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ANO XXIII. PiniDADOR.—D. EDUARDO ASQUERINO. N U M . O.

CRÓNICA HISPANOAMERICANA
POLÍTICA, ADMINISTRACIÓN, CIENCIAS, LITERATURA, ARTES, AGRICULTURA, COMERCIO, INDUSTRIA, ETC., ETC.
COLABORADORES: Se«ore> Amador de lo» Riot, AUreon, Arce, Srft. Avtlhmedtí, SreR. Asao«rino, AnBon (MarauéR do), AWaret (M. de ios Santos), Arnó, Á ytlldt Atonto {J. B,)t Araquistain, Anehorena, ÁSbiwfHt, jtí'ddMiZi Á W M ,
Arriate, Balag-ner, Baralt. Barsanallana (marqoés de), Becerra, Benavides, Bona. Borao, Borrero. Bneno. Bremon. Bretón de lot Herrerot (Uamuel). Blasco, Calvo A temió (D. Pedro). Campoamor, Canos, Caafll«Ja«, CaAele. CasWlWr,
C k ^ T Blanc, CanoT«s del Castillo. Castro? Serrano, Calaría ÍD. Mariano), Cairo y Martin. Cainrro. Cervino. Cheste (Conde de). Collado. Cortóla. Corradi. Colmeíro. Correa. CoetU. Cneto. Sra. Coronado. Sros. CciW Ate»»^, (fl. 6tinai»\,
C*(ui^ne, Iteearrete, Diai iJose María), Durdn, Dníue de Rivat, Echevarría (J. A.), Espin r Gaillen. Estrada, Echecrarav, Sguüaz. Etcontra. Estrella, Enlate, Fabié, Ferrer del Rio. Fernandes » Gontalei. Fern«ndin (iw»rra. í'ermmde»
<Ce<o<i{to«, rerminTero. ÍTore», Fisroerola, Figrneroa (Ang-oato Suareí de). García Gntierret. G^yttif:os. Oalvete de MoUiia (D. Jamer), Graeils. Giménez Serrano, Girón, Gomei Marín, CBell'» Rente, fiíelveina. «aerrem, fócenft,
irwlMMwe«,liriarte, Zapata,/aiMr, Labra, Larra, Larrañaga. ¿«Mate, Leíama. Looea Goijarro. Loreniana. Llórenle, ¿ « / U Í H Í J , Macanái, Manos, Mata (D. tínülermo), J í a í a (O. /"edrol, Maíé'T Plaqaar, Marelo, Montesinos, .Uoliiu
(«ar^im <lel, Mutioz del Monte, Oekoa,0]frtrTU,Orgdz, Ortii de Pinedo, Olózaga. Palacio, Poíoron v ¿ottra, Pascual iD. Afostin), Pereí Gaidós, Pereí Lirio, Pi v .Marifall, Poei, Rainoao,'Retes, Uevíllak AiMV Motim*, RietTih
Mmero, «•'<»ro Orlii, Rodrumei y Moftoi, Rodrifraez (G.), Rosa v Gonialeí, Ros de ulano, Rossell. Ruiz AguOera. Saíarraina^a, Sanz Pérez. Sanz. Salvador de Salvador, Salmerón, Suroná, Sellas, Sea<matS«rnam /kíéétmr, Sallai,
TaasaTC, Troefca, Tnbino, UUoa, Valer», Veles de Medrana, Vega (Ventura de la), Vidart, Wilson (baronesa de). Zapata, Zobel. Zara^oia, Zorrilla.
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PRECIO DE SUSCRICION. La sHserieJon en proTineiis se Inri, como «n Ibátii, «• las pMneípaieMt»
B M n i ; « peietei trUmatre, SO ala.—Earupa: 40 friieos por tío.—Oltn- brerlas, j directamente en naeslras oleinss, aeompalaate w ||gparte « l U
mn n ptu» tnrut aro por aBo.
PRECIO DE LOS áNUNCIOt. Madrid 8 de Mayo de (882. branzas del Giro Mitae, letras, i settu H CoBaHÍeaeioms; «(Itliida poraétt
medio deberi hacerse lnj*«(ftl(ado.
BtptlK 4 n. Hnea—Resto de Eiropa: t rranco Hnei DUnaar: 4r>. lea-
illM flMi.—Retíanos j eomonicados precios eonTencionles. RedaccioD j Admioistracion, Jacomelrez», 9S.

SUMARIO. Áspera es la pendiente, difícil en extremo, de su- sen viva en su mente la memoria del siglo XVI,
fyvitta gtntral, por Utt.—Ettado natural del hombre, por D. Lntiano bir, pero allá, en su cima, está el sol eternamente ¿habria nadie en el mundo más odiado que nos-
Carvallo.—¿>e lo» utos del pronombre ih, en »us catot oblícuoe nnpre- sobre el horizonte, fuente del supremo bien, de la otros?
poñeion, por D. i. M. de Basoco.—Loe hijos vengadores en la literatura suprema belleza, de la absoluta verdad, y es pre- Descendientes de las víctimas del Dos de Mayo,
dramática, por el Marqaés de Valmar Eliea Lynch, por D. MictorFlo- ciso llegar allí. Por largo que sea el camino tiene hemo.s conmemorado su recuerdo este año como
reaeio Tárela.—£oj oradore» americanos en nuestros dios, por D. F. de un término. No hay noche sin aurora, no hay tem- los anteriores, como los venideros; pero, al con-
tlvmHHe.—Mtibly, por D. Ensebio Asqnerino.-Crdntca científica, fot pestad á que no siga la calma. Y más afortunados memorarlo, podemos repetir las mismas elocuen-
B.*". R«U Albisiar.—^ la Nadan Española,periódico de Buenos-Aires,
por O.Ctor Vticiteet —Lepante, por D. Alfredo Eseosara—¿a .huerta
en esto que los israelitas, ninguno de nosotros tes palabras que pronunció el ex-ministro señor
del TÍO Martin, por D. Jallas Zogasti.~AiiiraeÍM.
dejará de arribar á la playa prometida; todos en- Crispi en el centenario de las Vísperas Sicilianas,
traremos en la tierra de Canaam sin dejar á la y que fueron acogidas con aplausos por la multi-
puerta los restos de ninguno de los nuestros. tud: «Esta fiesta no se dirige contra nación nin-
REVISTA GENERAL. ¿A qué, pues, esas luchas mezquinas qu3 tras • guna. Significa solamente que sabríamos defender
tornan de cuando en cuando la humanidad? ¿A nuestros derechos contra cualquiera que los ata-
qué esos odios que durante tanto tiempo han divi- cara.»
Coa la solemnidad acostumbrada celebró Ma- dido á los hombres, estacionándolos en el desierto Cerrado se ha mantenido el horizonte por la
drid la fiesta popular del Dos de Mayo. y sin dejarlos dar un paso hacia adelante? Si la parte de Cataluña durante toda la quincena. La al-
Señal inequívoca del progreso de los tiempos, guerra, como ley funesta, pero necesaria, de la garada separatista ha continuado su curso, des-
prueba irrecusable del mejoramiento de la espe- vida, ha de subsistir, que no subsistan con ella los haciéndose en protestas de provincialismo. Las
cie humana, es la manera que los pueblos tienen rencores que la siguen; que si se nubla un dia el barretinas han hecho el gasto estos últimos dias,
hoy de celebrar sus grandes fiestas nacionales, sol de la amistad entre dos pueblos, puedan cuan- y el ridículo y la nimiedad han venido á dar una
sm que hayau perdido nada de su carácter, pero do torne á lucir de nuevo, abrazarse sin enojo y nota chillona al cuadro á trozos sombrío que pin-
prescindiendo en absoluto de su antigua signifi- reanudar juntos la marcha. Hacera una nación ta la situación del Principado. El anhelo de protec-
cación. solidaria de las torpezas ó ambiciones del hombre ción de los barceloneses ha servido para hacer el
Antes, el pueblo que conmemoraba una gran que el destino colocó á su cabeza, es un absurdo caldo gordo á los fabricantes de esa prenda tradi-
victoria o un gran desastre, á la vez que un aplau- alimentado mucho tiempo, pero que hoy repugna cional, que en las aldeas podia representar algún
so á sus víctimas, dejaba escapar un anatema á admitir. papel, pero que las costumbres y ía moda habían
sus verdugos; el recuerdofconstanteque guarda- Así lo comprenden los pueblos, y sus fiestas na- desterrado completamente de las capitales. Los
ba de aquel dia hermoso como el triunfo, ó triste cionales no son ya lo que eran antes. Portugal y estudiantes la ostentan públicamente, y aún hubo
como la derrota, era también una constante ame- España se estiman, se consideran, empiezan á com- dias que en las clases dieron sus lecciones en el
naza al pueblo que se la habia hecho sufrir, signi- prender que es uno solo su destino, y sin embar- dialecto del país; tiendas autorizadas para usar en
ficaba el odio persistiendo á través de las edades go, los portugueses conmemorarán siempre la ba- su muestra el escudo de España, le sustituyeron
eternamente alojado en el corazón, y desbordán- talla de Aljubarrota, como conmemorarán los Es- por el de Cataluña; y en algunas llevaron su sabi-
dose por los O.JOS en llamaradas de colera ó por los tados-Unidos el centenario de su fundación, no duría los dueños, hasta á fijar un cartel para indi-
labios en maldiciones. Hoy no es así. Hoy el pro- obstante sus buenas relaciones con su madre la car que se habla español, lo cual supone que nos
greso ha hecho camino, se han estrechado las dis- vieja Inglaterra; como hace poco conmemoraba tratan como á nación reconocida, creyéndonos
tancias, y conociéndose más los pueblos y las razas Palermo el centenario de las Vísperas Sicilianas, dignos de ser admitidos en sus transacciones.
se han encontrado mejores, y han concluido por protestando, por boca de sus diputados, de su afec- Por fortuna esta exageración de provincialis-
amarse. to á la República francesa. Lo mismo nosotros con- mo ha producido efecto contrario en cuantas per-
Talos ellos son hermanos; instrumentos de un memoramos y conmemoraremos'siempre el Dos sonas sensatas hay en Cataluña, y la cuestión fa-
plan divino que escapa á su penetración, términos de Mayo, esa página tan memorable de la histo- mosa de las barretinas ha quebrantado algo la
de una tormula que guarda el secreto déla exis- ria de Madrid, primer grito de indignación que manifestación proteccionista, que fué su origen ó
tencia de los seres vías cesasen el planeta que la conducta qe Napoleón arrancó á nuestro pecho; á lo menos su pretesto. La situación, pues, ha ade-
habitamos, todos ellos caminan por distintos sen- primer canto de esa magnífica epopeya que se Hp- lantado muy poco, y hoy por hoy no puede notarse
deros al punto que les marcó la Providencia. Via- ma la guerra de la Independencia. en ella mejoría ni agravación dignas de tomarse en
jeros de una inmensa caravana que recorre el Lejos de nosotros querer hacer de este acto de cuenta. Esperamos confiadamente que el buen
desierto de la vida sm nube que la proteja ae los admiración á los vencidos una manifestación con- sentido de todos y el tacto del general Blanco la
rayos del sol, sin .haz de fuego que ilumine sus tra los descendientes de los vencedores. España despejarán sin que bien pronto quede rastro de ella
largas noches de tinieblas, es preciso que unos á y Francia están unidas por bastantes vínculos ni aeje recuerdo amargo en la memoria de la pa-
otros se sostengan en sus debilidades, se animen para que nadie pueda tomar la celebración de tria, madre bondadosa, propicia siempre á perdo-
en sus desfallecimientos, se ayuden para llegar al nuestra fiesta popular por semillero de discordias. nar los extravíos momentáneos de cualquiera de
fin. Todos, sean cualesquiera su patria, su religión Pendiente está todavía en la alta Cámara el nue- sus hijos y siempre pronta á recibirle en su amo-
su ley, llevan el mismo camino, han de seguir la vo tratado de comercio que nos une más y más á roso seno cuando el desengaño y ' i desilusión se
misma jornada. Los que van más adelantados de- la vecina República. Olvidemos para que los de- le devuelvan arrepentido de su in ratitud.
ben dar sus consejos á los que han quedado atrás. más olviden. Si los pueblos de Europa mantuvie- El discurso del Sr. Silvela sobie la ilegalidad
2 LA AMÉRICA.

con que el Gobierno ha procedido al declarar el no, morir y nacer dinastías y triunfar ó ser ven- mientos, coadyuvan al éxito de la nueva política,
estaño de guerra en Cataluña ha sido el más cul- cidas alternativa mente la monarquía y la repúbli- mucho habrá me^jorado la situación de Inglaterra,
minante entre los puntos debatidos en el Parla • ca; aq_uí, donde la falta de respeto á la ley es tan cuyo verdadero cáncer está en su lucha con Ir-
meato desde nuestra última revista. fraude por parte de todos los Gobiernos, que ha landa, en esa cuestión social siempre debatida y
Entre las muchas cosas que en España suceden echo axiomática la frase que en España se hacen nunca resuelta, que se impone á todo por la im-
anómalas é irregulares para el que de buena fé ten- Constituciones por sólo el gusto de infringirlas, portancia que tiene. Pero si. por el contrario, los
diese una ojeada á nuestros partidos políticos, no aquí hay precedentes para todos. Invocándolos colonos quieren sacar partiao de las ventajas ob-
es la menos digna de llamar preferentemente su pueden los federales demostrar que el país está tenidas y demostrando ansia insaciable de refor-
atención ese cambio tan radical que en las ideas y con ellos; invocándolos, pueden los conservado- mas quieren estremar la resistencia para ver de
doctrinas de los hombres y los partidos se verifica res creerse objeto de generales simpatías. Si á tan conseguir más todavía, Gladstone tendrá que
á impulsos del poder. Mágico bi'evaje, parece com- copioso archivo se acude, faltarán sóUdas razones abandonar el poder, y el estado de la poderosa Al-
puesto con agua del Leteo, que tiene la facultad de [ue defiendan los atentados cometidos, pero no bion no tendrá nada de envidiable, pues se ha-
oscurecer la inteligencia y borrar hechos y discur- Saltarán los precedentes. ¡Qué lástima que no bas-
ten estos solos para llevar al país la convicción de
llará frente á la agitación irlandesa sm tener un
sistema que emplear para dominarla.
sos grabados en la plancha movible de la memo-
ria. Por eso se vé aquí tan á menudo el espec- que el Gobierno haobrado bien! Como no podía menos de suceder, los atentados
táculo de liberales que se hacen couservadores y La mayoría rechazó la proposición incidental contra los judíos en Rusia empiezan á ocupar á
conservadores que se tornan liberales en solo la del Sr-Silvela. las potencias, que no pueden consentir esas ma-
cortísima distancia que media entre la minoría Solo una persona mereció elogios, en medio de tanzas en masa de indefensos israelitas, que luego
y la mayoría; fenómeno extraño y falto de razo- tantas reconvenciones: el general Blanco, cuya di- castigan las autoridades rusas con la pena de
nable explicación, y más propio para hacer per- rección en el empleo de las facultades extraordi- prisión de tres á ocho dias impuesta á los asesi-
der la fé en los hombres y las cosas, que para narias de que se le invistió mereció la alabanza de nos. Respondiendo á la indignación pública en los
afirmarla; caso verdaderamente inexplicable, del amigos y adversarios. Quizá su tacto y su pruden- Estados-Unidos, el ministro de Estado ha ordenado
que un pesimista podia deducir una enseñanza ter- cia han evitado dias de duelo á Barcelona. al embajador cerca del Czar que interponga toda
rible para nuestras convicciones: que la libertad, su influencia para que cesen tales crímenes y haga
desterrada del paraíso del poder—si el poder es ver al Go iermo moscovita la indignación que en
un paraíso—vaga siempre por sus inmediaciones, No ha faltado su nota cómica á la quincena par- la República producen. Por su parte, el subsecre-
rondando el alcázar misterioso desde donde podría lamentaria. De esta parte del programa se ha en- tario de Negocios Extranjeros en Inglaterra, con-
hacer la dicha de los pueblos sin que nunca pueda cargado una proposición presentada por el Sr. Gó- testa ndo á una proposición presentada sobre este
penetrar en él. mez Diez que no era sino una censura contra el mismo asunto en la Cámara de los Comunes, ha
No es un ejemplo lo que se podría citar á este ministro de Hacienda. Hubo en el curso del deba - declarado que el Gobierno inglés empleará toda su
respecto, sino muchos; casi tantos como cambios te detalles chistosísimos para el que solo vé la su- influencia para que no se repitan los últimos des-
políticos se han verificado en esta pobre patria, perficie de las cosas, como el de un firmante que manes de Balta.
resa de la manía de cambiar de sistemas de go - retiró su firma, otro que la explicó con atenuacio- La situación interior varía poco en Rusia; pue-
E ierno como el enfermo que va de un médico á
otro médico y pasa de un método á otro método,
nes; por fin su autor la retiró, y al ver esto el se-
ñor Mataró, diputado catalán, que por lo visto es-
de decirse que se halla en el mismo estado que
hace mucho tiempo. El czar no quiere ceder, y los
peraba una cartera de la votación, gritó: nihiUstas, no ceden tampoco. Lo que ha mejorado
solo porque ha perdido la confianza ea la medici-
na. La oposición aclara las ideas, disipa nieblas y —Esto no es formalidad. Me voy con los conser- algo ha sido su situación exterior con la salida de
deshace sombras, y en el fondo de un cielo despe- vadores.—Y allí mismo mudó de escaño con la in- Gorschakoff é Ignatieff, á quienes se considera
jado percibe el ideal que brilla como las estrellas genuidad de un niño. como enemigos de Alemania Van desvaneciéndo-
en las largas noches invernales; pero el poder La estatua de la gravedad parlamentaria se se, ó á lo menos debilitándose, la idea de un pró-
empaña la mirada y el ideal se desvanece un tan- veló el rostro. ximo rompimiento entre ambas naciones; pero los
to y brilla menos, semejante á esas mismas estre- mismos que todo lo ven de color de rosa juzgan el
llas en la atmósfera pesada de una úoche de estío. conflicto aplazado solamente.
Véase, si no, á los íusionistas, y no queremos ir El tratado de comercio ha invadido la alta Cá- A lo menos no se cree otra cosa en Alemania,
más lejos, antes del 8 de Febrero, esa fecha tan mara llevando al palacio de doña María de Moli- donde, en espectativa de los acontecimientos que
memorable que decidió el curso de sus destinos.
Libertad para la prensa amordazada, supresión
na, la monotonía y languidez de las últimas dis-
cusiones que provocó en el Congreso. Oradores
g uedan venir por la parte de Rusia, prosiguen con
. mayor actividad las obras de defensa que hace
del juramento, juicio oral... ¿á qué enumerar sus poco elocuentes, concurrencia escasa en los ban- Alemania en su frontera oriental. Se han cons-
ofrecimiento*, si aún están en la memoria de todos cos y las tribunas. Prejuzgada la cuestión por la truido á la entrada del puerto de Kcenigberg dos
nosotros? Y enfrente de ellos los conservadores Cámara popular, agotados ios argumentos en pro fuertes blindados; se han gastado quince millones
haciendo sentir sobre todas las esferas el peso in- y en contra, ni ofrece novedad ni despierta inte- de marcos en com pletar los trabajos que defienden
soportable de su influencia, caminando de torpeza rés. Allí la temperatura está siempre mucho más á Dantzig; además se han levantado muchos fuer-
en torpeza, de abuso en abuso, y deslizándose sin baja Fué preciso que el señor marqués de Molins, tes en las orillas del Vístula y en los alrededores
hacer esfuerzos para impedirlo por esa pendiente creyendo amenazadas las instituciones pronuncia- de Posen.
tan fácil de bajar y á cuyo pié. está la reacción. El ra un: ¡Dios salve al rey!—para que la columna Entretanto se hacen preparativos para la fiesta
país no podia soportar [»or más tiempo aquella si- termométrica subiera hasta un grado no muy co- de la coronación, que aun no se sabe cuándo se rea-
tuación, cuya debilidad era más grande cada dia, mún. Y es que aun no se ha extinguido el eco de lizará.
y que agonizaba. Así, cuando Sagasta fué llamado otro: ¡Dios salve a l a reina!—nuncio de graves •
a recoger la herencia del moribundo, un suspiro de acontecimientos. Pero esto fué un momento y na- IA crónica de Madrid no registra más que un
satisfacción brotó de todos los pechos, una frase ha- da más. triste suceso: el fallecimiento del celebrado escri-
lagüeña se escapó de todos los labios; los mismos tor D Ramón de Mesonero Romanos, su antiguo
á quienes nada favorecía directamente por tener cronista, guardador de sus viejas tradiciones y
miras más altas que un simple cambio de gobier- Y dejemos con esto á centralistas y constitu- pintor inimitable de sus costumbres. Hay en las
no, lo acogieron con benevolencia y se colocaron á cionales, que bastante espacio les hemos dedica- Escenas Matritenses artículos que son verdade-
la espectativa. Pero la ilusión duró poco. Uno tras do. Asuntos kimportantes del extranjero piden ros cuadros, ricos de color, llenos de notas brillan-
otro desaparecieron del programa fusionista los también nuestra atención. Comencemos por In- tes, en que las figuras viven, se mueven, respiran
propósitos mantenidos en la oposición, cuando, glaterra. el aire que respiramos, y que el autor, á fuerza de
sentado en los escaños de la minoría, miraba el Dos años lleva en el poder el Ministerio Glads- talento ha trasladado á su paleta y luego á sus pá-
banco azul como isla inabordable, á cuya orilla no tone, y durante ellos ha vencido todas las dificul- ginas. La fama que ya en vida acompañaba á su
se podia aproximar. tades exteriores, y no eran pocas, que le dejó Dis- nombre, aumentará con la muerte, pues nunca se
Y enfrente de él, hoy como ayer, están los con- raeli al retirarse; pero sus esfuerzos se han estre- aprecia tan bien el valor de lo que se tiene como
servadores, menos, pero más unidos que cuando llado en Irlanda ante la Liga agraria y sus exi- después de haberlo perdido. Mesonero Romanos
gobernaban el país, y algún tanto cambiados tam- gencias. Las medidas de represión no han hecho viviendo, codeándose con nosotros, parecía iuspi-
bién. Sotenedores ayer de los principios más re el efecto que sus inspiradores esperaban; la prisión rarnos cierta confianza; ahora que reside en la in-
trógrados, se han hecho ahora los paladines de lot hombres importantes defensores de la re-
belde Erín sólo ha servido para exacerbar los áni- mortalidad y le veremos á través de sus obras,
de esa misma libertad abandonada por los que instruyéndonos en sus libros con los primores de
ayer la invocaron como bandera y la siguieron mos é inclinarlos más y más á la resistencia. En
vista de esto, se ha achacado la nulidad de lo su estilo y lo castizo de un lenguaje, nos parecerá
como norma y la aclamaron como ley. Hoy son mucho más grande.
los fusionistas los que la atacan y los conservado- concedido á falta de eficacia en las leyes, y el ilus-
tre jefe del Gobierno inglés, supeditándolo todo Setenta y nueve años tenia, y sin embargo, su
ros los que la defienden; hoy son los fusionistas poderosa inteligencia no habia sentido aun el be-
los que suspenden las garantías constitucionales al triunfo de su política, y no vacilando en sacri-
ficar su amor propio en aras de ía tranquilidad so frió de la edad que la entor pece y la hiela. Ha-
por un simple decreto en Cataluña, y los conser- del país, ha confesado su impotencia ante el Par- ce poco publicaba las Metn orias de un setentón,
vadores los que vuelven por los derechos de la lamento, y su decisión de ensayar otro procedi- su última obra, tan alabada por la crítica y en la
libertad. miento que pueda conducirle al mismo fin que se cual se revela todavía el expleudor de sus faculta-
No es, pues, extraño, que en la sesión del propone realizar. des. Un ataque cerebral ha cortado el hilo precio-
dia 29, al discutirse en el Congreso la conducta del so de su existencia. ¡Bendito el mundo, que existe-
Gobierno, ante la infracción constitucional puesta Bien explícitas y terminantes han sido sus de- indudablemente, á donde van los genios de la tier-
de manifiesto, fuese el Sr. Silvela el encaro^ado de claraciones ante la Cámara. Van á suspenderse ra cuando la muerte nos los arrebata! La muerte de
defender la idea liberal y los fueros del Parla- las medidas coercitivas; va á iniciarse un período los hombres de talento es la prueba más palpable
mento, y D. Venancio González la doctrina autori- de concesiones que puede dar buen resultado, á de la inmortalidad del alma humana.
taria y las usurpadas prerogativas del Gabinete. fin de llegar á una avenencia. Como prendas de HoE.
El diputado canovista estuvo elocuente.—La mi- esta nueva política, Parnell, Dillon, y O'Kelly han
noría conservadora, dijo, quiere saber qué criterio obtenido ya la hbertad, y los demás presos de me
tiene el Gobierno en este asunto, porque todo ñor importancia la obtendrán también en breve ESTADO NATURAL DEL HOMBRE.
cuanto al orden público se refiere es muy grave, y plazo: por último, M. Forster, secretario general
es preciso que tales infracciones no se repitan. La de Irlanda, conocido por su apego á las medidas
Cottstítucion del 69 y lo mismo la del 76, prescri- represivas, ha presentado su dimisión, que le ha La perla, que se forma en la concha nacarada,
ben, que estando abiertas las Cortes, el Gobierno sido inmediatamente aceptada, lo cual ha causado no ostenta los reflejos de su brillante tersura si el
debe venir á pedirlas la autorización para suspen- escelente impresión en aquel país, según los últi- buzo no la extrae del fondo de la mar.
der las garantías constitucionales, autorización de mos partes que tenemos á la vista. Tal es la mente humana: envuelta en densas
Íue sólo prescindirá caso de que no funcionen las ,A nadie puede pasar inadvertida la gravedad nubes aparece en el hombre, y no resplandece en
¡amaras.— que estas noticias entrañan. La decisión de Glads- la Historia, si una enseñanza eficaz, que la vivifique
El ministro de la Gobernación no expuso un tone ha producido mal efecto en los conserva- y fecunde con el poder de la palabra, no hace sur-
argumento, ni siquiera dio una escusa randada. dores,—¡en todas partes son los mismos!-que gir de ella el verbo del espíritu, la vida del pensa-
Revolviéndose en el vacío, buscó un escudo en auguran males sin cuento á la nueva política ir- miento.
hechos anteriores de otros Gobiernos, como si pu- landesa. Uno de estos dias, un diputado piensa La instrucción es el buzo que saca la inteligen-
dieran las faltas agenas servir de paliativo á las presentar una proposición pidiendo que el Gobier- cia de la mar de la ignorancia ó de los abismos
propias. no dé explicaciones sobre el nuevo plan que se del error; y la lustra y abrillanta para que se re-
iLos precedentes! propone seguir. En la votación es probable que se fleje en sus ideas el esplendor de la verdad.
¿De qué no habrá precedentes en España, que dividan algo los diputados liberales. ¿Pero no es la enseñanza un proceder contra-
es el país de los precedentes por excelencia? Aquí, Si los inspiradores de la Liga Agraria acogen rio á las tendencias del espíritu? ¿No nace el hom-
donde el descreimiento político ha llegado hasta de buena íé la paz con que se. les brinda^ y em- bre sumido en la ignorancia? ¿Y no será la igno-
leando su inraiencia en calmar antagonismos, en
el punto de fundarse y ser deshechas institucio-
nes, cambiarse radicalmente el sistema de Gobier- E acer olvidar rivalidades y dar al olvido resenti-
rancia su estado natural? ¿Y es justo, es racional,
enmendar la obra de la naturaleza? ¿Es el hombre
LA AMERICA. ' 3

