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Pero en la evaluación que le hará el paisaje humano, sobre todo el de las instituciones-
dinosaurio ahora al mando del doctor García, no se considerarán otros determinantes de
su campo de co-presencias, que fue en verdad lo que lo llevó a confiar en la potencia de
sus órdenes desobedecidas; desobediencia del Coronel Jefe de la DIROES que rompió
la estrategia dialogal a medio camino de su ejecución. Y esta vez su invisible secuestro
en Lima será para lapidarlo en los torreones del poder por quienes quieren convertir
cualquier oportunidad en una señal sangrienta que espante a los hombres que busquen
dignidad y justicia.
Dentro de la cárcel mental eurocentrista que encierra mejor a los limeños, se pensó que
era un macht FEDIP Moquegua - PNP del Sur, que con poner su cara de palo el señor
Premier, y sus flatos políticos los señores Comisionados, el reclamo se resolvía al tercer
día; que en el peor de los casos reforzando con cientos de veteranos policías especiales
de Puno, Cuzco, Arequipa, Tacna, blindados con el equipo y personal estrella de la
temible DIROES, el Lunes 17 todo volvería a ser normal; que 400 policías del Sur
eran más que suficiente para reestablecer la circulación en ese puentecito Montalvo
tomado por cuatro (4) pelagatos comunistas.
Pero el General ya sabía que eran miles y miles de pobladores movilizados para
ocasiones anteriores, que hacía poco no más (04 y 05 de Junio) se movilizó 15,000 en
el puente con ocasión del Paro Preventivo, que la Huelga de Hambre de los Alcaldes
provinciales y distritales al día siguiente de iniciado el Paro General Indefinido (Martes
10 de Junio) era la señal para el desplazamiento silencioso de muchos miles de todos
los distritos de la Sierra hacia campamentos cerca del puente Montalvo, a cargo de
reservistas del Ejército ansiosos de entrar en acción; el General sabía que habían 20,000
personas ese Lunes 16 y que ahora no tenía los recursos ni el apoyo para un plan de
enfrentamiento armado contra tremendo pueblo. Diferente a tres semanas atrás que tuvo
más de 600 policías para cuidar la seguridad de los burgueses y sus profesionales
reunidos en Tacna con ocasión del APC.
Con la orden de su comando en Lima de desalojar el histórico puente Montalvo, sin usar
las armas, su tremulación lo hizo atisbar una ñizca de esperanza en las divisiones
internas del pueblo moqueguano: ¿acaso las divisiones internas no llevaron al FEDIP-
Moquegua a quebrar la Huelga Macro-regional del Sur del 14 y 15 de Mayo? ¿acaso al
lado de Zenón Cuevas del PCP Patria Roja, no estaba Martín Vizcarra del APRA y una
variopinta gama de autoridades y personajes oportunistas jalados a la influencia de Del
Castillo y del PPC? y ¿acaso al lado del pensamiento, la actitud radical y el ejemplar
activismo político de algunos líderes locales, no estaba activo el desgano, la apatía, la
flojera y bucolismo con que el centralismo pintó a los hombres moqueguanos? El
ex-“tira” o “raya”, como antiguamente llamarían al General, se esperanzó en el uso de
esas contradicciones.
Pero, a mi ver, la única y verdadera arma que este señor llevó fue su conciencia
germinal sobre que habría que defenderse y defender a todos, haciéndose masacrar
física y moralmente. La desobediencia del Coronel Vidal jefe de la DIROES lo llevó no
sólo a la masacre sino cerca de la muerte por linchamiento, puso en peligro de muerte a
sus camaradas policías, que corriendo por los matorrales ribereños fueron cazados como
ratas indefensas.
Todos felicitan y se felicitan de que tremendo Paro General se haya resuelto sin muertos
civiles moqueguanos, que es lo normalmente esperado. Pero en verdad, y considerando
el pavoroso trasfondo sico-social en el Perú, las circunstancias de guerra política
nacional, lo realmente salvífico y esperanzador es no hayan habido policías muertos, y
aquí el reconocimiento mayor debe darse a la Mujer Moqueguana que haciendo cadena
humana protegió con su cuerpo a los policías que se iban reteniendo, hasta el último
momento.
Ochenta (80) moretones por onda inca, fracturado dos (2) veces el antebrazo, insultado
miles de veces, en un pellejo ajeno no es nada, si se dio de esta manera una solución de
continuidad del gran conflicto para re-colocarlo en el verdadero y correspondiente sitio
de solución en que se esconden los controles y los controladores del país: Lima, el
Gobierno y sus Ministerios.
Si se pìensa que en el General hay un promedio de masacre física , habría que concluir
que la PNP del Sur del Perú ha recibido 32,000 moretones, 800 fracturas, 1600
luxaciones; y una desmoralización, fuera de toda medición, en los cuerpos de élite de la
PNP. Un desbarajuste. ¿Aparte de rehabilitarlos físicamente, atenderá el alto comando
las rehabilitaciones sicológicas? ¿Harán el trabajo interno urgente para que esa
experiencia no los convierta en policías veteranos en la sed de venganza y el abuso
contra el pueblo? Nuevamente estaremos ante la acción de diversos, heterogéneos,
opuestos y contradictorios criterios y opciones. Es muy probable que se los repare y se
los ponga nuevamente en un servicio mas pretoriano que de policía. Y si el General no
renuncia es probable, que el mismo u otro vuelva por estas tierras muy pronto, porque
“Actas” hay en el Perú que no se cumplen. Y el Acta de Moquegua echa en Lima el
Jueves 19 a las 5.30 de la mañana, sólo a las 06 de la tarde en el puente Montalvo
surtió efecto, luego del conocimiento y la aprobación de buena fé por parte del pueblo.
Pero sea por este u otro motivo, un nuevo y exasperado concurso popular y policial será
convocado, pues en esta época están en acción las fuerzas del mercado y son muy
germinales aún los grandes ideales; y en ése momento se debe aprovechar la ocación
para el ensayo de formas nuevas de acción-coordinación de conflictos en la realidad, en
la base social: fracasar o vencer para hacerlo mejor la próxima vez, y así siguiendo,
concientemente; hasta encontrar la luz de salida a esta barbarie en la que hemos nacido.
Es el sentido de la vida, que ha de encontrarse con sinceridad, sin temor, sin vergüenza,
amando el poco de mundo que construimos, dándonos cuenta del poco de inhumano que
debemos ir dejando.
En Moquegua todos hemos sido golpeados de una u otra forma. El pueblo festejó la
noche del Jueves 19, y desde allí empezó a evaporarse la dignidad ganada, por la
ausencia de ámbitos e instituciones que consoliden las ricas, nuevas e innumerables
relaciones sociales afloradas en la lucha de esos 10 días inolvidables. Al General y a su
tropa obligada a la masacre, tal vez debiéramos desearles que vuelvan cumpliendo el
verdadero rol dentro de la ciudadanía, contenido en una estrofa de su hermoso Himno: