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El pensamiento sociológico de Saint Simon (1760 – 1825)

Saint Simón puede considerarse el primer antecedente de la sociología posterior a la Revolución


Francesa. Preocupado por lo que consideraba una tendencia desorganizadora de la sociedad,
Saint Simón rechazó la especulación filosófica acerca del orden social y a partir de una visión
organicista propia del siglo XIX, encauzó sus esfuerzos intelectuales a la fundación de una nueva
ciencia que tuviera por objeto al mundo social y que tuviera como principios rectores la
organización y la creatividad.

Podemos dividir el pensamiento de Saint Simón en tres fases:


 un periodo caracterizado por una ruptura epistemológica con respecto a la reflexión social
de su época y el nacimiento de su “fisiología social”;
 un periodo liberal donde destaca la necesidad de encauzar el conocimiento científico y la
política hacia la creación de un régimen industrial;
 y la tercera fase donde su visión industrialista lo lleva a oponerse al liberalismo y el
principio de propiedad privada, dando lugar a un socialismo utópico.

Ruptura epistemológica y nacimiento de la fisiología social (1802 – 1815)

Esta fase se caracteriza por la ruptura epistemológica que manifiesta el pensamiento


saintsimoniano con respecto a los métodos intelectuales de su tiempo influenciados fuertemente
por el pensamiento ilustrado. Saint Simon proclama una nueva forma de pensamiento social y
político, una auténtica “revolución científica”.

Opuesto a la metafísica filosófica ilustrada de la que adquirió sustento ideológico el movimiento


revolucionario francés, Saint Simon propone la construcción de un “nuevo sistema intelectual”, un
pensamiento científico caracterizado por su convicción creadora, positiva, con un denotado interés
reorganizador de la sociedad que permita revertir el daño que a los tejidos sociales ha causado el
pensamiento tradicional fundado en la crítica al orden establecido y la desorganización social.

Saint Simón considera necesaria una nueva disciplina que arrebate la reflexión sobre la sociedad
social a la teología legitimadora del orden monárquico y a la metafísica filosófica provocadora del
caos. Esta nueva disciplina debería constituirse como en una “fisiología social” entendida como la
ciencia positiva del hombre y las sociedades, con especificidad e identidad propias. Su aspecto
positivo demanda a esta nueva disciplina fundar su conocimiento en la observación objetiva del
orden social para desentrañar las funciones que dentro de él cumplen las organizaciones sociales
concebidos a semejanza de órganos que componen un organismo viviente. Para Saint Simón, las
instituciones sociales revelan una composición y funcionamiento específicos que deben ser
considerados no desde una posición crítica que privilegie el cómo deben ser dichas instituciones
sino desde una posición científica que nos revele lo que les es propio y su forma de participación
en las transformaciones presentes y futuras de los procesos sociales.

Con la creación de la “fisiología social” Saint Simón pretende lograr la empresa de “hacer entrar en
la categoría de las ideas de la física los fenómenos del orden llamado moral”; sólo un estudio
positivo de los sistemas sociales puede descubrir las leyes del funcionamiento social y permitir la
instauración de prácticas políticas que conduzcan al restablecimiento del orden social. A esta
forma de acción política derivada de la práctica científica Saint Simón le designará “sistema de
política positiva”.
Fase sociológica industrialista (1816 – 1825)

Un aspecto importante de la obra de Saint Simón, que acompaña a su sociología, es su


pensamiento liberal desarrollado entre 1816 y 1818. Durante este periodo, el interés del autor se
centra en combatir a la Monarquía Electiva francesa y al movimiento de restauración. Saint Simón
consideraba al régimen monárquico el causante de la situación de desventaja política y económica
en que se encontraban los industriales, gremio al que por cierto pertenecía. A través de
publicaciones colectivas como “la industria” o “el organizador”, auspiciadas por industriales y el
Banco de Francia, Saint Simón destacó el carácter progresista de la clase industrial reconociendo
el ella la base de desarrollo de la sociedad. Todo cuanto permite el mantenimiento de la sociedad e
incluso de la monarquía y sus ejércitos es producto del trabajo industrial. Saint Simón exige a los
industriales tomar conciencia de éste, su papel dentro de la sociedad y a organizarse en un partido
para competir por el poder político y sentar las bases de un nuevo régimen industrial con la
orientación de la naciente ciencia social:

“Toda sociedad se apoya en la Industria. La Industria es la única garantía de su existencia, la


fuente única de todas las riquezas y de toda prosperidad. Por esta sola razón, pues, el estado de
cosas más favorable a la Industria es también el más favorable a la sociedad. He aquí,
simultáneamente, el punto de partida y el fin de todos nuestros esfuerzos.”

La fisiología social, encargada del estudio de los sistemas sociales, deberá demostrar que la
producción industrial constituye el factor determinante de las sociedades modernas; deberá
asimismo investigar las aportaciones directas de la industria al orden social a fin de diseñar un
sistema político adecuado a las necesidades de la nueva sociedad industrial.

Periodo industrialista socialista (1818 – 1825)

A pesar de su inicial coincidencia teórica y política con el liberalismo, en la última etapa de su vida,
Saint Simón da un giro inesperado que lo colocará en el lado opuesto al pensamiento liberal. Para
ser consecuente con su análisis sociológico de la nueva sociedad industrial, Saint Simón además
de invitar a los productores a fundar un partido político para reclamar libertad económica, los incita
ahora además a transformar la naturaleza de las relaciones sociales existentes e impugnar el
principio capitalista de la propiedad privada. Para el pensador, el desarrollo de la producción en el
orden industrial obligará tarde o temprano a subordinar a éste fin las reglas de la propiedad y a
replantear el principio de libertad del liberalismo económico. Este principio permite establecer un
puente entre la última etapa del pensamiento saintsimoniano y el pensamiento socialista de Karl
Marx.

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