más sabio que el que dictó leyes al mando, ó tiene da rayo de luz, de que el alma se apodera con su ca de nuestros dias, dicho se está que con frecuen-
títulos para interpretar algunas y corregirlas á su Vision intelectual. cia y de todos modos peca contra estas reglas. Sal-
antojo? ¿Con qué derecho se toma al espíritu del Por eso el hombre adora; y la religión le enal- va, en su gramática, escudado con la muletilla v
homlare y se le enfrenan sus pasiones y se le or- tece, le vivifica y le ilustra. Calcula, y surgen las salvedad que anticipó en su título, Qratndtica de
denan sus apetitos y se le ilustra su inteligencia? matemáticas con el prodigio de sus fórmulas, eri- la lengua castellana, según ahora se habla, al tra-
Hobbes, con su lógica audaz, enseñó que el esH giéndose, en criterio del mecanismo universal. tar de este pronombre se rebeló contra la Acade-
tado natural del horaore es la guerra; Rousseau, Observa los cuerpos y fenómenos que le cercan, y mia en el punto más grave, como que es el que ha
con su pasión, proclamó que era la vida errante, la Química y la Física se constituyen intérpretes dado materia y nombre á los bandos de loistas y
la vida de los bosques. Tales sistemas que encuen- del misterio de las esencias y de la rica hermosu- leistas; y en otro, aunque mucho más leve, tam-
tran la perfección de la naturaleza humana en las ra de las escenas del mundo. Habla, y la Filología bién disiente del parecer y doctrina de aquel cuer-
cavernas y selvas; en el brutal desarrollo de todos y la Gramática aproximan las lenguas, pulen los po, D. José Segundo Flórez en su apreciable Qra-
los instintos, de todos los apetitos, de todas las in- idiomas y vigorizan la expresión. Eleva su pensa- mática filosófica de la lengua española. Hasta don
clinaciones en el amor inculto, en la vida selváti- miento á Dios y al Ángel, le repliega sobre sí mis- Pedro Martínez López, desapiadado censor de Sal-
ca, sin ningún concierto, niao^uaa armonía, entre mo, le extiende al mundo y nace la Filosofía va, pecó alguna vez, y en la misma gramática en
ese gran completo de facultades que constituyen que se encarga de robustecer el sentimiento de su que la refuta, contra uno de los preceptos de la
al hombre, son doctrinas devastadoras contra las dignidad, de guiarle para inventar y de auxiliarle Academia sobre los casos de este personal, y las
cuales se rebela el profundo sentimiento que el gé- para descubrir. Imagina y siente con vivísimo en- transgresiones que más adelante citaré no serán
nero humano tiene de la alteza de su dignidad tusiasmo, y la Poesía y el Arte comunican al es- tomadas de escritores oscuros, sino de autores de
píritu la suave unción del amor, y dan á las for- buena nota, ó por lo menos, de personas no co-
¡La guerra el estado natural! ¡La naturaleza munes.
destruyéndose á sí misma! ¡El hombre esforzándo- mas plásticas la espresion de lo infinito.—Pero no
se en llegar al no-ser y esto por una ley de su pro- es fácil contar tantíis fuentes de progreso ni tantos Es indudable, pues, que en el uso de este pro-
pía organización! iQué delirio! focos de luz que irradiando en todo sentido y con- nombre hay una decidida anarquía, que en mate-
Las selvas y las cuevas; el placer sensual des- vergiendo á un mismo centro, constituyen, en rias de lenguaje no es menos dañosa que en asun-
envuelto en todas sus fases; el apetito satisfecho conjunto, las preciosas armonías de la civilización tos de gobierno, y si bien en aquellas hay muchas
en todas sus manifestaciones; el hombre arrastra- moderna. cosas que es preciso dejar á la elección y buen
do por brutales instintos, dominado por ardorosos Las sociedades progresan en tan variados ca- gusto del escritor, no son de esta clase las reglas
ue norman la sintaxis ó construcción, las cuales
deleites, sin razón que le dirija, ni libertad que le
eleve. ¡Qué abyección!
minos. La humanidad aspira, con incesante vehe-
mencia, á una Verdad absoluta, á un Bien infinito, 3 eben ser precisas,fija«!,é inalterables.
Para dar á conocer cuáles son las faltas que
Vivir en perpetua guerra para destruirse á sí á una BeLeza inmutable, y buscando con ardor
mismo es contrariar la gran ley natural de la pro- esos grandiosos objetos, deja en la historia del suelen cometerse en el uso del mencionado pro-
pia conservación. pensamiento humano los surcos luminosos de sus nombre, con infracción de las reglas dadas por la
Vivir vida selvática en que los elementos mo- perseverantes labores. academia, fuerza será comenzar por decir cuáles
rales y la fuerza intelectual pierden toda su valía, Ta' es el destino del hombre, su estado natu- son éstas, y muy conveniente también, al notar
es también contrariar otra gran ley natural, co- ral: progresar constantemente en el campo de la después las transgresiones, señalar su mayor ó
mún á todos los sjres: el desenvolvimiento pro- Verdad, del Bien y de la Belleza; aspirar á la per- menor importancia.
gresivo de todas sus propiedades. fección. Este pronombre se llama personal, aunque no
Por consiguiente la guerra y la vida de los bos- Mas todo progreso debe subordinarse á la ver- sólo representa las personas, sino también las co-
ques son estados violentos, contrarios á las leyes dad revelada, porque ella es la síntesis que con- sas, porque unas y otras cuando funcionan como
que presiden el desarrollo de la organización hu- tiene el arcano de la Providencia y el misterio de sugetos, objetos y complementos de la oración,
mana. la humanidad. son igualmente perso?eas gramaticales: su decla-
Ufanas las sociedades en estos últimos tiempos ración, según la Academia, es la siguiente;
¿Cuál es, pues, el estado natural del hombre?
El desenvolvimiento armónico de todas sus fa- con el progreso de las ciencias, por el lado mate- Tercera persona.
cultades para desempeñar el papel que la Provi- rial, han desdeñado la verdad moral y la verdad SINGULAR M.4.SCnLIN0
religiosa. SINGULAR FEMENINO.
dencia le ha designado en el vasto plan del uni-
verso, es decir, la perfección. Bueno es que el hombre en su gabinete, con Nom. Él. Nom. Ella.
í,Es por ventura el capullo el estado natural de una cuartilla de papel, un lápiz y un compás, mida Gen. De él. Gen. Do ella.
la azucena, y el huevo el estado natural del aves- con exactitud la fuerza de los vientos, el girar de Dat. Á, para él, le, Dat. A, ó para ella, le.
truz? la tierra y el rodar de los cielos. Acus. Le, á él. Acus. La, á ella.
Si así fuere, violentad la naturaleza para que Bueno es que sorprendiendo los secretos del Ablat. Por él. Ablat. Por ella.
no vista la tierra sus hermosísimas plantas ni se mundo haga de un hilo metálico el maravilloso
pueble de animales. mensajero del pensamiento humano. PLURAL MASCULINO. PLURAL FEMENINO.
Si así fuere, decid á la humanidad que arruine Bueno es que vigorice el lenguaje, hable con
pureza, escriba con elegancia. Nom. Ellos. Nom. Ellas.
los monumentos; destruya las ciudades; desvaste Gen. De ellas.
los campos cultivados; anatematice los descubri- Bueno es que torne la amargura en placer, en Gen. De ellos.
mientos, la Historiaj la Filosofía, la expresión ar- salud la enfermedad, en fuerza la languidez. Dat. Á, ó para ellos, les. Dat. A, ó para ellas, 1
tística de la belleza ideal, la ciencia toda, y se re- Bueno es, en fin, que obediente á la ley pro- Acus. Los, á ellos. Acus. Las, ellas.
pliegue á los desiertos á buscar albergue en las gresiva de la civilización, ande, avance y conquis- Ablat. Por ellos. Ablat. Por ellas.
cavernas, alimento en las frutas, en las hojas y te en el vasto campo del saber. Quede, pues, sentado que los pasos oblicuos sin
en la pieles su vestido! Pero esta civilización sin moral, este saber sin proporción, materia de mi discurso, son: /epara
Si así fuere, maldecid esos cuarenta siglos del religión, es la civilización automática, la civiliza- el dativo singular, tanto en el género masculino
mundo antiguo y esos diez y nueve del mundo mo- ción materialista, siempre carcomida por el brutal como en el femenino, les para el dativo plural,
derno, en que la humanidad atormentada por su sensualismo. No es la civilización metafísica, es- también en ambos géneros; le para el acusativo
ingénito dolor y cruelísima ignorancia, ha venido piritual y fecunda que ilumina la conciencia y san- singular masculino, la para el acusativo singular
conquistando, con trabajos constantes y sudores tifica el corazón; que embellece el alma y vigoriza femenino, tos para el acusativo plural masculino y
perennes, la luz de la verdad, el imperio de la ra- el cuerpo; que dej i en las ciencias y en las artes las para el acusativo plural femenino.
zón, el desenvolvimiento de la libertad en el deber, los diáfanos reflejos de su celeste inspiración. No El pronombre de tercera persona neutro es ello
la nobilísima expansión del sentimiento, la norma es una civilización austera, fortalecida por el sa- en el caso recto ó nominativo, y lo en el objetivo
de las costumbres, la dirección de los instintos, la crificio, sino una civilización voluptuosa, enerva- ó acusativo, que no tienen plural por efecto de su
cooperación de la naturaleza material en favor de da por el deleite. Es una civilización efímera, bri- naturaleza, pues esta es la db referirse como neu-
su primacía, y todo ese cúmulo de medios apro- llante si se quiere, pero no una civilización per- tro á lo indeterminado y desconocido, y por con-
piados para embellecer su existencia, ennoblecer fecta, una civilización inmortal. siguiente sin número ni género, y se declina en
su asociación y elevar su espíritu con la impre- LUCIANO CARVALLO. singular como los antecedentes de tercera perso-
sión de la verdad, que es lo que llamamos civili- na, la cual, además de esta terminación que se lla-
zación y progreso! ma directa, porque la significa directa y absoluta-
Si así fuere, decid á esta civilización que del mente, tiene otra llamada reciproca, y con más
Gólgota para acá ha venido creciendo como aque- DE LOS USOS DEL PRONOMBRE ML, propiedad reflexiva, porque la expresa con redu-
lla «piedra que sin mano alguna de hombre se des- EN SU,S CASOS OBLÍCaOS ,SIN PREPOSICIÓN. plicación del pronombre, v. g..
gajó del monte, y después de haber reducido como Gen. De sí.
átomo de una era de verano, los imperios del mun- Trahit sua quemque voluptas.
Dat. Á, ó para sí, se.
do, se hizo una gran montaña que hinchó toda la VIRO., E G L . 2, v. 65.
Acus. Se, á sí.
tierra,» decid, repito, á esta civilización bella y
grandiosa, que haga alto en su marcha; que apa- El uso de este pronombre es la piedra de es- Ablat. Por sí, consigo,
gue la lumbre de la ciencia; que desnude al cora- cándalo en que tropiezan casi todos los que ha- que pertenece á los tres géneros masculino, feme-
zón de sus santas esperanzas y á la inteligv3ncia blan y escriben español. Si exceptuamos algunos nino y neutro, y no admite variación del singular
de sus excelsas creencias; que arranque á la ima- pocos autores que han hecho más estudio de la al plural.
inacion y al sentimiento la auréola de la poesía y lengua y dado más importancia á las reglas de su Acerca de los casos dativo y acusativo, después
f e la belleza estética; que oprima con el despotis- gramática, en todos los demás encontraremos
faltas de más de un género, que infringen las que
de haber presentado su declinación, dice la mis-
ma Academia: «Asimismo puede resultar equivo-
mo la libertad justa y digna; que desate instintos
y extinga el deber; que encienda la guerra y re- para el uso y manejo de sus casos oblicuos nos dá cación en el uso y conocimiento de los casos dati-
duzca á pavesas los frutos de la paz; que empañe la de la Academia. vo y acusativo de este pronombre en ambos nú-
con el descaro del cinismo el suave reflejo del pu- Don Diego Cleraencin, en una nota que se en- meros, por las terminaciones que se han puesto
dor; que convierta la fraternidad en tiranía; que cuentra en su Quijote comentado, tomo 6.", par- en los ejemplos de la declinación. Para precaverla
sustituya á la luz las sombras; al orden el caos; y te 2.% página 169, nada menos que 28 faltas nu- se observará la regla siguiente:
mera á Cervantes en el uso de este pronombre, si
3 ue torne al hombre á ese estado primitivo, sueño
e los insensatos.
¿No paipais el absurdo de tan repugnante doc-
bien andubo tan poco acertado en los casos que se-
«O la acción y significación del verbo termina
en el pronombre personal de que se trata, ó ter-
ñala, que tiayéndolos con motivo de la referencia mina en otra ó en otras partes de la oración. Si en
trina? que hace la Academia al uso que del lo en acusati- el pronombre, este está en acusativo; si en otra
Necesario es, pues, proclamar con el cristia- vo hacen algunas veces Granada y Cervantes, p-irte de la oración el pronombre será dativo, del
nismo que el estado natural del hombre es la cons- casi todos los que presenta se refieren á los dati- singular ó plural. El de singular será le, y tes el
tante aspiración á una felicidad inacabable, colo- vos de ambos números, que nada tienen que ver de plural, de cualguier género que sea, cuya dife-
cada más allá de los límites del tiempo y de los re- con la cita de la Academia: más pudiera y debiera rencia dependerá claramente del contexto déla
mates del mundo; y el progreso perpetuo de la in- decir sobre el contenido de esta nota, pero no es oración. El acusativo de singular será /(jyelde
teligencia, la libertad y el amor. ahora la ocasión; lo haré adelante, cuando vuelva plural los, cuando el pronoi ibre sea masculino; y
El rayo del sol al pasar por un prisma de cris- á encargarme de ella detenidamente. Seguro estoy siendo femenino se dirá en singular la, y las en
tal se refringe y descompone en primorosos colo- de que se encontrarán en el Quijote más faltas de plural. Por ejemplo; «Kl juez persiguió á un la-
res. Así la verdad matriz al pasar por la inteligen- esta especie que las que anota Glemencin, porque drón, le prendió y le castigó: persiguió á unos la-
cia, se descompone y divide en infinitas verdades, Cervantes, como los demás clásicos antiguos, pa- drones, los prendió y los castigo;» están los pro-
generadoras del progreso. Débil nuestro entendi- rarla muy poco su atención en estas pequeneces, nombres en acusativo masculino de singular y
miento no da paso franco á toda la verdad, y, co- á que los modernos han prestado mayor atención, plural. «El juez persiguió á una jitana, la prendió
mo un prisma de óptica, la divide y clasifica para y han estudiado mejor. Por esto también, según y la castigó; persiguió á unas gitanas, las prendió
poder asimilársela y alimentarse de ella. advierte la propia nota, se encuentran iguales fal- y las castigó;» están los pronombres en acusativo
De esta raanera'la debilidad de la inteligencia tas en Lope de Vega, en Torres Naharro. en el femenino en ambos números. «El juez persiguió á
engendra lá diversidad en las ciencias; y cada ra- mismo Quevedo, que por cierto conocía bien su un ladrón; le tomó declaración, le notificó la sen-
mo del saber concierne á cada faz de verdad, á ca- lengua, y en otros varios. De la prensa periodísti- tencia: prendió á uno? ladrones, les tomó declara-
LA AMERICA.

cion, les notificó la sentencia:» están los pronom- Ó paridad que quiere llevar al singular de lo que se Tiene á coincidir con las conclusiones de Hermo-
bres en dativo masculino de singular y plural. verifica en el plural, en que los es indisputable- silla en aquellos tratados, sin diferencia alguna;
«El juez prendió á una gitana,7e tomó declaración, mente la terminación masculina de este pronom- pues aunque este, respecto de los dativos femeni-
le notificó la sentencia; prendió á unas gitanas, les bre, solo sirve para sospechar que Salva no llegó nos de singular y plural, da por regla la misma
tomó declaración, les notificó la sentencia:» están á ver esta materia en todas sus faces y extensión; de la Academia, esto es, que el primero sea le y el
los pronombres en dativo femenino de singular y en el plural masculino no necesitamos más que las segundo les, opina, como Gallardo, que debe ser
plural. dos terminaciones, los para el acusativo y les para la y las, y manifestando su deseo de que aquel
«De este modo se han de conocer y usar los da- el dativo, con las cuales llenamos todas sus fun- cuerpo en otra edición de su Gramática hiciera
tivos y acusativos de este pronombre, en lo cual ciones, porque en este número no tenemos más esta inmovacion.
suele naber muy poca exactitud, no solo en el co- que dos géneros, masculino y femenino; el neutro Gallardo desquició algún tanto la cuestión, ó
mún modo de nanlar, sino aun en los escritos de no pasa al plural; pero en el singular, con solas como él dice, la trató indirectamente y sin rebatir
autores por otra parte recomendables. Igual falta dos terminaciones le y lo tenemos que desempe- punto por punto las doctrinas de los dos escritores,
de exactitud se observa en el uso del pronombre ñar tres oficios, dativo y acusativo masculino y que no nos dice cuáles eran, porque él no podía
neutro lo, en lugar del masculino le en acusativo, acusativo neutro, y es preciso optar entre aplicar decir lisa y sencillamente que Hermosilla tenia
de que se hadan tantos ejemplos, aun en los auto- el le al dativo y al acusativo, ó dar al lo funciones razón, y debemos creer que se veía precisado á
res clásicos, que algunos le han atribuido, género de acusativo masculino y de acusativo neutro, pri- concedérsela cuando vemos que sus conclusiones
masculino; pero nunca puede tenerle. Antes se vando á este género de una terminación exclusiva, coinciden con las de aquel en sus citados tratados.
ha de crer que está mal dicho: «el iuez persiguió á á lo cual se reduce, vuelvo á decir, la cuestión en- Exigir que Gallardo asistiera plena y llana-
un ladrón, lo prendió, lo castigó; ó F. compuso un tre loistas y leistas: no hay, pues, para decidirla, mente á lo que Hermosilla sostenía, seria exigir
libro, y lo imprimió,» en lugar de le. Y respecto la analogía, ni menos la paridad que ha creido en- un imposible, porque Hermosilla era uno de los que
de los autores que le han usado, como Granada, contrar Salva entre el plural y singular de este con Moratin, Burgos, Lista, Miñano y algún otro,
Cervantes y otros, se ha de decir, ó que hay falta pronombre. formaban aquella pléyade á^ escritores eminen-
de corrección en las impresiones de sus obras, ó Dice enseguida: «Por plausibles que sean las tes, que parece, al ver cuánto escasean ahora, se
que fueron poco exactos en el uso de estas termi- razones de los unas y los otros, como me he pro- llevaron consigo al sepulcro el buen gusto en es-
naciones, ó que por cuidar alguna vez con dema- puesto fundar mi gramática solo en la autoridad cribir, y con los cuales estaba á matar Gallardo,
sía del número armonioso de la oración, sacrifl - del uso (hinc prima malí labes) {\), no me era per- quizás, no tanto porque sirvieron á José Napoleón
carón las reglas de la gramática á la delicadeza del mitido seguir a ninguno de ellos exclusivamente, ó se sujetaron á su dominio, cuanto por celos
oido » por cuanto ningún escritor de los que florecieron literarios.
Tales son las reglas y tal la doctrina que acerca antes de la última centuria, ni de los buenos pos- Hallábase Gallardo en plena y pacífica posesión
de este pronombre nos da la Academia ae la len- teriores (si no se ha declarado partidario de una ú de la palma de escritor satírico-jocoso, adquirida
gua. D. José Segundo Flórez se separa de ellas, otra escuela), deja de usar, casi indistintamente, en Cádiz en los años de 12 6 13, con su Diccionario
sólo en cuanto al objeto indirecto ó sea dativo del el le y el lo para el acusativo mascuhno.» Gonce • crítico-burlesco y otras producciones fugitivas,
género femenino que quiere sea la en el singular dido; pero la deducción lógica de la tal sentada cuando vino á disputársela en Madrid en 1821,
y las en el plural, mostrándose muy cargado de base, seria que Salva prescribiera á sus lectores y D. Sebastian Miñano con los Lamentos de un po-
razones, que sin embargo se reducen á muy poco, discípulos que en este particular hicieran lo que brecito holgazán y con las Cartas del madrileño,
y asentando que la Academia ninguna tiene para quisieran, siguiendo libremente sus propias inspi- que se insertaban en el Censor, periódico redac-
su regla, cuando le asiste la misma que forma el raciones; mas en vez de esto quiere ser jefe de tado principalmente por Hermosilla y por Lista.
único fundamento de los loistas para preferir el lo secta, y separándose de los dos sistemas que cuen- De tal modo se hirió el amor propio y el orgullo
al le en el objeto directo masculino, y es la utilidad tan en su apoyo, el uno con razones de utilidad de Gallardo al ver que la opinión pública se divi-
de distinguir el régimen indirecto del directo con para el idioma, con la respetable autoridad de la día, poniendo en cuestión si sus producciones en
dos terminaciones distintas: en lo demás sigue la Academia y con la de los mejores hablistas, y el aquel género eran superiores ó inferiores á las de
doctrina de la Academia, de la cual no se separa otro con la de escritores muy recomendables y su competidor, que perdiendo el juicio y salvando
en su gramática D. Pedro Martínez Ijopez. con el muy poderoso uso, forma otro tercero que toda consideración y miramiento, publicó con el
No así D. Vicente Salva, que respecto del caso no cuenta más que con la observación que ha he- título, sí mal no me acuerdo, de Vida y hechos de
más debatido, el directo masculino singular, adopta cho Salva de que á él tiende la práctica de algu- un pobrecito holgazán, na hbelo altamente infa-
un término medio, el cual aquí, como suele suce- nos buenos escritores, y aun esta no siempre con- matorio en que atacaba la vida privada dé su con-
der en otras muchas cosas, es, según lo haré ver secuente consigo, según él mismo nos lo advierte. trario. Denuncióle Miñano ante el jurado de im-
más adelante, peor que los extremos. Después de También D. Mariano José Sicilia, autor de las prenta, que por espíritu de partido le absolvió to-
tratar del dativo femenino en ambos números, Lecciones elementales de Ortología y Prosodia, talmente, declarando, contra lo que exigían el
opinando con la Academia que debe ser le y les, parece que, á fuer de buen andaluz, no pudo resol- buen sentido y la sana razón, que no era infama-
dice: página 127, edición de 1835: «Algo más du- verse á ser leista perfecto, y quiso hacer otra es- torio, y no quedó al injuriado otro partido que el
doso está el uso de los doctos respecto del pro- pecie de transacción entre el le y el lo, usando de de sacar á la vergüenza á aquellos jueces prevari-
nombre mascuhno; y si bien hay quien diga siem- aquel cuando se pospone al verbo, como amarle, cadores, pubhcando sus nombres y el fallo que
pre lo para el acusativo sin la menor distinción y enseñarle, verle, etc., y de este cuando se antepo- habían pronunciado en abierta oposición con el
le para el dativo, lo general es obrar con incerti- ne, V. g., lo amara, lo viera. Trabajos tendría el contenido del libelo calificado.
dumbre, pues los escritores más correctos que di- analítico autor de aquella apreciabilísima obra Y no tenia Gallardo por qué lastimarse tanto
cen adorarle, refiriéndose á Dios, ponen publicar- para dar razón de esta diferencia, y es un ejem- del paralelo que entre él y Miñano se hacia, pues
lo, hablando de un libro. Pudiera conciliarse esta plo más de que en las reglas es preciso ser conse- si éste le excedía en la elevación y profundidad de
especie de contradicción estableciendo, por regla cuente y no andarse con términos medios, com- sus ideas políticas y en la crítica de las adminis-
invariable, usar del le para el acusativo, si se re- temporizando, hasta cierto punto, con sus trans- trativas, todavía le quedaba á él la supremacía en
fiere á los espíritus ú objetos incorpóreos y á los gresiones. el manejo y conocimiento del idioma, de lo que
individuos del género animal, y del lo cuando se Esta cuestión la trató con alguna amplitud don sacaba recursos y partido que no podía alcanzar
trata de cosas que carecen de sexo y de los que José Gómez Hermosilla, en su Arte de hablar en el otro. Yo no conozco autor alguno que dé mues-
pertenecen á los reinos mineral ó vegetal. Así diré: prosa y verso, defendiendo el leísmo; en el mismo tras de haberle estudiado tanto como Gallardo (1),
examinarle, si se trata de un espíritu, un hombre sentido volvió á tocarla en su Gramática general, por lo que los aficionados á este estudio leen con
ó un animal masculino, y examinarlo, si de un y la defendió en la polémica que sostuvo contra atención cuanto ha salido de su pluma, siquiera
hecho;» y remite á la nota marcada con la letra G un anónimo que firmaba R., según aparece del sea sobre fruslerías ó asuntos de poca monta. La
á los que quieran enterarse de los motivos en que apéndice que D. Bartolomé José Gallardo agregó sátira de Miñano, aunque interesa mucho por el
se apoyan respectivamente loistas y leistas. al folleto que publicó en Cádiz en 1830con el título fondo, es algo monótona en la forma, por el con-
En esta nota expone algunas, no todas, de las de: üCuatro palmetazjos bien plantados por el tinuado ó frecuente uso que hace de la ironía.
buenas razones que alegan los leistas, y pasando Dómine Lúeas á los tJazeteros de Bayona por Esta digresión no me parece impertinente por-
á instruirnos de las que presentan sus contrarios, otros tantos puntos garrafales que se les han sol- que ella explica la monomanía de Gallardo contra
sólo dice: «Los loistas han creido que se diferen- tado contra el buen uso y reglas de la lengua y los escritores del partido afrancesado y la causa
cian mejor los casos dativo y objetivo (1) del pro- Gramática Castellana, en su famosa crítica de la de ese modo brutal y notoriamente injusto con
nombre él usando le para el primero y lo para lo Historia de la Literatura Española, que dan á que ataca á Hermosilla en la introducción del
segundo, acercándose mucho en esto á lo que luz los* Sres, Gómez de la Cortina y Ugalde cuaderno que ahora examino, y si para ello no me
practican los italianos. Tienen además excelentes Mollinedo.» /• fuera preciso hacer una digresión, mayor todavía
autoridades en su favor; y lo que sucede en el En este apéndice aborda Gallardo la controver- que la que me ha separado del asunto, yo probaria
plural donde les sirve para ambos géneros en el sia, formulándola con estas palabras:—«CMesíio» la justicia de ésta mi caUficacion. Con no menor
dativo, mientras los, las es indisputablemente el logosóñca,—¿Cuál es el más adecuado oficio délosacrimonia ni menos muestras de pasión, escribió
acusativo, ha podido muy bien guiarlos para el casos le, la, lo; los, las, les, (ge, se) del pronombre más de una vez contra D. Javier Burgos, también
uso de los mismos casos en el singular.» el, ella ello?» Derrama una porción de epítetos del partido afrancesado, de lo que puede servir de
De las tres razones que expone Salva en favor injuriosos sobre Hermosilla, sin qué ni para qué, ejemplo el folleto que publicó en Madrid en 1834
del loismo, la primera que en él se diferencian y dice: «El Sr. Hermosilla, trata la presente cues- con el título de: Las letras—letras de cambio ó los
mejor los casos dativo y objetivo del pronombre él, tión bien á la larga en su dicho dichoso Arte; y el mercachifles literarios.»
usando le para el primero y lo para el segundo, es, señor R. la trata después en los términos que se ha Antes de soltar de las manos este cuadernito
en efecto, razón, y la única que hay en su favor, visto en el diario número 4441. Si uno ú otro hu- de Gallardo, bueno será dejar consignado aquí y
como que la cuestión, simplificada y reducida á su bieran desempeñado el asunto con la plena informa desde ahora, por lo que conduce á la doctrina que
última expresión, se reduce á saber si esta ventaja cion de razones y hechos que el asunto merece, ex- más adelante he de sostener, lo que se lee en dos
compensa los males é inconvenientes que resultan cusado me creería yo de ventilarle de nuevo. Di- pasajes de él: «El objeto esencial (de lafilosofíade
de privarnos, aplicando la terminación lo del ob- choso, si le llego á tocar de modo, que no sea las lenguas), dice, es manifestar con claridad las
jetivo neutro al objetivo masculino, de tener esta menester retocarle.» Dice también: «La cuestión ideas. Nuestro primer empeño, pues, en el uso de
terminación exclusivamente para lo que llamamos es curiosa. Esta especie de palabras encierra en sí las terminaciones del pronombre él debe ser fijar
género neutro en nuestro idioma. La segunda razón uno de los primores exquisitos de la lengua latina la idea de cada uno de los objetos, cuya personali-
—que tiene excelentes autotñdades en su favor- y de la metafísica de la lengua castellana;» y des- dad significan: significan el varón, significan la
no deja de ser impertinente ó redundante, porque pués de calificar de barbarismo la dechnacion y hembra, y significan también un objeto ó comple-
ella entra en el supuesto de la cuestión; por el uso, uso de la mayor parte de las terminaciones de jo de objetos {ello), que no es lo uno ni lo otro. El
especialmente, se sostiene el loismo, y ya damos este pronombre, porque no se amoldan, como á él género es el carácter más distintivo de los seres
por sentado que hay muchos loistas, más cierta- le parece que debían amoldarse, al latino Ule, illa, significados por este personal; así el género debe
mente que leistas; dominan casi exclusivamente illud, de donde trae su origen, siendo así que no prevalecer sobre todo otro concepto.
en las Andalucías y en toda la América: leistas tiene más analogía y conexión con él que esta, J. M. DK BASSOCO.
solo 86 encuentran en la corte, en las Castillas y (Concluirá.)
entre los escritores que han prestado más aten- (1) Carlos Nodier dice, oon mucha razón, que hay dos
ción al estudio de la lengua; por loque D. Antonio usos, uno que crea y perfecciona las lenguas, y otro que las (1) Y sin embargo, no perteneció ¿ la Academia, como
Alcalá Galiano, D. Javier Burgos, Martínez de la corrompe y desnaturaliza: los buenos escritores deben favo- tampoco perteneció Gómez Hermosilla, ni el conde de
Rosa y algunos otros, son leistas á pesar de ser recer al primero y combatir al segundo. £1 mismo Salva Toreno. Choca ciertamente el no encontrar en la lista de los
andaluces; y la tercera razón, esto es, la analogía pone por epígrafe á su gramática estas palabras tomadas de académicos alguno de los mejores hablistas que hemos teni-
Fr. Luis de León en los nombres de Cristo, que bastan para do; lo que se explica con que aquel cuerpo no recibía en su
condenar su ciego apego al uso: «Algunos piensan que ha gremio sino i los que lo solicitaban, y el mérito suele ser
(1) Nombres impropios los que aquí usa Salva para dis- blar romance es hablar como se habla en el vulgo, y no co- demasiado altivo para abrazar el oficio de pretendiente: en
tinguir estos casos, pues los dos son objetivos, uno directo, nocen que el bien hablar no es común, sino negocio de par- los modernos estatutos se ha provisto al remedio de esta
otro indirecto; también se puede llamarlos régimen indirecto ticular juicio en lo que ae dice, como en la manera como se pernicioso obstáculo.
y régimen directo; dativo y acusativo. dice.»
LA AMERICA.

