Sunteți pe pagina 1din 16

Franklin Pease – Los Andes ............................................................................................................................................

2
1. Los contactos iniciales ..................................................................................................................................... 2
2. Las guerras civiles ............................................................................................................................................ 2
3. Las entradas y la organización del espacio físico y humano ............................................................................ 2
4. Crisis demográfica ........................................................................................................................................... 2
5. La primera evangelización ............................................................................................................................... 3
6. Crisis de los señoríos étnicos ........................................................................................................................... 3
7. El acceso a los recursos ................................................................................................................................... 3
8. El espacio y los patrones de poblamiento ....................................................................................................... 4
Klein – Los esclavos africanos ........................................................................................................................................ 5
1. Definición del trabajo servil ............................................................................................................................. 5
2. Experiencias europeas y africanas en el ámbito de la esclavitud antes de 1500 ............................................. 5
3. Primeros sistemas laborales de las colonias americanas................................................................................. 5
4. La esclavitud africana en México y Perú .......................................................................................................... 6
5. La esclavitud indígena y africana en el Brasil colonial ..................................................................................... 7
6. El aumento de la competencia de las indias occidentales ............................................................................... 8
7. El modelo de plantación .................................................................................................................................. 8
8. Evolución demográfica de las poblaciones esclavas americanas ..................................................................... 8
9. Evolución comparativa de los libertos bajo el régimen esclavista ................................................................... 9
10. La esclavitud africana en América Latina hacia 1700 .................................................................................. 9
Elliot – España y América en los siglos XVI y XVII ........................................................................................................... 9
1. Las aspiraciones metropolitanas ..................................................................................................................... 9
2. Las realidades coloniales ............................................................................................................................... 11
3. La transformación de la relación entre España y las Indias ........................................................................... 11
Gruzinski – La conjura general ..................................................................................................................................... 14
1. Los caciques en busca de una nueva legitimidad .......................................................................................... 14
2. Príncipes y princesas de Cuzco ...................................................................................................................... 14
3. La enfermedad de la danza............................................................................................................................ 14
4. Unos españoles poco ortodoxos.................................................................................................................... 14
5. El Perú amenazado ........................................................................................................................................ 14
6. Titu Cusi Yupanqui ......................................................................................................................................... 14
7. Un español visita a Titu Cusi .......................................................................................................................... 15
8. La conjura de los mestizos ............................................................................................................................. 15
9. La ofensiva del virrey Francisco de Toledo .................................................................................................... 15
10. El martirio de Diego Ortiz ......................................................................................................................... 15
11. Tupac Amaru: el último inca ..................................................................................................................... 15
12. Toledo y la política de normalizac............................................................................................................. 16
Franklin Pease – Los Andes
1. Los contactos iniciales
La invasión ocasionó la desaparición del imperio incaico e inició una serie de
transformaciones en la región. En el ámbito político, Pizarro coronó a un hermano de Huáscar y
Atahualpa, para darle continuidad monárquica al imperio, aunque la figura de Manco Inca no
estaba muy bien vista.
Desde Panamá se iniciaron las expediciones a los Andes. Pizarro, Diego de Almagro y
Hernando del Luque organizaron una hueste para llevar a cabo expediciones hacia el Sur. Hubo
dos viajes previos a la invasión: el primero alcanzó regiones cercanas a Panamá, el segundo logró
llegar al Perú actual. El tercero desembarcó en los Andes.
Los autores iniciales mantenían una postura estereotipada respecto de los habitantes y los
gobernantes andinos. La versión histórica de las crónicas se efectuó a través de una
europeización de las instituciones andinas: los incas se convirtieron en reyes, los yanacunas en
esclavos, los mitayos en tributarios, la reciprocidad y redistribución en intercambio. De esta
manera se allanaba el camino para que los españoles puedan, en los tiempos del virrey Francisco
de Toledo (1569 - 1581), organizar la mita de Potosí como un régimen de tributo adicional de la
población.
No existió una rápida estandarización de las pautas coloniales, como en las Antillas o México.
La administración española se estableció inicialmente en el Cuzco, donde se decidieron las
primeras pautas y repartieron las encomiendas iniciales. Después Pizarro se trasladó a la costa
y fundó Lima, en 1535, antes de la consolidación de la organización virreinal.
