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Uso anual global del agua: en 1995 (725 m3) y en el 2025 1170km3
Luego el uso industrial representará el 24% del consumo total de agua.
El ciclo hidrológico es constante y el agua que es tomada o utilizada por el hombre es devuelta nuevamente a los cuerpos
de agua, lo que permite concluir que el agua ha sido utilizada a través de millones de años y es la misma.
La cantidad de agua que hay en la tierra es del orden de 1385 millones de km3, sin embargo menos del 3% corresponde a
agua dulce, de la cual la mayor parte no puede ser aprovechada porque se encuentra en los polos o a grandes
profundidades. Se dispone de aproximadamente 24 millones de km3 de agua dulce.
La distribución del agua a nivel mundial, afecta a algunas regiones, por ejemplo China posee el 20% de la población del
mundo y tan solo cuenta con el 8% del agua dulce disponible.
Del total de agua dulce utilizada, se estima que el 65% es destinado para riego agrícola, el 25% para la industria y el 10%
para consumo doméstico, comercial y otros servicios urbanos municipales. Se estima que para el año 2015 el uso industrial
alcanzará el 34% reduciendo el volumen destinado para riego.
En los países en vía de desarrollo, el 81% de la población urbana posee servicios de agua potable y el 71% posee
alcantarillado, mientras que en el ámbito rural, el 63% dispone de agua potable y el 48% de alcantarillado. Esto significa
que más de 1200 millones de personas carecen de agua potable y cerca de 1800 millones no poseen servicio de
alcantarillado.
El agua subterránea no ha sido cuantificada en el país en su verdadera magnitud, por lo cual tampoco su aprovechamiento
ha sido óptimo.
El agua es considerada contaminada cuando su composición o estado natural son afectados, o cuando se incorporan al
agua materias extrañas, como microorganismos, productos químicos, residuos industriales y de otros tipos o aguas
residuales.
En muchas regiones del mundo la contaminación del recurso agua, está reduciendo notablemente la disponibilidad de agua
utilizable, lo cual ha convertido el recurso, en un factor limitante del desarrollo sustentable de muchas naciones.
1. AGUAS RESIDUALES:
Cuando al agua se incorpora un producto de desecho se denominan aguas residuales. Las aguas de acuerdo
a su origen pueden ser: domésticas, industriales, subterráneas (de infiltración) y meteorológicas (pluviales).
Los tipos de contaminación son básicamente cuatro: natural, térmica, por aguas residuales domésticas y por
desechos industriales.
a) Natural: Cuando el agua contiene desechos naturales constituidos por productos del metabolismo de los
organismos acuáticos, materia orgánica muerta que es arrastrada de la tierra.
b) Térmica: La causa de la contaminación es el calor que se descarga a un cuerpo de agua. Las fábricas y las
plantas eléctricas arrojan materiales calientes a las aguas provocando alteraciones en el equilibrio natural de ellas.
Una de las consecuencias más graves es la disminución de oxígeno disuelto en el agua, ya que el agua fría puede
mantener más gases en solución que la tibia.
c) Por aguas residuales: Es causada por los desechos domésticos parcialmente purificados o no.
d) Por aguas industriales: Es la contaminación producida por el derrame de desechos provenientes de fábricas e
industrias. Se pueden agrupar en: material flotante (espuma, aceite y sólidos ligeros), sólidos sedimentables
Impacto Ambiental
(partículas que se hunden, fragmentos de vidrio y metal, polvo de acerías y hollín), material coloidal (partículas muy
pequeñas mezcladas en un medio líquido y con pocas posibilidades de separarse), sólidos disueltos (sales
minerales: carbonatos), sustancias tóxicas (elementos que envenenan a los organismos vivos y alteran el medio
ambiente: cianuro, arsénico, cromo, mercurio, plomo, hidrocarburos, elementos radioactivos y venenos contra
plagas), Cieno (concentración de sólidos que por su abundancia y cualidades dan al agua aspecto y consistencia
pastosa).
Existen tres fuentes principales de contaminación del agua: las aguas residuales domésticas, los efluentes industriales y la
escorrentía por el uso del suelo. La concentración de desperdicios y de aguas residuales domésticas generalmente se
descarga en extensiones de agua cercanas. A medida que se descompone, se va reduciendo el nivel de oxígeno del agua,
el cual es esencial para la vida acuática y el equilibrio natural de los ecosistemas.
Hacia finales de la edad media empezaron a usarse en Europa, primero, excavaciones subterráneas privadas y, más tarde,
letrinas. Cuando éstas estaban llenas, unos obreros vaciaban el lugar en nombre del propietario. El contenido de los pozos
negros se empleaba como fertilizante en las granjas cercanas o era vertido en los cursos de agua o en tierras no
explotadas.
Unos siglos después se recuperó la costumbre de construir desagües, en su mayor parte en forma de canales al aire o
zanjas en la calle. Al principio estuvo prohibido arrojar desperdicios en ellos, pero en el siglo XIX se aceptó que la salud
pública podía salir beneficiada si se eliminaban los desechos humanos a través de los desagües para conseguir su rápida
desaparición. Un sistema de este tipo fue desarrollado por Joseph Bazalgette entre 1859 y 1875 con el objeto de desviar el
agua de lluvia y las aguas residuales hacia la parte baja del Támesis, en Londres.
Con la introducción del abastecimiento municipal de agua y la instalación de cañerías en las casas llegaron los inodoros y
los primeros sistemas sanitarios modernos. A pesar de que existían reservas respecto a éstos por el desperdicio de
recursos que suponían, por los riesgos para la salud que planteaban y por su elevado precio, fueron muchas las ciudades
que los construyeron.
A comienzos del siglo XX, algunas ciudades e industrias empezaron a reconocer que el vertido directo de desechos en los
ríos provocaba problemas sanitarios. Esto llevó a la construcción de instalaciones de depuración. Aproximadamente en
aquellos mismos años se introdujo la fosa séptica como mecanismo para el tratamiento de las aguas residuales domésticas
tanto en las áreas suburbanas como en las rurales.
Impacto Ambiental
Para el tratamiento en instalaciones públicas se adoptó primero la técnica del filtro de goteo. Durante la segunda década del
siglo, el proceso del lodo activado, desarrollado en Gran Bretaña, supuso una mejora significativa por lo que empezó a
emplearse en muchas localidades de ese país y de todo el mundo. Desde la década de 1970, se ha generalizado en el
mundo industrializado la cloración, un paso más significativo del tratamiento químico.