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Í

CAPITüLO I
LOS MODELOS MEDICOS
Y LA TRAYECTORIA
DE ATENCION

Es reconocido el hecho de que a partir de los años cincuenta, la


mayor parte de la producción teórica y empírica en la Antropo-
logía y Sociología Médica se enfocó al análisis de las institu-
qiones médicas, considerando los roles y funciones desempe-
ñados por los terapeutas profesionales biomédicos o populares,
en su'relación con los pacientes, en determinados espacios de
atención como el hospital o la comunidad (Caudill, 1953; Polgar,
re62).
En el contexto latinoamericano, los estudios antropológicos
de tendencia culturalista se orientaron hacia el estudio de las
poblaciones

las

Jálñrecer la prolramas de atención destinados


a !gspg!.!gp@r=áles, üüé desde una perspectiva acuidüiaUvaJ
at ménóñ;G;ieBfpianteaban la mejoria de tas condiciones
de salud de dichos grupo-g.sociales (Aguirre Beltrán, 1980, 1986;
cft Menéndez, 1990; Come-116, 1985). Muchos de estos traba-
jos de orientación aplicada, recuperaban a la población esen-
cialmente como regsp!-o{n de las acciones y prográñas de sa-
lud diseñados pollos profesionales del sector ianitario y los
sujetos eran estudiados básicamente en su rol de pacientes so-
bre los cuales actuaban dichos profesionalut.=l-l@ór,?EllDl
tropólogo consistía entonces en "descifrar" las claves de acce- i -
so ci oñtra?ós en el i
marco de las
Sise analiza eldesa histórico de la médica
inas sociales de la sa-
- a años setenta se manifiesta un

I concibe v actúa a sus cando


el papel de la estructura iliar y de las soélátes?e apo-
F-

oooo
27
nos planteamientos teóricos que
salud "nuevas'l
interrogantes
A y enfoques hasta cierto
I vándosgrcabg._uni_El
\sicos, 6obre [a con{uc'!
sqqiat-e-! y,

-l 1 982 ; Zola, 7 97 3). Di


_c-bs-pro{gcc ión ta mbi én
t fue impulsada por elauge que }r e-sglgllegg_
i
: twieron las investiqacidññ etlomeglic¿rs ( Ru - cron
e con esta
v bel y Hass, l; Simons y Hughes, 1985; Fá-
'f.
t simismo, la Conferencia de Al-
i( Modelos médicos y Sistemas
{
¡ga-Ata (1978)-Fignificó un reconocimiento
I
oF@laimportanciaque de atención a la salud
f,-tg.nto la9 eslrategias 4e atención primaria,
, Pafa Las interrelaciones entre los modelos médicos
t
-h
(f
problemas que i¡-affiñffi¿-a -
U a los estudios teóricos y empiricos, don-
t
\
crcn
-á-Iq Este contexto iociopolítico in-
¡ñlación.
ternacional coadyuvó al estudio de los conjun-
tos sociales, ya sea como agentes sociales del Romanucci - Ross et a lr_1$.1)-Coq¡Lderamos
I
cambio, recursos humanos, o sólo como pobla- que dentro de lasQ*o-si_"ig!9*q[gg.que han
." ción-objetivo de los planes de extensión de ábordado la relacibñ:eftreGñü-el,rs médi -
\ cobertura de los servicios de salud. cos, dos de ellas destacan por su desarrollo tanto
t g En este marco se desde elpunto de vista teórico como empírico.
¡ , Nos ula-
ó
dos L. Menéndgz y pol nman
cultura- en torno a
\fu l,¡
de sa- elqP__e_cllyg.gJos
s a fondo las s la realidad que
socia-l6ETa en:feuqedad. Sin embargo, es im- rem-os analizar, de ambas podemos recu-
p-tante subrayar que a pesar del papel que ític que nos
juegan los conjuntos sociales en la atención de
I as enfermedudesgge.padsgf,Q, res ulta pa ra dó - esquema teórico y metodológiio desde el cual
o q u e ¿tálñG-t¡ g a c ó n s oc i q)h a y a re c u Pe ra -
j ic i partimos nosotros, no,s aproxima{a más a los
- esta ffitimas
do
nntñffiía
déesdas. planteamientos de E.L. MelgJde&- que ofrece
' --)--"2
una visióñEfslrítica e integral.
o"nit" áel campo ae ta Médi-
¡[
\*.__..-.^-
ca, observamos las diferentes perspectivas que
han abordado la problemática de la construc- I Es obvio aclarar que en este trabajo, los aportes de ambos
ción social de los padecimientos, muchas de autores no serán desarrollados exhaustivamente. A pesar de ofre-
las cuales se interrelacionan genealógicamente, cer un panorama muy limitado de su obra, y con el riesgo de
compartiendo o refutando categorías, concep- sesgarla, intentaremos recuperar de manera sintética sólo aque-
tos o interpreta@ad. En fun- llos conceptos y líneas de análisis que, Para fines de nuestra
ción de ello,tó-os interesa discutir )hora algu- investigación, resultan ser los más relevantes. ilV
22
?

@leinman,lossiste-ternaQelossn-9/ysibienreconocelaimpor.|!
a
mas médicos e. tancia hlo¡At'¡*y¡reÑg¡9g,'".i"i*i 7t
unt"ndidot
" r, a esta r"lu"¡O ¡¡
á"p@em@anar:our@@; fig.ración. es notorio qu. p-ñffiññ;]f
puestas socialgs a la e , en "u
términos UtiSg¡ggfan¡g.Sufuerzaexpliqqliy,a sefocaliza
j

desusgig@s,integrandoénekfívelmicro',Jocuallehavalidosenááscrí-.
parasuanálisiq.tá6lelacione.5entreinstitucio-icaiffiileotrosautores(Taussig,1980;i
dgsempeñddq!, rélacionés inte Young, 1982).
gry,
lonales. redes sociales. gs Dentro de cada Sistema de atención, en casi
s_todaslassociedades,esposibleubicartresare.
-económicas v políticas
=--=%"- (1978-1980). Kleinman nas sociales en las cuales la enfermedad es ex-
plantea que perimentada e identificada en realidades clíni-
cas socialmente construidas y legitimadas.
los Sistemas de atención a la salud (Health care Dichas arenas, denominadas,,sectoleÉide cui-
systems) son sistemas simbólicos construidos
sonféGl|iüpor .*d@¡&:glUd,'
significados,vaIoresynormasdeconducta'f^,"F']i9mpracffic_iná;
articutan at padecimiento como un idioma c.r¡r.tu;
"rffi, oñ;ttil;; ¡o, ü;;;*rü-¿;:
foJ pátrones específicos de ta conducta frefifñ (q99.q'e incluye. t3
;"t"'ffi €@l!ggs-n sys!
o de la cómunida?ffi'que
_t__-__t%,-

sector profesional incluye a todos aque-


llos terapeutas cuya práctica se ha estructura-
/i do en profesiones de curación, orgañíZá-da,s- a
/ , Z ------_
Estos Sistemas de (sns) través cteffistitüciones-iégilirñadagpor el Estado
i
,t
deben serco-mEGñ?ii (cft Freidson, 1978):-Si bién;éñ lá rnayoiiá iié
las sociedades occidentales actuales, este sec-
tor incluye a los terapeutas de la medicina cien-
tífica modema; en otros contextos culturales ésta
convive profesionalmente con otras prácticas
@, que para finesde la inves- médicas también profesionales o para-profesio-
tigaciónEntñfolósicá tránscultur"@éñ¡¡98> nales (medicina ayurvédica, homeopatía, qui-
establecer inferencias sóbre la ropraxia, acupuntura). En el proceso de profe-
sionalización de la práctica biomédica, se ha
tendido a establecer una racionalidad fundada
d so- en lo natural-biológico, asumiendo que sus plan-
--cCT a-Ira-iñs de relaciones (transacciones) que teamiéntol 5oñ "científi cos", racionales, verda -
ecen en la sociedad y de- deros, oponiéndolos a los identificados por los
mo construcción insti- sectores folk y popular, cuya racionalidad es-
taría dada, desde esta perspectiva, por un or-
den sociocultural ajeno o distinto a esta raciona-
. En su planteamiento teórico, Klein- lidad cientifica.
Kleinman señala que el grado de legitima-
relación terapeuta-paciente, gn la e$$ura jn:, ción social que posee el sector profesionalhace
que éste aparezca como dominante en las so-
2 Todas las citas bibliográficas procedentes de la literatura ciedades occidentales, y reconóce un proceso
francesa y anglosajona han sido traducidas por la autora. de "indigenización/popularización" para desig-

o ooo
23
nar a las formas de circulación de los conoci- clínico, se producen ciertas "traducciones" de
mientos desde el sector profesional hacia los idiomas culturales (transacciones), modifica-
otros sectores y viceversa. La indigenización ciones de rol (se pasa de ser enfermo, a pacien-
_-_-----*- te o a cliente); se reestructuran las orientacio-
[...]se."fi.r"@p.o- nes cognitivas del enfermo en términos de
fesional moderna y la psiquiatría, experimentan cómo la enfermedad es interpretada, etiqueta-
, después de que son introducidos en las socieda- da o atendida.
I des no-occidentales. lnvolucran el sistema de co-
Las relaciones entre cada sector pueden ser
/ nocimiento, las instituciones de cuidado a ta sa-
analizadas a la luz de sus respectivas realidades
I
I lud y los factores incluidos en la realidad clínica.
El resultado es un remoldeamiento en mayor o clínicas y sus componentes pueden ser consi-
t.

