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INSTITUTO DE

ENSEÑANZA EDU-PRO.

BIOLOGÍA

PROFESORA

JOSEFINA BENITEZ.

2º AÑO AZUL, 2019.

PROFESORA DE BIOLOGÍA, JOSEFINA BENITEZ 1


PROGRAMA ANALITICO.

EJE 1: LA CÉLULA Y LA TRANSFERENCIA DE ENERGÍA EN LOS SERES VIVOS

UNIDAD 1
La célula: Historia de la Teoría celular. Características y estructura de las células procariotas. Teoría
endosimbiótica. Características y estructuras de las células eucariotas. Célula animal, vegetal y fúngica.
Microscopia.

UNIDAD 2
Constituyentes químicos de los seres vivos. Nutrición celular. Membranas biológicas. Estructura y funciones.
Sistema de membranas. Transporte de membrana: transporte pasivo, activo y en masa. Uniones celulares.

EJE 2: EL ORGANISMO HUMANO: FUNCIONES DE NUTRICIÓN

UNIDAD 3
El cuerpo humano. Funciones del cuerpo. Anatomía y fisiología. El lenguaje de la anatomía. Los tejidos del
cuerpo. El sistema digestivo. Órganos y glándulas anexas. Procesos del sistema digestivo. Nutrición y
digestión. Nutrientes. Pirámide nutricional. Trastornos del sistema digestivo.

UNIDAD 4
El Sistema circulatorio. Tejido Sanguíneo: componentes. Hematopoyesis. Hemostasis. Vasos sanguíneos:
arterias, venas y capilares. Anatomía y fisiología del corazón. Circulación mayor y menor. Ciclo cardiaco.
Presión y tensión arterial. Grupos sanguíneos. Enfermedades relacionadas con el sistema. Sistema linfático.
Ganglios y vasos.

UNIDAD 5
El Sistema respiratorio. Anatomía y fisiología del sistema respiratorio. Mecánica respiratoria. Volúmenes y
capacidades. Respiración externa e interna. Enfermedades respiratorias.

UNIDAD 6
El Sistema excretor. Anatomía y fisiología del sistema excretor. Nefronas y formación de orina: filtración,
reabsorción y secreción. Micción. Características de la orina. Enfermedades relacionadas con el sistema. Las
glándulas sudoríparas y el sudor.

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PAUTAS PARA APROBAR LA MATERIA.

 Por cada trimestre se tomaran, como mínimo, dos (2) evaluaciones escritas. No hay instancia de
recuperatorio. Previo a finalizar el cuatrimestre se realizara una evaluación integradora, para todos los
alumnos, ya sea que hayan aprobado o no las evaluaciones anteriores, y todas las notas se
promediaran como parte de la nota final.
 Entrega en tiempo y forma de los trabajos prácticos, grupales o individuales.
 Entrega en tiempo y forma de las actividades de clases, las tareas y/o guías de estudio que se realicen
a lo largo del año lectivo.
 Se tendrá en cuenta la participación en clases, el respeto hacia los compañeros, docente y el espacio
físico en el que se trabaja, tanto como el cuidado y correcto manejos del material bibliográfico, biológico,
etc.
 Se fomentara la utilización del lenguaje adecuado y específico de la materia.
 Los lunes, en particular, se realizaran pequeños exámenes, escritos u orales, los que influirán en la
nota final del trimestre.
 Cada alumno deberá ser poseedor del material bibliográfico empleado por la docente.

Profesora de Biología: Josefina Benitez.

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UNIDAD

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LA CÉLULA

Descubriendo células.
Parece ser que la vida emergió hace, al menos, 3.800 millones de años, aproximadamente 750 millones
de años después de que se formara la Tierra. Cómo se originó la vida y cómo la primera célula se convirtió en
un ser son cuestiones de especulación, puesto que estos acontecimientos no pueden reproducirse en el
laboratorio. No obstante, diferentes tipos de experimentos han proporcionado evidencias importantes sobre
algunos pasos del proceso.
Como las células son muy pequeñas, no se supo de ellas hasta la invención del microscopio, a mediados
del siglo XVII. Casi todas las células son tan pequeñas que son invisibles a simple vista. Nadie sabía que
existían hasta que se inventaron los primeros microscopios a fines del siglo XVI. Los primeros microscopios
no eran muy complejos. Hans y Zacharias Janssen, dedicados a fabricar lentes, descubrieron que los objetos
se ven grandes (se amplifican) al verlos a través de una serie de lentes. Padre e hijo fabricaron el primer
microscopio compuesto (que usa múltiples lentes) en 1590, al montar dos lentes de vidrio dentro de un tubo.
Dada la simplicidad de sus instrumentos, resulta sorprendente que los pioneros en microscopía hayan
observado tantas cosas. Antoni van Leeuwenhoek, comerciante de telas holandés, tenía particular destreza
para construir lentes y posiblemente su vista era muy buena. A mediados de 1600, se dedicó a observar el
mundo microscópico del agua de lluvia, insectos, telas, los espermatozoides, las heces; esencialmente,
cualquier muestra que pudiera observar con su microscopio (fi gura 4.3a). Quedó fascinado por los diminutos
organismos que veía moviéndose en muchas de sus muestras. Por ejemplo, al raspar el sarro de sus dientes
y examinarlo, Leeuwenhoek detectó “muchos animáculos muy pequeños, cuyos movimientos resultan muy
agradables de observar”; (de manera incorrecta) asumió que el movimiento definía a la vida, y (de manera
correcta) concluyó que las “bestiecillas” que se movían estaban vivas. Quizá a Leeuwenhoek le agradaba
tanto observar a estos animáculos porque no comprendía las implicaciones que esto tenía: el mundo y nuestro
cuerpo está lleno de vida microbiana.
Robert Hooke, contemporáneo de Leeuwenhoek, agregó otro lente que permitió que el microscopio fuera
más fácil de emplear. Muchos de los microscopios que se usan en la actualidad aún se basan en este diseño.
Hooke amplificó un pedazo de corcho cortado finamente procedente de un árbol maduro, y detectó diminutos
compartimientos (fi gura 4.3b) a los cuales les dio el nombre de “cell” (celdas: pequeñas cámaras donde vivían
los monjes) y de ahí se derivó el término “célula”. En realidad eran células muertas de las plantas, que es lo
que constituye el corcho, pero Hooke no creía que estuviesen muertas porque ni él ni sus contemporáneos
sabían que las células estaban vivas. Él observó células “llenas de jugos” en los tejidos de plantas verdes,
pero no comprendió que estaban vivas.

Surgimiento de la teoría celular.


Al llegar la década de 1820, gracias a los lentes tan mejorados, las células pudieron observarse mejor.
Robert Brown, un botánico, fue el primero en identificar el núcleo de una célula vegetal.
En 1838, el botánico alemán Matthias Schleiden propuso la hipótesis de que una célula vegetal es una
unidad viva independiente, aunque forma parte de una planta. Schleiden comparó notas con el zoólogo
Theodor Schwann, y ambos llegaron a la conclusión de que los tejidos de los animales y de los vegetales
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están formados de células y sus productos. En conjunto, estos dos científicos reconocieron que las células
tienen vida propia, aunque forman parte de un cuerpo multicelular.
En 1855, otro avance se dio gracias al fisiólogo Rudolf Virchow, quien estudió cómo se reproducen las
células, es decir, cómo se dividen en células descendientes. Él comprendió que cada célula descendía de otra
célula viva. Ésta y muchas otras observaciones dieron lugar a cuatro generalizaciones que en la actualidad
constituyen la teoría celular:
1. Todo organismo consta de una o más células.
2. La célula es la unidad estructural y funcional de todos los organismos. La célula es la unidad más
pequeña con vida y ésta vive individualmente, aunque forme parte de un organismo multicelular.
3. Todas las células vivas provienen de la división de otras células preexistentes.
4. Las células contienen material hereditario que transmiten a sus descendientes durante la división
celular.
La teoría celular, propuesta por primera vez en 1839 por Schwann y Schleiden, y revisada posteriormente,
sigue constituyendo el fundamento de la biología moderna. Sin embargo, no siempre fue así. Esta teoría
constituyó una nueva interpretación radical de la naturaleza que subrayaba la unidad de los seres vivos. Como
ocurre con cualquier teoría científica, permanecía abierta (y siempre lo estará) a revisión en caso de que los
nuevos datos no la apoyen.

