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Señor:
JUEZ TRECE (13) CIVIL DEL CIRCUITO
I. HECHOS
iii) Dentro del trámite de cumplimiento de la sentencia, usted Señor Juez dictó
el Despacho Comisorio 233 del dieciséis de septiembre de 2004.
ii) Horas antes de iniciarse la diligencia de entrega, una vez percatados de que
no se había realizado la notificación por aviso, el abogado de la parte
demandada interpuso recursos frente a esta anomalía procesal, se le
solicitó a la señora juez comisionada que mediante auto motivado, se
pronunciara al respecto, situación a la cual no accedió y decidió continuar
con la diligencia de entrega.
iv) Finalmente la señora juez suspende la diligencia y señala como fecha para
su continuación el día veintitrés (23) de mayo del año en curso; allí durante
la instalación de la diligencia, en la calle, nos sorprende con un relato de
más de tres horas donde señala que el predio a entregar ya había sido
plenamente identificado, en la diligencia del tres de mayo; situación
imposible de acontecer, toda vez que no pudo entrar al predio. Lo que se
observa es que entra por la parte de atrás del colegio, a través de los predios
del Club de Egresados de la Universidad Libre y, lo único que se ve allí, es
una cerca viva que lleva más de diez años de sembrada y un muro macizo
de mampostería de más de 220 m de altura; dos cercas que hacían imposible
el reconocimiento del predio, pues la señora juez no podía ver a través de
los árboles y mucho menos a través del muro.
v) Pese a estas anomalías, leyendo los límites de un predio que fue pedido en
pertenencia durante un primer proceso del año 2007, por parte del Colegio
Militar Simón Bolívar, precisó que esas eran las medidas del predio que se
debía entregar. Nada más alejado de la realidad. Para el año 2007, se pedía
la prescripción de 3256 Metros cuadrados; en la pertenencia actual, la que
usted Señora Magistrada tiene en su Despacho para dictar sentencia de
segunda instancia, se puede corroborar que pedimos en usucapión la suma
de 3873 metros cuadrados, suma superior, diferente y diferenciable a la
primera pertenencia, en la cual sea dicho de paso se le reconoció a la
Sociedad Educadora Simón Bolívar una pertenencia por más de dieciocho
años, los cuales sumados a los corridos desde entonces a la fecha,
acumularían más de veintiocho años, tiempo más que suficiente para
adquirir el predio por prescripción adquisitiva de dominio.
vi) Ante la lectura parcializada del libreto, que parecía estar escrito de
antemano, no quedaba otro recurso que oponernos a la entrega. No
obstante, ante la falaz afirmación de que el predio había sido plenamente
identificado desde el día tres de mayo del año en curso, no nos permitieron
realizar la oposición de que trata el parágrafo del artículo 309 del C.G. del
P., vulnerándonos con ello nuestro derecho al debido proceso, razón por la
cual nos vimos en la obligación de iniciar el incidente de restablecimiento
de la posesión. Señala la norma en mención:
Dentro del término que el juez señale, antes de citar para audiencia, el
tercero deberá prestar caución para garantizar el pago de las
mencionadas condenas.”
vii) Es claro para nosotros que las diligencias ilegales realizadas los días tres y
veintitrés de mayo del corriente año, solo estaban encaminadas a un
objetivo “despojar a la sociedad educadora Simón Bolívar de su
posesión”, ello con el único fin de justificar la revocatoria de la sentencia
proferida por el Juzgado Treinta y Cuatro Civil del Circuito, la cual nos
había declarado el pleno dominio del bien inmueble objeto del litigio, y con
ello subsanar los errores procesales cometidos por parte de la Universidad
Libre de Colombia, la cual no contestó la demanda y, posteriormente,
enajenó en permuta el predio objeto del litigio.
