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LA DISCUSIÓN POLITICA CHILENA EN TORNO AL

PACTO DE AYUDA MILITAR CON LOS ESTADOS


UNIDOS DE NORTEAMERICA (1952).*

Jaime Etchepare Jensen** Mario Valdés Urrutia**

INTRODUCCION

El término de la Guerra Mundial (1945) trae consigo, casi instantáneamente, el


estallido de una fuerte pugna entre las dos superpotencias, Estados Unidos de
Norteamérica (EEUU de N) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS),
por la hegemonía mundial. Ambos constituyen bloques de Estados, se esfuerzan por
acrecentar sus fuerzas e influencias políticas, económicas y militares. Asimismo,
desarrollan acciones para debilitar a su rival. Se evita el enfrentamiento directo, ya que
se tiene conciencia de que puede significar la destrucción de la humanidad si se utiliza
el arsenal de armas nucleares.
Chile es una pieza estratégica de importancia en el contexto americano. Su
riqueza mineral (con presencia de capitales norteamericanos en los grandes yacimientos
de cobre), la extensión de sus costas y su situación geográfica, constituían sendos
atractivos para los dos bloques antagónicos.
Por otra parte, la evolución política chilena era marcadamente diferente de la de
los demás Estados de la América española: había una tradición de convivencia política
más estable. En 1938, el Frente Popular había accedido al gobierno. El Partido
Comunista había formado parte de la administración del Presidente Pedro Aguirre
Cerda, consolidando su influencia en los medios sindicales y estudiantiles. En 1946,
otro radical, Gabriel González Videla, apoyado por una coalición de izquierda cuya viga
central fue el Partido Comunista, obtuvo la primera mayoría en la elección presidencial.
No sin dificultades y reticencias, el Congreso Pleno lo proclamó Presidente de la
República de Chile.
El nuevo mandatario estructuró un ministerio compuesto por 5 radicales, 3
liberales, 4 democráticos y 3 progresistas nacionales (comunistas). Varios comunistas
fueron designados en cargos de confianza presidencial. El partido incrementó su
*
Ponencia presentada al Congreso de la Asociación de Estudios Norteamericanos, Santiago, noviembre
de 1998.
**
Profesor Titular, Director del Departamento de Ciencias Históricas y Sociales, Universidad de
Concepción (Chile).
**
Profesor Asociado, Departamento de Ciencias Históricas y Sociales, Universidad de Concepción
(Chile)
influencia y poderío: controlaba la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH), las
federaciones estudiantiles en las elecciones municipales de 1947, se consolidó como la
tercera fuerza política de la República, superada sólo por conservadores y radicales.
Estos éxitos condujeron a los dirigentes comunistas a sobrestimar su fuerza.
Exigieron al Presidente González Videla el rompimiento de relaciones con EEUU de N.
La respuesta de González Videla fue expulsar a los comunistas del gobierno.
El primer mandatario buscó y obtuvo el apoyo de la derecha para llevar a cabo la
represión de las actividades comunistas, y el gobierno norteamericano, encabezado por
el Presidente Harry Truman, brindó su entusiasta apoyo a la nueva política de la
administración González Videla. En este contexto, el convenio de ayuda militar entre el
gobierno de Chile y el de EEUU de N. fue presentado al Congreso Nacional el 18 de
junio de 1952. Su discusión motivó encendidas controversias e incidentes, todo lo cual
repercutió en el desarrollo de la lucha electoral por ganar la elección presidencial, que
habría de culminar el 4 de septiembre de 1952.

LA GESTIÓN POLÍTICA DEL PRESIDENTE GABRIEL GONZÁLEZ VIDELA


(1946 – 1952)

Gabriel González Videla logró ser designado pre-candidato por el Partido


Radical (PR)1, y decidió concurrir a una convención de la coalición política
denominada Alianza Democrática (AD), integrada por el ala mayoritaria del PR, el
Partido Progresista Nacional (PPN)2, la fracción del Partido Democrático (PD) liderada
por Dionisio Garrido y el grupo Socialista Auténtico que seguía a Asdrúbal Pezoa. En la
tercera votación, la convención de la AD proclamó por unanimidad a González Videla
como su abanderado presidencial. A partir de ese momento, el PPN o Partido Comunista
se convirtió en el adalid de su campaña. El poeta y senador por Tarapacá y Antofagasta,
Pablo Neruda, compuso en homenaje al candidato un sentido poema:

“Desde la arena hasta la altura


desde el salitre a la espesura
el pueblo lo llama Gabriel.
Con sencillez y dulzura,
como un hermano fiel.
Y entre todas las cosas puras,
no hay como este laurel:
el pueblo lo llama Gabriel.”
“En el norte el obrero del cobre,
en el sur el obrero del riel,
de uno a otro confín de la patria,
el pueblo lo llama Gabriel.”

1
Un importante sector se negó a respaldarle, conformando el Partido Radical Democrático. Su
abanderado presidencial fue Alfredo Duhalde Vásquez. Tras su retiro de la lucha presidencial, apoyó a
Fernando Alessandri Rodríguez.
2
Nombre de fantasía utilizado por los comunistas para eludir las disposiciones de la Ley de Seguridad
Interior del Estado.
González Videla obtuvo la primera mayoría relativa con 191.351 votos. Su más
próximo rival, Eduardo Cruz Coke, conservador, apoyado por la Falange Nacional,
logró 141.134 votos. En tercer lugar resultó Fernando Alessandri Rodríguez con
129.092 preferencias, a quien prestaron su concurso los partidos Liberal, Radical-
democrático, Agrario Laborista y sectores democráticos y socialistas auténticos. Último
remató el socialista Bernardo Ibáñez Aguila con apenas 11.991 votos.3
Reunido el Congreso Pleno, el 24 de octubre de 1946, eligió Presidente de la
República a Gabriel González Videla, por 138 votos contra 45 de Eduardo Cruz Coke.
Hubo 1 voto en blanco y 7 abstenciones. Todos los partidos políticos, a excepción de los
conservadores, respaldaron la primera mayoría relativa.4
El primer gabinete del nuevo mandatario estuvo constituido por 5 radicales, 3
comunistas, 1 democrático y 3 liberales. Esta insólita combinación fue denominada
“Unión Nacional”, a semejanza de algunos gobiernos europeos de Post guerra.
La armonía entre los partidos integrantes de la Unión Nacional no habría de ser
de larga duración. A la clásica y natural pugna por obtener un mayor número de cargos y
sinecuras en la administración pública, 5 se sumaban serias discrepancias en relación a la
futura política internacional del país: los comunistas presionaban al gobierno para que
vinculase a Chile con la URSS, mientras que los liberales y la mayor parte de los
radicales sustentaban posiciones proclives a los EEUU de N.
Según el Presidente de la República, “no habían pasado quince días de estar
instalados los comunistas en el gobierno cuando emprendieron su labor sectaria. Lo
primero que hicieron fue apoderarse de la dirección de todos los gremios y los puestos
directivos de las juntas de vigilancias encargadas del reparto de los artículos de primera
necesidad, especialmente del aceite. Su principal ofensiva estaba especialmente
destinada a desbancar a los socialistas o independientes de toda representación sindical
o gremial y de los cargos administrativos o fiscales.”6
La influencia del comunismo en la administración González Videla motivó la formación
de la Acción Chilena Anticomunista (ACHA), movimiento armado y estructurado
militarmente. Bajo la conducción de una directiva presidida por el radical Arturo
Olavarría Bravo, el ACHA realizó diversas acciones encaminadas a demostrar su
poderío y procurar amedrentar a los comunistas.7
Por otra parte, se llevaba a cabo una verdadera guerra entre comunistas y
socialistas por el control de los sindicatos obreros. Ella llegó a su punto más trágico en
la zona del carbón, Lota y Coronel, donde el Partido Comunista ejercía una influencia
predominante. Allí, destacados dirigentes socialistas, Pedro Arbulú, Secretario de la
sección regional Lota del PS, y el trabajador Evaristo Ortiz, delegado de la CTCH,
murieron asesinados a tiros por elementos comunistas a la salida de la oficina del
trabajo, el día 7 de diciembre de 1947.
Estos hechos significaron una fuerte campaña anticomunista, sostenida por
socialistas, derechistas, Partido Agrario Laborista y vastos sectores radicales.8

