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¿Por qué gracia? 05

“¿Frío o caliente?”
Pastor Erich Engler

Durante estas últimas semanas hemos estado tratando el tema “¿Por qué gracia?”, y por
medio de diversos ejemplos, hemos visto la comparación entre la ley y la gracia. Habíamos
hablado de Sara y Agar; del monte Sinaí y el monte de Sion; del vino nuevo que no debe ser
echado en odres viejos; etcétera.

En esta oportunidad, y para culminar esta serie, vamos a hablar también de una
comparación, la cual se encuentra en el libro de Apocalipsis y es muy importante conocerla,
a saber: ser frío o caliente.

Los siete mensajes a las siete iglesias

El libro de Apocalipsis está dirigido a los creyentes para otorgarles revelación sobre los tres
acontecimientos inminentes que están por suceder, a saber: el arrebatamiento, el reino
milenial, y la eternidad. Precisamente el significado de la palabra Apocalipsis es: revelación.
Para muchos cristianos, este libro contiene demasiados misterios, y por tal razón, no se
interesan por leerlo debido a que no lo pueden comprender. Sin embargo, esta es una forma
de pensar completamente equivocada porque dicho libro está dirigido especialmente a la
Iglesia o cuerpo de Cristo.

Debido a que Dios no desea que sus hijos permanezcan en ignorancia en relación a los
acontecimientos futuros, permitió que fuera escrito este libro dirigido especialmente a ellos.

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que
deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.
(Apocalipsis 1:1)

Permíteme hacer una aclaración: la palabra siervo que leemos en este versículo no tiene el
mismo significado ni aplicación que en la alegoría de Sara y Agar la sierva egipcia. El
contexto es diferente.

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El apóstol Juan, quien se denomina siervo a sí mismo, nos muestra lo que le fue revelado a
él, y, que a su vez, es el tema principal del libro de Apocalipsis.

Debido a que este libro es la revelación de Jesucristo y que está dirigido a nosotros, los
creyentes, encontramos en él otra comparación entre la ley y la gracia. Y ese es el tema al
que deseo referirme en el día de la fecha.

Para poder comprender correctamente el libro de Apocalipsis, es de suma importancia que


primero tengamos una vista panorámica de sus 22 capítulos.

Para ello, vamos a hacer una simple subdivisión.

No podemos leer este libro de manera desordenada poniendo la atención solamente en las
fatalidades de los juicios que habrán de suceder sobre la tierra. Por eso, es que hablamos
de hacer una subdivisión para llegar a una conclusión clara y precisa acerca de su
contenido.

Los primeros 3 capítulos están dirigidos a la Iglesia de Cristo. Por tal motivo, es que en los
capítulos 2 y 3 encontramos los 7 mensajes a las 7 iglesias.

Dichas cartas o mensajes, a las cuales me voy a referir en detalle más adelante, reflejan la
historia de la Iglesia de los últimos 2000 años y algo más.

Como hemos dicho, los primeros 3 capítulos del libro de Apocalipsis están dirigidos a la
Iglesia de Cristo que está sobre la tierra. Nosotros, los creyentes, como hijos e hijas de Dios
pertenecemos a dicha Iglesia, o al cuerpo de Cristo como también se la suele denominar.
Otro calificativo para referirse a la Iglesia es: la esposa de Cristo, y esa es la denominación
más cariñosa e íntima.

La Iglesia, como futura esposa de Cristo, está esperando la llegada del esposo quien la
viene a buscar. En lo que está relatado en el contexto de los capítulos 4 y 5, la Iglesia ya no
está sobre la tierra porque ha sido arrebatada. Precisamente en el capítulo 4, vemos a la
Iglesia en el cielo al lado de Cristo.

Desde el capítulo 6 hasta al 18 encontramos el relato de lo que habrá de suceder sobre la


tierra durante la gran tribulación. Mientras esto acontezca, la Iglesia no habrá de estar
presente.

Desde el capítulo 19 hasta el 22 encontramos otra vez a la Iglesia que vuelve a la tierra con
Jesús para dar comienzo al reino milenial y dar paso así a la eternidad.

Esta sería, a grandes rasgos, la subdivisión del libro de Apocalipsis, y es por eso, que al
comienzo del mismo (1:19), el apóstol Juan se refiere a las cosas que ha visto, las que son,
y las que han der ser después de estas.

