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Bogotá D.C.

, veintiuno (21) de junio de 2019

Señor:
JUEZ TRECE (13) CIVIL DEL CIRCUITO

REF: REIVINDICATORIO DE UNIVERSIDAD LIBRE CONTRA JAIRO


SERRANO PINZÓN RAD. NÚM. 1992-005866 – DESPACHO
COMISORIO 233 DE 2004.

JAIME RUBIO DUEÑAS, identificado con Cédula de Ciudadanía Núm.


3.181.031, actuando en calidad de Representante Legal de la SOCIEDAD
EDUCADORA SIMÓN BOLÍVAR LTDA., con NIT No. 860.512.164-7, según
certificado que adjunto, acudo ante su Despacho con el fin de solicitar
respetuosamente, el ARCHIVO DEFINITIVO del proceso REIVINDICATORIO
de la referencia y, en consecuencia, abstenerse de adelantar cualquier diligencia de
entrega del bien inmueble objeto de la Litis.
Fundamento las anteriores pretensiones en los siguientes nuevos

I. HECHOS

i) Su Despacho conoce ampliamente los antecedentes del proceso


reivindicatorio, el cual tuvo su origen en el año 1992.

ii) Después de haberse tramitado todo el proceso declarativo ordinario,


concluyó con sentencia proferida por la Corte Suprema de Justicia –Sala
Civil, en el año 2002, quedando ejecutoriada la sentencia.

iii) Dentro del trámite de cumplimiento de la sentencia, usted Señor Juez dictó
el Despacho Comisorio 233 del dieciséis de septiembre de 2004.

iv) En el año 2015, La Universidad Libre de Colombia enajenó mediante


permuta al Distrito Capital, un predio de mayor extensión que comprende
la franja de terreno objeto de entrega, según lo decidido en el proceso
reivindicatorio; negocio jurídico que quedó plasmado en la Escritura
Número 1559, del mes de xxxx, protocolizada en la Notaria xxx del Círculo
de Bogotá y fue inscrito en el folio de Matrícula Núm. Xxxx de la Oficina
de Instrumentos públicos de Bogotá zona Norte.

v) En el año 2017 comisionó al Juzgado Treinta y Dos Civil Municipal de


Bogotá, para que realizara la entrega del bien inmueble en litigio;
desconociendo Señor Juez que, desde la ejecutoria de la sentencia dictada
dentro del proceso reivindicatorio (año 20002), hasta la presente fecha; han
sobrevenido situaciones que han hecho y hacen actualmente, imposible el
cumplimiento de la misma, tal como se pasará a precisar.

SITUACIONES FÁCTICAS DENTRO DE LA DILIGENCIA DE ENTREGA

i) El Juzgado Treinta y Dos Civil Municipal de Bogotá, en acatamiento a la


Comisión de entrega que le delegara el Juzgado Trece Civil del Circuito de
la misma ciudad, mediante Auto del dos (2) de abril, señaló como fecha de
entrega el día tres (3) de mayo del corriente año. Mediante providencia
conminó al apoderado de la Universidad Libre, demandante dentro del
proceso reivindicatorio, para que allegara las pruebas de haber realizado
las diligencias de notificación a la contraparte y a los terceros interesados
en la resulta del proceso, tal como lo señala el numeral 1° del artículo 308
del C.G. del P.

ii) Horas antes de iniciarse la diligencia de entrega, una vez percatados de que
no se había realizado la notificación por aviso, el abogado de la parte
demandada interpuso recursos frente a esta anomalía procesal, se le
solicitó a la señora juez comisionada que mediante auto motivado, se
pronunciara al respecto, situación a la cual no accedió y decidió continuar
con la diligencia de entrega.

iii) El día tres (3) de mayo de 2019, sorprendió a la comunidad educativa


Colegio Simón Bolívar, mientras se encontraba en una ceremonia religiosa,
con el desarrollo de un diligencia de entrega, de la cual no fue notificada la
Sociedad Educadora Simón Bolívar, razón por la cual no se le permitió el
acceso a las instalaciones, además de que no concurrieron otras
dependencias públicas que debían presenciar la diligencia, por haber en el
recinto menores de edad.

iv) Finalmente la señora juez suspende la diligencia y señala como fecha para
su continuación el día veintitrés (23) de mayo del año en curso; allí durante
la instalación de la diligencia, en la calle, nos sorprende con un relato de
más de tres horas donde señala que el predio a entregar ya había sido
plenamente identificado, en la diligencia del tres de mayo; situación
imposible de acontecer, toda vez que no pudo entrar al predio. Lo que se
observa es que entra por la parte de atrás del colegio, a través de los predios
del Club de Egresados de la Universidad Libre y, lo único que se ve allí, es
una cerca viva que lleva más de diez años de sembrada y un muro macizo
de mampostería de más de 220 m de altura; dos cercas que hacían imposible
el reconocimiento del predio, pues la señora juez no podía ver a través de
los árboles y mucho menos a través del muro.