?
I\ menor grado, del cuidado clínico profesional. derablemente divergentes.
(1980:56).
F
s
La cultura profesional, folky popular, con sus res-
( pectivos componentes subculturales, le dan for-
Por su parte, el mecanismo inverso, el pro-
ceso de popularización ma al padecimiento y a la experiencia terapéuti-
ca de diferentes maneras. Pero el poder de crear
al padecimiento y al tratamiento como fenóme-
(
[...] sería aquel por el que ciertos aspectos del nos sociales, para legitimar cierta construcción
t cuidado profesional, tales como los conceptos de la realidad como la única realidad clinica, no
f científicos de la salud, son alterados y difundidos es distribuido equitativamente. El sector profesio-
después de que entran en el sector popular de la nal es dominante debido a que el poder sociat es
salud (loc. cit ). en gran parte una función de la institucionaliza-
ción, y el sector profesional está densamente
Por otro lado, el sector folkde atención inclu- institucionalizado, mientras que el sector popular
ye a los terapeutas especializados no organiza- es difuso (íbid.:52, subrayado en eloriginal).
dos profesionalmente, usualmente identificados
como curadores folk ("nativos"), que pueden Para concluir con esta propuesta teórica, nos
desempeñar una diversidad de prácticas médi- interesa abordar una de las categorias analíti-
cas, y que dada su heterogénea composición, cas más ampliamente desarrolladas por este
estructuran sus conocimientos a través de acti- autor que si bien ha sido mencionada sucinta-
vidades e ideologías seculares o sacras e intro- mente, conviene desarrollar un poco más, dada
ducen un aspecto ritual en la curación. su utilidad. Se trata de los "modelos 9lpligatit
I

I Finalmente, el sector popular de salud, es la vos"queseffi


arena donde se generan la mayor parte de las
\I actividades de diagnóstico, atención y curación [...] las nociones sobre un episodio de enfermedad
de las enfermedades en cualquiertipo de soc¡e- y su tratamiento, que son empleadas por todos
\
t dad, al grado de que en varias investigaciones aquellos que se ocupan del proceso clínico. L.a
se ha demostrado, que entre el 70% y el 90% interacción de los modelos explicativos de los pa-
de los casos de enfermedad son resueltos en cientes y de los practicantes es un componente cen-
este nivel. Como hemos señalado antes, no obs- traldel cuidado a la salud. El estudio de los mode-
tante la importancia de este sgctor, ha sido com- los explicativos de los practicantes, nos dicen algo
sobre cómo ellos entienden y tratan a las enferme-
parativamente poco analizado por la Sociolo-
dades (disease). El estudio de los modelos expli-
gía y la Antropología Médica. En el modelo de
cativos (wtEs) del paciente y de la familia nos dicen
Kleinman, el sector popular es identificado cómo ellos le dan sentido a los episodios de pade-
como una matriz que vincula a los otros secto- cimientos (illness) y cómo eligen y evalúan los tra-
res de cuidado a la salud, estableciendo los tamientos particulares. El estudio de la interacción
puntos de conexión con cada uno de ellos, cuan- de los mEs de los pacientes y de los practicantes
do las personas acuden a consultar a los dife- nos ofrece un análisis más preciso de los proble-
rentes curadores. A partir de este encuentro mas de comunicación clínica (ibid.: 105).

oooo
24
['

Investigar esta interacción "descubre uno de der que se establecen en ella, como relacio-
los principales mecanismos por los cuales el nEr-ifffrpersonáiei ái á¿ ¡c;;y;" ¿ómo ex-
contexto estructural social y cultural afecta la _ptrsi-"_o.T3e,E-"Cejgnesrn1tré-grupoisTdtraTes
relación practicante-paciente y otras relacio- y de clase.al interior de-üñá-sóciéi[ád hiit6ii-
nes de cuidado a la salud" (loc. cit.: 105). -támente aeieimlná-da (yéüñs; igBX-269).
Los mes dan cuenta en mavor o menor ora- Desde esta perspectiva, elencuentro clínico es
dó, de cinco aspectos fundamentales en cúal- visto como una interacción entre sujetos que
quier episodio de enfermedad: etiología, tiem- comparten intereses comunes, como "aliados
po y modo de la aparición de los síntomas, terapéuticos" y los análisis que el antropólogo
fisiopatologia, curso de la enfermedad (severi- (clínico) hace del mismo, servirían de nueva
dad y tipo de rol del enfermo) y tratamiento. cuenta para "mejorar" elproceso comunicativo
Kleinman hace una distinción entre las creen- entre elmédico y elpaciente, cada cualcon sus
cias generales sobre la salud/enfermedad y los propios modelos médicos explicativos de la en-
MEs que se refieren a los episodios concretos de fermedad y del padecer, elicitando los proble-
padecimientos, por lo mismo, éstos se adecuan mas que surgen gen en este
esle proceso. Los mo(re¡e8 \
ProcesQ. lgggadete€
flexiblemente a cada situación y deben ser in- explicatjvos son_Blanteodo qomo ela.boracig
son.Blanteados somo elabofac¡g-- I
terpretados en los contextos específicos. ñes hechas por los corno respues- /
lós individuos, como
l,ra
-

En el caso de los Mes profanos, se puede tás a üal


detectar un alto nivel de difusividad e incluyen ud. De esta manérá, que se propone la
tanto algunos elementos idiosincrásicos como -ffi-pología Médica Clínica -que trabajaria en
otros aspectos de la ideología de la salud. Por estrecha concordancia con la medicina clíni-
su parte, los mes de los practicantes pueden ca- es facilitar el reconocimiento de las dimen-
fica POr ra ors- siones sociales de la enfermedad por parte de
los practicantes biomédicos, lo que en última
instancia está haciendo es favorecer los pro-
clínico,:dexplesan estos modelós explicativos cesos de medicalización, expansión y explota-
y, EñEste espacio, podem-ós analizar con ma- ción derivados de la hegemonía biomédica
y-or profundidad los proceios cognitivos, comu- (Scheper-Hughes, 1 990).
nicativ<jly transaccionalel,-que sé generan cn- A nuestro juicio, el sesgo de esta perspectiva
tre los practicantéCl los pacientes, así como radica en pensar qi
las distancias cognitivas de los diferentes MEs,
evaluar los resultados de la comunicación con -miiSpCsinni-dáaé54é*é'ipreiaEé'',éüñ¿opot
los pacientes y mejorar, en su caso, la eficacia lo generales el modélo clíniCó áel practicante el
del tratamiento médico. que domina al otro, en función de la existencia
V1ñlÉiffipátils cmiCáIqr" se han desarro- de relaciones desiguales de legitimación y po-
llado hacTá'-GstE6'f6(re, identificado con la der. En este sentido, limitar el análisis de los mes
corriente de la llamada "Antropología Médica a sus consecuencias en la comunicación clíni-
Clínica", de fuerte orientación hermenéutica, se ca, en la calidad de la atención o en la eficacia
-5áian fundamentalmente en elpoco desarrollo terapéutica, puede conducir a conclusiones si
que hace del nivel macrosocial, de las condicio- no erróneas, por lo menos incompletas.
nes sociales, económicas políticas e históricas, La segunda propuesta teórica que deseamos
que determinan los procesos de construcción de desarrollar, es la elaborada por Eduardo L. Me-
significados del padecer. Se ha cuestionado el néndez, quien desde una perspectiva histórico-
peso que se le da a los análisis semióticos de estructural que recupera los planteamientos de
los discursos y su tendencia a priorizar el nivel Cramsci y De Martino, construye una teorización
del encuentro clinico, microsocial, sobre todo sobre los diferentes modelos de atención so-
dentro de la esfera*¿e ta-_fehg.l-q!l'g!!Ie-_!0É4i cialmente reconocidos, proponiendo un análi-
cos y pacientes, ubicando las relaciones de po- sis relacional de las condiciones sociohistóricas,

