Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
El discurso que vamos a analizar a continuación se trata de las palabras que pronunció
Hitler el 28 de septiembre de 1937 con el motivo de la visita de Benito Mussolini a
Alemania. Está claro que, los miembros más importantes y poderosos que podemos
encontrar en el discurso, se tratan de Hitler y Mussolini, los dos cabecillas de los
movimientos nacionalistas y fascistas de Alemania e Italia respectivamente.
Por lo tanto, podemos ver cómo por un lado los miembros más poderosos de una
ideología, como en este caso la fascista, se dirigen a otros miembros poderosos de otras
ideologías, como liberalistas, marxistas o demócratas y a su vez a su propio pueblo, los
cuales a pesar de haber elegido democráticamente a Hitler y haberse rendido ante
Mussolini, ya no tienen ni voz ni voto, ni potestad de elegir sus caminos.
Si nos centramos en la relación que tienen los dos miembros más poderosos de este
discurso, podemos decir que es muy buena, cosa que intentan recalcar continuamente en
el discurso con palabras como “nuestros pueblos”, “comunidad”, “solidaridad”, dejando
en evidencia la alianza que había entre ambos, tanto para tranquilizar a sus pueblos como
para asustar a los otros. Sus antagonistas también reciben algunas palabras por parte de
Hitler, llegando a referirse a ellos como “elementos destructores”, “manifestaciones de
odio” y “división de espíritus”, intentando desacreditar y hundir ante los ojos de sus
súbditos este tipo de ideologías, como eran la liberal, la demócrata o la marxista, por
ejemplo.
“ideal diferente y más eficaz”, “potencia mundial”, “más segura garantía”, todas
connotaciones positivas, mientras que por otro lado, intenta desacreditar al resto de
ideales con sentencias como estas: “período de indecible miseria moral y material”,
(evidentemente de cuando Alemania era demócrata con la República de Weimar),
“cadena sin fin de opresiones” o directamente acusándolas de haber hundido sus países:
“Los ideales del liberalismo y de la democracia de nuestro país no han salvado a la nación
alemana de las más graves violencias que la Historia recuerda”.
Vemos como claramente, la manipulación a las personas que escuchan este discurso es
altísima, ya que la ideología encontrada en el texto, evidentemente la fascista y
nacionalista, queda a ojos de la población como la mejor, como la elección correcta y la
opción más fiable y segura. Incluso ahora mucho más, ya que este discurso pretende
evidenciar que ya no sólo es un país quien defiende con fervor estos ideales, sino que ya
son dos, lo cuales se encuentran aliados y unidos, además de a llevar a cabo sus
propuestas: “ha nacido una comunidad no sólo de ideas, sino también de acción”.
Vemos así, como este discurso no hace uso de metáforas, habla directamente con el
pueblo, de una manera clara y sencilla, no esconde sus pensamientos, simplemente los
defiende, porque quien lo da, en este caso Hitler, cree de verdad en lo que está diciendo,
considera a su régimen mejor que los demás y sea verdad o no lo que dice, él lo expone
claramente y lo ampara hasta la saciedad.
A modo de conclusión, podemos decir que concretamente en este discurso, Hitler lo único
que quería, era hacer ver a su pueblo lo bien que se encontraban bajo el alero del fascismo
y nacionalismo y la importancia de su relación con Italia y Mussolini, mientras intentaba
desacreditar el resto de ideales políticos que estaban presentes por el resto de Europa.