3
Dirección del Registro Electoral.
4
Decisivo fue el respaldo a González Videla del Partido Liberal, con 8 senadores y 32 diputados. Hombre
clave en la decisión liberal fue Arturo Alessandri Palma, Presidente del Senado.
5
El Presidente González Videla designó 13 intendentes radicales, 6 liberales y 5 comunistas
6
Gabriel González Videla, Memorias, Editorial Gabriela Mistral, Santiago, 1975, página 583. La escasez
de artículos de primera necesidad había obligado a racionar su consumo y distribución.
7
Los “achistas” procedían de las filas derechistas, radicales, nacionalistas, muchos socialistas, y un
nutrido contingente de uniformados en retiro.
8
Vd. Jaime Etchepare Jensen, “El Advenimiento de Gabriel González Videla al Gobierno y el Fracaso de
la Unión Nacional (1946 – 1948).” Revista de Historia, Universidad de Concepción, Concepción, 1992,
Vol. 2, páginas 73 – 101.
Pese a esta vehemente campaña, el Presidente de la República reiteró su lealtad a
la alianza con el PC: “Quiero - dijo - en éste mi hogar radical, hacer hoy noche una
declaración clara, terminante, definitiva: no habrá fuerza humana ni divina que me
aparte del pueblo. Sin el concurso del Partido Comunista, yo no sería Presidente de la
República... no obstante las diferencias y las dificultades que nos separan de ese partido
(Comunista), declaro que deseo su apoyo para dar cumplimiento al programa ofrecido y
por un imperiosos sentimiento de lealtad.”9
Las elecciones municipales de abril 1947, demostraron la fortaleza creciente del
PC. Los resultados fueron los siguientes:

PARTIDOS VOTOS REGIDORES %


Conservador 111.442 381 20.2
Radical 110.570 325 20.0
Comunista10 91.240 187 16.5
Liberal 73.211 174 13.3
Socialista 48.150 109 8.7
Radical - Democrático 27.077 85 4.9
Agrario Laborista 24.755 66 4.5
Falange Nacional 18.570 34 3.4
Liberal - Progresista 1.137 5 0.2
Socialista Auténtico 984 0 0.2
Independientes 19.900 32 3.6
Total 532.084 1.542 100
11
Inscritos 657.487

El PC pasaba a convertirse en la tercera fuerza electoral de Chile, aventajado


sólo por conservadores y radicales. Superaba al casi centenario Partido Liberal y
duplicaba a sus enconados rivales socialistas. El comunismo era dominante en el norte
del país y en Arauco, la zona del carbón. Asimismo, era una fuerza importante en
Santiago, Valparaíso y en las capitales de provincia del país. Sin embargo, estos
importantes avances habrían de causar perjuicios al partido en un plazo relativamente
corto. Veamos las razones.
En primer lugar, los dirigentes sobrestimaron la influencia del partido y, en
consecuencia, adoptaron una línea de mayor dureza en sus relaciones con el gobierno.
En segundo término, su avance electoral provocó la alarma en sus adversarios, que no
escatimaron recursos ni repararían en medios para reducir al PC a la impotencia. El
temor al fortalecimiento excesivo del PC allanó el camino para llevar a la práctica la
legislación represiva posterior.
El 16 de abril de 1947, el Presidente González Videla reorganizó su gabinete. El
nuevo ministerio estuvo compuesto por radicales, democráticos y técnicos. Pese a esta
reorganización, los comunistas continuaron desempeñando las intendencias,
gobernaciones y cargos de confianza del primer mandatario.12
En un postrer intento por mantener su influencia en el gobierno, dos dirigentes
del PC solicitaron una entrevista al Presidente de la República.

