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iferencias entre extorsión, chantaje y amenaza

27 febrero, 2019 Detectives Privados

Una de las dudas más comunes de nuestros clientes del servicio de Detectives Madrid es
cuáles son las diferencias entre extorsión, chantaje y amenaza. A continuación te
explicaremos en qué consiste cada uno de estos casos.

El miedo victimiza
Cuando se habla de chantaje, extorsión o amenaza se hace referencia al miedo como
factor principal para ser una víctima. En estos casos de intimidación el delincuente
juega con la mente y emociones del afectado para que este se comporte o haga lo que
desea.
Los tres delitos actúan de manera distinta y afectan a la persona de forma física,
psicológica y emocional. A continuación te diremos cuál es la diferencia entre cada una de
ellas. Ya que es común que a la hora de denunciar estos términos sean confundidos.

Diferencias entre extorsión, chantaje y amenaza


Extorsión
La extorsión consiste en intimidar al dueño de bienes tangibles o intangibles para que
realice un acto jurídico que lo perjudique a nivel económico. En general, se hace para
que este transfiera sus propiedades o pague grandes cantidades de dinero a los
extorsionadores.
La víctima no tiene derecho a negociación alguna. Los delincuentes persuaden de tal
manera que quien posee las riquezas se ve forzado a ceder ante las intimidaciones o uso
de violencia.
Por ejemplo, cuando los delincuentes ofrecen protección a cambio de dinero. Si no se
contratan sus servicios de cuidado, es evidente que se corre un riesgo considerable. Ya
que ellos mismos son los que cometen crímenes.
También existe la sextorsión, que es un tipo de extorsión en donde el victimario posee
información íntima de la persona. Este exige que el extorsionado mantenga relaciones
sexuales con él o le siga compartiendo material privado. Todo esto con la excusa de no
publicar o enviar a amigos y familiares este contenido.

Chantaje
Los casos de chantaje se presentan cuando se pide algo a la víctima a cambio de no
perjudicarla mostrando a la luz pública contenido privado. Los chantajes, a su vez,
pueden ser emocionales.
El chantajista material busca lucrarse económicamente para no dar pruebas, por ejemplo,
de una infidelidad o de algún dato de corrupción a la parte afectada. En cambio, el
emocional afecta al chantajeado de forma psicológica. Es un caso común de violencia
doméstica.

Amenaza
Las amenazas son muy parecidas a las extorsiones, con la diferencia de que el trato no
afecta los bienes materiales de la víctima. En estos casos se intimida con la excusa
de desprestigiar a la persona a nivel físico, psicológico y emocional si no ejecuta una
acción.
Este es otro caso común de violencia doméstica. Por ejemplo, cuando en la pareja uno
amenaza al otro con dejarlo si no hace lo que él o ella quiere.
En la adolescencia estos casos también son populares, ya que muchos jóvenes temen que
sus padres o amigos se enteren de ciertas conductas. Por ello se vuelven víctimas fáciles
para ser amenazadas.
Estas son las diferencias entre extorsión, chantaje y amenaza. Si consideras que eres
víctima de alguno de ellos, contrata un servicio de detectives privados que lo compruebe y
así podrás accionar de forma legal contra los delincuentes.

Coacción, extorsión y chantaje: ¿cómo


distinguirlos?
En este artículo analizaremos de forma objetiva cada uno de esos casos y
aclararemos qué es aquello que las distingue unas de otras.

¿En qué consiste la extorsión?


La extorsión es un tipo de delito o criminología que hace referencia a las
situaciones en que un sujeto en cuestión obliga a que otro sujeto ajeno,
poseedor de propiedades y riquezas patrimoniales, omita o realice un acto
jurídico en su contra (del propietario, el extorsionado), todo esto mediante
actos intimidatorios como la violencia o la amenaza.

En este caso, el sujeto pasivo o víctima se ve seriamente perjudicado


económicamente, ya que la finalidad última de la actividad de extorsión es el
lucro, el ánimo de beneficiarse económicamente, no dejando opción alguna a
la persona afectada por su estrecho margen de reacción o negociación.

Los métodos para llevar a cabo con éxito la práctica de la extorsión suelen ser
la intimidación que, para asegurarse la persuasión del afectado, suele pasar
directamente a la violencia física, habiendo primero amenazas verbales para
tratar de convencer a la víctima, pues la discreción es preferida por los
delincuentes.
Definiendo el concepto de coacción
La coacción tiene una complejidad definitoria digna de analizar. El acto
coactivo es, jurídica y técnicamente hablando, un acto voluntario por un sujeto
A que, a su vez, se ha visto intimidado por otro sujeto B para sustraer,
robar o apoderarse de un bien mueble o inmueble de un tercer sujeto C.

Aunque la acción es, como hemos apuntado, voluntaria, el sujeto en cuestión


no es ni ha sido libre de determinar su conducta ya que ha sido previamente
amenazado por el individuo delincuente.

No obstante, cabe incidir en el elemento amenaza como variable dependiente


de la actitud del coaccionado, pues ésta no puede ser una simple amenaza
verbal. Deben existir atenuantes claros de perjuicios graves, llegando incluso
a la lesión física o a la amenaza de violentar a un familiar o amigo, por
ejemplo.

Además, dicha amenaza por coacción debe ser de carácter inminente,


irremediable e inevitable sin que el coaccionado tenga ninguna oportunidad de
poder reaccionar o eludir la amenaza.

Y el chantaje, ¿cómo es definido?


Por último nos encontramos con la definición del chantaje. En este sentido, el
chantaje forma parte de un proceso más por el cual una persona decide
beneficiarse de manera lucrativa de otra persona mediante la amenaza de
perjudicar al chantajeado si no atiende a sus peticiones.

En definitiva, el chantaje hace referencia a la difamación o difusión de algo


privado a la esfera pública con el objeto de hacer daño emocional en
particular. Por ejemplo, aquél marido que le es infiel a su esposa es
fotografiado in fraganti y otra persona se pone en contacto con él para pedirle
una suma de dinero para silenciar el escándalo.
Dentro del chantaje encontramos otro tipo, de carácter no lucrativo: el
emocional. En este caso se usa de manera que una persona pueda influir en los
pensamientos de otra, de manera sensorial, manipulando los pensamientos
del afectado. No se espera ningún beneficio a cambio, simplemente que el
destinatario cambie de actitud.

Las principales diferencias entre los tres


conceptos
No siempre es fácil saber identificar e interpretar las diferencias entre los tres
delitos, ya que todos ellos persiguen un mismo fin, el de perjudicar al otro
sea por un motivo u otro, en favor de uno mismo. Por consiguiente, habría
que investigar los casos de manera individual, estudiando los elementos y las
variables que intervienen para concluir que cuál se corresponde a la realidad.

No obstante, existen algunos elementos que distinguen tan parecidos


conceptos. En el caso de la extorsión, la ofensa puede ser plural. Se perjudica
a bienes muebles, inmuebles, la integridad física de terceras personas o la
libertad.

Por el contrario, la coacción suele ser una acción directa e inmediata, que
debe ser consumida ipso facto, y hace que el afectado actúe por él
(coaccionador). Aunque en muchos casos la coacción responde a una finalidad
lucrativa, ésta puede ser de otra naturaleza. Es decir, hacer que una persona
hiera a otra en contra de su voluntad por el simple placer de hacerle daño
físico.

Finalmente, el chantaje es quizás el que más se distancia de los dos


anteriores. El chantaje también puede ser de naturaleza lucrativa, pero la
violencia es mínima y el don de palabra es lo que suele consumar el acto de
convencimiento en el perjudicado. Además, el chantaje emocional no se
considera delito o es muy difícil de probar, por lo que resulta extremadamente
complejo evitar que se produzcan estos casos.
DIFERNECIA CON LA EXTORSION.
El chantaje es la amenaza de difamación pública o cualquier otro daño para obtener algún
provecho pecuniario o material de alguien u obligarlo a actuar de una determinada manera.
La extorsión es un delito consistente en obligar a una persona, a través de la utilización de
violencia o intimidación, a realizar u omitir un acto o negocio jurídico con ánimo de lucro y
con la intención de producir un perjuicio de carácter patrimonial o bien del sujeto pasivo,
bien de un tercero.
La diferencia es: que mientras en la extorsión se utiliza, la fuerza la violencia.
En el chantaje se utilizan las amenazas y mientras la extorsión es un delito penal, el
chantaje es un delito correccional.

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