v) Pese a estas anomalías, leyendo los límites de un predio que fue pedido en
pertenencia durante un primer proceso del año 2007, por parte del Colegio
Militar Simón Bolívar, precisó que esas eran las medidas del predio que se
debía entregar. Nada más alejado de la realidad. Para el año 2007, se pedía
la prescripción de 3256 Metros cuadrados; en la pertenencia actual, la que
usted Señora Magistrada tiene en su Despacho para dictar sentencia de
segunda instancia, se puede corroborar que pedimos en usucapión la suma
de 3873 metros cuadrados, suma superior, diferente y diferenciable a la
primera pertenencia, en la cual sea dicho de paso se le reconoció a la
Sociedad Educadora Simón Bolívar una pertenencia por más de dieciocho
años, los cuales sumados a los corridos desde entonces a la fecha,
acumularían más de veintiocho años, tiempo más que suficiente para
adquirir el predio por prescripción adquisitiva de dominio.

vi) Ante la lectura parcializada del libreto, que parecía estar escrito de
antemano, no quedaba otro recurso que oponernos a la entrega. No
obstante, ante la falaz afirmación de que el predio había sido plenamente
identificado desde el día tres de mayo del año en curso, no nos permitieron
realizar la oposición de que trata el parágrafo del artículo 309 del C.G. del
P., vulnerándonos con ello nuestro derecho al debido proceso, razón por la
cual nos vimos en la obligación de iniciar el incidente de restablecimiento
de la posesión. Señala la norma en mención:

“PARÁGRAFO. Restitución al tercero poseedor. Si el tercero poseedor,


con derecho a oponerse no hubiere estado presente al practicarse la
diligencia de entrega, podrá solicitar al juez de conocimiento, dentro de
los veinte (20) días siguientes, que se le restituya en su posesión.
Presentada en tiempo la solicitud el juez convocará a audiencia en la que
practicará las pruebas que considere necesarias y resolverá.

Si la decisión es desfavorable al tercero, este será condenado a pagar


multa de diez (10) a veinte (20) salarios mínimos legales mensuales
vigentes (smlmv), costas y perjuicios.

Dentro del término que el juez señale, antes de citar para audiencia, el
tercero deberá prestar caución para garantizar el pago de las
mencionadas condenas.”

vii) Es claro para nosotros que las diligencias ilegales realizadas los días tres y
veintitrés de mayo del corriente año, solo estaban encaminadas a un
objetivo “despojar a la sociedad educadora Simón Bolívar de su
posesión”, ello con el único fin de justificar la revocatoria de la sentencia
proferida por el Juzgado Treinta y Cuatro Civil del Circuito, la cual nos
había declarado el pleno dominio del bien inmueble objeto del litigio, y con
ello subsanar los errores procesales cometidos por parte de la Universidad
Libre de Colombia, la cual no contestó la demanda y, posteriormente,
enajenó en permuta el predio objeto del litigio.
Coadyuva esta disertación, el hecho de los sucesivos aplazamientos para
dictar sentencia, siempre posteriores, pero muy cercanas a la fecha de la
diligencia de entrega.
viii) Concurriendo las dos situaciones descritas en el parágrafo señalado, se
interpusieron dos recursos para la restitución de la pertenencia al tercero
poseedor; la primera, por haberse adelantado la diligencia sin ser
notificados y, por tanto, sin la comparecencia del verdadero poseedor. La
segunda, por cuanto el veintitrés de mayo, ante la parcialización evidente
de la señora juez, que leyó más de veinte argumentos en favor de la
Universidad Libre y no se dignó siquiera mencionar uno en nuestro favor,
negando el uso de la palabra a nuestro apoderado, cercenando nuestro
derecho a la oposición; recibiendo, pero negándose a valorar las pruebas
por nosotros aportadas, obligó a que nuestro apoderado de confianza
renunciara al poder por nosotros conferido; la razón, la falta de garantías
para realizar una defensa técnica en nuestro favor, ya que se sintió como
un convidado de piedra a una diligencia donde el libreto ya estaba escrito.

Cómo sería la parcialización de las entidades concurrentes a la diligencia


que el mismo Procurador Delegado para la Infancia y Adolescencia,
llamado a la diligencia para agenciar los derechos de los niños, fue quien
violentamente y de manera amenazante empujó la puerta para que se
realizara el allanamiento, tal como aparece en el video de la diligencia.