¿Qué nos enseña la teoría celular?


En base a la teoría celular, podemos decir que la célula es la unidad funcional y estructural de todos los
seres vivos. Funcional, porque una sola célula es capaz de realizar las funciones vitales por sí misma, y
estructural dado que es el componente esencial de todos los seres vivos, ya sean unicelulares: compuestos
por una sola célula, como las bacterias, o sean multicelulares o pluricelulares: aquellos organismos
formados por muchas células, como por ejemplo, un alga, un perro, los seres humanos, etc.
Todos los seres vivos, desde las bacterias microscópicas al cuerpo humano, están compuestos por
células. Si bien una bacteria consta de una sola célula relativamente simple, el cuerpo humano tiene billones
de células complejas, especializadas en una enorme variedad de funciones. Para sobrevivir, las células deben
obtener energía y nutrientes de su entorno, sintetizar proteínas y otras moléculas necesarias para crecer y
repararse, y eliminar los desechos. Muchas células deben interactuar con otras. Para asegurar la continuidad
de la vida, las células también deben reproducirse, proceso que permite que se trasmita el material genético
o hereditario, de generación a generación.

ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LAS CÉLULAS.

Tipos de células: procariotas y eucariotas.


Para facilitar su estudio, en Biología, las células se suelen clasificar en dos grandes grupos atendiendo a
sus características particulares. Así podemos diferenciar entre:

Células PROCARIOTAS: cuya principal característica es que no presentan un núcleo definido.

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Células EUCARIOTAS: cuya principal característica es que sí presentan un núcleo definido. Dentro
de este tipo celular podemos, a la vez, diferenciar al menos tres tipos diferentes:

Células de tipo ANIMAL (de los animales).


Células de tipo VEGETAL (de los vegetales).
Células de tipo FÚNGICA (de los hongos).

Las células se dividen en dos clases principales, inicialmente definidas según contengan o no núcleo.
Las células procariotas (bacterias y arqueas) carecen de envoltura nuclear; las células eucariotas
presentan un núcleo donde el material genético está separado del citoplasma. Las células procariotas son
generalmente más pequeñas y simples que las células eucariotas; además de la ausencia de núcleo, sus
genomas son menos complejos y no contienen orgánulos citoplasmáticos (tabla 1.1). Al margen de estas
diferencias, los mismos mecanismos moleculares básicos gobiernan las vidas de procariotas y eucariotas,
indicando que todas las células presentes hoy descienden de un ancestro primordial único.

CÉLULAS PROCARIOTAS.
La palabra procarionte significa “antes del núcleo”, lo cual nos recuerda que los primeros procariontes
evolucionaron antes que los primeros eucariontes. Los procariontes son unicelulares, y como grupo
constituyen las forma de vida más pequeñas y de mayor diversidad metabólica conocidas. Los procariontes
habitaron en etapa temprana en casi todos los entornos de la Tierra, incluyendo algunos sitios sumamente
hostiles.
Pese a su diversidad, todas las células (incluidas las bacterias y arqueas procariontes, las eucariontes
protistas, hongos, vegetales y animales) comparten elementos comunes, con la gran diferencia de que los
orgánulos de células procariotas no están rodeados de membranas.

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Normalmente las células procariotas son más
pequeñas que las células eucariotas. En efecto, el
diámetro promedio de la célula procariota es sólo de
aproximadamente 1/10 del diámetro promedio de la
célula eucariota. En las células procariotas, el ADN se
encuentra en una región limitada de la célula llamada
área nuclear. A diferencia del núcleo de la célula
eucariota, el área nuclear no está encerrado por una
membrana (figura 1-1). El término procarionte, que
significa “antes del núcleo”, se refiere a esta
importante diferencia entre las células procariotas y
las eucariotas. En las células procariotas tampoco
existen otros tipos de orgánulos internos encerrados
por una membrana. Al igual que las células
eucariotas, las procariotas tienen una membrana
plasmática que rodea la célula. La membrana
plasmática delimita el contenido de la célula a un
compartimento interno. La membrana plasmática de
todas las bacterias y arqueas controla selectivamente
la sustancia que se desplaza hacia el citoplasma y Figura 1-1 Estructura de una célula procariota
Esta imagen obtenida con MET muestra un fino
procede de él, como ocurre en las células
corte longitudinal de una bacteria Escherichia coli.
eucariontes. La membrana plasmática está llena de
transportadores y receptores; y también incorpora proteínas que efectúan procesos metabólicos importantes.
En algunas células procariotas, la membrana plasmática puede plegarse hacia el interior para formar un
complejo de membranas en el que tienen lugar las reacciones metabólicas de la célula. Por ejemplo, la
membrana plasmática de las bacterias fotosintéticas tiene conjuntos de proteínas que capturan la energía
luminosa y la transforman en energía química del ATP, el cual se emplea para sintetizar azúcares.
Así mismo, la mayoría de las células procariotas tienen una pared celular rígida que rodea la membrana
plasmática de casi todos los procariontes. Las sustancias disueltas atraviesan con facilidad esta capa
permeable de camino hacia la membrana plasmática o procedente a ella. La pared celular de la mayoría de
las bacterias consta de peptidoglicano, el cual es un polímero que contiene péptidos entrecruzados y
polisacáridos. La pared de la mayoría de las arqueas consta de proteínas. Algunos tipos de células eucariontes
(como las células vegetales) también tienen pared, aunque estructuralmente son diferentes de las paredes de
las células procariontes.
Los polisacáridos pegajosos forman una capa resbalosa o cápsula en torno a la pared de muchos tipos
de bacteria. Esta capa pegajosa ayuda a las células a adherirse a muchos tipos de superficies (como hojas
de espinaca y carne), y también las protege de los depredadores y las toxinas. La cápsula puede proteger a
las bacterias patógenas (causales de enfermedad) de las defensas del huésped. Proyectándose más allá de
la pared de muchas células procariontes, se observan uno o más flagelos: fibras largas que se proyectan
desde la superficie de la célula. Los flagelos de procariotas, que funcionan como propulsores, son importantes
en la locomoción. Su estructura es diferente a la de los flagelos que se encuentran en las células eucariotas.

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Algunas procariotas también tienen proyecciones pilosas llamadas fimbrias, que utilizan para adherirse entre
sí o a las superficies celulares de otros organismos.
El citoplasma de los procariontes contiene miles de ribosomas, estructuras sobre las cuales se sintetizan
los polipéptidos. El cromosoma único de la célula procarionte, que es una molécula de ADN circular, está
ubicado en una región de forma irregular llamada nucleoide. La mayoría de los nucleoides no están
circundados de membrana. Muchos procariontes también presentan plásmidos en su citoplasma. Estos
pequeños círculos de ADN llevan algunos genes (unidades de la herencia) que pueden conferirles ventajas,
como resistencia a los antibióticos.
Otro aspecto intrigante: se tiene evidencia de que todos los protistas, plantas, hongos y animales
evolucionaron a partir de algunos tipos de procariontes antiguos. Por ejemplo, el plegamiento de una parte de
la membrana plasmática de las cianobacterias hacia el interior del citoplasma. Los pigmentos y otras
moléculas que efectúan la fotosíntesis están embebidos en la membrana, del mismo modo que en la
membrana interna de los cloroplastos, los cuales son estructuras especializadas para la fotosíntesis en las
células eucariontes.
El material denso al interior de la célula bacteriana contiene ribosomas, pequeños complejos de ácido
ribonucleico (ARN) y proteína, que sintetizan los polipéptidos de la célula. Los ribosomas de las células
procariotas son más pequeños que los de las células eucariotas. Las células procariotas también contienen
gránulos de almacenamiento que a su vez tienen glucógeno, lípidos y compuestos fosfatados.
En la tabla 1 que continúa podrás encontrar una breve descripción sobre cada uno de los principales
constituyentes de este tipo celular.

