Por JMTH. Hasta hace algunas décadas atrás, confesar a Dios públicamente, era un tabú. Sin embargo, La Palabra de Dios, que se ha intentado ocultar por amenaza e intromisión del diablo, porque derrota al maligno, se ha convertido en piedra viva.
El evangelio, dice, según: 1ra. de Pedro, Capítulo 02:
1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y
todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor. 4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. En la actualidad, gracias a la evangelización ferviente de muchos siervos de Dios, el evangelio ha llegado hasta los rincones mas ocultos de este planeta, y continuará llegando a muchas personas que aún no lo conocen, porque Jesucristo dijo en: Lucas 07: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 23 y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.
El mundo actual, se va dando cuenta de que el único camino, tanto
para la salvación material como espiritual, es conocer y seguir a Jesucristo, pero, penosamente, no, todos desean aceptarlo como su único salvador. Cada día, visitan las Iglesias, personas arrepentidas del mal que han hecho, y de lo que sufren por estar sometidos bajo el yugo del diablo, pero, lastimosamente, satanás da vida a nuevos ateos, que intentan desmoralizar a los cristianos y a los caminos de Dios, pero, para esos, que obran de esa manera, también hay una promesa de Dios que dice en: Apocalipsis, Capítulo 15:
1 Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían
las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.
También, dice en: Deuteronomio, Capítulo 29:
22 Y dirán las generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que Jehová la habrá hecho enfermar.
Tiempo para el arrepentimiento hay, pero, el reloj del Tiempo de Dios,
camina su paso firmemente y sin dañarse.
¡El que aún, pueda arrepentirse de sus pecados que lo haga, y salve su vida!. Amén.