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Comunicación

Profesional I Investigación
Bibliográfica
Lcda. Mercedes Seeligman

Eric Andrés Larreynaga Menéndez


LM100206
MARCO TULIO CICERON

DATOS BIBLIOGRAFICOS

Fue último profeta de la República romana, brillante orador y humanista de su época, de nombre
completo Marco Tulio Cicerón, en latín Marcus Tullius Cicero nacido en Arpino, 3 de enero del 106
aC – falleció en Fornia un 7 de diciembre del 43 a.C fue un político, filósofo, escritor y orador
romano. Es considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa en latín de la
Roma antigua.

Perteneció a una familia plebeya de rango ecuestre (concerniente al ejercito de caballería), desde
muy joven se trasladó a Roma, donde asistió a lecciones de famosos oradores y jurisconsultos
finalizado el año 82 a.C., siguió lecciones en la Academia inició su carrera de abogado, prosiguió su
carrera política, y en el lapso de trece años consiguió las más altas distinciones para convertirse
pronto en uno de los más famosos de Roma. En un principio fue cuestor en asambleas legislativas,
(miembro encargado de dirigir el empleo de los fondos, la administración interior y material de la
asamblea) en Sicilia.

Defendió a los sicilianos oprimidos lo cual lo hizo muy popular entre la plebe y contribuyó a
consolidar su fama de abogado.

Cicerón se dedicó a la literatura hasta el 51 a.C., cuando aceptó el encargo de gobernar la provincia
romana de Cilicia como procónsul. Regresó a Roma en el 50 a.C. y se unió a Pompeyo, que se había
convertido en el mayor enemigo de Julio César. Cuando César derrotó a Pompeyo, en el 48 a.C.,
Cicerón comprendió que continuar con la resistencia a César era inútil, y aceptó su amistad,
aunque mientras César fue dictador de Roma, Cicerón vivió apartado de la vida política
dedicándose a escribir. Después del asesinato de César, en el 44 a.C., Cicerón retornó a la política.
Esperando ver la restauración de la República, apoyó al hijo adoptivo de César, Octavio, más tarde
el emperador Augusto, en sus luchas contra el cónsul romano Marco Antonio. Sin embargo,
Octavio y Marco Antonio se reconciliaron, y Cicerón fue ejecutado como enemigo del Estado, el 7
de diciembre del 43 a.C.

Cicerón creó un elaborado estilo prosístico que combina claridad y elocuencia, y que se ha
convertido en uno de los modelos por medio de los que se juzga toda la demás prosa latina. Su
obra contribuyó mucho al enriquecimiento del vocabulario de su propio lenguaje. Los escritos de
Cicerón tratan sobre muchos temas. Sus obras filosóficas revelan su creencia en Dios y en el libre
albedrío. Casi todos sus trabajos filosóficos se basan en fuentes griegas y, por lo tanto, aparte de su
valor intrínseco, tienen uno añadido como es el de haber divulgado y preservado la filosofía griega
que de no haber sido por él, tal vez, se hubiera perdido. A partir del 45 a.C. y de la muerte de su
hija Tulia, Cicerón se retiró de la política para dedicarse por completo a sus escritos literarios y
filosóficos. Destacan sus tratados De Legibus (Sobre las leyes), De Officiis (Sobre el deber), y De
Natura Deorum (Sobre la naturaleza de los dioses). Su obra influyó mucho en el poeta italiano
Petrarca y en otros escritores del renacimiento. Sus obras retóricas, escritas en forma de diálogo,
en especial De Oratore (Sobre la retórica), tienen gran valor como modelos de una consumada
retórica y como una rica fuente de material histórico. Las más famosas de sus piezas de oratoria
son las cuatro contra Catilia, conocidas por Catiliniarias, y las catorce contra Marco Antonio
conocidas por Filípicas.

PENSAMIENTO FILOSÓFICO RELACIONADO AL DERECHO

Fue un decidido partidario del republicanismo, admitía la necesidad de un hombre fuerte para
dotar de estabilidad al Estado, figura no del todo reconocida.

Cicerón perfeccionó el concepto de un ordenamiento superior, del que no puede ser cambiado o
propiamente dicho es “inmutable”, que llama a los hombres al bien por medio de sus
mandamientos y los aleja del mal por sus amenazas, que no puede ser derogado por las leyes
positivas, que rige a la vez todos los pueblos y en todos los tiempos. Hacía sugerencia que el
respeto a las leyes de Dios y de los hombres es un don innato de la naturaleza humana y que, el
hombre perfecciona su propia naturaleza, caso contrario se degrada si decide hacer lo contrario.
Desde este punto de vista, los valores estoicos básicos son:

 Justicia natural.
 Estado universal
 Ciudadanía universal.