ESTRUCTURA DESCRIPCIÓN
Básicamente es el material hereditario de la célula. Normalmente es una
Nucleoide sola molécula de ADN que se encuentra disperso en el citoplasma unido
a un mesosoma o pliegue de la membrana plasmática.

Son los orgánulos encargados de la síntesis o formación de las proteínas


Ribosomas de la célula. En la imagen de la célula procariota se observan como
pequeños puntos.

Son moléculas de ADN pequeñas, que se pueden encontrar en algunas


Plásmidos
células procariotas, dispersas en el citoplasma.

Es el medio interno de la célula, delimitado por la membrana plasmática.


Citoplasma Es una solución acuosa donde encontramos diferentes compuestos
como las proteínas.

Es la estructura que rodea a todas las células. Tiene una constitución


Membrana plasmática básica muy parecida en todos los tipos celulares. Básicamente consta de
una bicapa de fosfolípidos con proteínas y azúcares asociados.

Pared celular Gran parte de las células procariotas presentan por fuera de la
membrana plasmática una estructura más rígida a la que se denominada

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pared celular. Sus funciones principales son las de brindar protección y
dar forma a las células.

Esta es una estructura que no todas las células presentan. Se ubica por
fuera de la pared celular y está conformada por algunas sustancias
Cápsula
mucilaginosas. Su función principal es impedir el ingreso de sustancias
tóxicas a la célula.

Estas estructuras son apéndices que permiten que las células que los
Flagelos
poseen se puedan movilizar en el medio en que viven.

Son estructuras, a modo de pelos, que intervienen en la adherencia de


Fimbrias
las células a las superficies.

Tabla 1 – Componentes células procariotas

La división celular en los procariotas


Los procariontes, entre ellos las bacterias, se propagan por fisión binaria. Los organismos unicelulares
únicamente son capaces de producir nuevos individuos a través de la división celular. Tanto en las células
procariotas como en las eucariotas el resultado de la reproducción celular es un par de células hijas que son
genéticamente idénticas a la célula parental; las células hijas son individuos.

Para que se produzcan dos células hijas idénticas se deben realizar una serie de procesos: el ADN
genómico se debe replicar y distribuir en las células hijas; y el contenido citoplasmático se debe dividir para
que ambas células tengan la maquinaria necesaria para mantenerse vivas. En las células bacterianas el
genoma consta de un solo cromosoma circular de ADN, por lo que el proceso de división celular es mucho
más simple; en este caso la mitosis no es necesaria, ya que no existe núcleo ni cromosomas múltiples. A este
tipo de división se le conoce como fisión binaria (figura 1-2).

Fisión binaria
Se denomina así al proceso de división celular en los
procariontes; ésta es mucho menos complicada y mucho
más rápida que la división celular en eucariontes. Debido
a la velocidad de la división celular en bacterias, sus
poblaciones pueden crecer muy rápidamente. El ADN
en el cromosoma circular de las bacterias no está
contenido en un núcleo, pero sí ocupa una región
específica dentro de la célula, el nucleoide. Al igual que en
los eucariontes el ADN del nucleoide está asociado con
proteínas que ayudan a comprimir la molécula de Figura 1-2– Bacteria en división ADN
para que ésta tenga un tamaño más pequeño; las proteínas
"compactadoras" presentes en los procariontes están emparentadas con las proteínas de compactación de
los eucariontes.

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El punto inicial, origen, de la fisión binaria se encuentra en una zona muy cercana al lugar de anclaje del
cromosoma a la membrana plasmática. La replicación del ADN es bidireccional y se mueve alejándose del
origen en ambas hebras de ADN, simultáneamente. En la medida en que se forman las nuevas hebras, el
punto de origen se aleja del anclaje a la pared celular, hacia los extremos opuestos de la célula; conforme la
célula se alarga el crecimiento de la membrana ayuda en el transporte de los cromosomas. Una vez que los
cromosomas se han alejado del punto central de la célula agrandada, comienza la separación del citoplasma.
En este momento se forma un septo entre los nucleoides, de la periferia hacia el centro de la célula, y cuando
las paredes de la nueva célula están en su lugar las células hijas se separan.

La alimentación en los procariotas


Todos los seres vivos son capaces de llevar a cabo reacciones químicas y organizar las moléculas en
estructuras que generalmente poseen un esqueleto carbonado. Si bien los tipos y la cantidad de nutrientes
que necesita un organismo pueden variar, todos necesitamos agua, una fuente de carbono y energía.
De acuerdo con los requerimientos nutricionales básicos, encontramos diferentes categorías. En cuanto a
la fuente de energía utilizada, los organismos que utilizan la luz se denominan fotótrofos y los que obtienen
la energía a partir de la oxidación de compuestos químicos se llaman quimiótrofos. Del mismo modo, como
fuente de carbono, los organismos pueden utilizar compuestos inorgánicos, como el CO2; estos organismos
se denominan litótrofos. Si utilizan compuestos orgánicos (como la glucosa) se denominan organótrofos.
Por otra parte, se diferencian organismos que son capaces de sintetizar las moléculas orgánicas necesarias
a partir de sustancias inorgánicas simples (como H2O, CO2 y NH3), y de alguna fuente de energía como la
luz solar; a estos organismos se los conoce como autótrofos, en contrapartida con los heterótrofos cuyos
compuestos orgánicos derivan de los procesos anabólicos de otros seres vivos. Así por ejemplo podemos
encontrar procariotas: quimioorganótrofos, quimiolitótrofos o fotolitótrofos.

EL ORIGEN DE LOS EUCARIOTAS


Un paso crítico en la evolución de las células eucariotas fue la adquisición de orgánulos subcelulares
encerrados por membranas, permitiendo el desarrollo de la complejidad característica de estas células. Los
orgánulos de los eucariotas se cree que han surgido por endosimbiosis —una célula viviendo en el interior
de otra—. En concreto, los orgánulos eucarióticos se cree que han evolucionado a partir de células procariotas
que vivían en el interior de los ancestros de los eucariotas. La hipótesis de que las células eucariotas
evolucionaron por endosimbiosis está especialmente bien apoyada con los estudios de las mitocondrias y los
cloroplastos, los cuales se cree que han evolucionado desde bacterias que vivían en células grandes. Tal
parece que los cloroplastos evolucionaron a partir de bacterias fotosintéticas (cianobacterias) que vivieron
dentro de células heterótrofas más grandes, mientras se presume que las mitocondrias evolucionaron a
partir de bacterias aerobias (acaso antiguas bacterias púrpuras) que vivieron dentro de células anaerobias
más grandes. Por ende, las primeras células eucariotas eran ensamblajes de procariotas que antes tenían
vida libre.