LOS HIJOS VENGADORES, tres vengadores son tres caracteres en que se re- clon poderosa, enlazaban con la tragedia naciente
flejan respectivamente otras tantas razas y civili- la alta lírica y la epopeya.
H31<í XJA. IjITBiJa.A.T'URA. DRAMÁTICA. zaciones. Muchas obras anteriores y posteriores al Ham-
II let de Shakspeare tienen manifiesta cone.xioa con
O R É S T E B . —El- CID—HAMI_eX. los elementos principales que constituyen este fa-
ORÉSTES. moso drama; mas en pocas se advierten tan pro-
FUENTES DE ESTOS TRES MITOS.
El mito literario del Oréstes de la Grecia anti- fundas analogías como en La Orestia de Esquilo,
I. gua ha sido determinado y fijado con el sello de la que el trágico inglés no conocía. Oréstes no titu-
inmortalidad por el genio sublime de Esquilo. Pero bea, como Hamlet, cuando llega el momento de
LAS PASIONES TOMAN DISTINTO CAUlOTKR, SEGÚN LA
ya mucho antes existia en la poesía helénica. Un obrar; pero antes razona consigo mismo, consulta
RAZA, EL TEMPERAMENTO Y LA CIVILIZACIÓN. vate insigue de Himera, Estesícore, compuso un á las Coéforas (1), que, con Electra, le excitan á
>oema. LA ORESTIA, cuyo titulo pasó á ser el de la la venganza de su padre; sufre las angustias de
No ofrece la historia, y especialmente la histo-
ria literaria, estudio alguno más interesante que fámosa trilogía de Esquilo. Desgraciadamente no
ha llegado á nosotros esta importante obra. Cons-
quien se halla subyugado por un deber supremo
que le impone imperiosamente la reUgion y que la
el de las transformaciones y diferencias esenciales naturaleza condena, y emplea el disimulo y la as-
que se advierten en las ideas y en los sentimientos ta su exis.encia por testimonios históricos de la
antigüedad. tucia para lograr su objeto á la vez piadoso é
humanos, según los tiempos, las razas, las reli- impío.
iones y las costumbres. Sin llegar á las atrocida- En un fragmento que los ilustres críticos ale-
f es gigantescas de enterrar vivas á las viudas y
quemar á los esclavos como honr? funeral de
manes Geel y Bergk, con no escaso fundamento,
atribuyen al mismo poema, asoma claramente la
La horrenda idea de poner á un hijo vengador
enfrente de una madre culpada es fundamental en
influencia rehgiosa de la fatalidad, base primor- ambos dramas- Oréstes y Hamlet desprecian cada
magnates bárbaros, ni á la económica costumbre dial de las coQcepciones dramáticas de Esquilo. cual á su madre con igual intensidad y energía.
de matar á los viejos, á ios impedidos y á los hijos Cooteaia también un sueño de Ciitemnestra, que La diferencia consiste en que Oréstes, con mayor
sobrantes, seres molestos y onerosos de la familia, tal vez inspiró al poeta trágico la terrible vision entereza y alucinado por las visiones y los orácu-
y otros horrores que degradan al hombre cuando de la serpiente que refiere á Oréstes el coro en los, mata bárbaramente á su madre, mientras
la civilización no modera sus salvajes instintos, se Las Coéforas, y que decide al parricida á come- que Hamlet, débil, escéplico é irresoluto, se con-
hallan también grandes monstruosidades morales ter el horrendo atentado. tenta con insultar á la suya ó emplear con ella su
en ilustres pueblos, que fueron lumbreras de cul- lenguaje habitual, ^mezcla de ironía, de ira y de
tura en remotas edades. Puede creerse fácilmente que las pasiones y los
caracteres de la trilogía TM Orestia pertenecen ternura.
La obhgacion que imponía la ley mosaica de Esquilo hace salir en Lns Ruménides el espec-
sustituir, como esposo, un hermano á otro her- exclusivamente á Esquilo. El vigoroso y fácil pin-
mano cuando habían sido infecundos los matrimo- cel con que traza los personajes de Ciitemnestra, tro de Ciitemnestra, y el de Darío en Los Persas,
de Egisto y de Electra, y la sabia unidad de las como Shakspeare hace que aparezca á Hamlet el
nios (el levirato), los ilotas de Lacedemonia y los tres partes inseparables de esta admirable trama, rey su padre, y Julio César á Bruto, para dar ma-
oarias de la India; el casamiento entre hermanos, denotan un ingenio original y poderoso. Pero, yor vigor á los sentimientos, con el terrorífico in-
leey sagrada de la sabia Egipto; cosas son que cau- ¡quién sabe si ea el alto sentido moral de la obra flujo de la aoaricion de los muertos, siempre pode-
san espanto y grima al corazón cristiano. fué Esquilo inspirado por La Orestia de Estesí- roso en la imaginación popular. No presenta Es-
Pero, sin ahondar tanto en los desvarios y mi- core! quilo á los ojos de Oréstes la sombra irritada de
serables aberraciones del espíritu humano, puede su padre; pero hace que el oráculo de Apolo es-
afirmarse que apenas hay un sentimiento, aun de Para excitar á la venganza á Oréstes, dice el
coro en Las Coéforas: tremezca su corazón, amenazándole con ella, si no
aquellos que son universal é inalterable patrimo- dá á los asesinos de Agamenón la misma muer-
nio de la humanidad, que no adquiera, según las «Permita Júpiter que triunfe la ley de equidad. ¡Agravio te que ellos dieron á este monarca desventurado.
influencias psicológicas y fisiológicas de cada pue- por agravio... muerte por muerte! Mal por mal es sentencia
blo, de cada época y á veces de cada individuo, tan de los antiguos tiempos.» «El Dios (dice Oréstes en Las Coéforas) me habló tam-
peculiares formas y tan profundas divergencias, Esta horrible ley de venganza, letj de equidad bién de otras Furias que suscitaría contra mí la sangre pa-
que cuesta trabajo reconocer un origen común en ternal, y del espectro de un padre que haría relucir en las
en la dura moral pagana, ley de iniquidad en la tinieblas sus pupilas.»
el impulso íntimo de pensamientos y pasiones que moral generosa de los cristiauos, se dulcifica y se
en sus manifestaciones externas toman rumbos trasforma en Las Euménides, última parte cíe la La índole hipócrita de Egisto coincide con la
tan distintos y producen resultados tan diferentes. trilngia. Allí la decantada ley del talion, de la an- del rey usurpador Claudio. Cuando le anuncian la
Las letras, que suelen ser luminoso espejo de tigüedad, se convierte en la santa ley de la reha- llegada de un forastero que trae la triste nueva
la índole moral, etnográfica, rehgiosa y política de bilitación moral del deUncuente, por medio del es- del fallecimiento de Oréstes, dice asi:
las naciones, demuestran á cada paso la exactitud carmiento, de la pena, de la plegaria y del arre-
de las precedentes observaciones. Las obras del «¡Oréstes muerto!... Nuevo manantial para nosotros de
pentimiento. penas é inquietudes, cuando un homicidio, aún reciente, las-
ingenio que la posteridad no condena al olvido, Digno en verdad era Estesícore de sostener y tima y despedaza el alma!» (2).
llevan siempre consigo el sello inmortal de los im- propagar, como apóstol de verdades morales, el
pulsos morales que mueven la sociedad humana; gran principio de la expiación. Era uno de aque- Casi del mismo modo aparenta Claudio sincera
esto es, las creencias, los afectos, las j)reocupacio- llos poetas que dabaa a la poesía lírica una gran- aflicción por la muerte del rey que asesinó con fra-
nes, los ambiciosos vuelos, las engañosas ilusio deza y una amphtud que la hacía frisar con la epo tricida mano:
nes, fuentes todas de donde nacen las acciones, peya y la tragedia. Así lo afirman ilustres críticos
gloriosas ó perversas, de los hombres- «Tan reciente está todavía la muerte de nuestro amado
El honor caballeresco, el fauatismo rehgioso ó de la antigüedad. Longino le llama muy homé- hermano, que sería bien que nuestros corazones permane-
político, son pasiones artificiales que se crean y rico (1). La Antología lo convierte en un segundo ciesen abismados en la tristeza» (3).
manifiestan, con muy diverso modo y carácter, al Homero (2). Quintiliano dice de él «que sostuvo
con la hra el peso de la epopeya» (3). .El Horatio de Hamlet, amigo incomparable, se
impulso de las costumbres, de los cultos, de las Aquel grandioso lirismo que, con sus formas asemeja al Pílades de La Orestia.
instituciones y de las leyes. Estos y otros ardoro- múltiples y flexibles lo abarcaoa todo^ tradiciones Coincidencias singulares, pues todo induce á
sos movimientos del alma pueden ser peculiares á teogónicas, leyendas religiosas y heroicas, costum- conjeturar que Shakspeare no conocía la admira-
épocas y á razas determinadas. bres públicas y privadas, glorias recientes de la ble trilogía. Unas" han podido nacer de la afinidad
El embeleso del amor, los arrebatos del odio, patria, cuanto constituye la vida real é ideal de las de los asuntos respectivos; otras, de los naturales
los afanes de la ambición, los anhelos de la glo- naciones, era la fuente natural del drama griego. encuentros que á veces tienen los entendimientos
ria, las angustias de la codicia, el infernal tor- No parece dudoso hoy dia que en Grecia la trage- privilegiados.
mento de la envidia, el ansia punzadora de la ven- dia nació del ditirambo, himno á Baco, entusiás- Pocos pasajes pueden dar más cabal idea del
ganza, son sentimientos y pasiones comunes á la tico por excelencia, y especialmente de los coros espíritu fataUsta, del vigor, de la lisura y de la con-
familia humana. Y, SÍQ embargo de su generah- trágicos de Sicione, que menciona Herodoto (4), centración del numen trágico de Esquilo, que la
dad y persistencia, toman caminos y formas dife- narraciones patéticas en forma de himnos ditirám- horriblemente bella escena de Las Coéforas, en
rentes, según las circunstancias idiosincráticas de bicos, especie de trenos, que constituyó lo que se que Oréstes mata á su madre. Es breve y rápida,
la raza y del individuo, y según el estado social llamó entonces xpaitao xpóico» (modo trágico). La ycialade reproducimos aquí, á pesar de nuestra creen-
de civilización ó de barbarie. La educación, el cli- tragedia griega fué en un principio puramente lí- las lenguas que los poetas griegos son intraducibies en
ma, la posición social influyen también no poco rica (5), y por trasmisión natural llegó á ser la modernas.
en la forma de expresión de las pasiones eter- tragedia dramática, que constituye una de las más Oréstes, después de haber dado muerte á Egis-
nas del hombre. Una dama aristocrática de Ber- brillantes glorias de la civilización Uteraria de to, se presenta á su madre con la espada desnuda,
lín ó de Londres no da rienda á la desespera Atenas. y le dice:
clon ó á la ira con desaforados gritos y descom- Estesícore, según la expresión de un escritor ORÉSTES.
uestes ademanes, como la placera de la Halle de
P arís ó la manóla de Lavapies de Madrid. El sep-
tentrional, por lo común flemático y reflexivo,
de nuestros dias, era «el más épico de los grandes
líricos.» Se han conservado muy pocos versos de También á tí te busco. El tiene ya su merecido.

espera ocasión para la venganza; el meridional, este famoso siciliano; pero en cambio conocemos CLITEMNESTRA.
irreflexivo é irascible, se ciega y acomete. En muchos de los asuntos épicos de sus poemas.
Horacio y PUnio el Mayor en él admiraban la su- ¡Ay! ¡Has muerto, Egisto de mi alma!
todos es igualmente intensa y viva la dolorosa blimidad y el alto sentido. Afirman que el esplen- ORtSTES.
energía de las pasiones; pero la máscara que to- dor, la pasión, el raudal de la elocuencia poética,
man, al enseñorearse del alma, tiene innumerables Amas á ese hombre. Pues bien, descansarás en su mis
hacían recordar en sus obras á las de Pfndaro (6). mo sepulcro: guárdale fidelidad hasta la muerte.
rnflticfís ¿Cómo no habia Estesícore de ostentar tan nobles
Esto explica cómo la venganza, por ejemplo, rendas en el grandioso asunto de su Orestia? CLITEMNESTRA.
que es una de las pasiones más adecuadas á las
obras de imaginación, y que ha dado pábulo tantas E ste poema nn podia menos de contener magnífi- Detente, hijo amado. Reipeta este seno en que has dor-
cos cuadros de las tremendas luchas y trágicos mido tantas veces, y donde tus labios maiciaron la leche que
veces á la novela y al drama, se ha pintado siem- conflictos de la sanguinaria familia de los Atridas. te alimentó en la infancia.
pre con tan diferentes formas y colores, lo cual se Atendida la grande autoridad de Estesícore, bien
vé con perfecta claridad, si se para la atención en puede conjeturarse que Esquilo no desdeñarla ORÉSTES. (Conteniéndose.)
la venganza provocada por causas de una misma inspirarse en aquella celebrada obra. ¡Grave é ir-
índole, y se comparan las obras literarias en que reparable pérdida! Pílades, ¿qué debo hacer? ¿He de atentar á la vida de
han sido desarrollados sus impulsos y sus es- Si hubiesen llegado á nosotros, así Lq, Orestia
mi madre?
tragos. ^ ^ como los cantos patéticos de Estesícore en las fies- PÍLADES.
No hay asunto dramático más grave y más con- tas heroicas de la Grecia Magua, tal vez hallaría-
movedor que la venganza ejercida por los hijos en ¿Y los oráculos do Loxias (Apolo)? ¿Y la fé de tus ju-
mos en ellos clarísima luz para juzgar de los orí- ramentos? Granjéate la enemistad de todos los hombres,
desaoravio de los padres. Innumerables son los genes del teatro griego, y se nos harian más visi- pero nunca la de los dioses.
dramas por él inspirados. Pero basta comparar los bles los vínculos que, en aquellos tiempos de crea-
tres más ilustres que ofrece la literatura de todas
ORÉSTES.
las edades, para convencerse de los diversos im
pulsos y efectos que producen las pasiones en ra- Tienes razón, tus consejos son acertados. {A Clitemnes-
zas y en civilizaciones distintas. (1) De Subí., XIII, 3.
(2) ANTIPATER. Ánth. Pal. vii, 75.
ira.) Sigúeme: te he de inmolar junto á ese hombre. Cuand»
Oréstes, El Cid, Hamlet. Tres instrumentos tí- vivia, 1Q has preferido á mi padre. Muere para dormir toda-
picos de flüal venganza, creados por las letras es- (3) INST. O R . , X , 1, 62.
pontáneas y vigorosas de Grecia, de España y de (4) HERODOTO, I, 23.
Inglaterra. Pero ¡qué personajes tan diversos! Los (5) Explican este punto con suma erudición y lucidez (1) Mujeres encargadas de hacer las libaciones en los
móviles que provocan estas tres venganzas y los los críticos alemanes Boeckli y G. M. Schmidt. Este último sepulcros.
medios empleados para consumarlas dan á cada trata más especialmente la cuestión del ditirambo. (2) Orestia.
\ma de ellas un sello privativo y profundo. Los (6) HoR-, Odas, IV, 98.—PLiN.,ffts<. nat, n, 9. (3) Hamlet, acto I.»
LA AMERICA.
via d su lado, pues que eras amante de ese hombre y ene- destierro. Aun más terminante y explícito asoma tuoso denuedo que cuadra al invencible adalid,
miga de aquel á quien debias amar. el interés personal del hombre en estas palabras: creado, á imagen del pueblo español, por la tradi-
CLITEMNESTRA. «Debo creer en los oráculos, y aun cuando no creyese, ción leyendaria.
la venganza ha de cumplirse. ¡Cuántos motivos juntos! los El temerario arrojo, la presunción caballeres-
¡Te he dado vida en tu niñez: déjame envejecer! mandatos del dios, la dolorosa pérdida de mi padre, y la in- ca, el temperamento arrebatado, el ánimo genero-
OaÉSTBS. digencia que me abruma. Y ¿he de dejar á un pueblo seme- so y bizarro, el fácil olvido del acatamiento que á
jante y á los*más esclarecidos mortales cuyo valor destruyó toda autoridad se debe; todas estas cualidades, ma-
¡Tú, asesina de mi padre, vivir junto á mí!
á Troya, avasallados por dos mujeres? porque este hombre las ó buenas, de la raza española asoman en la
CLITKMNESTRA. tiene corazón de mujer.» creación del Cid. El mismo conde Lozano se des-
manda grandemente dando una bofetada al ancia-
Fué el destino, hijo mió, quien cometió el delito. A vueltas de estas razones de interés religioso, no Diego Lainez, en presencia del rey; y en cuan-
ORÉSTBS. personal y político, en que el impulso humano so- to á Rodrigo de Vivar, más disculpable por más
brepuja al impulso divino, Oréstes, cuando escu- joven y más ofendido, olvida el amor, el rey, el
£1 destino va á darte ahora la muerte. cha de los labios de las Goéforas el sueño de su peligro, hasta lavar en sangre el honor de su
CLITEHNE8TRA. madre, arrebatado por la influencia que ejercían padre.
la religión de los muertos y las visiones infernales Guillen de Gastro no era de los que aprisionan
¿No te espanta, hijo mió, la maldición de una madre? del sueño en el fanatismo de los griegos, prorum- su ingenio con las cadenas convencionales de las
ORÉ6TE8. pe en estas bárbaras palabras: poéticas. A la manera de los grandes poetas trági-
¡Madre tú, que me has condenado al infortunio! cEse monstruo espantoso que amamantó mi madre, es cos de Grecia, deja entrar de lleno el elemento épi-
presagio cierto de su muerte violenta. Su sueño lo dice. Yo co en sus composiciones teatrales.
CLITEMNESTRA. mismo seré la serpiente, y morirá á mis manos.» Este es el vengador filial, propio de la España
¿No te he confiado á leales guardadores? del siglo XVI, en cuya literatura, genuinamente
Eurípides camina por rumbo diferente. Su nativa entonces, se refleja con toda claridad el ca-
ORÉSTEH. Orédes no es ya ministro y víctima de las divini- rácter nacional, tal como lo habían formado las
Siendo yo hijo de un hombre libre, de dos maneras me
dades infernales. El sentido de su carácter es com- gloriosas vicisitudes históricas de aquellos apar-
has vendido.
pletamente humano. La violencia de los remordi- tados tiempos.
mientos destroza su alma y enflaquece su cuerpo. Corneilie, al escribir su obra maestra Le Cid,
CLITEMNESTRA. Enfermo y supersticioso, su razón se altera, y cae formó un conjunto armonioso digno de su genio;
¿Y cuál es el precio que he recibido? en el delirio de la desesperación. No se disculpa, pero los elementos esenciales de su admirable dra-
como el Oréstes de Esquilo, con el imperio de los ma pertenecen á Guillen de Gastro: el asunto, esto
ORÉSTES. dioses. Guando Menelao, con grima y lástima, le es, la dramática lucha entre el honor y el amor,
La vergüenza me impide llamarlo por su nombre. pregunta cuál es la enfermedad que le devora, en que el honor lleva la ventaja; situaciones de
Oréstes le contesta sencillamente: «Mi conciencia, pasión y energía; pensamientos llenos de vivo in-
CLITEMNESTRA. el sentimiento de la atrocidad de mi delito.» genio ó de heroico espíritu. En cuanto al carácter
Bílo; pero declara al mismo tiempo las culpas de tu El Agamenón de Eurípides no es aquel impla- del Gid, nad t ha creado el gran dramarturgo fran-
padre. cable instigador de la venganza familiar que hace cés. Su Cid es el Cid del poeta español. Habla con
sanguinarios y desnaturalizados á sus hijos. Su suma gala y elegancia, pero obra y siente como
ORÉSTES. Oréstes dice: el paladín español del Romancero, hijo de la ardo-
Mujer ociosa en el hogar, no acuses al que sufría tantas «Si hubiese podido preguntar á mi padre si debia yo
rosa inspiración popular de Gastilla.
penalidades. matar á mi madre, me habría suplicado con instancia que Una de las mayores glorias de Gorneille es que,
CLITEMNESTRA. no clavara el acero en la garganta de la mujer que me dio embargada su noble fantasía por el apocado y frió
el ser, pues que por este medio no había de volver á la sistema que avasallaba la escena francesa, no le ar-
Triste es para una mujer la vida lejos de su esposo. vida.» redraba la soberana audacia del teatro español, muy
ORÉSTES.
semejante en esto al teatro inglés. Su poderoso
Aquí asoma el espíritu analítico y humano del instinto le hacia sobreponerse á las preocupacio-
Las fatigas del esposo sustentan á la mujer ociosa en poetafilósofo.Falta la fé. Oréstes, en el drama de nes doctrinales; y cuando quería dar vida y calor
el hogar. Eurípides, interesa sin duda, porque siente y pa- á sus aspiraciones escénicas, «tocaba al teatro es-
CLITEMNESTRA.
dece. Pero Qo tiene el carácter imponente, la m- pañol, como Anteo tocaba á la tierra (1)», buscan-
fenuidad épica, el sello hierático de la Orestia y do en aquella dramática libre lozanos y vigorosos
¿Intentas, hijo mió, inmolar á tu madre? emás creaciones de Esquilo. Éste era poeta y teó- cuadros del movimiento de los afectos y de las pa-
ORÉSTES.
logo, que sabia juntar en noble alianza lo humano siones de la humanidad.
á lo divino. De aquí nacen su vigor y su incompa- Algunos han creído que el héroe del Poema
No soy yo quien te arranca la vida; eres tú misma. rable grandeza. del Cid se refleja también en el Cid dramático de
Esquilo, trasladando á sus trágicas concepcio- Guillen de Gastro Probablemente Guillen de Gas •
CLITEMNESTRA. nes la elevación homérica, habia obtenido el pre- tro no conoció este poema. Fueron manantiales de
Repara que hay perros irritados (las Furias) que vengan mio en trece certámenes dramáticos; y como los su inspiración los romances populares y las tra-
á las madres. poetas presentaban á cada concurso una tetralo- diciones novelescas del famoso adalid castellano.
ORÉSTES.
gía, esto es, cuatro piezas, resulta que cincuenta y El Gid del poema es un carácter harto diferente
dos obras del eminente dramaturgo de Eléusis al- del Gid del romancero; sus impulsos de honor son
¿Y cómo evitarla los que vengan á los padres, si dejase canzaron la corona del triunfo (1). igualmente heroicos, pero más graves y refle-
impune al asesinato del mió? Gomo suele acontecer en pueblos de índole mo- xivos.
vediza, que viven en continuos vaivenes morales
CLITEMNESTRA. y políticos, pocos años después se había entibiado E L MARQUÉS PE VALMAB.
¡No hay remedio! Él sepulcro me espera, y son en balde el grande espíritu de la fé antigua, y las realida- {Continuará).
las lágrimas con que imploro la vida. des terrestres, sin místico vuelo y sin sobrenatu-
ORÉSTES.
ral influjo, bastaban para cautivar al pueblo de
Atenas. Así floreció, insigne testimonio de los ELISA LYNCH.
El destino de mi padre ha fallado sobre tu suerte. cambios del arte según los cambios de las ideas, el
poeta de Salamina. Eurípides, grande ingenio sin
CLITEMNESTRA. duda, pero que ya baja rápidamente la pendiente PRIMERA PÁGINA DE ÜN LIBRO.
¡Ay de mí! ¡Hé aquí la serpiente que yo he alimentado! de la decadencia. Vive en una atmósfera nueva de De una mancebía de la moderna Atenas, que
Fué profetice el terror que me inspiró aquel sueño. filosófico escepticismo, y tiene en poco los subli- cual voluptuosa sultana vive reclinada en su le-
mes dramas de Esquilo, porque la indiferencia re- cho de placeres perfumados, la mano de un hijo
ORÉSTES. ligiosa le ha hecho incapaz de sentir su heroico soberbio de las selvas Paraguayas arrancó á Elisa
Has cometido un parricidio: un parricidio será tu cas- sentido, su elevación moral (2). Lynch, y deslumbrándola con los rayos de oro de
tigo. III un porvenir de gloria y de grandeza, la trajo á
(Saca á Glitemnestra con violencia fuera de la escena.) EL CID.
que, embargada de orgullo y de esperanza, se sen
Ea la iasoleacia coa qae habla á su madre se tase en el trono de la Asunción.
asemeja no poco el Orésies de Esquilo al Hamlet La fuente del mito literario El Cid Campeador Si los acontecimientos que en la vida de un
de Shakspeare; pero no ciertamente en la resolu- es el Romancero; esto es. el espíritu caballeresco, pueblo se ligan á una personalidad le abren de
ción implacable con que procede á la inmolación arrogante, generoso, osado, dtel antiguo pueblo par en par las puertas de la historia, pocas con
de su madre. No es impetuoso y gallardo como el castellano. más justicia que ella podrían reclamar hoy un
tía, sino inexorable como el destino que repre- Guillen de Gastro, creador del tipo dramático puesto en el inmenso panteón en que, confundidas,
senta. Sin embargo, por más que los críticos se del Cid, en su comedia titulada Las Mocedades se destacan, Isabel la Gatólica ostentando sobre su
empeñen en sostener que este Oréstes es ciego del Cid. no fundó su noble inspiración sino en los majestuosa frente las perlas recojidas en las aguas
instrumento de la fatalidad, la verdad es que los romances populares y en el concepto que, por la del mundo descubierto bajo los auspicios de su
móviles que inducen á Oréstes son en gran parte lectura de las crónicas, habia formado de las cos-
humanos. Cierto que el mismo Esquilo hace excla- tumbres violentas de la Edad Media. Esto lo pa-
mar al coro de Las Euménides: «Potente Apolo tentiza el insigno poeta valenciano introduciendo
t énio, y Garlóla Corday blandiendo en la atrevida
íestra el puñal ensangrentado con que partió el
corazón del verdugo de su patria.
no eres cómplice del crimen; eres su único autor:» en Como ellas, Elisa Lynch es también una inmen
cierto también que la inspiración que resplandece cessus dramas trozos enteros de preciosos roman-
vulgares, y prescindiendo de las ideas y de los sa personalidad que ya pertenece á la historia.
en la Omím es profundamente religiosa, y que sentimientos ¿Cuál ha sido su origen y cuáles sus antece-
ella da á esta sublime obra carácter hierático so- el honor á unmorales ideal
de su época, para levantar
quimérico, que sólo puede en- dentes?
lemne; pero ¿quién podria negar que al lado de ¿Cuál su vida en el Paraguay desde el momen-
este espíritu, y con él mezclado y confundido, ana- contrarse en los libros de Gaballería.
En la segunda parte de Las Mocedades del Cid, to que á sus playas llegó en brazos del amor?
rece na uv alas claras el sentimiento humano? Si ^Cuál su influencia sobre el mandarín de la
despojado Oréstes de la sensibilidad y de la respon- el palenque en que, por acrisolar la fama de una
hidalguía notoiía, que nadie con razón podía po- China Americana, al cual ligó su suerte hasta el
sabilidad moral inherentes á la raza humana aue- ner extremo de acompañarlo al borde de la tumba,
dase convertido en un mero ejecutor de preceptos en duda, manda Arias Gonzalo, uno tras otro,
divinos, en una especie de verdugo impasible é á tres de sus hijos á una muerte segura, es uno de ofreciéndole, como trofeo de su constancia, el ca-
irresponsable de los dioses, sería una figura irre- los más horribles y repugnantes cuadros que ha dáver de su propio hijo inmolado en su presencia?
vocablemente odiosa, que no causaría á los espec- presentado teatro alguno. Aquel honor, que re- En una palabra: ¿cuál ha sido el papel de Elisa
tadores terror ni compasión, sino únicamente re- quiere un sangriento holocausto que conculca las Lynch en la sangrienta y penosa guerra, en que
pugnancia. Si estrictamente fuese instrumento de más sagradas leyes de la naturaleza, no es honor, su airada figura aparece envuelta sin cesar en esa
agena venganza, ¿qué significación tendrían las es meramente inhumanidad y barbarie. No se pa- noche de muerte que, fatídica, cruzó por espacio
Furias, esto es, los remordimientos que devoran raba mucho en esto el recio temple de la musa de cinco años sobre la abatida frente de un pueblo
su alma? dramática de Guillen de Gastro. Así es que, en la mártir?
primera parte de Las Mocedades del Cid, obra en Es lo que me propongo averiguar y d^'ar con-
En la misma escena que hemos reproducido verdad admirable por la concepción y por el brío, signado en este artículo.
donde tan visible se manifiesta el espíritu fatalis- el héroe castellano habla y obra con todo el impe
ta, asoma también, no sólo algo humano, sino al- (1) Expresión de Mr. Baret. Eáte insigne orítioa fraacé»
go personal en la reconvención que dirige á Gli- (1) PAUSANIAS, Ática, 21. lleva su amor i la jusíticia histórica hasta señalar alguna
temnestra por haberle despojado de todos los bie- (2) Véase ARISTÓFANES, Las Bañas, v. 814, etc., 893, situación de Las Maeeiadts del (Hd malograda por el graa
nes y condenado desde la niñez á un mísero etcétera. También La Electra, de Eurípides. poeta dntra^ico francés.
LA AMERICA.