o ooo
25
ventivas s!9_ tico, tendencia a
vencron ala
, toenttll-
G-cro(ideolégic;-ñol
eáEiédiileolég¡c Iá ra¿idna-t¡ddü científica.
,.otros modelgs (1984:€-9)-_-.:_-,
comoc}fterllñánifie@d1D-én-tro¿elmL¿elo(áeaútoatención,seiden- -""---':\-
lolTiilfiññl7tññrra'ac
+anran¡ia ao la expansión sobre
-^rál^-
-n!9@s,tendencia ",Fye!
a las que "medicaliza"(nor-;
-"'-.
tifica --
la estructura
-- aeXqo_inedicación (nm), la
ryg!+rqb{gmáticas consideradl como.,:l Proceso de auto-
lmatizacion,de ra satud/enfermed4d en ;;'od.' "yul::
--'''',.i;''.atención(orientado)específicamentealimitar.
il;i..il;;" atencion(orientqdo)especificamente. a_ limllgl
;;-= --el¡minar o}dllciona¡ los padecimientoS, daños
Menéndez, l9$l: 322; 1984: .g_problemas de sah'd, instrumentada a pártT
de la carrera del enfermo, por parte del gruPo
El modelo Médico Alternativo Subordinado primario, sin los
(mmns), s.' La automedica incluye gl
la
su administración
puede incluil¡gs !g¡g:ia.s, a qciqn"gg fi s lgqrs, pro -
cedimleglgg¡nent_?les, medicamentos de pa-
Téñi-l;tcéteral-19M: 8; 1990: 176). .
Nó pretendemos desarrollar aquí toda,la pao-
puesta teórica de los autores citados y4áun con\
ii"tgo de hacer una exposición redúciTotsta/
de sus sendos-aportes, queremos recuPerar
-
máfl4 ahistoric id g¿ ¿g@4Jqqitimación cq -
--ffial aquellos
o_-grypql-de Jás actividades curativas,
6frciii u JñuZt ¡c u,-.on tendenc ia s a I pra gmati smo tiqación.(Observamos ciertas similitqb¡entrs.
yálñ6r€6t¡ismo ( 1 981 : 322 7984: 7'B). @"@ficesque
cadá uno introduce, van definiendo sus respec-
Por último, elmodelo de autoatención (na) tivos enfoques. Así, por#ñFIoJos dos parten
de un planteamiento metodológico-heuúsüco
en las categorías propuestas (Sistema de aten-
ción a la salud o modelo médico,. Sectores de
atención: profesional I folk/ popular, por un lado y
por otro, Modelos médicos: hegemónico/ahema-
üvo subordinado/autoatención). Ambs enfaüzan
la necesidad de concebir estas categoúas en tér-
minos de construcciones abstractas que adquie-
ren dinárnicas propias y características particu-
(1eeO: lares según los contextos analizados.

t Este modelo puede ser identific


I -ralmfnDen cualquier tipo de socier
i
t
I
-iii$dfprimer n¡vel reá?E?téñ6
I poFlos-có-nj unto s soc i a I es-frente ¿i' los ser más inclusivo, pues remite-"ALloda una serie
aéacTiiiaeae s %í;ira - a s t nfr ñAu Jtque ¡;¿¿i-
¡
r
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-pieventivas índole -á
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poran procesos no ÉÓlü' clétrtéñbi6ii/preüención L--
;ij
Los ci ¡acterefSáficos son :-eficacia pragmáti - iá énférmédád,liné doñiantéhimiénto y cui-
?ádódsi; áü4, eñ tanto queKleinman focaliza
cdr- ia salud como bien rleT,sor¿-t¿ terlcGñciáá -.*las
actividades del sector popular en los Proce-
sos de detección, diagnóstico, curación y eva-

o ooo
27
.:.

*
:
luación de los padecimientos que orientan la Menéndez, expresada de entrada en la propia
conducta de búsqueda de atención a la enfer- estructuración de los modelos a través de la
medad, que remitiría a la estructura de auto- relaciones de hegemonía/subalternidad y, por
medicación en el modelo de Menéndez. definición, cualquier-mocléldifébe ser pensado
' Otra diferencia sobresaliente, es el peso es- en relación con los otros. Este enfoque relacional
pecífico que eác[a cual asigna en su modelo a también se establece al an¿,lizar lai interaccio-
la dimensión macrosocial, en términos de sus i nes entre los conjuntos sociál-es,Io-S óúradores
condicionantes sociales, económicas, ideoló- | y las instituciones que participan en los proce-
gicas y políticas. Kleinman plantea de en j sos de s/e/a, quienes establecen relaciones de
¡_--
oue todos son aspectos que operq4 gn e! godo / poder, a través de procesos de hegemonización
de producciqr¡ de la qnferrqe{ad y la construc- i y subordinación.
iión óultural de los padecimientos, inéidiendo Por su parte, en el modelo de Kleinman, los
también enláconstrucción de la realidad clÍni- sectores de cuidq4o a la salud, si bien se tla-
ca.5iñembargo,explicitamenteélseenfocalIanTñtérréIáa
fundamentalmente a un análisis de la dimen- quetrr*áTiZáes1a ñtroalimentación mediante un
sión microsoc¡a! (individual) del encueritro clíni- diagrama de flujo (1980: 50)-, son recupera-
co enti.éTólpacientes.y lol practicantés. Ade- dos como construcciones relativaméñte áñóno-
más, enfatiza el hecho de que los sistém?s de ñáS, én dóndé é13ffiO'rppuhf serviríade-püeñ-
ate¡eión alasalud, deben ser considerados como té éntre los otros dos sectores -que piñ-as vécád
\ si5femas culturales simbólicos, priorizanilo ét fntráinif¿¡-"óñtacüaireóto-,
' unál¡"is de los sentidos y sigriifiiados que en- los-püntos de entrádá y sálitla, eitableciendo
a partir de la
,)
el El dichos sistemas.
'i l¡gl jqego recurrencia de lg-s individuos hacia los practi-
., P-or.supartéfMenéndez señqla q,q9.-e*s,.nqge- cantes folE ó profesionales. Los prqcssos de
sario incorpolartanto la estructura sociaicomo ca11b_i9y¡lffusión_d_glggler biomédico, ie ge-
la estrüCtüifáé-lE¡ificqdos, ci es que se- quie-- néián-vláTói mecáñi;ry.-._g:aruliI-ttia3¡QÉr1
ren cómpréhéndif'éñ Cü ¡us19 dimelsiQrl-igs @arirslé.¡f,elñá;i;i¿ñ"q"4?1óüiatra-
procesos -d.g_q-a!ud/e-q{g.medad/*atención. Los dición culturalista intgggllya. Los_dile_{q[tes
iujetos geneián practiáal y atribuyen signifi- sec,tores *" entre sí, peró'la
cados, en tanto Son rñiéiÍibfbs de conjuntos so- síntesis, el conflicto
"oñip-ie-m-uruer¡"s
o h contrád¡cciOñ'ñóibñ?e-
'
ciales más amplios, por lo cual se hace necesa- cupéiadoC-é-n.s,ite-dógds"l-qlqerieor-las-relaci'o-
rio un añálisis complementario de los niveles nes de poder se reducen fundamentalmente a las
micro y macrosocial, siendo la relación entre dificultades en los procesos cognitivos y comu-
ellos, el eje en el cual deben ser enfocados los nicativos del encuentro clínico, producto de las
--mo-delos médicos. diferencias entre los modelos explicativos de
i>3ilé nuestro punto de vista, la diferenciáentre Jos actores sociales involucrados. Ni los intere-
F rbos planteamientos,
ambos refleia únicament"l/t""
olanteamientos. no refleja clase. ni los intereses eornóñTil6liln
únicamentei/ ses de clase,
una mayor o menor acotación de los aspectos Ciñniñá?ñ-i á
de la realidad que deben ser incorporados, o Kleinman y r
una delimitación distinta del problema de in- séifuña;méhtálmente el de tiaduétor cultural,
vestigación, sino que este "recorte" teórico y que elicita los modelos explicativos para su me-
metodológico -diríamos, epistemológico- está jor comprensión por parte de la práctica médi-
expresando en última instancia dos concepcio- ca clinica.
nes distintas de los procesos analizados, así En este sentido, la propuesta de Menéndez se
como de las estructuras y relaciones que los so- hallaría más próxima a la denominada Antro-
bredeterminan. De aqui se deriva la que a nues- pología Médica Críüca (Baer, 1990; Singer, 1986,
tro juicio puede ser la principal diferencia entre 1989; Baeri SingeryJohnsen, 1986;Young, 1982;
ambos modelos teóricos, referida al enfoque Scheper-Hughes,7984,1990;Taussig, 1980),
relacional que subyace en el marco teórico de surgida como respuesta a la antropologia inter-

