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0. MONOTEÍSMO CRISTIANISMO
A MODO DE PRÓLOGO

Profesor: Vicente Botella Cubells, OP

Introducción general
Una de las religiones tradicionales, y por otro lado socialmente más
relevante, es el cristianismo. Como es lógico, el cristianismo no es ajeno a la
evolución de los acontecimientos que, brevemente, acabamos de presentar. El
cristianismo, inserto en el problema del choque cultural y consciente del valor de
las otras religiones, está obligado a presentar de modo coherente su identidad
en el horizonte inter-religioso. Se trata de un nuevo camino para llegar a "su
esencia" y, desde ella, dialogar con el resto de las tradiciones religiosas.
En el presente curso, y dentro de la nomenclatura genérica de Historia
de las Religiones, vamos a desarrollar el tema del Cristianismo, suelo vital de
la tradición religiosa y de la cultura del continente europeo y, singularmente, de
la realidad española en el que nace la Escuela. Es, por así decirlo, nuestro
suelo: ¿somos conscientes de su significado?...
Una cuestión fundamental va a dirigir este curso. Una cuestión, por lo
que hemos adelantado, clásica pero de enorme actualidad. Sería la siguiente:
¿cuál es la esencia o la entraña del cristianismo?
En la primera mitad del siglo XX, Romano Guardini aportaba la
respuesta que va a vertebrar las siete lecciones que ofrece el curso: el
cristianismo, en definitiva, es Jesucristo
Jesucristo (Jesús + Cristo), en realidad, es el producto final resultante de
la unión del camino humano de Jesús de Nazaret y de la interpretación creyente
que de él hicieron sus discípulos. Jesús, por lo tanto, es el lado histórico,
humano y concreto del cristianismo que, además, confiesa que en esa historia,
en esa humanidad, estaba Dios de un modo tan especial que únicamente pudo
expresarse adecuadamente bajo el prisma de la filiación divina: Jesús era el
Mesías, Hijo de Dios. Cristo, consecuentemente, expresa el lado de la fe, el
sentido divino y transcendente de la humanidad de Jesús. Si esto así, decir
Jesucristo equivale a confesar que Dios se ha revelado a título único, como Hijo,
en la humanidad de Jesús. En suma: la palabra central del cristianismo,
Jesucristo, es ya una confesión de fe.

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Jesucristo no es una palabra proferida individualmente. Jesucristo es


una vivencia de fe compartida por una comunidad de hermanos (de discípulos)
de tal modo que, desconectada de la misma, carece de sentido. Por eso el
cristianismo tiene una dimensión intrínsecamente comunitaria o eclesial.
Hablar del cristianismo es hablar de la eclesialidad de su fe. Jesucristo es
realidad personal histórica, es Hijo de Dios y es Iglesia. De ahí que la Iglesia se
entendiera a sí misma, desde los orígenes de la aventura cristiana, como
prolongadora del ser y de la misión de Jesucristo (la Iglesia, cuerpo de Cristo).
Queremos decir que la salvación ofrecida por Jesús, y recibida por los
suyos, fue el motor que, en última instancia, impulsó a la comunidad naciente a
identificar a Jesús como Hijo de Dios (¿quién será éste que nos salva?). De
modo que sin vivencia salvífica no hay fe en Jesús como Cristo. Existe, pues,
una pretensión salvífica en el cristianismo que no se puede separar de la
palabra Jesucristo.
Algunas de las dimensiones a las que nos referimos pertenecen al
ámbito de los presupuestos inherentes al cristianismo (una religión revelada);
otras a la derivación formal de su pretensión o a su propuesta metodológica (la
humanidad como mediación entre Dios y los hombres); no faltan las
referidas al conjunto de verdades que lo conforman (el credo cristiano). Todos
estos aspectos, creemos, son imprescindibles para ofrecer una imagen cabal
del cristianismo. Por eso estarán presentes en la estructura básica del curso
que iniciamos, configurando el esquema general de la asignatura.
Una aclaración antes de empezar. El cristianismo tiene una pluralidad de
rostros que puede desconcertar. Cada tradición, confesión o Iglesia cristiana
accede al cristianismo desde su propio horizonte. Todos estamos situados. No
quisiéramos ocultar a los alumnos de este curso que la ventana desde la que
vamos a contemplar el cristianismo va a ser -fundamentalmente- la Catolicidad,
pues se trata del suelo sobre el que ha caminado y camina el profesor que lo
dirige. Con todo, este hecho no significará en ningún momento una visión
proselitista del fenómeno cristiano en su vertiente católica.
TEMARIO
Unidad I: El cristianismo es una religión revelada
Unidad II: Jesucristo es la entraña del cristianismo
Unidad III: Las expresiones de la experiencia religiosa
Unidad IV: Jesús en la história
Unidad V: La metodología cristiana: la humanidad como mediación
del encuentro entre Dios y los hombres
Unidad VI: La dimensión comunitaria del cristianismo
Unidad VII: El credo cristiano

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