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Uno de los campos más atractivos de la neuropsiquiatría es saber cómo funciona esa
masa de neuronas que llamamos cerebro; sin embargo, lo que más ha interesado en los
últimos tiempos son las distintas maneras cómo trabaja este órgano en hombres y
mujeres.
Todas las células nerviosas tienen su propio género inscrito en sus genes: XX y
XY. El cromosoma Y (que define la masculinidad) juega un rol desde los primeros
días de la fecundación, preparando el escenario para que después actúen las
hormonas.
Los estrógenos en las niñas (XX) potencian las regiones del cerebro responsables
del lenguaje y de la expresión de emociones. Ello fortalece también la capacidad
femenina de sintonizar con facilidad con el ánimo de los demás. Esto hace que al
crecer ellas sean mejores negociadoras y conciliadoras, mientras ellos resultan
más competitivos y luchadores.
Para los niños todo se traduce en acción y movimiento; están programados para
moverse, para desplazar cosas y seguir objetos con la mirada alerta. Los varones
tienen centros nerviosos de mayor volumen dedicados a la actividad muscular y a
la agresión.
Cuando una mujer se embaraza, libera feromonas, lo cual produce una reducción
de 33% de la testosterona en el hombre y un aumento de 20% de la prolactina, es
decir, se calma la energía masculina, para prepararlo para la paternidad.
Aunque hay diferencias biológicas demostradas entre los cerebros masculino y femenino,
también hay fuertes pruebas de que pueden asemejarse en ciertas circunstancias. Esto
representa tiempos de mejor comunicación, intimidad y sintonía afectiva en la pareja.
La frase más usada para explicar las diferencias entre ellos y ellas a la hora de pensar,
sentir o actuar es: los hombres son de Marte y las mujeres de Venus.
Las investigaciones científicas hechas durante el último siglo indican que no hay una
diferencia en el nivel global de inteligencia (coeficiente intelectual) entre ambos sexos,
pero se ha demostrado que existen diferencias reales entre el cerebro de ellos y el de
ellas.
Dicho con otras palabras, esto significa que para los hombres las emociones son una
cosa, las relaciones personales otra, el trabajo otra, etc. Cuando un chico se pone a
discutir sobre algo solo utiliza la información que tiene en una de las especies de 'cajas'
en las que está dividido su cerebro. Sin embargo, las mujeres pueden usar cualquier
información que tengan, ya que para ellas todo está conectado. Además, tienden a
recordar mejor las cosas porque las suelen asociar a una emoción.
2. Concentración
Esta distinción entre el cerebro de los hombres y el de las mujeres tiene que ver con el
punto anterior. En este caso, los varones suelen concentrarse a fondo en cada una de las
actividades que realizan. Por eso, cuando están viendo la televisión no atienden a
ninguna otra cosa. Por el contrario, las chicas no se ofuscan tanto en una sola actividad,
sino que observan cada cosa como algo completo y prestan atención a cada una de las
partes que interactúan en ello. No están tan concentradas en algo, sino que pueden
atender otros asuntos.
Ese tópico tan utilizado de que los hombres solo pueden hacer una cosa mientras que las
mujeres realizan varias a la vez tiene aquí una posible causa demostrada científicamente.
El cerebro masculino está más orientado a la especialización: las diferentes partes de
cada hemisferio están focalizadas a determinadas tareas. Sin embargo, las chicas tienen
una utilización más completa de los dos hemisferios para un número mayor de
actividades, lo que recibe el nombre de multitareas.
Eso sí, esto no quiere decir que los hombres no puedan hacer dos cosas a la vez, como
se suele decir, ya que el cerebro de cualquier persona pude realizar varias acciones o
tareas.
4. Influencias de los sentidos dependiendo del sexo
Como en los puntos anteriores, en este también encontramos que, para las mujeres,
todos los sistemas operan en conjunto, por lo que la influencia de los cinco sentidos suele
estar bastante equiparada. Sin embargo, en los hombres la vista está mucho más
desarrollada, es la función dominante, es el medio a través del cual el sistema nervioso y
el cerebro masculinos reciben la mayor parte de la información,
5. La forma y el tamaño
Igual que se puede diferenciar un cráneo masculino de uno femenino, también se puede
hacer con el cerebro, eso sí, las personas capaces de hacerlo son especialistas, como por
ejemplo, un experto en anatomía forense. Con la separación de ambos hemisferios, se
pueden apreciar a simple vista diferencias, según el sexo, en el tamaño y la morfología
del cuerpo calloso, del surco lateral del cerebro llamada cisura de Silvio, el área preóptica
en el hipotálamo anterior o el volumen del núcleo del lecho de la estría terminal.
Además, el cerebro de los hombres suele ser un poco más grande que el de las mujeres.
7. El hipotálamo y la libido
Varios estudios se han concentrado en las diferencias entre el cerebro del hombre y de la
mujer según la fase de crecimiento en la que estén, lo que ha llevado a la conclusión de
otra distinción fundamental y muy interesante. Durante la adolescencia, los chicos tienen
en su hipotálamo un espacio cerebral hasta dos veces y medio más grande que el de las
chicas, y ese espacio está dedicado a la libido. Esto podría explicar el tópico tan
extendido de que los hombres, y sobre todo los jóvenes, solo piensan en sexo.
8. Diferencias hormonales