Debido a, que en el momento, solo los 3 primeros capítulos son relevantes para nosotros
como creyentes, vamos a considerar, de manera lo más sintética posible, los 7 mensajes a
las 7 iglesias, que, como dije anteriormente, corresponden a 7 diferentes períodos de tiempo
de la historia de la misma.

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En esta descripción vamos a encontrar determinadas cosas que las podemos aplicar al
tiempo actual en el que estamos viviendo, pero, por sobre todo, se trata de la historia de la
Iglesia comenzando después de la muerte de Cristo hasta la actualidad. Por eso dije, que es
la descripción de la historia de la Iglesia en los últimos 2000 años y un poco más.

La primera de las iglesias es la de Éfeso que es la Iglesia apostólica y abarca un período


aproximado de tiempo entre el año 30 y el año100 d. C. Esta es la Iglesia de los primeros
cristianos, la cual se constituye como tal, inmediatamente después de la muerte de Cristo.
Por tal razón, esta primera Iglesia se identifica con el número 1.

Es interesante notar, que la mención del orden numérico de cada una de estas iglesias tiene
una relación directa con la Gematría o numerología hebrea. Cabe recordar, que en hebreo,
cada número, al igual que cada letra representada respectivamente por un pictograma, tiene
un significado particular.

Es más, en hebreo los números pueden ser reemplazados por letras y viceversa
manteniendo el mismo significado.

Como dije antes, la primera Iglesia que es mencionada aquí es la de Éfeso. El número 1
representa naturalmente el comienzo. Es interesante notar que el enunciado principal en
relación a esta Iglesia tiene que ver con haber dejado el primer amor (2:4). Esto es lo que se
le reprocha a esta Iglesia, la cual es la Iglesia apostólica y abarca un período de tiempo de
aproximadamente 70 años (30-100 d. C.)
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La segunda Iglesia, la de Esmirna, es la Iglesia perseguida. Abarca el período de tiempo
comprendido entre los años 100 y 313 d. C. Durante ese tiempo tuvieron lugar 10 grandes
persecuciones de los cristianos, llevadas a cabo principalmente bajo el imperio romano. Los
cristianos morían por su fe.

De acuerdo a la numerología hebrea, el número 2 es sinónimo de dualidad. Precisamente el


período de tiempo que está descripto bajo la Iglesia de Esmirna, transcurrió durante
permanentes dualidades como por ejemplo: el primero y el postrero; muerto y vivo; rico y
pobre; etcétera. Como podemos ver, esto coincide plenamente con la numerología hebrea.

La tercera Iglesia que es mencionada en este segundo capítulo de Apocalipsis es la de


Pérgamo. Cada una de estas 7 iglesias recibe, de parte de Dios, tanto un elogio como un
reproche. Habría muchísimos detalles para mencionar, pero estamos viendo esto sólo a
vuelo de pájaro.

Esta tercera Iglesia abarca el período de tiempo entre el año 313 y el 600 d. C. bajo el
imperio de Constantino el grande. El tiempo del reinado de Constantino estuvo caracterizado
por una particularidad muy especial, pues fue allí cuando se produjo la fusión de la Iglesia
con el Estado. Dicho de otra manera, esto marcó el comienzo de la Iglesia estatal.

El número 3, de acuerdo a la numerología hebrea, representa algo tripartito. Precisamente,


el tiempo al que nos estamos refiriendo, marca el comienzo de un ente tripartito compuesto
respectivamente por la Iglesia, el Estado, y la religión. La institución de la Iglesia estatal tiene
su origen en este tiempo y esta resucita después de las persecuciones levantándose como
un baluarte.

El dígito 3 también representa la resurrección. Jesús resucitó al tercer día.

Por eso, la descripción de la Iglesia de Pérgamo coincide completamente con su orden


numérico.

Luego tenemos la cuarta Iglesia, la cual es la de Tiatira y esta es la iglesia católica universal.
En el período de tiempo entre el 600 y el 1517 d. C. se establece la iglesia católica romana
con el papado universal. Precisamente el término “católico” significa: universal o que es
común a todos.

¿Sabes cómo se representa el dígito 4 en la numerología hebrea? Por la tierra o el mundo.