Si es tarea delicada caracterizar |con propiedad por el contrario, eücuentran una escusa para todas I partidarios del unitarismo si están conformes con todas las
la físoaomía moral de un hombre, la diñcultad las faltas que pesan sobre su conducta al lado del libertades contenidas en el credo federal, sin hablarles de
crece al tratarse de una mujer; porque hay en su general López. Mi misión se limitará á exvoner hC' federación, todos dirán que ese es el ideal que ellos persi-
organización resortes tan finos, en su sensibilidad chas de una autenticidad que nadie puede destruir gnen. Aquí, como decia perfectamente Llano y Pérsi la
tan íntimos arcanos y en su inteligencia tantos ya. Esos hechos son los que la van d juzgar á misma noche, en conversación particular con los republica-
matices, que la semejanza de su retrato escapa al usted. nos, es más grande la distancia que existe entre los nom-
más diestro pincel. Efectivamente; eso es lo que voy á hacer en bres de las cosas, que entre los principios.
Los autores del siglo de Luis XIV, al dibujar un libro, cuya extensión no me es dado fijar to- Dispénsenos nuestro amigo que le hablemos con esta
las figuras graciosas que á manera de ninfas se- davía. franqueza, así como nos ha de dispensar igualmente el que
guían el carro del gran rey, y lo^ contemporáneos Por ahora me limitaré á iniciar al lector en el llenemos algunas líneas que él dejó vacías en su discurso
que como Lamartine, Guizot, Gousin y otros han plan general de la obra. por las razones ant«s indicadas. Debió decir el Sr. Várela á
trazado cuadros no menos encantadores, han com- La primera parte se contrae á la descripción de sus oyentes que, mientras la República Argentina estuvo
probado mi aserto, triunfando empero, en su afán, un viaje que hice á la Asunción en el año 1856, regida por el sistema unitario, arrastró una vida emífera y
para instrucción ó delicia de la posteridad. donde por vez primera conocí y traté d Elisa no consiguió salir de una odiada y cruel tiranía, sino para
Menos fehz que ellos en cuanto á la paleta de Lynch. caer en otra más odiosa y más cruel é inhumana, gastando
que voy á tomar los colores para dar luz al cuadro, La segunda se contraerá exclusivamente á bos- en esta vida de azares y reacciones, los afios que mediaron
lo soy más, empero, en cuanto á la figura histórica quejar las aventuras de su vida en Europa, antes entre la independencia y el planteamiento de la federación,
que un compromiso me impone diseñar. de venir á este lado del mundo, amenizándola con y que durante este tiempo la ilustración, la riqueza y la li-
Elisa Lynch es, en realidad, un tipo único en la descripción de los sitios que sirvieron de teatro bertad, estuvieron completamente alejadas del Rio de la
los dias que correa. á sus hazañas y liviandades. Plata. Que su actual riqueza, el honroso puesto que disfruta
Hija de padres modestos pero honrados, siente La tercera y última parte, será la historia de la entre las naciones cultas y el progreso creciente en su po-
desde temprano un deseo impaciente por ser dueña vida de Elisa Lynch en la campaña del Paraguay. blación, todo ello, todo, data desde que está gobernada por
de una libertad de acción absoluta é ilimitada. Como se vé. el tema es, no sólo vasto y varia- el sistema federal^y que sólo á estar gobernada por este sis-
Dotada por Dios de una belleza que cautiva y de do, sino fecuado. tema, única y genuina forma de Gobierno dentro de las
un espíritu que una educación esmerada ha culti- Si al abordarlo pudiese abrigar el legitimo te- ideas democráticas, debe el que los europeos acudan á su
vado coa provecho, cree que el modesto teatro del mor de ser impotente para trazar un cuadro que patria por ciento de millares buscando un bienestar de que
hogar es pequeño para sus ambiciones de mujer y requiere otra pluma, otras aptitudes, otra calma, en sus países carecen; que el proletario busque afanoso un
sus ilusiones de cortesana. otra preparación y otro colorido, me estimula, sin país como la Confederación Argentina, donde, á más de
Sin que el cariño del padre la .detenga, ui las embargo, la esperanza de que la variedad de los una completa libertad como nunca soñada en Europa para
lágrimas de la madre la eateraezcaa, les abaadoaa datos que tengo, las revelaciones que he recogido dedicar su actividad á lo que estime más en armonía con sus
un dia en que la fantasía sueña con las emociones de los labios de la misma Jieroina y el iaterés [)al- deseos, sabe la facilidad que encuentra para hacerse propie-
que le puede briadar la independencia que compra pitaate de los hechos coatemporáaeos, que taa ía- tario si así lo desea, y que por esta propiedad sólo se le han
a costa del inmenso dolor de su familia. timameate se ligaa coa la hermosa pecadora, se- de imponer, dedíquela á lo que más conveniente le parezca,
Dueña de susaccioues entra galla rdamenteea el rán poderoso auxiUo, si no oara hacerme salir un 4 por 100 si es rústica, y 5 por 100 si es urbana.
mundo, bajo el triple amparo de su hermosura, de airoso de la espinosa tarea, al menos para con- En cuanto á la cuestión de Venezuela, los apuros del
su juventud y de la fogosidad de su carácter. quistarme la buena voluntad del lector, á cuyo Sr. Várela fueron más trasparentes sí cabe, pues obligado á
A partir de ese instante, su vida es un romaa- cariño entrego confiado estas páginas, escritas en decir que este país, cansado de probaturas con la República
ce, uaa leyenda, á la que se ligan indistiatameate medio de las agitaciones diarias de una existencia, unitaria, y visto que, como en la Argentina, todas habian
y ea siagular confusioa, tesoros de boadad que la cuya prosa conocen todos los que conocen á dado resultados negativos, se ha visto en la necesidad de
enaltecen, y actos de prostitución que la degradan. HÉCTOR F. VÁRELA. constituirse en federación, y que se ha verificado el fenó-
Las protestas de amor fueron para ella, duran- meno de que este paso lo haya dado aquel que estaba llama-
te mucho tiempo, otros tantos caprichos con que do á ejercer la dictudura. Hombre, el Sr. Valora, incapaz de
jugueteaba, complaciéndose en las heridas que LOS ORADORES AMERICANOS mentir ni prodigar lisonjas á cambio de un aplauso, terminó
abria en corazones nobles, que se le coasagraban EN NUESTROS ATENEOS. su conferencia, antes, como ya dejamos dicho, que consentir
con más lijereza que reflexión. que de sus labios saliese una palabra que pudiera herir las
Un tanto fatigada de no llevar un nombre que H é c t o r JP. V á r e l a - creencias políticas de los que tan generosam nte le habian
le sirviese de carta de introducción para penetrar acogido en su seno y considerado como hermano.»
en el seno de la culta sociedad, entregó su mano Trozos de UD discurso.
á un mancebo de familia distinguida. Después de leidas estas palabras por uno de los
Grato es siempre á España que los oradores oradores más distinguidos del Casino, que gracio-
La monotonía del matrimonio la mataba. americanos que á Madrid vengan tomen parte en samente se prestó á ello, el Sr. Várela dijo:
Cuando más tierao se mostraba el hombre que las conferencias de su Ateneo y asociaciones de «Hé aquí, sefiores, el cargo á que acabo de aludir al em-
le habia dado su apellido, profaaó el tálamo aup- todo género que, sin cesar, mantienen vivo el bri- pezar y el que me servirá de tema en esta primera parte de
cial, tuvo ua amante, tuvo dos, tuvo diez, hasta llo de la tribuna española. mi conversación, pues, como lo dije en la primera conferen-
que las lometas de París la vieron entrar ea el tem- Entre estos oradores del Nuevo Muudo, uno de cia, no deben ustedes esperar trate de pronunciar un dis -
ilo de sus orgías, coroaada de belleza y de bri-
f lantes.
reputacioa universal, desde su famosa improvisa-
ción en el Congreso de la Paz en Ginebra, impro-
curso.
El autor de este artículo, recordando sin duda que los
Eatre ellas, si no fué la soberana, fué siempre visación que duró cerca de dos horas, pronunciada antiguos coronaban de flores á sus víctimas para conducirlas
una mujer á la moda, festejada, y teniendo cons- en idioma francés, publicada, como dice Castelar, al sacrificio, ha querido hacer conmigo otro tanto; me ha
tantemente ea torno suyo una rueda de adorado- en todos los idiomas, y objeto para su autor, el se- cubierto de ñores la cabeza para llevarme al banco de los
res, que si ao brillabau por su buen juicio, llamaban ñor Várela, de uaa de las más graades ovacioaes acusados, formulándome ex cátedra un cargo tremendo: el de
la atención, ó por su fortuna, ó por su cuna, ó por tributadas á la palabra humaua, acaba de dar dos haber tenido miedo de hablar del sistema federal en la R e -
sus blasones. coafereacias ea uao de auestros priucipales Gasi- pública, por no lastimar las convicciones de los miembros de
De la alcoba de un príncipe, un lord inglés la nos, que, confirmando su reputación de gran ora esta Asamblea, eminentemente unitarios en sus aspiraciones
llevó á viajar: hizo furor entre las Leonas de Ba- dor, le han vahdo los más entusiastas plácemes y políticas. {Bien, bien.)
den-Baden y de Hambourg: cautivó la atención elogios de toda la prensa madrileña. ¡No, señores! Nada más injusto ni ageno á la verdad.
del Cardenal Antonelli en É.oma: humilló el orgu- Una numerosísima y muy escogida concurren- Ante todo, debo declarar que jamás, ni en ninguna cir-
llo de un Tenorio afortunado en Madrid; explotó cia, entre la que habia senadores, diputados, pe- cunstancia de mi vida, ni en medio de las fiestas de la bo-
sin conmiseración á un rico banquero de Londres, riodistas y hombres de letras, ha asistido á las dos nanza, ni al calor de las luchas tempestuosas, jamás he t e -
hasta que, domiaada por las calidades de ua joven conferencias. nido miedo de manifestar franca y libremente mis opiniones,
sevillano, se enamoró locameute de él, sia que por En la última estaba uno de los taquígrafos de porque, ni mis compatriotas me habrían tolerado esa cobar-
eso coasiguiese, ai coa su hermosura, ai coa LA AMÉRICA, que ha tomado íntegro su brillantísi- día, ni mi conciencia me lo habria permitido. (Aplausos.)
su taleato, ai coa sus gracias, vencer el desprecio mo discurso. Una prisión sufrida en los albores de la caída del tirano
con que la miró. De él vamos á dar una parte, lamentando que que enlutó mi patria, una imprenta, la más valiosa entonces,
En esa situación, triste para su espíritu, deses- la aglomeración de materiales para este número arrojada al medio de la calle por orden de un Gobierno, á
peraate para su amor propio de mujer, cruzó Ló- nos impida publicarlo íategro, como habria sido quien atacaba duramente en el diario que en ella se impri-
pez por su camiao. auestro deseo. mía; la suspensión de otro diario, muchos años después, por
Lo que habia sucedido coa el sevillaao, le su- La primera parte del discurso la coatrajo á otro Gobierno, cuya política creí deber atacar en pro de
cedió al geaeral López coa ella: se eaamoró de contestar un cargo hecho al Sr. Várela por ua los grandes intereses argentinos y algunos lances perso-
Elisa. pactista federal en un largo artículo que á su pri- nales de esos á que no le es dado eximirse al hombre de
Esta, después de couocer al geaeral de las sel- mera conferencia consagró en el diario del jefe de honor y convicciones, son títulos que, aun cuando me duela
vas americanas, y abarcaado de uaa mirada pe- su partido, Sr. Pí y Margall. tener que hablar instantáneamente de mi pobre persona, son
uetraate el porvenir que asomaba á sus ambicio- Después de tributar los mayores elogios al ora- títulos que puedo invocar ante ustedes, que con tanta bene-
nes, le prometió la fidelidad de un corazón vir- dor, á su elocuencia, que llama clásica, y «al poder volencia me escuchan, para probar que jamás tuve, ni mie-
jea: consiguió imponerse á su voluntad, le obligó mágico que tiene para avasallar á su auditorio, al do, ni embarazo, ni consideraciones para manifestar libre-
también á viajar con ella para mejor conocerlo en que electriza con el fuego de su palabra, dice el ar- mente mis opiniones. {Grandes aplausos.)
la intimidad de ua trato constante, y cuando su ticulista:
amor propio satisfecho pudo vanagloriarse de su Entonces, ¿por qué lo habia de tener ahora?
fácil conquista, abandonó las riberas de su licen- «¿Por qué, á pesar de su elocuencia, que en nada desme- Miedo, ¿de qué?
cioso pasado, y aruUada ea los brazos del amor, reció, no estuvo á la misma altura al describir la actual or- El articulista me lo dice: de hablar de la federación, de
víuo á plautar su tienda de peregriaa ea la mora- ganización que habia citado cuando desoribia los bárbaros ponderar las ventajas del sistema/eáer-aí sobre el unitario,
da sombría del que más tarde debia darle la cerviz hechos del tirano Rosas? ¿Por qué hubo momentos en que declarando que mi patria debe á aquél todos sus progresos,
de un pueblo, por gradas de su trooo. el orador tuvo que sostener una lucha cruenta entre las ideas y Venezuela su regeneración actual.
Compañera de López ea las orgías de París, lo que agolpadas en su mente pugnaban por salir convertidas No, señores.
ha sido tambiea en las orgías de sangre del Para- en palabras, y éstas espiraban en sus labios sin llegar á Ni la índole de la primera conferencia, ni su programa,
guay, en medio de las cuales aparecen siempre articularse? ni los propósitos que tuve en vista al darla, ni los fines que
unidas esas dos figuras, sobre cuyas cabezas flo- Nosotros lo diremos. El Sr. Várela, hombre incapaz de con ella, con ésta y las demás que pueda dar me propuse,
tan las almas de millares de víctimas, muchas de faltar á las conveniencias sociales, sabia que estaba en una me autorizaban á entrar en una disertación doctrinal sobre
las que ella pudo arrancar al martirio, si en vez asociación, cuyo objeto principal es defender la república la mejor forma de gobierno dentro de la república, sin fal-
de estimular los instintos feroces de su amante, unitaria, y no creyó prudente abusar de la fraternal acogida sear ese programa, ni alejarme de esos propósitos. {\Bien\
se hubiese inspirado ea el recuerdo de aquella su que este centro le habia dispensado, exponiendo ideas y teo- \Bien\)
blime Ester de la Biblia, que se postraba ante rías por aquella corporación combatidas. Pero nosotros, más Cuando se me hizo el honor de invitarme á tomar la
Asnero implorando el perdón de los hebreos per- conocedores de los socios del Casino democrátieo-progresista palabra en esta digna asamblea de hombres libres, y se me
seguidos por Aman. y de la buena fé con que defienden sus ideales, estamos se • pidió el tema sobre que hablaría, lo di: La República Ar-
Pero no quiero prejuzgar... guros que en vez de tomar por una ofensa que el Sr. Várela gentina y la República de Venezuela.
A su paso por Buenos-Aires, Elisa Lynch me hubiese explanado con amplitud el sistema de gobierno por Al empezar las noches anteriores, dijo textualmente:
deda: que su patria está regida y al que debe su creciente bien- «Empezaré ocupándome de la República Argentina, tra-
, —Si usted no escribe un libro en que me insul- estar y engrandecimiento, le habrían agradecido más esta zando á grandes rasgos las dos épocas salientes de su histo-
te, en que me ultraje, en que me presente como la franqueza que los rodeos que tuvo que dar para eludir esta ria, después de su emancipación: la de la tiranía en que mi
más perversa y la más sanguinaria de las muje- cuestión. Sepa el f-"r. Várela que en Espafia los republica- patria vivió agoviada bajo el peso de todos los dolores, es-
res, su obra no ha de encontrar eco. nos que se llaman unitarios, no son tales porque no estén clava de los caprichos brutales de un tirano sangriento, y la
: —Yo no pienso escribir, le contesté, un libro c nforraes con la forma federativa, sino por la única y exclu- de su regeneración, en que bañando su frente en todos los
festinado á satisfacer las aspiraciones de nadie, siva razón de que piensan que el pueblo español no está en explendores de la libertad, se agita feliz bajo sus auspicios
,ni la de los que la creen á usted la más infame de condiciones de regirse por esa forma de gobierno; y tan ver • risueños.» {Aplausos.)
iodas las mujeres, ni la ambición de aquellos que. dad es esto, que si uno por ano preguntamos á todos los Ahora bien: para llenar este programa, responder á este
8 LA AMERICA.

