Sunteți pe pagina 1din 12

Materia: Inconsti tucionalidad

Tipo de Fallo: Sentencia Defi niti va


Tribunal Emisor: SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA PROVINCIA ( SCBA)
Causa: I 1541
Fecha: 29/12/1998

Nro Registro Interno:

Bernal de Palacio, María Julia c/Municipalidad de Rauch s/Inconsti tucionalidad ordenanza impositi va 1991
Caratula:
(promulgada por decreto 454/91)

TEXTO COMPLETO
DICTAMEN DE LA PROCURACION GENERAL:
I- María Julia Bernal de Palacio promueve demanda de inconstitucionalidad contra la Ordenanza
Impositiva 1991, promulgada por decreto 454/91 de la Municipalidad de Rauch -en especial por su
capítulo XV (art. 92), art. 137 (Disposiciones Generales) y concordantes- que legisla sobre el servicio de
percepción de la tasa por "conservación, reparación y mejoramiento de la red vial municipal" por
considerarla violatoria de los arts. 9, 10 y 27 de la Constitución provincial así como de los arts. 14, 16,
17, 18, 19, 29, 31, 33 y 104 a 110 de la Constitución nacional, de los arts. 24, 25, 29 a 40, 52, 226 a 228
de la Ley Orgánica Municipal y el art. 2º del Código Civil (fs. 1/2).
La demanda se interpone ante el agravio inminente y concreto que tendrá lugar al pretender aplicarse a la
actora la referida ordenanza impositiva anual, adoleciendo la misma de vicios esenciales, y por atacar
derechos garantizados en la Constitución provincial.
Si bien refiere al carácter no patrimonial del contenido de la acción, expone que la misma se ejerce dentro
de los treinta días en que según la norma en crisis debería entrar en vigencia (1º-9-91).
Luego de aludir a su legitimación activa, pasa a desarrollar los fundamentos de la demanda.
Denuncia falta de publicidad de la norma, explicando que el Municipio carece de Boletín Oficial y no se
la publicó ni en el Boletín Oficial de la Provincia ni en ningún otro medio de difusión (agrega "... al
menos no lo hizo respecto del texto completo ..."), todo lo cual determina la no existencia de ese texto
como norma legal válida. De allí su falta de vigencia e inaplicabilidad (fs. 5/6).
Considera que esa ordenanza ocasiona inseguridad o incertidumbre jurídica al ser poco clara en cuanto a
la determinación de la base imponible y de la unidad de tiempo para la que se fija el monto del tributo (fs.
6/7), así como en cuanto a la exacta determinación del tipo de camino a cuyo mantenimiento se destinan
los fondos recaudados (fs. 7/8).
Estima que una tasa no puede contener un sistema "progresivo" "de suerte que los que más (tierra) tienen
paguen más (por cada hectárea)" pues ello lo asimilaría a un impuesto con las consiguientes lesiones
constitucionales (fs. 7 vta./14 vta.).
Plantea que, de considerarse que la ordenanza en cuestión establece un impuesto por su carácter
progresivo, ello determinaría su invalidez absoluta dada la ausencia de facultades originarias o delegadas
por parte de los municipios para fijar tales tipos de tributos (fs. 14 vta./25 vta.).
Califica como arbitraria la imputación de los fondos así obtenidos e irrazonable la recaudación por esta
tarea en relación con los gastos que el mantenimiento vial insume (fs. 25 vta./29 vta.) así como
confiscatoria la tasa a pagar, teniendo en cuenta la incidencia de tal erogación en el costo de la
explotación rural y el sistema de "indexación" que prevé la ordenanza en contra de lo que manda la ley de
convertibilidad (fs. 29 vta./30).
Funda en derecho, ofrece prueba y hace reserva del caso federal.
Solicita se ordene con carácter precautorio una medida de no innovar para evitar la aplicación de la
ordenanza (fs. 1 vta./2 y 31 vta.).
II- Esa Corte resuelve no hacer lugar a la medida cautelar solicitada (fs. 34).
III- Corrido el traslado pertinente, se presenta la Municipalidad de Rauch -por apoderado- contestando la
demanda incoada, requiriendo su rechazo, con costas.
Como obstáculos formales al progreso de la misma opone el carácter patrimonial del planteo; la
imposibilidad de cuestionar un acto de alcance general que constituye la reiteración de otro similar de
años anteriores y consentido; la existencia de un reclamo administrativo previo hecho por el cónyuge de
la actora y que fuera rechazado por el intendente; el pago de la primera cuota del tributo -del año 1991-
tornándose inviable la acción intentada por faltar la finalidad preventiva que le es inherente (fs. 59 vta./
61 vta.).
En lo que hace a los óbices sustanciales señala la falta de vinculación entre los planteos fácticos con las
mandas constitucionales enumeradas; la introducción de cuestiones ajenas a la acción traída (violaciones
de tipo legal y a la Constitución Nacional); la falta de publicación de la Ordenanza en los medios de
comunicación local; el carácter de "tasa" del contenido de la norma atacada y la razonabilidad en la
percepción de los montos correspondientes; el no quebrantamiento del principio de igualdad por
aplicación de una escala progresiva; la inclusión de esta tasa dentro de las potestades financieras de la
comuna; inatendibilidad de las tachas de arbitrariedad, irrazonabilidad y confiscatoriedad por responder
ello a la aplicación de la norma al caso concreto, siendo esto ajeno a la vía intentada (fs. 61 vta./ 65 vta.).