oooo
28
pretativa (I€Éresentada por Kleinman, 1980, ción que hace de la "enfermedad" y el "padeci-
-T988;1996; Cood, 1994; Good y Good, 1980). miento", y su desarrollo sobre la conducta de
Los principales cuestionamientos que la co- búsqueda de atención, todos estos aspectos
rriente crítica hace a esta última se centran en propiamente referidos a la construcción social
su manejo de las representaciones médicas corno del padecimiento, además de sus investigacio-
mistificaciones que enmascaran las relaciones nes etnográficas referidas alpapelde Ia autome-
sociales y de poder respecto de la clase domi- dicación y la carrera curativa, que anojan resul-
nante a un nivelmacrosocial, y a un nivel micro, tados útiles para establecer comparaciones con
a través de la clase médica y los procesos nuestra propia investigación.
medicalizadores. Desde una perspectiva histó-
rica y económico-politica, se pretende recupe- Autoatención y rol materno
rar los procesos a través de los cuales las so- en la salud infantil
ciedades producen sus malestares (sickness)
en elque se incorpora la dimensión objetiva de Como hemos señalado, el modelo de autoaten-
la enfermedad (dtsease) y subjetiva del pade- ción se desarrolla al interior del grupo familiar
cimiento (illness) (Young, 1982;Taussig, 1980). y/o de las redes sociales de apoyo, e incluye
En esta tradición teórica se enfatizan las rela- una serie de actividades orientadas a curar o
ciones de poder y control social, así como las prevenir los padecimientos o abatir el daño. En
transacciones derivadas de éstas, recuperan- esta estructura de atención, no existe la inter-
do los planteamientos de la obra de Gramsciy vención directa de algún curador reconocido
Foucault, sobre la hegemonía y la genealogia como profesional. En la mayor parte de los ca-
del poder (Lock y Scheper-Hughes, 1996; Frank- sos opera como el primer nivel de atención y
enberg, 1980). La dimensión del malestar es puede decirse que casi siempre la lleva a cabo
retomada como la expresión de las contradic- una figura femenina (Browner, 1989; Scheper-
ciones económicas y políticas que la sociedad Hughes, 1984, 1990;Dean, 1986;Utman, 7979,
actual impone en los sujetos. 1982). Consideramos que eltrabajo con las ma-
Partiendo de lo anterior, podemos señalar que dres de familia, es una esfera privilegiada para
nuestra aproximación teórico-metodológica el análisis de la interrelación de modelos mé-
pretende recuperar, hasta donde nos ha sido dicos, ya que sus prácticas y representaciones
posible, los planteamientos de E.L. Menéndez. reflejan una permanente síntesis, significación
En este trabajo nos centramos en elanálisis de y resignificacién de saberes que remiten en úl-
los sábereTTñátéFnos, en té tima instancia a diferentes modelos médicos
tési 5, Cónipñ;r*"ia{ed"adffi (cfn Menéndez, 1984; Helman, 1990; Coreil y
--rci-das*áT qitll áó iiñ p rop iá i_i o¡ Mull, 1990; Currer y Stacey, 1986; Rodriguez ef
al., 7979; Finnerman, 1 989).
en que se Clasificamos la automedicación (nm) en tres
distintos modelos médicos en términos de re- tipos: materna, familiar y vecinal. La primera se
laciones de hegemonía/subalternidad, así como refiere al tipo de atención que instrumenta la
la estructura socioeconómica y la estructura de madre de familia (ego) regpecto de sus hijos,
significado que operan en la constrücción socio- esposo o ella misma. La automedicación fami-
cultural de los pádecimientos. La aplicación par- liar es aquella que desarrolla otra persona del
ticular de este enfoque se realizará tomando grupo doméstico o de la familia extensa distin-
como núcleo analítico el modelo de autoatención ta a la madre sobre algún miembro del grupo
a la salud y más precisamente la estructura de familiar. En muchas ocasiones, es la madre de
automedicación. No obstante, dentro de los plan- ego o bien la suegra, quien desempeña elpapel
teamientos de Kleinman algunos conceptos central en este tipo de atención, lo que puede
pueden sernos de suma utilidad, como su ca- depender por ejemplo, del patrón de residencia
tegoria de los modelos explicativos, la distin- del grupo familiar. Por último, la automedica-

o ooo
29
mente no se había modificado, salvo por el he- su pareja y también respecto a los profesiona-
cho de que las fuentes no-Personales de con- les sanitarios, si al mismo tiempo es causa y
sejo (sobre todo los medios de comunicación) consecuencia de determinadas relaciones de
y, en menor medida, los b,cticarios, habían au- hegemonia/subordinación del sistema patriar-
mentado su influencia, así como por el hecho cal existente en nuestras sociedades, que re-
de que había reducido el uso de los remedios produce ciertos roles y posiciones de los acto-
tradicionales (citado en Helman, 1990: 84). res sociales a través de una división genérica
En otra investigación llevada a cabo durante del trabajo doméstico (Osorio, 1999).
doce meses en una aldea andina de Ecuador,
con población indígena quechua, Finnerman La construcción sociocultural
encontró de nueva cuenta que aun teniendo una de los padecimientos
disponibilidad relativa de recursos profesiona-
les, la autoatención a través de las madres de Hasta ahora hemos delimitado la aproximación
familia era el primero y el más frecuentemente teórica desde donde analizamos la interrelación
utitizado de todos los recursos terapéuticos. Re- de los modelos médicos y las estructuras de
porta que son las mujeres de esta población, autoatención y automedicación, destacando el
quienes tratan el86% de todas las demandas de papel estratégico de la madre/esposa en la sa-
enfermedad en sus familias y participan como lud familiar. Sin embargo, aún resta por desa-
la primera instancia de cuidado en el75% de rrollar teóricamente nuestra unidad de análisis
todas las demandas, en tanto que los médicos y los ejes que utilizaremos Para examinarla. He-
sólo fueron consultados en Poco menos del2o% mos dicho antes que pretendemos dar cuenta
de todos los episodios (Finnerman, 1989: 25). de la manera en que las madres entienden y
En este sentido, es que nos interesa analizar atiendena los padecimientos de sus hijos pe-
el papel que cumple este modelo de atención queños, utilizando este eufemismo para aPun-
en la resolución de los principales problemas tar que intentamos mostrar cómo un grupo de
de salud infantil, tomando en cuenta el rol de madres construyen socialmente los padeci-
la mujer en la atención de estos procesos. Como mientos, generando conductas de búsqueda de
señala Finnerman, es la "curadora olvidada", atención, lo cual puede ser estructurado en tér-
ya que frecuentemente su imagen es recupe- minos de la trayectoria de atención seguida en
rada en términos de "cuidadora", protectora, edu- los episodios concretos de padecer.
cadora, pero pocas veces se le considera como En este contexto, cuando hablamos de la
terapeuta (no-profesional) formando parte de construcción sociocultural de los padecimien-
los recursos de atención a la salud, como agen- tos nos referimos a los modos de significaciÓn
te estratégico de detección, diagnóstico' cura- intersubjetiva -es decir, socialmente compar-
ción, prevención y rehabilitación en la familia. tidos- por los cuales los procesos de salud/
Como veremos a lo largo de la investigación, enfermedad son identificados, designados,
es notable la presencia de la figura familiar fe- tipificados, vivenciados y aprehendidos por los
menina en la realización de estas funciones, sujetos, a través de un cúmulo de representa-
mientras que el papel del varón es secundari- ciones y prácticas sociales en elmarco de una
zado en la mayor parte de las decisiones y' so- dinámica de institucionalización y legitimación
bre todo, en las acciones cotidianas de aten- social.
ción y cuidado a la salud infantil, observándose Dicho planteamiento surge a partir de la pro-
de manera sistemática cómo la autoatención a puesta de Berger y Luckman, quienes identifi-
la salud es una actividad de género femenino' can a los procesos de externalización, objetiva-
Sin embargo, cabe preguntarse cuál es el sen- ción e internalización dentro de Ia dialéctica de
tido de esta participación de la mujer-madre, la construcción social de la realidad. Tales pro-
en términos del estatus femenino en relación con cesos se estructuran de la siguiente manera:

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31
[...] el conocimiento se halla en el corazén de la cia de estastres dimensiones como constituüvas
dialéctica fundamental de Ia sociedad: "progra- de los procesos de salud/enfermedadlatención
ma" los canales en los que la externalización pro- (cft: Fábrega, '1.974; Kleinman, 1980; 1988;
duce un mundo objetivo, objetiviza este mundo Eisenberg, 1980; Einsenberg y Kleinman, 1980;
a través del lenguaje y del aparato cognoscitivo Prat etaL, 1980).
basado en el lenguaje, vale decir, le ordena en
Uno de los precursores en abordar esta dis-
objetos que han de aprehenderse como realidad.
Se internaliza de nuevo como verdad objeüva-
tinción es H. Fábrega (7974), quien señala que
mente válida en el curso de la socialización. El
conocimiento relativo a la sociedad es pues, una [...] dentro de la Biomedicina, la enfermedad es
vista como una entidad abstracta con propieda-
realízaciónen el doble sentido de la palabra: como
des específicas y una entidad recurrente; es uni-
aprehensión de la realidad social objetiva y como
versal en forma, progreso y contenido y puede
producción continua de esta realidad (1991: 89
ser de hecho, dividida en estadios, cada uno con
subrayado en el original).
un punto de inicio y uno de final (Fábrega,1973:
218, citado en Helman, 1985: 293).
Nuestro interés en este trabajo es, por tanto,
explicitar las múltiples elaboraciones de los sa- No obstante lo innovador de su aporte, este
beres maternos que expresan cómo se lleva a autor cont¡núa reproduciendo un dualismo fisi-
cabo esta reali,zación de los padecimientos in- calista mente-cuerpo, disfunción orgánica/dis-
fantiles. En la medida en que esta construcción función mental, retomando a la posición bio-
social se produce y reproduce a través de la re- médica como referente con el cual contrastar
lación dialéctica y permanente entre represen- los padecimientos (folk), que son recuperados
taciones y prácticas, nosotros intentamos "po- desde un enfoque culturalista, etnomédico (cft
nerla en escena" a partir de la reconstrucción Martínez y Comelles, 1994).
de la carrera curativa, tomando a ésta como un Kleinman recupera esta distinción, introdu-
eje mediante el cual es posible describir y ana- ciendo algunos matices que lo distinguen de
lizar cómo se realízan los padecimientos desde Fábrega. En su planteamiento, la enfermedad
la óptica del actor -que en este caso es la ma- (disease) se refiere a un mal funcionamiento o
dre de familia-, cuando se aprehenden y se pro- una mala adaptación de los procesos biologi-
ducen las enfermedades/padecimientos -recu- cos y/o psicosociales; es un estado patológico
perando su dimensión objetiva y subjetiva-, a -anormal- de la estructura y/o función de los
través de los procesos de externalización, objeti- órganos y sistemas del cuerpo, a pesar de que
vación e internalización, que incluyen sus mo- el mismo no sea reconocido social o cultural-
dos de apropiación de las enfermedades (con mente. Sería la construcción elaborada desde
los procedimientos de identificar, denominar, in- la biomedicina, u otros practicantes profesiona-
terpretar, clasificar), así como sus formas de res- les, generalmente estructurada al interior de un
puesta social ante las mismas, recuperando sus cuerpo de saberes teóricos y técnicos que cla-
sentidos y significados implícitos. sifican, etiquetan e interpretan los problemas
Cuando nos referimos a la construcción so- de salud. Por tanto, desde esta perspectiva la
ciocultural del padecimiento, consideramos ne- enfermedad no debe ser considerada una enti-
cesario retomar algunos de los aportes teóricos dad en sí misma, sino que también es una cons-
más sobresalientes en torno a la distinción de trucción cultural, un modelo explicativo elabo-
las categoúas "malestar", "enfermedad" y "pa- rado por los practicantes.
decimiento" (la relación entre sickness/disea- Por su parte, elpadecimiento (illness), refie-
se/illness),3 reconociendo de entrada la existen- re a la experiencia psicosocial y al significado

3 En este contexto utilizaremos las expresiones anglófonas: zado que se le ha dado en la literatura antropológica, y en vista
sickness (malestar), disease (enfermedad), illness (padecimien- de que consideramos que facilitan la operacionalización de los
lol, curing (curar), healing (sanar), en función del uso generali- significados que se pretenden transmitir.

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32
de la enfermedad (o la enfermedad percibida). experiencia del padecer; también puede perci-
En este sentido, también es una construcción birse el padecer, cuando la enfermedad esté
que incluye los procesos de atención, percep- remitiendo, hasta llegar al punto en que ambas se
ción, respuesta afectiva, cognición y evaluación retroalimentan, produciéndose una a la otra,
dirigida a la enfermedad y sus manifestaciones, mutuamente. En los casos agudos fulminantes,
por parte delenfermo, su familia o las redes so- la enfermedad produce un ataque generaliza-
ciales. Considera alpadecimiento como la con- do al individuo, de manera que no hay tiempo
figuración cultural que adquiere la enfermedad para que éste experimente padecer. También
en términos de conductas, experiencias, proble- se refieren otras situaciones en las que puede
mas y demandas (1980: 72-74;1978:88; 1988: existir padecimiento sin la enfermedad (en la
5-6). Posteriormente incorpora -aun cuando no hipocondria o en ciertos trastornos mentales)
la desarrolla- una categoría más amplia, elma- (Kleinman, 1980: 74).
lestar (sicknass), la cual se refiere a cualquier La enfermedad no refiere necesariamente a
desorden, que afecte a la población tomando un estado objetivo, sino que su categorización
en cuenta las fuerzas macrosociales (econó- -así como la del padecimiento- también está
mico-políticas e institucionales) que lo condi- influenciada por el contexto social, histórico y
cionan (1988:6). políüco. El modelo biomédico no construye la
Dentro de la distinción epistemológica entre enfermedad a partir de un cuerpo homogéneo
enfermeda d (diseasel y padecimiento ( illness), de conocimientos, con una racionalidad cien-
cada categoria y la relación entre ambas, debe tífica poseedora de una total consistencia in-
ser entendida como una construcción cultural, terna, tanto en términos teóricos como en su
un modelo explicativo y no una entidad (natural) práctica clínica y de investigación. Los médi-
externa a la cultura. Ia categoría de "modelos cos manejan sus propios modelos explicativos
explicativos" intenta recuperar la perspectiva tácitos o explícitos, los que utilizan en su prác-
"nativa" del padecer, en el marco de un conjunto tica clinica cotidiana o los derivados de su for-
de funciones (comunicativas, cognitivas, cura- mación académica teórica (Helman, 1985).
tivas, evaluativas y de construcción de la ex- En un análisis muy interesante de la relación
periencia del padecimiento) desarrolladas por disease/illness, Helman considera que la enfer-
Ios sectores de atención en cualquier sistema medad
médico (Kleinman, 1980). Este autorseñala que:
lejos de ser un cuerpo homogéneo, es más bien
[...] la enfermedad y el padecimiento existen, en- una cadena de modelos explicativos que varian
tonces, como constructos en configuraciones par- mucho en relación a la especialidad, alcontexto
ticulares de la realidad social. Deben ser enten- (siestá en su consultorio, hospital o casa), elüpo
didas sólo dentro del contexto de significado y de audiencia que lo escucha (si es profana o
de relaciones sociales. Son modelos explicativos médica), el tipo de condición analizada, asi como
anclados en los diferentes sistemas explicativos las características personales del médico y su
y en los arreglos de la estructura social que invo- posición en una jerarquía profesional (1985: 294).
lucra a los diferentes sectores de atención a la
salud (1980: 74). Se ha mostrado de qué manera las diversas
orientaciones o modelos interpretativos que üe-
Las relaciones entre enfermedad y padeci- nen las disciplinas médicas o los profesiona-
miento son de diversa índole, pueden coexistir les, influyen en los tipos de explicaciones que
simultáneamente o con un relativo desfase; pue- se dan a determinados procesos de sle/a, pri-
de darse una sin la otra. Por ejemplo, en los vilegiando unas estructuras de relevancia en
desórdenes crónicos, muchas veces se super- lugar de otras, por ejemplo, radicar la causali-
ponen ambas, y es muy difícildiscernir cuálde dad de una enfermedad mental en una estruc-
ellas propicia a la otra, ya que puede existir la turación bioquímica, inmunológica, genética,
enfermedad y verificándose una mínima o nula ambiental, psicodinámica, interaccionista fami-