Coadyuva esta disertación, el hecho de los sucesivos aplazamientos para
dictar sentencia, siempre posteriores, pero muy cercanas a la fecha de la
diligencia de entrega.
viii) Concurriendo las dos situaciones descritas en el parágrafo señalado, se
interpusieron dos recursos para la restitución de la pertenencia al tercero
poseedor; la primera, por haberse adelantado la diligencia sin ser
notificados y, por tanto, sin la comparecencia del verdadero poseedor. La
segunda, por cuanto el veintitrés de mayo, ante la parcialización evidente
de la señora juez, que leyó más de veinte argumentos en favor de la
Universidad Libre y no se dignó siquiera mencionar uno en nuestro favor,
negando el uso de la palabra a nuestro apoderado, cercenando nuestro
derecho a la oposición; recibiendo, pero negándose a valorar las pruebas
por nosotros aportadas, obligó a que nuestro apoderado de confianza
renunciara al poder por nosotros conferido; la razón, la falta de garantías
para realizar una defensa técnica en nuestro favor, ya que se sintió como
un convidado de piedra a una diligencia donde el libreto ya estaba escrito.
En este caso, al quedar sin apoderado judicial, se nos concedían cinco días
para interponer el incidente de restitución de la posesión.
xi) Con la orientación del abogado de la U. Libre, la señora Juez 32 tomó las
medidas del predio (situación que desmiente el hecho de que la señora juez
hubiese identificado y singularizado el predio desde el día tres de mayo),
manifestó que la entrega se efectuaría formalmente y que ante la situación
de que es un colegio, que se provocaría un perjuicio que lesiona los
derechos de los menores que allí estudian (1.200 aproximadamente), se
instó a que la U. Libre diera un plazo para que se desocuparan las aulas y
todas las oficinas, y concluyó diciendo que la entrega real y material se
haría el día jueves 4 de julio del año en curso, precisando que su despacho
vendría a colaborar con dicha entrega material. Obsérvese que la entrega
material fue señalada para un día después de que se profiera la sentencia
del Tribunal.
xii) Ante estas arbitrariedades se interpuso la acción de tutela ya referida, que
garantizó nuestros derechos fundamentales y ordenó la devolución del
expediente a su Despacho para fijar nueva fecha para la diligencia de
entrega.
“{La acción reivindicatoria} Debe dirigirse contra el actual poseedor del inmueble
pretendido por ser el único con actitud jurídica y material para disputarle al
demandante el derecho de dominio alegado. Para que prospere la pretensión de
propietario es necesario que concurran los siguientes elementos: que el demandante
sea el titular de derecho de dominio, que el demandado ostente la posesión material
sobre el bien objeto de reivindicación, que exista identidad entre el bien poseído por
este y el pretendido por aquel, y que se trate de la cosa singular o cuota
proindiviso en cosa singular.”
Siendo las cosas de este modo, hay que entrar a precisar que, en un primer momento,
el bien inmueble fue poseído por el señor Jairo Serrano Pinzón, pero posteriormente,
dicha situación mudó, para entrar La Sociedad Educadora Simón Bolívar –Colegio
Militar Simón Bolívar-, a ocupar tal condición de poseedor. Así quedó establecido
en el fallo de Sentencia proferido por el Juzgado Cuarenta y Uno Civil del Circuito
de Bogotá, ampliamente referenciado por la Juez Treinta y Dos Civil Municipal, en
la diligencia de entrega, pero sin tener en cuenta que dicho fallo para el año 2007 ya
había reconocido en favor del Colegio Militar diez años de pertenencia, y al referido
ciudadano ocho años más, sin que se pudiera hablar de coposesión entre la persona
natural y jurídica, situación que desvirtúa la afirmación de que el señor Jairo Serrano
Pinzón y la Sociedad Educadora Simón Bolívar, son el mismo sujeto procesal.
Entonces, el proceso reivindicatorio lo debió iniciar la Universidad Libre contra el
poseedor actual, esto era contra La Sociedad Educadora Simón Bolívar Ltda. y su
representante Legal, contra el Colegio Militar Simón Bolívar y su representante
Legal; más no contra una persona natural, como efectivamente lo hizo.