Ofrece prueba y hace reserva del caso federal (fs. 65 vta./ 66 vta.).
IV- Abierta la causa a prueba (fs. 72), producida la misma (fs. 76 y 138) y habiendo alegado sólo la
actora (fs. 184/187), se dispuso el pase en vista a esta Procuración General (art. 687 del Código Procesal
Civil y Comercial, fs. 189).
V- Es mi opinión que la demanda debe ser rechazada.
Liminarmente, debo señalar la improcedencia de la vía intentada a los efectos de canalizar
impugnaciones a toda aquella normativa ajena a los estrictos contenidos de la Constitución Provincial
(conf. S.C.B.A., I. 1009 e I. 1010, sentencias del 29-5-79; I. 1502, sent. del 30-3-93).
De tal manera -y en relación a la presente demanda-, sólo tendrían virtualidad las denunciadas lesiones a
los arts. 9, 10 y 27 (n.a.) de la Constitución bonaerense (fs. 1/vta.), ya que el resto de los artículos
mencionados pertenecen a la Constitución nacional y a leyes diversas, siendo las demás normas
constitucionales bonaerenses sólo citadas como "sustentatorias" de la demanda (fs. cit.).
Pues bien, en lo referente a los tres artículos de la Carta provincial mencionados, estimo que la demanda
incumple con las específicas cargas técnicas requeridas para este tipo de reclamos.
Luego de efectuar esa simple enumeración, en el desarrollo de los fundamentos omite toda vinculación
de tales mandas con los contenidos fácticos expuestos, no demostrando -en cada caso- con claridad y
precisión de qué manera se vería configurada la violación al contenido del artículo -determinado- de la
Constitución provincial.
"Como en todo el sector sometido a la competencia de la Suprema Corte -originaria o por vía recursiva-
las cargas de admisibilidad y el rigor técnico exigibles a las partes sufren considerable afinación. (...) Las
deficiencias del escrito postulatorio inicial no pueden ser subsanados por la conformidad o falta de
oposición del representante estatal, ni siquiera por el tribunal desde que no es de aplicación el principio
iura novit curia" (conf. Morello - Sosa- Berizonce, "Códigos ...", coment. al art. 683 del Código Procesal
Civil y Comercial).
En idéntico sentido, esa Corte sostiene la improcedencia de la demanda que no va más allá de la
enumeración genérica de diversos preceptos de la Constitución local, sin llegar a poner de manifiesto la
forma en que las disposiciones cuestionadas pudieron lesionar garantías en ellos consagradas (conf. I.
1502 cit. y sus referencias).
Tal lo que -según mi criterio- ocurre en estos actuados, por lo que propicio el rechazo de la acción.
De no compartir V.E. esta postura -vinculada con la procedencia formal de la demanda- estimo que, en lo
que hace a su sustancia, tampoco puede ser oída.
En efecto, lo perseguido por la actora -en esencia- es la no aplicación a su respecto de la tasa prevista en
la Ordenanza comunal impugnada por implicar esa tributación una erogación tal que, teniendo en cuenta
los ingresos producidos por la explotación agrícola, resultan exorbitantes y "confiscatorios" (fs. 29 vta./
30, con cita del art. 27 -n.a.- de la Constitución provincial).
A este respecto, cabe decir que resulta evidente que lo cuestionado no es la validez del precepto como tal,
sino solamente su aplicación al caso concreto que afecta a la actora.
Ello surge claramente a poco que se observe que se ha tomado como parámetro -para intentar poner en
evidencia la supuesta confiscatoriedad- a las ganancias producidas por el inmueble gravado (fs. 30 y,
especialmente, el alegato de fs. 184/187).
Tal circunstancia resulta obstativa al progreso de esta acción.
Tiene dicho esa Corte desde antiguo que "no procede la acción de inconstiticionalidad si lo que se
impugna es, no la validez constitucional en sí de una ley, ordenanza o reglamento, sino su aplicación -en
el caso, la de una regla impositiva-, con relación al accionante; pues si bien la aplicación concreta de un
precepto puede afectar principios constitucionales, ello nada tiene que ver con la validez del precepto en
abstracto, que es lo único que puede discutirse mediante la acción de referencia" (conf. S.C.B.A., Ac. y
Sent., 1962, v. II, p. 884; I- 1183, sent. del 31-5-8, I. 1181, sent. del 16-8-88; I. 1235, sent. del 10-10-89;
I. 1306, sent. del 28-5-91; I. 1428, sent. del 8-9-92; I. 1530, sent. del 12-10-93).
Por todo lo expuesto, estimo que V.E. debe proceder al rechazo de la presente demanda de
inconstitucionalidad.
Tal es mi dictamen.
La Plata, noviembre 28 de 1996 - Luis Martin Nolfi
AC U E R D O
En la ciudad de La Plata, a veintinueve de diciembre de mil novecientos noventa y ocho, habiéndose
establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente
orden de votación: doctores Hitters, Laborde, Negri, Pisano, Pettigiani, Salas, San Martín, Ghione,
de Lázzari, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para
pronunciar sentencia definitiva en la causa I. 1541, "Bernal de Palacio, María Julia contra Municipalidad
de Rauch. Inconstitucionalidad ordenanza impositiva 1991 (promulgada por decreto 454/91)".
