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La fe y la justicia
El cristianismo, en general toda religión, no es principalmente un conjunto de nociones y
conceptos intelectualmente comprensibles; es fundamentalmente una experiencia, una
vivencia significativa para el desarrollo de la existencia personal y colectiva. Desde esa
perspectiva, Mardones es un creyente profundamente comprometido con su fe cristiana y
entiende que esa experiencia vital conlleva un talante profético y transformador de todas las
estructuras y situaciones que en la sociedad producen alienación e injusticia. Al respecto,
una reflexión importante es la relación que existe entre los proyectos y compromisos
intrahistóricos y la escatología cristiana; este es precisamente el objeto de reflexión en su
librito Esperanza cristiana y utopías intrahistóricas (1983) donde desarrolla algunas ideas
que ya están presentes en su tesis doctoral en teología y que posteriormente elabora con más
precisión y desarrollo sobre todo en la publicación Fe y política (1993) y en Recuperar la
justicia. Religión y política en una sociedad laica (2005).
Nuestro autor está persuadido del componente político que anida en una genuina
experiencia cristiana, la cual desea ser transformadora de las condiciones de vida de los seres
humanos, según el horizonte y los criterios que se reflejan en la predicación del Reino de los
cielos. Sin embargo, Mardones vive un cierta situación de ruptura interna, en la medida que,
en el contexto de finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, la sociedad
española ha entrado en un cierto clima de indiferencia y de escepticismo respecto de la acción
política; la dedicación política ha comenzado un claro declive desde el punto de vista de la
valoración ciudadana. Buena parte de sus escritos en que se relaciona fe y política están
dedicados a estudiar esta progresiva devaluación de la acción política, sus causas y sus
consecuencias. En medio de esta crisis de ilusiones y de participación, Mardones sigue
reivindicando la dimensión política que tiene el cristianismo.
En una de sus últimas publicaciones (Recuperar la justicia) nuestro autor se muestra
pesimista respecto a la evolución que van teniendo los acontecimientos y la conciencia
general: la tensión por el compromiso político va perdiendo fuerza y valor con el paso del
tiempo, viéndose en la obligación de defender la dignidad de esa dedicación.
En medio de ese contexto políticamente degenerativo y frustraste, con pérdida de ilusión y
de horizonte, Mardones reivindicará la necesidad de mantener y de impulsar la lógica de un
cristianismo mesiánico; en este sentido, una de las tesis que recorre sus escritos políticos es
que la forma de hacer frente a la crisis, en perspectiva cristiana, es la profundización del
cristianismo de tipo mesiánico que sea capaz de potenciar las solidaridades en el entramado
de la sociedad. Desde la fe cristiana hay que trabajar por el establecimiento de una auténtica
cultura de la solidaridad.

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