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“Asamblea Popular Constituyente”… ¿Libre y Soberana o “masa de maniobras” del régimen?

Apuntes para una polémica con Convergencia 2 de Abril

“En la actividad independiente y autónoma de las


masas reside todo el secreto de la revolución Proletaria.”1

El pasado 24 de Octubre, la organización Convergencia 2 de Abril (C2A) publicó un documento


titulado “Chile Despertó: Del estallido social a la rebelión popular”2, en el que toman posición
respecto al actual escenario de la lucha de clases en nuestro país, y emanan a grandes rasgos
una propuesta táctica concreta para el actual período. Desde ya, saludamos la iniciativa de los
compañeros y compañeras de dicha organización, ya que creemos que el actual escenario nos
llama a posicionarnos y promover la disputa ideológica en el seno de las organizaciones
populares y revolucionarias. Con la intención de promover el debate firme y la disputa fraterna
entre organizaciones, emanamos los siguientes apuntes.

La caracterización: ¿“Estallido social” o Rebelión Popular “propiamente tal”?

En primer lugar, nos llama la atención la caracterización que C2A realiza acerca de los
acontecimientos que se desarrollan en estos días. Nos señalan que “falta la conducción
política” de este “estallido” para que pueda ser considerado como una “rebelión propiamente
tal”. Esta diferenciación, que pudiera parecer una discusión meramente gramatical, encierra
en realidad un trasfondo político de suma importancia, y sirve de base a las tesis que luego
desarrolla el documento. Busca C2A llamarnos la atención respecto de la “espontaneidad” de
la Rebelión; acerca de su carácter “inorgánico”, casi caótico diríamos, en contraposición a su
falsa idealización de los procesos revolucionarios, según la cual, dichos procesos aparecerían
de golpe en la historia con profundos niveles de organicidad y acabada perfección; (utilizando
una conocida analogía de Lenin, “como Minerva de la cabeza de Júpiter”).

La vieja contraposición entre “espontaneidad” y “dirección consciente”, fruto de la concepción


vulgar del materialismo y superada desde los albores del marxismo revolucionario, reaparece
aquí para recordarnos que la osadía de las masas de rebelarse dejando atrás a sus
“vanguardias intelectuales” merece ser implacablemente castigada con toda la dureza de las
categorías y conceptos que dichas “vanguardias” se encargan de construir. Procede C2A de
este modo, rebajando cualitativamente la trascendencia y el potencial de la Rebelión en curso
al caracterizarla como un simple “estallido social”; por medio de este método mecánico,
“sociológico” y descriptivo, es imposible arribar a una concepción verdaderamente histórica de
la conciencia de las masas que impulsan la Rebelión Popular.

1
“El MIR responde a los ataques del Secretario General del Partido Comunista”. Secretariado Nacional,
MIR. 20 de febrero de 1973.
2
https://www.convergenciamedios.cl/2019/10/chile-desperto-del-estallido-social-a-la-rebelion-
popular/
Desde nuestra perspectiva, la Rebelión Popular no es “espontánea” como acostumbran a decir
los promotores del materialismo vulgar. Por el contrario, en vez de una espontaneidad vacía
de contenido, la Rebelión expresa profundas tendencias que vienen germinando desde hace
mucho tiempo en el seno de nuestro pueblo; es decir, posee hondas raíces históricas. Es el
resultado de decenas de años de acumulación de fuerzas, experiencias, luchas, aprendizajes.
Por otra parte, la Rebelión está fuertemente determinada por la situación política mundial: En
primer lugar, todo el período histórico en que se desarrolla la ofensiva mundial del capital
contra el trabajo en términos generales (década de los 80’ en adelante) y en el cual nuestro
país jugó un rol protagónico, actúa como marco y determina la inmensa profundidad de sus
raíces; en segundo lugar, la particular coyuntura de profundización y redoblamiento mundial
de dicha ofensiva, en el marco de la crisis capitalista internacional, la crisis en los regímenes
burgueses y la tendencia mundial a la Rebelión abierta desde hace ya algunos años (en
América Latina, creemos que dicha tendencia a la Rebelión comienza a tomar fuerza luego de
iniciada la Rebelión en Haití durante las jornadas Junio de 2018), determina su explosión
actual. En este sentido, es que hemos señalado que la Rebelión Popular en nuestro país
representa en las actuales condiciones un elemento político mundial de primer orden, al
mismo tiempo que se transforma en un potencial elemento desestabilizador de la situación
global a gran escala. (Ejemplo de esto, pueden considerarse los anuncios de Piñera de cancelar
la realización de la APEC y COP25). Sólo sobre la base de una caracterización rigurosa
partiendo desde los anteriores elementos, podemos tener una idea más acertada respecto al
potencial de la actual Rebelión de nuestro pueblo.