ANTECEDENTES
I. La señora María Julia Bernal de Palacio, con patrocinio letrado, promueve demanda originaria de
inconstitucionalidad en los términos del art. 149 inc. 1º -n.a.- de la Constitución provincial (conc. art. 683
y sigts., C.P.C.C) respecto de la ordenanza impositiva de 1991 promulgada por decreto 454/91 de la
Municipalidad de Rauch (en especial sus arts. 92 y 137 y concs.) que legisla sobre el establecimiento del
servicio de percepción de la tasa por conservación, reparación y mejoramiento de la red vial municipal
("tasa vial"), considerando que vulnera las disposiciones contenidas en los arts. 9, 10, y 27, pretensión
que -aduce- también encuentra sustento en los arts. 1º, 22, 24, 33, 43, 44, 90, 147 y 181 a 188, según
texto anterior de la Carta provincial. A su juicio dicha normativa trasgrede asimismo lo dispuesto por los
arts. 14, 16, 17, 18, 19, 29, 31, 33 y 104 a 110 de la Constitución nacional, 24, 25, 29 a 40, 52, 226 a 228
de la Ley Orgánica Municipal y 2º del Código Civil.

Se agravia en su carácter de titular de dominio de una fracción de campo ubicada en el cuartel VII del
partido de Rauch de la inminente y concreta aplicación de la referida ordenanza impositiva anual,
considerando que padece vicios esenciales y ataca derechos garantizados en la Constitución local y que,
no obstante el carácter no patrimonial del contenido de la acción, ésta se interpone dentro de los treinta
días en que la normativa atacada debería entrar en vigencia.
Sostiene que ésta adolece de una necesaria publicidad, pues careciendo el municipio de boletín oficial no
fue dada a conocer en el Boletín Oficial de la Provincia ni en ningún otro medio de difusión; como de
claridad en cuanto a la determinación de la base imponible y la unidad de tiempo para la que se fija el
monto del tributo, e igualmente en orden a la modalidad de camino a cuyo mantenimiento habrán de
destinarse los fondos a recaudar.
Considera que una tasa no puede contener un sistema "progresivo", de manera que los que más tierra
tienen paguen más por cada hectárea, toda vez que ello asimilaría a aquélla con un impuesto violando la
preceptiva constitucional en orden a la naturaleza jurídica del gravamen en cuestión como de las
facultades originarias o delegadas de los municipios para fijar tales tributos.
Estima irrazonable la percepción de fondos así prevista en relación con los gastos que el mantenimiento
vial insume, así como confiscatoria la tasa a pagar, teniendo en cuenta la incidencia de tal erogación en el
costo de la explotación rural y el sistema de indexación previsto en la ordenanza a contrario de lo que
determina la Ley de Convertibilidad 23.928.
II. Al contestar la demanda el apoderado de la Municipalidad de Rauch solicita su rechazo, sosteniendo
preliminarmente que la misma es improcedente por carecer de los requisitos mínimos que hacen a la vía
escogida.
III. Agregados los cuadernos de prueba de ambas partes y el alegato de la actora (la demandada no hizo
uso de tal derecho), y habiéndose pronunciado en autos el señor Subprocurador General, la causa quedó
en estado de ser resuelta, por lo que corresponde plantear y votar las siguientes
CUESTIONES
1ª) ¿Procede formalmente la demanda?
En caso afirmativo:
2ª) ¿Es fundada?
V O TAC I O N
A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo:
I. El examen de la admisibilidad de la demanda originaria de inconstitucionalidad es atribución que
corresponde a esta Suprema Corte, y no habiéndolo realizado in limine litis -puesto que la providencia
simple que corrió traslado a fs. 33 no emanó del Tribunal-, cabe efectuarlo al momento de dictar
sentencia (doct. causas I. 34, D.J.B.A., t. 110, p. 65; I. 27, "Acuerdos y Sentencias", 1977-III-246; I.
1270, "Casa Blanco", sent. 18-IV-89; I. 1468, "Donnarumma", res. 18-XII-90; I. 1191, "Empresa
Hipódromo de la Plata", sent. 5-III-91; I. 1502, "Castilla", sent. 30-III-93, entre otras). Con mayor razón
debe hacerlo cuando, como en el caso, la admisibilidad ha sido puesta en tela de juicio por el
Subprocurador General en su dictamen a fs. 190/194 (causas I. 1128, "Arriada de López", sent. 28-XII-
82, D.J.B.A., t. 125, p. 153; I. 1191, e I. 1502 citadas).
II. Sentado ello, la pretensión deducida carece del mínimun de fundamentación necesaria para permitir al
Tribunal el ejercicio de la atribución que le acuerda el art. 161 inc. 1º de la Constitución local.
En tal sentido cuadra reiterar lo expuesto por esta Corte en anteriores ocasiones, en cuanto a que debe
rechazarse la acción de inconstitucionalidad que no ha ido más allá de la enumeración genérica de
diversos preceptos de la Constitución provincial, sin llegar a poner de manifiesto la forma en las
disposiciones cuestionadas pudieron lesionar garantías en ellos consagradas ("Acuerdos y Sentencias",
1969, p. 322; 1972-I-298; causas I. 886, sent. 22-II-77; I. 1009 e I. 1010, ambas sents. del 29-V-79; I.
