participación activa de los

bibliotecarios (profesionales de la información) en el rol de formadores, así como de los docentes y

de los directores de investigación. Siguiendo a Barry en su análisis sobre las diferentes habilidades

de información necesarias para la formación de los estudiantes de doctorado, establece que los

directores y docentes de investigación cumplen un papel activo y específico en la A) Valoración de


la información (la evaluación de la calidad, el filtrado de la información excesiva y la concentración

en las necesidades de información). En cambio, docentes y bibliotecarios confluyen en sus

funciones en las otras dos habilidades, agrupadas en B) Conocimiento y manejo de recursos

(conocimientos de recursos y dominio de los sistemas) y C) Habilidades de interacción

logicolingüísticas (formulación de las necesidades e interpretación de los resultados). (Barry, 1999)

Aprender a aprender

En el 2001 la Comisión Europea para llevar a cabo la iniciativa eLearning, concebir la educación

del futuro, impulsó un plan

[que] relaciona la educación permanente con la inclusión social, la compensación de déficit de

competencias asociadas a las nuevas tecnologías y la adaptabilidad en el empleo, y contempla

una intensificación del esfuerzo de formación a todos los niveles, en particular pretende

promover una cultura digital para todos (...) lo considera clave frente a la incertidumbre

económica, el aumento de las desigualdad la excusión social, y que requiere un enfoque

radicalmente nuevo de la educación y la formación. (Gómez Hernández, 2002: 313)8

Carlino respecto a la alfabetización académica plantea que “La transformación llevada a cabo

también se basa en la necesidad de tener en cuenta los requerimientos comunicativos de los futuros

profesionales y de formar graduados que puedan seguir aprendiendo por su cuenta una vez

finalizados sus estudios.”(Carlino, 2003: 415)

Actualmente los egresados en postgrado están insuficientemente formados en habilidades para el

uso de la información dado que desconocen las formas de producción científica de su área, e

ingresan a los recursos discursivos y prácticas investigadoras de sus disciplinas en un nivel

demasiado avanzado de sus carreras, porque se los forma tardíamente en estas habilidades, cuando

tienen que realizar el trabajo de tesis o disertación para finalizar sus estudios.

8
Algunas características del aprendizaje permanente: no está restringida a lo económico ni a los adultos; abarca toda la
vida de una persona (desde la edad preescolar hasta después de la jubilación), y a todo tipo de aprendizaje -formal, no
formal e informal-; “Sus objetivos son la ciudadanía activa, la realización personal, la integración social y aspectos
relacionados con el empleo como son adaptabilidad y empleabilidad; Sus principios son el papel central del alumno, la
importancia de la igualdad de oportunidades y la calidad y relevancia de las oportunidades de aprendizaje.” (Gómez
Hernández, 2002: 313)
Estas alfabetizaciones permitirían quebrar la brecha cultural por todo lo que ello implica: la

marginación por el aumento de las desigualdades en el el acceso, interpretación, uso y generación

del conocimiento en beneficio del desarrollo académico y científico local, al lograr profesionales

universitarios mejor formados académicamente y responsables del uso y generación del

conocimiento, lo que redundaría en el desarrollo científico y social de la región.

Conclusiones

El buscar, seleccionar, discernir, evaluar y organizar las fuentes de estudio utilizados para elaborar,

crear y transmitir el conocimiento propio dentro de un área temática, son competencias inherentes a

la alfabetización informacional, y posibilitan que la persona desarrolle las habilidades necesarias

para aprender durante todo el curso de su vida, dado que son habilidades y competencias básicas y

trasversales a cualquier proceso de búsqueda de información. Esta búsqueda crítica y profunda de

información y el tratamiento intelectual que personalmente cada individuo preparado en

alfabetización informacional gestiona sobre la información recuperada, la realiza tanto a nivel

educacional, laboral, recreativo, personal, o creativo.

La alfabetización académica es específica en cada disciplina de las distintas áreas temáticas, para

poder leer, interpretar, hablar y escribir (comunicarse) según la retórica de cada área disciplinar,

comprendiendo las estructuras y estrategias discursivas propias de cada ámbito científico y cultura

académica, aportando creativa y responsablemente a su desarrollo. Es así que a nivel universitario

estos dos tipos de alfabetizaciones se complementan, porque para hacer una búsqueda exitosa en el

ámbito científico y académico es necesario conocer y manejar los recursos discursivos típicos de

cada cultura académica en particular. 9

En todos los textos consultados los autores insisten en que las universidades deben considerar bajo

su incumbencia la formación tanto de sus alumnos como de sus docentes investigadores y de sus

profesionales de la información, analizando, evaluando y conformando políticas de información

9
Considero relevante presentar el deseo de Carlino en sus conclusiones “Desearía que el problema de la lectura y
escritura en la universidad dejara de ser adjudicado a los alumnos y pasara a convertirse en tema de ocupación
institucional.”(Carlino, 2003a: 417)
donde tengan en cuenta a su comunidad directa, donde se asignen las partidas presupuestarias

necesarias y suficientes para la realización de los programas de alfabetización informacional y

académica, donde se involucren responsablemente a los docentes, a los servicios de apoyo

(bibliotecas) y al alumnado. Además de realizar proyectos de extensión a la comunidad en la que se

encuentran, para mejorar la calidad de vida de su propia región.

La educación permanente o el aprender a aprender a través de la alfabetización informacional son

estrategias viables para lograr ser protagonistas en la sociedad del conocimiento, y quebrar las

brechas digitales10. Los programas o proyectos de alfabetización informacional y alfabetización

académica deben formar parte de los planes de estudio de las carreras, dictándose gradualmente en

los diferentes niveles de cada disciplina, y el dictado debe ser realizado conjuntamente por los

docentes de las disciplinas y los profesionales de la información, en el momento en que el alumnado

necesite realizar las experiencias dentro de cada materia que esté cursando, y no de forma aislada.

Asimismo deben existir materias acreditadas dictadas por las bibliotecas, donde tanto los alumnos

como los docentes puedan acceder a los conocimientos para aprender a utilizar los recursos de

información disponibles. Los profesionales de la información han de capacitarse para transformarse

en formadores de formadores y deberán ser percibidos en su entorno inmediato como docentes en

alfabetización informacional. Las bibliotecas se convertirán en espacios para el aprendizaje y la

investigación, poniendo a disposición de la educación de su comunidad de usuarios bajo el nuevo

modelo educativo, sus recursos informacionales, edicilios, mobiliarios y estratégicos para el acceso,

difusión, uso y generación de la información y la investigación.

10
“En realidad la Sociedad de la Información (...) está determinada por una nueva forma de organización
económica y social motivada por el desarrollo de las TIC. (...) La producción, difusión y uso del conocimiento se
tienen que transformar en la principal oportunidad de crecimiento de nuestros países, así como lo fue en su momento la
producción agropecuaria o industrial, si esto no es así no tendremos ninguna chance de participar de la revolución
digital y nos limitaremos a ser simples espectadores.” (Valenti López, 2002) Lo destacado en el original.
Bibliografía

AREA, M. (2006) La enseñanza universitaria en tiempos de cambio: El papel de las bibliotecas en

la innovación educativa. (www.ubu.es/biblioteca/crai/ponencias/10_Manuel_Area.pdf ),

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