9
González Videla, Ob. Cit., página 529.
10
Por primera vez, actuó bajo el nombre Partido Comunista de Chile.
11
Dirección del Registro Electoral.
12
Entre ellos cabe destacar los siguientes cargos: Jefe de Abastecimiento del Comisariato, Vicepresidente
del Instituto de Economía, Vicepresidente de la Caja de Crédito Minero, etc.
“Después de organizado el gabinete de administración, el Secretario General del
Partido Comunista, el diputado Ricardo Fonseca, conjuntamente con su colega Cipriano
Pontigo, coterráneo mío, me solicitaron una audiencia urgente para tratar asuntos de
política internacional de la mayor importancia.
“Su visita tenía por objeto poner en mi conocimiento y obtener un
pronunciamiento favorable a la nueva línea internacional que por orden de los soviets
venía difundiendo en los países latinoamericanos el conocido agente del Kremlin
Vittorio Codovilla.
“En síntesis, me pedía que mi gobierno tomara la iniciativa para combatir:
1º “El Plan Truman, destinado a proporcionar ayuda militar a los gobiernos
democráticos amenazados por las guerrillas comunistas. Casos de Turquía y Grecia que
eran atacados desde los países fronterizos de Bulgaria, Albania y Yugoeslavia”.
2º “El Plan Marshall, destinado a auxiliar a los países europeos devastados por la
guerra y a sus pueblos casi exánimes por la miseria y el hambre”.
3º “y (...) el Pacto de Defensa Continental, que sería objeto de una conferencia
que se celebraría esos días en la ciudad de Río de Janeiro.
“En consecuencia, lo que los diputados Fonseca y Pontigo pretendían era que
Chile se alineara a favor de la posición adoptada por la URSS, que era enemigo de estos
planes propuestos por EEUU como consecuencia de la posguerra”.13
El PC inició una ofensiva tendiente a desestabilizar al gobierno de González
Videla. Violentos incidentes crearon los choferes y conductores de autobuses en huelga
en varias partes de la ciudad de Santiago, ocasionando la muerte de cuatro personas y
más de veinte heridos, entre pasajeros, soldados y transeúntes. El Ministro del Interior,
Luis Alberto Cuevas, responsabilizó al PC de estos hechos.14
El gobierno declaró la capital “zona de emergencia”. Los comunistas
respondieron atacando el decreto y, por primera vez, directa y abiertamente, al
Presidente de la República. González Videla replicó con indignación a las acusaciones
comunistas: “Se equivocan los actuales dirigentes del Partido Comunista si creen que el
Presidente de la República será un instrumento de sus designios. Lo han sabido de sus
propios labios sus dirigentes y, si lo han olvidado, en esta oportunidad se los recuerda en
la forma más determinante”.
“Aún más, debe decirles que frente a nuevos desmanes, frente al ataque a
mansalva y cobarde de elementos armados, el Presidente de la República no sólo
empleará la fuerza para garantizar la vida de todos los habitantes de la República, sino
que personalmente asumirá todas las responsabilidades con una hombría que los
dirigentes del partido no han tenido hasta este momento”.
“El Presidente de la República desea que esta declaración, que se dirige en
particular a la clase trabajadora, sea meditada por ella. Ha llegado el momento de
deslindar responsabilidades muy claras. Han sido los dirigentes actuales del Partido
Comunista quienes han obligado al Jefe de Estado a asumir esta actitud y, al hacerlo,
reiterar, una vez más, con serena firmeza, que cumplirá el programa nacional ofrecido al
país; dará a obreros y empleados el bienestar que reclaman; que la fuerza pública jamás
será empleada para coartar los derechos constitucionales y sociales del pueblo, y no
permitirá que, con una falsa demagogia, el Partido Comunista pretenda asumir la
responsabilidad exclusiva de la clase trabajadora”.15
En el plano exterior, se acentúa la ruptura EEUU de N. – URSS. La Guerra Fría
tiende a cobrar mayor vigor. Ambas potencias presionan a los diversos países para

13
González Videla, Ob. Cit., páginas 603 – 604.
14
La totalidad de los integrantes de la directiva del gremio de autobuseros pertenecía al PC.
15
González Videla, Ob. Cit., páginas 576 – 577.
obtener su alineación en bloque favorables a sus intereses. Los partidos comunistas se
constituyen en auxiliares de la política exterior soviética. El Partido Comunista de Chile
lleva a cabo una intensa actividad tendiente a tomar el control del gobierno y la ruptura
de Chile con EEUU de N.
En agosto de 1947, el Presidente González Videla organiza un nuevo ministerio,
compuesto por radicales, democráticos, técnicos y miembros de las Fuerzas Armadas.
“El Partido Comunista respondió al anuncio de formación del gabinete de
administración, en el cual estaban incluidos dos destacados miembros de las Fuerzas
Armadas,16 con una demostración de fuerza y prepotencia propias de sus tácticas
revolucionarias”.
“La maniobra, que ya estaba preparada de antemano, tenía por objeto producir
un serio quebranto en el país al restarle una de sus principales fuentes de energía y
combustible”.
“Dueños y señores del carbón, donde dominaban a 20.000 mineros por el terror
de la checa, cuya última hazaña había sido el asesinato de los dirigentes socialistas
Pedro Arbulú y Evaristo Ortiz, declararon la huelga en la totalidad de los centros
mineros de Lota, Coronel, Curanilahue y Lirquén, el día 19 de agosto de 1947, dos
semanas después de la constitución de este gabinete”.
“Invocaron como pretexto una causa meramente política y por lo demás falsa: el
alza del precio del pan.”
“... Con ese mismo pretexto, los comunistas habían logrado que se plegaran a esa
huelga revolucionaria los obreros ferroviarios de la maestranza de San Bernardo y los
de la tercera zona controlados por ellos, y procuraban comprometer a otros sectores”.17
Entonces, el Presidente de la República envío al Congreso Nacional un mensaje
solicitando facultades extraordinarias de orden político y económico por el plazo de seis
meses. Estas facultades le permitirían declarar zona de emergencia, estado de sitio y
establecer la reorganización de servicios públicos.
El 20 de agosto de 1947, por amplias mayorías, ambas cámaras del Congreso
Nacional concedieron las facultades extraordinarias solicitadas por el ejecutivo.
Los comunistas creían que la huelga del carbón, combinada con otros
movimientos similares en Chuquicamata, haría abdicar a González Videla y ceder ante
las demandas del partido.
No hubo nada de eso.
El Presidente González Videla decidió militarizar las minas. Holger y Barrios
Tirado se hicieron cargo de la operación. No había “gestores” ni “componedores”
(recordaría el segundo), pues se hallaba “de por medio el prestigio de la autoridad”. “El
gobierno – añadió – manda y sus órdenes deben ser cumplidas, cueste lo que cueste”.
“Así fue. El 4 de octubre estalló la huelga, de inmediato ordenó reanudar las faenas.
Incumplida esta orden, los mineros fueron movilizados militarmente; la región
carbonera entera ocupada por efectivos del Ejército y de la marina, y aislada del resto
del país; los cabecillas, apresados e internados en pontones y en la isla Quiriquina, bajo
proceso; los huelguistas recalcitrantes, evacuados con sus familias. Los sindicatos
vieron canceladas sus personerías jurídicas y perdieron los bienes que tenían. En dos
semanas la huelga aflojó. Hubo una postrera dramática llamarada. El 21 de octubre,
2.000 mineros de Schwager – dos turnos – se negaron a subir. Por órdenes del Jefe de
Plaza, el Teniente Eleodoro Neuwman descendió con soldados y notificó a los mineros
que debían deponer su actitud. Lo hizo serenamente ... no obstante que – 500 metros
bajo el nivel del mar – le lanzaron un petardo dinamita a corta distancia. Regresó a la
16
El Almirante Inmanuel Holger en Interior, el General Guillermo Barrios Tirado en Defensa Nacional.
17
González Videla, Ob. Cit., página 629.
superficie a las 12. A las 14 hrs., lo imitaban los huelguistas obedeciendo el
ultimátum.”18
El gobierno contó con el apoyo de los EEUU de N. ante el difícil trance que
debió afrontar. La administración de Harry Truman proporcionó créditos y 100.000
toneladas de carbón para permitir el normal funcionamiento de las actividades
nacionales mientras se liquidaba el movimiento huelguista.19
Para reprimir y neutralizar las actividades revolucionarias del PC, el ejecutivo
envió al Congreso un proyecto de ley denominado “Ley de defensa Permanente de la
Democracia”. Las disposiciones de este cuerpo legal inhabilitaban a los miembros del
PC para el desempeño de cargos públicos, cargos de elección popular y de directivos
sindicales. Los miembros reconocidos del PC serían borrados de los registros
electorales.20 Finalmente, se prohibía toda actuación política del comunismo.
La Ley de Defensa Permanente de la Democracia fue aprobada por amplia
mayoría en el Congreso: en la Cámara de Diputados, 93 votos contra 20 (12 de mayo de
1948), y en el Senado, 31 votos a favor y 8 en contra (23 de junio). Fue promulgada el 3
de septiembre. Solamente los parlamentarios comunistas, disidentes, radicales, 21
conservadores22 y socialistas23 se opusieron a dicha ley.
Pablo Neruda, senador y poeta, modifica ahora su lírico enfoque sobre González
Videla:

“Gabriel González Videla, aquí dejo tu nombre


para que cuando el tiempo haya borrado
la ignominia, cuando mi patria limpie
su rostro iluminado por el trigo y la nieve
más tarde, los que aquí busquen la herencia
que en estas líneas dejo como una brasa verde
hallarán también el nombre del traidor que trajera
la copa de la agonía que rechazó mi pueblo.”24

Tras la dictación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, los


discursos e intervenciones públicas del senador Neruda se hacen cada vez más
violentos. Publicó, además, en un diario venezolano la “Carta íntima para millones de
hombres”, vehemente diatriba contra González Videla. Por esta razón, el Ministerio del
Interior pidió su desafuero, el cual fue concedido por la Corte Suprema de Justicia el 3
de febrero de 1948; el 5 de febrero se ordenó su detención, ante lo cual Neruda optó por
esconderse y salir clandestinamente del país. Ello motivó más tarde que perdiera su
asiento en el Senado.25

18
“Historia de los Partido Políticos”. Suplemento de la revista Qué Pasa, Nº 5, página 22.
19
González Videla, Ob. Cit., página 650.
20
Según Ramón Zañartu Eguiguren, Director del Registro Electoral, fueron borrados 23.146 reconocidos
comunistas
21
Formarían posteriromente el Partido Radical doctrinario, de escasa fuerza y gravitación electoral.
22
Los más exaltados del llamado sector socialcristiano del partido, liderado por el senador Eduardo Cruz
Coke.
23
Se dividieron en dos fracciones antagónicas: Partido Socialista Popular ( con 3 disputados), era anti
gobierno y contrario a la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, y Partido Socialista de Chile
(con 3 diputados), apoyó la referida ley.
24
Neruda, Pablo, Canto General de Chile.
25
Al no renovarse la autorización que, ocultamente le concediera Arturo Alessandri Palma, Presidente del
Senado, para permanecer fuera del país por más de un año, el cargo fue declarado vacante en 1950 y se
llamó a una elección complementaria para proveerlo.
El 7 de junio de 1948 juró el gabinete que fue denominado presidencial o
“Concentración Nacional”. Estuvo integrado por radicales, liberales, conservadores
tradicionalistas26, democráticos y socialistas de Chile.27
Por su parte, la oposición se aglutinó en dos alas: el FRAS, compuesto por la
Falange Nacional, Partido Radical Democrático, Partido Agrario Laborista y Partido
Socialista Popular, alianza fáctica y electoral, sin mayores consideraciones de programa
entre sus asociados, situación expresada elocuentemente por el nombre de la coalición,
simple adición de las iniciales de las denominaciones de sus miembros; el otro
conglomerado opositor, el Frente Nacional Democrático, reunió a pequeños grupos de
tendencias izquierdistas, congregados en torno al clandestino PC, socialistas auténticos,
radicales doctrinarios, democráticos del pueblo, laboristas, entre otros.28
El Partido Conservador, desgarrado y virtualmente roto por la pugna entre
socialcristianos y tradicionalistas, procuraba mantener una posición equidistante entre
gobierno y oposición.29
Las elecciones parlamentarias de marzo de 1949 dieron el siguiente resultado:
Senadores Diputados % de votación
FRAS
Falange Nacional 1 3 3.7
Radical democrático 1 8 4.7
Agrario laborista 3 14 7.8
Socialista Popular 1 6 4.5
Liberal Progresista 0 2 1.3
6 33 21.0
Frente Nacional Democrático
Democrático del Pueblo 0 1 1.7
Socialista Auténtico 0 1 1.0
Laborista 0 0 0.6
Radical doctrinario 0 0 0.9
0 2 4.2
Gobierno
Radical 5 34 26.60
Liberal 6 33 17.00
Democrático 0 6 4.20
Socialista de Chile 0 5 3.10
Conservador Tradicionalista30 0 2 1.50
11 80 52.40
Partido Conservador31 3 31 19.9
Acción Renovadora32 0 1 0.4
Movimiento Social Cristiano33 0 0 0.4
34
3 32 20.7

Cabe destacar que la primera mayoría senatorial por Santiago la obtuvo el ex-
Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo, independiente, apoyado por el
PAL. Su votación fue tan considerable que permitió la elección del socialista popular
26
Sector del Partido Conservador que apoyó a González Videla y la Ley de Defensa Permanente de la
Democracia.
27
Sector anticomunista del PS.
28
Ramas desprendidas de sus troncos originales por su rechazo a la Ley de Defensa Permanente de la
Democracia.
29
La unidad del partido era superficial. Se mantenía por el imperativo de las elecciones parlamentarias de
marzo de 1949.
30
Sector extremo del tradicionalismo. Presentó candidatos a diputados en Valparaíso y Chillán, Bulnes y
Yungay.
31
Los tradicionalistas contaban con 2 senadores y 19 diputados. Los socialcristianos contaban con 1
senador y 12 diputados.
32
Pequeño grupo político formado por jubilados.
33
Extremo del socialcristianismo conservador.
34
Dirección del Registro Electoral.
Eugenio González Rojas, gracias al excedente de votos de Ibáñez. Curiosamente,
González Rojas había sido encarcelado y desterrado bajo el gobierno del caudillo en
1927 - 31.
Poco después de las elecciones, los radicales democráticos reingresaban al PR,
con lo cual quedó disponiendo de 13 senadores y 43 diputados.
No obstante su amplia mayoría en el Congreso y los esfuerzos del Presidente
González Videla, la presión gremial (huelgas de los empleados de la Compañía de
Electricidad, teléfonos y bancarios), produjo la quiebra definitiva de la “Concentración
Nacional”. Tras un gabinete técnico administrativo de transición (febrero de 1950), el 1°
de marzo de 1950 asumió un nuevo ministerio integrado por radicales, conservadores
socialcristianos, falangistas y democráticos de Chile, el que fue llamado de
“Sensibilidad Social”.
Las elecciones municipales de 1950 permitieron medir las fuerzas electorales de
los diversas corrientes políticas. Los resultados fueron los siguientes.

