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Ensayo sobre la felicidad

Seminario 1

Ciro Alfonso Contreras Lázaro

El presente ensayo se dividirá en tres preguntas claves como lo son:

¿Existe un proceso para ser feliz?

¿La felicidad puede ser vista como un estado constante o una meta futura?

¿La felicidad se puede encontrar en cualquier lado?

La felicidad como una batalla del diario vivir

La historia de la humanidad puede ser resumida, de forma simple, como la búsqueda

constante de la felicidad o lo que otros llaman: plenitud. Las preocupaciones, la ansiedad, la

tristeza, el odio, son circunstancias que interfieren y no permiten llegar tan fácilmente a esa meta

llamada la plenitud del ser. El problema, o mejor dicho, el sufrimiento aparece cuando no se logra

conseguir aquello que se considera necesario para alcanzar ese estado de gozo o plenitud el cual

todos desean.

Entonces, ¿Existe un proceso para ser feliz? Boeri (2003) menciona que, los estoicos

“consideraban que la felicidad se alcanzaba dominando las pasiones y prescindiendo de las

comodidades que impiden la aceptación de una existencia determinada”. Lo anterior es relativo ya

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que no todas las personas piensan de la misma manera acerca de lo que los puede hacer felices y

no ven la búsqueda de la felicidad como un proceso sino como algo que se puede dar

espontáneamente, en donde las pasiones hacen parte de dicho estado pero éstas deben ser

controladas como es mencionado por los estoicos para lograr alcanzar la felicidad. Sin embargo, a

modo de ver del autor, no deben ser controladas las pasiones para que se pueda obtener ese estado

pleno, ya que las mismas son intrínsecas al sentimiento y son las que impulsan a lograr dicho

objetivo por ejemplo: Algunas personas son felices cuando tienen una carrera exitosa y cada día

trabajan por mantener ese éxito, otros encuentran la felicidad cuando tienen a una persona a su

lado por lo que se esfuerzan en la relación, otros hallan en la soledad un estado de felicidad y hay

algunas personas que son simplemente felices sin la necesidad de nada, es decir sin las cosas

materiales.

El proceso hacia la plenitud del ser o felicidad sí existe ya que toda persona diariamente

está en busca de este camino que los conducirá a ella; sin embargo, para que se dé de forma

eficiente las personas deben (aunque parezca paradójico) optar por ser felices, ser conscientes de

lo que las llena como tal y tomar la decisión de verdaderamente luchar por ello, de esta manera

podrán lograr tan deseoso estado y plenitud del ser. Una buena alternativa o propuesta para

alcanzar dicha felicidad en la vida cotidiana es lograr desarrollar emociones positivas, que

permitirán ampliar la mirada hacia este camino.

El buscar estar mejor y ser feliz, es ya una determinación que sólo compete profundamente

a cada persona, pero si se quiere ser feliz se debe pasar por un proceso que día a día dará frutos si

se hace de la manera correcta y constante, es entonces un hábito, además de ser algo que cada ser

tiene que aprender a cultivar y forjar diariamente.

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Cabe preguntarse ¿La felicidad puede ser vista entonces como un estado constante o

una meta futura? Una problemática frecuente es si en verdad la felicidad se ve atada a un estado

constante, o debe ser entendida como una meta a futuro. Aunque el término felicidad parezca fácil

de explicar en realidad no lo es ya que es un tema muy relevante y subjetivo, pues la felicidad

siempre se ha visto relacionada con las sensaciones y como un estado de plenitud, de estas dos

palabras inmediatamente se puede deducir que ambas están en constante cambio, realmente la

felicidad es un sentimiento complicado de alcanzar, es de esta manera un conjunto de acciones

indeterminables donde las metas y lo objetivos requieren de un gran esfuerzo para poder lograr

este proceso.