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Las mitocondrias y los cloroplastos tienen un tamaño similar al de las bacterias, y como ellas, se
reproducen mediante fisión binaria. Lo más importante es que las mitocondrias y los cloroplastos contienen
su propio ADN, que codifica algunos de sus componentes. El ADN de las mitocondrias y cloroplastos se replica
cada vez que el orgánulo se divide, y los genes que contiene se transcriben dentro del orgánulo y se traducen
en los ribosomas de este. Por lo tanto, las mitocondrias y los cloroplastos contienen sus propios sistemas
genéticos, que son diferentes del genoma nuclear de la célula. Además, los ribosomas y los ARN ribosómicos
de estos orgánulos están más relacionados
con los bacterianos que aquellos codificados
por los genomas nucleares de los eucariotas.
La hipótesis de la endosimbiosis, fue
propuesta por Lynn Margulis y colaboradores.
(Endo significa dentro y simbiosis significa vivir
juntos.) El simbionte vive toda su vida dentro
del huésped, interacción que es mutuamente
benéfica para ambos. Los eucariotas surgieron
a partir de los procariotas. Recuerde que las
células arqueas y bacteriales carecen de
envolturas nucleares, así como de otros
organelos membranosos como mitocondrias y
cloroplastos. ¿Cómo surgieron estos
organelos? De acuerdo con la hipótesis de
endosimbiosis en serie, los organelos como
mitocondrias y cloroplastos pudieron originarse
a partir de relaciones simbióticas mutuamente
ventajosas entre dos organismos procariotas.
¿Qué significa todo esto? A comienzos de
la historia de la vida, las células se alimentaban mutuamente unas de otras. Algunas células tragaban a otras
y las digerían, proceso que recibe el nombre de fagocitosis. En algunos casos, la célula engullida lograba
sobrevivir dentro del depredador o huésped, sintiéndose protegida y contaba con un amplio suministro de
nutrientes del citoplasma del huésped. Al Igual que él, continuaba dividiéndose y reproduciéndose. Entre estos
dos organismos evolucionó una relación mutualista, en la que cada uno aportó algo al otro. Con el tiempo, el
endosimbionte perdió la capacidad de existir afuera de su huésped y la célula huésped perdió la capacidad
para sobrevivir sin su endosimbionte. Esta hipótesis estipula que cada uno de estos socios aportó a la relación
algo que le hacía falta al otro. Por ejemplo, las mitocondrias brindaron la habilidad para realizar la respiración
aeróbica de la que carecía la célula huésped anaerobia original. Los cloroplastos brindan la habilidad para
usar una fuente de carbono simple (CO2) para producir las moléculas orgánicas necesarias. La célula huésped
brinda a los endosimbiontes un ambiente seguro y materias primas o nutrientes.

CÉLULAS EUCARIOTAS.
El término eucariota significa “núcleo verdadero”. Todas las células eucariontes, (protistas, vegetales y
animales) iniciaron la vida con un núcleo. Eu significa verdadero y karyon, significa núcleo y se refiere a éste.
Un núcleo es un tipo de organela: estructura que lleva a cabo una función especializada dentro de la célula.

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Muchas organelas, en particular las de las células eucariontes, están rodeadas de membrana. Como todas
las membranas celulares, las que rodean las organelas controlan el tipo y la cantidad de sustancia que las
atraviesan. Dicho control, mantiene un entorno interno especial que permite que la organela lleve a cabo su
función específica. Dicha función puede ser aislar algún producto tóxico o sustancia sensitiva del resto de la
célula, transportar alguna sustancia a través del citoplasma, mantener el balance de líquidos, o suministrar un
entorno favorable para una reacción que no podría ocurrir en el citoplasma de otro modo.
Del mismo modo que las interacciones entre los sistemas de órganos mantienen al cuerpo animal
funcionando, las interacciones entre las organelas mantienen a la célula funcionando. Las sustancias van de
un tipo de organela a otro y hacia la membrana plasmática y regresan de ella. Algunas vías metabólicas se
realizan en una serie de organelas distintas.
La organización de las células y su reducido tamaño les permite mantener la homeostasis, es decir un
entorno interno apropiado. Las células experimentan cambios constantes en su entorno, como las
fluctuaciones en la concentración de sales, pH y temperatura, por tanto deben actuar continuamente para
restablecer y mantener las condiciones internas que hacen posible el funcionamiento de sus mecanismos
bioquímicos. Para que la célula pueda mantener la homeostasis, su contenido debe estar separado del entorno
exterior. La membrana plasmática es una estructura distintiva que rodea la superficie de todas las células,
haciendo de cada una de ellas, un compartimento cerrado, cuya composición química es diferente de la del
espacio exterior. Esta membrana funciona como una barrera selectiva entre el contenido celular y el entorno
exterior. Las células intercambian materiales con el entorno, pueden acumular las sustancias que necesitan y
almacenar energía.
Aunque sus tamaños varían dentro de un amplio intervalo, la mayoría de las células son microscópicas
y se deben medir en unidades muy pequeñas. El micrómetro (μm) es la unidad más idónea para medir células.

FIGURA: Tamaño biológico y diversidad celular Se puede comparar el tamaño relativo desde el nivel químico hasta el
nivel de organismo utilizando una escala logarítmica (en múltiplos de 10). La longitud de las células procariotas, en la
mayoría de las bacterias oscila normalmente entre 1 y 10 μm de longitud. La mayoría de las células eucariotas alcanza

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entre 10 y 30 μm de diámetro. Las mitocondrias tienen aproximadamente el tamaño de las bacterias más pequeñas,
mientras que los cloroplastos en general son más grandes, con unos 5 μm de longitud. Los óvulos están entre las células
más grandes. Aunque microscópicas, algunas células nerviosas son muy largas. Las células que se muestran aquí no
están dibujadas a escala.

Componentes de las células Eucariotas.


Los primeros biólogos pensaron que las células estaban constituidas por una masa gelatinosa
homogénea que llamaron protoplasma. El microscopio electrónico y otras herramientas de investigación
modernos, han permitido ampliar mucho la percepción que se tiene del medio intracelular. Ahora se sabe que
la célula es compleja y está altamente organizada. Se conocen tres tipos de células eucariotas, con leves
diferencias entre ellas, la célula animal, la célula vegetal y la célula fúngica. (Figuras 1-3,1-14, 1-18).
Los biólogos llaman a la parte de la célula por fuera del núcleo citoplasma, y la parte de la célula dentro
del núcleo nucleoplasma. Dentro del fluido que compone el citoplasma, llamado citosol, están suspendidos
varios orgánulos. El término citoplasma incluye tanto el citosol como a todos los otros orgánulos a excepción
del núcleo. Los numerosos orgánulos especializados de las células eucariotas son unas de las razones por
las que estas células pueden ser más grandes que las procariotas. Las células eucariotas también difieren de
las procariotas en que tienen un armazón de soporte o citoesqueleto, importante para mantener la forma
celular y transportar materiales dentro de ella.
El orgánulo más grande y prominente de las células eucariotas es el núcleo, con un diámetro aproximado
de 5 μm. El núcleo contiene la información genética (ADN) de la célula, que en los eucariotas se encuentra
organizada de forma linear en lugar de moléculas de ADN circular como en las procariotas.
Además de un núcleo, las células eucariotas contienen una variedad de orgánulos delimitados por
membranas dentro del citoplasma, los que permiten a las células eucariotas funcionar con eficiencia. Algunos
de estos orgánulos son: las mitocondrias, los ribosomas, los lisosomas y peroxisomas, el retículo
endoplasmático y el aparato de Golgi.
Algunos orgánulos sólo están presentes en células especializadas. Por ejemplo, los cloroplastos,
estructuras que atrapan la luz del Sol para convertirla en energía, se encuentran sólo en células que realizan
la fotosíntesis, como determinadas células vegetales o de algas. La mayoría de las bacterias, hongos y células
vegetales están rodeadas por una pared celular externa a la membrana plasmática, que se compone de
diferentes sustancias, es decir que en las células bacterianas la pared celular está compuesta de
peptidoglicanos, en la de los hongos de quitina y en las vegetales de celulosa. Las células vegetales
también contienen vacuolas grandes rodeadas de membrana.

CÉLULAS EUCARIOTAS ANIMALES


En este tipo de células se destaca que, a diferencia de las células procariotas, aquí se observa claramente
la presencia de un núcleo rodeado por la envoltura nuclear y la célula presenta organelas o compartimentos
que permiten aislar, del resto del citoplasma, algunos procesos que la célula lleva a cabo (figura 1-3).

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Figura 1-3 - Esquema de una célula eucariota animal

Membrana plasmática: como vimos en las células procariotas, esta es una estructura continua que rodea,
limita y protege a la célula (figura 1-4). En el caso de las células eucariotas contribuyen a la formación de
compartimientos o sectores aislados dentro de la célula. Entre otras de sus funciones podemos mencionar
que las membranas permiten la recepción de mensajes químicos, contribuye al mantenimiento de la forma
celular y regula el transporte de sustancias desde y hacia adentro de la célula, actúa como barrera selectiva
semipermeable, además asegura la unión y comunicación entre célula, y también interviene en la movilidad
celular, entre otras funciones también importantes.

Figura 1-4 - Esquema representativo de la membrana plasmática

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Esta diversidad de funciones se hace posible gracias a distintas sustancias que constituyen su compleja
estructura. Actualmente se explica la estructura de la membrana mediante el llamado modelo de mosaico
fluido. Ya que las estructuras que la componen semejan un mosaico en movimiento. Dentro de las sustancias
fundamentales que las componen, se destaca que la conforma una capa doble de fosfolípidos, con proteínas
adosadas a su superficie e incrustadas entre estos fosfolípidos. También posee hidratos de carbono asociados
a su superficie externa que cumplen variadas funciones y forman el llamado glucocalix (figura 1-5).

Figura 1-5 – Modelo de membrana basado en el modelo de mosaico fluido.

Núcleo: constituye el centro de control de la célula, esto debido a que contiene toda la información para
su funcionamiento. Tiene la función de almacenar el material genético hereditario, dirigir la síntesis o
construcción de las proteínas y la división o reproducción celular. Si observas la figura 9 observarás que el
núcleo es en sí una estructura compleja en la que pueden identificarse diferentes partes. A continuación las
describiremos brevemente:

Figura 1-6 – Estructura del núcleo

Envoltura nuclear o carioteca: delimita al núcleo y se encuentra formada por dos membranas
concéntricas, una interna y otra externa que en algunos sectores se unen formando poros que
comunican el interior del núcleo con el citoplasma. Por lo general la membrana externa del núcleo se
continúa con la membrana del retículo endoplasmático rugoso.

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Nucleoplasma o matriz nuclear: es el medio interno del núcleo donde se encuentran el resto de los
componentes nucleares y presenta numerosas enzimas que intervienen en distintos procesos
metabólicos y en la síntesis de los ácidos nucleicos (ADN y ARN).
Nucléolo: es una masa densa y generalmente esférica, puede ser único o puede haber varios. Está
formado por dos zonas, interna de aspecto fibrilar que contiene ADN y otra granular que rodea a la
anterior y contiene ARN y proteínas. En él se sintetiza el ARN ribosómico.
Cromatina: es una zona formada por las moléculas de ADN presentes en el núcleo celular, que se
encuentran unidas a unas proteínas llamadas histonas. Se encuentra distribuida por todo el núcleo y
puede presentarse con diferentes grados de condensación. Cuando alcanza su máximo grado de
condensación forma los cromosomas.

Citoplasma: este compartimento incluye el material presente entre la membrana plasmática y la envoltura
nuclear. Se encuentra dividido en dos partes, el citosol y los orgánulos membranosos.
El citosol es el verdadero medio intracelular. Representa alrededor del 50% del volumen total del citoplasma
y consiste principalmente en agua con iones disueltos, moléculas pequeñas y macromoléculas solubles en
agua. El él también se encuentran los dispersos los ribosomas y el citoesqueleto.

Citoesqueleto: esta estructura celular está formada por proteínas fibrosas que se encuentran como
mencionamos párrafos arriba están en el citosol. Al igual que nuestro esqueleto tiene como función mantener
la forma de la célula. También actúa anclando a las organelas y moviendo partes de la célula en los procesos
de crecimiento y movimiento interno.
Está formado por tres tipos de fibras: los microtúbulos, los filamentos intermedios y los microfilamentos
(figura 1-7).

Figura 1-7 – Conformación del citoesqueleto

Los microtúbulos son los más gruesos y están formados por subunidades de una proteína llamada
tubulina, además de las funciones mencionadas del citoesqueleto también forman los centriolos. Por su parte,
los filamentos intermedios, como su nombre lo indica, tienen un diámetro menor que los microtúbulos. Estos
filamentos proporcionan resistencia a la célula, intervienen en la estructura de la membrana nuclear y pueden
irradiar desde esta para asociarse con los microtúbulos. Por último, los microfilamentos, son las fibras más

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delgadas del conjunto. Están formados por subunidades de una proteína llamada actina y entre sus funciones
participan en el mantenimiento de la forma celular.
Centriolos: como dijimos párrafos arriba, estas estructuras
son un conjunto de microtúbulos (figura 1-8). En este caso los
microtúbulos se organizan constituyendo cilindros huecos
abiertos en sus extremos. Cada centriolo está formado por
nueve unidades donde cada una está compuesta por tres
microtúbulos fusionados entre sí. Los centriolos se encuentran
de a pares dentro de la célula. Se disponen de forma
perpendicular entre sí. Están ubicados cerca del núcleo y sólo
están presentes en las células animales. La función de los
centriolos es la de organizar el huso acromático
Figura 1-8 - Centriolos
durante las divisiones celulares, también son el origen
de los cilios y flagelos en células eucariotas.

Ribosomas: Como mencionamos, estas estructuras están presentes en las células procariotas y de igual
forma lo están en las células eucariotas, difiriendo tan solo en su tamaño. A diferencia de las células
procariotas se los puede encontrar libres en el citoplasma o adheridos a las paredes del retículo
endoplasmático. Estructuralmente están formados por dos subunidades: una subunidad mayor y una menor,
cada una de ellas formadas por moléculas de ARN ribosomal que se unen a varias moléculas de proteínas.
Su función es la misma que en las procariotas, participan de la síntesis o formación de las proteínas.

Figura 1-9 – Estructura de los ribosomas

Retículo endoplasmático: es una estructura membranosa, tridimensional, que está compuesta por un
sistema de sacos aplanados, tubos y cisternas que se interconectan entre sí. Generalmente se interconecta
con la envoltura nuclear a través de sus espacios internos. Este sistema puede ocupar gran parte de la célula
distribuyéndose incluso por todo el citoplasma (figura 1-10).

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Figura 1-10 – Retículo endoplasmático

Este orgánulo se divide en dos partes o tipos que se diferencian por la presencia o ausencia de ribosomas
sobre su superficie externa. De esta manera podemos distinguir entre:
Retículo Endoplasmático Rugoso o Granular (RER): con ribosomas adheridos a su membrana y
conectado a la envoltura nuclear, en su interior recibe las proteínas sintetizadas por los ribosomas.
Retículo Endoplasmático Liso o Agranular (REL): carece de ribosomas sobre su membrana y por
lo general contiene menos sacos. Sus funciones se relacionan con diferentes procesos de síntesis de
productos tales como hormonas derivadas del colesterol, además interviene en el transporte de
sustancias y es el lugar de la célula donde se producen ciertos lípidos y se almacena el calcio. En
algunas células participa de los procesos de detoxificación de las sustancias nocivas.

Aparato o Complejo de Golgi: este orgánulo es otro complejo sistema de vesículas y sacos membranosos
aplanados, cada uno de los sacos es denominado dictiosoma. Suelen adoptar una forma curvada con la cara
convexa, por donde ingresan vesículas, mirando al núcleo y la cóncava, por donde salen vesículas, orientada
hacia la membrana plasmática (figura 1-11). Recibe a través de vesículas transportadoras las moléculas
provenientes del REL y RER, las incorpora y procesa. Este aparato normalmente está más desarrollado en
las células eucariotas animales que en las células vegetales.

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Figura 1-11 – Aparato de Golgi

Endosomas: son organelas pequeñas que pueden


localizarse cerca del aparato de Golgi o en cercanías de la
membrana plasmática. Dentro de este grupo encontramos los
lisosomas (figura 1-12) que son pequeñas vesículas que se
originan del Golgi y que se unen con otras vesículas que
contienen materiales degradar. Los lisosomas básicamente
funcionan como el “estómago” de la célula.

Mitocondrias: son organelas de forma ovalada,


Figura 1-12 - Lisosoma
constituidas por dos membranas, una externa y una interna, las
cuales delimitan dos
compartimentos, el espacio inter-
membrana y la matriz mitocondrial
(figura 1-13). La membrana externa
es lisa y permeable a todos los
solutos existentes en el citosol, con
excepción de macromoléculas. La
membrana interna se pliega
formando las llamadas crestas
mitocondriales.

En la matriz mitocondrial se encuentran Figura 1-13 - Mitocondria


ribosomas, enzimas y ADN, lo que sustenta la teoría
endosimbiótica que ya desarrollamos anteriormente. La función de esta organela es muy importante para las
células eucariotas ya que son el sitio de producción de energía de la célula.

CÉLULAS EUCARIOTAS VEGETALES


Hasta aquí hemos desarrollado la mayor parte de las estructuras celulares eucarióticas, estudiando a la
célula animal. En esta sección del cuadernillo continuaremos con el estudio de las células de origen vegetal
(figura 1-14), presentando solo sus caracteres definitorios.

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Figura 1-14 - Esquema de una célula eucariota vegetal

Pared Celular: se encuentra ubicada por fuera de la membrana plasmática dando protección y soporte
mecánico a las células vegetales. Es rígida y está constituida fundamentalmente por celulosa (polímero de
glucosa) (figura 1-15).
Su estructura es compleja, presentando dos componentes, una pared primaria y una pared secundaria. La
pared primaria comienza a formarse al final de la división celular y presenta pectina (polisacárido complejo),
hemicelulosa (polímero de celulosa) y microfibrillas de celulosa. Solo cuando la célula alcanza su madurez
aparece la pared secundaria (en algunas células, no todas las células vegetales presentan pared secundaria)
que está formada por celulosa, hemicelulosa y escasas sustancias pécticas. A pesar de la existencia de esta
pared rígida, las células vecinas se pueden comunicar a través de plasmodesmos, que son conductos
citoplasmáticos que atraviesan las paredes celulares por las puntuaciones que éstas presentan para tal fin.

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Figura 1-15 – Estructura de la pared celular

Vacuolas: delimitan uno o más


compartimentos que están rodeados por una
membrana simple y su función es almacenar,
pueden contener agua y otros compuestos que
generalmente provienen del metabolismo celular
(figura 1-16). La mayor parte de estas se forman
a través de la fusión de múltiples vesículas de la
membrana. Muchas veces, cuando la célula
vegetal madura, la vacuola puedo ocupar más o
menos el 50% de todo el volumen celular, lo que
provoca que el núcleo quede hacia un lado.

Plástidos: son orgánulos que solo están


presentes en las células vegetales y poseen la Figura 1-16 - Vacuola
particularidad de que están compuestos por
membranas dobles. Existen diversos tipos de plástidos que se diferencian en función del material que
presentan o almacenan en su interior.
Los más importantes son los Cloroplastos que se caracterizan por poseer un pigmento llamado clorofila
y ser el sitio de la célula en el cual se realiza el proceso de Fotosíntesis. Cada cloroplasto presenta una
cubierta o envoltura, el estroma y los tilacoides. Si recuerdas ya mencionamos el posible origen de estos
organelos al explicar la teoría endosimbiótica.
Además de los cloroplastos, existen también otros tipos de plástidos en los que predominan otros
pigmentos diferentes a la clorofila o en los que se almacenan sustancias. Por ejemplo los cromoplastos, son

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los plástidos responsables de darle el color a los pétalos, frutos y hojas, pudiendo almacenar pigmentos rojos,
amarillos, anaranjados, entre otros. Dentro de las sustancias, diferentes de pigmentos, que se pueden
almacenar podemos encontrar almidón, el cual se almacena en forma de gránulos y forma los amiloplastos
(figura 1-17).

Figura 1-17 – Estructura de un cloroplasto (Izq.) y amiloplastos de la papa (Der.)

CÉLULAS EUCARIOTAS FÚNGICAS


Hasta aquí hemos desarrollado todos los orgánulos presentes en las células, dado esto en este apartado
solo presentaremos algunas generalidades de este tipo celular. Las células fúngicas al igual que las animales
carecen de clorofila, por lo tanto no pueden realizar fotosíntesis como si lo hacen las vegetales (que como
acabamos de ver tienen cloroplastos). Las sustancias de reserva del citoplasma no son gránulos de almidón,
sino que pueden encontrarse aceites o gránulos de glucógeno.
De todas las especies de hongos, no todas tienen paredes celulares, pero cuando las poseen, éstas se
componen de glucosamina y quitina, el mismo polisacárido que le da dureza a los exoesqueletos de los
insectos. Las paredes de los hongos tienen el mismo propósito que las paredes celulares de las plantas, le
dan rigidez a las células para mantener su forma y para proteger. También limita la entrada de moléculas que
pueden ser tóxicas para el hongo. La composición, las características y la forma de la pared celular de los
hongos varían durante su ciclo de vida y también dependen de las condiciones ambientales en las que crecen.
Los hongos constituyen un vasto grupo de organismos. En este grupo encontramos los mohos, los
organismos productores de setas y las levaduras (figura 1-18). Los hongos pueden ser unicelulares o
pluricelulares. Los hongos filamentosos crecen juntos y enmarañados, constituyendo una especie de masa
que recibe el nombre de micelio, donde cada filamento recibe el nombre de hifa.

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Figura 1-18 - Esquemas de una hifa (A) y de una levadura (B)

En cuanto su nutrición, al estar desprovistos de clorofila y ser incapaces de sintetizar los glúcidos que
necesitan para vivir, han desarrollado tres sistemas de vida:
1. Los saprobios, que pueden descomponer residuos orgánicos para alimentarse. Este es el caso de
los hongos comúnmente hallados sobre troncos muertos, como los "Pleurotos" u hongo ostra, e
incluso el más conocido "Champiñón".
2. Otros son parásitos y extraen las sustancias orgánicas que necesitan de un hospedador al que
debilitan y a la larga lo matan.
3. El tercer modo de vida es el de los hongos simbióticos, que extraen las sustancias orgánicas de un
hospedador, pero que en contrapartida le procuran cierto número de ventajas.
Existen ciertos hongos que encontraron solución a sus requerimientos nutritivos, asociándose
simbióticamente con algas. Esta unión, que representa un ejemplo de convergencia fisiológica en el proceso
evolutivo, constituye un grupo particular de organismos: los líquenes. Este tipo de relación entre hongos y
algas, se conoce como simbiosis. Este hecho demuestra que los líquenes no pueden constituir un grupo
taxonómico natural. La sistemática moderna considera el concepto de liquen como biológico y los clasifica
dentro del Reino Fungi.

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 A continuación se presentan imágenes de células eucariotas, rotular cada imagen.

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TRABAJO PRÁCTICO Nº 1.
MICROSCOPIA.
OBJETIVOS:
 Conocer las partes del microscopio óptico.
 Investigar los diferentes tipos de microscopios.
 Analizar sus funciones y su modo de operar.
¿Cómo observamos las células?
Se emplean diferentes tipos de microscopios para estudiar los diversos aspectos de los organismos,
desde los más pequeños hasta los de mayor tamaño.
Una de las herramientas más importantes que usan los biólogos para estudiar las estructuras celulares
es el microscopio. Utilizando un microscopio que él mismo fabricó, Robert Hooke, científico inglés, fue el
primero en describir a las células en 1665 en su libro Micrographia.
Unos cuantos años después, inspirado por el descubrimiento y trabajo de Hooke, el naturalista holandés
Antonie van Leeuwenhoek examinó células vivas con unas pequeñas lentes que había fabricado.
Leeuwenhoek era un experto en el pulido de lentes y pudo ampliar imágenes más de 200 veces. Entre sus
descubrimientos importantes están las bacterias, los protistas, las células de la sangre y los espermatozoides.
Leeuwenhoek era un comerciante y no estaba formalmente preparado como científico. Sin embargo, su
habilidad, curiosidad y diligencia a la hora de compartir sus descubrimientos con los científicos de la Royal
Society, de Londres, dio a conocer la vida microscópica a los científicos de todo el mundo. Por desgracia,
Leeuwenhoek no compartió sus técnicas y no fue hasta más de 100 años después, a finales del siglo xix,
cuando los microscopios se perfeccionaron lo suficiente para que los biólogos centraran seriamente su
atención en el estudio de las células.

Resolver:
1. ¿Qué son los microscopios?
2. ¿Qué tipos de microscopios hay? De una breve explicación de cada uno, distinguiendo las variedades
de los microscopios ópticos.
3. ¿Cuál es la principal ventaja del microscopio electrónico? Explique.
4. a) A continuación se muestra una imagen de un microscopio, indique que tipo de microscopio es, y
coloque sus partes. b) Distinga entre las partes mecánicas y las partes ópticas.
5. Dos características de un microscopio determinan la nitidez con la que se puede ver un objeto
pequeño: el aumento y el poder de resolución. Explique cada una de estas dos características.
6. ¿Qué podría ser considerado como una desventaja en la mayoría de los métodos utilizados en la
preparación y tinción de células para su observación?
Selecciona la opción correcta:
A. Se puede obtener información más detallada sobre la forma y rasgos externos de una muestra
usando: (a) Una centrífuga diferencial (b) un microscopio de fluorescencia (c) un microscopio
electrónico de transmisión (d) microscopio electrónico de barrido (e) microscopio óptico
B. La capacidad de un microscopio para revelar detalles finos se conoce como: (a) Ampliación (b) poder
de resolución (c) fraccionamiento celular (d) microscopia de transmisión (e) contraste de fases.

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UNIDAD
2

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Constituyentes químicos de los seres vivos.
La materia se compone de elementos químicos en forma pura y de combinaciones denominadas compuestos.
Los organismos están compuestos por materia, que es “cualquier cosa que ocupa un espacio y tiene una
masa”. La materia existe en muchas formas, cada una con sus propias características. Rocas, metales,
aceites, gases y seres humanos son solamente algunos ejemplos de lo que parece ser una interminable
variedad de materia.
Los átomos son las partículas que constituyen los bloques que forman todas las sustancias. Aunque son
aproximadamente mil millones de veces más pequeños que una pelota de basquetbol, los átomos están
formados de partículas subatómicas aún
más pequeñas llamadas protones (p+), de
carga positiva, neutrones (n), de carga
neutra, y electrones (e–), de carga negativa.
La carga es una propiedad eléctrica que
genera atracción o repulsión entre las
partículas subatómicas. Los protones y
neutrones se agrupan en el núcleo del átomo.
Los electrones se mueven en torno a dicho
núcleo (figura 2-1).
Los átomos difieren en el número de partículas subatómicas que los componen; el número de protones,
o número atómico, determina el tipo de elemento. Los elementos son sustancias que no se pueden dividir en
sustancias más simples por medio de reacciones químicas. Cada elemento tiene un símbolo químico: en
general la primera letra o las primera y segunda letras del nombre del elemento en inglés o en latín. Por
ejemplo, O es el símbolo del oxígeno, C del carbono, H del hidrógeno, N del nitrógeno, y Na del sodio (de la
palabra en latín natrium). Cada elemento tiene un número fijo de protones en el núcleo atómico, conocido
como el número atómico. Se escribe como un subíndice a la izquierda del símbolo químico. Así, 1H indica
que el núcleo del hidrógeno contiene 1 protón, y 8O significa que el núcleo del oxígeno contiene 8 protones.
El número atómico determina la identidad del átomo y define el elemento correspondiente.
Dos o más átomos pueden combinarse químicamente. Cuando se combinan los átomos de diferentes
elementos, el resultado es un compuesto químico. Un compuesto químico consta de átomos de dos o más
elementos diferentes combinados en una proporción fija. Por ejemplo, el agua (H₂O) es un compuesto químico
formado de hidrógeno y oxígeno en una proporción de 2:1. La sal de mesa común, cloruro de sodio (NaCl),
es un compuesto químico formado por sodio y cloro en una proporción 1:1.
Dos o más átomos pueden estar unidos fuertemente formando una partícula estable llamada molécula.
Por ejemplo, cuando se combinan químicamente dos átomos de oxígeno, se forma una molécula de oxígeno.
El agua es un compuesto molecular, y cada molécula consta de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno,
Ya sea agua de mar, de una cascada, de un lago de Siberia o de cualquier otro sitio; sus moléculas siempre
tienen el doble de hidrógeno que de átomos de oxígeno.
Sólo cuatro elementos, oxígeno, carbono, hidrógeno y nitrógeno, son responsables de más del 96% de
la masa de la mayoría de los organismos. Otros, tales como calcio, fósforo, potasio y magnesio, están también
constantemente presentes, pero en cantidades más pequeñas. Algunos elementos, como el yodo y cobre, se
conocen como oligoelementos, ya que sólo son necesarios en cantidades muy pequeñas. En la TABLA 2-1

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se enumeran los elementos que componen los organismos y se explica brevemente su función principal en
plantas y animales.

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De acuerdo a la concentración relativa de los elementos en los seres vivos, se los puede clasificar en:
Macroelementos: C, H, O, N. Se encuentran en concentraciones mayores al 1% y son componentes
de compuestos orgánicos e inorgánicos.
Microelementos: se encuentran presentes en los seres vivos en concentraciones comprendidas
entre 0,05 y hasta 1%. Son también muy importantes, entre ellos se pueden citar el fósforo (P), azufre
(S), sodio (Na), potasio (K), cloro (Cl), calcio (Ca) y magnesio (Mg).
Elementos trazas u oligoelementos: se requieren en concentraciones muy bajas, menores a 0,01%,
pero también son fundamentales para los seres vivos. Están en este grupo: el hierro (Fe), cobre (Cu),
manganeso (Mn), zinc (Zn), molibdeno (Mo) y el boro (B) que solo está presente en vegetales. Si bien
se requieren en pequeñas cantidades, su ausencia o deficiencia puede causar trastornos de gran
importancia como la anemia en humanos, producida por la escasez de hierro.

La química de la vida: compuesto orgánicos.


Todas las moléculas orgánicas de la vida están constituidas por átomos de carbono.
En cuanto a la organización molecular, las células están constituidas por dos grandes grupos de
compuestos químicos: compuestos inorgánicos y compuestos orgánicos.
Compuestos inorgánicos: que incluyen el agua, las sales minerales y ácidos y bases simples. El
agua es la sustancia más abundante, ocupando entre el 70 y 90 % de la masa celular. Esto es de
gran importancia porque la mayoría de las reacciones químicas celulares ocurren en medio acuoso.
Las sales minerales, al estar en medio acuoso, se separan en los iones que las componen. Los iones
inorgánicos más comunes de las células son: sodio (Na+), potasio (K+), magnesio (Mg2+); calcio (Ca2+);
fosfato (PO42-); cloruro (Cl-); bicarbonato (HCO3-); constituyen alrededor del 1% de la masa celular,
sin embargo estos iones poseen un rol fundamental en el metabolismo celular.
Compuestos orgánicos: su característica principal es que el eje de las moléculas está formado por
cadenas de átomos de carbono enlazados entre sí. Se trata de un grupo heterogéneo de compuestos
que cumplen diversas funciones biológicas de gran importancia en las células. Dentro de los
compuestos orgánicos se destacan las moléculas que pertenecen a los siguientes grupos:
Carbohidratos (también llamados hidratos de carbono o azúcares).
Lípidos.
Proteínas.
Ácidos nucleicos.
En la siguiente tabla se presenta un resumen de los compuestos químicos presentes en los seres vivos,
utilízalo como guía para seguir el desarrollo de las características de cada uno de ellos que se detallarán a
continuación (Tabla 2-2).

