PERSPECTIVA SOCIOCULTURAL DE LAS EMOCIONES

En las últimas décadas se han incrementado las

investigaciones sobre las emociones,
principalmente para analizar la influencia del
pensamiento en éstas y viceversa, así como las
expresiones no verbales (faciales) que están
relacionada a ellas. Estos estudios se han centrado
en elementos individuales, tales como los
biológicos, cognitivos y expresivos.

El modelo socioconstructivista de la emoción es una propuesta teórica que destaca que la emoción
es experimentada dentro de un contexto determinado, ya que afirma que no podemos tener
emociones en el vacío. Además, añade que una emoción es resultado tanto del aprendizaje en un
contexto social específico, como de procesos y desarrollo cognitivos (Fragoso, 2015).
En este sentido, es necesario que para desarrollar habilidades socioemocionales se considere el
contexto y la cultura en donde está inmerso el individuo, pues las emociones en gran medida son
producto de los significados personales que dependen de lo que es importante para cada persona
en el medio donde se desarrolla.

Es este contexto histórico, social y cultural el que moldea la manera de interpretar las situaciones, las
emociones que surgen en consecuencia y la forma en la que se expresan.
 Por ejemplo, en algunos contextos y culturas los hombres se han
socializado de diferente forma a las mujeres con respecto a la
expresión de emociones.

En el caso de los hombres se ha permitido socialmente expresar el enojo

de forma violenta y no expresar por ejemplo cuando se siente tristeza, lo
que resulta contrario a lo que se les ha permitido a las mujeres. A ellas se
les ha concedido la expresión de la tristeza a través del llanto y callar
cuando se siente enojo. (Fragoso, 2015).
La socialización, es la “forma” en la que aprendemos ciertos hábitos de respuesta emocional. Ésta
pone énfasis en la adquisición del conocimiento emocional, a través de la experiencia social, durante
la cual la relación entre los detonadores, la expresión y los sentimientos, no están fijados
biológicamente, y por lo tanto, están influidos por lo que sucede en el entorno (Reidl, 2005).

Sin negar los aspectos individuales y fisiológicos de

las emociones, las aproximaciones socioculturales
plantean que las emociones surgen en situaciones
en relación con otras personas u objetos (por
ejemplo, recuerdos), que son significativas para las
personas en tanto que tiene o puede tener
implicaciones para su bienestar o malestar (Reidl,
2005).

Otro aspecto psicosocial, no solo hace referencia al origen de las emociones, sino también al
impacto que éstas tienen con respecto a las relaciones sociales.
 En este sentido, las emociones propician, alteran y moderan las interacciones con los otros, por lo que
su comprensión y regulación son pertinentes para el establecimiento de relaciones sociales
constructivas y, por tanto, las habilidades sociales están relacionadas con las habilidades
emocionales.

La regulación, de manera más específica, también forma parte del análisis psicosocial de las
emociones porque éstas tienen condiciones, antecedentes y causas para aparecer, en donde el
individuo sentirá una u otra emoción dependiendo de la evaluación e interpretación que haga de su
entorno, así como del foco de atención al que se dirija durante la situación y entonces se comportará
en consecuencia de una u otra forma.
REFERENCIAS

1. Fragoso Luzuriaga Rocío (2015). Inteligencia emocional y competencias emocionales en

educación superior, ¿un mismo concepto? Revista Iberoamericana de Educación Superior.

2. Reidl Martínez Lucy Ma. (2005). Cap. 1. Celos y envidia: emociones humanas. Universidad
Autónoma de México.