Según Aristóteles (1998) En la Ética Nicomaquea, “la felicidad es una actividad del alma

según la virtud perfecta, la felicidad está también relacionada con el equilibrio y la armonía, y se

consigue mediante las acciones encaminadas a la autorrealización”. Por ejemplo: a una persona

que lo hace realmente feliz, quizás pueda responder que le gustaría terminar su carrera y sentirse

realizado, conseguir un trabajo, tener una familia. Todo lo mencionado lo hará feliz. ¿Es

verdaderamente esto cierto? Es común que toda persona tenga deseos y aspiraciones pero, hasta

qué punto su realización es realmente indispensable para ser feliz y sin embargo, al ser admitida

dicha teoría implicaría que, mientras no se logre alcanzar esos objetivos, la persona ha de ser

infeliz. Lo cual, a pesar de no tener mucho sentido, es una realidad que se ve reflejada actualmente.

No obstante, decir que para ser feliz se necesita de manera exclusiva a alguien o una cosa,

sería entonces esclavizar el concepto verdadero de la felicidad. En algunas religiones, por ejemplo

el budismo, se considera que la verdadera causa del sufrimiento humano es el apego o el deseo

excesivo de tener o poseer algo en específico. Esta posesión puede verse reflejada en los objetos

materiales, como también en las personas. La clave, según los budistas, es aprender a vivir sin

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tanto apego. Es decir, ser consciente de que las personas o las cosas, no están para ser poseídas

como una forma para lograr sentirnos plenos. Lo que realmente importa es saber disfrutar de cada

momento que la vida pueda llegar a brindar, además de reconocer que ni las personas o las cosas

deben ser parte de la vida como algo indispensable se debe aprender a vivir con o sin ellas.

Realmente la felicidad ha de ser vista como algo constante que debe ser construida por

cada quien, donde la aptitud y el optimismo juegan un papel fundamental, pues si se quiere lograr

obtener algo debe ser siempre pensando de manera positiva, creyendo en que se puede alcanzar

cualquier cosa que se proponga. ¿Entonces la felicidad se puede encontrar en cualquier lado?

Eso depende de cada persona, del concepto que maneje de ella, en cómo la busca y qué hace

realmente para obtenerla. Algunos se unen a una religión porque creen que así podrán felices o

creen que estando Dios de su parte lograrán la felicidad. Otras pueden encontrar felicidad en

cualquier cosa, ya sea en su lugar trabajo, con su familia o consigo mismo. Se puede decir que la

felicidad está en todas partes, es decir está hasta en lo más mínimo sólo se debe aprender a

identificar y verla como una realidad del diario vivir.

Boeri (1997) citando a Epicuro Afirma que, “la felicidad es la satisfacción de los deseos y

los placeres”. Pero encontrar el camino hacia eso tan preciado como es la felicidad varía según

como se vea realmente ese objetivo, ya sea como deseo o como satisfacción, al no verse la felicidad

como algo primordial, no permitirá que se pueda identificar dicho estado en cualquier parte, al

segarse y no ver la vida como una posición optimista será aún más difícil, lograr estar en plenitud

con el ser.

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A modo de conclusión, se puede decir que, si se desea ser feliz lo que se debe de hacer

realmente es aprender a vivir la vida siempre estar atento a qué es lo que realmente puede dar un

tanto de felicidad. El mejor camino que puede ser tomado es dejando a un lado las cosas y

desapegarse de ellas y buscar la felicidad en lo que realmente vale la pena, no en las cosas

materiales sino en lo trascendental, por decirlo de esta manera el placer de estar vivo y la pasión

de seguir luchando por esos sueños que pueden estar más cercanos a la felicidad. En otras palabras,

ser conscientes del momento presente.

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BIBLIOGRAFIA

ARISTOTELES. (1998). Ética Nicomaquea, (EN) Madrid: Gredos.

BOERI, M.D (1997). Epicuro: Sobre el placer y la felicidad. Santiago: Editorial Universitaria.

BOERI, M.D (2003). Los estoicos antiguos: Sobre la virtud y la felicidad. Santiago: Editorial

Universitaria.

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