De suyo, es claro que una sentencia proferida en contra del Señor Jairo Serrano
Pinzón, no puede ser oponible ante la Sociedad Educadora Simón Bolívar Ltda., -
Colegio Militar Simón Bolívar; personas jurídicas que en realidad han sido los
verdaderos poseedores en este litigio, pues fue con los dineros de las matrículas y
pensiones que se construyeron las mejoras en el lote de referencia, donde nunca ha
pernoctado una sola noche, con ánimo de señor y dueño, el señor Serrano Pinzón.
Este fue un primer error que cometió la Universidad Libre, demandar a una persona
natural, cuando en realidad debió demandar a la persona jurídica, y pese a todas las
ayudas que ha tenido por parte de la jurisdicción, no ha podido terminar este proceso.
De otra parte, la acción reivindicatoria tiene como antítesis la acción de dominio o
de pertenencia; quiere decir lo anterior que concomitantemente avanza el tiempo
necesario para que prescriba la acción reivindicatoria, así mismo aumenta el lapso
para que prospere la usucapión.
Así lo señaló la Corte Suprema de Justicia al señalar: “y es que en el punto no puede
olvidarse que, según lo ha subrayado repetidamente esta Corporación (CCXLIX,
pág. 76; CLXVI, pág. 678, entre otras), la acción reivindicatoria solamente
prescribe en cuanto el titular del derecho de dominio es desplazado por un tercero
que paralelamente lo ha adquirido por usucapión, (…)” – Corte Suprema de
Justicia, Sentencia del 9 de julio de 2012, M.P. Castillo, Rugeles.
Siendo claro entonces que el hecho de la posesión, lo ha detentado en todo momento
el Colegio Militar Simón Bolívar, o por lo menos durante el tiempo exigido por la
ley sustancial para adquirir la propiedad por prescripción adquisitiva de dominio, es
a este a quién debe declararse su derecho de dominio, mediante sentencia; tal como
lo hizo el Juzgado Treinta y Cuatro Civil del Circuito de Bogotá, mediante
providencia del treinta y uno (31) de julio de 2018.
Así lo señala la Corte Suprema al indicar además:
“(…) 3. Dada su naturaleza e íntima relación que las ata en forma ineludible, al
paso que el poseedor, por el hecho de serlo, avanza con el paso del tiempo hacia la
adquisición del derecho de dominio por usucapión, para el propietario, cada día que
corre, en forma simultánea, se va produciendo su extinción. Ello comporta entonces,
necesariamente, que, por ministerio de la ley y por su propia índole la sentencia que
declara la usucapión es puramente declarativa y no constitutiva, pues, como desde
antaño lo ha sostenido esta Corporación, “no es la sentencia, sino la posesión exenta
de violencia, clandestinidad o interrupción durante treinta años (hoy reducidos a
10, conforme al artículo 1º de la Ley 791 de 2002), la fuente de la prescripción”
(Sent. Cas. Civ., 22 de febrero de 1929, G.J. t. XXXVI, pág. 274 (…).
Además señaló:
“Conforme lo declaran los artículos 946, 950 y 952 del Código Civil, la acción
reivindicatoria debe dirigirse por el propietario de una cosa singular o de una cuota
determinada de ella, contra su actual poseedor, por ser éste el único con aptitud
jurídica y material para disputarle al actor el derecho de dominio, en cuanto no sólo
llega al proceso amparado por la presunción de propietario (artículo 762, ibídem},
sino porque en un momento dado su situación de hecho le permitiría consolidar un
derecho cierto de propiedad, ganado por el modo de la prescripción adquisitiva,
ordinaria o extraordinaria (artículos 2518 y 2527, ejusdem).
“Tratándose, entonces, de una acción real, que constituye la más eficaz defensa del
derecho de dominio, es al demandante a quien le corresponde acreditar, entre otros
elementos, la calidad de propietario del inmueble que reclama, con el fin de
aniquilar la presunción de dueño que ampara al poseedor material, porque al fin de
cuentas la defensa de aquélla, también, por regla general, implica la protección de
ésta”.