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33
liar o social, llegan a producir modelos inter- Quizás eldesarrollo más elaborado de la rela-
pretativos divergentes e incluso contradictorios ción entre las categorí as disea.se/illness/sickness,
(cfr Lupton, 1994:93). sea la formulada por Allan Y,oung, quien par-
En su propia investigación, Helman analiza tiendo de una postura critica delplanteamien-
a través de un estudio de caso, la relación entre to de los modelos explicativos de Kleinman y
la enfermedad y la pseudoenfermedad, a partir Good, propone establecer una antropología del
de un paciente con dolor en el pecho, al cual se malestar, en la que esta categoria adquiere una
le dieron cinco diferentes explicaciones para importancia mucho mayor que la otorgada por
su condición por parte de los diferentes médi- los autores citados. Elmalestar (sickness) seria
cos involucrados en su tratamiento (dolor mus-
cular, ataque al corazón, angina, pseudoangina [...] el proceso a través del cual, la conducta in-
e uhiperventilación"), según la especialidad y quietante -que expresa el padecer (illness)- y los
la posición en la jerarquÍa hospitalaria. A partir signos biológicos, particularmente aquéllos ori-
de este ejemplo, él propone un modelo expli- ginados en la enfermedad (disease) confieren
cativo que denomina"folkangina", que es una significados socialmente reconocibles, los cua-
categoría de padecimiento folk, caracterizado les son integrados en síntomas y resultados, que
por: ciertos signos y sintomas (especialmente son socialmente significantes. Cada cultura tiene
dolor alrededor del corazón); un conjunto de reglas para traducir signos en sintomas, para li-
gar sintomatologias a etiologias e intervenciones,
creencias sobre su significancia y significado, y para usar la evidencia provista por las inter-
y sobre la serie de tratamientos que se cree venciones, para confirmar las traducciones y le-
ayudarán; la prognosis probable y el tipo de gitimar los resultados. El patrón que una persona
conducta que es aconsejable para quien pa- sigue de la traducción, a los resultados socialmente
dece esta condición. Este modelo significantes, constituye su malestar. El malestar
(sickness) es, entonces, un proceso para sociali-
zar el padecimiento (illness) y la enfermedad
[...] se constituye en el paciente a partir de una
combinación de elementos de los modelos mé- (disease) (Young, 1982: 27 0).
dicos (típicamente) profano y del modelo médi-
co, respecto de las funciones cardiacas, asi como Por su parte, dentro de la orientación fenome-
por el hecho de estar influenciado por su expe- nológica presente en la denominada Antropo-
riencia física subjetiva de los síntomas (1985: logía Médica Clínica, se parte de una perspec-
322-323r. tiva constructivista donde se reconoce que

Dicho modelo "foll( se desarrolla a través de [...]el malestar (sickness) está constituido y sólo
varias fuentes: medios de comunicación masiva, es cognoscible a través de actividades interpre-
tativas [...] más que enfocarla representación per
libros de divulgación médica, material de edu-
se, esta tradición ha investigado cómo interactúan
cación para Ia salud, la experiencia subjetiva de
los significados y las prácticas interpretativas
los síntomas, la experiencia compartida con con los procesos sociales, psicológicos, fisioló-
otros de su misma condición, así como las ideas gicos, para producir las distintas formas de pa-
derivadas de su contacto con elmédico. Esta dis- decimientos y de trayectorias del padecimiento
tinción quizá nos ayude a comprender las dife- (Cood, 1994:53-54).
rencias entre los modelos explicativos de las per-
sonas que sufren algún padecimiento-formulado No obstante, si se toma en cuenta la dimen-
más explícitamente en los de tipo crónico-, res- sión social que incluye el malestar, se observa
pecto de aquellos modelos que posee elprofano que ni los procesos patológicos que manifies-
que no ha tenido la experiencia subjeüva delpa- tan un estado alterado (biológico o psicosocial)
decer; en este modelo folk, cabúan por ejemplo, de la estructura/función del sujeto, ni la expe-
las narrativas de lo que se ha dado en llamar "pa- riencia subjetiva del padecer, pueden ser com-
ciente informado" (cft Cortés, 1997). prendidos plenamente fuera de la estructura de

o ooo
34
.q

las relaciones sociales en las que ambos se pro- [...] las prácticas médicas son simultáneamente
ducen y son resignificados. Al focalizar el análi- prácticas ideológicas: a) cuandojusüfican los arre-
sis en elencuentro clínico y centrarse en la antro- glos sociales a través de los cuales la enferme-
pología del padecer, Kleinman et aL, facilitan/ dad, sanar el padecer y curar la enfermedad es-
propician la eliminación de esta dimensión en tán distribuidos en la sociedad y b) cuando
justifican las consecuencias sociales de la enfer-
sus análisis teóricos y empíricos, olvidándose
que los procesos de enfermedad/padecimiento medad (1982:271).
y la curación/sanación de cada uno de ellos
(curing/healing, respectivamente) son produ- Con respecto al enfoque adaptativo subya-
cente
cidos a través de un proceso de socialización que
se refleja a través del malestar (sickness).a
Esto se manifiesta claramente cuando obser- [...] marginaliza el hecho de que es el malestar
más que el padecer, lo que determina las elec-
vamos que hay mecanismos socialmente es- ciones y la forma de muchas de las intervencio-
tablecidos para diagnosticar, tratar y evaluar nes clínicas y de las transacciones (ibid.).
los procesos de s/e/a, que son diferencialmente
accesibles a la población según sea su posi- Consideramos que el desarrollo propuesto por
ción social y económica y el contexto sociocul- Young, resulta más enriquecedor que el plan-
tural y políüco específico. l*as relaciones socia- teado por Kleinm an et al., ya que enfoca esta
les en las cuales se desarrolla un mismo malestar, problemática desde una perspectiva global, in-
producirán en cada caso, una distribución di- corporando las estructuras sociales, económi-
ferencial de padecimientos y enfermedades y cas y políticas que inciden diferencialmente en
condicionarán también procesos diferenciales los procesos de s/e/a.
de atención (de la enfermedad y del padecer), A partir de este modelo, podemos caracte-
según sea la posición socioeconómicamente rizar con mayor precisión nuestra unidad de
estratificada del enfermo. Tanto la enfermedad análisis, centrada en los padecimientos infan-
como elpadecimiento producen y son produc- üles, desde la visión de las madres de familia,
to de una determinada estructura social y de sig- en térm¡nos de su prop¡a experiencia y signifi-
nificado. cación atribuida (la dimensión illness). Elaná-
Al considerar las relaciones de poder, única- lisis de la enfermedad (la dimensión disase)
mente en términos diádicos médico/paciente será recuperada a partir de la perspectiva de
dentro del encuentro clínico y caracterizar las los curadores, así como de las estadísticas ofi-
prácticas médicas a través de sus funciones ciales que dan cuenta de la frecuencia entre la
adaptativas, Kleinman et aL, hacen abstracción población. Asimismo, vinculamos ambas esfe-
de las funciones de control social y legitima- ras, en el marco de las condiciones materiales
ción, asi como de las relaciones de poder que de existencia en las que se producen y se re-
se expresan a través de las prácticas curativas producen los principales malestares infantiles
(en sus sentidos orgánico y simbólico/cultu- identificados por las madres (la dimensión
ral). Young señala que: sickness).
Por otra parte, hemos señalado antes que uno
a En el modelo de Kleinman, la categoría "Healing of illness"
de nuestros intereses es recuperar algunos as-
pectos epidemiológicos que desde la perspecti-
(sanar el padecimiento) se refiere a 'la provisión de significados
personales y sociales para los problemas de la vida creados por
va materna, integran tanto a los principales pa-
el malestar", constituyendo en el principal éxito de los sistemas
decimientos reconocidos por la biomedicina
de atención a la salud, lográndose ello cuando los modelos ex- como a los denominados síndromes cultural-
plicativos de los profesionales y del paciente se superponen. Por mente delimitados. Con base en esta distinción,
su parte, la categoría "Curíng of disease" (curar la enfermedad) es rnenester hacer una precisión conceptual en
refiere al "establecimiento de un control efectivo de los procesos torno a la clasificación de los padecimientos so-
biolégicos y psicológieos desordenados" (Kleinman, 1980: 82). bre la base de estas categorías.