En este caso, al quedar sin apoderado judicial, se nos concedían cinco días
para interponer el incidente de restitución de la posesión.

ix) Aunado a lo anterior, se interpusieron las respectivas acciones


constitucionales solicitando la defensa de los derechos de los niños y
adolescentes, del Colegio Militar Simón Bolívar y de los trabajadores de la
institución. Ello ante la renuencia de la juez comisionada para atender
nuestros argumentos, tales como: a) la dirección donde pretendía entrar no
es la que dispuso el Comisorio 233 ya que es un predio privado ajeno; b)
se puso de manifiesto que la Universidad Libre ya no era la propietaria del
predio, según consta en la Escritura Pública No. 1559 de la Notaría 34 de
agosto 3 de 2015, toda vez que permutó el lote al Distrito Capital y, por
ende, devino la falta de legitimidad por pasiva, para que la U. Libre pudiera
pretender hacer cumplir una sentencia reivindicatoria de 1997, sin ser ya
la propietaria de este predio; c) Desconoció el hecho de que con el paso del
tiempo mudaron las condiciones para realizar la entrega, ya que las partes
originales del proceso reivindicatorio, cambiaron substancialmente, los
demandados ya no son los mismos y el demandante ya no es el propietario
del bien, dicha circunstancia pone fin al proceso reivindicatorio por
sustracción de materia y, en consecuencia, sólo procede su archivo.

x) Posteriormente, ya sin abogado que nos representara, la señora Juez 32, en


una actitud autoritaria, se trasladó al predio del Amparo de Niñas, cuya
matrícula catastral es diferente a la dispuesta en el Comisorio 233; después
de insistir y no ser autorizado su ingreso, mediante uso de la fuerza pública,
allanó el predio que tiene en arriendo el Colegio Militar Simón Bolívar.

El representante Legal del colegio militar, JAIME RUBIO DUEÑAS, le


advirtió que ese no era el predio del Comisorio, que esa era una propiedad
privada diferente y aportó el certificado de libertad del Amparo de Niñas,
pero tampoco fue escuchado; por el contrario, fue amenazado por la señora
Juez 32 de ser conducido por la Policía que acompañaba la diligencia,
negándole cualquier oportunidad de oponerse, hasta el punto de que no
hubo opción de hacer valer los derechos de la propiedad privada, ni de la
franja en posesión, misma que a la fecha tiene a favor de la S.E.S.B. una
Sentencia de Primera Instancia, proferida por el Juzgado 34 Civil del
Circuito de Bogotá, la cual data del 31 de julio de 2018.

xi) Con la orientación del abogado de la U. Libre, la señora Juez 32 tomó las
medidas del predio (situación que desmiente el hecho de que la señora juez
hubiese identificado y singularizado el predio desde el día tres de mayo),
manifestó que la entrega se efectuaría formalmente y que ante la situación
de que es un colegio, que se provocaría un perjuicio que lesiona los
derechos de los menores que allí estudian (1.200 aproximadamente), se
instó a que la U. Libre diera un plazo para que se desocuparan las aulas y
todas las oficinas, y concluyó diciendo que la entrega real y material se
haría el día jueves 4 de julio del año en curso, precisando que su despacho
vendría a colaborar con dicha entrega material. Obsérvese que la entrega
material fue señalada para un día después de que se profiera la sentencia
del Tribunal.
xii) Ante estas arbitrariedades se interpuso la acción de tutela ya referida, que
garantizó nuestros derechos fundamentales y ordenó la devolución del
expediente a su Despacho para fijar nueva fecha para la diligencia de
entrega.

Sin embargo, se hace imperativo poner en su conocimiento las situaciones


sobrevinientes que se han presentado:
1. Legitimación en la causa exclusiva por parte de la Sociedad Educadora
Simón Bolívar.

La razón de ser de la acción reivindicatoria es la de lograr que la posesión sea


restituida al dueño de la cosa, evitando así que el poseedor adquiera la propiedad y
el dueño pierda todos sus derechos.

Cuando el dueño de un bien se vea despojado de la posesión debe ejercer la acción


reivindicatoria, para interrumpir la prescripción adquisitiva a favor del poseedor,
entonces el dueño de la cosas poseídas por otra persona debe dirigir la acción
reivindicatoria en contra del poseedor, pero no contra cualquier poseedor de la cosa
ya que el Código Civil en su artículo 952 dice que se debe dirigir la acción en contra
del actual poseedor.

Al respecto la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria, en su


sentencia de 12 de diciembre de 2002 se refirió de la siguiente manera:

“{La acción reivindicatoria} Debe dirigirse contra el actual poseedor del inmueble
pretendido por ser el único con actitud jurídica y material para disputarle al
demandante el derecho de dominio alegado. Para que prospere la pretensión de
propietario es necesario que concurran los siguientes elementos: que el demandante
sea el titular de derecho de dominio, que el demandado ostente la posesión material
sobre el bien objeto de reivindicación, que exista identidad entre el bien poseído por
este y el pretendido por aquel, y que se trate de la cosa singular o cuota
proindiviso en cosa singular.”