2. Las guerras civiles
Hubo una serie de conflictos entre los seguidores de Almagro (con Almagro a la cabeza) y
los seguidores de Pizarro (ídem). En un primer momento las guerras fueron por la jurisdicción
correspondiente a cada uno, después se reavivó el conflicto con el intento real de limitar l os
derechos de los conquistadores encomenderos. En 1548 fue vencida la rebelión de Pizarro.
Luego de otro intento en 1553, sofocado en 1554, se dieron por finalizadas las ambiciones de
los encomenderos de mantener su independencia.
3. Las entradas y la organización del espacio físico y humano
Terminada la invasión y establecido un gobierno en Cuzco, luego trasladado a Lima, se
multiplicaron las expediciones dirigidas a otros ámbitos del territorio que los españoles estaban
incorporando a su reino. Los gobiernos de Pedro de la Gasca y Francisco de Toledo (1548 – 1581)
se fijaron las condiciones del régimen colonial en el Perú; en ese período se perfiló la
organización del virreinato que duró hasta el final del siglo XVII, quedaron claras las condiciones
administrativas y su respectiva legislación, así como la situación de la población andina en
relación con el Estado colonial.
La administración española en los Andes culminó así su definición a lo largo del decenio de
1570. Toledo, entre 1569 y 1581, se encargó de organizar el virreinato del Perú. Redefinió el
régimen tributario indígena, estableciendo nuevas tasas para el pago del mismo; organizó la
mita que permitió el laboreo, productivo para la administración de las minas de Potosí; impuso
la amalgama de azogue que hizo posible, junto con la mita, el apogeo argentífero del virreinato;
precisó las funciones de los corregidores; organizó las reducciones, base de su régimen
tributario, etcétera. Su gobierno definió las características del Perú, al menos hasta finales del
siglo XVII.
4. Crisis demográfica
Inició en los tiempos del virrey Francisco de Toledo. La continuidad del descenso poblacional
fue confundida con una disminución del número de tributarios, mientras que crecían
fuertemente otros grupos poblacionales no afectos al pago del tributo y no registrados en los
censos de tributarios.
5. La primera evangelización
La primera evangelización andina adquiere interés porque transmite pautas culturales que
definieron la historia andina. Los iniciadores fueron miembros de las órdenes religiosas
(dominicos, franciscanos, etc.) y parece haber transmitido criterios apocalípticos o proféticos,
que encajaban mejor con los criterios cíclicos de la cosmovisión andina.
Un trabajo importante fue la extirpación de idolatrías, llevada a cabo en la jurisdicción del
arzobispado de Lima, en la primera mitad del siglo XVII. Esta operación ocurrió después de
comenzar el repliegue a los medios urbanos de las órdenes religiosas. A raíz de esa movilización
de los frailes a las ciudades se transformó la evangelización, abandonándose paulatinamente el
esquema de conventos-base de los evangelizadores y reemplazándolos por parroquias
controladas por el clero secular y los obispados.
6. Crisis de los señoríos étnicos
Las autoridades étnicas tuvieron diferente historia, según la forma y calidad del
asentamiento español en cada región. Durante el siglo XVI, se aprecia que las modificaciones en
la autoridad de los jefes étnicos fueron grandes, especialmente por la instauración de un
régimen legal y un estatuto jurídico que vulneraba sus atribuciones. La modificación más
importante fue la transformación de los curacas en funcionarios de la administración colonial,
aunque en términos reales ellos mantuvieron muchas de sus prerrogativas ancestrales.
A pesar de las dificultades que vivieron los curacas, tanto ellos como los descendientes de
los incas iniciaron en el siglo XVI diversos intentos por ser reconocidos por los españoles en
cuanto a sus “derechos nobiliarios” de inca.
La mita, reorganizada durante el gobierno de Toledo, introdujo un espacio específico dentro
del cual se desenvolvieron las actividades de las unidades étnicas, así como las transacciones
mercantiles.
7. El acceso a los recursos
La invasión española originó cambios sustanciales en la organización económica andina,
caracterizados inicialmente por la introducción de la moneda y el mercado en un mundo donde
éstos no existían previamente, y continuados rápidamente por un problema sustancial: la
modificación de los criterios de acceso a los recursos, estrechamente ligada a lo anterior.
