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Reflexión:

A 30 Años de
Un Nuevo Movimiento
Celebrando, evaluando y proyectando a un futuro desafiante y lleno de
oportunidades.

Por Daniel Diaz

En el 2017, la Cooperación Misionera Iberoamericana cumplió sus treinta años de un Movimiento


que ya es un actor global. Fue en Bogotá Colombia, en oportunidad de celebrarse el IV Congreso
Misionero Iberoamericano, donde se tuvo la oportunidad para celebrarlo. Tres décadas son
sinónimo de un peregrinaje continuo de una amplia comunidad de hombres y mujeres en la misión
de Dios, que en colaboración y desde el contexto de sus iglesias, organizaciones misioneras y
campos de misión reconocieron que Dios los estaba moviendo a tener una actuación en la historia
de la cristiandad. En las últimas treinta años, Dios ha usado con amor a la iglesia en Iberoamérica
para expandir Su reino en la tierra. Momentos importantes han marcado su historia, esto nos
inspiran a seguir adelante en la misión de Dios.

Un cambio de paradigma

La Cooperación Misionera Iberoamericana que sirve y apoya al movimiento misionero en nuestra


región, surgió en el primer Congreso Misionero Iberoamericano en Sao Paulo, Brasil, en
1987. “Hoy es el día para la iglesia Latinoamericana: tomar aquella antorcha, convertirse de un
campo misionero a una fuerza misionera para la gloria de Dios”, fueron las palabras inaugurales
dichas por su primer presidente, Luis Bush, y que marcó un nuevo rumbo para la Iglesia Latina.

A 30 años de un Nuevo Movimiento – Daniel Diaz – Pág. 1


La consecuencia fue un mover de Dios en todas estas naciones y el surgimiento de una nueva
fuerza misionera en el escenario internacional. La actuación del movimiento misionero ha sido
estratégica para que el nombre de Cristo sea conocido hasta en los lugares menos alcanzados del
mundo. Hoy podemos agradecer que la labor realizada ha estado dando sus frutos, puesto que hay
miles de misioneros iberoamericanos enviados por la iglesia están sirviendo en los cinco
continentes.

Hemos trabajado con la visión de ver la iglesia Iberoamericana involucrada en llevar todo el
evangelio, a todos los grupos étnicos en todas las naciones, labor facilitada por medio de un equipo
de trabajo y 25 cooperaciones misioneras nacionales distribuidas en 8 regiones, de las que hacen
parte iglesias, agencias, centros de capacitación, misioneros, colaboradores y muchos otros que se
involucran directa o indirectamente en el cumplimiento de la Gran Comisión.

Al respecto de nuestro peregrinaje, algunos de los líderes nos comentan:

o “COMIBAM ha sido un movilizador y catalizador de iniciativas misioneras en países de


Iberoamérica”. Bertil Ekström
o “COMIBAM ha ayudado con la literatura. Hay abundante bibliografía misionera que hace
años no existía, esto sirvió como recursos y material de estudio”. Federico Bertuzzi
o “COMIBAM jugó un papel importantísimo para unificar y potencializar el que hacer
misionero iberoamericano”. Rodolfo Girón
o “COMIBAM es una plataforma para la Movilización, Capacitación, Desafío, Envío a los
no alcanzados y menos evangelizados”. Carlos Scott
o “COMIBAM ha servido y ayudado al movimiento a crecer y madurar en su expectativa y
forma de servicio en la misión”. Jesús Londoño

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o “Fundamentalmente, ser articuladores y facilitadores, para el desarrollo nacional y regional
de la Gran Comisión”. Victor Ibagón.

Por otro, lado a lo largo de su historia, COMIBAM ha sido un espacio para la amistad y el
encuentro de las cooperaciones nacionales, para fomentar las relaciones entre nosotros y la
comunidad misionera global. También hemos buscado estar atentos a los cambios del contexto de
la misión y las nuevas oportunidades, facilitando puentes entre nuestra región y otras en el mundo,
impulsando la colaboración. Celebrar tres décadas nos invita a mantenernos como un movimiento
dinámico, que se renueva y ajusta para responder a las realidades globales.

Visión regional desde Norteamérica.

Desde la Región de Norteamérica, más de 220 personas asistieron al IV Congreso, en agosto del
2017 en Colombia Bogotá, y esto nos sirvió para volver a mirar juntos como seguir movilizando a
la Iglesia de USA y Canadá. Fruto de esto, se comenzó un proceso de transición hacia un nuevo
liderazgo en COMHINA (USA), el cual lo lidera su nuevo presidente, el pastor David Monduy, y
también se volvió a consideran lo estratégico que sería facilitar el proceso de la creación de la Red
Latina de Misiones en Canadá. En la cual hoy nos vemos involucrados en el proceso.