Siendo las cosas de este modo, hay que entrar a precisar que, en un primer momento,
el bien inmueble fue poseído por el señor Jairo Serrano Pinzón, pero posteriormente,
dicha situación mudó, para entrar La Sociedad Educadora Simón Bolívar –Colegio
Militar Simón Bolívar-, a ocupar tal condición de poseedor. Así quedó establecido
en el fallo de Sentencia proferido por el Juzgado Cuarenta y Uno Civil del Circuito
de Bogotá, ampliamente referenciado por la Juez Treinta y Dos Civil Municipal, en
la diligencia de entrega, pero sin tener en cuenta que dicho fallo para el año 2007 ya
había reconocido en favor del Colegio Militar diez años de pertenencia, y al referido
ciudadano ocho años más, sin que se pudiera hablar de coposesión entre la persona
natural y jurídica, situación que desvirtúa la afirmación de que el señor Jairo Serrano
Pinzón y la Sociedad Educadora Simón Bolívar, son el mismo sujeto procesal.
Entonces, el proceso reivindicatorio lo debió iniciar la Universidad Libre contra el
poseedor actual, esto era contra La Sociedad Educadora Simón Bolívar Ltda. y su
representante Legal, contra el Colegio Militar Simón Bolívar y su representante
Legal; más no contra una persona natural, como efectivamente lo hizo.
De suyo, es claro que una sentencia proferida en contra del Señor Jairo Serrano
Pinzón, no puede ser oponible ante la Sociedad Educadora Simón Bolívar Ltda., -
Colegio Militar Simón Bolívar; personas jurídicas que en realidad han sido los
verdaderos poseedores en este litigio, pues fue con los dineros de las matrículas y
pensiones que se construyeron las mejoras en el lote de referencia, donde nunca ha
pernoctado una sola noche, con ánimo de señor y dueño, el señor Serrano Pinzón.
Este fue un primer error que cometió la Universidad Libre, demandar a una persona
natural, cuando en realidad debió demandar a la persona jurídica, y pese a todas las
ayudas que ha tenido por parte de la jurisdicción, no ha podido terminar este proceso.
De otra parte, la acción reivindicatoria tiene como antítesis la acción de dominio o
de pertenencia; quiere decir lo anterior que concomitantemente avanza el tiempo
necesario para que prescriba la acción reivindicatoria, así mismo aumenta el lapso
para que prospere la usucapión.
Así lo señaló la Corte Suprema de Justicia al señalar: “y es que en el punto no puede
olvidarse que, según lo ha subrayado repetidamente esta Corporación (CCXLIX,
pág. 76; CLXVI, pág. 678, entre otras), la acción reivindicatoria solamente
prescribe en cuanto el titular del derecho de dominio es desplazado por un tercero
que paralelamente lo ha adquirido por usucapión, (…)” – Corte Suprema de
Justicia, Sentencia del 9 de julio de 2012, M.P. Castillo, Rugeles.
Siendo claro entonces que el hecho de la posesión, lo ha detentado en todo momento
el Colegio Militar Simón Bolívar, o por lo menos durante el tiempo exigido por la
ley sustancial para adquirir la propiedad por prescripción adquisitiva de dominio, es
a este a quién debe declararse su derecho de dominio, mediante sentencia; tal como
lo hizo el Juzgado Treinta y Cuatro Civil del Circuito de Bogotá, mediante
providencia del treinta y uno (31) de julio de 2018.
Así lo señala la Corte Suprema al indicar además:
“(…) 3. Dada su naturaleza e íntima relación que las ata en forma ineludible, al
paso que el poseedor, por el hecho de serlo, avanza con el paso del tiempo hacia la
adquisición del derecho de dominio por usucapión, para el propietario, cada día que
corre, en forma simultánea, se va produciendo su extinción. Ello comporta entonces,
necesariamente, que, por ministerio de la ley y por su propia índole la sentencia que
declara la usucapión es puramente declarativa y no constitutiva, pues, como desde
antaño lo ha sostenido esta Corporación, “no es la sentencia, sino la posesión exenta
de violencia, clandestinidad o interrupción durante treinta años (hoy reducidos a
10, conforme al artículo 1º de la Ley 791 de 2002), la fuente de la prescripción”
(Sent. Cas. Civ., 22 de febrero de 1929, G.J. t. XXXVI, pág. 274 (…).
Además señaló:
“Conforme lo declaran los artículos 946, 950 y 952 del Código Civil, la acción
reivindicatoria debe dirigirse por el propietario de una cosa singular o de una cuota
determinada de ella, contra su actual poseedor, por ser éste el único con aptitud
jurídica y material para disputarle al actor el derecho de dominio, en cuanto no sólo
llega al proceso amparado por la presunción de propietario (artículo 762, ibídem},
sino porque en un momento dado su situación de hecho le permitiría consolidar un
derecho cierto de propiedad, ganado por el modo de la prescripción adquisitiva,
ordinaria o extraordinaria (artículos 2518 y 2527, ejusdem).

