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El Sufrimiento y el Concepto del Yo

Es importante considerar la redacción de la Primera

Noble Verdad. Esta redactada de un modo muy claro:

‘hay sufrimiento’, en lugar de ‘yo sufro’. Psicológicamente

esta observación es un modo mucho más hábil de decirlo.

Tendemos a interpretar el sufrimiento de la manera

siguiente: ‘yo estoy realmente sufriendo, sufro mucho y

no quiero sufrir’. Así está condicionada la parte de nuestra

mente que tiene la capacidad de pensar.

‘Estoy sufriendo’ siempre transmite el sentido ‘yo soy

el que sufre. Este sufrimiento es mío; he sufrido mucho en

mi vida’. Todo este proceso, la asociación con el propio ego

y con la propia memoria levanta el vuelo. Recuerdas lo que

sucedió cuando eras un bebé...y así en adelante.

Pero observa, no decimos ‘hay alguien sufriendo’. Ya no

es sufrimiento personal. ‘Hay sufrimiento’. No decimos:

‘pobre de mí, ¿por qué tengo que sufrir tanto?’. ¿Qué hice

para merecer esto? ¿Por qué tengo que envejecer? ¿Por

qué tengo que tener tristeza, dolor, pena, desesperación? No

es justo, No lo quiero, solo quiero felicidad y seguridad’. Esta

clase de pensamiento proviene de la ignorancia, dando lugar

a problemas de personalidad.

Para abandonar el sufrimiento debemos aceptarlo en

la consciencia. Pero la aceptación en la meditación budista

no se hace a partir de ‘yo estoy sufriendo’ sino, ‘esto es

sufrimiento’, no nos identificamos con el problema, sino que

reconocemos que lo hay. Es torpe pensar: ‘soy una persona

malhumorada, me enfado tan fácilmente; ¿cómo me deshago

de eso? Esto da fuerzas a todas las suposiciones subyacentes

de uno mismo, siendo muy difícil tener una perspectiva


sobre ello.

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