Antes de la invasión, los pobladores andinos manejaban una economía basada en las
relaciones recíprocas y redistributivas. El poder no disponía de tributos que fueran parte de la
renta personal de los súbditos, sino de contribuciones de mano de obra. Las autoridades recibían
la energía humana de la gente bajo la forma de diversas y múltiples mitas. De esta manera la
gente podía producir un conjunto apreciable de bienes que ingresaban en la redistribución que
el mismo poder organizaba. No había salario y lo corriente era que la propia autoridad que
administraba la mita tuviese la obligación de alimentar, vestir y proporcionar un entorno ritual
(fiesta) a los mitayos. En esta ausencia de salario se basarían los funcionarios españoles para
afirmar la injusticia del proceder curaca. La moneda tardó en incorporarse a las transacciones
de los hombres andinos: a fines del siglo XVI los tributos se continuaban cobrando en productos.
Cada unidad étnica disponía de diversos recursos, obtenidos en un amplio espacio definido
por la multiplicidad ecológica. Las sociedades andinas empleaban simultáneamente el máximo
posible de ámbitos ecológicos, obteniendo así una variedad de subsistencias notable en un
medio donde la rápida variante ecológica convertía el espacio agropecuario en un racimo, un
archipiélago de pequeños microclimas capaces de producir determinados bienes.
Puede comprobarse que la población andina vio afectado su control ecológico por la
implantación del régimen colonial. Esto se hizo visible en el XVI, primero con el establecimiento
de encomiendas, pero más fue más importante el recorte de recursos cuando se establecieron
los corregimientos, a partir de 1565, ya que esta instancia burocrática ejercía su jurisdicción
sobre un territorio y no sobre un conjunto de pobladores. Los corregidores organizaron un
sistema de obtención de recursos personales por encima de su salario; para ello incrementaron
la presión sobre los pobladores andinos.
Otro punto en el que los pobladores andinos vieron recortados sus recursos fue
consecuencia del establecimiento de las reducciones, que, si bien se iniciaron en la década de
1550, se finalizaron en el decenio del gobierno de Toledo. Las reducciones fijaron un espacio
para que los pobladores andinos constituyeran sus viviendas con pautas europeas y tuvieran
propiedades agrarias. La política de administración, destinada a lograr tierras que generarían
ingresos para la Real Hacienda, representó una presión sobre la población andina, no solamente
por la pérdida de tierras, sino también por la necesidad de adquirirlas nuevamente a través de
transacciones normales de compra-venta.
La presión tributaria determinó otra forma de pérdida incontrolada de recursos. Debían
venderse bienes convertibles en dinero (como el ganado) para poder completar los tributos
coloniales: de no completarse se solía encarcelar a los curacas encargados de la recaudación.
8. El espacio y los patrones de poblamiento
Para los andinos el espacio era finito, concebido de acuerdo con su utilización por el grupo
humano que lo habitaba o hacía producir. Podían considerar como su espacio el conjunto de
lugares, identificados gracias a sus microclimas. Los grupos étnicos utilizaban un ámbito central
básico, en el cual se hallaba concentrada la parte nuclear de la población, pero distribuían la
misma (a través de la mita prehispánica) para trabajar en numerosas zonas más o menos
alejadas del núcleo. Cada una de ellas se identificaba con un tipo o un grupo de productos.
Este concepto andino del territorio entró en conflicto con la imagen continua que tenían los
españoles. Todavía en el siglo XVII los andinos podían representar sus límites, porque la noción
de límite o frontera no es un sitio concreto, sino un espacio que puede ser compartido. Sobre
esta noción se estableció la europea, que precisa dimensiones específicas para el espacio. Gran
parte de los problemas y juicios de tierras iniciados en el siglo XVI se originaron en la casi
imposibilidad de superponer ambos criterios.
Además, hay toda una cuestión respecto de los términos geográficos. Esta situación llevó a
que se confundieran repetidamente los territorios de las unidades étnicas, desde el propio siglo
XVI. Los curacas tenían jurisdicción sobre un conjunto de gente, no sobre un territorio entendido
a la manera europea, por eso los curacas controlaban gente que se hallaba ubicada en espacios
distantes, y esto también terminó en conflicto.
La gente andina aprendió rápidamente que el propio régimen colonial ofrecía recursos para
una resistencia efectiva, y el primero de ellos fue el derecho. Los pobladores andinos fueron,
como todos los súbditos del estado español, sujetos de derecho. El problema fue que la situación
colonial colocaba la solución de los conflictos al margen del ámbito de parentesco; de su
resolución no se ocupaban las autoridades étnicas, sino los jueces, funcionarios externos. El
Consejo de Indias era la máxima instancia y sus resoluciones tenían fuerza de reales cédulas. Fue
esta situación externa de la justicia española la que originó la multitud de casos judiciales
producidos por la población andina en busca de una autoridad que confirmara derechos muchas
veces no entendidos por el sistema legal europeo.