“Tratándose, entonces, de una acción real, que constituye la más eficaz defensa del
derecho de dominio, es al demandante a quien le corresponde acreditar, entre otros
elementos, la calidad de propietario del inmueble que reclama, con el fin de
aniquilar la presunción de dueño que ampara al poseedor material, porque al fin de
cuentas la defensa de aquélla, también, por regla general, implica la protección de
ésta”.
No se puede pasarse por alto, que quien ha pretendido en dos ocasiones adquirir el
dominio del predio en litigio, a través de la prescripción adquisitiva de dominio, ha
sido la Sociedad Educadora Simón Bolívar- Colegio Militar Simón Bolívar, ya que
sólo esta entidad jurídica puede demostrar, como efectivamente lo ha hecho, el ánimo
de señor y dueño, es quien ha construido mejoras, ha ejercido su posesión de manera
pública, pacífica, y permanente.
Así lo reconoció tanto el fallo del año 2007, como el proferido el 31 de julio de 2018,
por parte del Juzgado 34 Civil del Circuito.
Con todo lo anterior, queda demostrado que la legitimación en la causa, para
defenderse ante la reivindicación y la entrega del bien inmueble, es de la Sociedad
Educadora Simón Bolívar- Colegio Militar Simón Bolívar. Así mismo, es la única
persona jurídica que puede oponerse a la entrega del predio, e incoar las acciones
tendientes a lograr el pleno dominio por prescripción adquisitiva.
2. Pérdida de la legitimación por activa y por pasiva de los sujetos
procesales, dentro del proceso reivindicatorio.
Siendo las partes primigenias dentro del proceso reivindicatorio iniciado en el año
1992, la Universidad Libre (activa) y el señor Jairo Serrano Pinzón (pasiva); es
apenas lógico, que si el propietario del bien enajena su propiedad registral, y el
poseedor demandado deja de serlo, desaparece por sustracción de materia su
legitimación para intervenir en el proceso.

En el caso del reivindicatorio de marras, ello sucedió. El poseedor demandado,


desistió de su posesión cediendo tal situación de hecho al verdadero poseedor,
Sociedad Educadora Simón Bolívar Ltda., -Colegio Militar Simón Bolívar, de tal
manera que al no haber sido convocada a proceso la mencionada sociedad, no puede
oponérsele la providencia que se dicte dentro de la acción reivindicatoria iniciada en
contra del Señor Serrano Pinzón.
De otra parte la Universidad Libre, enajenó mediante permuta el predio objeto de
Litis al Distrito Capital, sin que se hubiera vendido con ello los derechos litigiosos
que pesan sobre el mismo.
Esta permuta que hace la U. Libre con el Distrito Capital de Bogotá, mediante
Escritura No. 1559 del tres (3) de agosto de 2015, protocolizada en la Notaría 34 del
Círculo de Bogotá, le cercena o le quita la propiedad de dicho bien; negocio jurídico
que se perfeccionó con la inscripción en el Certificado de Tradición del predio en la
Matrícula 50C-1949112, en cuya anotación No. 08 de 21 de septiembre de 2015,
aparece como propietario de este terreno el Distrito Capital de Bogotá.
Por esta razón, al perder la propiedad del bien que pretendía defender en
Prescripción, perdió también los atributos de persecución y preferencia que tenía
sobre el mismo; situación que conlleva implícita la pérdida de legitimación para
intervenir en cualquier proceso que tenga como objeto la recuperación del
mencionado predio.