1191 e I. 1502 citadas).
El escrito de fs. 1/32 -pese al esfuerzo de la actora- es inadecuado a los fines que se propone conseguir,
pues se limita a afirmar que la ordenanza impositiva correspondiente al año 1991 promulgada por decreto
454/91 de la Municipalidad de Rauch, especialmente sus arts. 92 y 137, resulta contraria a las cláusulas
de la Constitución de la Provincia contenidas en sus arts. 9, 10 y 27 (n.a.) y que la acción entablada
encuentra sustento asimismo en los arts. 1º, 22, 24, 33, 43, 44, 90, 147 y 181 a 188 (n.a.) de la misma, sin
especificar en momento alguno, cómo es que, conforme al alcance que cabe atribuir a las mencionadas
normas superlegales, las disposiciones municipales que impugna las contravienen.
III. Por tal razón, conforme con lo dictaminado por el señor Subprocurador General, considero que la
demanda promovida debe rechazarse (cf. arts. 161 inc. 1º, Const. prov. y 683 y sigts. del C.P.C.C.).
Por consecuencia, a la primera cuestión planteada voto por la negativa, en virtud de lo cual deviene
innecesario el tratamiento de la segunda.
Las costas se imponen a la actora, por su objetiva condición de vencida (art. 68, C.P.C.C.).
El señor Juez doctor Laborde, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor Hitters, votó la
primera cuestión también por la negativa.
A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo:
La actora cuestiona la ordenanza impositiva de 1991 (arts. 92, 137 y concs.) de la Municipalidad de
Rauch, por infringir determinados preceptos de la Carta local (arts. 9, 10 y 27, n.a.), pretensión que
asimismo -según aduce- encuentra sustento en otras cláusulas de la misma, al establecer aquélla la
denominada "tasa vial" cuyo monto en su criterio resulta confiscatorio, teniendo en cuenta la incidencia
de tal erogación en el costo de la explotación rural y el sistema de indexación previsto en la ordenanza a
contrario de lo que determina la Ley de Convertibilidad 23.928 (cap. VII del escrito).
Luego de exponer sobre los hechos y consideraciones atinentes a la prueba -vinculadas con la
demostración de que el gravamen absorbería el mencionado porcentaje- argumenta que una tasa no puede
contener un sistema "progresivo", de manera que los que más tierra tienen paguen más por cada hectárea,
desde que significaría asimilar a aquélla con un impuesto, vulnerando de tal modo la preceptiva
constitucional en cuanto a la naturaleza jurídica del tributo en cuestión y a las facultades originarias o
delegadas de los municipios para fijar los mismos (cap. VI, p. 5, del escrito). Invoca como aplicable a su
caso la doctrina judicial de esta Corte sobre confiscatoriedad y su efecto sobre el derecho constitucional
de propiedad protegido por los arts. 9 y 27 (n.a.) de la Constitución provincial.
En tales condiciones, se cumplimenta con los mínimos recaudos de fundamentación, en tanto se
mencionan las cláusulas superiores que se dicen transgredidas y se efectúa una relación entre el derecho
de propiedad y el principio de igualdad ante la ley y el tributo creado por la normativa en tela de juicio.
La suficiencia o insuficiencia del planteo en orden al análisis de la temática así propuesta, es materia de
la segunda cuestión.
A la primera cuestión voto así por la afirmativa.
Los señores jueces doctores Pisano y Pettigiani, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor
Negri, votaron la primera cuestión también por la afirmativa.
Los señores jueces doctores Salas y San Martín, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor
Hitters, dieron su voto a la primera cuestión también por la negativa.
Los señores jueces doctores Ghione y de Lázzari, por los fundamentos expuestos por el señor Juez
doctor Negri, votaron la primera cuestión también por la afirmativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo:
I. La accionante solicita se declare la inconstitucionalidad de disposiciones contenidas en la ordenanza
impositiva dictada por el Concejo Deliberante de Rauch, referentes al servicio de percepción de la tasa
por conservación, reparación y mejoramiento de la red vial municipal ("tasa vial"), aduciendo que el
sistema "progresivo" establecido -los que más tierra tienen pagan más por cada hectárea rural- a la par de
asimilarla con un impuesto ataca derechos garantizados en los arts. 9, 10 y 27 y concs. de la Carta local.
En primer lugar señalo, en orden a la objeción relativa a que la demanda estaría enderezada a cuestionar
el acto de aplicación de la norma y no la norma en abstracto -tal como lo hice en causas I. 1451 e I. 1473,
sents. ambas del 5-III-96-, que el objeto de esta pretensión no son exclusivamente aquellos
ordenamientos que poseen en común el constituir mandatos generales, abstractos e impersonales, pues a
través de este conducto es factible también, por vía indirecta u oblicua, lograr la anulación del acto
atacado, cuando el precepto general es inconstitucional.
En efecto, no cabe duda que la télesis del sendero abordado por el art. 161 inc. 1º de la Constitución
local, en cuanto a la jurisdicción originaria de esta Corte, es resolver acerca de la inconstitucionalidad de
leyes, decretos, ordenanzas o reglamentos que estatuyan sobre materia reglada por dicha Carta Magna; y
que el contenido de la resolución que surja, apunta a una "declaración" sobre los puntos discutidos, según
el art. 688 del Código Procesal Civil y Comercial.
Mas importa significar que de las mencionadas reglas -que son la pilastra de este sendero impugnatorio-
no surge impedimento alguno para que conjuntamente con la inconstitucionalidad de una norma general
-y como consecuencia de ello- se cuestione accesoriamente la "aplicación" que se hizo de la misma si
afecta una situación particular, tal como sostuvo esta Corte en la causa I. 1440, "Boese", sent. del 3-V-95,
voto del doctor Ghione al que adherí (asimismo causas I. 1165, "García, Solidario", sent. 22-IV-86; I.
1160, "Rodríguez C.T.", sent. 16-IX-86; I. 1329, "Playamar", sent. 10-XII-92, entre otras).
Desde esta vertiente, fácil es colegir que a la acción de inconstitucionalidad se le puedeacumular la de
anulación del acto lesivo. Ello así porque, a mi modo de ver, cuando el daño ya se produjo, ambas vías
constituyen -a manera de cabeza de Jano- las dos caras de una misma moneda, lográndose en un solo
proceso, la inconstitucionalidad del precepto y el aniquilamiento del acto que surgió a causa de la
aplicación del mismo.

El reclamo de condena es -a veces- una consecuencia necesaria de la declaración de inconstitucionalidad


y representa el interés jurídico y patrimonial del accionante que pretende el resarcimiento del perjuicio
sufrido. Se acumulan así una acción "principal" y otra "secundaria", siendo la primera el presupuesto
necesario para la segunda (causa I. 1165, "García, Solidario", sent. 22-IV-86).
Resulta oportuno recordar las razones expresadas en el voto de la mayoría en la causa B. 44.890,
"Bizzósero de Castrillón", sentencia del 15-X-69, especialmente los argumentos expuestos por los
señores conjueces doctores Lasala y Cabanellas que hago míos y a los que remito en honor a la brevedad,
por las cuales se concluye que la condena puede acompañar a la declaración de inconstitucionalidad que
se impulsa.
Asimismo, en aquellos meditados votos, la cuestión de la anexión de ambas figuras fue minuciosamente
tratada en ocasión de ventilarse la validez del art. 372 del viejo Código Procesal Civil y Comercial; y
recuerda uno de ellos especialmente, la opinión expuesta por el doctor Amílcar Mercader (año 1957) en
la causa "Grunbaum Ader de Terralba" ("Acuerdos y Sentencias", 1957-III-479), quien al votar en
disidencia sobre la inconstitucionalidad del art. 372 citado, adhirió sin embargo a la mayoría en cuanto a
la posibilidad de la acumulación de ambos andariveles (voto del doctor Lasala en la causa citada).
En suma, ello es así porque la pretensión de inconstitucionalidad, y la anulatoria del acto lesivo, son
-como dije- consecuencia una de la otra, y por ende pueden correr la misma suerte en un único pleito. No
se pone en marcha de este modo un nuevo tipo de proceso, ni se agúa la acciónsub examine, sino que -tal
cual señala el doctor Cavagna Martínez en el mencionado voto (causa I. 1165, cit.)- se fijan en relación a
una determinada causa los efectos que ésta habrá de producir, pues de lo contrario se estarían exigiendo
-en un procedimiento simbólico y ritualista- canales distintos cuya única razón sería la de satisfacer un
esquema formalista que el legislador no deseó y que el jurista repele (voto del doctor Cabanellas en la
causa cit.); lo que implica en definitiva obturar el acceso a la justicia, donde ha puesto énfasis la
Constitución reformada en 1994 (art. 15).
En este aspecto importa puntualizar que no cabe hesitación que el objeto prístino de esta acción es el
preventivo, ya que por su intermedio se obtiene el socorro de los derechos y garantías que la ley
fundamental de la Provincia consagra, sin esperar a que ocurra la aplicación del precepto o de la decisión
inconstitucionales y en tanto pueda seguirse de ella un menoscabo de los derechos del demandante (del
voto de los doctores Bremberg y Bouzat en la causa "Rolfo, Mateo", J.A., 1967-VI-511).
Pero a veces con la pretensión declarativa no se agota esta institución, si la lesión ya se ha generado. En
esa hipótesis puede la Corte disponer la consecuencia anulatoria, para satisfacer el derecho conculcado,
pues no es la circunstancia de que el daño se haya consumado lo que obsta al progreso de la acción, sino
el vencimiento del término legal para interponer la demanda, que comienza a correr desde el momento de
la efectiva aplicación de la ley impugnada. Si en algunos casos podría suponerse que la consumación del
perjuicio aniquila ipso iure la posibilidad de deducir la demanda originaria de inconstitucionalidad, ello
es sólo en apariencia (del voto del doctor Bouzat en la causa B. 45.407, "Sierra", "Acuerdos y
Sentencias", 1970-I-483).
Señala Prichett que la jurisprudencia estadounidense exige que quien deduce la
inconstitucionalidad, demuestre también que ha sufrido un daño directo como consecuencia de la
aplicación de la norma atacada ("La Constitución americana", p. 198, citado por Acdeel Salas, "La
demanda de inconstitucionalidad en la Provincia de Buenos Aires", J.A., 1967-VI, p. 511).
Del modo aquí propuesto estamos en presencia -como anota Morello- de una acción mucho más flexible
y rendidora pues "si bien la ley atiende a la organización de las instituciones y al marco que garantiza la
libertad individual, no debe excluir la que en forma efectiva, aún con carácter preventivo, tutela otras
libertades de la misma jerarquía e importancia, aunque también revistan matices económicos o
patrimoniales" ("Códigos Procesales comentados y anotados", Editora Platense, t. XI, p. 921).
Si limitamos este instituto a la función exclusivamente preventiva y declarativa, le restamos eficiencia y
le quitamos al litigante un importante armamento para atacar uno de los vicios más graves, como lo es sin
hesitación, el de inconstitucionalidad.
Téngase en cuenta que la tarea exclusivamente preventiva tiene más razón de ser en la mayoría de los
paises de Europa, y en los E.E.U.U., donde la declaración de inconstitucionalidad posee efecto
abrogatorio de la norma (Martínez Sospedra, Manuel, "Aproximación al Derecho Constitucional
Español", Fernando Torres Editor, Valencia, año 1980, p. 247 y sigtes. Idem Peces Barba, Rodolfo, "La
Constitución Española de 1978", Fernando Torres Editor, Valencia, p. 236), situación que -obviamente-
no ocurre en nuestro modelo.
En suma, que sea preventiva no quiere decir que ese resulte su objeto exclusivo, también puede ser
anulatoria si se cuestiona paralelamente a la norma general: la "aplicación" que se hizo de ella, cuando
-obviamente- el perjuicio ya se ha originado.
Es ésta, sin duda, una ríspida temática, prueba de ello es que la mayoría de los precedentes de esta Corte,
aún con viejas integraciones, no comulgan del todo con esta postura (v. causas "Acuerdos y Sentencias",
1967-I-361; 1967-I-1069; 1970-II-219; 1971-II-318; 1972-II-148; 571; 1975-744; 1977-II-998; I. 138,
"Piñero", D.J.B.A., t. 119, p. 597; I. 1062, "Lopetegui", D.J.B.A., t. 119, p. 841; I. 1042, "Corporación
Argentina de Productores de Carne", D.J.B.A., t. 122, p. 249; I. 1072, "Sanchez Coronel", D.J.B.A., t.
120, p. 319; I. 1087, "Gurmendi", D.J.B.A., t. 121, p. 405; I. 1428, sent. 8-IX-92; I. 1632, res. 28-IX-93,
entre otros), aunque existen otros precedentes que la comparten ("Acuerdos y Sentencias", 1968-521;
1970-I-483; 1971-I-77; 1971-II-286; 1971-II-701; 1972-II-288; 1975-744, entre otros).
II. No es pues lo dictaminado por el señor Subprocurador General a fs. 193/vta. lo que me convence de la
falta de sustento de la demanda instaurada, sino las razones que expongo seguidamente.
1. En lo que hace a la falta de publicación oficial de la ordenanza atacada, de lo cual derivaría -a criterio
de la accionante- su inaplicabilidad, recuerdo que tal déficit no resulta atendible a los fines de fundar su
inconstitucionalidad, en tanto la validez de aquélla no depende del cumplimiento de tal requisito, que
sólo incide en su eficacia (arg. arts. 110, dec. ley 7647/70 y ord. gral. 267; causas I. 1083, sent. 2-IX-80;
I. 1046, sent. 11-XI-80; I. 1297 cit.).
2. La accionante alega que la comuna de Rauch ha fijado un verdadero impuesto en lugar de una tasa y,
en todo caso, con un monto tributario confiscatorio, que no guarda proporción razonable con el del
período fiscal anterior, incurriendo en un supuesto de superposición impositiva.
Advierto en tal sentido que por la sola razón de medirse en base a la cantidad de la tierra de propiedad del
contribuyente la tasa no se transforma en impuesto, desde que ambos tributos se diferencian en cuanto al
presupuesto de hecho adoptado por la ley para poder exigirlo: la prestación efectiva o potencial de una
actividad de interés público que afecta al obligado, en el caso de la tasa; el hallarse en una de las
situaciones consideradas por la ley como hecho imponible, en el caso del impuesto (causa I. 1288,
"Isaura S.A.", sent. 23-IV-90). El gravamen cuestionado es indudablemente una tasa, pues halla su
fundamento en la prestación de un servicio: el de inspección de industrias, comercios, etc., siendo los
ingresos brutos su base de medición; es decir, teniendo en cuenta la capacidad económica del obligado,
criterio que es aceptado por la doctrina, legislación y jurisprudencia modernas (v. Giuliani Fonrouge,
"Derecho Financiero", vol. II, n° 481, p. 913).
En este orden de ideas, el Tribunal ha dicho que no existe norma constitucional o legal que obligue a que
las tasas exhiban proporcionalidad entre el costo del servicio y el monto del gravamen, ya que mediante
lo que se percibe no debe atenderse únicamente a los gastos de la oficina que lo prestan, ya que tanto la
existencia de ésta como el cumplimiento de sus fines dependen de la total organización municipal, cuyas
erogaciones generales deben incidir en las prestaciones particulares en una medida cuya determinación es
cuestión propia de la política financiera ("Acuerdos y Sentencias", 1957-IV-542; 1966-II-187; doct.
causas I. 824, "Alincurá", I. 825, "La Constancia"; I. 1139, "Sanatorio Argentino", sent. 22-XI-83; I. 1243
"Empresa Hípica Argentina S.A.", sent. 6-IX-88; I. 1273, "Torres y Liva S.A.", sent. 18-IV-89; I. 1288
cit., entre otras).
Pues bien, en cumplimiento de los preceptos constitucionales correspondientes (arts. 183 incs. 5° y 6°,
184 inc. 2°, t.a. Const. prov.), la Ley Orgánica de las Municipalidades ha conferido a las comunas la
potestad de crear tributos y dentro de ellos está comprendido el gravamen por reparación y conservación
de pavimentos, calles y caminos (art. 226 incs. 6 y 31; conc. arts. 25, 27 inc. 2°, 227 y 228, dec. ley
6769/58, t.o.; doct. causa I. 1243 cit.; B. 50.259, "Consorcio de Propietarios Mayling S.A.", sent. 28-III-
95).
A salvo tal competencia municipal, resulta claro que en el caso traído no se configura un supuesto de
superposición impositiva contrario a las normas constitucionales -como pretende la actora-, ya que éste se
produce cuando uno de ellos está fuera de los límites de la potestad fiscal de la autoridad que lo
estableció (cf. causas I. 1243 e I. 1273 citadas).
Cabe recordar, incluso, que el pago de la tasa presupone la prestación efectiva o potencial de una
actividad de interés público. Como acabo de señalar, no existe precepto constitucional o legal que obligue
a que las tasas exhiban proporcionalidad entre el costo del servicio y el monto del gravamen, pues
mediante lo que se percibe no debe atenderse únicamente a los gastos de la oficina que lo prestan, ya que
tanto la existencia de ésta como el cumplimiento de sus fines, depende de la total organización municipal,
cuyas erogaciones generales deben incidir en las prestaciones particulares en una medida cuya
determinación es cuestión propia de la política financiera ("Acuerdos y Sentencias", 1957-IV-542; 1966-
II-187; doct. causas I. 824, I. 825, I. 1139 e I. 1273 citadas).

Como consecuencia de ello no puede prosperar la pretendida desnaturalización del tributo en cuestión.
3. Tal conclusión no resulta enervada por los dichos de la actora sobre la falta de claridad de la normativa
impugnada, en cuanto a la determinación de la base imponible y la unidad de tiempo para la que se fija el
monto del tributo así como respecto de la modalidad de camino a cuyo mantenimiento habrán de
destinarse los fondos.
Como se desprende de su análisis del art. 92 de la ordenanza impositiva (escrito de demanda, fs. 6/7), la
base imponible es la superficie rural resultante de la cantidad de hectáreas gravadas según cada categoría
en tanto que aquélla tiene una vigencia anual acorde al período fiscal correspondiente, interpretación a la
que, más allá de alguna deficiencia del texto, corresponde acudir, desvaneciéndose la invocada
incertidumbre jurídica. Similar conclusión merece la referencia normativa a "los caminos y calles rurales
municipales", integrantes del patrimonio de la comuna al igual que el resto de la red municipal (cf. arts.
1, dec. ley 9533/80, conc. decretos leyes 6769/58 y 8912/77) y a cuya conservación -según se expuso- se
endereza la percepción del gravamen, presumiéndose su utilización por los titulares de los inmuebles y
consiguiente prestación comunal, sin que ello haya sido desvirtuado por la actora.
4. En relación al agravio de la demandante sobre la garantía de igualdad ante la ley que consagra el art.
10 de la Constitución local en su anterior texto (art. 11 actual), corresponde señalar que la misma no
supone, al menos necesariamente, una igualdad aritmética o absoluta (aquella que supondría una
imposición matemáticamente igual en su quantum para cada uno de los habitantes) sino la equiparación
de tratamiento frente a la igualdad de situaciones o circunstancias. Ya Aristóteles había formulado tal
principio de igualdad en proporción geométrica, que puede sintetizarse en su célebre frase "no hay peor
injusticia que tratar igual a los desiguales" ("Ética a Nicómaco", libro V, "Teoría de la Justicia", ed.
Espasa Calpe; cf. causa I. 1487, "Microómnibus Quilmes S.A.C.I.F. y otro", sent. 14-VI-94).
De allí que dicha garantía no prive al legislador de la facultad de crear categorías especiales de
contribuyentes, siempre que éstas no sean arbitrarias ni forzadas, establecidas para hostilizar a
determinadas personas o clases (Fallos: 151-359; 273-245; 301-391).
En esa inteligencia considero que el denominado "sistema progresivo" del gravamen establecido por la
Municipalidad de Rauch mediante la ordenanza impositiva, no lesiona aquel postulado sino, antes bien,
se endereza al cumplimiento del mismo. Parece razonable y congruente que la medición o base imponible
de la tasa en cuestión guarde directa proporción con el volumen territorial de cada usuario.
En todo caso, como ha señalado el Tribunal, en los límites de su competencia privativa por razones de
política tributaria cuya conveniencia y oportunidad no es dado a los jueces discutir si el legislador
distinguió diversas clases de contribuyentes y brindó un tratamiento desigual a quienes desarrollan
actividades distintas. Ello, dentro del marco de razonabilidad en que dicha competencia debe
desenvolverse y que, en materia tributaria, debe analizarse con menos rigurosidad, desde que en el Estado
moderno es necesario reconocer la existencia de finalidades extrafiscales en la política impositiva (causa
I. 1297 y sus citas).
Razón por la cual este agravio también debe ser desestimado.
5. En cuanto al planteo de que el monto de la tasa resulta confiscatorio, dado que no guarda proporción
con su capacidad contributiva afectando así la garantía establecida por el art. 27 de la Constitución
provincial (t.a), recuerdo que esta Corte ha expresado que es competencia exclusiva del legislador
elaborar la política financiera del Estado y, en consecuencia, determinar la medida en que las diferentes
categorías de contribuyentes deben aportar para la formación del erario. Por esa razón es que las
impugnaciones basadas en la cuantía del gravamen sólo deben acogerse en caso de que se demuestre que
en su aplicación al volumen o giro patrimonial del contribuyente, resulta prohibitivo, destructivo o
confiscatorio (causa I. 1183, "Nida S.A.", sent. 31-V-88 y las allí citadas).
Sentado lo que antecede, estimo que la accionante no acredita ninguno de estos extremos, toda vez que se
limita a señalar la incidencia de la tasa vial sobre la producción de la explotación rural pues, si bien el
porcentaje que en orden a la actividad agronómica suministra el informe pericial a fs. 132/133 puede
estimarse alto, juzgo que ello de por sí no revela el límite que, traspuesto, convertiría el gravamen en
confiscatorio. Ello así porque a fin de determinar tal cosa, debe evaluarse si la correspondencia entre el
perjuicio irrogado -a consecuencia de la tributación- y el beneficio que se obtiene por ese mismo
concepto, para poder así concluir si las pautas fijadas para establecer el monto del tributo -en el caso, una
tasa por conservación de calles y caminos rurales- determinan la absorción de una porción sustancial de
la renta de la propiedad, y a los efectos de su apreciación cuantitativa debe estarse al valor real del
inmueble considerando asimismo la productividad posible del bien (conc. causas I. 1297 y B. 50.259
citadas).
III. Concluyo que la demandante no ha logrado demostrar que la ordenanza municipal cuestionada
lesione los preceptos de la Constitución provincial invocados, razón por la cual a la segunda cuestión
planteada doy mi voto por la negativa.
Costas a la actora, atento a su objetiva condición de vencida (art. 68, C.P.C.C.).
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Laborde dijo:
A mi juicio no se impugna en la presente la aplicación de las normas cuestionadas sino derechamente su
validez constitucional como lo exige el art. 161 inc. 1º de la Carta local vigente.
En razón de ello entiendo innecesario abordar las muy diversas cuestiones sobre las que el distinguido
colega preopinante se explaya obiter dicta relativas a la naturaleza y posibilidades de la acción originaria
de inconstitucionalidad.
Adhiero, en cambio, a todo lo expuesto por el doctor Hitters a partir del acápite II de su voto y doy el mío
también por la negativa.
Los señores jueces doctores Negri, Pisano, Pettigiani, Salas, San Martín y Ghione, adhirieron a los
fundamentos expuestos por el señor Juez doctor Laborde y dieron su voto a la segunda cuestión también
por la negativa.
El señor Juez doctor de Lázzari, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor Hitters, votó la
segunda cuestión también por la negativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente
SENTENCIA
Por los fundamentos expuestos en el acuerdo que antecede y dictamen del señor Subprocurador General,
se rechaza la demanda interpuesta.
Las costas se imponen a la demandada por la primera cuestión (art. 68, C.P.C.C.), regulándose los
honorarios de los letrados de la parte actora, doctores Juan Pedro Merbilháa y Alejandro N. Helguera, en
las sumas de ... pesos y de ... pesos, respectivamente (arts. 10, 14, 15, 16, 22, 26, 28 inc. "a", 49 y 54 del
dec. ley 8904/77). En cuanto a la segunda cuestión las costas se imponen a la actora (art. 68, C.P.C.C.),
regulándose los honorarios de los doctores Juan Pedro Merbilháa y Alejandro N. Helguera, y las de los
letrados de la parte demandada, doctores Alberto Horacio Armisen y Rodolfo Ramón Geneyro, en las
sumas de ... pesos, de ... pesos, de ... pesos y de ... pesos, respectivamente (arts. 10, 13, 14, 15, 16, 22, 26,
28 inc. "a", 49 y 54 del dec. ley 8904/77). A los honorarios regulados precedentemente se deberá
adicionar el 10% (ley 8455).
Habida cuenta que los honorarios de los peritos deben adecuarse, además del mérito, importancia y
naturaleza de la labor cumplida, a los emolumentos de los profesionales que han intervenido en la causa
(B. 47.489, "Cegelec", D.J.B.A., t. 119, p. 602; L. 44.096, "Tarabo-relli", sent. 27-XI-90), regúlanse los
honorarios del perito contador Román Antonio Ros y los del perito ingeniero agrónomo María Alejandra
Musel, en las sumas de ... pesos y de ... pesos, respectivamente.
Regístrese y notifíquese.
HECTOR NEGRI
GUILLERMO DAVID SAN MARTIN ELIAS HOMERO LABORDE
JUAN CARLOS HITTERS EDUARDO JULIO PETTIGIANI
JUAN MANUEL SALAS EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
ERNESTO VICTOR GHIONE ALBERTO OBDULIO PISANO
RICARDO MIGUEL ORTIZ
Secretario

S-ar putea să vă placă și