REGIDORES % VOTACION

Sensibilidad Social
Radical 422 23.88
Conservador Social Cristiano 197 13.72
Falange Nacional 55 4.71
Democrático de Chile 49 4.72
713 47.03

Derecha
Liberal 355 16.61
Conservador Tradicionalista 226 12.32
581 28.93
Otras fuerzas políticas
Liberal Progresista35 7 0.60
Agrario Laborista 121 9.40
Socialista Popular 71 6.52
Democrático del Pueblo 12 1.62
Partido Socialista de Chile 31 5.10
36
Varios 26 2.34

A partir de 1951, los partidos políticos comenzaron a tomar posiciones con miras
a la elección presidencial de septiembre de 1952.
El 1° de mayo, el directorio general del PAL por 222 votos contra 137, proclamó
la candidatura presidencial del senador Carlos Ibáñez del Campo. Un fuerte núcleo,
encabezado por el senador Jaime Larraín García-Moreno, rechazó el acuerdo y
constituyó tienda aparte.
Los partidos Socialista Popular37, Radical Doctrinario y Democrático del
Pueblo38 también adhirieron a Ibáñez..39
Un grupo socialista popular, liderados por el senador Salvador Allende y el
diputado Astolfo Tapia se unió al Partido Socialista de Chile, a algunos grupos menores

35
Grupo liberal y regionalista de Malleco y Cautín.
36
Dirección del Registro Electoral.
37
Un sector rechazó esta decisión y se marginó del partido.
38
Sectores izquierdistas de este conglomerado se fueron al Frente del Pueblo.
39
Asimismo, se formaron varios movimientos ibañistas: Movimiento Nacional Ibañista, Movimiento
Nacional del Pueblo, Unión Nacional Independiente.
para constituir el Frente del Pueblo, junto al clandestino PC. El senador Allende pasó a
ser el abanderado de la nueva coalición
En junio de 1951, los partidos Liberal, Conservador Tradicionalista, Agrario
Laborista (sector de Larraín), Democrático Nacional,40 Regionalista de Magallanes41 y
Liberal Progresista, se reunieron en una convención. Dicho torneo proclamó candidato a
la Presidencia de la República al senador liberal Arturo Matte Larraín.
Los partidos de la Sensibilidad Social tropezaron con toda clase de dificultades
para definir su opción presidencial. Fracasada la convención de centro izquierda,
radicales, conservadores socialcristianos, falangistas, democráticos de Chile y otros
pequeños grupos políticos, unos tras otros, acabaron por decidir su apoyo al radical
Pedro Enrique Alfonso Barrios.

LA DISCUSION Y APROBACION DEL PACTO DE AYUDA MILITAR ENTRE


CHILE Y LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA

Este convenio fue planteado en momentos muy especiales. La Guerra Fría


alcanzaba uno de sus momentos más peligrosos. La OTAN y el Pacto de Varsovia se
gruñían mutuamente en Europa, mientras en Asia se combatía en Corea, Indochina y
Malasia. Los EEUU de N. procuraban alinear a América Latina en su esfera de
influencia. Con esta finalidad, propuso a 8 estados latinoamericanos un convenio de
ayuda militar, a saber: Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Perú y
Uruguay.
Brasil, Cuba, Ecuador y Perú, aprobaron con gran rapidez el convenio. México
lo difirió, argumentando encontrarse en medio de una campaña presidencial.
Las discusiones entre los gobiernos de Truman y González Videla en torno al
tema de un posible convenio de ayuda militar venían desarrollándose desde diciembre
de 1951. El 9 abril del último año de gobierno de González Videla, el embajador
norteamericano Claude Bowers y el canciller Eduardo Yrarrázaval Concha, conservador
socialcristiano, acordaron materializar un convenio de ayuda militar entre EEUU de N.
y Chile.42 Sólo entonces, el gobierno chileno presentó el respectivo proyecto a la
discusión del Congreso.
El convenio establecía que la ayuda que suministrare cualquiera de las partes,
debía ser compatible con la Carta de las Naciones Unidas. La ayuda se destinaba a la
defensa hemisférica conforme al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
(TIAR). En el fondo, el nuevo acuerdo se conformaba para “ayudar a cualquier estado
americano víctima de un ataque armado y actuar conjuntamente en la defensa común y
en el mantenimiento de la paz y la seguridad del Continente Americano.” 43
Cada gobierno proporcionaría al otro “los equipos, materiales, servicios y demás
ayuda militar” conforme a su ordenamiento constitucional y legal interno y al convenio
firmado. La ayuda era para los fines de defensa hemisférica, de acuerdo a los planes que
aceptaren ambas partes “dentro de la región definida en el artículo 4°” del TIAR. Así,