3. Carencia sobrevenida de objeto y causa.


Existe carencia sobrevenida de objeto, cuando el bien perseguido en reivindicación
se hace imposible de entregar bien sea por causas naturales o legales; o cuando quien
tiene la potestad de ejercer la pretensión, la pierde. En acápites anteriores se ha
señalado que el único que puede incoar la reivindicación, y en su momento la
correspondiente entrega del bien, es el verdadero dueño del predio; o mejor quien
tiene la propiedad registral y busca recuperar la posesión que se encuentra en poder
de otra persona.
En el presente asunto, la Universidad Libre no puede exigir la entrega material del
bien inmueble objeto del litigio, por cuanto enajenó el predio que hoy en día pretende
le sea entregado, mediante una permuta que realizó con el Distrito Capital de Bogotá.
Negocio jurídico contenido en la Escritura Pública Núm. 1559 del 03 de agosto de
2015, signado en la Notaría 34 del Círculo de Bogotá.
Al realizarse dicho canje, mutó la propiedad del bien, perdiendo la Universidad Libre
con ello, los atributos de persecución y preferencia que tenía sobre la franja de
terreno, hasta el punto que hoy en día aparece como propietario de este terreno el
Distrito Capital de Bogotá, tal como se observa en el Certificado de Tradición del
predio Matrícula 50C-1949112, anotación Núm. 08 del 21 de septiembre de 2015.
Por esta razón, al perder la propiedad del bien, desparece también con ello, la
legitimación por activa para solicitar la reivindicación, al sobrevenir la carencia de
objeto, toda vez que no es posible que legalmente un Juez de la República, ordene la
entrega de un bien a quien no es su verdadero dueño; sin que se generen para el
servidor judicial consecuencias jurídicas.
De igual manera, ante la pérdida de la propiedad del bien inmueble por parte de la
Universidad Libre, ha sobrevenido la carencia de causa, toda vez que la pretendida
restitución en la posesión que perdió hace más de treinta años, no es posible
recuperarla, ni física ni legalmente; ello por cuanto el dominio del bien ya fue
reconocido en favor de la Sociedad Educadora Simón Bolívar, tal como lo señala la
sentencia proferida dentro del Proceso Núm. 034-2015-00327, por el Juzgado 34
Civil del Circuito de Bogotá, el 31 de julio de 20018.
En conclusión, este acto voluntario (la permuta) de la Universidad Libre y del
Distrito Capital, implica la carencia sobrevenida de objeto y de causa, en la acción
reivindicatoria, contenida en el artículo 946 Código Civil, el cual señala:
“CONCEPTO DE REIVINDICACIÓN. La reivindicación o acción de dominio es la
que tiene el dueño de una cosa singular, de que no está en posesión, para que el
poseedor de ella sea condenado a restituirla”. (Negrillas nuestras).
Resulta claro que la Universidad Libre, desde el año 2015, no puede solicitar el efecto
restitutivo de la franja de terreno objeto de Litis, porque la pluricitada permuta se
alza como obstáculo insalvable a la pretensión de restitución, pues por razón de la
misma deviene imposible la entrega judicial del bien, en los términos que señala el
artículo 946 del Código Civil , ya que la demandante en momento posterior a la
interposición de la demanda y sin que se hubiera materializado la entrega material
del bien, no detenta titularidad alguna, es decir dejó de ser la dueña del bien, lo que
para el caso de marras se traduce en una carencia sobrevenida de objeto y causa.
Por todo lo anterior, solicitamos respetuosamente Señor Juez, tenga en cuenta que la
Universidad Libre, ha venido cometiendo una cadena de errores; el primero consistió
en no contestar la demanda de pertenencia, incoada por nosotros en el año 2015,
haciéndose merecedora de las consecuencias jurídicas que ello acarrea. Situación que
la llevó a cometer en su desespero, un segundo craso error, el cual fue permutar el
predio objeto de reivindicación, por otro perteneciente al Distrito Capital.
Ello inexorablemente trae como consecuencia, el hecho de perder su legitimación
por activa dentro del referido proceso, por cuanto ya dejó de ser la dueña o propietaria
del bien y, como tal, perdió sus atributos de persecución y preferencia.
Así lo indica la Corte Suprema de Justicia –Sala Civil-, en un caso similar al que
ahora ocupa la atención de la Sala, al señalar:
“Así se entiende entonces con facilidad, que ejercida por el demandante
la acción reivindicatoria, pueda el demandado, a su turno, oponerse a su
prosperidad alegando, como excepción, haber operado la prescripción extintiva del
derecho de dominio invocado por el actor como fundamento de su pretensión. Ello
significa que mientras el demandante sea titular del derecho de dominio, se
encuentra investido de la facultad de perseguir el bien en poder de quien se
encuentre, pues es atributo de la propiedad y facultad del propietario ejercer
respecto de aquella el jus persequendi in judicio. De manera que, porque así lo
impone la propia naturaleza de las cosas, necesariamente ha de afirmarse que,
desaparecida la titularidad del derecho de dominio, quien fue propietario pero ya
no lo es, carece ahora y desde que dejó de serlo, de legitimación en causa para
ejercer la acción reivindicatoria respecto de ese bien” (CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA, SALA DE CASACION CIVIL. Magistrado Ponente: Dr. PEDRO
LAFONT PIANETTA. Santafé de Bogotá D.C., nueve (9) de agosto de mil
novecientos noventa y cinco (1995). Referencia: Expediente No. 4553. (Negrillas y
subrayas fuera de texto).
Es claro que según la anotación No. 08 del 21 de septiembre de 2015, la U. Libre ya
no es propietaria de ese inmueble dentro del cual están los 3.873 metros 2, tramitados
en nuestra Pertenencia y, por ende, al no ser propietario, no le asiste legitimidad por
activa para reivindicar; tampoco el predio se encuentra en posesión del demandado
en este asunto; de tal manera que la única parte que prevalece dentro del proceso, es
la Sociedad Educadora Simón Bolívar, y es a ella a quien se le deberá reconocer la
Pertenencia en cuestión.
Al no ser la U. Libre la dueña, no puede reclamar ya que no es el propietario y esto
le priva de legitimidad para continuar en el Proceso Reivindicatorio; de igual manera,
al haber permutado el bien inmueble, tampoco le asiste legitimación en la causa por
pasiva en el proceso de pertenencia, que está en apelación en segunda instancia ante
el Tribunal, por lo cual, al no existir el contendor pasivo, se debe confirmar la
usucapión a la Sociedad Educadora Simón Bolívar.