En este sentido, afirmamos sin temor a equivocarnos respecto al alcance de los actuales
acontecimientos: la Rebelión Popular en Chile representa la derrota en términos políticos de la
ofensiva del capital en su conjunto llevada a cabo en Latinoamérica desde el final del súper
ciclo de las materias primas, la crisis de los gobiernos del nacional populismo burgués y la
renovada ola de medidas y reformas tendientes a la profundización de la súper-explotación
capitalista en la región. Lo fundamental, es que dicha derrota se realiza sobre la base de los
propios métodos de la lucha de clases, el desarrollo de los métodos de la protesta popular. La
derrota en términos políticos de la ofensiva, signada fundamentalmente por el cambio en la
correlación de las principales fuerzas sociales en nuestro continente, crea las condiciones
reales para su derrota en términos materiales, y con ella, la posibilidad de asestar una derrota
estratégica a la burguesía y el imperialismo en su conjunto. Se abre la problemática del poder.

Para medir el potencial de la actual Rebelión en nuestro país es necesario caracterizarla desde
esta perspectiva, fundamentalmente histórica. Es tarea de las fuerzas revolucionarias
desarrollarla, de esto no cabe duda, pero dicho desarrollo tiene más que ver con un desarrollo
de grado, es decir, de cantidad, más no de calidad. Infinidad de elementos de dirección
consciente con una perspectiva de clase ya existen en el seno de la Rebelión; se expresan en la
monumental tendencia a la auto organización de masas que hemos conocido durante la última
semana; se materializan en la infinidad de pliegos y programas que emanan desde dichas
instancias, todos coincidentes en sus aspectos fundamentales: atacar las bases mismas del
sistema político de dominación capitalista en nuestro país, a través de demandas que ponen
en cuestión absolutamente todos los aspectos fundamentales para la vida de un Estado, y que
confluyen tendencialmente en una perspectiva de conjunto: Se trata del proceso que hemos
caracterizado como la “construcción del Programa del Pueblo”, programa de alcance nacional,
que cristaliza en la aspiración de una Asamblea Constituyente (Asamblea que nadie ha
convocado aún) y que surge desde las bases mismas de la Rebelión; esta aspiración, desde la
perspectiva del estado actual de la conciencia de las masas expresa la honda necesidad de
cambiarlo todo.

Siguiendo la tesis del “estallido social”, el documento afirma: “Los crecientes niveles de
conciencia de los que el pueblo ha dado suficiente muestra con su movilización y organización
en las calles, poniendo en jaque al Gobierno y el resguardo de la propiedad privada, deben ser
conducidos hacia una salida al conflicto que permita la acumulación de fuerza social y
perspective un nuevo ciclo de lucha social y popular, caracterizada por el ánimo constituyente,
pasando de una mera fase destituyente.”. Desde esta perspectiva, nos queda claro que los
niveles de conciencia de las masas son muchísimo más elevados que los de C2A. ¿Es posible
hablar de “una mera fase destituyente” teniendo frente a nuestros ojos los miles de pliegos y
programas que emanan desde las propias bases de la Rebelión, todos coincidentes en lo
esencial, todos dotados de una perspectiva de conjunto, todos dirigidos a socavar las bases
mismas del actual régimen político? Es este propio régimen el que se encuentra en jaque,
todas sus instituciones y todos sus partidos, incluida la oposición de “izquierda” del PC y el FA.
El problema, es que “el ánimo constituyente” de la Rebelión no tiene posibilidades de ser
canalizado por vías institucionales: tiene el potencial de barrer con el actual sistema de
dominación en su conjunto. Se abre de esta forma, la problemática esencial del actual período.
¿Qué mecanismos serán los canalizadores de este “ánimo constituyente”? ¿A través de qué
vías específicas puede ser implementado el programa del Pueblo? Más allá de los mecanismos
jurídicos o institucionales, es la propia lucha de clases la que toma centralidad.