La Iglesia de Tiatira, representada por la iglesia católica romana con el papado universal,
tuvo su edad de oro precisamente en el tiempo mencionado. Todos nosotros sabemos lo
que sucedió en el año 1517 ¿verdad?

Cuando el tiempo de esta llega a su fin comienza el tiempo de la Iglesia de Sardis, la quinta
mencionada en la lista del Apocalipsis. En el año 1517 se levanta un hombre llamado Martín
Lutero y dice que la salvación es solo por gracia. El número ordinal 5 representa la gracia en
la numerología hebrea. Todos aquellos que siguen mis enseñanzas conocen esto de
memoria ¿verdad?

Precisamente aquí, en el 1517 comienza el tiempo de la reformación, demasiado corto


lamentablemente, pues sólo se extiende hasta el 1648. Por esa razón, es que Dios levanta

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un nuevo movimiento de la gracia en este último tiempo de la historia de la humanidad el
cual es una prolongación de aquello que comenzó en aquel tiempo, y cuya voz sobresaliente
es la del pastor Joseph Prince. Éste nuevo movimiento de la gracia se extiende mucho más
rápido que el anterior gracias a la globalización del mundo y a todos los medios sociales que
tenemos a disposición.

Luego tenemos la sexta Iglesia, la cual es la de Filadelfia. Esta Iglesia representa el período
de tiempo de las misiones y la integración de las iglesias libres que se agregaron. Este
período de tiempo, aproximadamente desde el 1700 hasta el 1900, se concentraba en el ser
humano y en su salvación.

En la numerología hebrea, el número 6 corresponde al ser humano.

La Iglesia misionera de Filadelfia tenía la visión de alcanzar a los seres humanos con el
Evangelio. En esta época de la historia de la Iglesia, la prioridad era que el ser humano
llegara al conocimiento de la fe en Cristo.

Y luego, tenemos la séptima Iglesia, la de Laodicea. Esta es la última de las iglesias que
menciona el libro de Apocalipsis. El número 7, en la numerología hebrea, representa
completitud. Esta Iglesia representa el tiempo actual en el que estamos viviendo
comenzando en la última parte del 1900 hasta la actualidad.

Naturalmente que podemos tomar algunos elementos de todas las iglesias mencionadas
anteriormente para aprender y ser bendecidos por ellos, ese no es tema de discusión. Pero,
desde el punto de vista de la historia de la Iglesia, nos encontramos en el tiempo de la de
Laodicea, la cual es la Iglesia de la apostasía.

Como dije anteriormente, en la numerología hebrea, número 7 representa completitud. Por


tal razón, esta es la última Iglesia y aquí se acaba el período de la Iglesia. Esta es la Iglesia
del último tiempo antes de la venida del Señor.

Esta es la Iglesia de la apostasía porque es una Iglesia mezclada. Por una parte, está la
Iglesia estatal, religiosa, y visible por medio de sus cúpulas y torres, donde muchos son
cristianos sólo de nombre; y por otra parte, la Iglesia invisible compuesta de todos aquellos
nacidos de nuevo.

Nosotros, nos encontramos en el tiempo de la Iglesia de Laodicea. Por lo tanto, tenemos que
escuchar lo que Jesús nos dice en su mensaje dirigido a esta Iglesia en particular.

Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el


principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.
¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de
mi boca. (Apocalipsis 3:14 al 16)

Para la gran mayoría de los cristianos, esto de ser frío o caliente, es interpretado de acuerdo
a la frecuencia con que leen su Biblia, o a la cantidad de capítulos que leen en ella, o a la
frecuencia con que oran, e incluso la cantidad de tiempo que ayunan, en definitiva, de
acuerdo al interés que pongan en las cosas de Dios.

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Amigo mío, permíteme decirte que esta interpretación no tiene nada que ver con lo que
Jesús nos dice aquí.

Si esto fuera realmente así, no tendría ningún sentido. Pues, si somos sinceros con nosotros
mismos, por mucho que nos esforcemos por leer la Biblia y orar regularmente una
determinada cantidad de tiempo, siempre habrá alguien que nos supere. Aunque podamos
pensar que algo es mejor que nada, nunca llegaremos a la medida “correcta” que determine
fehacientemente en cuál de las dos categorías nos alineamos.

