Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Espero que esta lección nos deje algún aprendizaje y tomemos las previsiones
correspondientes con las telecomunicaciones, el sistema de radares de la aviación civil y militar,
los sistemas de distribución de agua potable, de gas doméstico y espero que se hayan dado cuenta
que las telecomunicaciones se caen porque las antenas repetidoras de las empresas que prestan
este servicio no tiene baterías de emergencia y cuando se cae el servicio eléctrico se cae la señal
de telecomunicación.
El autor Kalev Leetaru exploró en 2015 el concepto de «primer ataque cibernético», en el que los
gobiernos recurrirían cada vez más a la guerra cibernética por su cuenta o como parte de una
guerra híbrida para debilitar a un adversario antes de la invasión convencional o para efectuar
una transición forzosa y negativamente en un gobierno extranjero.
De acuerdo con Leetaru, interrumpir el suministro de energía y agua, los patrones de tráfico,
frenar o interferir con el acceso a Internet, hacer que los hogares inteligentes se desordenen e
incluso, desencadenar remotamente los derrumbes en las centrales nucleares fueron temas cada
vez más discutidos en la comunidad de seguridad nacional.
En el caso de Venezuela, la idea de que un gobierno como el de Estados Unidos interfiera de
forma remota en su red eléctrica es algo bastante realista. Las operaciones cibernéticas a distancia
rara vez requieren una significativa presencia en tierra, lo que las convierte en la operación
ideal.(1).
Guerra no convencional
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Índice
1Antecedentes
o 1.1Surgimiento de la GNC
2Características y Objetivos de la GNC
o 2.1Características
o 2.2Objetivos
3Referencias
4Enlaces externos
Antecedentes[editar]
La guerra se define como la lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una
misma nación.2
La guerra puede clasificarse en dos grupos: La Guerra Convencional (GC) y La Guerra No-
Convencional (GNC).
En la Guerra convencional existe un enfrentamiento armado físico entre los beligerantes, y sus
objetivos principales son la destrucción del ejército enemigo y de su infraestructura, o en su
defecto el debilitamiento.
En la Guerra no-convencional usualmente no existe un enfrentamiento físico entre las fuerzas
militares de las naciones en conflicto, este tipo de guerra se basa en la idea de que es posible
desestabilizar al enemigo a través del miedo, hasta el punto de lograr que haga grandes
concesiones para obtener la paz, sin importar si este aun es capaz de continuar la guerra. Las
fuerzas u objetivos son secretos, o no están bien definidos; las tácticas y las armas intensifican
el entorno de subversión, miedo y generalmente, lo que se trata de obtener es la coerción o la
subversión de un cuerpo político.
Los país que suelen aplicar la guerra no-convencional no usan la fuerza desmedida de un arma
convencional, si no que a través de medios creativos, innovadores, tecnológicos y tácticas
sigilosas, logra llevar cabo los propósitos que se plantean. En la guerra no-convencional los
objetivos de guerra son usualmente psicológicos y coactivos, y los elementos de las fuerzas
armadas usualmente trabajan independientemente y es común que se encuentre infiltrados.
Estudios sobre la evolución de las guerras aseguran que el empleo de métodos de Guerra no
Convencional data de la antigüedad. Durante el período de la Guerra Fría, el mando militar
de Estados Unidos desarrolló campañas de guerra no-convencional para tratar de lograr sus
objetivos sin arriesgarse a una contienda generalizada con la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS).
Surgimiento de la GNC[editar]
Como concepto, ha formado parte del cuerpo doctrinal de las Fuerza Armada estadounidenses
desde la Segunda Guerra Mundial, pero es a partir de la década de los 50 que se conoce con la
denominación actual.
La incapacidad demostrada por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para tener éxito en
escenarios de guerra irregular, junto a otros factores derivados de esas propias guerras tanto en
lo político, moral y psicológico, como en los aspectos técnico-militares, y de la endeble
situación económica por la que atraviesa, ha obligado al mando político-militar estadounidense
a retomar enfoques que, aunque igualmente agresivos, tienden a hacer prevalecer la guerra “a
distancia”, con poca o ninguna presencia directa de sus fuerzas terrestres en el terreno.
Según la Circular de Entrenamiento 18-01 (TC- 1801), uno de los principales documentos
doctrinales norteamericanos sobre la Guerra No-Convencional de las Fuerzas de Operaciones
Especiales del Ejército de Estados Unidos, fechada en el año 2010, se trata de aprovechar las
posibles vulnerabilidades del Gobierno a derrocar; distanciarlo de la población; desplazar a la
porción de la ciudadanía que actúa de manera neutral hacia posiciones en su contra; explotar
estos elementos a través de la subversión, y cuando esta no conduzca a los resultados
estratégicos deseados, recurrir al conflicto armado a través del fomento de la insurgencia, que
actúe de manera irregular y conduzca a la inestabilidad incontrolable e impida gobernar. En tal
sentido deben jugar un papel protagónico, según el propio documento, los medios de
comunicación masiva y las modernas tecnologías de la informática y las comunicaciones, en
función de las acciones subversivas.3
La guerra no-convencional conjuga una red de tanques pensantes (think tanks), fundaciones,
fondos, y demás organizaciones que están detrás de la desestabilización abierta de naciones
soberanas. Sus narrativas en las políticas públicas o para el consumo público son engañosas y
persuasivas. Su función es cooptar a los pensadores progresistas, medios de comunicación y
activistas.
Características[editar]
Objetivos[editar]
Las GNC se insertan en países o gobiernos progresistas que representan una amenaza
a los intereses de dominación imperial, reflexionó el experto en geopolítica.
En el caso venezolano, la GNC se basa en fórmulas como “La Salida”, además buscan
fortalecer la propuesta de los partidos de oposición aglutinados en la autodenominada Mesa
de la Unidad Democrática (MUD) para subvertir “los intereses locales y regionales de los
candidatos (actualmente electos)” ante el Parlamento.
Para el profesor Jaimes, los recién electos diputados de derecha ante la Asamblea
Nacional (AN), son quienes están detrás de la GNC en ese país suramericano, bajo la
sotana del clero. “Se trata de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV)
y el cárdenal Jorge Liberato Urosa Sabino que han aparecido rápidamente para
bendecir todas las acciones que lleve adelante la MUD” en la sede de la AN.
Lee: Mitos y realidades de la derecha como mayoría en el Parlamento venezolano
Ejemplos vivos y recientes de esta guerra asimétrica se demuestran en Ucrania donde se
presentó “más agresiva” y antecedida por una “pre guerra, asesinatos, incendios, ataques al
Parlamento, persecuciones muy parecidas a aspectos neonazis”.
El politólogo venezolano recordó que desde hace 20 años, las principales guerras del mundo
están dirigidas contra los países que forman parte de la Organización de Países Exportadores
de Petróleo (OPEP): caso Libia donde el republicano estadounidense John Mccain provocó la
llamada Primavera Árabe.
“John Mccain se ha convertido en un embajador plenipotenciario con poderes y ha
estado detrás del derrocamiento de no menos de 20 mandatarios (del territorio
mundial)”, destacó Jaimes.
Ofensiva del Gobierno venezolano frente a la GNC
El profesor venezolano saludó la nueva mesa ministerial instalada por el jefe de Estado
Nicolás Maduro para potenciar la producción en el país y ante el panorama de un golpe
continuado, considera necesaria una gran agenda internacional mucho más rápida que saque
una declaratoria regional de Suramérica y el Caribe en defensa del petróleo.
Llamó a repensar qué estuviera haciendo el comandante Hugo Chávez para combatir la
guerra económica, quien desde 1999 cuando llegó a la presidencia por elección popular
enfrentó en el país una GNC.
La GNC viene gestándose en Venezuela desde que se instaló el gobierno del presidente Hugo
Chávez en 1999 pero fracasó con el golpe de Estado de 48 horas en 2002, un hito histórico
dado que el pueblo venezolano exigió en las calles el regreso del líder de la Revolución
Bolivariana.
Tras la partida física de Chávez en 2013, Estados Unidos intensificó sus actos
desestabilizadores con acciones de terrorismo como las llamadas guarimbas, que se
instalaron apenas se conocieron los resultados de las elecciones presidenciales del 5 de abril
de 2013 que dieron vencedor a Nicolás Maduro. El llamado del candidato derrotado Henrique
Capriles dejó 11 muertos, decenas de lesionados y una gran pérdida material en bienes
públicos.
No conforme con estos resultados que afectaron de nuevo los intereses de EE.UU., en 2014
se retomaron las acciones terroristas y apenas se inició el año, irrumpieron nuevos ataques a
instalaciones públicas como indicativo del reimpulso que se le daría a las guarimbas en
algunos puntos del país durante cinco meses, arrojando un resultado de 43 víctimas mortales
y cuantiosos daños a infraestructuras.
Solo la alianza cívico-militar pudo contenerla y derrotarla. Este hecho fue un éxito del
Presidente Nicolás Maduro contra el imperialismo norteamericano. Pero los intentos para
derrocarlo no acabaron.
Factores que alimentan esta guerra son el incremento de precios diariamente, la especulación,
el acaparamiento, la variación cambiaria debido a la confabulación para manejar el valor de la
divisa dólar a niveles que permitiría el incremento inflacionario de manera vertiginosa y el
terror psicológico de sentirse "ser una amenaza para EE.UU.", pues en cualquier momento -
apelando a esa categoría de amenaza- podría activarse el Plan de Intervención directa por
parte del Comando Sur.
Reiteradas veces, el comandante del Comando Sur, General John Kelly, opinó sobre la
situación de crisis que vivía Venezuela y descalificó al gobierno revolucionario. Hechos que
nos permiten deducir la plena disposición del Comando Sur de inmiscuirse en los asuntos
internos de Venezuela, contando para ello con la autorización del Presidente Obama y con las
fuerzas de tareas para llevar a cabo un plan militar de intervención.