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Saint Simón considera necesaria una nueva disciplina que arrebate la reflexión sobre la sociedad
social a la teología legitimadora del orden monárquico y a la metafísica filosófica provocadora del
caos. Esta nueva disciplina debería constituirse como en una “fisiología social” entendida como la
ciencia positiva del hombre y las sociedades, con especificidad e identidad propias. Su aspecto
positivo demanda a esta nueva disciplina fundar su conocimiento en la observación objetiva del
orden social para desentrañar las funciones que dentro de él cumplen las organizaciones sociales
concebidos a semejanza de órganos que componen un organismo viviente. Para Saint Simón, las
instituciones sociales revelan una composición y funcionamiento específicos que deben ser
considerados no desde una posición crítica que privilegie el cómo deben ser dichas instituciones
sino desde una posición científica que nos revele lo que les es propio y su forma de participación
en las transformaciones presentes y futuras de los procesos sociales.
Con la creación de la “fisiología social” Saint Simón pretende lograr la empresa de “hacer entrar en
la categoría de las ideas de la física los fenómenos del orden llamado moral”; sólo un estudio
positivo de los sistemas sociales puede descubrir las leyes del funcionamiento social y permitir la
instauración de prácticas políticas que conduzcan al restablecimiento del orden social. A esta
forma de acción política derivada de la práctica científica Saint Simón le designará “sistema de
política positiva”.
Fase sociológica industrialista (1816 – 1825)
La fisiología social, encargada del estudio de los sistemas sociales, deberá demostrar que la
producción industrial constituye el factor determinante de las sociedades modernas; deberá
asimismo investigar las aportaciones directas de la industria al orden social a fin de diseñar un
sistema político adecuado a las necesidades de la nueva sociedad industrial.
A pesar de su inicial coincidencia teórica y política con el liberalismo, en la última etapa de su vida,
Saint Simón da un giro inesperado que lo colocará en el lado opuesto al pensamiento liberal. Para
ser consecuente con su análisis sociológico de la nueva sociedad industrial, Saint Simón además
de invitar a los productores a fundar un partido político para reclamar libertad económica, los incita
ahora además a transformar la naturaleza de las relaciones sociales existentes e impugnar el
principio capitalista de la propiedad privada. Para el pensador, el desarrollo de la producción en el
orden industrial obligará tarde o temprano a subordinar a éste fin las reglas de la propiedad y a
replantear el principio de libertad del liberalismo económico. Este principio permite establecer un
puente entre la última etapa del pensamiento saintsimoniano y el pensamiento socialista de Karl
Marx.