Para Cicerón, hay un derecho natural universal que surge a la vez del gobierno del mundo por Dios
y de la naturaleza racional y social de los seres humanos que les hace afines a Dios. Toda legislación
que la infrinja lo establecido por el mundo de Dios merece el nombre de ley, porque ningún
gobernante puede convertir lo injusto en justo. Difundía la igualdad de los hombres puesto que
todos eran capaces de diferenciar lo bueno de lo malo en base a un razonamiento, todo lo opuesto
manifestado por Aristóteles, por lo que la igualdad es una exigencia moral más que un hecho.

Para Cicerón un gobierno justo de ayuda mutua se daba en virtud a tres consecuencias:
 A que la autoridad surge del poder colectivo y del pueblo.
 El poder político ejercido correctamente es como un cuerpo, donde el
magistrado que lo ejerce está respaldado por el Derecho y es criatura del Derecho.
 Finalmente el Estado y su Derecho están sometidos a la ley de Dios, también llamada ley
moral o natural, que es superior de justicia y que trasciende a la elección e instituciones
humanas.

Por lo que hace a su pensamiento político, su filosofía era la forma de estoicismo (soportar
desgracias con austeridad)

La finalidad que perseguía Cicerón era el de enaltecer la tradicional virtud romana del servicio
público iluminadas y armonizadas ambas con un acento de filosofía. Su objeto político no era otro
que el de retrasar el reloj y restaurar la constitución republicana. Finalmente para Cicerón el
"pueblo" es una entidad totalmente distinta de las personas incluidas en él en cualquier momento
determinado. Así, el derecho romano conservó el espíritu de la notable frase de Cicerón: "Todos
somos siervos de la ley para poder ser libres".

Cicerón se dedicó a la literatura hasta el 51 a.C., cuando aceptó el encargo de gobernar la provincia
romana de Cilicia como procónsul. Regresó a Roma en el 50 a.C. y se unió a Pompeyo, que se había
convertido en el mayor enemigo de Julio César. Cuando César derrotó a Pompeyo, en el 48 a.C.,
Cicerón comprendió que continuar con la resistencia a César era inútil, y aceptó su amistad,
aunque mientras César fue dictador de Roma, Cicerón vivió apartado de la vida política
dedicándose a escribir. Después del asesinato de César, en el 44 a.C., Cicerón retornó a la política.
Esperando ver la restauración de la República, apoyó al hijo adoptivo de César, Octavio, más tarde
el emperador Augusto, en sus luchas contra el cónsul romano Marco Antonio. Sin embargo,
Octavio y Marco Antonio se reconciliaron, y Cicerón fue ejecutado como enemigo del Estado, el 7
de diciembre del 43 a.C.

Cicerón creó un elaborado estilo prosístico que combina claridad y elocuencia, y que se ha
convertido en uno de los modelos por medio de los que se juzga toda la demás prosa latina. Su
obra contribuyó mucho al enriquecimiento del vocabulario de su propio lenguaje. Los escritos de
Cicerón tratan sobre muchos temas. Sus obras filosóficas revelan su creencia en Dios y en el libre
albedrío. Casi todos sus trabajos filosóficos se basan en fuentes griegas y, por lo tanto, aparte de su
valor intrínseco, tienen uno añadido como es el de haber divulgado y preservado la filosofía griega
que de no haber sido por él, tal vez, se hubiera perdido. A partir del 45 a.C. y de la muerte de su
hija Tulia, Cicerón se retiró de la política para dedicarse por completo a sus escritos literarios y
filosóficos. Destacan sus tratados De Legibus (Sobre las leyes), De Officiis (Sobre el deber), y De
Natura Deorum (Sobre la naturaleza de los dioses). Su obra influyó mucho en el poeta italiano
Petrarca y en otros escritores del renacimiento. Sus obras retóricas, escritas en forma de diálogo,
en especial De Oratore (Sobre la retórica), tienen gran valor como modelos de una consumada
retórica y como una rica fuente de material histórico. Las más famosas de sus piezas de oratoria
son las cuatro contra Catilia, conocidas por Catiliniarias, y las catorce contra Marco Antonio
conocidas por Filípicas.