La década de 1570 vio cumplirse una parte sustancial del conjunto de criterios que buscaban
establecer el régimen colonial. La resistencia se ejerció en el ámbito judicial, pero también
reformulando las relaciones sociales en el interior del sistema colonial. Por eso, las cofradías,
por ejemplo, fueron eficientes sustitutos de las antiguas unidades de parentesco extendido y
permitieron la supervivencia de patrones de parentesco que excedían a la unidad doméstica
propiciada por la colonia. Por otra parte, fracasó, en cierta forma, el intento de destruir la
autoridad de los curacas, que fueron eficientes conductores de la resistencia hasta el fin de los
tiempos coloniales.

Klein – Los esclavos africanos


1. Definición del trabajo servil
Mano de obra servil. Esclavitud industrial. Los esclavos no eran los únicos en hacer un
determinado tipo de trabajo ni en carecer de señorío sobre su vida. La ausencia de cadencia de
vínculos familiares, parentales y comunitarios era lo que terminaba de distinguir a los esclavos
del resto de los trabajadores. Esa falta de familia, comunidad y tierra es lo que hizo que fueran
tan codiciados en el mundo preindustrial. Además, eran muy baratos en comparación a
cualquier otra mano de obra.
2. Experiencias europeas y africanas en el ámbito de la esclavitud antes de 1500
En muchas sociedades previas al 1500 hubo esclavos, pero en la mayoría eran una pequeña
parte de la mano de obra, relegados a tareas especializadas para la elite. Como sistema de
producción industrial o comercial fue un fenómeno más restringido.
La mayoría de los estudiosos sitúan sus orígenes en los siglos anteriores a la era cristiana, en
las ciudades-estado griegas y en el incipiente Imperio Romano de la época. Hoy se afirma que
para que la esclavitud se convirtiera en un factor dominante de una sociedad era indispensable
que existiera una importante economía de mercado internacional y que una parte importante
de la producción agrícola de este mercado no pudiese estar a cargo de productores campesinos.
Estas condiciones se dieron en los casos nombrados anteriormente y con el descubrimiento de
América después.
La esclavitud como institución floreciente se desmorona después del siglo V d. C., con las
invasiones bárbaras. El declive de los mercados urbanos, el hundimiento del comercio a larga
distancia y la creciente autosuficiencia de la agricultura fueron otros tantos fenómenos que
contribuyeron a crear una situación en la que el trabajo servil dejó de ser rentable, y los esclavos
que quedaron sólo se destinaron a tareas familiares y hogareñas. Cuando resurgen los mercados
internacionales, con las primeras cruzadas, los europeos cristianos se volvieron a volver al
comercio de esclavos y la producción agrícola (cultivo de azúcar) basada en la esclavitud. En
áfrica, la esclavitud también existió desde el origen de los tiempos, pero en muy contadas
ocasiones como forma industrial de producción servil. También hubo esclavos africanos fuera
de la región: carentes de unidad religiosa o política, los numerosos Estados de África eran libres
de comprar y vender esclavos, así como de exportarlos fuera de África.
3. Primeros sistemas laborales de las colonias americanas
El trasplante de la mano de obra africana no se dio de manera instantánea a la colonización
y la producción azucarera no estaba totalmente en manos de esclavos negros. Los españoles
encontraron en América central y en los Andes poderosos imperios de base campesina a los que
podían sacar provecho. En el caso portugués, la metrópoli no puso tantas trabas para esclavizar
a los aborígenes, sin embargo, los esclavos indios, terminaron siendo una mano de obra
demasiado inestable y costosa. A los europeos meridionales les era difícil explotar a sus propios
campesinos y pobres.
En las principales provincias continentales del imperio español en América, la necesidad de
trabajadores europeos o africanos era escasa, pero incluso allí se necesitaba mano de obra
alternativa. A la par, tenían metales preciosos y una balanza comercial positiva como para
experimentar la importación de africanos. Les convenían precisamente porque eran
trabajadores sin ningún vínculo familiar y fáciles de desplazar. A los indígenas los podían
explotar, pero no apartarlos de sus tierras de forma permanente; además, como eran el grupo
cultural dominante, se mostraban relativamente insensibles a las normas de conducta españolas
y europeas. Los africanos eran más adaptables.