Además, de acuerdo a esta interpretación, ser tibio sería, al fin y al cabo, mejor que ser frío
totalmente ¿verdad?

Esto de ser frío o caliente no tiene nada que ver con el comportamiento cristiano o con el
estilo de vida de un creyente.

Prestemos especial atención a las palabras de Jesús en el versículo 15: ¡Ojalá fueses frío o
caliente! Eso quiere decir, que si alguien fuese completamente frío Él no lo vomitaría de su
boca ¿verdad?

Por eso decimos que no tienen ningún sentido esta interpretación errónea tan generalizada.
¿Qué significa entonces ser frío o caliente? ¿Por qué dice que es el tibio el que habrá de ser
vomitado de su boca?

¿Qué significa ser frío? Cabe recordar que la ley de Moisés fue escrita en frías tablas de
piedra.

Debemos tener en cuenta, que el Nuevo Testamento utiliza constantemente comparaciones


entre el antiguo y el nuevo pacto. Jesús nos vino a traer el vino nuevo, pero, hay muchos
que todavía siguen degustando el vino viejo y agrio diciendo que es mejor.

Frío o caliente tiene que ver aquí con dos pactos diferentes. Moisés descendió del monte
Sinaí con la ley escrita sobre frías tablas de piedra.

Ser frío significa estar bajo la ley. De acuerdo a las palabras de Jesús aquí, Él preferiría que
alguien fuese frío en lugar de tibio, pues, aquel quien está 100% bajo la ley, al darse cuenta
que le es imposible poder cumplirla por sus propios méritos, habría de llegar algún día a sus
amantes brazos.

Recordemos que el propósito de la ley era llevar al ser humano a su propio límite para que
se diera cuenta que necesitaba un Salvador y conducirlo así a los amantes brazos de Jesús.

Todo aquel que está completamente bajo la ley, y que entra en la categoría de “frío”, habrá
de llegar al punto de darse cuenta que sus esfuerzos por guardarla no sirven para nada, y
habrá de recurrir a aceptar la salvación de Jesús para pasar a la categoría de “caliente”. Por
eso es que Jesús dijo que era preferible ser frío en lugar de tibio.

El propósito de la ley era conducir al ser humano hacia Jesús. La ley no fue dada para que
fuera guardada sino para guiarnos a la fe en Cristo.

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Solo desde esta perspectiva tienen sentido estas palabras. Naturalmente que ser frío no es
la mejor condición, pues el Señor desea que estemos ardientes por su gracia.

Tengamos siempre en cuenta lo que leímos al comienzo del libro de Apocalipsis. Este libro
contiene la revelación de Jesucristo, nos revela su persona, lo que Él realmente es y lo que
nos vino a traer a la tierra. Jesús vino a traernos la gracia divina.

Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de
Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. (Juan 1: 16 y
17)

Puesto que Jesús nos vino a traer la gracia, y que el libro de Apocalipsis es la revelación de
su persona, los términos “frío” o “caliente” corresponden respectivamente a la ley y la gracia.

La tibieza representa, en este caso, la mezcla de la ley con la gracia. Debemos vomitar esa
mezcla, de la misma manera que lo haría Jesús.

Te desafío a que elimines de tu vida la tibieza producida por la mezcla de la ley con la
gracia. En nuestra enseñanza anterior, habíamos visto como echar fuera de nuestro medio a
la sierva, la cual representa la ley, y hoy, echamos fuera la mezcla de la ley con la gracia.

Tú me puedes preguntar ahora: ¿estás realmente seguro que el término “tibio” equivale aquí
a la mezcla de la ley con la gracia? Mi respuesta es absolutamente afirmativa y presta
atención ahora por qué es que estoy tan seguro de ello.

La Iglesia de Laodicea es la última de las 7 iglesias del Apocalipsis y corresponde al tiempo


actual en el que estamos viviendo. Como habíamos visto antes, esta Iglesia se conforma por
una parte visible, los cristianos solo de nombre, y otra invisible, los creyentes
verdaderamente renacidos en el corazón. Pero esta Iglesia describe también una mezcla de
lo frío con lo caliente, lo cual corresponde a la mezcla de la ley con la gracia.

Esto es precisamente lo que sucedió después de la reformación de Lutero, la gracia


comenzó a mezclarse con el resurgimiento de la ley.