No se puede pasarse por alto, que quien ha pretendido en dos ocasiones adquirir el
dominio del predio en litigio, a través de la prescripción adquisitiva de dominio, ha
sido la Sociedad Educadora Simón Bolívar- Colegio Militar Simón Bolívar, ya que
sólo esta entidad jurídica puede demostrar, como efectivamente lo ha hecho, el ánimo
de señor y dueño, es quien ha construido mejoras, ha ejercido su posesión de manera
pública, pacífica, y permanente.
Así lo reconoció tanto el fallo del año 2007, como el proferido el 31 de julio de 2018,
por parte del Juzgado 34 Civil del Circuito.
Con todo lo anterior, queda demostrado que la legitimación en la causa, para
defenderse ante la reivindicación y la entrega del bien inmueble, es de la Sociedad
Educadora Simón Bolívar- Colegio Militar Simón Bolívar. Así mismo, es la única
persona jurídica que puede oponerse a la entrega del predio, e incoar las acciones
tendientes a lograr el pleno dominio por prescripción adquisitiva.
2. Pérdida de la legitimación por activa y por pasiva de los sujetos
procesales, dentro del proceso reivindicatorio.
Siendo las partes primigenias dentro del proceso reivindicatorio iniciado en el año
1992, la Universidad Libre (activa) y el señor Jairo Serrano Pinzón (pasiva); es
apenas lógico, que si el propietario del bien enajena su propiedad registral, y el
poseedor demandado deja de serlo, desaparece por sustracción de materia su
legitimación para intervenir en el proceso.
Una sentencia judicial ejecutoriada, que se encuentre en firme, y que contenga una
obligación clara y expresa, presta mérito ejecutivo o se constituye en título ejecutivo,
que por su puesto puede ser afectado por el fenómeno de la prescripción si el derecho
en ella consignado no se ejerce o no se materializa, así que importa saber cuándo
prescribe la sentencia judicial.
Por regla general y de conformidad con el artículo 2536 del Código Civil, la acción
ejecutiva que se deriva de una sentencia judicial, prescribe en 5 años contados a partir
de la ejecutoria de la misma, es decir, que transcurrido este tiempo no podrá
ejecutarse al deudor por medio de un proceso en el que se pretenda hacer valer como
título la sentencia que reconoce cierto derecho.
Señala la norma en mención:
“Artículo 2536. Prescripción de la acción ejecutiva y ordinaria: La acción ejecutiva
se prescribe por cinco (5) años. Y la ordinaria por diez (10).
Como bien lo conoce usted Señor Juez, este proceso quedó en firme desde el año
2002, de tal manera que los cinco años de la acción ejecutiva terminaron en el año
2007; convirtiéndose esta situación, en una razón más para solicitar el archivo de este
proceso.
Como puede apreciarse Señor Juez, los hechos probados, como es el caso de que la
Universidad Libre de Colombia, no ha puesto un solo pie en el lote objeto de litigio,
desde antes del año 1986; los argumentos de derecho; la jurisprudencia y la doctrina
descrita; el certificado de tradición y matrícula inmobiliaria; acompañan nuestras
pretensiones. Rogamos que en su sabiduría, acceda a nuestra pretensión y ordene el
archivo definitivo del expediente, por sustracción de materia, pérdida de
legitimación, y carencia sobrevenida de objeto y causa.
ANEXOS.
i) Certificado de representación legal Sociedad Educadora Simón Bolívar.
ii) Copia del fallo de tutela proferido por el Juzgado 51 Civil del Circuito.
iii) Copia de la Escritura Pública Núm. 1559 del 03 de agosto de 2015, signada
en la Notaría 34 del Círculo de Bogotá.
iv) Copia del Certificado de Tradición del predio Matrícula 50C-1949112,
anotación No. 08 del 21 de septiembre de 2015.
v) Copia del poder para la defensa en el proceso reivindicatorio.