También nos sirvió como un espacio para ambientar ricas y creativas conversaciones con diversos
protagonistas de nuestra historia, que expresan la múltiple diversidad cultural y sobre todo de las
nuevas generaciones que ya también vemos sumándose al movimiento. Y por toro nos vemos
también sorprendidos pr el interés desde otras regiones y desde el contexto anglo en la interacción
con la red de COMIBAM.

Nuevos Escenarios, Nuevos Actores, Nuevas Estrategias.

A diferencia del resto del continente, en la Región que en COMIBAM denominamos


Norteamérica, es decir Estados Unidos y Canadá, nuestra dinámica misionara toma características
propias. Podríamos decir que aquí actuamos como una fuerza y campo de misión simultáneamente.
Es uno de eso nuevos escenarios globales, donde cada ola de inmigrantes que llega enriquece
decisivamente el mosaico del cristianismo y a su vez moldea un nuevo compromiso global hacia
los no alcanzados, que hoy muchas veces son nuestros vecinos del barrio.

Particularmente creo que todo esto nos debe llevar a la reflexión acerca del rol latino desde esta
región hacia el mundo. En el histórico congreso de Panamá 1916, que marcó a Latino América
como campo misionero, y hoy cien años después, nos encuentra con cerca de 100 millones
cristianos evangélicos y un pujante movimiento misionero de más de 26.000 misioneros (R. Girón
2017). Por otro lado, las corrientes migratorias que Dios está desplegando en el mundo están
moviendo a millones de personas. No sólo los millones de refugiados que llegan a Europa
(Academy of Cultural Diversity, 2016), sino que también podemos hablar de la diáspora
Latinoamérica que ha ubicado a cerca de 60 millones de latinos en Estados Unidos y Canadá, 7
millones en Europa y cerca 3 millones en Asia (Departamento de Seguridad Nacional, como se cita
en Pascual Macias, 2014). Esto no es casualidad, Dios continúa desplegando sus planes y por
soberanía de Él nos ha ubicado en un transcendental rol en la historia del cristianismo.

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Como bien lo refleja Escobar (2013) a lo largo de la historia, Dios ha usado a diferentes actores en
diferentes contextos culturales. Algo clave que se deduce de esta estrategia serial de expansión del
cristianismo es que cada vez que hubo un cambio de ciclo, también hubo un cambio de paradigma
misionero y por ende también de las estrategias y los recursos usados para llevar a cabo la misión.

Nosotros los hispanos, estamos en este nuevo escenario de Estados Unidos y Canadá,
representando uno de estos nuevos actores globales, y constituyendo un nuevo fermento espiritual
para estas naciones. Pero debemos estar conscientes que al representar un nuevo paradigma, por
ende deberemos tener nuevas estrategias, nuevos recursos, constituyendo uno de estos “nuevos
centros” de esta esta misión policéntrica global.

Conclusiones

Dios en Su soberanía seguirá moviendo la historia, cada vez más aceleradamente, por lo tanto,
debemos estar atentos a los cambios geopolíticos, corrientes migratorias y hasta los cambios
climáticos. Porque el que gobierna el universo y tiene el control de todo, no esperó en el pasado ni
a reyes, ni instituciones, ni siquiera la misma Iglesia institucional y hoy tampoco esperará a
nuestras organizaciones. Una vez más, estamos convencidos que la “Missio Dei” es de Él, y sólo
nos queda a nosotros seguirlo a Él en Su misión desde un nuevo escenario global policéntrico.

Hoy nosotros los latinos, representamos una de esas ondas expansivas del reino de Dios a nivel
global. Por lo tanto, los antecedentes en la historia del Movimiento Misionero de Iberoamérico,
COMIBAM, nos dan una plataforma de esperanza para las misiones globales en un contexto de
declive de los actores tradicionales de la misión. Nos hemos auto declarado “Ser una fuerza
misionera”, y esto es clave, pero solo seremos fuerza si caminamos juntos en amor, unidad,
humildad, guiados por Su Espirito y Su Palabra en un ambiente de innovación.
Recordemos, “cada uno es COMIBAM, todos somos COMIBAM”.

Juntos Extendiendo su reino.

Daniel Diaz
COMIBAM Internacional
Representane Norteamerica
Junta Directiva Internacional

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