40
Fracción derechista del Partido Democrático.
41
Creado en 1931 para defender los intereses de la provincia austral.
42
Diario Oficial de la República de Chile, 21 de julio de 1952, página 1.446.
43
Ibídem, página 1.446.
ambas partes se comprometían a participar “en misiones importantes” para la defensa de
esta parte del Hemisferio Occidental. Cuando fuere necesario, los gobiernos negociarían
los acuerdos detallados para llevar a cabo la ayuda. Los equipos y materiales
suministrados que no fueran necesarios a los fines con los cuales originalmente se
facilitaron, se devolverían al gobierno que los envió. Es importante anotar que los
fondos y materiales de toda especie “adjudicados o procedentes” del gobierno de EEUU
de N., no quedarían sujetos a secuestro, embargo, incautación ni medida judicial o
administrativa, ya sea entablada por persona, firma, institución privada o de gobierno.
Asimismo, Chile se comprometía a conceder el trato de entrada libre de derechos a todo
producto importado a su territorio, en virtud del convenio de ayuda militar.44
A solicitud de cualquiera de las partes, los gobiernos concertarían las
condiciones que regirían el intercambio de licencias y patentes de invención, y de la
información técnica necesaria para la defensa, resguardando los intereses particulares.45
Los gobiernos, mantendrían informados al público de las gestiones llevadas a
cabo en la aplicación del convenio. Cada parte, recibiría de la otra el personal necesario
para el cumplimiento de las obligaciones del país que las enviara, relacionadas con la
ejecución del convenio; dependería del jefe de la respectiva misión diplomática y
gozaría también de inmunidad.
En cuanto a las materias primas, Chile facilitaría, hasta donde fuese posible, por
el tiempo, cantidad y condiciones que se acordasen, “las materias primas estratégicas
en bruto, semielaboradas y elaboradas que necesiten los Estados Unidos de América,
por insuficiencia o posible insuficiencia de sus propios recursos naturales, y que pueda
haber en la República de Chile”.46 Para todos estos casos, el convenio dejaba
establecido que debían considerarse necesariamente las necesidades de consumo interno
y de exportación comercial chilenas.
En Chile se daba una circunstancia similar a la experimentada por México:
estábamos en medio de una campaña de renovación presidencial. Así, el Frente del
Pueblo, encabezado por su candidato Salvador Allende Gossens, se pronunció
fervorosamente en contra de la firma de un convenio de ayuda militar. Ibáñez y la gran
mayoría de sus partidarios, coincidieron con el Frente del Pueblo en su rechazo del
convenio.47 Por el contrario, la casi totalidad de los gobiernistas y derechistas 48 eran
decididos partidarios de la aprobación del referido pacto.
Durante la discusión del convenio en la Cámara de Diputados, lugar donde se
llevó a cabo el debate más apasionado del convenio en cuestión, Baltasar Castro,
socialista popular y representante de la 9a Agrupación Departamental, provincia de O’
Higgins, lo primero que cuestionó enfáticamente fue el plazo presentado por EEUU de
N. para la aprobación del pacto.49 Asimismo, declaró que era atentatorio contra la
soberanía nacional, interpretación que encabezaba la mayor parte de los puntos de vista
esgrimidos en contra del proyecto de convenio.
Castro fue rebatido por el diputado conservador socialcristiano Enrique Cañas
Flores y por el liberal Raúl Aldunate Phillips 50. Suscribir el convenio – dijeron - no
44
Ibídem, página 1.446.
45
Ibídem, página 1.446.
46
Ibídem, página 1.447.
47
Excepción de algunos diputados agrario laboristas que prefirieron abstenerse por medio del pareo y el
diputado de Acción Renovadora, Jorge Meléndez Escobar, que lo votó favorablemente.
48
Esta coincidencia entre el gobierno y las fuerzas políticas de derecha aparecía como coyuntura
favorable a la iniciativa propiciada por el Presidente González Videla: formar un Frente Cívico, que
aglutinara a los seguidores de Alfonso y Matte tras un candidato común, única forma, a su juicio, para
detener a Ibáñez.
49
30 de junio de 1952.
50
Ambos representaban a la 7a Agrupación Departamental,1er distrito de Santiago.
significaba para Chile un menoscabo de su soberanía ni asumir obligaciones
internacionales adicionales a las que ya tenía. Todo operaba en el marco de la
cooperación hemisférica en materia de seguridad continental, a propósito del TIAR.
Además, permitiría a las Fuerzas Armadas modernizar su equipo y armamento
prácticamente sin costo alguno.
Alfredo Lea Plaza S., diputado agrario laborista por Valdivia, señaló al atacar el
convenio: “En buen romance, los EEUU pasan a compartir con Chile el control de su
comercio exterior, atributo que constituye una de las bases de la soberanía de cada
Estado, y, consecuente con ello, nuestras exportaciones tendrán que marchar sobre las
rutas marinas que él indique y a su arbitrio quedará, también, la definición de qué
pueblos amenazan la seguridad continental”. 51 En otro orden de cosas, la no
consideración de Argentina para un pacto de ayuda militar, en esos momentos, fue
interpretada por el diputado agrario laborista como la manifestación norteamericana de
crear con estos acuerdos bilaterales una especie de desequilibrio y “un clima propicio al
juego de las alianzas y a la lucha de hegemonías (...) lanzando una semilla desconocida
y de peligrosa germinación”. Por otra parte, en esta tesis, no tenía nada de extraño la
exclusión de Argentina, considerando que su gobierno encabezaba la lista “por la
liberación económica latinoamericana”, causa de “permanente fricción con
Washington“.52 En todo caso, cabe decir que este aspecto de la discusión no prendió el
entusiasmo – y la pasión – con la cual los parlamentarios abordaron el tema político y
económico del proyecto de pacto militar.
Una mayor consistencia en cuanto a los argumentos para rechazar el convenio
provino del campo socialista. Por medio del diputado Eduardo Rodríguez Mazer, los
socialistas de Chile resumieron su opinión tras el análisis de la letra del convenio. A su
juicio había que rechazar dicho pacto por diversas razones. Primero, porque el
convenio recoge los intereses norteamericanos en el sentido de que ser el único estado
que puede realmente ser amenazado por la URSS, no así América Latina, según
recientes declaraciones del Presidente Truman. 53 Para los socialistas, el convenio nos
colocaba en el vértice de la guerra, dependiendo de intereses foráneos “cubiertos con el
ropaje de la solidaridad americana, en el fondo, lo único que se pretende con ello es
resguardar los intereses de los capitalistas norteamericanos amenazados por el avance
mundial de las nuevas ideas de paz y justicia social”. Se impugnaba además la ambigua
redacción de dar facilidades “hasta donde fuese posible”, de transferir materiales
estratégicos a los EEUU de N. No gustaba tampoco la idea de permitir a la potencia
norteamericana que nos ayudase a tomar medidas dirigidas a controlar el comercio de
las naciones que amenacen la seguridad continental. Menos agradaba el riesgo de verse
Chile obligado a empuñar las armas “en el caso de cualquier ataque armado a las
Fuerzas Armadas” de EEUU de N. Se veía una renuncia a la soberanía chilena al aceptar
en el convenio la inclusión de ayuda de acuerdo a leyes norteamericanas, invocadas en
el convenio, y también en el hecho de que los materiales norteamericanos no serían
objeto de embargo o cualquier otra medida judicial o administrativa proveniente de
persona ni entidad alguna. No era visto con buenos ojos el tener que pagar una parte de
las armas por recibir, en dólares que bien podrían utilizarse en obras públicas para
Chile, máxime cuando “nadie” amenazaba nuestra soberanía. Tampoco agradaba que
eventualmente personal norteamericano viniese a observar el adelanto de la ayuda
prestada. Se consideraba ofensivo para Chile y sus Fuerzas Armadas que los eventuales