La experiencia portuguesa con los trabajadores indígenas tuvo menos éxito. Eran miles y no
millones, menos adaptables e igual de vulnerables a las enfermedades. Los portugueses ya
tenían experiencia en el mercado de esclavos africanos así que no les costó mucho tomar la
decisión. Los europeos del Norte que se dirigieron a América después que los ibéricos
encontraron menos indios que los portugueses, y no pudieron disponer de metales preciosos.
Sin embargo, a diferencia de los otros, contaban con una masa laboral europea más barata y
predispuesta, hasta que el fin de la crisis europea del XVII, y en particular el rápido crecimiento
de la economía inglesa durante el último cuarto de siglo, provocó un aumento del coste de los
contratos, por lo que fue inevitable que ingleses y franceses terminaran por recurrir igualmente
a esclavos africanos.
El hecho de la baratez de los africanos se debe a la penetración portuguesa en las costas del
África occidental. Gracias a la estabilización de las exportaciones de oro y marfil de esa región,
y a la creación del enorme imperio mercantil asiático de Portugal, las relaciones comerciales
entre África occidental y Europa se generalizaron y abarataron. Debido a la creciente eficacia de
los traficantes de esclavos del Atlántico, la regularidad del abastecimiento y la estabilidad de los
precios, los africanos terminaron por considerarse prácticamente como la única mano de obra
esclava del siglo XVI.
4. La esclavitud africana en México y Perú
Los españoles fueron los primeros europeos en poseer el capital necesario para importar
esclavos, y México y Perú los principales destinatarios de esclavos africanos, siendo este último
el poseedor de mayor cantidad de esclavos. La necesidad de esclavos allí aumentó
drásticamente en la segunda mitad del XVI, cuando la producción de plata de Potosí alcanzó su
pleno desarrollo, haciendo de Lima la zona más rica del Nuevo Mundo.
En un principio se tendió a concentrar a los esclavos africanos en las zonas urbanas, pero
posteriormente se le atribuyeron nuevas funciones económicas al margen de la sociedad rural
india, particularmente en la extracción y explotación de oro. Además, las familias de esclavos
trabajaban en agricultura peruana en chacras de las afueras de Lima. Sin embargo, fue en las
ciudades del imperio donde los esclavos desempeñaron una función económica más activa.
Respecto de los oficios cualificados, predominaban en los trabajos de metalistería, confección
de prendas de vestir, construcción y suministros, y estaban representados en todas las
artesanías, excepto en las más cerradas, como la platería y la imprenta. En las tareas no
especializadas trabajaban mucho en la pesca de litoral como mozos de cuerda y vendedores, y
en el tratamiento y la transformación de los alimentos, e incluso formaban parte de la policía
local de Lima como vigilantes armados. A mediados del XVII, los africanos y americanos, libres y
esclavos, eran mayoritarios en algunos oficios y podían ejercer con el grado de maestro sin
problema. En Perú, se utilizaban en labores de curtido y en mataderos, así como en hornos y
canteras para la producción de ladrillos y piedra tallada destinados a las principales obras que
se construían en Lima. Por último, todas las instituciones tenían un contingente de seis o más
esclavos que se ocupaban de las labores de mantenimiento.
En todas las ciudades del interior y de la zona costera del norte y el centro de los Andes, la
población de color representaba un 50% del total. A medida que se descendía hacia las zonas
indias, el porcentaje de negros disminuía.
El alquiler de esclavos era corriente, se solía alquilar a los artesanos más cualificados,
inclusive algunos llegaban a mantenerse a sí mismos alquilándose. Una compleja red de
propiedad directa, alquiler y empleo por cuenta propia hizo de los esclavos una fuerza laboral
sobremanera móvil y adaptable. También había hombres negros y mulatos libres.
Gracias a los mecanismos que permitían la compra de la libertad de los esclavos, y a los
esclavos emancipados por sus amos, fue surgiendo una masa de población libre de color que
participó activamente en el mercado libre del trabajo. El crecimiento de los centros urbanos, la
expansión del sistema de haciendas y de la producción agrícola española, junto al declive de la
población amerindia, crearon una enorme demanda de mano de obra en todo Perú. Más allá de
la discriminación que sufrían, eran necesarios.