Por otra parte, C2A nos habla de que la Rebelión abre un nuevo período en la lucha de clases
de nuestro país, en el que se configura una “crisis de hegemonía”. Esta caracterización nos
parece a grandes rasgos correcta, pero es necesario, sobre la base de las anteriores
consideraciones sacar todas las conclusiones políticas que esto implica. En este sentido,
creemos que la constatación de la apertura de una “crisis de hegemonía”, entra en
contradicción con la propuesta táctica emanada desde esta organización, cuestión que
analizaremos a continuación.

“Asamblea Popular Constituyente”. La propuesta propiamente tal.

A grandes rasgos, C2A nos plantea que en el actual escenario, es necesario impulsar desde los
propios espacios de auto organización la constitución de una “Asamblea Popular
Constituyente”, eufemismo que busca instalar una falsa idea de ganar “posiciones” desde el
movimiento popular, para posteriormente “disputarlas” ante la eventual Asamblea
Constituyente convocada por el actual régimen político. “Para ello, nos jugaremos por
mantener abierta la movilización, generar espacios de encuentro y de deliberación popular que
apueste por una Asamblea Popular Constituyente, en el cual se construya el pliego del pueblo y
la plataforma de lucha para luego lograr una Asamblea Nacional Constituyente que permita
canalizar este nuevo momento político.”. Es decir, la “Asamblea Popular Constituyente” no es
una verdadera Asamblea Constituyente, debido a que no es verdaderamente libre y soberana.
Su objetivo, sería más bien el de “referenciar a un sujeto de conducción que pueda ser parte
hegemónica en una Asamblea Nacional Constituyente. Para que ello ocurra, debe renunciar el
Gobierno de Sebastián Piñera.”. Ante esto, cabe preguntarnos: ¿qué posibilidades reales
existen hoy en día de que el actual régimen convoque a una Asamblea Constituyente? Y luego,
¿Qué posibilidades reales existen de que un eventual “sujeto de conducción” constituido
desde la confluencia nacional de las Asambleas Populares pueda efectivamente “hegemonizar”
una Asamblea Constituyente convocada desde la actual institucionalidad?

Ante la primera de estas preguntas, es posible constatar que en las actuales condiciones es
muy probable que el régimen busque impulsar una “Asamblea Constituyente” como una
medida transitoria de resolución de la crisis. En consonancia con esto, se están dando
importantes pasos, consistentes en lograr un acuerdo transversal de los partidos del régimen
para impulsar un plebiscito en Diciembre próximo que abra la posibilidad de convocar en un
futuro indeterminado un eventual proceso de “Asamblea Constituyente” desde la podrida
institucionalidad política de nuestro país. Es posible, por lo tanto, que el régimen eche mano a
esta táctica para intentar apaciguar el estado de ánimo de las masas. Ahora bien, el régimen
dará este paso sólo en la medida de que el resultado de dicho proceso constituyente asegure
de antemano la mantención intacta de las bases estructurales del actual sistema de
dominación. Como señalábamos hace algunos días, la posibilidad cierta de un verdadero “paso
atrás democrático” por parte de la burguesía y el imperialismo, que signifique concesiones
reales en algunos de los puntos esenciales del Programa del Pueblo, se encuentra bloqueada
en las actuales condiciones por factores de carácter internacional, fundamentalmente la
profundización de la propia crisis capitalista internacional y la nueva gran recesión mundial.3
Como bien sabemos por la propia experiencia histórica, las clases dominantes no se suicidan,
por lo que, si bien existe la posibilidad de que se convoque a un proceso de “Asamblea
Constituyente” por parte del régimen, este proceso no será más que una careta; es imposible
que dicha asamblea sea verdaderamente democrática, libre y soberana. Ante esto, cobra
importancia la segunda interrogante. ¿Es posible desde los propios órganos de auto
organización de masas “hegemonizar” esta eventual “Asamblea Constituyente” del régimen?
En este punto debemos ser claros. Existe un 99 por ciento de las posibilidades de que dicha
quimera no pueda ser concretada, de la misma forma que existe un 99 por ciento de las
posibilidades de que dicha maniobra resulte completamente inútil y que, por medio de los
métodos de la conciliación de clases, conduzca a la Rebelión a una estrepitosa derrota.

