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Tema: Actitudes que atraen el corazón de Dios.

Nuestra capacidad para lograr una vida de sorprendente éxito o para vivir una vida de desilusion y
absoluta miseria depende de una sola eleccion.

Es una elección que hacemos a cada hora, cada uno de los dias de nuestra vida.

Esta elección determina nuestro gozo, nuestra paz, la calidad de nuestro matrimonio, nuestro éxito
profecional, la felicidad y bienestar de nuestros hijos, y lo que es mass importante el destino de
nuestra alma.

Esta eleccion determina su factor de estrés. Determina nuestra capacidad para tornar el odio en
amor, el rechazo en logro y el temor en triunfo.

Esta eleccion tiene que ver con como elegimos reaccionar a lo que nos han hecho en el pasado o a
lo que nos hacen ahora mismo. Nuestra actitud determina el éxito en nuestra vida.

Debemos tomar una decisión. ¿Cómo enfrentaremos cada dia? Solo hay dos opciones para elegir
que disposición adaptaremos: la actitud buena y la actitud mala.

El perfil de una actitud.

Nuestra actitud es un sentimiento interior que se expresa en una conducta exterior. La actitud se ve,
aunque no digamos ni una sola palabra.

Nuestra actitud es la linea de combate de nuestro verdadero ser. La raiz de nuestra actitud esta
oculta, pero su fruto siempre es visible.

Nuestra actitud sera nuestro mejor amigo o nuestro peor enemigo.

Hara que la gente se sienta atraida o rechazada ante nuestra presencia.

Nuestra actitud determina la calidad de nuestras reacciones, con nuestro conyuge, jefe, amigos y
con Dios todo poderoso.

Adopte estos secretos para una buena actitud: (En esta edicion presentaremos el primer secreto)

Definitivamente, si alguien pudo llamar la atención de Jesús con sus actitudes, fue la mujer cananea
que menciona La Biblia en Mateo 15:21. Jesús se sorprendió de las respuestas y de la actitud que
esta mujer tuvo hacia él. Puedo decir que esta mujer conquisto el corazón de Jesús a tal punto que
Jesús no pudo negarse a operar el milagro que esta mujer esperaba. Es obvio que El Maestro no
quería negarse y es una forma de decir que después de haber actuado así, esta mujer hubiera podido
pedir lo que quisiera que Jesús se lo hubiera concedido.

Estoy seguro que esta historia nos puede dejar muchas lecciones por aprender. Si centramos nuestra
atención en la actitud con que esta mujer se presenta ante Jesús y las ponemos en práctica,
conquistaremos también el corazón de nuestro Dios.

Comparto aquí el pasaje completo que narra esta historia, lo encontramos en Mateo 15:21-27 y dice
así:
21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí una mujer cananea que
había salido de aquella región clamaba, diciéndole Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí Mi
hija es gravemente atormentada por un demonio. 23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces
acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 El
respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas pérdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella
vino y se postró ante él, diciendo: Señor, socórreme! 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar
el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de
las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer,
grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

Veo en esta mujer, tres actitudes dignas de ser admiradas y de ser puestas en práctica. Estas
actitudes son:

I. Actitud de perseverancia

Seguro habrán escuchado el refrán que dice: “El que persevera alcanza”. Muchas personas
desisten y tiran la toalla cuando están muy cerca de su objetivo, no solo en lo espiritual, también
hablo de objetivos profesionales, sentimentales, financieros, etc. Esta mujer es un ejemplo de
perseverancia, no la detuvo ni la barrera social y racial que había entre ella y los judíos, tampoco la
detuvo lo que las demás personas podían decir de ella, lo fuerte y lo pesado con que Jesús pudo
hablarle, ella tenía claro su objetivo y persevero hasta alcanzarlo. Los hombres y mujeres usados
por Dios a través de la historia, han sido personajes perseverantes, pudieron descansar hasta que
recibieron aquello por lo cual perseveraron. Ejemplos hay muchos, pero quiero mencionar
únicamente a dos hombre perseverantes, ellos son Jacob y Nehemías. El primero persevero hasta
recibir la bendición de Dios, y el segundo clamo día y noche para que Dios respondiera su petición.

