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Sociedad
Atología Comentada. José Luis González Fernández. Universidad Autonoma Metropolitana,
Xochimilco. Pagina orientada a complementar la bibliografia modular para los alumnos de la
carrera de psicologia de la universidad autonoma metropolitana
Desde hace ya bastante tiempo una de las ideas más conocidas respecto
a la "salud mental", formulada por la Organización Mundial de la Salud
(OMS), fue la que la considera "no sólo como la ausencia de enfermedad
sino como el completo estado de bienestar psíquico, físico y social". Un
planteo sin dudas muy interesante y valioso al incluir como parte de la
misma todos los aspectos integrantes de la vida humana, sin negar ni
olvidar ninguno y reconociendo que cualquier perturbación de ellos
(enfermedades físicas, condiciones de pobreza y sociales, problemas
psicológicos) la afecta -y también por ser un objetivo al que debe
aspirarse-, pero al mismo tiempo total y absolutamente irreal, utópica e
idealista que hace que nadie pueda estar dentro de tales parámetros.
1) Estadístico adaptativo
Se trata de una situación donde algo que fue valioso e incluso progresista
en su momento se convierte en claro, y a veces manifiesto, instrumento de
adaptación y de control social que luego se verá. Surgió hace ya bastante
tiempo, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando múltiples estudios
de la antropología cultural muestran que diferentes pueblos tienen culturas
diferentes (en el sentido antropológico del término, es decir, formas de vida,
costumbres, etcétera), algo nada nuevo por supuesto, pero de lo que
tales investigadores extraen consecuencias antes no consideradas para
nuestro caso: que la "salud mental" de cada marco social debe ser
vista desde la perspectiva de su propia cultura y no desde la de otras,
que en general eran las de las sociedades desarrolladas y colonizadoras.
Algo hoy tan (supuestamente) simple fue revolucionario en su momento al
romper con las ideas de superioridad de las naciones dominantes, que
veían a los pueblos dominados como inferiores en todos los sentidos, y en
el sentido de la "salud mental" como atrasados, débiles, etcétera,
argumentos que se añadían a otros que servían para justificar la
colonización y el dominio.[iv]
Todo esto puede verse claramente no sólo en los discursos del poder
de tal época (donde las ideas acerca de "salud mental" no aparecían
abierta- mente pero estaban implícitas), sino incluso en textos académicos
-en general y psiquiátricos- donde sí se explicitaban esos conceptos con
base en lo indicado (atraso, inferioridad, etcétera) y, por supuesto, en una
concepción racista que estuvo presente prácticamente siempre;
no se crea que todo pertenece a un pasado remoto y que ha
desaparecido, en al menos dos brillantes textos, de hace apenas 40
años, el psiquiatra Franz Fanon -miembro del Frente de Liberación
Nacional de Argelia en la lucha por la independencia- mostró, de
manera contundente, cómo algunos de sus colegas franceses
tenían tal visión en sus análisis comparativos entre los francos y
los argelinos al considerar que el africano normal es un "europeo
lobotomizado", mientras otros escriben en 1939 que "ese
primitivismo no es sólo una manera resultante de una educación
especial [sino que] tiene cimientos mucho más profundos y hasta
pensamos que puede tener su sustrato en una disposición
particular de la arquitectura, al menos de la jerarquización dinámica
de los centros nerviosos". Comentando estas posturas, Fanon
considera que
Debe quedar claro que todo lo indicado hasta ahora tiene que
ver con lo considerado sano y normal desde la perspectiva de la
adecuación o no a los comportamientos psicosociales dominantes,
porque existen psicopatologías que tienen que ver con otros
parámetros, que serán vistas en el módulo[ix] y sobre lo que algo
se dirá más adelante. Pero esto no cambia nada el hecho de que
muchas escuelas y corrientes del campo psicológico y psicoanalítico
se adecuan -de hecho, e incluso explícitamente- a este criterio
estadístico-adaptativo, promoviendo, teórica y prácticamente, la
adaptación a las formas culturales dominantes y,
consecuentemente, criticando, estigmatizando todo lo que se oponga a tal
idea de "salud" y "normalidad".[x]
El espacio de este texto no permite un desarrollo exhaustivo al
respecto, pero es importante señalar que esto ocurre con la mayor parte de
las praxis del campo psi actuales, entre ellas -aunque no las únicas- el
conductismo, el psicoanálisis del yo, la mayor parte del que defino como
psicoanálisis "domesticado" (el institucional y ortodoxo hegemónico, aunque
a veces in- dique lo contrario), prácticamente la totalidad de las ahora
crecientes terapias tipo light, etcétera.[xi]
Pero si hay quienes proponen la adaptación como criterio de
"salud mental", también hay otros para quien tal "normalidad" es una
clara ex- presión de psicopatología, designando como normópatas a los
individuos que se "adaptan a las normas impuestas por la clase dominante
de su sociedad y que jamás adoptan posturas independientes o rebeldes
cuando llega el caso".[xii]
2) Normativos
Una aclaración importante: todos los colectivos sociales actúan con base en
normas, pero mientras que las que· corresponden a los grupos mayoritarios
se definen como parte del anterior criterio estadístico-adaptativo, el criterio
normativo hace referencia a aquellos sectores que tienen otras diferentes,
sea en general o en algunos aspectos particulares. Es innecesario decir que
ante la cada vez mayor complejidad del mundo contemporáneo, existe una
proliferación de posturas normativas, aunque en gran cantidad de casos
lo es sólo en determinados aspectos, como variantes particulares en
algunos campos, pero compartiéndose en general el criterio estadístico-
adaptativo. Así, también sólo como ejemplo, quienes optan por una
preferencia sexual distinta a la mayoritaria, seguirán en este aspecto las
normas de su grupo de pertenencia sexual, pero pueden coincidir en otros
terrenos con lo "normal" general. Algo similar puede decirse respecto a
diferencias-coincidencias entre distintos sectores y clases sociales,
diversas zonas de un mismo país o incluso de una gran ciudad, sectores
laborales y religiosos, etcétera.
Si el criterio estadístico-adaptativo es clara expresión de la ideología
hegemónica de un marco social, lo mismo ocurre con este criterio, pero en
relación ya no con tal mayoría sino respecto de diferentes sectores
como los indicados. Y con mayor razón cuando ya no se trata de
situaciones concretas en que se expresan valores y comportamientos de un
grupo social determinado, sino con formulaciones teóricas acerca de lo que
es la "salud mental", donde se plantea lo que el ser humano debiera ser,
bordeando las buenas intenciones o la utopía. Es así que pueden
encontrarse centenares de ideas acerca de la "salud mental", algunas muy
genéricas como la pro- puesta en 1948 por un Congreso de higiene mental
en Londres, y de alguna manera cercana a la antes expuesta como
planteo ideal: "La salud mental consiste en el desarrollo óptimo de las
aptitudes físicas, intelectuales y emocionales del individuo, en cuanto no
contraríe el desarrollo de los otros individuos". Como dice Caruso:
3) Evolutivo genético
Organicismo o Biologicismo
Siempre existió la idea de que, de manera similar a lo que
ocurre con las enfermedades físicas, las mentales o psíquicas
surgen por deficiencias o afecciones en determinados
órganos corporales, lo que posteriormente es reforzado por
visiones "científicas" cuando se inicia la psiquiatría tradicional
con una perspectiva médica que en lo fundamental se
mantiene en un sector específico de la misma, aunque no en
todo ese campo. Indudable- mente en múltiples casos no puede
dudarse de la causalidad orgánica de muchas patologías
psíquicas, como son los casos (o pueden serlo) de grandes
déficits intelectuales (imbecilidad, idiocia,[xix] oligofrenias y
demencias), la Parálisis General Progresiva (PGP, con origen en una
patología medular que, muchos años después, puede derivar en una
psíquica), meningitis (por inflamación de la meninges y sus efectos), e
infinidad de cuadros más, algo aceptado incluso por los psicoanálisis,[xx]
aunque en otros casos pueden plantearse importantes diferencias con la
psiquiatría tradicional y negar tal causalidad orgánica a psicopatologías
consideradas de origen psíquico (casos de la esquizofrenia y la depresión
entre tantas otras), e incluso pensar que algunas enfermedades físicas
(asma, cáncer, epilepsia, etcétera) pueden tener en algunos casos una
etiología psíquica.
Psicologismo
Sea por sobrecompensación respecto a lo anterior -muchas veces la
reacción contra algo es pasando exageradamente a un extremo
opuesto- o por sí mismo, el psicologismo es lo mismo que el organicismo
pero con sentido
diferente: aquí las causas de todo son por factores psíquicos,
eliminándose toda responsabilidad orgánica o social, con
consecuencias también similares de no quererse ver las
responsabilidades de estos campos, y por tanto quitándoles sus
influencias sobre lo "sano" y lo "patológico". Es por
supuesto una tendencia que puede predominar sólo dentro del
campo psi (sería contradictorio que se diese en el médico o en el
sociológico) y de dos maneras:
a) viendo toda psico(pato)logía sólo desde perspectivas
psicológicas -desarrollo libidinal, resolución del Complejo de
Edipo, conflictos familiares, etcétera.[xxiii], sin incluir factores socio
históricos (como los que se indicarán más adelante) o posibilidad
de afecciones orgánicas causantes o incidentes en cada
problemática concreta;
b) transpolando el conocimiento psicológico o psicoanalítico al
campo social, interpretando aspectos de éste con herramientas
de aquellos: aunque como ejemplo extremo siempre se da el de
una muy conocida psicoanalista quien llegó a decir que el
capitalismo es la etapa anal de la sociedad proyectando a ésta
una realidad válida para el desarrollo psíquico individual, que no
tiene por qué ser equivalente al histórico; esto no es para nada
extraño dentro del mundo psi, donde se psicologiza
incorrectamente situaciones que deben ser vistas desde sus propios
marcos teóricos.
Sociologismo
Aquí el énfasis está colocado en los aspectos sociales, culturales,
políticos, económicos, etcétera, con reducción o negación de los
psicológicos y orgánicos. Y así como los casos anteriores son
expresión sobre todo de los campos médico y psicológico-psicoanalítico,
éste lo es del de las "ciencias" sociales que, o bien en múltiples casos
niegan o reducen la importancia de una realidad subjetiva que poco
conocen, o dicen reconocerla y aceptarla in realmente hacerlo. Es una
tendencia predominante tanto en posturas sociológicas tradicionales
como en el de un "marxismo" esquemático y mecánico (de tipo estalinista)
que reduce todo al campo social y, en el segundo caso, a la lucha de
clases y a la importancia de la "estructura" como determinante de la
"superestructura" (ideología, subjetividad, etcétera), por lo que poco o nada
tienen en cuenta los factores propios de cada individuo, su marco familiar,
etcétera, y a la clara dialéctica entre sujeto y sociedad .
Así, en esta perspectiva, las nociones de "salud" y "enfermedad" mental
siempre estarán determinadas por las características imperantes en
cada marco social, la lucha de clases, etcétera, dando escasa
incidencia a los aspectos particulares de cada persona.
Ya en el límite del espacio para este escrito, con el subtítulo busca decirse
lo planteado en el inicio: se trata sólo de un comienzo o introducción a
una problemática que por supuesto requiere de muchísimos más desarrollos
para cada uno de los puntos aquí planteados. Sobre todo para el aterrizaje
concreto de cada uno de ellos en la realidad específica que se vive en cada
situación socio histórica, que para el caso de la neoliberal, hoy hegemónica
en la mayor parte del mundo, fue hecha en un libro ya citado.[xlvii]
Una tarea tan difícil y compleja como fundamental a que no puede ni debe
renunciarse.
Bibliografía
[ii]Un texto muy exhaustivo sobre las múltiples concepciones a lo largo de la historia es
el de George Ro en, Locura y sociedad. Sociología histórica de la enfermedad mental,
Alianza Editorial, Madrid, 1974.
[iv] Cualquiera que conozca la actual situación mundial puede ver cómo hoy todo esto
se mantiene, aunque en muchos casos con justificaciones modernas: necesidad de
desarrollo y progreso, combate a la pobreza, apoyo para un mayor nivel cultural,
etcétera. Es evidente que tanto gran parte de los pueblos como muchos de los
intelectuales orgánicos de las naciones dominadoras actuales ven a las sociedades
dominadas y pobres con perspectivas similares a las de otrora. Es innecesario decir
que en esto Estados Unidos lleva la batuta.
[v]Franz Fanon, Los condenados de la Tierra, FCE, México, 1973, pp. 277 y ss., y en el
capítulo "Racismo y cultura" de Por fa Revolución Africana, FCE, México, 1975, p. 39.
[viii] Giovanni Jervis, Manual crítico de psiquiatría, Anagrama, Barcelona, 2a. ed., 1979,
pp.
69-70. Seguramente hoy puede discutirse la cerrada idea de "clase dominante" y más
bien hablar en plural ("clases dominantes"), culturas hegemónicas (con predominio de
tales clases), etcétera.
[ix] Es importante señalar aquí, lo planteado siempre en mis grupos, de que ver
psicopatología en un trimestre es simplemente imposible, lo que obliga a una visión harto
general y siempre incompleta; que todo interesado en el tema deberá continuar y
profundizar posteriormente: es algo así como ver una ciudad desde un avión, cuando para
conocerla es preciso recorrer sus calles. En prácticamente todas las carreras de
psicología del mundo entero, la psicopatología se ve en un año e incluso en más tiempo,
y el hecho de que en la UAM-X no exista un área de concentración en psicología clínica no
es una justificación, ya que el cono- cimiento de ella es imprescindible para el campo
psicosocial y el educativo. Claro que cambiar esta situación implicaría el aumento de
duración de la carrera, hoy muy corta: sólo de tres años para el campo psicológico
específico.
[x] La base conceptual de esto puede verse en un ejemplo paradigmático, escrito por uno
de los principales teóricos del funcional-estructuralismo sociológico en un capítulo
claramente titulado: "La conducta desviada y los mecanismos de control social", donde
desde el inicio del mismo destaca que "la dimensión desviación-conformidad era
inherente y central a toda la concepción de la acción social y, por ende, de los sistemas
sociales", existiendo siempre una "expectativa de conformidad con las exigencias de la
pauta", y complementariamente "implica la existencia de unos criterios comunes sobre lo
que es una conducta 'aceptable' o aprobada en algún sentido". Para que no haya dudas
refuerza tal posición al escribir que "a todas luces se aprecia que la concepción de la
desviación como una perturbación del equilibrio del sistema interactivo constituye la
perspectiva más importante en los análisis de los sistemas sociales ", Talcott Parsons, El
sistema social, Alianza Editorial, Madrid, 1982, pp. 237-305.
Véase un desarrollo mayor de todo esto en los libros de nota 1 y en mis artículos
[xi]
"La relación hombre-cultura: eje del psicoanálisis", en la revista Subjetividad y Cultura,
México, núm. 1, 1991; disponible en www.plazayvaldes.com/sycl/, reproducido en el
Apéndice de la 2a. edición del libro Normalidad, conflicto psíquico..., op. cit., y "Lo light, lo
domesticado y lo bizantino en nuestro mundo psi", en Subjetividad y Cultura, núm. 14,
México, 2000, y reproducido en el libro La salud mental. , op. cit.
[xiii] Igor Caruso, Psicoanálisis dialéctico, Paidós, Buenos Aires, 1964, p. 22.
[xiv]14 Nunca debe olvidarse que la noción de sexualidad tiene para Freud y el
psicoanálisis (en todas sus corrientes) una significación mucho más amplia y mayor
que en su sentido común y popular. Al respecto véase tal término en Laplanche y
Pontalis, Diccionario de Psicoanálisis, Labor, Barcelona, 1971 (las ediciones actuales
son de Paidós), p. 421.
[xv] La forma de escribir este término es por lo que se verá más adelante acerca de la
noción de conflicto psíquico, queriéndose expresar que ambos términos -psicología y
psicopatología- e encuentran entrelazados de distintas maneras en todos los sujetos.
[xvi]Esto se verá con mucho mayor detalle en el módulo, pero una idea general al
respecto puede verse en la parte II ("Salud, enfermedad y conflicto en psicoanálisis")
de mi libro. Normalidad, conflicto psíquico..., op. cit., y en el cuadro de la p. 180.
[xx]El uso del plural (los) y no el singular (el, como es usual) es porque hoy, y desde ya
hace bastante tiempo, esta escuela tiene una multiplicidad de corrientes que, aunque
con bases comunes , pueden tener grandes diferencias teóricas y prácticas entre sí.
Claro que, y como mucha veces ocurre en polémicas internas, cada una de estas
corrientes puede llegar a considerarse la verdadera y negar el carácter de psicoanálisis
a las otras.
[xxi] Aquí es imprescindible hacer dos aclaraciones. Una acerca del término psiquiatra,
que siempre es un profesional de la medicina dedicado a la psiquiatría, pero que luego
puede tomar diferentes caminos: lo es el que se mantiene en la postura organicista
indicada y como parte de la llamada "psiquiatría tradicional", pero también quienes con
base en tal formación médica luego tienen una formación psicoterapéutica o psicoanalítica
-recuérdese que hasta hace pocos años las instituciones psicoanalíticas ortodoxas
sólo aceptaban médicos en sus seminarios, y por tanto, de hecho todos los analistas
"oficiales" eran de por sí psiquiatras-,y por tanto, combinan de múltiples formas aspectos
médicos y psicológicos; un claro ejemplo de esta polisemia la hizo Franco Basaglia, uno
de los líderes de la llamada "antipsiquiatría", que rechazó este término porque, decía,
siendo psiquiatra no podía estar en contra de sí mismo, y consideraba seguir
siéndolo pese a las profundas y fundamentales críticas que hizo a la praxis
psiquiátrica tradicional (algo de lo cual se verá más adelante).
La segunda aclaración es en torno al uso de los psicofármacos: aunque éste no es posible
para los psicólogos -legalmente y por desconocimiento al respecto-, es imposible negar
su valor cuando se hace en los casos y circunstancias adecuadas, en muchos casos
como complemento de una psicoterapia o psicoanálisis. Pero esta problemática escapa
al presente texto.