propósito é historiar esas dos épocas, ¿qué necesidad tenia marcha progresista y reparadora, y el hermoso espectáculo ¿pudo ser considerado jamás por ningún hombre de principios
yo de engolfarme en una disertación estructural sobre los que presenta en medio de los esplendores de la libertad que como una República.^
sistemas federal y unitario, en el gobierno republicano? la sonríe? ¿Lo era tampoco Venezuela antes que Guzman Blanco
¿A qué me habria conducido, ni qué habría ganado? Lo debe al compromiso que la nación contrajo consigo la levantase del lecho de sangre en que vivió martirizada
Si al anunciar esta conferencia se hubiese dicho que yo misma de aprovechar las tremendas lecciones del pasado, durante medio siglo?
pensaba disertar sobre la república, principio, idea, forma, comprendiendo que el pueblo que no vela por sus derechos No, señores; hay que decir la verdad, pagando tributo
aspiración, sistema de gobierno, y como complemento, sobre y no se halla de continuo aparejado á defender .la libertad, á la historia, á los hechos, á lo que es de pública notoriedad,
l.as dos escuelas, la unitaria y la federal, y al entrar de cae, al fin, postrado á los pies de un déspota, que lo degra- y saben todos los que alguna vez hayan detenido su vista en
lleno en la cuestión hubiese manifestado recelo ó miedo de y embrutece. (Grandes aplausos.) las grandes turbulencias americanas; aquellas no eran Re -
establecer las ventajas del sistema que hoy rige los destinos Lo debe al tacto, al tino, al talento, á la experiencia de públicas, ni federales ni unitarias; aquéllas eran simplemen-
de las dos repúblicas, tema de mi discurso, entonces, sí, com- los hombres públicos argentinos, revelados en todas las eta - te tiranías, dictaduras, omnipotencias brutales de una vo-
prendo que el articulista que me ocupa hubiese podido pas de la jornada, desde que á la mañana siguiente de la caí- luntad salvaje, que fusilaban, degollaban, confiscaban y h a -
echarme en cara mi cobardía, mi falta de temple para ma- da del tirano iniciaron la obra de la reconstrucción, remo- cían del martirio de los pueblos sistema de gobierno en nom-
nifestar mis ideas en aras de consideraciones, que si él cree viendo con mano firme los escombros por él amontonados bre de la República, como podrían haberlo hecho en nombre
pueden justificar principios de educación y alardes de corte- en el camino, para colocar la piedra fundamental de la nueva de la monarquía ó del imperio, que esos verdugos de la
sía, yo habria creído, no sólo cobardes, sino indignas; por- era. (Aplausos.) conciencia humana, llámense Rosas ó Nerón, Calígula ó Mel-
que no se sube á ninguna tribuna para hacer uso de la pa- Debe la República Argentina esta situación venturosa, garejo, Napoleón ó García Moreno, lo mismo decapitan
labra humana, si ella no ha de recibir el aliento de convic- al buen sentido, al patriotismo, á la verdadera docilidad con y violan la pureza de las mujeres, teniendo en la mano el
ciones profundas, el fuego de la inspiración patriótica, y el que comprendió que para levantarse primero, engrande- gorro frigio, qne ostentando la tiara ó haciendo flotar al pié
estímulo hermoso de la verdad austera. (Grandes y prolon- cerse después, no le bastaban, ni la fertilidad del suelo, de los cadalsos el manto purpurino de los Césares, de los
gados aplausos que interrumpen al orador.) ni la dulzura del clima, ni las vastas planicies, ni las rique- emperadores ó de los reyes. {Grandes y estrepitosos aplau-
sos, vivas y aelamaciones durante varios minutos.)
Conste, pues, que no merezco el reproche que se me ha zas que allí duermen, ni los encantos de una naturaleza en
hecho, porque yo no he venido á ocupar este puesto de h o - cuya contemplación risueña el espíritu se deleita con ino- El Paraguay vive, durante medio siglo, secuestrado al
nor para disertar, política y filosóficamentS, sobre unidad y cencia. (Aplausos prolongados.) Comprendió que necesita- movimiento del mundo, al cual cierra su comercio. Allí no
federación, porque ni este era el objeto de la conferencia, ni ba algo más: que necesitaba aumentar la familia, que n e - hay ni prensa, ni Parlamento, ni tribunales independientes:
esto se armonizaba con su índole especial, ni se había dicho cesitaba inmigración, brazos, inteligencias, trabajadores, los extranjeros no pueden casarse sino con negras: á ciertas
una sola palabra que tal pudiese haber hecho creer á ningu- capitales, que fuesen de fuera, llevándole, además, del seno horas del dia nadie puede salir á la calle, y para asistir á
no de los que me escuchan. (Muy bien.) de la vieja Europa, los frutos de su experiencia, el aliento los bailes debía pedirse permiso á la policía. (Risas prolon-
Yo he venido aquí á hablar de cosas más prácticas: del de su progreso, la ciencia de sus estudios; y en fin, este va- gadas.
grandioso espectáculo que mi patria presenta después de sus lioso caudal adquirido aquí después de tantos siglos de lu - La sucesión del Gobierno allí no se hace por elección po-
noches de luto, con Gobiernos regulares que se suceden sin chas y combates, de ensayos frustrados y amargas decepcio- pular. López, en su testamento, lega el Gobierno á su hijo
violencia, en nombre de la libertad del sufragio, de las ga- nes, y do esa fé incontrastable con que el hombre ha venido mayor, como puede legarle un Cortijo ó una propiedad cual-
rantías constitucionales y del ejercicio tranquilo de la ley: trabajando por el perfeccionamiento progresivo del género quiera.
de sus progresos asombrosos, del aumento casi fantástico de humano. (Estrepitosos y prolongados aplausos.) ¿Es eso una República?
su población, de la riqueza de su suelo, la dulzura de su cli- Y á este, señores, á este aumento prodigioso en la Y aquí vienen mis comparaciones.
ma y los encantos de la naturaleza. (Aplausos.) población, á la manera fraternal, cariñosa, desprendida, con Al mismo tiempo que tales hechos se producían en nom-
Yo he venido aquí á decirles lo que muchos de ustedes que hemos sabido asimilarla á la nuestra, la República bre de la República, existia eatonces, por ejemplo, la mo -
ignoran: que aquella es la patria feliz de los desheredados de Argentina debe, en gran parte, esa serie de progresos que narquía belga, dirigida por el Mentor de los soberanos eu-
la fortuna, y que si la geografía, los pactos internacionales, constituyen una verdadera grandeza nacional, y que ella ropeos.
las combinaciones diplomáticas ó tradiciones de nacionalidad presenta engreída en los altares de la civilización del mun • Les pregunto á ustedes, ó más bien dicho, pregunto á
que deben respetarse, han establecido barreras entre los ar- do, como una especie de reivindicación de su doloroso pasa- los republicanos que me escuchan: ¿en cuál de los dos paí-
gentinos y los extranjeros, el soplo de la fraternidad argén do. (Grandes aplausos.) ses habrían vivido ustedes con preferencia, más gustosos y
tina ha derrumbado esas barreras, haciendo de los hombres ¡Extranjeros! Pero si allí no los hay, amigos míos. felices? ¿En la República de López ó en la Monarquía de
que allí van una sola y grande familia, que tiene por techo Más de 100.000 españoles comparten hoy con nosotros Leopoldo? (Aplausos.)
el cielo de mi patria, y por morada, aquella noble y hospita- el techo, el pan, el hogar, la familia, el trabajo, los dolores ¿Y dónde habrian gozado ustedes más los encantos de la
laria tierra empapada con la sangro de dos generaciones. y las alegrías de la vida. Ellos son españoles: piensan de libertad, en la monarquía inglesa, en que cada hombre es
(Estrepitosos y ^prolongados aplausos. Varias voces: ¡Viva continuo en la patria ausente, la acompañan en sus desfa- un ciudadano, con sus derechos, su autonomía, y las garan-
la República Argentina.) llecimientos y en sus esperanzas, y allí, en las horas miste- tías que necesita para vivir, ó en la República del Ecuador,
Al hablar de Venezuela—la patria del inmortal Bolívar, riosas de los recuerdos, piensan en los dias felices de su in - donde el pueblo era una especie de rebaño de carneros, cu •
—he venido aquí á presentar con hechos, con datos y docu fancia, en la campana que los llamó á la primera oración, en yos pastores eran los jesuítas que formaban la guardia pre-
mentes, la transformación, casi milagrosa, operada allí por el templo á que los condujo la madre amada, en sus juegos toriana del bandido García Moreno? (Grandes aplausos.)
un hombre, por una voluntad, por un prestigio, que asumien- de niño, en los primeros amores y en las tardes deliciosas en Y hablando de la forma de Gobierno que hace felices á
do con fé serena y voluntad de hierro la empresa colosal, que, jugueteando con las mariposas de los campos, contem- los pueblos, ¿dónde está el republicano que podría tener la
arrancó á su patria del hecho de barbarie en que la profa- plaban silenciosos una puesta del sol, admirando esa agonía audacia de decirme, que prefería la República de Bolivia
naban sus verdugos, para presentarla al banquete de los grandiosa del rey de la luz que, fatigado de la carrera del con Melgarejo, al Imperio del Brasil con Don Pedro II?
pueblos libres, amparada por la libertad que la ha regene- dia, cae desmayado á reposar sobre el lecho de la noche. ¿Saben ustedes cómo se vivía en aquella República'?
rado, por el progreso que la ha engrandecido, y por el ejer {Estrepitoso^ aplausos.) Escúchenme un instante más.
cicio de la vida constitucional, que le ha permitido revindi Sí, todos ellos son españoles y se conservan españoles; Como en la República Argentina bajo la federación de
car su augusta personalidad, en medio de los esplendores de pero para nosotros no lo son, son hermanos, son compatrio - Rosas, en Bolivia á la sombra de su tirano no había, ni
los días de prosperidad y bonanza que hoy le sonríen. {Gran- tas, son hijos de aquella gran familia argentina, cuya mora- prensa libre, ni Parlamento, ni libertad de ninguna especie
des aplausos.) da es mi patria; familia, en cuyo seno nos confundimos todos para nada. Aquella no era tampoco una República federal
y para darme esta inmensa satisfaoccion de americano, alegremente bajo los auspicios de la libertad y del derecho ni unitaria. Era un bárbaro vulgar erigido en poder discre-
de argentino, de venezolano, pues tengo derecho a conside- que á todos nos ampara y del trabajo que á todos nos en- cional, en fuerza absoluta, en verdugo de una sociedad de
rarme ciudadano de aquella hermosa parte de América,— grandece. {Prolongados aplausos y exclamaciones que in - continuo humillada con sus bacanales y orgías.
que hizo el encanto de Humboldt, y hará el de todo el que terrumpen al orador.) Un día penetra en el templo: hace sacar del altar la ima-
tenga la dicha de cruzar su territorio, tapizado de flores,— No es, pues, á la íorma, federal republicana de gobierno, gen de la Virgen María, y coloca en el sitio que ocupaba, á su
¿tenia por ventura necesidad, y menos obligación, de hablar á lo que la República Argentina debe su prosperidad actual, querida, en el traje que lucía Eva en el Paraíso (sensación)
de unitarios y federales"? sino á todo lo que acabo de decir; á su juicio, á su tino, á su y no contento con ese sacrilegio salvaje, con esa profanación
Ni en sueños me lo pude imaginar... horror á la guerra, á su amor al trabajo, al orgullo que cifra repugnante, hace postrar de hinojos á sus cinco ministros
Pero ya que mi buena fortuna me autoriza á tocar estos en sus progresos, á la fé con que los emprende, á la religio - para que adoren el cuerpo desnudo de la Mesalina, como un
puntos, al defenderme, quiero protestar contra otro error sidad con que cumple sus compromisos y paga sus deudas, á creyente fervoroso podría adorar el símbolo de sus creen-
del artículo citado, que consiste en pretender hacer creer la liberalidad de sus instituciones y de sus leyes económicas, cias.
«que todos los progresos de la República Argentina, los de á lo diminuto de sus impuestos, á la honradez de su adminis- ¿Era aquello vivir en la Repúblical (Aplausos.)
»be al sistema federal que la rige, y que los milagros ope- tración, que no gasta un peso sin la autorización del Congreso, Otro dia da un banquete oficial en Palacio, para celebrar
srados por Guzmau Blanco en Venezuela, obra son también al ejercicio de una ley de igualdad que no alcanza al pode- el aniversario de la proclamación de la independencia de la
»del planteamiento del sistema federal, en la República.» roso en detrimento del pobre, y finalmente, á las facilidades patria. Convida al cuerpo diplomático. En las paredes del
Como la afirmación que á mí me concierne, esta también que allí se encuentran para la vida, en una nación donde salón cuelga los retratos de los soberanos, cuyos represen-
es completamente infundada y agena á la verdad histó - existe amplia libertad de cultos, de comercio, de industria, tantes ha invitado á su mesa. Llega el momento de los brin-
rica. de imprenta, de reunión, y en una palabra, todas las gran- dis. Se pone de pié, y dirígiéndose al retrato de la reina Vic-
Lo probaré. (Movimiento de atención.) des y hermosas libertades que hoy constituyeu el bello ideal toria—modelo de virtud como soberana y como mujer—ex-
¿Qué fué la patria Argentina bajo el imperio sangrien- de la democracia. (Grandes aplausos.) clama, ebrio ya:—«¿Conocen ustedes á esa loca? Pues es la
to de la dominación de Rosas? Kntonces, ¿cómo no ha de prosperar y engrandecerse borracha viqa que gobierna á los orgullosos ingleses... ¿Y
¿Una República? una nación que vive en tales condiciones? aquel otro! señalando al retrato del emperador del Brasil.—
jUna República federal? ¿Cómo no la han de elegir por segunda patria, aquellos ¿Lo conocen? Pues ese es un macaco, emperador de negros
¿Unitaria? que en la propia viven privados de los dones de la fortuna, y mulatos... (Risas.)
No fué nada más que esto: una tiranía abs >luta, un des- arrastrando vida de necesidades y miseria, luchando brazo á ¡Qué republicanos y qué República\
potismo sangriento, una voluntad omnipotente, un tirano re- brazo con el pauperismo, sin ver asomar jamás un rayo de ¿ y se dirá todavía, en absoluto, como afirmación incon-
belde á todo principio, á toda ley, á toda práctica adminis • esperanza en el cielo de sus dolores y sus tristezas? trovertible, que es una forma de Gobierno determinada, la
trativa; un poder omnímodo y discrecional, que tenia muer- {Aplausos.) única que puede hacer la felicidad y la grandeza de un
ta la prensa, amordazada la tribuna, pisoteada la justicia; re- pueblo?
Pero... en el calor de esta improvisación, que ustedes es- Pues, frente por frente á esa República, sobre sus fron-
concentrando en sí, todos los poderes y facultades del mando. cuchan con una bondad que empeña toda mi gratitud, me
¿Acaso en nombre del sistema Unitario de Gobierno, ocurre un argumento que quiero emplear al contestar al dis- teras, existia al mismo tiempo el Imperio del Brasil, el cual,
oomo supone la Vanguardiat exceptuando la mancha oprobiosa de la esclavitud,—que
tinguido escritor de que me vengo ocupando: se refiere á hasta hace poco envolvía en sombras de vergüenza la ban-
¡No! Lo de Rosas no era República, no era una forma las formas de gobierno que hoy se dividen los destinos del
de Gobierno; porque ^cuando estos existen como Monarquía, mundo. {Movimiento de atención.) dera estrellada de la patria de Washington y Lincoln,—y
como Imperio ó como tal República, existen con ellos el cuya libertad progresiva ha empezado ya, era, y es uno de
mecanismo, las leyes, los principios, las garantías, el equili - En medio de las grandes transformaciones que sin cesar los países más libres de la tierra, gozándose en ese Imperio
brío salvador entre gobernantes y gobernados; en una pala • agitan la humanidad, de los cambios fundamentales que se de todas las garantías, de todos los derechos, de todas las
bra, todo lo que constituye un Gobierno, en la acepción que operan en el seno de los partidos políticos que luchan en libertades que se gozan en la más libre y mejor organizada
la palabra tiene, y como nada de esto existió bajo el impe- cada nación,—y ustedes, españoles, conocen mejor que de las Repúblicas, sin exceptuar la del Norte, donde puedo
rio sangriento de la tiranía de Juan Manuel Rosas, es no sólo nadie lo que importan y producen esos cambios,—(Risas) afirmarlo en nombre de la verdad de los hechos y de la his-
un ultraje á la República y á sus principios inmortales, sino en medio de las traiciones y apostasías de los que, bur- toria, ¡no existe más libertad que en el Brasil! fProlonga~
un falseamiento completo de la historia Argentina, preten- lando la confianza en ellos depositada por los pueblos, erigen doa aplausos.)
der que las desgracias que agobiaron su frente durante los su voluntad despótica y sos caprichos brutales en única for- Pero hay más.
veinte aQoa de la tiranía, los debe al sistema histórico que ma de gobierno, se me ocurre preguntar: ¿Acaso basta que Para probar—y esto es uno de los deseos que tengo en
en aquella época rigió los destinos de mi patria, (Aplausos.) un país se llame república para admitir que por el simple esta conferencia,—que no es exacto que la República Ar-
como es también una apreciaeion completamente agena á la hecho de ese bautismo, ese país dd)a sier más feliz que otro gentina deba su prosperidad, sus adelantos y su grandeza,
verdad la de decir, que todo cuanto se ha realizado desde cualquiera regido por u n a / o r m a distinta de gobierno.^ al sistema federal que la rige, citaré otra República, que
entonces en la República Argentina, se debe únicamente á Apelemos á la historia, á los antecedentes y á los vive en plena prosperidad; cuyo comercio y cuya riqueza
la forma federal de Gobierno por ella aceptada. hechos. se desaírollan de una manera maravillosa, y que puede ser
|No, sefioresl Bolivia, gobernada por Melgarejo, ¿era una república? tomada como ejemplo, por los que, aspirando á vivir en la
¿Saben ustedes á lo que debe la República Argentina aa El Paraguay, bajo la dominación del sombrío Francia República, deben comprender, que antes de ocuparse en sa-
prosperidad, su grandeza actual, el creciente desarrollo de primero, de los dos ijopez, más tarde, ¿fué una república^ ber si una República ha de sef unitaria ó federal, debea
todas las fuerzas vivas que constituyen su organismo, su El Ecuador, entregado á loá jesuítas por García Moreno, empezar por plantear la República, dejando para la han
LA AMERICA.
de la consolidación, manifestar su preferencia por uno de los lleguen todos los desheredados de la fortuna,—realizó ver- chas voces: no! no!) Pero concretándome á lo que por
dos sistemas orgánicos que «lia reconoce. daderos milagros, calmando las pasiones, desarmando los ahora me importa para contestar al articulista que me ooa-
Ya habrán comprendido ustedes que hablo de la Francia. partidos y anulando los prestigios de cuartel, fundando un pa, diré: que en esta segunda época, Guzmau Blanco,
Y bien; ¿qué es lo que allí existe? Gobierno regular, estableciendo el imperio de la ley y el res- aprovechando el fruto de sus últimos estudios duran-
¿Es una república federal ó unitaria? peto á la autoridad; moralizando la administración, equili - te los dias de reposo que pasó en París, ha fundado el
¿Es la república soñada por Platón, ó la república ex- brando los presupuestos, haciendo de las rentas del Estado régimen federal, estableciendo en su país las instituciones
plicada por Toequeville? dineros del pueblo, en vez de tesoros para repartir entre suizas, con aquellas modificaciones que exigían la diversidad
¿Es la república acariciada por la mente soñadora de los favoritos; difundiendo la educación, construyendo templos de carácter, de costumbres, de tradiciones y de modo de ser
Castelar en su Fórmula del Progreso, ó la república de y escuelas, caminos y puentes; creando los Parlamentos y de la heroica, de la noble nación venezolana que, perfecta-
Custelar, gobierno'? (Aplausos.) los poderes judiciales, y en una palabra, regenerando á mente organizada hoy bajo el imperio de esas instituciones
Es, por ventura, una repúbUca'de la índole y del espíritu Venezuela en nombre de la libertad, del derecho, de la jus- tutelares y de la más hermosa libertad, se presente ante el
de las antiguas repúblicas italianas, ó una república como la ticia, y de esa fecunda moralidad política, «sin la que» ha mundo marchando á banderas desplegadas en el camino de
de Chile, la República Argentina ó Venezuela, perfecta- dicho Montesquieu »no se consigue la felicidad de las nacio- la prosperidad y de la grandeza.» (Grandes aplausos.)
mente organizadas hoy? nes.» (Grandes aplausos y grandes aclamaciones.)
¡No! Ustedes lo saben: nada de eso es la actual república Y todo esto, tantos milagros, tantas conquistas, resulta -
La falta de espacio nos obliga á suspender aquí
francesa, pues no es ni unitaria ni federal, y aun cuando dos tan sorprendentes y consoladores; en ñn, esta obra de
la última parte del discurso del Sr. Várela; pero
conserve alguno de los atributos y privilegios de la monar- Guzman Blanco, ¿fué por ventura, como dice el articulista
para que se comprenda el efecto por el producido
quía, es simplemente una república, cuyos fundadores, en á quien estoy contestando, la obra exclusiva del sistema fe-
—efecto del cual se ha ocupado toda la prensa de
medio de grandes desgracias para la patria, y cuyos sostene-
Madrid—vamos á citar lo que al dia siguiente dijo
deral republicano? el mismo diario, á que contestó.
dores, después de haber realizado á la sombra de su bandera No, señores.
verdaderos milagros, han tenido el buen sentido, el tino ad- Decirlo, es incurrir en otro error histórico que tampoco Hé aquí sus palabras:
mirable de no perder el tiempo en la cuestión de detalle, la de puedo consentir. «No es para descrito, y mucho menos de pluma de ua
elegir entre el sistema unitario y federal, comprendiendo Disipado el humo de los últimos combates, el regenera- cronista como nosotros, la altura en que el orador argentina
que lo que á la noble Francia convenia, ante todo, era /an- dor de Venezuela no pensó sino en fundar el Gobierno de la se colocó anteanoche, y los justos aplausos que el ilustrado
dar la República, consolidarla, rodearla de prestigio y pro- República, sin perder el tiempo en discutir si debia ser uni- público le dispensó, que, en honor de la verdad, debemos
bar al mundo, que en Europa también la república es com- taria ó federal, comprendiendo que lo que es perfecciona- decir, que si era tan ilustrado como en la anterior conferen-
patible con el orden, con la paz, la estabilidad, las garantías miento de una institución política, y más de esta magnitud, cia, era mucho mayor, hasta el punto de no caber en el
sociales, y la salvaguardia de los grandes intereses conser- no se pretende realizar en una época embrionaria, en que, salón.
vadores, que amparan con su égida las monarquías!» (Pro- ante todo, hay que construir la base en que debe reposar el Empezó el orador haciéndose cargo de nuestra crónica
longados y estrepitosos aplausos que interrumpen al orador.) edificio de la República para entrar después en la adopción anterior. Dárnosle las gracias, no por los inmerecidos elogios
del sistema que más convenga á la índole, al carácter y al que á nosotros, humildes periodistas nos tributa, puesto que
El orador se detuvo á hablar de la situación modo de ser del país, pues bien saben ustedes, señores, que nuestra personalidad es demasiado insignificante para llamar
actual de la Francia, de su prosperidad y de Gam- no todas las instituciones son adoptables para todos los sobre ella la atención pública, sino por la verdadera y since-
betta y reanudando el tema principal de su dis- pueblos indistintamente, y que las que pueden convenir á ra pintura que con tenta elocuencia como entusiasmo hizo
curso, continuó de esta manera: unos, pueden no convenir á otros. (Bien, muy bien.) de nuestro jefe y amigo D. Francisco Pí y Margall, descrip-
«Vamos ahora á Venezuela. Ustedes han oido, señores, Y la prueba de esta prudencia en los procederes que de- ción que valió al orador un nutrido y unánime aplauso,
el cargo que se me ha hecho sobre la parte de mi conferen • ben usarse para organizar políticamente una nación, la tene- aplauso que inundó de placer nuestra alma, y por el que da-
cia anterior, relativa á este hermoso pedazo de la tierra mos precisamente en lo que ha ocurrido en la misma Vene - mos á los concurrentes las más sinceras gracias.
americana, todo encanto, todo poesía, todo luz, con rios que zuela y con el mismo Guzman Blanco. Una vez entrado de lleno en la cuestión política, que
juguetean sobre lechos de ricas pedrerías, palmeras que Actualmente, ¿se halla regida por el sistema federal? era el terreno en que nosotros queríamos ver al orador, qué
parecen abanicos de esmeralda, agitados por brisa empapa- Sí, señores; y diré cómo y por qué, á menos que no esté belleza de imágenes, qué fluidez en los períodos, qué tor-
da en perfume de azahares, mujeres de estética belleza, y abusando demasiado de la galante atención con que ustedes rentes de arrebatadora elocuencia, describiendo el sistema
hombres de valor legendario; conjunto delicioso que en las me han escuchado hasta ahora. (Varias voces: Ao, no señor; de gobierno al cual debe la Confederación Argentina todas
peregrinaciones el viajero contempla con éxtasis supremo... siga Vd.) esas maravillas que el orador nos describió; porque, oréanos
(¡Bravo, bravo!) Fatigado de aquella ímproba tarea, el general Guzman nuestro amigo, la firmeza en los caracteres, la trae consigo la
Blanco necesitó reposo para atender á su salud quebranta- forma de gobierno ¿Quiere que le citemos un ejemplo? Pues
He tenido miedo de decir, al hablar de esa tierra de las
da; y afianzada la paz en todo el país, resolvió dejarlo por fije su vista en las Repúblicas vecinas de la Confederación
hazañas de su afortunado caudillo, que todo cuanto ha
algún tiempo. Argentina, mire al Paraguay y al Uruguay, regidas por el
realizado en ella, ha sido en nombre de la federación, del
Verdaderamente omnipotente, por el inmenso prestigio unitarismo, y díganos por qué estos dos pueblos no prospe-
sistema federal de aquella República!!!
de que gozaba, lo puso al servicio de la candidatura del ge- ran á la par que su patria. ¿Es que no son de la misma fa-
Esto es lo que se me dice. milia que los argentinos?
¡De esto de lo que se me acusa! neral Alcántara para que le sucediese en el mando, convir-
tiéndose al aceptarlo, y como era natural, en guardián celo- Los unos y los otros son dignos hijos de España; con las
Y bien: ni puedo, ni quiero admitir el reproche; porque mismas virtudes y los mismos vicios están adornados; pero
como el otro, es injusto, infundado; ageno á la verdad his- so de su obra, la regeneración de la patria.
La simple elección de Alcántara, hecha por Guzman, mientras en la Confederación Argentina las leyes hacen que
tórica, y á lo que ha pasado en la patria hermosa del in- el ciudadano esté en la plenitud de sus derechos y los esti-
mortal Bolivar, que bien puedo llamarlo así, aquí donde se hará comprender á Vds. que tenia en él plena y absoluta
confianza. me lo necesario para no dejárselos arrebatar por el primer
enaltece y glorifica el nombre, la memoria, la grandeza de caudillejo que levante una montonera, sus dos vecinas su
todos los héroes de todos los tiempos y de todos los pueblos. Llegó el momento de nombrar presidente, y lo fué sin
oposición alguna. fren constantemente el yugo de toda clase de tiranías, y
(Aplausos.) créanos el orador, no saldrán del estado de anarquía en que
Lo he dicho ya al pasar, y lo vengo repitiendo en la A los pocos dias, el general Guzman Blanco se embarca-
ba para Europa, tranquilo y confiado, 1 evando, no sólo el hace sesenta años se encuentran, mientras no formen parte
prensa de España hace más de un año, en la serie de ar - de la Federación del Plata. Luego si es una verdad, que no
tículos que sin cesar consagro á Venezuela, á la que me li- juramento de fidelidad del amigo al que confiaba su tesoro,
— que así podia llamar á la situación por él creada en V e - nos negará nuestro amigo, ha de convenir con nosotros que
gan vínculos que no rompen ni la distancia ni el tiempo, el mal de la forma de gobierno y la experiencia nos tiene
porque son los de una eterna gratitud. (¡Bien, bien!) Antes nezuela,—sino lo que era más halagüeño para su espíritu y
tranquilizador para su conciencia: la seguridad de esa fideli- enseñado, que la unitaria conduce al cesarismo, unas ve -
que Guzman Blanco, de triunfo en triunfo y de victoria en ees en forma de imperio, como sucedió en Francia con las
victoria, llegase á la cima del poder en la tierra que meció dad
¡Vana ilusión! anteriores Repúblicas y sucederá con la actual, si no con-
su cuna, allí tampoco existía República federal ni unitaria: cede la autonomía al Municipio y á la provincia, ó en la
existía el caos más espantoso, la más sangrienta anarquía, Quimera caprichosa, que no debia tardar en desvanecer
la más negra de las perfidias, la más infame de las traicio- de dictadura, como acontece en las Repúblicas hispano-
un desgobierno más repugnante que el del Bajo Imperio; americanas que por el sistema unitario están gobernadas.
algo semejante á una noche de horrores, pesando sobre la nes, la más sangrienta de las ingratitudes. (Sensación.)
Apenas Guzman se hubo alejado de las costas de su pa- Y esto mismo, que nosotros decimos, lo confirmó supe -
frente abatida de un pueblo, que en medio de su impoten -
tria, el amigo le traicionó. Alcántara le volvió la espalda, y rabundantemente en los sublimes períodos en que nos des-
cia, de su desesperación y su desgracia, llegó á creer que
cebándose como los chacales sobre la presa, se cebó en la obra cribió la regeneradora obra llevada á efecto en Venezuela
las sombras de aquella noche serian eternas, y que ya no
de su antecesor, para destruirla, para derrumbar el edificio por Blanco. ¿Por qué éste á la vuelta á su país planteó la
brillaría para él ni un rayo de esperanza que le pudiese
levantado durante el septenio, poner término á la moralidad federación? Precisamente porque esta es la única manera
confortar en su infortunio. (Grandes aplausos.)
administrativa, robarse las rentas del Estado, renovando con que puede conjurarse el peligro de que su país vuelva á
Aparece Guzman Blanco, como aparecen los hombres la anarquía el dia que él falte do la esfera política.
providenciales en las tempestades políticas de las nacio- aquellos dias de luto, y vergüenza, y anarquía, y desgobier-
no, y licencia, que parecían concluidos para siempre. Terminamos esta crónica dando el más sincero parabién
nes, como apareció en Italia el héroe fantástico de los wií: á nuestro amigo por los datos tan preciosos que de su país
aquella especie de Cristo que en la tierra de los volcanes, de Pero Venezuela, la nación, el pueblo, no podían hacerse
cómplices de tamaña traición, y algunos de los mejores ami- nos suministró, y lo único que anhelamos es que llegue
las artes y de la tradición, tuvo su Calvario, su Cruz y su cuanto antes el próximo jueves, en que ha de continuar sus
Resurrección. (Grandes aplausos.) Congregó algunos pa- gos de Guzman Blanco, fieles á su antigua bandera, se lan-
zan á la revolución, al mismo tiempo que escriben al presti- disertaciones, pues que en ellas van ganando dos pueblos
triotas, inflamó sus corazones llamándolos al cumplimiento queridos para nosotros; la patria del conferenciante y núes -
de un deber austero; inculcó en ellos la fé que á él agitaba: gioso caudillo pidiéndole que vuele á ponerse al frente de
aquellas legiones armadas para dar en tierra con el traidor tra propia patria.»
corrió á los campos de batalla: dio una, dos, diez, y desta-
cándose gallardo en medio del fuego, consiguió arrojar á que estaba deshonrando la patria. ¿Puede darse mayor triunfo?
los fariseos del templo, enarbolando la bandera de la liber- ¿Qué habia de hacer Guzman Blanco? Honor al famoso orador argentino, mejor dicho,
tad sobre el alcázar sangriento del último de los Mohica- Eran sus antiguos compañeros los que le llamaban para al orador americano.
salvar su propia obra, para castigar la traición y.... no vaciló P . DB NAVARSSTS.
nos. (Prolongados aplausos.)
Era que sonaba para Venezuela la hora anhelada de su un instante.
resurrección. Echando mano de su fortuna particular y haciendo uso
Eran las claridades del nuevo día, surgiendo de la san- de un crédito legítimamente adquirido en toda Europa, com- MABLY.
gre, de la barbarie y de una anarquía que parecía eterna... pró armas, y cuando sus enemigos le creían entregado á las
Era la fé perdida, que recobraba su imperio en los es- delicias de Gápua, abandonó su tranquilo hogar de París,
dejó allí una familia que hace el encanto de su vida, y po- Vamos á ocuparnos de unfilósofoaustero qae
píritus, hasta entonces postrados y abatidos. ejerció alguna influencia en la revolución de Fran-
Guzman Blanco, no pierde un momento: ni se envanece niéndose bajo el amparo del ángel tutelar que tantas veces
le habia conducido á la victoria, se lanzó resueltamente al cia, por más que hoy esté casi condenado al olvi-
con la victoria, ni duerme engreído sobre sus laureles. do. Se pidió para él, así como para Rousseau, una
Dueño de la situación, se contrae inmediatamente á la suelo de la patria, donde se le esperaba como á otro Mesías.
Esta nueva campaña no podia ser larga. estatua y una tumba en el Panteón, y íué una de
empresa ardua, difícil, verdaderamente titánica, de COKS- las almas más nobles y una de las figuras más ori-
truir, de levantar, de organizar, de llamar á quicio los ele- Apenas se supo en Venezuela que Guzman Blanco esta-
ba en su territorio, el país se levantó como un solo hombre ginales del reinado de Luis XV.
mentos dispersos de una sociedad, disueltos moral y mate - Gabriel Bonool de Mably nació en el mes de
rialmente, haciéndole comprender que solo en el trabajo y para correr á formar al pié de una bandera, cuyo prestigio
conocía, y renovándose la hazaña de César, el famoso caudi- Marzo de 1709. Pertenecía á una familia noble del
en la paz podia encontrar el consuelo, el alivio, la reparación Delfinado.
á los males de medio siglo de luchas, de orgía, de barbarie llo americano fué, vio y venció. (Aplausos.)
y desgobierno. En alas de una ruidosa victoria, en medio de las acla- Uno de sus hermanos, el abate de Gondillac,
maciones de un pueblo que por segunda vez asistía á las adquirió más celebridad que el abate Mably. Este
¡Qué obra la de ese hombre extraordinario! entró en el Seminario de San Salpicio, inspirad»
¡Qué labor! emociones de la Resurrección, Guzman Blanco entró en Ca-
racas á tomar posesión del mando que la nación entera le por M. de Tencin, que era pariente y amigo de la
¡Qué perseverancia! familia, pero se disgustó pronto de una carrera
¡Qué voluntad de hierro para luchar contra todas las confiaba, para emprender de nuevo la tarea de levantar al
país de la postración, del desquicio, de la anarquía, de la que le hubiera conducido á la fortuna, y abandonó
dificultades y vencerlas! los libros de teología por la lectura de Platón,
¡Qué fé inquebrantable para no desmayar ante la majes- pobreza en que le dejaban hundido los malvados que duran-
te dos años le habían estado profanando. Plutarco, Tueídides y Cicerón.
tad do una tarea en que habían sucumbido muchos hom- Recibido como pariente ea la casa de la señora
bres y muchos partidos! (Bien, bien.) No puedo ni debo detenerme ahora á historiar los tra-
bajos de este hombre extraordinario, en este segunda época de Tencin, muy famosa por su influencia coa los
Siete años ejerció el mando, y en ese septenio,—memo^ hombres más ilustrados de la épocJa, asistía á los
rabie en la historia de nuestra América querida, de esa de su fecundo é inmortal gobierno, porque la hora es avan-
zada y he abusado demasiado de la bondad de U8t«des (Mu- banquetes á que invitaba con frecuencia á Ponte-
América destinad* ea dia no lejano á ser el pueblo á que
10 LA AMERICA.

nelle, La Mothe, Saurín y Montesquieu, que había Mably consideró á Cario Magno el modelo de La idea de que lo superfino de la opulencia se
publicado en 1734 La grandeza y la decadencia los reyes; un patriota, un legislador, un filósoto, hace con lo necesario de la pobreza, es una idea
de los romanos. Mably tomó á éste último por abjurando el poder arbitrario, siempre funesto á defendida no solo por Mably, sino que fué expues-
modelo y dio á luz en 1740 su Paralelo de los ro- los reyes, y reconociendo los derechos impres- ta por M ontesquieu en el libro que trata del lujo
manos y de los franceses, que á pesar de ser una criptibles del hombre, que han caíd > en el olvido. en el Espíritu de las-leyes.
pálida imitación del primero, obtuvo algún éxito. El abrió el Campo de Marte, reunió al pueblo El sueco de Mably preguntaba al inglés, su in-
Entonces fué elevado al ministerio de Negocios en esas asambleas de donde los grandes y el clero terlocutor: «¿A costa de cuántos ciudadanos, 6
Extranjeros M. Tencin, que había sido encargado le habían excluido; sabia que no existe la patria mas bien de provincias, eatá hecha la felicidad
de negocios de Francia en Roma. Debió aquel donde no hay übertad; mejor quería ser jefe de una del rey de InglalerraUY deciSL: €iCuál es este ani-
cargo al favor del cardenal de Fleury. La señora nación libre, que de un pueblo de esclavos. El rei- mal monstruo que se llamaun sultant El devora
de Tencin, que no se hacia ilusiones sobre la capa- nado de Cario Magno no fué sino un relámpago todos los frutos de la tierra, y su hambre, siempre
cidad de su nermano, pensó en Mably para que le en la noche. renovada, no está nunca satisfecha.»
dirigiera. Después de su muerte, el gobierno se desnatu- Según la opinión de Mably, la naturaleza ha
Mably, para instruir á su discípulo, redactó un ralizó, tomando una forma desconocida de la an creado la igualdad entre los hombres; ella nos ha
compendio de todos los tratados celebrados en tigüedad griega y romana. Para Mably fué una dado á todos los mismos órganos, las mismas ne-
Europa después de la paz de Westfalia, con el tí- época terrible, abominable, y sobre todo, incom- cesidades, la misma razón. Ella no ha hecho al
tulo de Derecho publico de Europa, que apareció prensible. hombre para servir al hombre. ¿De dónde provie-
en 1748. Mably publicó en 1768 sus Dudas sobre el orden ne la desigualdad? De los hombres. Esta respuesta
El censor le preguntó: «¿Quién sois vos, señor natural, refutó el libro de Mercier de la Riviere, de Rousseau es la respuesta también de Mably,
abate, para escribir sobre los intereses de la Euro- que reducía todo á la propiedad y á la agricultura, pero mientras Rousseau encuentra el remedio en
pa? ¿Sois ministro ó embajador?» Y rehusó la au- nacía del despotismo esclarecido el mejor Gobier- el Contrato social, Mably lo encuentra en la aboh-
torización de publicar el libro, que se imprimió en no, y no veía nada de comparable á la China y á cion de la propiedad.
Ginebra y alcanzó el éxito más sólido de todas las su emperador agricultor. Suprimiendo la propiedad, Mably creyó refor-
obras de Mably. Mably combatió su pasión por el despotismo de mar el corazón humano, y decía: «Si yo pudiera
Se le llamó el Manual de los ministros, tradu- la China. destruir las preocupaciones que extravían nuestra
cido en muchas lenguas: en Inglaterra se le tomó El conde Wiebhorsko llevó á Mably á Polonia razón, sí yo pudiera arrancar de nuestro corazón
por manual de la enseñanza de Derecho público. en 1770, á fln de hacerle estudiar el país y conocer las pasiones tiránicas que le subyugan, no vacila-
El míDÍstro conocía su debilidad en el Consejo, su opinión sobre las reformas necesarias para sal- ría un momento en colocar á los hombres en la
porque no sabia hablar; Mably le inspiró la idea de var un Gobierno que perecía. Mably escribió un igualdad más perfecta.»Mas el filósofo,que conocía
l>edír permiso al rey de dar su opinión por escrito. hbro en el que pedia la emancipación de los labrie- los vicios sociales, no abrigaba la esperanza de
Mably escribía, el ministro leía, y los negocios no gos, para hacerlos ciudadanos; combatió el libe- destruirlos de un golpe, porque hacia notar que
iban mal. rum veto, el poder omnímodo de los magnates y los pequeños y los pobres mismos resi?:tirian á es-
Mably negoció en 1743 secretamente en París, los desórdenes de la anarquía. tos proyectos; «el pueblo tiene cóleras de insolen-
con el ministro del rey de Prusia, el tratado que Un tratado del estudio de la historia, en 1778, cia, pero un principio de igualdad » No podía
Voltaíre llevó al gran Federico. y destinado á la educación del joven príncipe de pensar en destruir la propiedad, sino que juzgaba
Dos literatos dirigian la política francesa. Parma, y un Tratado de la manera de escribir la preciso destruir los dos vicios que engendran la
El ministro nombrado arzobispo de Lyon, y historia, vieron la luz pública en 1783. En esta obra propiedad; la avaricia y la ambición, disponer de
cardenal en 1746, quería romper un casamiento censuró enérgicamente el método histórico adop- la vida privada del ciudadano y los resortes del
protestante que Mably quería mantener. Tencin tado por Robertson y Voltaíre. Gobierno, de manera que nosotros encontrásemos
aecia que debía obrar como cardenal, obispo y pre- Eran demasiado modernos en su manera de la felicidad sin el estímulo de aquellos vicios.
lado. «Obrad como hombre de Estado, respondía escribir la historia, y Mably prefería los antiguos. Consideraba que el mejor medio era dar al
Mably.»—Si yo siguiera vuestro consejo me des- Admirador de Tucídides, de Xenofonte, sobre todo Estado pocas necesidades y pocos recursos. Dis-
honraría, replicó el cardenal. Mably tomó su som- de Plutarco, entre los griegos, desdeñaba á Poli- minuir sus gastos. Este fué el principio de Licur-
brero y salió del ministerio para no volverá poner bio. Tito Livio fué el principal objeto de sus estu- go. Consigna la máxima de que todo lo que aumen-
en él ios píes. dios entre los romanos: consideraba á Salustio el ta las necesidades del Estado, acrece la autori-
Desde entonces se encerró en su gabinete, y no Írimero de los talentos secundarios, reconocía en dad y la importancia de los magistrados, y esto es
quiso vivir más que con los antiguos, desprecian- ácito grandes bellezas, pero le reprochaba un es- un vicio.
do á los hombres de su tiempo, que juzgaba com- tilo descosido y ampuloso. Lo que le conmueve, es que hombres que no
pletamente corrompidos. Para él los griegos eran La obra maestra de Mably, según su discípulo tienen nada, sean sometidos á algún tributo; por
el modelo de la grandeza y de la virtud, porque Brizard, fué La legislación ó principios de las le- ser injusto que después de haber sacrificado sus
estaban más cerca de la naturaleza; su ideal políti- yes (en 1776). «Estos principios, destinados á ser- brazos, su trabajo, sus sudores al Estado, él se to-
co era Licurgo. Su pesar más grande era no ha- vir de base á la legislacioa, abrazan la felicidad me una parte del salario que han recibido por cul-
ber nacido en Esparta. Un dia se le elogiaba de su posible de todos los hombres, de todos sus lugares tivar ó por defender tierras de los que no poseen
carácter.—«Carácter, señora, dijo él, no se pue- y de todos los tiempos.» nada.
de tener en ciertos países; pero si yo hubiera na- Gomo el sueño de la revolución fué hacer la fe- Es partidario del impuesto directo, porque ad-
cido en Esparta, conozco que yo habría sido algu- licidad del género humano por un Código univer- vierte sin cesar al Gobierno y los ciudadanos de
na cosa.» sal donde se inscribiría el derecho natural, el orí- sus necesidades mutuas, y al contrarío, el impues-
El no vivía en su tiempo; era, como se ha di- gen de esta idea resalta en la obra de Mably. to indirecto deja á los magistrados mil pretextos
cho, un griego extraviado en la sociedad del si- Las doctrinas políticas de Mably están comple- y mil medios artificiosos para satisfacer sus pa-
glo XVIII. tamente expuestas en sus dos obras: el Tratado siones y engañar al pueblo.
En 1749 hizo imprimir en Ginebra sus Obser- de legislación ó principios de las leyes y los Dere- No ama las bellas artes, y combate el lujo; quie-
vaciones sobre los griegos, imitación también de chos y los deberes del ciudadano, publicados des- re leyes suntuarias que se deben extender á todo:
Montesquieu,ydecian loscontemporáneos;enl751, pués de la muerte del autor y la víspera de la re- muebles, habitaciones, criados, vestidos; condena
publicó sus Observaciones sobre los romanos; en volución. el comercio que perdió á Cartago.
1763, los Diálogos de Focion sobre la relación En la primera un inglés encuentra un sueco en Los comerciantes no tienen patria; ellos no
de la moral y la politica. París y no duda de la sabiduría de las leyes ingle- piensan sino en satisfacer su codicia y la nues-
Su divisa: Quid leges sine moribus vane, pro- sas, y el sueco cree que todos los Estados están tra; ved su moral.
ficiunt, indica bastante el espíritu del libro. Dos prodigiosamente alejados de los principios de una Concede al Estado el derecho de reglar el uso
años más tarde, sus Observaciones sobre la histo- sabiduría práctica, y ama las ideas de los anti- de la propiedad, no solo para impedir la usurpa-
ria de Francia. guos filósofos en el arte de gobernar una Repúbli- ción del derecho y de la hbertad de otro, sino para
En todas estas obras predomina el mismo sis- ca, y contiene muchos pasajes latinos tomados del impedir que el ciudadano tenga fantasías contra-
tema. Es una apología de la virtud, que sólo puede Tratado de las leyes, de Cicerón. rias á la razón. Limita los grados de parentesco
conducir al individuo y los pueblos á la felicidad, y Los derechos y los deberes comienzan igual- en las sucesiones, de miedo que esperanzas muy
con la riqueza no hay virtud. mente por un texto de Cicerón: «.Hay una ley que extensas abran el ahna á la prodigalidad y la
En tanto que la Grecia prefería la pobrez i al no puede cambiar, de la que ni el Senado m el avaricia; la hija única no debe tener más que el
liyo, y la igualdad á la riqueza, fué feliz, florecien- pueblo no pueden desligarnos. Esta ley es la mis- tercio de la sucesión, porque para Mably una
te, respetada; todos sus ciudadanos fueron héroes: ma en Roma y en Atenas, hoy y ayer, para todas buena legi^^lacion consiste en descomponer y divi-
pero desde que aparecieron las riquezas del Orien- las naciones y para todos los tiempos... Es Dios dir continuamente las fortunas que la avaricia y la
te, desde nue Lacedemonia perdió su santa pobre- quien la ha inventado, decretado, promulgado. ambición trabajan sin cesar en reunir. Para fun-
za, se perdió todo: religión, costumbres, leyes, pa- Aquel que no la obedece, desconoce la naturaleza dar una república eterna, se ocupa en curarla de
tria. ¿Cómo, según la doctrina de Mably, se puede humana, y por esto mismo sufrirá las más gran- toda ambición. Rechaza las guerras ofensivas,
poner rem^^dio á esta fatal enfermedad de la ri- des penas, aun cuando él se escapase á los casti- las conquistas, las colonias
queza y del lujo? gos de los hombres.* Diviae el poder ejecutivo en diferentes partes,
Por la educación y las leyes. Con las leyes y Una ley inmutable para seres que cambian todos que serán confiadas á diversos ciudadanos, como
•feí educación, nacen alternativamente en el mismo los días, fué la quimera de Mably; pero, más sabio los eforos de Esparta, ó los cónsules en Roma. No
país, ó héroes ó esclavos. que Rousseau, no creyó que la sociedad degrada cree que un pueblo tenga confianza en sus leyes,
Su sistema es absoluto y siempre el mismo. Es al hombre, ni que la sociedad ha nacido de un con- sino cuando él mismo es su propio legislador; mas
una declamación contra la ambición y el engran- trato. Al contrario, él exponía con razón, que si es- no confía el poder legislativo á una democracia ca-
decimiento dé las repúblicas. Las costumbres son ta idea del bien y del mal no hubieran existido en prichosa, voluble y tiránica, y nos sorprende que
el principio de la prosperidad de los Estados. Al el corazón del hombre, no se comprendería por este ardiente amigo de la igualdad, divida su Es-
perder sus costumbres Roma, lo perdió todo; po- qué los hombres habrían imaginado hacer leyes. tado en seis órdenes: nobleza, clero, clase media,
bre, era libre; rica, cayó en la esclavitud que me- La sociedad nace de nuestra naturaleza. labriegos, abogados, artesanos, y á los represen-
recía. Dios ha colocado en nuestra alma muchas cua- tantes de cada orden confía la autoridad, de modo
Persuadido, como todoslos hombres de su tiem- lidades sociales, que por el atractivo del placer ó que existirían ocho Cámaras en el Estado, y cada
po, de que el mundo se deteriora y se corrompe por el temor del. dolor, nos incitan á unirnos, á diputado quedaría ligado por el mandato que hu-
sin cesar, Mably tuvo la idea singular de colocar amarnos, á servirnos, á hacernos sacrificios recí- biera recibido.
la libertad más perfecta en los primeros días de procos. Al público corresponde votar el presupuesto, y
la monarquía. Hizo un magnífico cuadro de la La piedad, el reconocimiento, la necesidad de la nación formará el ejército, y añade: «Todo pue-
república de los francos, en el fondo de las selvas amar, el temor, la esperanza, la emulación, son los blo que quiere ser libre debe adoptar el método de
de la Germanía. Eran pobres estos bárbaros, y por sentimientos naturales, las cualidades sociales que los suizos que, sin tropas regladas y reunidas de
consecuencia virtuosos. Clovís no era sino el ge- dicen bastante que los hombres son formados pa- todas partes, no distinguen sus ciudadanos de
neral y el primer magistrado de un pueblo libre. ra vivir entre ellos. Esta es la observación de Ma- sus defensores.» Para constituir su república, Ma-
El primer cuidado de los francos, fué tratar á los bly. Pero estos sentimientos, y estas necesidades bly recurre á la educación y á la religión. La pri-
alo-romarios como hombres libres, emancipán- nos separan, cuando el egoísmo fos desnaturaliza. mera pública y general. No tiene confianza en los
S olos de los tributos y desembarazándolos de las La avaricia, la ambición, los vicios son instintos padres y en las madres, porque sí se deja á la ma-
riquezas que los corrompían. La cuna de la anti- pervertidos que ensangrientan la tierra, y es el dre educar al hijo habrá una variedad infinita de
gua monarquía era una verdadera república. Bri- deber de los legisladores refrenar estas pasiones, costumbres y de sentimientos, lo que no quiere el
aird, en su Elogio de Mably dijo, «que este descu- ahogar las necesidades ficticias, enseñar á los filósofo; necesita que un mismo espiñtu anime á
brimiento animabadeunínterés desconocido hasta hombres á contentarse con poco, mantenerse en todos los ciudadanos.
,entonces, estos priníeros tiempos tan oscuros y su pobreza y el trabajo, y Mably no encuentra otro Respecto de las mujeres es muy severo. «Yo os
tan desdeñados. Es un rayo de luz que colora este medio para remediar estos males, que suprimir la desafio, dice, á que citéis un Estado donde las mu-
Vasto horizonte otras veces perdido en las tiníe- propiedad individual, porque así se suprime la des- jeres hayan tenido poder, sin destruir las costum-
• ^l?ig, y cuyo calor vá á íertilizar todas estas lan- igualdad y se desarma el egoísmo. bres, las leyes, el gobierno.» La historia nos ofre-
adas de nuestra antigua historia.» Este es el.error fundameut^al de Mably. ce ejemplos inmortiites que destruyen un juicio tan
LA AMERICA. U

