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Génesis 28:15
He aquí que yo estoy contigo; yo te guardaré por dondequiera que vayas y
te haré volver a esta tierra. No te abandonaré hasta que haya hecho lo que
te he dicho (Ge 28:15).
2. Éxodo 19:5
Ahora pues, si de veras escuchan mi voz y guardan mi pacto, serán para mí
un pueblo[a] especial entre todos los pueblos. Porque mía es toda la tierra
(Ex 19:5).
3. Éxodo 20:12
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la
tierra que el SEÑOR tu Dios te da (Ex 20:12).
4. Levítico 26:11-12
Yo pondré mi morada entre ustedes, y mi alma no los abominará. Andaré
entre ustedes y seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo (Lev 26:11-12).
5. Josué 1:5
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con
Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé (Jos 1:5).
6. Josué 1:8
Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de
día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él.
Así tendrás éxito y todo te saldrá bien (Jos 1:8).
7. Salmos 1:1-3
Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos ni se
detiene en el camino de los pecadores ni se sienta en la silla de los
burladores. Más bien, en la ley del SEÑOR está su delicia, y en ella medita de
día y de noche. Será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas
que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae. Todo lo que hace prosperará
(Sal 1:1-3).
8. Salmos 32:8
Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré
mis ojos (Sal 32:8).
9. Salmos 34:7
El ángel del SEÑOR acampa en derredor de los que le temen, y los libra (Sal
34:7).
10. Salmos 41:1
¡Bienaventurado el que se preocupa del pobre! En el día malo lo librará el
SEÑOR (Sal 41:1).
11. Salmos 67:6
La tierra dará su fruto; nos bendecirá Dios, el Dios nuestro (Sal 67:6).
12. Salmos 84:11-12
Porque sol y escudo es el SEÑOR Dios; gracia y gloria dará el SEÑOR. No
privará del bien a los que andan en integridad. Oh SEÑOR de los Ejércitos,
¡bienaventurado el hombre que confía en ti! (Sal 84:11-12).
13. Salmos 103:3
Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias
(Sal 103:3).
14. Salmos 107:9
Porque él sacia al alma sedienta y llena de bien al alma hambrienta (Sal
107:9).