HISTORIA Y TOTALIDADI
LA IDEA DE REIFICACIONFEDERICORIU 87,
La categoria de reificaci6n aspira a ser la representacién fundamental de la situa-
cién del hombre en la sociedad capitalista, A partir de su significacién econémica
expresa ante todo la estructura de la objetividad mercante, y de su manifestacién
culminante en el trabajo!, se extiende a todas las demas manifestaciones, tanto
subjetivas, como objetivas, de la sociedad contempordnea, Como sefiala Lukées
en su conocido ensayo sobre el tema: «La forma mercante debe por esto penetrar
el conjunto de las manifestaciones vitales de la sociedad y transformarkis a su
imagen.»? Desde el punto de vista de Lukécs, la reificacién, a partir de su signiti-
cado econémico, es, pues. la categoria fundamental de la totalidad capitalista, es
decir, la representacién que permite aprehender el cardcter homogéneo de sus
momentos subjetivos y objetivos (de las formas de conciencia y del ente), su mo-
vilidad y estructura dialéctica, su cardcter histérico pasajero y su superacisn. La
comprension de la categoria de reificacién como representacién de Ia totalidad es,
sin duda alguna, el primer mérito del ensayo de Lukécs.
Este mérito no puede considerarse desligado del hecho que Lukes vincula su
idea central de la reificaci6n, de origen marxista, con una de las categorias funda-
mentales de Max Weber: la categoria de «racionalizacién» 0 «célculo racional»?
con la cual el insigne socidlogo alemn explica, frente a otras inferpretaciones ca-
racteristicas de la sociologia de las primeras décadas del siglo (aspectos demo-
grAficos, mercantiles, éticos, etc.) el cardcter determinante del capitalismo!. Con
la incorporacién de esta categoria weberiana logra Lukdcs dos cosas importantes.
Primero, que su teoria marxista de la reificacién supere ei sentido anacrénico de
muchos estudios caracteristicos del marxismo vulgar, los cuales no distinguen
entre la inevitable limitacién histérica de muchas apreciaciones empiricas de
Marx sobre el capitalismo y el sentido profundo y actual de su teoria filoséfica
general. Segundo, la posibilidad de mostrar un cierto tipo de homogeneidad
estructural y objetiva de la forma econémica y_ de las restantes manifestaciones
del capitalismo. Ya veremos posteriormente cémo Lukées descubre, tanto en la
estructura del sistema mercante, como en las estructuras objetivas de la politica,
1 Lukies, cha réilfcation ela conscience du proletariat, p, 209 de Histoire et consclence de classe ed. Les &
Sons de Minai, Paris (460, Aungue hemos utiizado lw edicion slemana de (923 (Der Malik-Verlag, Bevliny
Jas cilas de nvesteo trabajo corresponden 3 la taduccin francesa por eonsierarla mucho mis aseguible pars
ecto
Historia y comeiencia de clase, p. 112
Ens obra posterior Die Zerairamg der Bermunft (Traduca al espaol por el KCAE. de México en 1959 cow
ol tuto de BT asato a 2a Ran) Lukes considera que el eritesio de Weber sobre Ja racivoalizacion constiuye
tan mod pico de los Toes buegueses de kx época epara llegar a compwerder aparentements kt esencia del
‘apitaiome, vin gnicaren yus werdadeeas problemas econémices», p. 400
4, Max Weber, Historia econsmica saxeral, RCE. México, 1961HISTORIA Y TOTALIDAD
del derecho, de la administraci6n y ef Estado, etc., la misma mutacién de Ia cuali-
dad en cantidad, ia misma hegemonia de los sistemas abstractos sobre lo conere-
to, la misma forma de conciencia contemplativa e impotente ante Ta ficticia
autonomfa de una objetividad, creada por el hombre mismo, cada vez mas
despotica.
Por otro lado, la triple conexién de las categorfas de reificacién, racionaliza-
cién y totalidad, sitiia la teora de Lukacs fuera de los extremos, igualmente err6-
neos, que, desde e] punto de vista marxista, representan por una parte Ta vision
def marxismo vulgar sobre la enajenacién capitalista —visin demasiado ceftida
a los aspectos materiales inmediatos del fendmeno—, y, por otra, los intentos que
hacen de la enajenacidn una categoria natural, ahist6rica, de la existencia humana.
Basta comparar, por ejemplo, el trabajo de Lukacs con el ensayo de Garaudy De
Ja alienacidn’, para constatar, en el sentido de lo que venimos diciendo, la
contemporaneidad del primero, frente al anacronismo y cardecter abstracto del
segundo, Cuando Garaudy, para citar un unico ejemplo, presenta, como fené-
meno actual, ef conocido texto del ensayo de Marx sobre «El trabajo alienado»
en Jos Manuscritos de 1844 en el cual el gran economista contrapone, con signos
positives y negativos, los beneficios de la produccién capitalista y la depau-
peracién paralela y progresiva del proletariado, nos encontramos con un ejemplo
tipico de anacronismo exegético, La mas superficial inspeccién de fa sociedad
1ea, sobre todo en los grandes conglomerados de los pafses industria-
lizados, es suficiente para constatar que buena parte de la correspondencia esta-
blecida por Marx en su época ha perdido vigencia; es decir, que es falso seguir
repitiendo como una letanfa aquello de que cuanto mas produce el obrero, menos
tiene para consumir, que cuantos mas valores crea, menos valor posee él, que se
deforme y embrutezca, en el semtido de una progresiva privaciGn de medios mate
rales, al crear civilizacién y riqueza, Y, sin embargo, independientemente de que
las condiciones materiales del proletariado —consumo, bienestar fisico, inde-
pendencia y fuerza social— se hayan modificado favorablemente desde la época
de Marx, sigue siendo actual, para la visiGn del mundo capitalista, la idea genera-
lizada del «fetichismo de la mercanefa» tal como resulta expuesta en el libro
primero de EI Capital,
No es dificil descubrir lo que ocurre en estos andlisis de Garandy, en com-
paracién con los de Lukécs. Incapaz de penetrar los textos de Marx en un auién-
tico dialogo renovador, el pensador francés recurre simplemente a su pardfrasis e
imerpretacin literal, sin tener en cuenta la parte que en ellos juega 1a experiencia
concreta de una etapa del capitalismo que ya no es fa actual. El paroxismo de esta
incapacidad llega al extremo cuando Garaudy, en un pie de pagina, cita algunas
estadisticas sobre el mimero de accidentes de trabajo y de alienados mentales,
5. Gurtuds, Hamamlsme maraste, Editions Sociales, Pers [957FEDERICO RIU
habidos en Francia en las tiltimas décadas, y los atvibuye tranquilamente a la muti-
lacién que produce en el obrero el sistema laboral capitalista®.