injusto. Después añade con más verdad: «Educad patentes, que saltan á los ojos, sin que sean preci- ción, con los fantasmas que engendra el miedo, á
las jóvenes para la modestia y el amor del trabajo. sos largos razonamientos para demostrarlas. Los lo mejor, en los cerebros más bien organizados.
Formad sus primeras costumbres de manera que intereses de ambos países son los mismos; unidos El túnel de la Mancha se hará á pesar de la oposi-
no ambicionen otra gloria que la de ser excelentes por el túnel, su alianza habia de ser fuerte y du- ción inglesa, y se hará porque debe hacerse, y
madres de familia. Si están ociosas en la casa, el radera; cuando las líneas férreas asiáticas se unan por que, á la larga, la verdad se hace paso ó ilu-
retiro les parecerá insoportable, y entregadas á á las europeas, la importancia de este nuevo ca- mina las tinieblas. Reciente está el recuerdo del
la disipación preferirán otra cosa á su marido y mino abierto al comercio, seria mucho mayor y istmo de Suez. También Inglaterra se oponía á su
favorecería tanto á Inglaterra como á Francia. El ruptura, y sin embargo, el mar Rojo y el mar Me-
sus hijos » túnel medirla 20 millas inglesas, ó sean unos 32 diterráneo son hoy los amigos más unidos del
La religión civil que Mably instituye en su Es- kilómetros. mundo. También ingleses y franceses se estrecha-
tado es el deísmo y la inmortalidad del alma. Para rán algún dia la mano, en el famoso túnel, sin pa-
él, si no hay Dios, no hay •nada de moral; de- tadaAcogida como
por todo el mundo con aplauso, repu
una de las grandes obras que nuestro vores infundados, ni desconfianzas absurdas Ten-
clara que elateismo es más funesto á los hombres siglo podria presentar á título de gloria ante las gamos íó en el progreso.
que la guerra, el hambre y la peste, porque des- generaciones venideras, todo parecía presagiar Pero es triste, muy triste, que cediendo á las
truye la raíz misma de la virtud. exageradas vociferaciones de los espíritus pusilá-
Convierte á los prelados en simples profesores de jos, cuando hé aquí que losfeliz
una pronta ejecución y un éxito á los traba-
prejuicios y las preo- nimes haya dado orden el Gobierno inglés de que
moral pública. Para corregirlos de toda avaricia y cupaciones, de que hemos hablado más arriba, se suspendan los trabajos preparatorios que se es-
de toda ambición, les asigna un salario, les so- asoman su cabeza por el otro lado del estrecho de taban haciendo para la realización del titánico
mete á la igualdad de las leyes civiles / no les dá Calais, y cual inmensa nube de insectos, detienen proyecto.
participación alguna en el (iobierno. en su marcha el tren de la civilización que iba á
Mably era un filósofo solitario; vivia con mil enlazar las dos naciones. APERTURA DE UN NUEVO ISTMO.—Cuando se exa-
escudos y practicaba el principio deque la corrup- mina con atención el mapa del archipiélago asiáti-
ción comienza donde acaban nuestras necesidades; nio,En otro tiempo se hubiera hablado del demo-
de la hechicería, del infierno, y cual pavoroso co se observa que la península de Malaca obliga á
era duro con él mismo y caritativo con los po- castigo los navegantes á dar una vuelta muy acentuada
bres; no sufria la arrogancia de los grandes. Un sentado álalos audaces exploradores se hubiese pre-
hacia el S., aproximándose á la isla de Sumatra,
dia que un gran señor hablaba con desden de un atrevida empresa de del
perdición alma, en el fondo de la
aumentando unos cuatro días por término medio
sabio que vivia en una bohardilla, «señor, le dijo do; en nuestro siglo, máslo materialista
unir que Dios ha separa-
y menos el trayecto de los buques que van á China y Filipi-
Mably, las gentes de mérito viven en bohardillas, dado al misticismo, se habla de quiméricas inva- nas, exponiéndoles también al paso, muchas veces;
los necios habitan hoteles.» siones, de sorpresas imposibles, ae ataques que no peligroso, del estrecho de Sumatra. Se comprende,
El mariscal de Richelieu quiso hacerle aca- tendrían razón de ser, de peligros faltos de base por lo tanto, todo el interés que encierra la aper-
démico, y Mably se apresuró á ver á Goudillac en qué apoyarse, y se amenaza con la perdición tura del istmo de Krau, que quita todas esas di •
para evitar ser elegido. del cuerpo. El pretexto es el mismo, la misma es ficultades.
—«¿Por qué,le dijo su hermano, rehusasentrar en también la amenaza: sólo han cambiado los térmi En una de las últimas sesiones de la Sociedad
la Academia?—Porque si yo aceptase me verla obli- minos de ésta: es el único adelanto que ha tenido de ingenieros de París, M. León Dru ha expuesto
gado á elogiar al cardenal de Richelieu, lo que se el siglo XIX. los medios de realizar esta curiosa empresa.
opone á mis principios, y si no lo hiciera, debiendo Parecieron en un principio tan infundados los La península de Malaca se extiende de 1» ib' á
todo á su sobrino el mariscal, ería culpable de rumores que corrían sobre la oposición que iba á 10° 15, de latitud Norte; tiene unos 1.190 kilóme-
ingratitud.» hacer Inglaterra á la eiecucion del proyecto, que tros de longitud y una anchura de 100 á 300. En
Circuló el rumor de que se le propondría para di- nadie quiso darles crédito: el buen nombre de la su centro, que comprende los países tributarios
rigir la educación del Delfín, más tarde Luis XVI, ilustrada Albion y su instinto eminentemente co- del reino de Siam, es donde precisamente podria
y dijo públicamente que su regla de conducta y su mercial, pleiteaban enfavordelos optimistas; pero abrirse el canal, cuyo establecimiento sería tanto
máxima constante sería que: Los reyes son hechos las malas nuevas se confirman siempre, y ésta se más fácil, cuanto que allí existen dos corrientes
para los pueblos, y no los pueblos para los reyes. confirmó. La opinión pública rechazaba la idea, la de agua muy importantes: una, el Pack-Cham, que
Así no fué á él á quien se encomendó la educación negaba su ayuda y su permiso: Inglaterra tenia desemboca en el mar de las Indias, y otra, el Ta-
del príncipe. miedo á los franceses. youg, que termina en el mar de Siam. El problema
Era una noble figura, llena de estoicismo y de Y sin embargo, considerado el asunto como se reduce á canalizar ambos rios y reunidos por
firmeza, pero sus doctrinas fueron erróneas. Sa- ellos lo consideran, bajo el punto de vista militar, un desmonte.
crificaba la libertad, el comercio, la propiedad, que un túnel submarino es muy poco temible, digan lo El Pack Cham es un rio ancho que separa la
son el fruto del trabajo, á un sistema absoluto y que quieran los militares ingleses. Más lo seria rovincia de Tenasserim de los países tributarios
absurdo. seguramente un túnel continental, como el Mont
Este hombre que no tenia mujer é hijos, que no Genis, por ejemplo, cuyas dos salidas podria poner
S e Siam, y forma un canal natural, que en gran
parte de su trayecto presenta más bien los carac-
pudo amar en su vejez más que á un viejo criado una sorpresa en manos de cualquiera de las dos teres de un brazo de mar que de un rio propia -
que le cerró los ojos y que murió en sus brazos, potencias. Y á pesar de esto, cuando los franceses míente dicho.
abandonó por él su sistema é instituyó á su favor dejaron el túnel de Saverne en poder de los alema- En los 100 primeros kilómetros de su trayecto,
la libertad de testar, cuando encontraba extraño nes, éstos no pensaron en servirse de él. No sin los trabajos que hay que ejecutar serian relativa-
que un padre dejase sus bienes á sus hijos y un miedo se aventura'un ejército en inmensas gale - mente poco importantes, y pasados aquellos, seria
marido a su mujer. rías oscuras que pueden fácilmente ser su tumba, preciso abrir un canal de 11 kilómetros para unir-
Maravillosa inconsecuencia del corazón hu- para lo cual bastarla con dos minas colocadas en lo con el Tayoung, que toma el nombre de Tseom-
mano. los dos extremos y unidas entre sí por medio de peon, á partir del pueblo de Phai.
Mably murió el 2? de Abril de 1778, á la edad una comunicación eléctrica Las paredes se ven- Como este río tiene poca profundidad, seria ne-
de setenta y seis años, como unfilósofode la anti- drían
xiados
abajo y 100.000 hombres podían morir asfi-
en un instante.
cesario dragarle. La realización de este proyecto
causaría un movimiento de tierras de unos 30 mi-
güedad, con el ánimo sereno de Sócrates. llones de metros cúbicos.
EUSEBIO ASQUKRINO. Los túneles son vías de comunicación pacífica
y no medios de guerra, sobre todo los túneles sub- M. Dru indica igualmente otro proyecto, que
marinos que, con ayuda de algunas disposiciones consistiría en abandonar la corriente delTseom-
CRÓNICA C I E N T Í F I C A . especiales, pueden inundarse con la mayor faci- peon inferior para reunir desde Phai el Tayoung
lidad. al mar por un desmonte de 4 kilómetros y por el
Por otra parte, Inglaterra asigna más impor- Tseompeon superior, resultando un movimiento
El creciente desarrollo que las ciencias alcanzan tancia á la que realmente tiene su cinturon de agua de tierras de unos 32 metros cúbic ts.
«n los presentes momentos, y el lugar de prefe- salada. La arena la invade poco á poco, y ya no Estos dos trazados son los más directos y los
rencia que las asignan cuantos se dedican al estu- puede decirse el canal, sino los canales de la Man- más fáciles; dan el movimiento de tierras más ba-
dio, hacen precisa la inserción, en revistas de la cha. Kntre Calais y Ramsgate se está formando jo, hallándose escavado enteramente el canal en
importancia de LA AMÉRICA, de breves notas com- un archipiélago; algunas islas, formadas ayer, tie- el lecho del rio principal de la vertiente E.
pendiosas que, sin ser sobrado extensas, den, sin nen ya faros y todas son bastante sólidas para cu- También señala Mr. Dru otros varios puntos
embargo, á sus lectores idea del movimiento cien- brirse de fortalezas terrestres ordinarias, suscepti- de la Península donde su estrechez permitiría el
tífico contemporáneo. bles de cruzar sus fuegos y barrer el estrecho. establecimiento de un canal de unión entre los dos
Inauguramos esta nueva sección de nuestro Hasta se podía construir un istmo artificial entre mares, pero cuyos cálculos no se pueden precisar
periódico sin pretensión ninguna. Imponiéndonos Douvres y Calais. En varios puntos el mar no tie- por no conocerse suficientemente el país.
solamente el propósito de tomar acta de cuantos ne más que 60 metros de profundidad; por término Según cálculos de M. Dru, se necesita para
hechos creamos dignos de la atención de nuestros medio, sólo tiene 30, y entre el Cabo Grisner y Fol- e=;ta empresa un capital de 100 á 120 millones de
abonados, extractaremos lo que seria demasiado kestone no hay más que 28 kilómetros. francos, cuyos intereses quedarían bien asegura-
largo, traduciremos cuanto las publicaciones cien- Quiéralo ó no Inglaterra, la naturaleza se en- dos sin mas que tener en cuenta el tráfico actual
tíficas nos proporcionen, y pondremos á contribu- carga de aproximarla á Francia. Esta última na- de la navegación, y resultarían para el comercio
ción periódicos é ilustraciones nacionales y ex- ción podia cubrir de fuertes los cuatro bancos de las ventajas de acortar cuatro días el viaje á Chi-
tranjeras, prefiriendo al airoso dictado de autores arena próximos á Calais,—bancos que aumentan na, evitar los peligros de la navegación por el es-
el más que humilde de cronistas. cada día—y guarnecer de torpedos los canales que trecho de Malaca y establecer una comunicación
los separan. Si se cerrasen estos canales, cuyo dírectacon Siam, AnnamyCochinchina. En el con-
EL TÚNEL DK LA MANCHA.—Es uu hecho triste, fondo no pasa de 18 metros, las arenas arrastra- sumo de carbón de los vapores, sería muy impor-
pero frecuente en la historia de las ciencias y la das por elflujoy la corriente del Gulf-Stream, ven- tante la economía, pues solamente para los bar-
industria. Apenas un cerebro privilegiado dá a luz drían á acumularse detrás del dique y á consoli- cos de la Península Oriental y de las Mensajerías
una idea gigantesca, nacida quizá al soplo de una larle y á elevar en poco tiempo el rondo á un nivel francesas, que consumen 45 toneladas diarias, ha-*
divina inspiración, surgen por todas partes, y en general.de 3 á 4 metros sobre el mar, permitiendo bria un ahorro de un millón de toneladas al año.
torno de esa idea, prejuicios y preocupaciones que entonces encerrar este espacio en los diques.
dificultan su realización, y no la imposibilitan por Cuando esto suceda, porque ha de suceder, Ingla- Los oiTozoARios.—Según cuenta la Revue scieti"
completo porque Dios combate por ella y el pro- terra se anexionará la parte comprendida entre tifique, un ayudante del Instituto fisiológico de
greso la hace justicia. Tarea larga seria la nues- Southforeland y la embocadura del Támesis; la Leipzig, M. J. Gaule, acaba de hacer una serie de
tra si fuésemos á buscar ejemplos en que apoyar- longitud de h Mancha quedará reducida i 10.000 observaciones muy interesantes dignas de llamar
nos: llena está de ellos la historia de los grandes de metros; y pudiendo cruzar sus fuegos los fuertes la atención. Examinando los glóbulos rojos de lá
descubrimientos antiguos y modernos, y para ci- lucha ambas naciones ribereñas, la lucha seria una sangre de rana sin fibrina, y sometiéndolos á una
tarlos no tendríamos otro embarazo que el de la talla naval. de artillería de tierra, en vez de ser una ba- temperatura de 30 á 32 grados centígrados en una
elección. disolución de cloruro sódico á 0,6 por 100, vio apa-
Este hecho vuelve á repetirse hoy. La humani- No, no es por el túnel de la Mancha por donde recer en la célula, al lado del Inúcleo, coroúsculos
dad ha adelantado mucho en su perfección, pero Inglaterra habia de temer una sorpresa de los fran- móviles, alargados y puntiagudos en sus dosextre-
aun la queda largo («mino que recorrer; tratando ceses, sorpresa que practicada por esta vía sería mos, á que primero dio el nombre de gusanillos
de estas cosas el siglo XIX en su último cuarto no imposible, pues no se desembarcan tan fácilmente (Würmchen) y ahora llama citozoarios/'t/i/to^oe»/.
«stá muy lejos de los siglos anteriores; parece que el número de hombres necesarios para ella apar- Estos corpúsculos salen de la célula que arrastran
más que hijo es hermano suyo, pues adolece de te de las vías de agua que podían abrirse para su- cierto tiempo consigo, efectúan movimientos, en-
los mismos defectos y sufre las mismas obsesio- mergir el túnel. Lo que Inglaterra debía esperar tran luego en reposo, mueren y desaparecen.
nes del raquítico espíritu de la ignorancia. másbien de Francia, caso de un conflicto entre am- Este fenómeno no se produce en todas las cir-
Sabido es de todos el proyecto que habia de bos países, es un desembarco de tropas, efectuado cunstancias ni con todas las ranas: la estación, la
construir un túnel submarino que, atravesando el por los buques mercantes protegidos por los 38 localidad, la talla y el estado general de los anima-
canal de la Mancha, abriese un breve camino en- acorazados franceses. les cuya sangre se examina ejercen una inflüen'-
tre Francia é Inglaterra. Bajo el punto de vista Pero en vano se hacM. reflexiones á la terque • cía considerable en la producción de los dtozMirioi»
comercial, las ventajas de esta nueva vía son tan dad; en vano se quiere luchar con la preocupa- que no están preformados en la sangre, ni son pá-
12 LA AMERICA.

rásitos, sino que deben considerarse como simples cialmente durante largos períodos de tiempo, UN NUEVO INSTITUTO GEOLÓGICO.—El departamen-
partículas de sustancia vital que se íormanen obteniendo muchas generaciones. Con la expec- to de minas del Gobierno moscovita acaba de
el cuerpo de las células. toración de un hombre que tenia tubérculos,en fundar un Instituto ¡afeológieo, que tiene por ob-
En el bazo, en el hígado y en la médula de los el pulmón, inyectó una sustancia preparada muy jeto centralizar, por decirlo así, todas las investi-
huesos se desarrollan los citozoarios á expensas cuidadosamente por él mismo con objeto de pro- gaciones geológicas que se hagan en aquel país
de los glóbulos rojos, mucho más fácilmente y mu- porcionar alimento nutritivo al parásito. De ese y hacer un mapa geológico de Rusia. En el pre-
cho mas aprisa que en la sangre misma. En el ba- modo los vio crecer y multiplicarse. De la nueva supuesto actual se han consignado 30000 rublos
zo, la intervención del calor es inútil, pues basta generación así obtenida, tomó uQ ejemplar mi- para aplicarlos á la creacionde estelnstituto, y un
añadir la disolución salina al jugo de este órgano croscópico y lo colocó en materia sana, que académico célebre, M. Helmerson. ha sido nom-
para que aquellos aparezcan. muy pronto se contagió de la terrible enfermedad. brado director.
La época en la cual se muestran más fácilmen- El parásito fué desarrollándose así de generación No data de ayer en Rusia el afán de hacer in-
te los citozoarios coincide con el momento en en generación, sin que en ese desarrollo inter- vestigaciones geológicas. Ya en el siglo pasado
que la rana no toma alimento y vive únicamente viniera la enfermedad tubercular. Al fioal de estos varios sabios emprendedores viajaron por todo el
de las reservas que hizo durante su período de ac- experimentos, algunos de los cuales han durado más imperio y coleccionaron los materiales que haoian
tividad, ó sea, en otoño para las ranas grandes, y de medio año, los parásitos pwrí/icados, digámoslo de servir de base al conocimiento exacto de las
en primavera para las pequeñas. así, fueron introducidos en la circulación de ani- condiciones geológicas del territorio ruso.
Si se extiende la sangre en una disolución de males sanos de varias clases. En todos los casos, El primer hombre de ciencia que se ocupó en
cloruro sódico, á la que se agrega una gota de sin excepción, la inoculación fué seguida de la re- esta materia fué Gherkin, publicando ua libro, in-
violeta de genciana, y después de un contacto de producción del parásito y de la generación de la teresantísimo resumen de todas sus ob=!ervacio-
doce á veinticuatro horas se hace terminar la ac- enfermedad originaria. nes, que animó al geólogo iaglés Mtirchison y al
ción de la materia colorante, se nota que el núcleo Permitidme quedé algimos datos más al por sabio francés Verneuil á hacer una visita científica
y el citozoario son los únicos que se han teñido, menor de los experimentos hechos por Kock. Hi- á Rusia.
de lo cual deduce Gaule que el citozoario no es más zo algunos con seis cerdos, perfectamente sanos, Los dos cruzaron el país acompañados por
que una partícula de la sustancia del núcleo. de los cuales inoculó en cuatro los parásitos en varios sabios rusos, con el concurso de los cuales
En otra serie de estudios, Gaule se propuso ver cuestión, que procedían del pulmón de un hombre publicaron un mapa interesante que vio la luz pú-
si los citozoarios existían también en los teji- enfermo, y en 54 dias reprodujeron lineo gene- blica en 1849.
dos de los animales vivos. Para fijar rápidamente raciones. Dos de los seis cerdos no hablan sido Desde entonces han sido frecuentes las inves-
los te.jidos recurrió al sublimado corrosivo en di- inoculados. Los otros cuatro enfermaron y per- tigaciones geológicas, p«ro han sido también des
solución acuosa concentrada ó al ácido nítrico en dieron mucha carne. A los 32 días murió uno ordenadas, y mientra^ ciertas regiones son muy
la dosis de 3 por 100, después de lo cual hacia in- de ellos y á los 35, el doctor Kock mató á los de- conocidas, otras, no meaos ricas, no han sido ape-
tervenir los reactivos colorantes. Encontró fre- más para examinarlos detenidamente. Tanto en nas exploradas.
cuentemente en las células, al lado de los núcleos, el que habia muerto, como en los otros cinco, ha- El Instituto recien creado obedece al deseo de
cuerpos que considera como idénticos á los cito- bíase declarado con gran violencia la enfermedad dar unidad á todos los trabajos realizados hasta
zoarios, y aue se presentan con el aspecto de pe- tubercular, los pulmones se hallaban llenos de tu- ahora y venir al conocimiento exacto de la rique-
queños núcleos accesorios (Nebenherne) influidos bérculos. za geológica que encierra el vasto imperio mosco-
por los reactivos colorantes como el núcleomismo. Entre tanto, los otros dos cerdos en los cuales vita.
Si se disgrega en el ácido ósmico un bazo fres- no se habia hecho la inoculación, seguian perfec-
co de rana, no se encuentran citozoarios y no se tamente sanos. En otro experimento, seis cerdos, ESTACIONES METEOROLÓGICAS POLARES. — Siempre
vé en cada célula más que el núcleo y el proto- de ocho, fueron inoculados con parásitos proce- han sido los polos del mundo objetos de la prefe-
plasma granuloso; pero si se deja morir los ele- dentes del pulmón de un mono, y criados artifi- rente atención para los sabios Últimamente la co-
mentos del bazo y enseguida se provoca, por los cialmente como en el caso anterior, hasta obtener misión polar alemana ha celebrado tres sesiones
medios dichos anteriormente la aparición de los ocho generaciones en 95 dias. Los seis animales en Berlin. El objeto principal que persigue esta
citozoarios, éstos se conservan bien por el ácido se vieron muy pronto atacados de la terrible en comisión, es establecer, lo más cerca posible de
ósmico. fermedad, mientras que los otros dos cerdos con- los polos Sur y Norte, dos estaciones destinadas á
Gaule saca de todos estos hechos la deducción tinuaron perfectamente sanos. Experimentos pa- observaciones meteorológicas regulares y á estu-
siguiente: en las preparaciones de la sangre y del recidos se hicieron con gatos, conejos, ratas, rato- dios geodésicos. La comisión polar ha decidido
h§ado la aparición en masa de los citozoarios es, nes y otros animales, y sin una sola excepción la hacer ocupar por Alemania el Cumberland Sound,
sia duda alguna, el resultado de la muerte; una inoculación del parásito fué inmediatamente se- en el estrecho de Davis, y en el Océano Atlántico
arte de la célula muere por completo y la otra se guida de la declaración de la terrible enferi^edad. austral la Georgia meridional ó la isla del rey Jor-
K ace más activa, sobrevive á la célula y se hace
libre.
En estos últimos casos que cito, la inoculación
se habia hecho en el abdomen. Posteriormente se
ge, al Oeste de la tierra del Fuego.
Las dos expediciones saldrán de Alemania en
ensayó en el humor acuoso del ojo, y en uno y los primeros dias de Junio, estando terminados
JJX ENFERMEDAD TUBERCULOSA.—El The Times pu- otro caso los resultados fueron siempre los mis- los preparativos, en cuanto se refiere á instrumen-
blicó no hace muchos dias una carta del ilustre doc- mos Tres conejos, inoculados por los ojos con tos y planos. La comisión polar ha comprado el
tor John Tyndall, en la que este conocido sabio parásitos recriados artiflcialmjente y originarios vapor Germania, que ha efectuado ya, a las ór-
dá cuenta de los notables experimentos hechos del pulmón enfermo de un hombre, fueron rá- denes del capitán Koldewey, la expedición á la
por un distinguido médico alemán, el doctor Kock. pidamente perdiendo carne, y muertos y ex?- Groenlandia Oriental, y este barco se quedará en
acerca de las cansas y orígenes de la enfrmedad minados á los 2o dias, resultaron llenos de tu- el Cumberland, Sound todo el invierno, á disposi -
tuberculosa, expuestos por dicho señor, hace poco bérculos. cion de los astrónomos y geólogos.
más de un mes, ante la Sociedad filosófica de Ber Otro de los experimentos realizados por Kock La comisión ha resuelto, además, equipar una
lin. Dicen así los principales párrafos de su carta: fué tomar tres conejos, é inyectar, á uno en el hu- expedición suplementaria, que establecerá esta-
«Kock se había hecho ya nota por la pene- mor acuoso del ojo con sangre humana, mientras ciones meteorológicas en las costas del Labra-
tración, habilidad y justicia de sus investigacio- que los otros dos eran inoculados de la misma ma- dor, en donde será auxiliada por las comunidades
nes acerca del contagio de la fiebre. nera con la misma sangre, pero conteniendo pará- de Hermanos moravos que ocupan aquellas re-
Mediante á un procedimiento de inoculación ó sitos originarios de un pulmón enfermo, y que ha- giones.
inyección, nos presentó el terrible parásito en blan sido recriados artificialmente por espacio de
las diferentes fases de desarrollo y en sus diferen 91 dias. A los 28 dias mató á los conejos. El VIAJE AL POLO NORTE EN GLOBO.—La experiencia
tes medios de acción. Estas observaciones notabi- que habia sido inoculado con sangre sola estaba parece haber demostrado ya la imposibilidad de
lísimas sacaron al célebre médico de un distrito perfectamente sano, mientras que los pulmonías llegar al polo norte por tierra ni por mar. La tem-
rural, donde ejercía modestamente la profesión, y de los otros dos estaban llenos de tubérculos. peratura, excesivamente fria, parece oponerse á
lo colocaron de repente de consultor facultativo Otros muchos experimentos ha hecho el doctor lo primero; la existencia de grandes témpanos de
del Gobierno en la dirección de la Salud pública en Kock, de los que ha deducido grandes conclusio- hielo en que se destroza todo buque que intente
Berlin. nes prácticas del mayor interés. El célebre médico romperlos, hace imposible lo segundo. En vano
Desde allí ha seguido dedicándose con ahinco alemán ha determinado la temperatura á que pue- las expediciones que unas á otras se han sucedido
al estudio de todas las enfermedades contagiosas, den desarrollarse los parásitos tuberculosos, cuyo en estos últimos tiempos han ido pertrechadas de
y sus últimos trabajos se relacionan con una enfer- mínimum es 86" Fahrenheit, y cuyo máximun es cuantos útiles debian augurar un éxito feliz á
medad que desde el punto de vista de la mortali- 104° del mismo termómetro. sus propósitos; inútilmente las han prestado su
dad ocupa el primer lugar, y es, por lo tanto, la En muchos casos Kock ha examinado la ex- concurso los últimos adelantos de las ciencias: no
más digna de fijar la atención de los médicos y del pectoración de los pulmones de personas tísicas y por eso el punto de la tierra en que se señala el
público en general. encontrado en la flema el parásito en cuestión, polo norte del mundo ha parecido menos asequible
«Si la gi-avedad de una enfermedad, dice Kock, mientras que nunca lo ha visto en la expectora- á sus esfuerzos. Por el contrario, el reciente de-
debe medirse por el número de víctimas que pro- ción de personas que no padecían esa enfer- sastre de la Jeannete ha confirmado la opinión de
duce, las mayares plagas de la humanidad, sin ex- medad. los pesimistas.
<íeptuar la peste y el cólera, son secundarias en La expectoración en los primeros casos no per- Y sin embargo, el hombre no se da por venci-
comparación con ésta de que voy ahora á tratar.» día el germen de la terrible enfermedad, ni aun do. Quiere llegar al polo norte, y llegara. La per-
Kock empieza por decir que una sétima parte después de seca, pues en varias ocasiones fueron severancia es fuerza bastante poderosa para triun-
délas personas que mueren están atacadas déla en- inoculados cerdos con esa expectoración guardada far á la larga de todos los obstáculos. En estos
fermedad tuberculosa, y que más de un tercio de por espacio de tres ó cuatro semanas, y los ani- momentos se organiza una nueva expedición. Sólo
las personas jóvenes que mueren son víctimas del males se vieron atacados de la enfermedad con que como el agua y la tierra han opuesto ya tan-
mismo mal. tanta violencia como si la expectoración se acaba tos inconvenientes, los nuevos exploradores i n -
Antes de que Kock se dedicara á estudiar la ra de arrancar del pecho del enfermo. tentan una nueva vía; el espacio, y van á reali-
materia, se habia demostrado hasta la evidencia zar en globo su expedición. He aquí los detalles
que la enfermedad era contagiosa, y el objeto prin- OTRO COMETA.—El año 82 no quiere, por lo visto, que sobre ella hemos podido recoger.
cipal del ilustre médico de Berlin, ha sido precisar ser menos que el 81 en eso de presentar á nues- El comandante Cheyne,que hace dos años viene
el carácter del contagio con experimentos previos tros absortos ojos prodigiosas muestras de las ma- haciendo sus preparativos de viaje al polo norte,
de inoculación y otros medios que nos han demos- ravillas de que ha sembrado las regiones sidera- valiéndose de tres globos unidos, acaba de llegar
trado que los parásitos, causa de la enfermedad, les la fuerza poderosa que nos guia en- nuestro á Montrcal con objeto de interesar al público en su
son susceptibles de infinitas trasferencias y repro- viaje por el infinito. El 18 de Marzo último, el pi-o- royecto de viaje aéreo. El Courrier des Etats -
ducciones. fesor americano "Wells descubrió un nuevo come-
ta desde el Observatorio del colegio Harward, de
Ítalles
^nis anuncia su llegada; los Mondes nos dan de-
interesantes sobre su empresa.
Ha sometido los órganos enfermos de muchos Cambridge (Masgachussets). Hace pocos dias escri-
hombres y animales á un examen microscópico, y Las personas que se han dedicado á ella desean
«n todos los casos ha encontrado los tubérculos ben desde Basilea á la AUgemeine Zeitung que que la expedición sea anglo-americana, y que se
infestados de un parásito pequeñísimo y de una este cometa comienza ya á tener cierto brillo, aun organice por suscricion popular. Los gastos subi-
lorma redonda y aplanada gue se distingue per- cuando no es todavía visible á la simple vista. Su rán á 80 000 doUars, que se recogerán por mitad
fectamente con ayuda del microscopio. longitud es próximamente de un graáo; se halla en América y en Inglaterra. Ya se ha formado un
Trasladados esos parásitos, por medio de la in- en la actualidad al Noroeste de la cabeza de la cons- comité en Elisabeth (New-Jersey), y hay el propo-
oculación, de los animales enfermos á otros per- telación del Dragón, y avanza diariamente un gra- sito de fundar otros en las principales ciudades del
fectamente sanos, en todos los casos, sin excep- do hacia el polo, sm descender bsyo el horizonte. Canadá y los Estados-Unidos.
ción, se ha reproducido la enfermedad. Como el cometa está ya en su período de mar- Los tres globos, trae costarán 20.000 dollars,
Para contradecir la opinión de que el verdadero cha rápida hacia el sol, así como hacia la tierra, serán construidos en Inglateirra. El punto de par-
XK>ntagio no consiste en el parásito, sino en algún probablemente será visible á la simple vista el mes tida de la expedición, será New-York. El navio lle-
Mtxis que engendra el órgano atacado de la enfer- próximo. No llegar^ á su perihelio hasta el 10 de vará el nombre del patrón de la exploración ártica,
medad, el doctor Kock ha criado el parásito artifi- Jdnio, y entoncfes se hallará á siete riiillones de
kilómetros del sol. ) «Con nuestro navio,—dice el comandante chey-
LA AMERICA. 13