[xxii]Es interesante señalar, aunque sólo sea al margen, que incluso un importante
sector del campo psicoanalítico puede caer en algo similar, aunque sea para explicar
algunas situaciones específicas de la realidad social y política: es el caso, reiterado en
esta época por causas conocidas (los ataques de Estados Unidos a Afganistán e
Irak), que las guerras son producidas por la pulsión de muerte, olvidando o
minusvalorando, los aspectos políticos y económicos que las producen.
[xxiii] Como un ejemplo entre tantos otros, cuando se dice que la militancia
guerrillera del hijo del gobernador de un estado en la Argentina de la década de
1970 fue por un Complejo de Edipo no resuelto. Si bien esto de manera alguna
puede ser desechado, tal conclusión debería ser producto de un análisis
concreto del caso v no especulación teórica genérica, y unida a las
circunstancias históricas específicas que se vivían en ese momento.
[xxvi]En torno a esto es importante señalar que una de las trampas de algunas
tendencias psicoanalíticas es enfatizar que el objeto de estudio del psicoanálisis es
el inconciente, algo incuestionablemente válido pero que no puede hacer olvidar que -
más allá de que algunas corrientes analíticas hoy plantean la incidencia de la cultura
sobre tal estrato psíquico-, los deseo inconscientes humanos se enfrentan a la
realidad social para su satisfacción, negación de ésta o caminos sustitutivos (más
adelante veremos un poco más sobre esto).
[xxix]La dictadura militar y sus medios de prensa las definían como las "Locas de Plaza
de mayo" porque denunciaban lo que ellos negaban, la detención y desaparición de
prisioneros políticos, algo luego demostrado categóricamente.
[xxxi]Véase un desarrollo mayor sobre esta época y una comparación con la actual en
mi ensayo "Proyectos, subjetividades e imaginarios de los 60 a los 90 en
Latinoamérica", Argumentos, estudios críticos de la sociedad, núms. 32-33, UAM-X,
México, 1999.
[xxxii] Una síntesis bastante amplia de las posturas generales y diferencias entre las
escuelas de esta corriente puede verse en la parte III, "Los planteas críticos del
movimiento de alter- nativas a la psiquiatría", del libro Normalidad, conflicto psíquico ... ,
op. cit., donde se encuentra una también amplia bibliografía de sus principales autores.
[xxxiv]Entre ellos los de Laplanche y Pontalis, op. cit., Pierre Fedida (Madrid,
Alianza Editorial, 3a. ed., 1988), el hecho bajo la dirección de Roland Chemama
(Amorrortu, Buenos Aires, 1998), el Diccionario del pensamiento kleiniano de R.D.
Hinshelwood (Buenos Aires, Amorrortu), el Diccionario de psicoanálisis de las
configuraciones vinculares coordinado por Car- los Pachuk y Rasia Friedler (Buenos
Aires, Del Candil), como tampoco en el "Índice alfa- bético por materias" del tomo
XXIV de las Obras completas de Freud de la edición de Amorrortu (tomada de la
inglesa Standard Edition).
[xxxix]39 Sigmund Freud, "El malestar en la cultura", en Obras completas, Buenos Aires,
Amorrortu Editores, tomo XXI; en la clásica edición española de Biblioteca Nueva,
Madrid, tomo III. Aunque no es éste el lugar para una discusión al respecto, es
importante señalar que de alguna manera este texto, como ningún otro, debe ser
considerado una Biblia, porque en gran medida Freud ve y ajusta la cultura a las
necesidades de su marco teórico, y por todo lo que en él falta para la comprensión de la
relación entre sujeto y sociedad.
H Sobre parte de esto gira mi artículo "Fantasías (tal vez delirantes) acerca de lo
[xlii]
que hoy diría Freud acerca de la sexualidad", en Isabel Jáidar Matalobos (Comp.),
Sexualidad: símbolos, imágenes y discursos, UAMX, México, 2001.
[xlv]Entre tantos otros escritos sobre esto, Emiliano Calende, De un horizonte incierto.
Psicoanálisis y salud mental en la sociedad actual, Paidós, Buenos Aires, 1997; María
Rojas y S. Sternbach, Entre dos siglos. Una lectura psicoanalítica de la posmodernidad,
Editorial Lugar, Buenos Aires, 1994; una síntesis sobre el problema en María Rojas,
"Patologías de fin de milenio", Subjetividad y Cultura, México, núm. 5, 1995.
jlgf56 en 16:59
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