Pese a las crecientes contradicciones en su seno, el bloque en el poder no dudará un instante


siquiera en sellar su santa alianza contra las legítimas aspiraciones de nuestro pueblo. Frente a
esta realidad, no caben salidas intermedias, y las quijotescas “ilusiones constitucionalistas” de
la pequeña burguesía caminan a estrellarse más temprano que tarde contra esta dura verdad.

En este punto, como ya hemos señalado anteriormente, el centro de la disputa, su eje


fundamental, no radica en la posibilidad “abstracta” de una eventual convocatoria a
“Asamblea Nacional Constituyente”, fuera de la lucha de clases, sino en los mecanismos reales
de su implementación, es decir, sobre la base de qué poder será convocada la tan anhelada
Asamblea Constituyente Libre, Democrática y Soberana. Aun cuando la burguesía,
representada por todo el arco de partidos políticos del régimen se abra a la convocatoria de
una farsa de Asamblea, lo hará con plena conciencia de su objetivo fundamental: derrotar por

3
https://unicasolucionrevolucion.wordpress.com/2019/10/24/tercera-fase-de-la-rebelion-popular-el-
momento-decisivo/
medio de los métodos de la lucha de clases la verdadera significancia de dicha Asamblea en la
conciencia de las masas, es decir, los anhelos de cambiarlo todo, diezmando de esta forma
toda posibilidad de concretar cambios reales si dicho proceso se realiza a través de la vía
“institucional”.

La cuestión de la Asamblea Constituyente se encuentra por ende, subordinada a las


definiciones fundamentales de la lucha de clases, a la resolución previa de la problemática del
poder, hoy expresamente abierta en nuestro país por la propia Rebelión. Desde esta
perspectiva, hemos señalado con claridad: Sólo sobre la base de un Gobierno de Las y Los
Trabajadores, gobierno constituido desde el desarrollo del embrionario Poder de nuestro
pueblo expresado fundamental e incipientemente en la constitución de sus actuales
organismos de auto organización, asambleas territoriales, de trabajadores y trabadoras,
sindicales, estudiantiles, de mujeres, etc. podrá asegurarse la convocatoria de una verdadera
Asamblea Constituyente. Sobre la base de una perspectiva materialista y marxista, debemos
combatir férreamente los intentos de la burguesía y el Imperialismo de engañar a las masas
con toda su fraseología formal y jurídica.

Por sinceras y honestas que sean sus intenciones, todos quienes en las actuales condiciones
pretendan diezmar las potencialidades del desarrollo pleno del nuevo Poder, el Poder Popular,
sobre la base de complicados estratagemas tendientes a colocar los nacientes organismos de
auto organización de masas como “masa de maniobras” de este régimen político podrido y
profundamente debilitado, se transformarán en vehículos de las aspiraciones de la burguesía
de engañar a nuestro pueblo y resolver la crisis sobre la base del restablecimiento de un nuevo
pacto de dominación, que mantendrá intactas las bases estructurales del actual régimen
político y que no tiene ninguna posibilidad real de resolver las demandas de la amplia alianza
de fuerzas sociales que sostienen la rebelión ni de estabilizar el país.

El hondo sentido del momento histórico actual llama a todas las fuerzas democráticas y
revolucionarias de la sociedad a tomar una posición firme y decidida respecto a las
posibilidades reales de concretar los tan anhelados cambios que hoy exige con determinación
nuestro pueblo en las calles. Desde nuestra perspectiva, el posicionamiento debe ser claro y
sin ambigüedades de ningún tipo. ¡Ninguna conciliación con este régimen asesino y corrupto!
¡Fuera Piñera! ¡Por un Gobierno de Las y Los Trabajadores! ¡Por una Asamblea Constituyente
verdaderamente Libre, Democrática y Soberana!

César

Militante de Trabajadores/as al Poder.

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