o ooo
35
Mucho se ha escrito sobre las connotaciones de maneras similarmente tipificadas (Rubel,
1977; citado en Helman, 1990:97)'
de la categoria "síndromes culturalmente deli-
mitados" (culture-bound sgndrornes), señalan-
Kleinman define a los desórdenes culturalmen-
do lo polisémica y flexible que puede resultar,
te delimitados como
ileganáo incluso a ser cuestionada por conside-
rársele hasta cierto punto etnocéntrica, en la [...lpadecimientos asociados a Patrones
de signi-
medida en que hace referencia a un determina- i¡.ááos culturalmente únicos, superpuestos a las
do tipo de pádecimientos "follt, no reconocidos enfermedades, que son universales. Las enferme-
por la biomedicina y que muchas veces ?ero dades comúnmente tienen un curso tipico y sus
no siempre- se Presentan en sociedades no occi- características Particulares son independientes
dentales. Desde esta perspectiva, algunos de del escenario. El padecimiento es más o menos
estos síndromes han sido asociados a ciertos único (1980: 77).
padecimientos mentales, y en la medida en que
Los síndromes de filiación cultural, según la
Lltrastorno (en tanto desviación) es reconoci-
definición de Zolla, serían:
do como tal desde una PersPectiva emic, ésta
vendría a ser una "desviación desviante", para que son perci-
[...] aquellos complejos mórbidos
la psiquiatría occidental moderna (Simons y 6¡dot, clasificados y tratados conforme a claves
Hughes, 1985; Pachter, 1993). culturales propias del grupo y en los que es evi-
De esta manera, al tratar de establecer ti- dente la apelación a procedimientos de eficacia
pologías analiticas (etic o emic\ de estos sin- simbólica para lograr la recuperación del enfer-
itotñes, resulta explicable la poca precisión mo (Zolla et al., 1988: 31).
conceptual que conlleva este concepto' No obs-
tante, consiáeramos que a Pesar de sus ambi- En este caso, cabría observar que en las en-
por la biomedicina, los
güedades y de las críticas que pueda generar, fermedades codificadas
también manifes-
iesulta sei más útil que otras categorías utili- procedimientos terapéuticos
de eficacia simbólica'
zadas por la literatura antropológica, tales como iarían un comPonente
Helman se refiere a los padecimientos folk
enfermedades "tradicionales" ( uersus enferme-
grupo cukural ouna comunidad, iden-
dades "científicas"), enfermedades populares, cuando un
determinado patrón
neurosis étnicas, psicosis psicogénicas, entre tifican de común acuerdo,
y a los cuales atribuyen de-
otras (cfr Hughes, 1985: 7). Podemos encontrar de sintomas signos,
significación y terapéuti-
en la literatuia, diversas definiciones donde se terminada causalidad,
que se constituyen entidades in-
aplica esta categoría u otras similares' como cas, de modo
lá de "padecimieñtos folk"' desórdenes cultural- fluenciadas notablemente por el contexto cul-
que surgen, con determinadas carac-
mente delimitados, sindromes de filiación cul- tural en el
que las identifican recurrentemente, si
tural, todas las cuales aPuntan a un espectro terísücas
es más difusa que la nosología
de padecimientos cuya clave está definida por bien su definición
el contexto cultural en que aParecen, indepen- de las enfermedades médicas (1990:96)'
dientemente de los matices semánticos plan- Si partimos de considerar que tanto la en-
teados en cada caso. fermedad como elpadecimiento son construc-
en el sentido más amplio del
Dé acuerdo con la definición de Rubel, los ciones culturales,
padecimientos folk son término, la denominación de "sindromes cul-
turalmente delimitados" apuntaria a reconocer
que miembros de un gru-
[...] aquellos sindromes velada o implícitamente, que existirían algunos
poiuiti.utur, reconocen sufrir y para los cuales' padecimientos que no estarían culturalmente
su cultura provee de una etiología, un diagnósti- delimitados. Como hemos analizado en la rela-
co, medidas preventivas y regimenes de cura- ción enfermedad/Padecimiento/malestar sería
ción. Los síntomas son regularmente coherentes
un contrasentido epistemólógico y hasta onto-
en una población especifica y los miembros de
lógico. Sin embargo, aun partiendo de la premisa
esa pobiación responden a tales manifestaciones

oooo
36
ru
it:.

de que cualquier padecimiento tiene compo- traducen los factores biológieos en conceptuali-
nentes culturales que lo determinan y lo defi- zaciones a nivel conductual, de la misma forma
nen, elproblema subsiste -almenos para fines en que los factores neurológicos y anatémicos pro-
analíticos- si se plantea en dónde radica la es- veen de un sustrato y un mecanismo para hablar,
la cuales observable a través de un lenguaje dis-
pecificidad de los llamados síndromes cultu-
. tinüvo, culturalmente-programado. La esencia de
ralmente delimitados (sco).
este principio es: se aprcnde un lenguaje, se apren-
Los problemas asociados a esta expresión, de un padecimiento (Hughes, 1985: 6).
se derivan de lo que debe ser considerado como
"cultura'y de cuáles "límites" se está hablando.
Esto, debido a que determinado síndrome pue- Otra propuesta que intenta aclarar esta dis-
de ser identificado en contextos diferenciados cusión es la distinción introducida por Simons,
transculturalmente (por ejemplo, el susto apa- en el sentido de considerar una categoria más
rece reportado a través de poblaciones latino- global, la de "padecimientos folk" que incluyen,
americanas y México-americanas que no son por un lado, a los sindromes culturalmente deli-
homogéneas culturalmente), portanto la cues- mitados, definidos en términos de diagnósticos
tión así planteada, es hasta dónde resulta po- psiquiátricos folk, que remiten a alteraciones en
sible considerarlos como "delimitados cultural- sus componentes conductuales o experienciales
mente", qué tan extensos o difusos deben ser y, por otro lado, a aquellos padecimientos folk
definidos estos "límites" entre culturas, de modo que deben ser definidos en términos de sus al-
que impliquen simultáneamente, tanto la exclu- teraciones somáticas. Desde esta perspectiva,
sión de los mismos en culturas "relaüvamente el susto, el empacho, la caÍda de mollera, la bru-
homogéneas", como su inclusién en otros con- jería, o el mal de ojo, no serían considerados
textos culturales "relativamente diferenciados". como scD, sino únicamente como padecimien-
En general, hay un acuerdo en que su "deli- tos folh en tanto que otros padecimientos como
mitación cultural" se refiere al hecho de que es el "ataque de nervios", en los que se üende a
un tipo de dolencia reconocida principalmente establecerun paralelismo con los esquemas psi-
por los miembros de un determinado grupo cul- quiátricos biomédicos, sí podrÍan ser incluidos
tural y que no son reconocidos como tales por en la categoría de scD. El problema en esta dis-
la biomedicina. Su expresión no sólo remite a tinción es justamente el tratar de establecer esta
una estructuración sintomatológica particular, división mente/cuerpo y las implicaciones que
sino que involucra un conjunto de significados conlleva una lectura de estos padecimientos a
para el que la padece, en su relación con elmun- partir del sistema clasificatorio biomédico.
do social, simbólico e ideológico que le rodea, Consideramos que al pretender reducir el pro-
por lo que de alguna manera puede estar ex- blema de la clasificación de las enfermedades,
presando una serie de relaciones sociales con- a una cuestión de diferente nomenclatura "po-
flictivas con los otros, quienes también com- pular" uersus "científica", las dificultades radi-
parten dichos significados (Simons y Hughes, carían entonces en elaborar una "traducción"
1985; Helman, 1990). mecanicista entre unas y otras, forzando así una
Los procesos de socialización al interiorde una "equivalencia" de padecimientos. Reconocemos
cultura desarrollan un proceso de aprendizaje en que en algunos casos, dichas correspondencias
los sujetos a partir del cual, dichos patrones de pueden resultar coherentes y hasta operativas,
signos y síntomas orgánicos y/o psicológicos, ad- después de ser invesügadas a profundidad, como
quieren la significación especifica de una enti- por ejemplo, la correlación detectada entre quin-
dad culturalmente moldeada (construida), que tura (calor intestinal) respecto de la disentería,
generan tipos de respuestas específicas. en la población brasileña (Nations, 1986), o el
caso de la mazamorra (un üpo de dermatosis),
En este sentido, la biología Provee la base y la respecto de la tiña de los pies, en poblaciones
cultura provee el vehiculo, la forma en que se rurales de Chiapas (Zolla y Zurita, 1986), co-