Debido a que la Iglesia de Laodicea es la última de todas, desemboca en otra cosa que tiene
que ver con el tiempo final. Si bien, al comienzo del libro de Apocalipsis no es mencionada
una octava Iglesia, en el capítulo 17 nos habla de Babilonia como la gran ramera. Babilonia
es sinónimo de un sistema religioso.

Por esa razón, la Iglesia de Laodicea conduce hacia dicho sistema religioso, lo cual es la
“iglesia” del tiempo de la gran tribulación.

En el período de tiempo que corresponde a la gran tribulación, lo cual esta descripto entre
los capítulos 6 y 18, el libro de Apocalipsis dedica 2 capítulos enteros al sistema religioso de
Babilonia, a saber: los capítulos 17 y 18.

Vamos a considerar ahora el significado del nombre Babilonia, que en realidad, tiene dos
significados.

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El primero de ellos es precisamente el que recibió originalmente, el cual se asocia con
“confusión” y que se traduce literalmente como “puerta del cielo o de las estrellas”. Este
nombre tuvo su origen en la torre de Babel en el tiempo de Nimrod. Este corrupto
gobernante quiso construir una torre tan alta que llegara hasta el mismo cielo para tener
acceso a las constelaciones celestiales con el propósito de tergiversarlas. Todo esto está
relatado en Génesis 11. Allí comienza la historia de Babilonia.

Cabe recordar, que Dios había escrito el Evangelio en las constelaciones celestiales. Por lo
tanto, Nimrod, con su plan de llegar hasta el cielo tenía como finalidad tergiversar el mensaje
del Evangelio.

Dios le había dicho a Abram que contara las estrellas, y el término “contar” equivale aquí a
“relatar” y no tanto a enumerar. Dicho de otra manera, cuando Abram levantó sus ojos al
cielo leyó la historia del Evangelio escrita en él. Dios escribió la historia del Evangelio en las
constelaciones celestiales y cada uno de los signos zodiacales habla de un aspecto de la
persona de Jesús, por ejemplo: Virgo, el primero, y Leo, el último, hablan de la primera y
segunda venida de Cristo. El diablo tergiversó completamente los signos zodiacales, al igual
que hizo con todas las otras cosas buenas creadas por Dios.

Nimrod intentó llegar hasta el cielo para tergiversar la historia del Evangelio y, de esa
manera, hacerlo desaparecer del firmamento, pero Dios lo evitó enviando una confusión en
las lenguas.

Por otra parte, el nombre Babilonia, en relación al hebreo, es la palabra “balal” y significa
literalmente: “confusión por medio de mixtura”.

Como había dicho anteriormente, la Iglesia de Laodicea desemboca en el sistema religioso


de Babilonia, y eso es, nada más ni nada menos, que confusión por medio de mixtura.

Cuando Jesús se refiere a ser tibio, ni frío ni caliente, se refiere a la mixtura que lleva a la
confusión. Por eso, queda más que claro, que el término “tibio” no se refiere en absoluto al
estilo de vida cristiano.

Cuando hablamos de mezcla o mixtura ¿cuál es el tema que aparece una y otra vez en la
Palabra de Dios? La mezcla de la gracia con la ley.

De allí pues, Babilonia es la confusión que deriva de la mixtura de la gracia con la ley en la
Iglesia del tiempo del fin.

Este sistema religioso, el cual habrá de imperar durante la gran tribulación, es representado
por medio de Babilonia, la madre de todas las prostitutas. Durante este tiempo, tú y yo ya no
estaremos sobre la tierra sino con Jesús en el cielo. Pero aunque ese tiempo todavía es
futuro, ya se comienza a vislumbrar ahora y se intuye hacia donde se dirige.

Jesús, en el mensaje a las iglesias en el libro de Apocalipsis, le aconseja a la Iglesia de


Laodicea, la cual equivale al tiempo en que nos encontramos actualmente, que quite de en
medio todo tipo de tibieza, lo cual es sinónimo de mixtura.

Vomitemos de nuestra boca todo tipo de mixtura

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Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de
la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales
personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves
palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. Porque vuestra obediencia ha
venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios
para el bien, e ingenuos (*) para el mal. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo
vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. (Romanos 16:17 al
20)

(*) En otras traducciones dice: sin mezcla con el mal.

Si hay algo que Dios abomina realmente es la mixtura de la gracia con la ley.