En esta época temprana, la segunda zona más importante en cuanto a la importación de
esclavos fue el virreinato de México, que desde los primeros tiempos tuvo esclavos nacidos en
África y en Europa en los ejércitos, explotaciones agrícolas y casas de los conquistadores
españoles. Igual que en Perú, la primera generación de esclavos fue probablemente casi tan
numerosa como el total de blancos. También a ellos se les destinó a la producción de azúcar y
de otros productos agrícolas comercializados en Europa.
A diferencia del Perú, los esclavos tuvieron al principio importancia en la industria minera
de la plata mexicana. Hacia la segunda mitad del XVI se descubrieron importantes yacimientos
de este metal en las zonas periféricas del Norte del virreinato, donde había pocos indios. Dada
la inmediata necesidad de mano de obra, y la relativa abundancia de esclavos africanos, fueron
rápidamente enviados a los campos mineros recién creados. Sin embargo, indios libres
emigraron hacia esos nuevos asentamientos, por lo que, en los primeros decenios del siglo XVII,
se dedicaron a tareas menos peligrosas en la superficie.
Parece que los esclavos mexicanos también trabajaban en mayor número en los talleres que
los de Perú, pero allí también disminuyó con el tiempo su importancia. Por último, el hecho de
que la mayoría de los centros urbanos de México estuvieran construidos sobre ciudades indias
preexistentes o en zonas de densa población india significaba que la mano de obra servil no era
muy importante en las urbes. Mientras que, en México, en 1646, eran menos del 2% de la
población, en Perú resultaban entre el 10% y el 15%. En ambas regiones, sin embargo, la década
del 1650 marcó el fin del gran período de las importaciones masivas de esclavos.
5. La esclavitud indígena y africana en el Brasil colonial
A partir de 1650, la principal demanda de esclavos africanos procedió de la américa
portuguesa y de las tierras marginales a las que los españoles no habían prestado atención
previamente, sobre todo las del Caribe. En estas zonas carentes de población campesina india
estable que exportar, y con poca o ninguna exportación alternativa en forma de metales
preciosos, la transición hacia una producción agrícola comercial destinada a los mercados
europeos provocó la introducción masiva de mano de obra esclava africana en las fértiles tierras
bajas del trópico. Los primeros en hacerlo fueron los portugueses.
Durante los veinte años que siguieron a su exploración e incorporación oficial al imperio
portugués, Brasil fue como un remanso inmóvil. La situación cambió rápidamente cuando hubo
de enfrentarse repentinamente con rivales europeos dispuestos a disputarle el control
transitorio sobre sus territorios americanos. Comerciantes franceses y británicos empezaron a
enviar sus propios barcos a las aguas brasileñas para recoger la madera de tinte aprovechable,
y pronto utilizaron la costa como base para atacar a las flotas de las Indias Orientales
portuguesas que cruzaban el Atlántico Sur.
El establecimiento de la colonia de Francia en la bahía de Guanabará convenció a los
portugueses de que la explotación de Brasil era indispensable para salvaguardar su imperio de
ultramar. El cultivo azucarero era el idóneo para garantizar una colonia rentable. Además,
podían enviar esclavos fácilmente. Así nació, hacia 1550, el primer sistema de plantaciones del
Nuevo Mundo, un sistema que dominó con gran rapidez los mercados azucareros de Europa y
consiguió acabar con el predominio de los productores de las islas del Atlántico oriental.
Brasil no fue la primera zona americana que produjo azúcar, pero todas las haciendas
azucareras de américa quedaron reducidas al abastecimiento de mercados locales y regionales.
La producción sistemática en Brasil comenzó con el establecimiento oficial de las capitanías
concesionarias en las que se dividió Brasil. En 1532 se envió una flota portuguesa que acabó con
la colonia francesa y llevó consigo expertos azucareros de las plantaciones de Madeira y los
nuevos gobernadores que tomaron posesión de sus regiones trajeron plantas de Madeira o Sáo
Tomé. Pernambuco y Bahia se convirtieron en los centros de producción azucarera. Hacia 1580,
ambas zonas producían casi dos tercios de todo el azúcar del continente. Todo esto en un
período en el que los precios del azúcar aumentaban sin cesar en Europa.