Génesis 32:26 – Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me
bendices.

Nehemías 1:6 – esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que
hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de
los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.

No te rindas, no mueras en el intento, estas muy cerca de alcanzar la victoria. Dios ama a los que
perseveran.

II. Actitud de adoración.

Adoración, no es el momento en el que cantamos los coros en la iglesia durante los servicios
dominicales, eso es mínima parte de lo que en realidad es Adoración. Adoración es un estilo de vida.
Una actitud de adoración es la que reflejamos con todos nuestros actos hacia Dios, reconociendo
que Él es grande y nosotros pequeños. Podemos adorar a Dios con lo que decimos, con lo que
cantamos, con lo que comemos, con lo que le damos en gratitud por sus misericordias. Desde el
primer minuto del día hasta el último en la noche, debemos adorar a Dios. Veamos lo que dice la
Biblia respecto a la adoración.

Nehemías 9:3 – Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta
parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.

Juan 4:23 – Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

La Biblia no dice que Dios busca buenos cantantes, o buenos músicos. Dios busca adoradores. Si
eres un adorador de verdad, no te costará mucho conquistar el corazón de Dios porque antes de que
tú lo encuentres, él te encontrará a ti. El que la mujer se haya postrado ante el Maestro denota una
verdadera actitud de adoración y respeto. Con esa actitud no se le hizo difícil conquistar el corazón
del Señor Jesús, al igual que Nehemías y el pueblo de Israel, en cuanto empezaron a adorar, Dios
empezó a hacer la obra.

Si tu actitud no es la de un verdadero adorador, Dios te habla en este momento para que la cambies.
Conquista el corazón de tu Dios con una actitud de Adoración.
III. Actitud de Humildad

Si hay una cosa que Dios no tolera es la arrogancia, la altivez de espíritu y el orgullo. Con una actitud
de orgullo y egocentrismo jamás conquistaremos el corazón de Dios. Muchas veces actuamos como
si Dios nos estuviera haciendo un favor o como si él tuviera la obligación de acudir en nuestra ayuda.
Dios promete sanarnos, darnos lo que necesitamos y mucho más que eso, pero todo es por su
misericordia, nada es por lo bueno que somos o que creamos ser. No puedo imaginarme a la mujer
cananea llegando hasta donde el Señor estaba exigiéndole que sanara a su hija, sino todo lo
contrario, ella llego con un corazón humilde, reconociendo quien era ella y quien era la persona ante
la cual se estaba postrando. Esa es una actitud de humildad, reconocer que nosotros no somos nada
y que él es Señor sobre todo, y cuando hablamos de “todo” nosotros también estamos incluidos en
ese paquete. Si queremos conquistar el corazón de Dios, la humildad nos será una buena aliada. La
Biblia dice lo siguiente acerca de la humildad:

2 Crónicas 7:14 – si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y


buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y
perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Salmos 18:27 – Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos.

Salmos 51:17 – Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado
no despreciarás tú, oh Dios.

No hay nada que agradable más el corazón de Dios que la humildad de aquellos que intentan
buscarlo. La humildad es adoración pura, reconocer quien es Dios y quienes somos nosotros. Estoy
seguro que el reto más grande de aquella mujer conquistar el corazón de Dios, después de eso,
cualquier cosa podía pasar. Ella sabía por lo que estaba peleando y por eso perseveró, adoró y fue
humilde. Puedo ver a Jesús sonreír después de haber visto la actitud de esta mujer, su corazón se
derritió y concedió a esta mujer lo que tanto anhelaba.

Te has preguntado ¿Porque no recibo lo que tanto anhelo? ¿Porque tu vida no cambia?, ¿porque
nada es diferente en ti? Creo que deberías preguntarte antes cual ha sido tu actitud hacia Dios antes
de contestar las primeras preguntas. Dios no quiere perfección, solo quiere verdadera adoración,
perseverancia y humildad. Busca primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás os será
añadido. Dios está esperando que conquistes su corazón.

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