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Poder Judicial de la Nación

Sala IIa. C. N° 34302 “GUTIÉRREZ, Diego

A. y otros s/intimación nueva designación

de defensor”

Juzgado 11 Secretaría 22

Expte. N° 6996/2013/4

Reg N° 37.460

/////////////////nos Aires, 8 de abril de 2014.

Y VISTOS: Y CONSIDERANDO:

El decreto del Magistrado que intimó a los imputados

Gutiérrez, Alcaraz, Maciocha y Trska a designar un nuevo defensor de su confianza o en


USO OFICIAL

su defecto se nombrará al Defensor Oficial de turno en razón de la existencia de

intereses contrapuestos con los otros asistidos del Dr. Scigliano fue recurrido por los

nombrados (en testimonios a fs. 15).

El cuestionamiento radica en que el auto no expresa en

concreto la parte del relato indagatorio de sus asistidos Saucedo y Vázquez que plantea

un conflicto de intereses con los otros imputados que actualmente proponen al

mismo defensor, incumpliendo las previsiones del artículo 123 del Código de rito;

asimismo, expresan que la convocatoria a indagatoria de los recurrentes no fue

basada en los dichos de los primeros. Por el contrario, entienden que existe una

comunidad de intereses puesto que todos son empleados del Servicio Penitenciario

Federal (fs. 16, 17, 18 y 34/35).

El decreto que cursa la intimación se asienta en el grado

de subordinación jerárquica de los imputados; así se aclara expresamente en el

decreto posterior, pero de igual tenor relativo a la propuesta de Carlos Rubén Rodríguez

(en copia a fs. 33).


Ese fue también el criterio alegado por el Defensor

Oficial Dr. Hermida al excusarse de intervenir en la defensa del Subdirector

Alejandro Galeano, por encontrarse asistiendo al Principal Pablo Guillén (fs. 1625 del

principal).

Concretamente surge de las indagatorias de Saucedo y

Vázquez que, el día de la fuga, fueron asignados como custodias del móvil que se

dirigía al Hospital Militar; que las indicaciones respecto al modo de conducir a los

internos debieron provenir del Jefe de Sección o del Jefe de Turno; que la planilla de

los detenidos que les fuera entregada para cumplir su labor no especificaba si los

detenidos se encontraban en tránsito, en contra de lo dispuesto por el reglamento

publicado en el Boletín Oficial N° 188; que las indicaciones de la superioridad se

cumplían no obstante las falencias de recursos humanos y materiales necesarios,

ignorando los requisitos en cuanto al sexo y número de responsables para efectuar

los traslados; y que estas deficiencias se advertían desde un año atrás (fs. 1/6 y

7/13).

Así y sin que implique un análisis o una valoración sobre

la correspondencia de lo declarado con la realidad, se lee que los imputados Saucedo

y Vázquez han efectuado un descargo en torno a su eventual responsabilidad en la

custodia de los evadidos De Marchi y Olivera escudándose en las indicaciones

recibidas de sus superiores jerárquicos, quienes, entre otros, resultan ser Gutiérrez,

Alcaraz, Maciocha y Trska –ver el informe actuarial de fs. 29-.

Verificada esta situación puntual, la necesidad de

asegurar el derecho de defensa con el que cuentan todos los imputados lleva a

concordar con los términos de la intimación cursada por verificarse la posible

existencia de contraposición de intereses entre ellos. Máxime cuando se advierte que


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el Magistrado decidió la convocatoria a la causa de los ahora recurrentes luego de

escuchar a los primeros imputados (ver fs. 1553).

Y es que es importante recordar que en materia criminal,

en la que se encuentran en juego los derechos esenciales de la libertad y el honor

deben extremarse los recaudos que garanticen plenamente el derecho de defensa; y

que la tutela a esa garantía ha sido preocupación de la Corte Suprema de Justicia de

la Nación desde sus orígenes, en los que señaló que su ejercicio debe ser cierto, de

modo tal que quien sufre un proceso penal ha de ser provisto de un adecuado

asesoramiento legal, asegurando la realidad sustancial de la defensa en juicio –ver

Fallos 5:459; 192:152; 237:158; 255:91; 310:1934; 311:2502; 315:2984; 319:192;

320:150 y 854; 321:2489-. De esta manera no basta para cumplir con los requisitos
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básicos del debido proceso que el acusado haya tenido patrocinio letrado de manera

formal, pues ello no garantiza un verdadero juicio contradictorio, sino que es

menester además que aquél haya recibido una efectiva y sustancial asistencia por

parte de su defensor –Fallos 304:1886; 308:1557- (reseña de citas efectuada en el

dictamen del Procurador Fiscal en los autos N. 67. XL y otro, Recurso de Hecho,

“Noriega, Manuel s/ p.s.a. robo calificado –causa n° 3/03 publicado en Fallos

330:3526).

Por las consideraciones que preceden, el Tribunal

RESUELVE:

CONFIRMAR el decreto recurrido en todo cuanto

decide y fuera materia de apelación (art. 18 de la Constitución Nacional y 109 del

C.P.P.N.).

Regístrese, remítanse los autos principales, hágase saber

y devuélvase.
Fdo: Horacio Rolando Cattani- Martín Irurzun- Eduardo G.

Farah.-

Ante mi: Pablo J. Herbón. Secretario de Cámara.-

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