ne,—iremos á San Patricki-Bay, donde el capitán ristre, irá por el Toboso á buscarlos, y si no los mi grandeza pregona; y en los ámbitos
Nares ha hallado un gran yacimiento de carbón, encuentra, los inventará. Hé aquí la prueba, dice: que repiten los ecos de mis glorias,
en la superScie del suelo. Allí construiremos una «Pero si el articulista de L A AMÉRICA trata mal á los y aún más allá, donde el vencido esolaro
casa, instalaremos nuestros aparatos y fabricare- espafloles de acá, no es mucho más benigno con los de uUá. toca las plantas del tirano odioso
mos gas hidrógeno para los globos. Demostrando un completo desconocimiento de las opiniones con su frente oprimida, el noble acento
Este dista seis millas del punfo en que el buque del Gobierno acerca de la emigración, calúmnialo atribu- de «Libertad y Patria» se difunda!
del capitán Nares, el Discovery, invernó en 1875- yéndole medidas prohibitivas en que no podia pensar un ¡Héroes, á combatir! Buscad la muerte
1876, y cuatrocientas noventa y seis del polo. Así Grobierno ilustrado, y hablando de ciertas circulares de otros si no halláis libertad: ¡antes la tierra
ue tengamos viento favorable, nos bastarán de guarde en su seno el deleznable polvo
3 iez y ocho á veinticuatro horas para llegar al po-
lo norte.
tiempos en que privaba en España el sistema prohibitivo.
Befíriéndose después á las causas que en su concepto tornan de vuestros cuerpos, que viváis esclavosl
£1 clamor incesante de la patria,
inevitable la emigración en España, hace esta triste pintura
C5ada globo llevará un trineo, una canoa y ví- de la vida del pobre en una de las regiones que más contin- el grito lastimero de la madre,
veres para cincuenta y un dias, y soltará hilo te- gente emigratorio suministraba hasta hace poco.» ¿no acrecienta el valor de vuestros pechos?»
legráfico á medida que se aleje, para estar siem- Sonó en España, cuando al rudo golpe
pre en comunicación con la estación principal. Dice el periódico de D. Manuel Barros, que tra- del alfanje de un déspota inhumano
En fin, los globos tendrán la carga suficiente para to mal á los españoles de allá, porque en mis ar- se estremeció de horror un continente.
que no puedan elevarse mucho en el aire. tículos les aconsejaba moderación en sus aprecia-
ciones sobre el régimen político de los pueblos del y esgrimió el español el duro acero
El que promueve de la expedición no prevé difi- que al sol arrebató sus resplandores;
cultad ninguna por parte del frió, durante el viaje Plata y ardiendo en ira santa: «¡Independencia!
aéreo que deberá verificarse en el mes de Junio n. Demostrando un completo DESCONOGIMIEN- gritó; ¡no se doblegan ante el hierro
del año de la partida, es decir, en el solsticio del »T0 de las opiniones del Gobierno acerca de la ¿rentes ceñidas de divinos lauros!»
estío, en que el sol está más elevado. Aun llega á emigración, etc.» ¡Independencia, sí! ¡Nombre glorioso!
decir que los viajeros tendrán que quitarse el so- A la raíz de los sucesos Saida, se expidió una ¡Oh, libertad sagrada! Con tu aliento
bretodo si no quieren sufrir demasiado calor. Real orden por el ministerio de Fomento, nom- al corazón enardecido agitas,
La expedición se compondrá de diez y siete brando una comisión, al frente de la cual estaba el y vida con tu luz pródiga irradias,
hombres, á quienes se unirán, en Groelandia. tres Excelentísimo Sr. D. Segismundo Moret, para que cual astro refulgente que á los mundos
esquimales lamiliarizados con la mayor parte de estudiara las causas que motivaban la emigración; con sus rayos expléndidos colora.
la comarca que se debe explorar y que se encar- y una vez conocidas, proponer al Gobierno los me- Tú eres la llama celestial, eterna,
garán del papel de guías. dios para combatirla. que amaga á la impudente tiranía;
El Gobierno dinamarqués ha dado ya orden á Dividida la comisión en secciones, el ilustrado tú eres el sol, que explendoroso, lanza
las autoridades groenlandesas para que presten ingeniero D. MeHton Martin fué encargado de es- vivido rayo que quebranta el duro
toda la asistencia posible^á esta expedición polar tudiar la zona de Galicia, y en su informe decia, hierro que apresta á fratricida lucha
de nuevo género, sobre poco más ó menos: la ignorancia del déspota insolente;
P . Rüiz ALBISTUE. «Que dada la densidad de la población en Gali- tú eres la brisa que levanta el polvo
»cia, hoy por hoy no era conveniente intentar que azota el rostro del tirano... ¡Patria!
»detener la corriente emigratoria, porque la me- ¡Ah! tú sentiste el poderoso aliento
»dida traería consecuencias fatales, pues son ma- de la alma libertad; auras divinas
A "LA NACIÓN ESPAÑOLA.. »los compañeros la miseria y el hambre.» agitaron tu enseña triunfadora;
F£BIÓDICO DB BUENOS AIBES. Comparto, pues, con este ilustrado español de y cuando el cielo te tejió laureles,
acá la filípica que se sirve dirigirme La Nación resplandeció tu frente soberana!
En el número 366, correspondiente al 2 de Abril Española. Y hora que intenta el agareno impío
Ahora bien; ¿no es esto extraviar la opinión? romper tu cetro, mancillar tus glorias
del presente año del periódico La Nación Espa- y hollar tu suelo, tumba de tus grandes
ñola, se halla un editorial, que se titula La emi - Si el Sr. Barros no sabia lo que pasaba en Espa-
ña ¿para qué habla de ello y supone que me refie- y nobles hijos, ¿con temor y espanto
gracion española, en cuyo artículo no se hace lágrimas viertes? No! Siempre invencible
otra cosa que barajar mi pobre nombre para pre- ro á épocas muy remotas? Por otra parte, ¿puede
suponerse en el Director de un periódico, que es adornarás tu espléndida corona
sentarlo á la colonia española, residente en Bue- con hojas de laurel arrebatadas
nos-Aires, como un traidor al sentimiento de la más amante de la patria y más celoso defensor de
su honra que los demás españoles de acá, que no á la mezquina frente del tirano!
madre patria, por que en esta misma publicación
han visto la luz púbUca algunos artículos mios, conociera la medida á que me refiero? Ciertamente
defendiendo la emigración, y aconsejando á los que nó. De aquí resulta un dilema. Ved: ya soberbia la rugiente ola,
emigrantes la mayor circunspecion y comedi ¿Conocía la medida y escribió lo que escribió? cual negro monstruo que abortó el profundo,
miento en un país, que por lo mismo que formó Obraba de mala fé, para extraviar la opinión, á lóbrega avanza hasta el peñón que trueca
parte integrante de los aominios españoles, era particulares fines de empresa, lo cual no es muy su furia horrenda en centellantes copos
más susceptible al tratar cuestiones de suyo deli- patriótico ni noble, por lo que á mí se refiere. de blanca espuma que en los aires flotan.
cadas. ¿No conocía la medida? No debió hablar de ello. El huracán agita la sombría
A mi entender, el pensamiento que envolvían No adulo ni halagó á nadie, como supone en su nube que esconde el resplandor del rayo;
mis artículos, no podia ser más noble ni más útil famoso editorial La Nación Española; predico paz el trueno estalla; el Océano tiembla;
para ambos países, que tanto necesitan el uno del y concordia entre pueblos hermanos que por tan- la sombra crece, y pavoroso, el mundo
otro. La Nación Española, que no le conviene el tos lazos están unidos, aconsejando una conducta en espantable soledad reposa...
tono de mis artículos, porque de abolengo viene prudente y comedida, para poder realizar los idea- de pronto el mar, alborozado, calla;)
sacrificando su conciencia ante las corrientes que les que les están reservados á las nacionalidades brilla en el cielo el sol; fúlgido rayo
dominan á una parte de la colonia española resi- americanas con su vieja metrópoli, cuando los in- los ámbitos enciende, y resplandece
dente en Buenos Aires, para halagarla y conser- tereses materiales son tan afines; pero cuando por la tierra... ¿Quién al sol prestó su lumbre?
var su suscricion, se desata contra mí, haciendo, una ú otra parte se falta, allí estoy defendiendo ¿Quién aplacó las iras del Eterno?
más que una defensa de doctrina, una cuestión los fueros de la justicia y de la razón hollada, ¿Quién acalló el profundo? ¿Quién en calma
personal al través del Océano. aquella ó desconocida esta. el fragor convirtió de la tormenta?
No tema, Sr. Director, que yo vaya ahora á Desde las columnas de La Ilustración Cantá- Dios, sobre el ancho mar embravecilo,
manchar las columnas de LA AMÉRICA, siguiendo brica, en el número 11, correspondiente al 18 de tendió su mano... Al eco incontrastable
al Sr. Barros por el camino de una lucha personal; Abril, decia sobre el asunto de Sánchez Caballero: De su tremenda voz, tembló la esfera
no. Pero pondré de manifiesto su mala íé en lo «Son tantas y tan variadas las quejas que de y el hórrido huracán plegó sus alas.
que no sé si le llame controversia. »América recibimos sobre la falta de seguridad «Yo bendigo tu enseña victoriosa,
Al desmenuzar un párrafo de uno de mis ar- »personal en que viven los españoles residentes ¡oh noble Iberia! ¡En Covadooga un día
tículos, se permite entrar en el resbaladizo terreno »en la República del Uruguay, que no podemos mi aliento te presté, te di mi apoyo,
de las intenciones; atreviéndose á esto,íá qué más »dejar de protestar nuevamente contra los agra- y ardor divino concentré en tu pecho.
no se atreverá?... Para llenar su cometido y con- »vios inferidos á nuestros compatriotas de la ban- Hoy que soberbio el agareno intenta
seguir extraviar la opinión, sigue con el sofisma »da Oriental del Plata, cuya población está com- posar sobre los restos de tus glorias
hasta conchiir por la diatriva, y á todo esto, sa- »puesta de más de cíen mil familias españolas, en su planta impura, lucharé á tu lado,
crificando los más grandes intereses: ¿para qué? .. »su mayor parte gallegas defenderé tu honor, seré tu escudo!»
Para que sigan en el error algunos cuantos sus- Dijo; y España, estremecida, siente
critores inconscientes. pequeño el mar, gigante su deseo,
Y cuando se le han concluido todos los recur- «Al complacer á nuestros compatriotas de Mon- impenetrable la acerada cota
sos en la defensa de su plan, se enmascara con »tevídeo en una causa de justicia rudimentaria, que arde al calor del corazón que guarda;
una frase de ancho efecto; con el patriotismo. »nos permitimos dirigirla un ruego. Tengan calma invicto su poder, fugrte el acero,
¿Es patriotismo predicar la paz ó predicar la »y obren con la mayor prudencia posible. No olvi- fuerte su honor. «¡Al arma! ¡Dios lo quiere!
guerra? »den que si la razón y el derecho están con ellos, los héroes de Lepanto repetían.
La misión de la prensa nacional en el extran- »la justicia lo estará también, por poco que sepan «El que con pecho generoso alienta,
jero, es delicadísima; una palabra imprudente pue- »ejercítarla. sabrá morir... ¡La muerte del sol la-lo
de ser motivo de enormes desgracias, mucho más »Para eso y para todo, cuenten con nuestro acrecienta las glorias de la patria!
en nuestra raza, y esto no lo saben tener en cuenta »sincero é incondicional concurso.» ¡Al arma, sí! La rabia de un tirHiio
nuestros compatriotas de Ultramar. Sí el anterior artículo transcrito, que puede no amengua nuestro ardor. Pronto en la nave
Recordad El Correo Español cuando combatía leer La Nación Española en la sección de Misce- que hoy surca el mar matando vencedora,
al doctor Avellaneda y su Gobierno. Pues bien; láneas del referido número, en toda su extensión, triunfante se alzará nuestra bandera
aunque no sea más que mentalmente, poned ese no aparece firmado por mí, es porque en esa sec- tan pura como el sol, como él brillante!»
periódico en Madrid con nacionalidad francesa y ción todo se hace de redacción; pero yo lo he sen-
que sólo la mitad de lo que le decia El Correo en tido y téngalo por firmado por mí. Adalid invencible (1), gloria "stfirna
Buenos-Aires al doctor Avellaneda "se lo dijera, Para que no se dé lugar á esos desmanes, me entre las glorias de la noble spaña,
siendo francés el periódico, al Gobierno español, esfuerzo y predico comedimiento á mis compa- vuela, y tu acero, cual diyiuo riyo
aunque éste fuera el más odiado; ¿qué sucedería? triotas; pues entiendo que es más patriótico evi- que á estrago y muerte á la .soh -rbia pompa
Seamosjustos, y a l escribir, al dirigir la opi- tar ocurrencias de este género, que después tener del déspota condena, hunda en <>1 polvo
nión pública, abandonemos pasiones funestas. que castigarlas uno mismo, cuando la voz de la hecha pedazos la ominosa ensi^ña
Con un solo argumento voy á contestar al edi- razón nos falta y cuando todos los medios que las de un pueblo esclavo, en su iiu¡wteno5a ciego...
torial que me dedica el periódico del Sr, Barros. leyes del derecho dan, se desconocen. Ya retumban los bronces... i KM inte!
Mis artículos, publicados en LA AMÉRICA, antes Llegado tan triste caso, ¿qué español habrá que La Europa tiembla; el Océano espera;
de leerse en Ultramar, han sido leídos y comenta- rae gane á españolismo? Callen y no pequen, que la patria gime... ¡Oh, Dios! ¡Despierta, Espafial
dos aquí; á nadie se le ha ocurrido hacer lo que ha Dios nos vé. Las ondas de tus mares spn dñ •* ...gre,
CÉSAR YALOXROXL. sangre de pueblos que vengan/, i oiden
hecho La Nación Española de Buenos Aires: ¿por con moribunda voz desde sus tu abas,
ventura sus redactores son más españoles que los con acento de vida, desde el cielo;
españoles de la Península? LEPANTO. Venga su muerte... ¡Fueron m < hHrmanosl
Ni estamos en los tiempos de Roger de Flor, ni ¡Ahí si el temor le vence, si -n i>i neclio
en los de Araadís de Gaula; corrijamos este eterno hierve sangre de esclavos, si ab i i i»
vicio castellano; pero no; á La Nación Española i mi qnerido amigo D. Ensebio Asqneríao, iasigne escritor y poeta.
de Buenos Aires, no le conviene. Cuando no tenga «¡TiembV.^ el orbe á mis pies! [Tremóle augusta
pretexto para dar sus batallas campales lanza en mi triunfadord enseña, do la fama (1) Dun Juan de Austria.
14 LA AMERICA.

¡ay! arrastras cadenas, con los hierros —^No tenga usted cuidado, padre. —^¿Y tú qué piensas de aquella mujer?
de tus cobardes hijos fabricadas, —Ellos son tres, los mismos que visteis anoche. ¡A pun- —¡Qué quiere usted que piense? Las mujeres s ó n d e l a
¡maldición sobre til... ¡Bompe tu cetro! tad bien, y que no se escapen! Corred, no os detengáis. piel del diablo.
¿A dónde irás do tu deshonra acabe Los hijos obedecieron. —Con esta salida no contábamos nosotros.
y tu conciencia inexorable muera? El padre, dirigiéndose á otros dos de la cuadrilla, les dijo: —¿Y quién habia de dar en una cosa tan inesperada?
—Id volando por los caballos y venios iumediatamcnte —Pues lo cierto es, que la moza puede hacernos un fla-
«Cese tu voz, pues ya cesó mi llanto. con ellos, para quitar á ese hombre de aquí. Con media hora co servicio.
Ni el temor me venció, ni sangre inicua basta y sobra para salvarnos, ó para que á todos nos lleven —¡Ya lo creo!
nutrió mi pecho, ni arrastré cadenas. los demonios. ¡Andad! —¿Y tú la conoces?
¡Grande fui; libre soy; seré gigante! Los dos bandidos partieron corriendo en dirección —Sí, hombre, es una... de las que están en la huerta.
¡Hermanos, los que disteis generosos, opuesta. —Es decir, que está enterada de todo.
defendiendo mi honor, polvo á la tierra, —¿Y piensa usted que debemos soltar en seguida á ese — Claro está.
almas al cielo y á la patria gloria; hombre? preguntó Carrascoso. —Entonces te digo, que el caso es para muy pensado.
en Lcpanto venci: ¡ya estáis vengados!» —Lo que pienso es, que necesitamos sacarlo de mi casa. —Soy de la misma opinión.
—Pero el caso es, que acaba de escribir una carta... —Y bien; ¿qué opinas tú que debemos hacer?
ALFREDO DE LA ESOOSÜRA. —Nada, nada, interrumpió el Tio Martin con su áspera —Soltarlo, y que la Magdalena lo guíe, porque además
Madrid, 15 do Abril de 1882.. voz; es menester matarlo sin pérdida de tiempo. que le temo á la lengua de las mujeres más que á la ira de
En esto bajó Salamanca, y muy pronto se enteró del Dios, tampoco echo en olvido que su padre le ha dado de co-
grave peligro que todos corrían y de la imposibilidad de te- mer al mío.
LA HUERTA DEL TÍO MARTIN. ner allí por más tiempo al secuestrado. —Me alegro mucho de lo que dices, porque exactamente
— Puea bien; vamos ahogarlo al instante ó coserlo á p u - habia pensado yo lo mismo; pero...
ñaladas, dijeron á una todos los bandidos. Salamanca se detuvo.
— Con que algún día tenga usted en la memoria lo que —¡Eso no! gritó el Tio Martin. —Pero... jquó? dijo Carrascoso. Siga usted hablando, por-
acabo de hacer en su obsequio, respondió el interpelado, —Pues entonces, ¿qué es lo que usted quiere? que yo creo que también hemos pensado lo mismo respecto
cambiando súbitamente de tono y dando á sus palabras un — Quiero que lo matéis; pero fuera de aquí. ¿Qué vamos á la dificultad que se ofrece.
giro verdaderamente conmovedor y patético. ¡Seflor de Rei- á hacer con ese cuerpo, cuando .no tenemos abierta la se- —Pues bien, Pepillo, te diré con franqueza que lo único
na! Yo desciendo de tan buena familia como pueda descen- pultura y cuando apenas habrá tiempo para llevárselo? que me preocupa es lo que le diremos á ese para conseguir
der el primero, y yo he recibido de mis padres una educa- —¿Con que es cierto que nos vigilan? preguntó con tanta nuestro intento.
ción esmerada; pero .. ¡ah desdicha! los vicios y la curia intenciou como sangre fría el llamado Salamanca. —Yo creo que hará lo que se diga: pero en último caso,
infame traen á los hombres á estas situaciones y pueden ~ Sí, no hay duda; nos vigilan, y esos hombres no me me tiene sin cuidado. Lo mejor será que nos pongamos de-
conducirlos también al cadalso. Yo tengo muy buenos ante- han dejado bey ni á sol ni á sombra, ni me han per j ido pió lante y haremps rumbo hacia la Roda, marchando á campo
cedentes de usted, de su padre y de toda su familia. No ni pisada, y además se saben otras cosas, yo no sé cómo, ni través, y cuando estemos cerca del camino, usted se adelan-
crea usted que ahora le habla ningún asesino, sino un ca- por quién; pero es lo cierto que hasta en las tabernas se ha- ta con él hasta ponerlo en franquía, le dice usted que no
ballero, y tan es así, que les tengo prevenido á los que me bla de lo que no era menester, y ha llegado la hora de pre- diga nada de lo que ha pasado, y mientras yo me las com-
acompañan, que el dia en que por desgracia me den un tiro, venirse y defenderse como lobos. pondré con el otro.
me corten la cabeza y la cntierren para que nadie pueda de- —Tiene usted ruzon, Tio Martin. ' —¡Excelente plan! exclamó el astuto Salamanca, viendo
cir: «éste era... quien yo soy.» —Lo que interesa es, que me libertéis de ese hombre sin que todo le salía á pedir de boca para ponerse bien y con-
No es posible describir la impresión de curiosidad, asom- que nadie lo vea, porque en trasponiéndolo, yo no le temo graciarse con el secuestrado y su familia.
bro y lástima que semejantes palabras produjeron en el áni- á nadie. En seguida los dos, ya de acuerdo, picaron á sus caba-
mo del cautivo. —Pues enseguida nos lo llevaremos. |. líos, pusiéronse delante del prisionero y del otro bandido, y
£ i misterioso personaje continuó: —Sí, sí, no hay otro remedio; pero asomaos por ahí antes : se dirigieron hacia la Roda.
— Por mis venas corre sangro de la más aristocrática de á ver si está el campo libre. I Al llegar á cierta distancia del camino hicieron alto, ba -
Espaba, y sólo con que yo le hablase á usted de ciertos Algunos bandidos fueron á colocarse de espías en los [ jaron al joven Reina, á quien asió del brazo el llamado 8a •
asuntos y de ciertas familias, caerla usted en la cuenta de puntos más convenientes, mientras que Carrascoso y Sala- i lamanca, conduciéndole á pié un largo trecho.
]a ilustre casa de que yo desciendo, y desde luego podria manca aguardaban el aviso de estar el paso franco, para su- I Cuando ya el prisionero conoció que se habían retirado
usted explicarse mi conducta, mis reservas y mis sufrimien- bir inmediatamente por el cautivo, el cual á la sazón conti- • bastante de Carrascoso y su compañero, se aventuró á pre-
tos. nuaba postrado de hinojos ante la efigie de Nuestra Señora ! guntar:
—Mucho le agradezco á usted, repuso el cautivo, lo que del Rocío, rezando fervorosamente en tan crítico y angustio- ¡ —¿Y qué piensan hacer conmigo?
acaba de hacer por mí; pero siento mucho el que se haya so trance. —Lo que piensan es darle á usted muerte, señor de Rei-
comprometido por mi causa con esos hombres. t u l a turbación, congoja, desasosiego y excitación fe- na; pero eso no sucederá mientras yo viva, respondió Sala-
— No tenga usted cuidado por eso, yo los domino como bril en que se hallaba el prisionero, no veía más que la di- manca en voz apenas perceptible y acelerando el paso.
quiero, y por último, tengo mucho gusto en hacer cuanto vina imagen de la que con su dulce y suave poder aplaca —¡Usted es mi ángel salvador!
{ineda, porque me consta que su familia lo merece. las tempestades de la naturaleza y del corazón humano, y —¡Silencio!
—¿Y no cree usted que el paso que ha dado indisponga que en el floriao verjel de las letanías, precioso ramillete de Salamanca y el secuestrado continuaron todavía su r á -
á esos hombres conmigo, y me quieran asesinar cuando me expresiones poéticas, es con razón llamada estrella de la ma- pida marcha algunos minutos, al cabo de los cuales, aquél
quede solo? ñana y consuelo de los afligidos. le dijo:
—Yo ló juro & usted á fé de caballero, no apartarme de En aquellos momentos de oración y éxtasis, el prisione- —Ya le dije á usted que yo soy un caballero, y que sólo
su lado hasta ponerle á salvo de esta gente infame y des- ro sintióse asir del brazo, y volviendo la cabeza, vio la misma mis necesidades y también la curia me han puesto en estos
almada. figura de mujer que vestida de negro, en otras ocasiones trances. Yo le prometí á usted salvarlo, y con más riesgos
En aquel momento se oyó abajo un sordo ruido de vo - se le habia presentado, anunciándole la ausencia ó la venida y con más fatigas de lo que usted pueda imaginarse, lo he
ees y carreras, que no dejó de alarmar á los dos interlocu- de los bandoleros, á fin de que se quitase ó se pusiese la conseguido.
tores. venda. —¡Muchas gracias!
—¡Tenga usted confianza en mí! exclamó el llamado Sa - La enlutada, pues, con ademan atropellado y balbucien- —También le prometo á usted ahora que con todo sigilo
lamanca. te vez, le dijo: le devolveré religiosamente la parte del dinero que me toque
Y sin decir más palabras, se precipitó por la escalera. —¡Que vienen! ¡Súbete la venda! ¡Ten confianza en la de su rescate, si, como espero, se falla en mi favor un pleito
Aquella inesperada y brusca despedida produjo en el Virgen Santísima! que tengo en Sevilla.
secuestrado grande inquietud y terror indecible, y maqui - La mujer desapareció como una sombra, y el prisionero, —No piense usted en eso, pues demasiado ha hecho usted
nalmente dirigióse tras de su protector y se detuvo en la dócil al misterioso aviso, colocóse bien la venda y se ten- en mi obsequio.
puerta de la escalera, desde donde pudo oir la bronca voz dió en su miserable lecho. —No importa; yo cumpliré lo que le he ofrecido, y se lo
de su viejo guardián, esto es, del Tio Martin que deoia: Pocos instantes después, subieron Salatnanca y Carras- juro solemnemente por este Crucifijo que llevo pendiente
—Nada, nada, es menester matarlo, sin pérdida de coso al desván, y asiendo al prisionero violentamente de los del cuello, y esto le probará á usted que yo no soy ningún
tiempo. brazos, le bajaron por la escalera sin dirigirle una sola ladrón, porque los ladrones sólo llevan el escapulario de la
El infeliz secuestrado sintió caer sobre su corazón aque- palabra. Virgen del Carmen.
llas palabras, como otras tantas balas de plomo. Abajo aguardábales el feroz Tío Martin, que les dijo: Es muy posible que el prisionero no encontrase aquella
Y lleno de terror y angustia, retrocedió con espanto — Cuando estéis lejos de aquí, ya sabéis lo que hay que prueba tan convincecte como la suponía el llamado Sala-
hasta el fondo de su prisión, bajándose la venda para bus- hacer. ¡Los muertos no hablan! manca, que continuó:
car la estampa de Nuestra Sefiora del Rocío, ante la cual El prisionero lanzó un profundo gemido, que pareció re- —Pero tenga usted entendido que si nos delata, y fuera
cayó de rodillas, cruzando las manos y dirigiéndole una fer- petir el eco; pero en realidad fué una persona. fácil, que no lo es, el que nos cogiesen á cuatro, cinco ó seis
viente plegaria para que lo libertase de su mortal peligro. Salamanca y Carrascoso nada respondieron, encaminán- de los nuestros, nuestra compafiía es muy grande, y moriría
dose al olivar, donde según les habia dicho el viejo, ust«d sin remedio, bien por nuestra mano ó pagando su
CAPITULO X L I I I . aguardaba uno con los caballos. muerte, además de causar la ruina de su familia.
Cuando el Tio Martin hizo desaparecer entre las tinie- —Descuide usted, que yo, no solamente seré discreto,
DE CÓMO LA COMEDIA PUDO TOMAR ASPECTO DE blas al secuestrado y á los que le conducían, respiró con la sino agradecido.
TRAGEDIA. fuerza de \ip fuelle de fragua, creyéndose ya completamente —Así lo espero; y ahora sólo debo decirle que está usted
seguro. cerca del pueblo de La Roda, y le prevengo que yo he echa-
El Tio Martin, ya bien de noche, llegó á la huerta por Salamanca y Carrascoso llegaron á donde estaban los do sobre mí una gran responsabilidad, cual es la de salvarle á
extremo azorado, y refirió á sus compañeros todo lo que ha- caballos, subieron al cautivo sobre uno de ellos, encollera- usted la vida contra la voluntad de toda esa gente, y por lo
bía visto y lo que le habían dicho en Casariche respecto á do con otro, que montaba el tercer bandido. tanto le aconsejo que cuanto antes se quite usted del camino
la muerte de don Agapito. Los dos caballos encollerados partieron inmediatamen- para evitar que los otros puedan venir buscándole y lo
Refirióles también cómo hallándose en casa de su te, mientras que Salamanca y Carrascoso disponíanse á maten.
amigo y temeroso de que los desconocidos le siguiesen, ha- montar en los suyos; pero en aquel mismo instante apareció Y así diciendo, le quitó la venda al secuestrado, y
bía logrado burlan su vigilancia, saltando por las tapias del la enlutada, que con voz solemne, fatídica y amenazadora, añadió:
corral, saliendo al campo y dando un gran rodeo para lle- les dijo: —Míreme usted cara á cara; pues ya no temo que usted
gar á la huerta, sin que sus tenaces perseguidores lo advir- —¡No cumpláis la orden que os han dado! Es verdad que me conozca, porque con la acción que acabo de hacer, creo
tiesen, y quitar de allí cuanto antes el cuerpo del delito. los muertos no hablan, pero comprometen á los vivos. Si que nunca será usted capaz de delatarme ni reconocerme
—¡Aquí debe haber algún traidor! exclamaba furioso el pensáis matarlo, matadme á mí antes, porque si no, os juro ante ningún tribunal. ¡Adiós, y que el cielo permita que
Tio Martin. Alguien se ha berreado, diciendo que al viejo que estáis perdidos. Ponedlo en libertad, ó... ¡ay de vosotros! pueda usted llegar con bien á su casa!
cautivo de La Alameda le han quitado la vida, y mañana Dichas estas palabras, la mujer desapareció por entre la El llamado Salamanca se volvió solo á reunirse con sus
serán capaces de decir que hemos sido nosotron. ¡Os digo espesusa del olivar, dejando á los dos bandidos atónitos con compañeros mientras que el joven Reina comenzó á correr
que reviento de rabia! sus amenazas en dirección de La Roda con toda la celeridad que sus
Las noticias, la actitud y la alarma del Tio Martin pro- Bien hubieran querido en aquel momento apurar la fuerzas le permitían.
dujeron viva impresión en la cuadrilla, que le rodeaba, causa de aquel extraño proceder; pero indecisos durante Al llegar á la entrada del pueblo, encontróse una pareja
oyendo su relato sin perder una palabra, mientras que el algunos instantes, entre seguir á la mujer ó incorporarse á de la Guardia civil, que lo condujo á el Arahal y al seno de
señor Salamanca le estaba haciendo sus confidencias al su compañero y al cautivo, que ya iban á bastante distancia, su familia, llenando de regocijo á todo el pueblo y á sus
secuestrado. resolvieron al fin alcanzarlo, montando en sus caballos y desconsolados padres y hermanos que tuvieron la inmensa
—¿Y serán los mismos que vimos anoche, esos que usted lanzándose al galope. felicidad de verle libre y de abrazarle, cuando menos lo e s -
ha visto en Casariche? preguntó Francisco. Durante largo rato la cabalgata caminó á la ventura, peraban.
— Sin duda ninguna. Esa gente espía la casa y mi persona, sin rumbo fijo, con el más profundo silencio, sin oírse más
ruido que las pisadas y el resollar de los caballos, hasta que CAPITULO XLIV.
y de fijo que n»ñana están aquí á registrar, si es que no
vienen esta noche. Por eso conviene que' vosotros dos, aña- al fin Salamanca y Carrascoso, quedándose atrás un buen WA BATIDA BIEN ENCAMINADA.
dió el Tio Martin dirigiéndose á sus hijos, vayáis en segui- trecho, en voz muy baja entablaron el diálogo siguiente:
da, á la carrera, sin perder un minuto, por el camino de —^¿Y á dónde vamos? preguntó Salamanca. Tan luego como el Tio Martin se vio libre del secuestra-,
Casariche, y si los encontráis, matadlos antes quedejarlos —Eso digo yo; hasta ahora no hemos pensado más que do, recobró su ordinaria tranquilidad y sangre fría, impor-
llegar aquí. alejarnos de la huerta; pero, ¿qué hacemos con ese hombre? tándole ya un ardite el que apareciesen por los contomos de
LA AMÉRICA. 15