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Compuestos Inorgánicos

Compuestos orgánicos

Tabla 2-2 - Resumen de componentes químicos constituyentes de los seres vivos

COMPUESTOS INORGÁNICOS

AGUA:
El agua es el único componente cuya presencia es
imprescindible. Es la molécula más abundante dentro de los seres
vivos de los cuales entre un 45 y 95% es agua. En humanos, dos
tercios del peso corporal corresponden a agua variando desde un
20% que contienen los huesos hasta 85% que presentan las
células cerebrales. Algunos vegetales pueden contener hasta 98% de
agua en ciertos órganos y en las medusas el 95% de su peso es
agua. La molécula de agua está formada por dos átomos de
hidrógeno y uno de oxígeno (figura 2-1), su fórmula se escribe:
H2O. Figura 2-1 – Molécula de agua
Esta molécula puede representarse en esquemas espaciales
de las siguientes formas (figura 2-2):

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Modelo compacto
Modelo de esferas y varillas Modelo orbital

Figura 2-2 - Modelos representativos molécula de agua

La esfera grande representa el átomo de oxígeno y las pequeñas los hidrógenos. Los electrones que
comparten los hidrógenos con el oxígeno son más fuertemente atraídos por el núcleo del oxígeno (que tiene
una masa o tamaño mayor) y tienden a situarse más cerca de éste. A causa de esto, los átomos de hidrógeno
presentan una pequeña carga positiva y el átomo de oxígeno una pequeña carga negativa. Aunque la molécula
de agua es eléctricamente neutra, como queda con carga positiva en un extremo y negativa en otro, por esto
se dice que tiene polaridad y se comporta como un dipolo o bipolo eléctrico. Esto causa que cuando las
moléculas se aproximan entre sí o a otras moléculas con carga, se origina una atracción entre las cargas
parciales de las moléculas vecinas.

El enlace débil entre el oxígeno de una molécula y el hidrógeno de otra, se denomina, enlace puente
hidrógeno. Debido a la disposición espacial de las moléculas de agua, cada una de ellas puede formar
puentes hidrógeno con otras moléculas de agua o con otras sustancias. Así vemos que el agua es tanto
cohesiva (se aglutina a si misma) como adhesiva (se une a otras moléculas).

El agua cumple funciones fundamentales para los seres vivos. La mayor parte de los productos químicos
de la célula se encuentran disueltos en agua y requieren de un medio acuoso para reaccionar unos con otros.
Las propiedades más importantes del agua desde el punto de vista biológico se enuncian a continuación:

Tendencia a formar puentes de hidrógeno: tanto entre las


mismas moléculas de agua como con otras sustancias
(figura 2-3). Al formar puentes de hidrógeno con otras
sustancias éstas se disuelven con mayor facilidad. Si bien
los enlaces puente hidrógeno son enlaces débiles, la
presencia de gran cantidad de enlaces entre las moléculas
de agua, le confieren una serie de propiedades muy
particulares.

Figura 2-3 – Puentes de Hidrógeno

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Alta constante dieléctrica: la alta constante
dieléctrica se manifiesta en una disminución de la
atracción entre iones de carga opuesta, por ello el agua
es un buen disolvente de sales inorgánicas, pues las
moléculas bipolares se ordenan alrededor de los iones
positivos y negativos, formando una nube de
hidratación que los estabiliza facilitando la disolución.
Ejemplo: cloruro de sodio (NaCl) disuelto en agua
(figura 2-4).
Elevado punto de fusión y ebullición: esto le Figura 2-4 – NaCl en agua
permite mantenerse en estado líquido por arriba de 0
ºC y por debajo de 100 ºC a presión atmosférica, cuando se presenta en este estado permite el
desarrollo de reacciones químicas fundamentales para la vida.
Congelamiento: el agua al estado sólido ocupa más espacio que al estado líquido, es menos densa,
por esto el hielo flota. Esto tiene una gran importancia biológica ya que al congelarse la superficie del
agua, forma una capa protectora que mantiene la temperatura, del resto del agua, en el punto de
congelamiento (0 ºC) o por encima de él.
Alto calor de vaporización: se necesita gran cantidad de energía en forma de calor para evaporar
una determinada masa de agua, por ejemplo para que se evapore 1 gramo de agua líquida se
necesitan 500 calorías. Esta energía requerida se absorbe del ambiente que rodea al agua, por esto
la presencia de agua transpirada que se evapora de una superficie (piel, epidermis de una hoja, etc.),
provoca un efecto de enfriamiento.
Alto calor específico: el calor específico de una sustancia es la cantidad de energía calórica
necesaria para elevar en 1 ºC la temperatura de un gramo de dicha sustancia. El agua presenta un
calor específico mucho mayor que el de otros materiales de la biosfera, esto significa que, para una
misma cantidad de calor absorbido, la temperatura del agua aumentará menos que la de la mayoría
de las sustancias. A esto podemos comprobarlo dejando al sol un recipiente con arena y otro igual
con agua, si luego de un tiempo tocamos la arena y el agua podemos comprobar que la primera tiene
más temperatura.
Gran cohesión interna: esta
propiedad se debe a la gran atracción
que existe entre sus moléculas (figura
2-5). Es uno de los factores que
permiten el ascenso del agua y los
solutos a través de tubos capilares,
sin interrupción. Esto permite, por
ejemplo, el ascenso de la savia por
los conductos o vasos del xilema en
las plantas al ser traccionada como
consecuencia de la transpiración de
las hojas.

Figura 2-5 – Cohesión

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Alta tensión superficial: debido a la cohesión
entre las moléculas de agua, en la interfase
agua aire, las moléculas son fuertemente
atraídas hacia el líquido. Esto genera una
lámina superficial que se comporta como una
película elástica y tenaz, que opone cierta
resistencia a la penetración. Por esto algunos
insectos pueden caminar sobre el agua (figura
2-6).

Figura 2-6 – Tensión superficial

SALES MINERALES:
En los diversos seres vivos, tanto dentro de las células como entre ellas, hay una gran cantidad de sales
minerales. Éstas se encuentran básicamente de tres formas:

Precipitadas, insolubles o inmovilizadas: como componentes estructurales, por ejemplo en los


huesos del esqueleto. En forma precipitada forman estructuras duras, que proporcionan estructura o
protección al organismo que las posee. Ejemplos son los caparazones de algunos animales o los
huesos de los esqueletos.
Solubles o disueltas: Las sales disueltas en agua manifiestan cargas positivas o negativas, forman
IONES. Las sales disueltas en agua pueden realizar funciones tales como: mantener el grado de
salinidad, amortiguar cambios de pH, controlar la contracción muscular, producir gradientes
electroquímicos.
Asociadas a otras moléculas: los iones pueden asociarse a moléculas, permitiendo realizar
funciones que, por sí solos no podrían realizar, y que tampoco realizaría la molécula a la que se
asocia, si no tuviera el ion. La hemoglobina es capaz de transportar oxígeno por la sangre porque
está unida a un ion Fe++. La clorofila captura energía luminosa en el proceso de fotosíntesis por
contener un ion Mg++ en su estructura.

Para que los procesos vitales se den normalmente ciertas sales deben estar presentes en concentraciones
que solo pueden fluctuar entre límites determinados y acotados. Por fuera de estos límites algunas reacciones
no se cumplen, y en casos límite puede ocurrir la muerte de las células o de los individuos.

Funciones de algunos iones en particular:


Calcio: entre otras funciones interviene en la contracción muscular y forma parte importante de los
huesos.
Fósforo: es un constituyente esencial de los ácidos nucleicos, forma parte de la estructura de las
membranas plasmáticas, forma parte de los huesos.
Sodio: es el 6º elemento en orden de abundancia en la tierra. En los seres vivos cumple diferentes
funciones, algunas de ellas son: regula el equilibrio de los líquidos, participa en la conducción de los
impulsos nerviosos.

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Potasio: es el 7º elemento en orden de abundancia en la tierra. En los seres vivos cumple diferentes
funciones, algunas de ellas son: regula el equilibrio de los líquidos, participa en la conducción de los
impulsos nerviosos conjuntamente con el Na.

Además de estos efectos específicos de las sales sobre determinadas funciones celulares, las sales
minerales tienen importancia para conservar las relaciones osmóticas entre las células y el medio que las
rodea, interviniendo en los pasajes de agua y solutos a través de las membranas.

PROFESORA DE BIOLOGÍA, JOSEFINA BENITEZ 37

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