Por eso, el apóstol Pablo recomienda a los creyentes aquí que se mantengan exentos de
mixtura.

Aquello que muchos dan en llamar doctrina “balanceada” o “equilibrada” porque


contiene un poco de cada cosa, es para Dios una mixtura.

¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de
las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en
sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! ¡Ay de los que son
valientes para beber vino, y (*) hombres fuertes para mezclar bebida! (Isaías 5:20 al 22)

(*) En otras traducciones dice: campeones para hacer cócteles.

No tenemos que ser “campeones para hacer cócteles o mixturas” sino que debemos
mantenernos en la sana doctrina de la gracia sin mezcla ni agregado de ningún tipo.

El apóstol Pablo, en un pasaje de su libro a los gálatas, dice que aquellos que prestaran oído
a otro evangelio que no fuera el que él les había anunciado, a saber: el Evangelio de la
gracia, serían maldecidos. Esto se los repite dos veces.

Hay un solo pasaje en el Nuevo Testamento donde Pablo pronuncia una doble maldición, y
es en relación a aquellos, que habiendo conocido la gracia, vuelven a ponerse bajo la ley.

En realidad, la palabra “maldición” no tendría que producimos temor pues nosotros ardemos
por la gracia divina. Sin embargo, todos aquellos que critican el mensaje de la gracia están
jugando con el fuego, pues, con sus mixturas están diciendo que lo malo es bueno, y lo
bueno es malo; están haciendo de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; y poniendo lo
amargo por dulce, y lo dulce por amargo.

La Biblia nos enseña claramente que la gracia es dulce y la ley es amarga.

¡Debemos tener cuidado con dichas enseñanzas pues nos hacen perder bendición! La
bendición divina llega solo por medio de la gracia.

Cristo Jesús nos redimió de todo tipo de maldición incluidas las maldiciones generacionales.
Por lo tanto, no estamos bajo maldición y mucho menos bajo maldiciones generacionales.
¡Cristo nos redimió de la maldición de la ley!

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¡Esto es una realidad! Sin embargo, todo aquel que se burla del mensaje de la gracia, que
se atreve a criticarlo, y que adquiere una actitud como la que acabamos de ver en el
versículo que consideramos anteriormente, se acarrea a sí mismo una doble maldición.

No hay ningún tipo de maldición generacional para el creyente, pero, la única “maldición”
que puede alcanzarle es en relación a una decisión deliberada de apartarse de la gracia
criticándola abiertamente como si fuera una doctrina errónea.

Tú te puedes preguntar ahora: ¿de qué se trata esa maldición? Es sencillamente no ser
bendecido.

No admitamos ningún tipo de mezcla de gracia con ley, aunque haya muchos que la
cataloguen como “doctrina balanceada” pues, para Dios esta representa una mixtura
peligrosa.

Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido (= tengo abundancia), y de ninguna cosa


tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y
desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas
rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y
unge tus ojos con colirio, para que veas. (Apocalipsis 3: 17 y 18)

Estas palabras entran en el contexto del mensaje a la Iglesia de Laodicea. Dios desea que
salgamos del sistema religioso babilónico, que vomitemos de nuestra boca todo tipo de
mixtura de la gracia con la ley. Cuando hacemos esto, nuestros ojos habrán de ser ungidos
para tener revelación de su gracia. Habremos de ser verdaderamente cubiertos con su
justicia para no tener que avergonzarnos más por nuestra desnudez. Este manto o vestidura
es la justicia divina que Cristo logró por nosotros por medio de su obra en la cruz.

Resumen:

Ser frío o caliente no tiene nada que ver con el estilo de vida o comportamiento de un
cristiano. Ser frío significa estar bajo la ley; ser caliente significa estar completamente bajo la
gracia de Jesús; y ser tibio representa exponerse a la mezcla de las dos cosas. Dios
abomina dicha mezcla.

Oración:

¡Gracias Jesús porque tú cumpliste con la totalidad de la ley y la declaraste abrogada!


¡Ayúdame a concentrarme solamente en tu gracia y a poner mis ojos en la obra que
realizaste en la cruz a mi favor! ¡Gracias por saber, que por el hecho de estar totalmente
solo bajo la gracia, el pecado no puede enseñorearse de mí! Amén.

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