la huerta cuantos espías ó sombras chinescas, como él las hijos de don Agapito y los guardias se fijaron, como guiados del mapa do los países civilizados á nuestra querida patria.
Uamaba, quisiesen. por un seguro instinto, en José Fernandez Torres, el hijo Bien se me alcanza que el éxito, aunque temporalmente
Así, pues, cuando regresaron los hijos del Tio Martin y del Tio Martin, que sin duda en su semblante y en sus r e s - satisfactorio, no ha sido tan duradero como sería de esperar;
los demás compañeros, encontraron muy sosegado y de buen puestas, manifestó menos sangre fría que su viejo y empe- pero ya he indicado que ni la opinión fué tan compacta como
liumor al marrullero viejo, que desde luego les hizo ver la dernido padre. debió serlo, ni mucho menos vino en su apoyo la conducta
necesidad de que cada uno buscase su refugio y que no vol- La Guardia civil, pues, prendió al referido José Fer- valerosa y decidida de los hacendados y de muchas personas
viesen por allí hasta que pasase aquel peligro, cuyo buen nandez Torres para conducirlo al juzgado de primera ins- influyentes, que más bien pecaron de tímidas ó meticulosas,
consejo siguieron inmediatamente al pié de la letra. tancia de Archidona, al que corresponde el pueblo de La ó de interesadas y egoístas, ó de preocupadas en favor de
Por lo demás, los fingidos cazadores, imaginándose que Alameda, y en donde radicaba la causa de este secuestro. las disolventes y antisociales tendencias del padrinazgo, que
el TÍO Martin se quedaría aquella noche en la casa, donde le Viendo el marrullero del Tio Martin que se llevaban antes adopta por punto de honor el proteger y salvar á los
habían visto entrar, se dedicaron á tomar lenguas é infor- preso á su hijo, llamó al sargento Magan y al yerno Victo - facinerosos que el contribuir á su tenaz persecución y justo
mes respecto al duefio de aquella vivienda y de las demás riano Zambrana, á los cuales condujo debajo de un peral, castigo.
personas que habia visitado aquel día en Casariche. precisamente encima de la sepultura de don Agapito y de Por otra parte, acontecimientos posteriores, de que no
Convencidos por estos informes y por los que anterior- Alberto, y allí, en aquel sitio, que á otro menos cínico le quiero en este lugar ocuparme, han venido á desvirtuar por
mente ya tenían, de que, á pesar de las apariencias, la con- hubiera inspirado horror y espanto indecibles, allí el mal- completo el saludable influjo de aquella enérgica impulsión
ducta del Tio Martin era muy sospechosa, determinaron ir vado viejo no tuvo el más mínimo reparo en hablarles de en contra del bandolerísmo, no sólo paralizando sus efectos,
al día siguiente á la huerta y trabar conversación con el esta manera: sino devolviendo todo su brío á las concausas que lo produ •
viejo, á fin de averiguar loque pudiesen, como gran disimulo, —Yo les suplico á ustedes que no se lleven preso al mu- jeron, y al repugnante caciquismo, interesado siempre en
sin usurpar atribuciones, sin manifestarse con agentes de chacho, y yo les prometo que le preguntaré si sabe algo de sostenerlo. Pero afortunadamente en la época á que me r e -
mi autoridad, ni dejar de aparecer como tales cazadores. eso, que ustedes quieren averiguar, y si así fuera, yo en s e - fiero, las autoridades fueron paulatinamente inspirándose en
Fiados, pues, en su pericia y discreción para desempeñar guida lo pondré en su conocimiento. la grandiosa y patriótica idea del Gobierno de la nación, que
esta clase de encargos, presentáronse en la huerta con el —¿Y cómo se atreve usted á hacerme á mí esa proposi- á todo trance se propuso extirpar el bandolerismo; y así su
pretexto de pedir agua, y el tio Martin los recibió con in- ción? respondió el sargento. Eso mismo prueba que usted cedió, que después de la incansable persecución emprendida
equívocas muestras de agasajo; pero conociendo muy bien en cree que su hijo sabe algo. contra los malhechores en la provincia de Córdoba, todas las
su interior que aquella gente iba con el propósito de husmear —Tiene razón el sargento, añadió Zambrana. autoridades y la Guardia civil de Andalucía emprendieron
y saber lo que sucedía en su casa. —Yo les diré á ustedes; como tengo tantos hijos, y cada una verdadera cruzada contra los criminales.
El Tio Martin, con gran socarronería, los llevó á la co- uno saca sus inclinaciones, sin qtie uno lo pueda remediar, En efecto, el secuestro del joven Reina, por las circuns-
cina, les dio agua, les brindó vino y de comer si querían, y podría suceder que el demonio hubiese tentado á alguno tancias de su posición y numerosa familia, habia sido muy
con este motivo entablaron un diálogo tan cordial y afectuo- para juntarse con malas compañías, y aunque sea inocente, notorio, de suerte que el digno gobernador de Sevilla, de
so, como si de largo tiempo se conociesen. quizás sepa alguna cosa. ¿Estamos? acuerdo con la Guardia civil, adoptó cuantas medidas juzgó
No sin malicia, pues, el redomado viejo, con la más per- —Sí, señor; estamos en que me llevo á su hijo de usted eficaces y oportunas para averiguar el paradero del secues-
fecta afectación de hombría de bien, les manifestó que se ha- y... basta de conversación. ¡Vamosl trado, y como era natural, después de hallarse éste libre,
llaba muy contento con su suerte, enseñándoles después las Y la Guardia civil y los hijos de don Agapito se aleja- recurrió á él con el propósito de que le suministrase todos
hortalizas, los frutales, y, por último, su modesta casa, an- ron de la huerta con el preso, dejando al Tio Martín lleno los datos posibles para indagar la guarida en que le habían
ticipándose así astuta y bellacamente á los deseos de los fin- á la vez de rabia y zozobra. tenido, y quiénes fueran los secuestradores.
gidos cazadores. No dejaron éstos de conocer la hipocresía, Desdichadamente, el terror que inspiraban los bandidos,
camándulas y astucia del viejo socarrón, juzgándole como las terribles amenazas que dirigian á sus víctimas y los fre-
CAPITULO XLV.
un picaro de á folio, perfectamente forrado en hortelano in- cuentes anónimos que recibía el padre del joven Reina,
ofensivo; pero como ellos no tenían allí atribuciones autori- diciéndole que á la menor palabra que dijeran, que pudie-
tarias, hubieron de contentarse con observar de la manera LA l^EY D£ LAB ALTERMATITA8. se comprometerlos, les matarían los ganados y les que-
más discreta la conducta, palabras y porte del Tio Martin. marían las míeses y todas sus haciendas, fueron causa
En efecto; los cazadores no pudieron coger al hortelano En el flujo y reflujo de los acontecimientos humanos, lo más que suficiente para que el joven libertado se encerrase
en ningún renuncio, como suele decirse, y por más conven- mismo en 1 B individuos que en las colectividades, en todas en la más absoluta reserva; pero por grande que ésta fuese,
cidos que estuviesen de que aquel hombre en ningún modo direcciones, bajo todos aspectos, puede advertirse la influen- nunca pudo excusarse de manifestar, por lo menos, el sitio
era bueno y honrado, como se esforzaba por parecerlo, no cia predominante de una impulsión determinada, como si en que los bandidos lo habian dejado, que, como ya el lector
les quedó más recurso, una vez practicado aquel reconoci- los sucesos se elaborasen por la Providencia y por los hom- sabe, fué cerca de La Roda, en donde lo encontró una pareja
miento, que volverse á Córdoba para darme exacta y minu- bres, siguiendo series, que se prolongan hasta un cierto de la Guardia civil.
ciosa cuenta de todo cuanto habían observado y oído. punto, desde el cual retroceden en sentido inverso, cual sí Este hecho era público é innegable, y con este dato, la
Con aquellas noticias, harto vagas y generales por cier- obedeciesen á otra impulsiun, completamente contraria. Guardia civil recorrió todos aquellos contornos, informán-
to, me dirigí á la Guardia civil, á los juzgados, á las auto- En una palabra, en el mundo del espíritu, como en el dose minuciosamente de la vida y costumbres de los habi-
ridades locales y á todas las personas que pudieran suminis- de la naturaleza, parecen existir corrientes y ráfagas, que tantes de los caseríos y procurando por todos los medios
trarme datos respecto á la vida anterior de Francisco Fer- en períodos alternativos, son favorables ó adversas al des - imaginables y con plausible celo y perseverancia, el inqui-
nandez Baena, con la mira especial de inquirir y saber si arrollo de ciertos y determinados grupos de fenómenos y de rir el sitio en que hubieran podido tener al joven Reina.
figuraba en algún proceso, pues que, aun cuando así no apa- sucesos. Estas averiguaciones llevaron á la Guardia civil de S e -
reciese, yo abrigaba la convicción íntima de que el tal hor- Esta ley general comprende y abarca todos los hechos villa al pueblo de Casariche, en donde supo que reciente-
telano era un malhechor y capa de malhechores. de la naturaleza y todas las manifestaciones de la historia, mente sus compañeros del mismo Instituto, pertenecientes á
Y por una de esas intuiciones inexplicables, en virtud en las cuales interviene la Providencia, como el dique insu- la provincia de Málaga, habian preso y conducido, á Archi-
de las cuales se asocian las ideas al parecer más discordan - perable que se opone, en momentos dados, á la inundación dona á uno de los hijos de un viejo hortelano, que habitaba
tes, yo no podía separar nunca del Tio Martin y de su huer- creciente del mal, que sin este correctivo saludable, bien- no lejos de la estación de la vía férrea, que lleva el nombre
ta, próxima al ferrocarril, el recuerdo de la confidencia que hechor y omnipotente, acabaría por destruir todos los gér- del citado pueblo.
me habia hecho la referida persona que habia estado secues- menes del bien en el universo. Con aquella noticia la Guardia civil, encaminóse á la
trada en una cueva, desde la cual se oía el ruido de los Y así como en el orden físico algunos ponzoñosos mias- huerta; pero no teniendo motivos ni datos concretos que
trenes. mas pueden viciar y corromper la atmósfera, produciendo fueran suficientes para proceder contra el Tio Martin, la
Aflí, pues, aun cuando aquel territorio no perteneciese á la epidemias y pestes, así también algunos vicios predominan- Guardia se limitó á interrogar al viejo é inspeccionar el ter -
provinda de mi mando, yo adopté por mi cuenta y riesgo las tes pueden envenenar por algún tiempo el ambiente moral; reno, acabando por creer que en un sitio tan público, tan
medidas necesarias para que la tantas veces Citada huerta pero del mismo é igual modo que los vientos polares bastan inmediato á la estación y al pueblo, no era probable que hu-
del Tio Martin, nunca en lo sucesivo dejase de estar vigi- para sanear la atmósfera, así también los esfuerzos de los biesen tenido á ningún secuestrado.
lada. hombres de buena voluntad pueden ser tan eficaces y salu- Ahora bien; aun cuando la visita de la Guardia civil de
Pero no era yo solo quien ya por este tiempo se preocu- tíferos en el orden moral, que por sí solos bastan á purificar Sevilla á la huerta no tuviese por entonces ninguna grave
paba de la personalidad de aquel malvado viejo, supuesto y restablecer el sentido de la moralidad en toda una época y consecuencia para el Tio Martin, no por esto dejó de impre-
•que con más datos que yo tenia, los afligidos y desesperados en todo un pueblo. sionarle vivamente aquel suceso.
hijos del infeliz don Agapito habían venido i caer en la En la medida y comparación que lo limitado puede sufrir El redomado viejo, que durante medio siglo habia nave -
«uenta por las indicaciones del ahuyentado Cagarrache, de con lo inmenso, esto fué lo que sucedió después de aquel gado con próspero viento por entre los escollos y bagíos de
que la huerta del Tio Martin debía considerarse como uno período en que, merced á la desmoralización desenfrenada su vida criminal, encontrábase ahora como aturdido por el
•de los sitios sospechosos de aquella comarca. que por largo tiempo venia corroyendo las entrañas de nues- cúmulo de contrariedades que diariamente le salían al paso.
El lector puede figurarse la desolación y ansiedad de tra sociedad, habia surgido tan pujante y vigoroso el bando- Porque es de advertir, que después de la prisión de su
aquella desventurada familia, que habiendo sacrificado todos lerismo, que necesitó un esfuerzo titánico para contenerlo y hijo, babia sufrido un interrogatorio tan minucioso como
los recursos de su modesta fortuna á la liberación del pa- reprimirlo, esfuerzo colosal, que se debió á los hombres que intencionado por parte de la Guardia civil de Córdoba, que
dre, hallábase ahora con que éste no parecía ni vivo ni muer- representaban la idea del derecho, de la justicia y de la igual- por mi mandato pasó á dicho punto, para hacer ciertas ave-
to, después de haber pagado con tantas penas y fatigas el dad ante la ley, en oposición al monopolio, al favoritismo y riguaciones que se relacionaban con la persona que había
precio de su rescate. al privilegio, bajo todos los aspectos políticos y sociales. estado secuestrada, y que según ya he indicado, durante su
Ahora bien; desde que Cagarrache desapareció del pue- En efecto, al padrinazgo corruptor, sucedió el imperio cautiverio oía el ruido de los trenes; y por cierto que aun
blo de La Alameda, los hijos de don Agapito no habían fecundo y saludable de la ley; á la protección secreta y des- cuando por entonces no pude adquirir la plena convicción de
omitido medio alguno, por arduo, difícil ó costoso que fuese, moralizadora, siguió la sana publicidad de los actos de todos; la exactitud de mis sospechas, resultó al fin y al cabo, que
para buscar y adquirir á todo trance noticias del paradero y á las depredaciones amparadas por el poder público, mer- también lo habian tenido cautivo en una zanja hecha en la
de su infortunado padre, encontrando en la Guardia civil el ced á un mal entendido temor al escándalo, reemplazó la famosa huerta.
más espontáneo y eficaz auxilio para llevar á cima todas sus probidad intachable y la valerosa franqueza de aquellos, que Al mismo tiempo, no dejaba de ver constantemente per
indagaciones. no vacilaban en llamar las cosas por sus nombres propios sonas extrañlK que él comprendía que espiaban su persona
Con este motivo, visitaban constantemente á la familia y que se hubieran avergonzado de adulterar los conceptos y y su casa, de suerte que se hallaba en un estado de inquie-
del señor Delgado, el bizarro y activo teniente de la Guar- sofisticar los actos hasta el punto de llamar á los latrocinios tud y excitación tal, que todo le inspiraba temores y recelo^i.
dia civil, jefe de la línea de Antequera, don Francisco Gar - irregularidades administrativas, y de calificar á los ladro - Agregóse á esto la noticia, que tuvo por uno de sus cóm-
eía, y^ el sargento primero don Francisco Magan, ansiosos do nes de administradores inexpertos, con menosprecio del plices, de que el joven Reina se hallaba en el seno de su
contribuir por su parte al descubrimiento y castigo de los sentido moral, de los gritos dolorosos de la opinión pública, familia, y que no habian cumplido Carrascoso y sus coupa
infames secuestradores. y favoreciendo así el bandolerismo burocrático, es decir, el ñeros su mandato y su deseo de darle sin remisión violenta
Ya por entonces hablábase de público de la muerte de que sirve de incentivo, ejemplo, disculpa y origen al ban- muerte, á causa de la inesperada presencia y terrible ame
don Agapito; pero auUque se hicieron por la familia, de dolerismo bajo todas sus manifestaciones. naza de una de las mujeres, que pertenecían á su familia.
acuerdo con la Guardia civil, diversas tentativas para des- La serie deplorable de tales y tan funestos errores duró Lejos de alegrarse de que la enlutada hubiese impedido
cubrir la verdad y el fundamento de aquellos rumores, es lo hasta que la sociedad, representada por otros hombres, pro - la perpetración de un crimen, sucedió por el contrario, que
cierto que nada pudo conseguirse. veyó solícita y enérgicamente á su defensa, y entonces y sólo se puso furioso, temiendo que el joven, una vez libre, lo de-
Sucedió, pues, que no cediendo en su propósito ni la fa- entonces fué cuando pudo determinarse una evolución pode - latase, y recordando con más ahinco y angustia que nunea
milia, ni la Guardia civil, á mediados de Mayo se dispuso rosa en sentido contrarío, pues aunque la opinión en este la escena del mendigo; y es seguro que incitado por su oóle
una batida para reconocer todos los parajes y sitios sospe- nuevo sentido no llegase al alto grado de cohesión y unani- ra y su desesperada rabia hubiera degollado bárbaramente á
chosos del término de La Alameda y de los pueblos inme- midad que hubiera llegado en otro país, menos corrompido todas las mujeres de su faqiilía, sin cuidarse de averiguar
diatos, y como uno de tantos, se reconoció también la huerta por añejas, viciosas é hipócritas prácticas y contemporiza- cuál de ellas habia contrariado su mandato, si por entonces
del Tio Martin y sus inmediaciones. ciones, es lo cierto que aquel salvador impulso tuvo fuerza no se hubiese visto constantemente vigilado de dia y de
Acompañaban á la Guardia civil los hijos y el yerno del bastante para infundir en el Gobierno y en las autoridades noche.
malaventurado don Agapito, que ápoeos pasos de ellos yacía un criterio y una norma de conducta de muy diversa índole, JUUUM ZüOASTI.
en su sepultura. á la que se habia seguido anteriormente, y que, en su vir-
Ya fílese por una de esas misteriosas corazonadas que tud, fué posible acometer la colosal empresa de combatir (Continuará.)
envuelven desconocidas relaciones entre los •vivos y los aquellas fnenas sociales, que en perpetua rebeldía contra el
muertos, y los padres y los hijos; ya porque también los r e - orden verdadero de las sociedadades humanas, contra k mo-
mordimientos del crimen suelen turbar en algunas ocasio- ral, la justicia, la vida y la hacienda de las personas, ame-
nes aun á los más facinerosos, lo cierto del casó fué, que los nazaban constantemente los máií sagrados intereses y borrar
16 LA AMERICA.

ANUNCIOS.
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BANCO DE ESPAÑA. go tiempo en Sur-América: á esta
biografía, formada con datos auténti-
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de gran parte de las composiciones de
ACTIVO. GoTTSCHALCK, revekdas muchas de
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t r a R E V I S T A UNIVERSAL cuenta,
O B R A S N U E V A S . i*'*""'^- ^^ divide este notable traba
en dichos países con numerosos,
' jo en cuatro secciones por capítulos.
CALLE DEL SUR, 16 j La primera, precedida de una intro- suscrito res, como en toda l a
N V I A J E A P A R Í S POR EMI- duccion interesante por los recuerdos América, España, F r a n c i a , I n - :
Dirigirse: Fuenearral, 39, portería. U lio Castelar, seguido de un guía de historia contemporánea que con-glaterra y el resto de E u r o p a ,
descriptivo de París y sus cercanías, tiene, consta de ocho capítulos escri- Kl número de nuestros comisio-!
por L. Taboada. | tos con mucho vigor de estilo. En nados 6 corresponsales exceded
Si París no es ya para muchos el ellos plantea y desarrolla el autor su de 4 0 0 ,
BISMUTO áLBDMINOSO DE BOILLE
•unamente agradable al paladar, mas activo
cerebro del mundo civilizado, es sin pensamiento sobre las condiciones que,
duda para todos el corazón que regu- \ con arreglo á las ciencias y sus gran-
LA R E V I S T A U N I V E R S A L cons-
y menos irritante que el Bismuto ordinario. la y difunde el movimiento de las des adelantos, debe tener el arte mo- ta d e 8 p á g i n a s (4 pliegos m a r -
Se empica contra las Afecciones del estó- ldeas. Por esto conviene siempre co- derno, y deduce que es una necesidad ca española) y hace tres g r a n d e s
mago y de los Intestinos (Vómitos, píarreaj
'Vómitos, Diarrea)
Exíjase la firma nocer ese foco donde se concentra é de los tiempos dar forma amplia y ediciones: u n a p a r a E s p a ñ a y el
ttm" 2], ctU« de U Irarére,
irradia á la vez toda la vida de núes-'grandiosa al Drama social con sen- e x t r a n j e r o , esto es, toda E u r o p a
f>ARI8 tro siglo. Y este libro presenta laitido moral y antropológico, y acome- y F i l i p i n a s ,
gran ciudad en una de las crisis máslter con audacia y resolución el pro- O t r a que v á directamente des-
trascendentales de su dramática histo-blema d é l a Finalidad, que dice es de Cádiz á Canarias, P u e r t o - R i -
BANCO HIPOTECARIO ADVERTENCIA IMPORTANTE ria; el período en que se estableció inmanente. Siguen á esta sección los co, Cuba, S a n t o Domingo, H a i -
por tercera vez la República, está ^ dos juicios críticos expresados, y ter-
DE ESPAÑA. El prestatario que al pedir el iluminado, más que descrito, por un mina el libro con otra sección cuarta. tí, J a m a i c a y demás posesiones
extranjeras en U l t r a m a r ,
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desde cinco á cincuenta años con manuable de unas 600 páginas, de nacionales y extranjeras. Obra escri- director d e l acreditado e s t a b l e -
primera hipoteca sobre fincas rústicas Desdo el dia 3 de Mayo próximo, letra compacta, que se vende á rea- ta expresamente para L A PROPA- c i m i e n t o L A P R O P A G A N D A L I T E -
y urbanas, dando hasta el 50 por 100 y previa exhibición de los resguardos les 20 GANDA LITERARIA. Está impresa con
RARIA.
de su valor, exceptuando los olivares, de depósito, se satisfarán por este todo lujo, en un tomo de 400 pági- Precio d e suscricion en E s p a -
•iaas y arbolados, sobre los que sólo establecimiento los intereses corres - EATRO NUEVO, P O R J O S É nas, adornada con un magnífico re- ña, 24 r s . t r i m e s t r e .
presta la tercera parte de su valor. pondientes al segundo semestre del T Román Leal.—Con este título ha trato del celebrado pianista y una vis-
Terminadas las cincuenta anua- año último de las obligaciones del escrito el Sr. Leal un libro de tanta ta de la tumba en que descansa, abier-
E n el Extranjero 4 0 francos.
lidades ó las que se hayan pactado, empréstito municipal, emisión de novedad como interés. Es un estudio tos en acero por uno de los mejores E n U l t r a m a r , 12 pesos f u e r -
queda la finca libre para el propie- 1ÍÍ66, y los de la última anualidad de Filosofía y Estética aplicada al artistas de Nueva-York. Está además tes.
tario sin necesidad de ningún gasto de las obligaciones municipales de arte poético y determinadamente á la enriquecida con un fragmento de mú- Precio de los anuncios, 4 reales
ni tener entonces qne reembolsar la villa de Madrid, emisión del año dramaturgia. Le sirven de motivo las sica, autógrafa 4 inédita, del célebre ínea.
parte alguna del capital. de 1868. obras de D. José Echegaray. Interca- artista. El autor de esta obra, tan
La cantidad destinada á la amor- Madrid 29 de Abril de 1882.—JÍl la en el centro los juicios críticos ya competente en el arte musical como ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO
tízadon varía «egan la duración del secretario, Juan de Morales y Ser- pubUcadoB separadamente, de O lo- apreciado del público, ha escrito una DS LOS SBftORBS M. P. MONTOTA T O,*
prértamo. rano. cura ó santidad y En el seno de la interesante y minacioea biografía del Cata», i.

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