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rrelaciones que se han podido establecer me- (perspectiva ettcl.5 Partimos de considerar que
diante la detección y el seguimiento de casos, ambos tipos de construcciones nosológicas,
la comparación de cuadros diagnósticos y Pro- comparten una serie de rasgos, tanto en lo que
nósticos emic/etic o el paralelismo existente se refiere a las representaciones sociales como
entre métodos terapéuticos. No obstante, Pen- a las prácticas generadas en los episodios con-
samos que la alternativa de "traducción" no cretos de cada una de ellas.
resulta válida o generalizable sistemáticamente Puede decirse que hay una tradición antro-
en todos los casos, ya que esta perspectiva ten- pológica que tiende a estudiar los procesos de
diente a homogeneizar/hegemonizar los sabe- s/e/a, desde una Perspectiva centrada más en
res populares, implica no reconocer la sobrede- los aspectos ideolÓgico-culturales (símbolos,
terminación sociocultural e histórica de los significados y rituales), secundarizando los as-
procesos de slela, reduciéndolos de manera pectos propiamente sanitarios y de daños a la
casi exclusiva a procesos biológicos. Pensamos salud que la población sufre. Este sesgo se re-
que necesariamente se debe Partir de un en- fleja también en el hecho de que buena parte
foque integral que intente comprender las for- de los estudios realizados en el campo de la
mas diferenciales en que estos síndromes se AntropologíaMédica enAmérica Latina, se han
expresan y se viven por parte de los conjuntos orientado al análisis de los síndromes cultural-
sociales, recuperando sus aspectos culturales mente delimitados, dejando de lado las enfer-
e ideológicos. Caso concreto y muy documen- medades reconocidas Por la biomedicina, -a
tado, es el análisis del susto como padecimiento excepción quizá de los trastornos mentales-
folk, que es explicado en términos comprehen- aun a pesar de que éstas puedan ser las princi-
sivistas a partirde la interacción de componen- pales causas de enfermedad y muerte en las
tes biológicos, socioculturales y psicológicos poblaciones estudiadas. No existen muchos
(Rubel eta1.,1989; 1985; Logan, 1993; Rubel, estudios etnográficos que proporcionen infor-
1985; 7o[\a,1988). mación epidemiológica de los grupos sociales
Podríamos continuar con la discusión teóri- con los que se ha trabajado (Rubel etal., 1989;
ca sobre las ventajas y desventajas de aplicar Pachter, 1993). Generalmente se describen los
una u otra categoría, sin arribar a conclusiones signos y síntomas de los padecimientos folk'
definitivas. A pesar de las diferencias internas asícomo sus terapéuticas, privilegiando un aná-
entre una definición u otra, asícomo a los pro- lisis culturalista de los mismos. Para nosotros,
blemas derivados de una interpretación casi resulta importante tratar de analizar los pade-
etimológica de la categoría, consideramos que cimientos desde una PersPectiva antropológica
la misma remite a una particularidad cultural que dé cuenta no sólo de los aspectos ideoló-
de ciertos procesos de slela, y en esta medida, gicos y socioculturales, sino de las repercusiones
su utilización debe ser pensada más bien en concretas en los individuos, en términos de da-
términos operativos, que epistemológicos. ños a la salud (cfr. Menéndez, 1990).
En nuestra investigación, lo que pretendemos
es conocer cuáles son las categorías "nosotá- 5 De acuerdo con la definición de Harris, M.:
xicas" que establecen las madres. Hasta qué Las proposiciones emic se refieren a sistemas lógico-em-
punto ella establece una posible diferenciación píricos cuyas definiciones fenoménicas o "cosas" están
Lntre enfermedades biomédicas y síndromes cul- hechas de contrastes y discriminaciones que los actores
turalmente delimitados. Si esta distinción apa- mismos consideran significativas, con sentido, reales, ver-
rece en la dimensión de las representaciones daderas o de algún otro modo apropiadas ['..1 tas proposi-
y/o en las prácticas maternas (perspectiva ciones etic dependen de distinciones fenoménicas conside-
ámic) o sólo corresponderia a una diferencia- radas adecuadas por la comunidad de los observadores
ción analítica realizada desde el observador cientificos (1982: 493,497, subrayado en el original)'

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La investigación epidemiolégica desarrollada cesos los que analizaremos a través de la tra-


básicamente por la biomedicina, incorpora den- yectoria de atención.
tro de su campo de estudio los tipos, frecuencia
y distribución de las enfermedades reconocidas La carrera curativa o trayectoria
por su sistema nosológico, que excluye a los de atención
sindromes culturalmente delimitados y en algu-
nos casos, llega a establecer "traducciones" o Nos resta abordar el eje central de exposición
equivalencias con los que ya ha identificado y de nuestro trabajo. Hemos señalado antes, que
clasificado. Cuando señalamos la importancia la manera en que pensamos desarrollar el pro-
de recuperar los aspectos epidemiológicos desde blema de investigación es seguir un recorrido
el campo de la antropología médica, nos referi- imaginario a través de la trayectoria de aten-
mos a la necesidad de describir y analizar, en- ción que las madres instrumentan en los pade-
tre otras cosas, los tipos, distribución, frecuen- cimientos de sus hijos. En este eje se plasman,
cia, causalidad, gravedad, letalidad, prevención se operativizan sus saberes, expresándose la
y terapéuticas de las enfermedades, en térmi- construcción social del padecimiento. El inicio
nos del sistema de representaciones sociales de esta carrera curativa se marca con la detec-
de la población que se está investigando. Son ción/diagnóstico de algún malestar; su desa-
prácticamente inexistentes los datos cuantita- rrollo incluye toda una serie de decisiones, prác-
tivos -al menos de manera aproximada o para ticas y recursos y su terminación, conlleva una
pequeños grupos- de qué tan frecuente puede evaluación de los resultados y un proceso de
ser el mal de ojo, susto, o empacho, por citar @rendizaje que retroalimenta las futuras ex-
algunos ejemplos; cuál es su distribución se- periencias en los procesos de slela.
gún grupos de edad y sexo, estado fisiológico Pensamos que es a la luz de la carrera cura-
o psicológico; o bien, cuál es su impacto en üva que podemos sistematizar, porun lado, cuál
términos de la morbilidad y sobre todo de la es la uülización real y no sólo formal, de los
mortalidad, y €D qué situaciones se halla aso- diferentes servicios de salud, cuál es el papel
ciada ésta a determinados padecimientos, se- que juega la madre en términos de agente de
gún la óptica de la propia población (Weller et salud, no sólo en la selección de estos servicios,
al., 1991; 1993; Baer y Bustillo, 1993; Rubel sino también en lo que a nuestro juicio resulta
et aI., 1989). cenbal, o sea a su papel como curadora, vía la
En este sentido nos planteamos realizar la estructura de autoatención. El uso combinado y
reconstrucción de esta epidemiología popular, diferencial de recursos de atención en cada pa-
donde se integren los principales padecimien- decimiénto se relaciona con el reconocimiento
tos infantiles, tanto de tipo biomédico como de social de un ámbito técnico-ideológico, en el que
los síndromes culturalmente delimitados, sobre los distintos curadores pueden ser incluidos/
la base de los saberes que la población tiene excluidos en la atención de ciertos padecimien-
de dichos padecimientos y de la forma en que tos y establece los alcances y limitaciones de
son experimentados. No obstante, al captar la la estructura de automedicación, aproximán-
dinámica concreta de las representaciones y donos de esta manera a las relaciones estable-
las prácticas maternas (desde la propia persPec- cidas entre los saberes de las madres y de los
tiva emic), observamos que los limites entre terapeutas.
las distintas entidades nosológicas se superPo- En este contexto, nos referimos a la carrera
nen, se desdibujan y se modifican permanente- curativa o trayectoria de atención como la se-
mente, en función de similitudes y diferencias, cuencia de decisiones y estrategias que son ins-
así como de los criterios que maneja la madre trumentadas por los sujetos para hacer frente
de familia para diagnosticarlas. Son estos pro- a un episodio concreto de padecer. Dichas es-

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