OBRAS
Entre las obras menores de Cicerón, los tratados De Senectute (Sobre la vejez) y De Amicitia (Sobre
la amistad) siempre han sido admirados por su estilo cultivado. Muy importantes son cuatro
colecciones de cartas escritas por Cicerón a sus conocidos y amigos. Estas cartas constituyen una
revelación espontánea de su autor y una excelente fuente de información sobre la política y las
costumbres de la antigua Roma, y se ocupan de temas que van desde la filosofía y la literatura a las

Fragmento del “Diálogo sobre la vejez”

De Cicerón.

Catón:

1. Reflexionando, cuatro causas hallo de por qué se considera triste á la vejez: primera, porque,
dicen, retrae de la vida activa; segunda, porque debilita el cuerpo; tercera, porque priva de casi
todos los placeres; cuarta, porque no dista mucho de la muerte. Veamos, si os place, qué peso
tiene cada una de estas causas.

2. No vale para los negocios la vejez. –¿Para cuáles? ¿los que se realizan con la juventud y las
fuerzas? ¿Nada son, pues, las obras de la ancianidad, hechas, no con el cuerpo que declina, sino
con el espíritu? ¿Nada hacía Quinto Maximo? ¿nada, Lucio Paulo, tu padre, suegro de aquel
excelente varón, hijo mío? Los demás ancianos: los Fabricios, Curios, Coruncanios, cuando con sus
luces y su autoridad amparaban á la república, ¿nada hacían?

3. Á la vejez de Apio Claudio agregábase la ceguera. Sin embargo, inclinando el senado á hacer paz
y alianza con Pirro, no vaciló en decir lo que en verso expresa Ennio:

«¿Á dó las mentes vuestras que sensatas solían ser, se descaminan locas?»

4. Nada dicen, pues, los que niegan ser la vejez apta para los negocios; y aseméjanse á quien dijera
que nada hace en la mar el piloto, pues, mientras éstos suben á los mástiles, aquéllos corren por la
cubierta, otros desaguan la sentina, aquél, asido el timón, se está tranquilo sentado en la popa. No
hará lo que los jóvenes; cosas, empero, hace mucho mayores y mejores. No con el empuje ni la
rapidez y agilidad del cuerpo se da cima á las grandes empresas, sino con el consejo, la autoridad,
la prudencia. Los cuales suele no sólo no perder la vejez, sino hasta acrecentar.

5. Pero decrece la memoria. –Lo creo, si no la ejercitas ó también si eres algo torpe de
entendimiento.

Jamás he oído haber un viejo olvidado dónde enterró un tesoro. Cuanto les importa, recuerdan:
citaciones judiciales, quién les debe, á quién deben ellos.

Fuente: Jünemann, Guillermo. Antología universal. Friburgo: Herder, 1910.

LA EDAD DE ORO
La edad de oro de la poesía romana se correspondió con la de la prosa. El autor más destacado,
Cicerón, fue un político y orador cuya retórica se convirtió en un modelo para la oratoria europea
posterior. Los discursos más conocidos de Cicerón son los que profirió contra el conspirador
político Catilina, pero otros muchos son igual de oportunos y certeros, por el magistral uso que
hace de los ritmos y cadencias de la lengua latina, conjugados para alcanzar efectos persuasivos y
contundentes. Cicerón destacó también con obras en prosa de un estilo más relajado, tratados
sobre retórica y filosofía tales como los famosos textos sobre la amistad y los tiempos pasados.
También se conserva gran parte de su reveladora y extensa correspondencia.

Igualmente famoso como escritor de prosa fue el contemporáneo de Cicerón, Julio César. Sus
comentarios claros y enérgicos sobre La guerra civil y Comentarios sobre la guerra de las Galias (De
bello civili y De bello gallico) también se convirtieron en importantes modelos en su género. El
principal historiador romano fue Tito Livio, que escribió la larga historia de Roma Ab urbe condita,
también conocida como Décadas, de la que sólo se conserva cerca de una cuarta parte y que
continúa siendo una fuente básica de este periodo.

ENSAYO

Ensayo, composición literaria que tiene por objeto presentar las ideas del autor sobre un tema y
que se centra, por lo general, en un aspecto concreto. Con frecuencia, aunque no siempre, el
ensayo es breve y presenta un estilo informal. El género se diferencia así de otras formas de
exposición como la tesis, la disertación o el tratado.