51
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 19.06.52, página 548.
52
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 19.06.52, página 542.
53
El diputado Rodríguez Mazer invoca declaraciones de Truman publicadas en El Mercurio, 24.03.52.
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 23.06.52, páginas 633 – 634.
suministros provenientes de EEUU de N. no pudieran ser manejados y controlados por
nuestras fuerzas con autonomía y dignidad, siendo precisa la presencia vigilante de
personal norteamericano, dotado además de franquicias diplomáticas y pagados por el
gobierno de La Moneda. Finalmente, se consideraba un riesgo permitir la libre entrada y
exentos de tributos internos la importación o exportación de productos, materiales o
equipos en relación al convenio. La vaga redacción de la cláusula “podría mañana ser
interpretada (...) por los Estados Unidos, como exención de derechos de exportación al
cobre nuestro, material estratégico, y, por lo tanto, sujeto a las cláusulas de este
Convenio”, cuestión equivalente a renunciar también a la soberanía económica.54
La voz cantante a favor de la aprobación del convenio la llevó el ya citado Cañas
Flores. Los primeros argumentos invocados para sacar a flote la aprobación del pacto en
discusión consistieron en recordar la aprobación chilena al Acta de Chapultepec (1945),
la carta de la Organización de las Naciones Unidas (1945), la firma de la Organización
de los Estados Americanos (1948) y el ya indicado TIAR (1948), acuerdos
internacionales que consideraban medidas de cooperación entre los firmantes para
preservar la paz y, considerar un ataque de cualquier Estado en contra de uno americano
como un ataque en contra de todos los Estados americanos. Similar argumentación dio
el canciller Yrarrázaval, señalando, además, que el convenio no envolvía nuevos
compromisos para el país, el cual actuaría de acuerdo a su Constitución y sus leyes.55
En relación a las transferencias de materias primas a los EEUU de N., cuestión
que era considerada por los opositores al proyecto como un peligro para el país, y así lo
reprodujo su prensa, Cañas Flores señaló que no envolvían peligro, porque el convenio
establecía que debían considerarse para Chile “las reservas para sus necesidades
internas y para lo que quiera exportar”. Por otra parte, expresó que si se iban a cumplir
los compromisos internacionales del Estado, el convenio no significaría “la imposición
de gravámenes de ninguna especie”. Asimismo, frente a las críticas surgidas por las
facilidades que habría de concederse a los nueve técnicos que eventualmente vendrían al
país con la misión de oficializar la entrega de equipamiento para uso militar, Cañas se
preguntaba: “¿cómo no vamos a permitir que vengan técnicos a explicarnos (...) la parte
mecánica de estos armamentos modernos?”.56
El diputado Raúl Aldunate, presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara,
señaló que para el análisis del convenio, habían sido consultados los tres comandantes
en jefe de las tres ramas de las Fueras Armadas, de modo que no había nada inconsulto
desde una perspectiva técnica. Refiriéndose luego a un punto sensible, cual era si la
puesta en práctica del convenio obligaría a las fuerzas chilenas a un desplazamiento a
gran distancia del país, señaló que la zona de seguridad, en el caso de los EEUU de N.
no incluía Corea, las islas Haway ni otro punto alguno de las posesiones
norteamericanas de ultramar. Por lo demás, sólo del Congreso dependería si en alguna
ocasión “puede un solo soldado o un solo avión o un solo barco abandonar el territorio
nacional”. El personal norteamericano que deba concurrir a Chile con motivo del
convenio, sólo actuaría de enlace entre la embajada y las Fuerzas Armadas. En caso
alguno pasarían a formar parte de las Fuerzas Armadas. En materia económica, la
transferencia de materias primas a EEUU de N. se consideraba una cuestión a convenir,
no era un cheque en blanco. Por otro lado, las medidas dirigidas a controlar el comercio
de las naciones que amenazaren la paz del continente, en el fondo, estaban dirigidas en
contra de quienes deseaban conculcar la democracia y sus libertades.57

54
Ibídem, páginas 632 – 637.
55
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 19.06.52, página 525 - 530
56
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 19.06.52, páginas 513 – 517.
57
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 19.06.52, páginas 518 – 524.
El diputado Arturo Gardeweg Villegas, de la comisión de Hacienda de la
Cámara, informó que, de acuerdo al convenio en cuestión, Chile asumiría los gastos del
personal norteamericano que, por razones de aplicación del convenio, debiera concurrir
al país. Asimismo, era justo y lógico que se liberara de derechos toda importación de
material prestado por EEUU de N. a Chile, al tiempo que la liberación de impuestos
internos sería respecto de artículos de exclusivo uso estatal. Era “ilógico” no conceder
esta última exención, “porque sería imponer una contribución o una tributación que el
mismo país iba a deducir”.58
Una vez que terminó el debate, el convenio fue puesto en votación, pero no
cesarían los representantes de las diversas posturas de enunciar sus opiniones políticas.
Era el 24 de julio cuando se llevó a cabo la que sería una borrascosa sesión. En
medio de manifestaciones de tribunas y galerías, fueron llamados a votar los diputados.
A ratos, no había silencio suficiente. El presidente de la Cámara manifestó estar
dispuesto a despejar tribunas y galerías en caso de proseguir el bullicio, y llamó al orden
a los diputados Javier Lira Merino, PAL, Isidoro Muñoz Alegría, PR, y Baltasar Castro
Palma, socialista popular, además de exigir silencio en reiteradas oportunidades.
Haciendo propicia la emisión del voto varios diputados lo fundamentaron.
Veamos algunos casos. El diputado Castro señaló su negativa como
manifestación “contra la explotación yanqui, y contra los politiqueros...”59
El diputado Humberto Enríquez Frödden señaló a su turno que su partido - el
PR - había dado una orden: “Yo no digo cual es mi opinión; pero acepto la voz de mi
Partido, porque tengo derecho a sostener mi opinión personal (...)Pero (...) para hacer
marchar y para asegurar la democracia, cualquiera que sea mi propia opinión, mi voto es
el reflejo de la voz de la opinión que me trajo a este sitio. Y por esta razón voto que
sí”.60
El diputado Carlos Morales Cañas, democrático, afirmó: “Como representante
de un Partido de auténtica extracción popular, voto que no”.61
Y no faltaron los discursos políticos.
El diputado Luis Valdés Larraín, conservador, afirmó: “ (...) en nombre de la
libertad y de la democracia, esta tarde votaremos favorablemente el Convenio de Ayuda
Militar. Porque tenemos la certeza y sabemos que la Rusia Soviética y los países
satélites de ella se aprestan a dar un zarpazo a todas las democracias del mundo; porque
no queremos que ocurra en nuestro país lo que sucedió a aquellas naciones a que aludía
denantes el Honorable señor Puga Vega, por eso estamos a favor del Convenio. Rusia le
prometió libertad a todas aquellas naciones y les aseguró, además, que respetaría la
democracia. Pero apenas sus ejércitos penetraron en los territorios de esos países
implantó en ellos la más oprobiosa de las tiranías de que haya recuerdo en la historia
universal. Por eso no caeremos en las redes que la Rusia soviética nos tiende.
Conocemos bien sus intenciones y sabemos a donde va con su prepotencia militar.
“Por consiguiente, en defensa de la democracia (...)
“Voto que sí.”62
En definitiva, la Cámara de Diputados aprobó el Pacto de Ayuda Militar entre
ambos países por 78 votos a favor, con el apoyo de radicales, liberales, conservadores
socialcristianos, conservadores tradicionalistas, agrarios y falangistas, 21 votos en
contra, opinión de socialistas populares, socialistas de Chile, agrario laboristas, y los

58
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 19.06.52, página 524 – 525.
59
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 24.06.52, página 679
60
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 24.06.52, página 679.
61
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 24.06.52, página 679.
62
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 24.06.52, página 681.
liberales Acharán y M.L.Amunátegui. Hubo 4 pareos y 1 abstención, la del radical Julio
Durán N.
Mientras se efectuaba la votación, en los alrededores del Congreso se suscitaban
violentos incidentes.
Después de conocido el resultado de la aprobación del pacto militar en la
Cámara, cuando el diputado Valdés protestaba por los incidentes promovidos por los
contrarios al pacto, en las puertas del Congreso Nacional, el diputado conservador
tradicionalista, Lucio Concha Molina sufría un ataque cardíaco, a consecuencias del
cual falleció, suspendiéndose la sesión. Durante el traslado de sus restos a la Parroquia
del Sagrario, parlamentarios miembros del cortejo fueron insultados y agredidos de
hecho. Inés Enríquez Frödden, diputada por la 17 Agrupación Departamental, Provincia
de Concepción, fue la principal víctima de las agresiones por manifestantes anti pacto
militar con EEUU de N. 63
En la discusión en el Senado, no hubo el dramatismo que envolvió la decisión de
la Cámara Baja.
El senador Carlos Ibáñez del Campo manifestó su opinión contraria al pacto,
por considerarlo “mal concebido, peor redactado, atentatorio al sentimiento nacional,
peligroso para nuestra soberanía y degradante para las Fuerzas Armadas”. 64 Pero la
oposición no tenía fuerzas para rechazar el convenio en cuestión. El pacto fue aprobado
por 24 votos contra 6,65 terminando así la discusión que no estuvo exenta de violentos
incidentes.
El 21 de julio de 1952, el convenio fue promulgado por el Decreto Nº 328 del
Ministerio de Relaciones Exteriores, publicado en el Diario Oficial.66

REFLEXION FINAL

Previa la discusión del pacto militar en el Congreso chileno, se conocía que el


Congreso norteamericano había asignado 38.150.000 de dólares a los países americanos
que suscribieran un convenio de ayuda militar antes del 30 de junio de 1952. Durante la
gestación del pacto de ayuda militar, el poder legislativo norteamericano asignó
60.000.000 de dólares más, para los mismos efectos.67
La decisión política de promulgar el convenio de ayuda militar con EEUU de N.
fue positiva desde un ángulo económico, si se mira a un plazo más largo. Desde el año
fiscal norteamericano 1953 al año 1966, deducidos los reembolsos hechos por Chile, el
país figura en segundo lugar después de Brasil en el monto total de la ayuda
norteamericana.

63
Primera mujer electa diputado. Fue golpeada por un manifestante varón anti pacto militar.
64
Ernesto Wurth Rojas, Ibáñez, caudillo enigmático, Santiago, Del Pacífico, 1958, página 222.
65
Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, martes 24 de junio de 1952, Tomo I, página 681. Wurth, Ob.
Cit., página 221.
66
Diario Oficial de la República de Chile, 21 de julio de 1952, páginas 1.446 – 1.447.
67
Declaraciones del diputado Raúl Aldunate, Boletín de Sesiones, 19.06.52, página 520.
Suma de “todas las formas de ayuda” de EEUU de N a Sudamérica
(Millones de dólares)

1. Brasil 374
2. Chile 143.4
3. Perú 134.3
4.Colombia 102.3
5. Argentina 87.6
6. Venezuela 66.8
7. Ecuador 52.9 68

Esta ayuda durante el mismo periodo, alcanzó al 9,7 % del total de los gastos de
defensa chilenos.69
En consecuencia, no cabe duda de que el gobierno del Presidente Carlos Ibáñez
- y el de sus dos inmediatos sucesores - palpó el beneficio económico del convenio de
ayuda militar.
El caudillo, durante la campaña presidencial, había anunciado que una de sus
primeras medidas al llegar al gobierno sería la liquidación del pacto militar con los
EEUU de N. Pero una vez ocupando La Moneda, no tomó iniciativa alguna para
desahuciar el convenio en cuestión.
En 1953, en el Parlamento circulaba una explicación del por qué no funcionaba
el pacto de manera más efectiva, a 9 meses de su promulgación. EEUU de N estaba
enviando “por gotas” el material bélico porque estaba esperando la cancelación chilena
de los 7 millones de pesos que costaban los sueldos de un año de los siete técnicos que
operarían la entrega de material para las 3 ramas de las Fuerzas Armadas 70
Con todo, el convenio echaría huesos viejos, y hubo efectiva cooperación de las
partes.
Además, había una buena evaluación de la inteligencia norteamericana respecto
de las Fuerzas Armadas chilenas. El acceso a esa información, publicada en la década de
los años ochenta, nos permite citarla por primera vez. El escueto informe dice así: “Las
Fuerzas Armadas chilenas tienen un tamaño total aproximado de 67.500 hombres. Una
fuerza sobrepasada en Sudamérica solamente por Argentina y Brasil. Estas fuerzas
incluyen al Ejército, 24.000 hombres; Carabineros – policía de seguridad – 21.000
hombres; Armada, 17.500 hombres, y Fuerza Aérea, 5.000 hombres, incluyendo 250
pilotos. El liderazgo, disciplina y entrenamiento de los carabineros, está muy por
encima del promedio latinoamericano, sin embargo, hay serias deficiencias en armas,
equipos y suministros. La efectividad en combate del Ejército es baja comparado con
los EEUU de N., pero alta en comparación con las otras fuerzas latinoamericanas. La
Armada es posiblemente la más eficiente en América Latina. El gobierno está haciendo
esfuerzos para expandir y modernizar su pequeña Fuerza Aérea al estilo de la de los
EEUU de N. de la Segunda Guerra Mundial por medio de la adquisición de aviones a
reacción norteamericanos o británicos. La moral de las Fuerzas Armadas es
normalmente alta y se mantienen en buen pie a pesar de los efectos adversos de una
paga inadecuada enfrente de la inflación y de la amenaza de interferencia política
implícitos en los retiros recientes de oficiales de alto nivel. Los esfuerzos comunistas
para penetrar las Fuerzas Armadas no han tenido éxito. Las Fuerzas Armadas

68
Alan Joxe, Las Fuerzas Armadas en el Sistema Político Chileno, Santiago, Universitaria, 1970, página
102.
69
Ibidem, página 103.
70
Diputado Raúl Aldunate, Boletín de Sesiones, cámara de Diputados, 21.04.53, página 348.
incluyendo los carabineros se han mostrado capaces de suprimir manifestaciones,
disturbios políticos y huelgas, y de proteger contra sabotajes a las minas de cobre y otras
industrias estratégicas.”71
En verdad, corrían tiempos de la Guerra Fría. Pero pese a todos los problemas
internos del gobierno de Ibáñez, las Fuerzas Armadas eran consideradas por los EEUU
de N. parte de un aliado que compartía con ellos la distancia ideológica con respecto de
la URSS.

71
Las estimaciones de Inteligencia Nacional [NIEs] fueron informes interdepartamentales de alto nivel
presentando apreciaciones fundadas de problemas de política exterior de importancia. Los primeros
borradores de los NIEs fueron escritos por funcionarios de aquellas agencias que tenían representación en
el Comité Asesor de Inteligencia (IAC) discutidos y revisados por grupos de trabajos
interdepartamentales coordinados por la Oficina de Estimaciones Nacionales de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA), aprobado por el IAC y circulados bajo el membrete de la CIA al Presidente, los
miembros del gabinete apropiados, y al Consejo de Seguridad nacional (NSC).
El Departamento de Estado suministraba toda la información concerniente a las cuestiones políticas y
algunas de las informaciones económicas de las estimaciones de inteligencia nacional. En página
introductoria se dice que la hoja de presentación y nota indicando distribución no fueron impresas. Véase
Foreign Relations of the United States 1952 – 1954 Volume IV The American Republics.United States,
Governments printing Office, Washington, 1983, páginas 709 y 715.

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