Por otra parte, asf como la categoria de racionalizacién, al descubsrir fa forma
objetiva de la reificacion econémica en todas las manifestaciones de la cultura y
de la vida social, evita la cafda en la interpretaci6n vulgar acabada de sefialar, del
mismo modo, la categoria de totalidad preserva también del otro extremo ya
apuntado que consiste en reducir 1a alienacién a una estructura trascendental de ia.
existencia humana. Lo caracteristico de este concepto, en filosofia contem-
pordnea, es la faisa identificackin que establece entre una cicrta idea de la factici-
dad mana (por ejemplo, el morar en la materia, cabe el prdjimo, en el mundo
cotidiano, etc.) y Ia enajenacién. Entonces ya no se trata, como en Marx, de la
contraposicién entre dos formas o posibilidades reales de objetivar el propio ser,
sino de condiciones naturales o facticas contrapuestas a posibilidades abstractas 0
ideales (dejar de ser mirado, evadirse del mundo cotidiano, liberarse de !a mate
ria) experimentadas subjetivamente. Esta tendencia equivocada puede vistum-
brarse con toda claridad, no obstante el ropaje. marxista en que se envuelve en el
ensayo de Gorz Para una teoria de la alienacién’.
Lo primero que se destaca en ef ensayo de Gorz es una manifiesta superposi-
ci6n de planos, Su aspitacién, en el fondo, es conectar la teoria marxista de la
enajenaci6n con algunas de las categorias fundamentales de Ia filosofia de Sartre
(libertad, ser para otro, preeminencia de la existencia sobre la esencia, etc.), con-
servando incluso €l mismo tono pesimista de B/ Ser y la Nada. Esta tendencia se
reconoce facilmente a lo largo del ensayo, El resultado es Ja exposicién de un
concepto metatisico-existencial de alienacién, de una «alienatio naturalis» distin-
ta completamente de la categoria desarrollada por Marx y renovada por Lukécs.
El ensayo de Gorz hace gala, ademas, de aquella estructura ambigua que carac-
teriza 4 tantos ensayos de Sartre y que, en el fondo, responde a la contradiccién
insuperable que representa el intento de querer fundir en e! mismo crisol una
vision metafisico-cosmol6gica dc la finitud humana y la exigencia de una praxis
6. Garandy, Humanione marsiye p. 42: «De 1987 a 1954, ef ndmer de aceidenies de taba pass de 1.567.000
1.920.008 pr afk, fo que fepesenta un aumento del 225%. Les acsidestes craves que prewoeacon la muerte
‘una Mnespacitad peomanente para el rabaio aumentaron un 70%, pasando de 37.300 en 1948 a 65.790 en.
1953. En ls fabrica Citron de Parts, cada dia se hieren 600 obreros..» Gary suminista también algunos
aos estaistcas sobre 1 poscentaje de toeos, No hay por qué etales
1. A.Gore, La moral dans Phistoive. Biions dha Soleil, 1959.
8. Asien relacina a cori surtriana del oto, dice Gore: «Par sl hecho do estar viviendo sos I presale neesi=
‘ules yue ne puuden ser snisechs, sing cox Jos reeds a vuesita disposivién, y estos medios marcados por
Ju artis idad de los ovros sam exigencias nbjeivas que as vienes ds fos girs.» Cad retowneta Uinta heads
sarin de alberta. ofl el mises autor: «Estas nares s6loesisten por Yuet libertad 9 six em bar
{50 pitecen servise de ella y negra.» Con respeeto a principinsertriano de Ia prseminencia de la existencia
Sole fa esencia, dice Gor «La afiemciin de sa ser, lo mismo que su ser mismo, no puede see pat Ia weal
‘da fumana un estado. Por [salad umana estar senda es siempre estar slienads en la que ella hace: a
Sgual que cl ser de In realidad humana, su alicnacion no puede ser anterior a su actividad (yp. et. p. 30 9 s_MISTORIA Y TOTALIDAD
que, como la marxista, sc halla henchida de positividad y optimismo por el desti-
no del hombre como ente social. , fdeolouia ulemana, Bscrtos de jusentud,
Inuluceion de Francisco Rubio, p. 274 Instiuto de Estudios Polcieos, ULC.V., Caracas
538, Marx: «La eoncieneia no puede nunca ser otra casa que el ser eonscienle, el ser de los hombnes es su proce
so vital reals Op, et, 276,