RETORICA

En un sentido más estricto, la retórica se ocupa de los principios fundamentales que tienen que ver
con la composición y enunciación del discurso oratorio:

inventio (del verbo invenire, encontrar o definir el tema del que se va a hablar); dispositio
(disposición de las partes); elocutio (elección de las palabras, ligada con el ornato y las figuras);
memoria (memorización) y actio (relacionada con el acto de emisión del discurso, próxima a la
representación teatral). Las tres primeras son las fundamentales desde el punto de vista de la obra
escrita.

Retórica, en su sentido más amplio, teoría y práctica de la elocuencia, sea hablada o escrita. La
retórica hablada es la oratoria. La retórica define las reglas que rigen toda composición o discurso
en prosa que se propone influir en la opinión o en los sentimientos de la gente y, en tal sentido, es
una forma de la propaganda. Se ocupa, pues, de todos los asuntos relacionados con la belleza o
vigor del estilo

DEMOSTENES
Demóstenes fue considerado como un prominente estadista griego y orador de la antigua Atenas
siendo así el mejor representante griego del arte de la elocuencia. Proveniente de una familia de
empresarios ricos, perdió a su padre a los siete años y sus tutores Áfobo, Demofonte y Terípides
abusaron de su patrimonio, por lo que, al acercarse a la mayoría de edad, hubo emprender largos
procesos judiciales para conservar algo de su fortuna, pero su capacidad no fue fruto solo de la
naturaleza, sino también del esfuerzo por la superación.

Demóstenes tenía algunos defectos de habla debido a que era tartamudo y su voz sonaba aguda y
molesta. Sin embargo, superó con esfuerzo sus dificultades para la oratoria por medio de ejercicios
de declamación gracias a Esquines | (otro orador ateniense y enemigo acérrimo de Demóstenes)
quien se burlaba de sus dificultades y se refería a él con el apodo despectivo de “Bátalo”, mote que
significaba “martillador”. Además de estos inconvenientes, en sus primeras intervenciones públicas
también se le criticó el estilo duro y desagradable de sus frases.

Por lo tanto, Demóstenes llevó adelante un programa muy riguroso con la finalidad de mejorar el
timbre y la potencia de su voz debido a ello, a diario iba por la orilla del mar y le gritaba al sol para
que su voz sonara más fuerte que las olas; mientras eso hacía, también solía poner en su boca
guijarros que le forzaban a controlar la dicción.

Estudió minuciosamente el lenguaje corporal hasta que se sintió capaz de envolver al auditorio con
su gestualidad lo que lo llevo a la elaboración de discursos, es decir que se dedicó largas horas a la
redacción de alocuciones informándose en detalle del asunto que debía tratar y buscando las
argumentaciones más precisas y contundentes que pudieran surtir efecto en el auditorio.

A partir del año 354 a.C. intervino en asuntos políticos y se hizo famoso por sus discursos. Entre los
primeros destaca Para los megalopolitanos, que atrajo la atención de los atenienses sobre el
peligro que representaba el poder de Esparta.

La denuncia generada por Demóstenes sobre la ambición de Filipo de Macedonia en las famosas
Filípicas, discursos pronunciados durante un largo proceso en la asamblea ateniense, representa el
inicio de una oratoria incomparable debido a que su estilo muestra ahora una mayor riqueza de
variaciones frente a la regularidad del período isocrático.

Fueron tres discursos del año 341 dan testimonio de su máxima actividad como orador: la Tercera
y la Cuarta Filípica y Sobre la situación del Quersoneso, una de las obras maestras de su oratoria.

En el 340 a.C. dejó la oposición y pasó a ser jefe del partido dirigente, lo cual, no logro obtener los
méritos cívicos correspondientes por oposición de Esquines logrando así su condena al exilio.

La hostilidad entre ambos oradores culminó en 330 en un gran proceso político donde Demóstenes
respondió triunfalmente con su discurso Por la corona. Esta demolición del adversario e inteligente
apología de la propia actuación política está considerada la obra cumbre de su oratoria.

En el 324 a.C. fue declarado culpable de aceptar un soborno de Harpalo, a quien el hijo de Filipo,
Alejandro Magno, había confiado grandes tesoros y que se había fugado refugiándose en Atenas.

Después de la muerte de Alejandro en el 323 a.C. exigió de nuevo a los griegos liberarse del control
macedónico, pero el sucesor de Alejandro, Antípatro, sofocó toda resistencia y exigió que los
atenienses le entregaran a Demóstenes y a otros líderes patriotas. Cuando la asamblea ateniense
aprobó una sentencia condenando a muerte a los patriotas, Demóstenes escapa y se suicida
envenenándose en el templo de Poseidón de Calauria en el 320 a. C.

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