La probabilidad no es ajeno al campo de la ciencia: cuando los
resultados de nuestros experimentos no pueden predecirse con exactitud, es importante disponer al menos de una medida del grado de certidumbre con que puede ocurrir cada uno de sus posibles resultados. Esa medida es precisamente lo que llamamos probabilidad. Marco teórico: La probabilidad es la medida matemática de la posibilidad. En otras palabras, es una manera de cuantificar (al dar un valor numérico específico) qué tan probable es que algo suceda. Ejemplo: Cuando lanzamos una moneda al aire no sabemos si va a salir cara o cruz. No obstante, si la moneda está bien construida, podemos esperar que la mitad de las veces que la lancemos salga cara y la otra mitad cruz. Decimos de esta manera que la probabilidad de sacar cara es de un 50% y la de sacar cruz otro 50%. Aunque aquí hemos expresado la probabilidad en tanto por ciento, en la práctica es más frecuente expresar la probabilidad como proporción (en tanto por 1): esto es, la probabilidad de sacar cara es 0.5, y la de sacar cruz es también 0.5. Una probabilidad de 1 para un evento significa que seguro va a pasar, mientras que una probabilidad de 0 para un evento significa que seguro no va a suceder. Un ejemplo simple de probabilidad es tener una probabilidad de ½ de obtener cara cuando lanzas una moneda. La probabilidad puede ser empírica, lo que significa que se calcula a partir de observaciones de la vida real, o teórica, lo que significa que se predice con el uso de un grupo de reglas o suposiciones. La probabilidad empírica de un evento se calcula al contar el número de veces que ocurre el evento y dividirlo entre el número total de veces que el evento podría haber sucedido. Por ejemplo, si el evento que buscabas era una semilla de guisante arrugada y lo viste 1850 veces de las 7324 semillas totales que examinaste, la probabilidad empírica de obtener una semilla arrugada sería 1850/(1850 + 5474) = 0,253 o muy cerca de 1 en 4 semillas. La probabilidad teórica de un evento se calcula con base en la información de las reglas y las circunstancias que producen el evento. Refleja el número de veces que se espera que ocurra un evento relativo al número de veces que posiblemente podría ocurrir. Por ejemplo, si tienes una planta de guisantes heterocigota para un gen de forma de la semilla (Rr) y la dejas autofertilizarse, podrías utilizar las reglas de probabilidad y tu conocimiento de genética para predecir que 1 de cada 4 descendientes obtendrá dos alelos recesivos (rr) y tendrá apariencia arrugada, que corresponde a una probabilidad de 0.25 (1/4). Más adelante hablaremos sobre cómo aplicar las reglas de probabilidad en este caso.
En general, cuanto mayor sea el número de datos individuales que
se utilizan para calcular una probabilidad empírica, como la forma de las semillas de guisantes individuales, más se aproximará a la probabilidad teórica.