4. Inexistencia de la figura de la coposesión en el presente asunto.

Ha sido recurrente el argumento de la Universidad Libre, en señalar que dentro del


proceso reivindicatorio y los de pertenencia, el señor Jairo Serrano Pinzón, la
Sociedad Educadora Simón Bolívar Ltda. y el Colegio Militar Simón Bolívar, son la
misma persona.
Ello por cuanto al conferir poder para defender sus intereses dentro del proceso
reivindicatorio precisó: “Quedan especialmente facultados para invocar como
ejercidos y realizados por el suscrito, toda clase de actos jurídicos en los que se
mencione a SOCIEDAD EDUCADORA SIMÓN BOLÍVAR y/o COLEGIO MILITAR
SIMÓN BOLÍVAR”.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, invocar significa:
Del lat. invocāre.
1. tr. Llamar en solicitud de ayuda de manera formal o ritual.
2. tr. Acogerse a una ley, costumbre o razón.
En ninguna parte del texto del mencionado poder se dice que el señor Serrano Pinzón
actúa en nombre y representación de (…).
Al respecto, este mismo diccionario señala que representar, en la acepción que
interesa al contexto del derecho, significa lo siguiente:
Del lat. repraesentāre.
(…)
6. tr. Sustituir a alguien o hacer sus veces, desempeñar su función o la de una entidad,
empresa, etc.
De tal manera que bajo ningún aspecto se podría entender que invocar y representar
son sinónimos, toda vez que cada vocablo tiene una significación propia diferente.
Por tanto, no se pueden confundir los derechos posesorios del señor Serrano Pinzón,
con los de la Sociedad Educadora Simón Bolívar, toda vez que sus actos de señor y
dueño fueron y han sido independientes. La única manera en que se podría entender
que las posesiones de la persona natural y de la jurídica son la misma cosa, es bajo
la figura de la coposesión, fenómeno jurídico que no está demostrado ni en el proceso
reivindicatorio, ni en los de pertenencia.
Prueba de ello, es que la persona natural Jairo Serrano Pinzón, ha mudado su
residencia a diferentes países, al menos en tres ocasiones, mientras que el Colegio
Militar Simón Bolívar, conserva desde el año 1986, la misma dirección de domicilio.
En este caso, como en muchos otros, las personas pasan y las instituciones quedan.
Siendo las cosas de ese modo, se debe entender, tal como lo ha hecho la Corte
Suprema De Justicia; que la correcta estructuración de toda acción de pertenencia
requiere, por una parte, que su objeto sea un bien prescriptible y, por otra, que el
interesado en la adquisición, en tratándose de la prescripción extraordinaria, haya
“poseído de manera inequívoca, pacífica, pública e ininterrumpida” el respectivo
bien (cas. civ., sent. de jun. 24/97, Exp. 4843) durante veinte años, término que la
Ley 791 de 2002 redujo a la mitad.
Es claro que la única persona que ha detentado la posesión de la franja de terreno que
dejó tirada la Universidad Libre, ha sido la persona jurídica denominada Sociedad
Educadora Simón Bolívar Ltda.
Ahora bien, en algunas ocasiones puede ocurrir que la posesión sea ejercitada por
dos o más personas, dando lugar al fenómeno de la coposesión, supuesto en el cual
los elementos que jurídicamente la integran, esto es, la subordinación de la cosa al
sujeto (corpus) y la convicción de detentarla como señor y dueño (animus), son
desarrollados por una pluralidad de personas, quienes, de esta manera, conforman
una comunidad, en cuyo beneficio actúa la posesión de cada uno de sus integrantes.
Y es precisamente lo que NO ha ocurrido en el presente caso, pues no se puede hablar
de una comunidad de posesiones, entre la persona natural y la jurídica, ya que el
señor Serrano nunca ha pernoctado, siquiera una sola noche en dicho predio; en
cambio el Colegio Militar a través de sus órganos de representación ha desarrollado
las mejoras y construcciones que durante más de treinta años han servido para el
desarrollo de su objeto social.
Pero si en gracia de discusión, se llegara a afirmar que ha existido la figura de la
coposesión entre la persona natural y jurídica reseñada, no se puede pasar por alto
que la Corte Suprema de Justicia, ha sostenido que para que opere la institución
jurídica de la coposesión, la misma se debe ejercer de manera conjunta y no separada,
como ocurre en el presente caso. Al respecto señaló:
“Siendo ello así, es evidente que la comunidad también puede surgir en la posesión,
concretamente, de la institución de la coposesión, hipótesis en la cual ella es
ejercida, en forma compartida y no exclusiva, por todos los coposeedores, o por
conducto de un administrador que los representa (Ibíd.)”.
Y añadió:
“El coposeedor, entonces, ejerce la posesión para la comunidad y, por ende, para
admitir la mutación de ésta por la de poseedor exclusivo se requiere que aquel ejerza
los actos de señorío en forma personal, autónoma o independiente, desconociendo a
los demás” (cas. civ., sent. de feb. 11/2009, Exp. 11001 3103 008 2001 00038 01).
Lo anterior, es precisamente lo que ocurrió en el presente caso, donde la Sociedad
Educadora Simón Bolívar Ltda.-Colegio Militar Simón Bolívar, incoó de manera
exclusiva y excluyente su posesión sobre el predio objeto de litigio, situación que de
ninguna manera puede ser desconocida y mucho menos tachada de ilegal por parte
de la Universidad Libre.
Señaló también la Honorable Corte, que:
“En tal orden de ideas, propio es observar que en el caso del aludido fenómeno —
coposesión—, si uno solo de los partícipes opta por solicitar que se declare que es
titular de la propiedad de la cosa, se impone a él, en aras de sacar avante su
aspiración, demostrar que a partir de un determinado momento dejó de poseer para
la comunidad y empezó a detentar el bien en forma exclusiva”.
En este entendido se puede afirmar que a la Sociedad Educadora Simón Bolívar, le
asistía su derecho de iniciar por sí sola la acción de pertenencia de dominio, lo que
una vez más prueba que la persona natural y la jurídica son y han sido diferentes.
Tanto así, que hoy día cuanta con una sentencia a su favor, proveniente del Juzgado
Treinta y Cuatro Civil del Circuito de Bogotá, la cual data del 31 de julio de 2018.
Nadie puede negar que una vez el Señor Serrano terminó todo vínculo jurídico con
la Sociedad Educadora, nació para dicha persona jurídica un derecho de nombrar otro
representante legal, que entrara a defender sus derechos posesorios, de manera
exclusiva y excluyente, toda vez que su posesión fue ejercida de manera “personal,
autónoma e independiente, y por ende excluyente de la comunidad” (cas. civ., sent.
de oct. 29/2001, Exp. 5800; negrillas fuera del texto. Criterio que fue ratificado por
la Sala en fallo del 14 de diciembre de 2005, Exp. 15176310300219940548 01)”.

5. Prescripción de la acción ejecutiva derivada de una sentencia judicial

Una sentencia judicial ejecutoriada, que se encuentre en firme, y que contenga una
obligación clara y expresa, presta mérito ejecutivo o se constituye en título ejecutivo,
que por su puesto puede ser afectado por el fenómeno de la prescripción si el derecho
en ella consignado no se ejerce o no se materializa, así que importa saber cuándo
prescribe la sentencia judicial.

Por regla general y de conformidad con el artículo 2536 del Código Civil, la acción
ejecutiva que se deriva de una sentencia judicial, prescribe en 5 años contados a partir
de la ejecutoria de la misma, es decir, que transcurrido este tiempo no podrá
ejecutarse al deudor por medio de un proceso en el que se pretenda hacer valer como
título la sentencia que reconoce cierto derecho.
Señala la norma en mención:
“Artículo 2536. Prescripción de la acción ejecutiva y ordinaria: La acción ejecutiva
se prescribe por cinco (5) años. Y la ordinaria por diez (10).

La acción ejecutiva se convierte en ordinaria por el lapso de cinco (5) años, y


convertida en ordinaria durará solamente otros cinco (5).

Una vez interrumpida o renunciada una prescripción, comenzará a contarse


nuevamente el respectivo término.”

Ahora bien, no es solo interponer el proceso ejecutivo y ya, es necesario solicitar


todas las medidas cautelares procedentes para que se garantice el cumplimiento, y
ejercer todos los actos que como ejecutantes nos exige el proceso para que este se
lleve a término y no sea archivado.

Como bien lo conoce usted Señor Juez, este proceso quedó en firme desde el año
2002, de tal manera que los cinco años de la acción ejecutiva terminaron en el año
2007; convirtiéndose esta situación, en una razón más para solicitar el archivo de este
proceso.
Como puede apreciarse Señor Juez, los hechos probados, como es el caso de que la
Universidad Libre de Colombia, no ha puesto un solo pie en el lote objeto de litigio,
desde antes del año 1986; los argumentos de derecho; la jurisprudencia y la doctrina
descrita; el certificado de tradición y matrícula inmobiliaria; acompañan nuestras
pretensiones. Rogamos que en su sabiduría, acceda a nuestra pretensión y ordene el
archivo definitivo del expediente, por sustracción de materia, pérdida de
legitimación, y carencia sobrevenida de objeto y causa.

Con sentimientos de consideración y aprecio:

ANEXOS.
i) Certificado de representación legal Sociedad Educadora Simón Bolívar.
ii) Copia del fallo de tutela proferido por el Juzgado 51 Civil del Circuito.
iii) Copia de la Escritura Pública Núm. 1559 del 03 de agosto de 2015, signada
en la Notaría 34 del Círculo de Bogotá.
iv) Copia del Certificado de Tradición del predio Matrícula 50C-1949112,
anotación No. 08 del 21 de septiembre de 2015.
v) Copia del poder para la defensa en el proceso reivindicatorio.

Con sentimientos de consideración y aprecio, se suscribe,

JAIME RUBIO DUEÑAS


C.C. No. 3.181.031
Representante Legal
SOCIEDAD EDUCADORA SIMON BOLIVAR LTDA.
NIT. 860.512.164-7
Correo electrónico: jaimerubios9@hotmail.com
Dirección de notificación: Carrera 71-A- No. 51-08

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