Pronto evolucionaron hacia operaciones mucho más complejas que las de las Antillas,
superando seis veces la producción anual. Brasil dominaba la producción azucarera del mundo
occidental. Dada la incesante demanda de peones en los ingenios, los brasileños iban a
experimentar muchas de las formas de organización laboral que, salvo la contratación de
trabajadores europeos, pondrían en práctica los colonos posteriores. Importaron esclavos
africanos, pero también intentaron esclavizar a las poblaciones indias. Entre 1540 y 1570 los
esclavos indios fueron los principales productores de azúcar en Brasil, pero no podían satisfacer
las necesidades de los productores azucareros costeños, ya que el trabajo y las enfermedades
fueron reduciéndolos en cantidad. El comercio de esclavos se convirtió en masivo sólo a partir
de 1570. Hacia 1620 en la mayoría de haciendas todo el personal era de raza negra.
6. El aumento de la competencia de las indias occidentales
Los decenios centrales del XVII son los de máximo predominio de Brasil en el mercado
europeo del azúcar. Este monopolio suscitó la envidia de otras potencias europeas y condujo al
nacimiento de centros de producción alternativos. En este movimiento desempeñaron un papel
fundamental los holandeses, que hasta entonces habían sido socios leales de los colonos
brasileros. Se apoderaron de Recife, primer puerto azucarero de Brasil y centro de la provincia
de Pernambuco. El siguiente paso era impedirle a Brasil el acceso a sus fuentes de esclavos
africanos. A finales de 1630 se adueñaron de la Costa de Oro y de Angola.
La ocupación holandesa acarreó la sustitución de Pernambuco por Bahía como primera
provincia azucarera y esclavista, y contribuyó al resurgimiento de la esclavitud india. En el resto
de América, el Brasil holandés se convirtió en el proveedor de herramientas, técnicas, crédito y
esclavos con los que iba a exportarse la revolución azucarera a las Indias Occidentales,
terminando de ese modo con el monopolio brasileño en los mercados europeos y favoreciendo
la creación de nuevas y prósperas colonias americanas, francesas e inglesas. Los holandeses
empezaron a llevar esclavos y modernos equipos de refinado a los colonos británicos y franceses
del Caribe para que exportaran su azúcar al mercado de Ámsterdam.
En el siglo XVII había surgido en las Indias Occidentales francesas y británicas un nuevo
centro azucarero y esclavista. Esto dejó a la América hispana como tercera zona principal de
importación. Las colonias inglesas y francesas contendientes de América del Norte importaban
todavía relativamente pocos esclavos. Este crecimiento de las Indias Occidentales británicas y
francesas se produjo en detrimento de la producción azucarera brasileña, que dejaron de ser un
monopolio, pero siguieron constituyendo un motor esencial del mercado mundial.
7. El modelo de plantación
Los blancos no querían trabajar en las plantaciones. No había diferenciación sexual en la
realización de todas las principales tareas asociadas a la plantación, el cultivo y la recolección de
las cosechas. Todos los niños trabajaban. Las plantaciones presentaban porcentajes de
población económicamente activa entre los más altos registrados.
La estrecha supervisión de los trabajadores contribuía a compensar la falta de entusiasmo.
Los incentivos negativos influían más que otras recompensas, aunque los positivos también se
usaban. Entre el recurso a la fuerza, las recompensas, los altos niveles de participación de los
trabajadores, una estrecha vigilancia y la sistematización de las tareas laborales y su carácter
rutinario, se conseguía que los esclavos de la plantación lograsen altos rendimientos de
producción.
En las plantas azucareras había más mano de obra calificada o semicalificada por la
necesidad de refinación. Se trabajaba en varios grupos o cuadrillas.
8. Evolución demográfica de las poblaciones esclavas americanas
Las poblaciones esclavas locales no lograban reproducirse porque los porcentajes de
mortalidad entre los esclavos eran muy altos.
9. Evolución comparativa de los libertos bajo el régimen esclavista
Hay grandes diferencias dentro de América. Todas las sociedades esclavistas de América
autorizaron la manumisión, legítima por tradición del derecho romano y la sociedad cristiana.
Las poblaciones libres de color crecieron lentamente durante los siglos XVI y XVII haciendo frente
a ciertos tipos de restricciones a su libertad. A partir del siglo XVIII, algunos regímenes esclavistas
empezaron a diferenciarse de otros por un cambio en su actitud frente al proceso de
manumisión.
El racismo era consustancial a todo sistema americano en el que hubiese esclavos africanos
y no desapareció cuando negros y mulatos se convirtieron en ciudadanos libres y competidores
económicos y sociales. Se debate si el racismo precedió a la esclavitud o fue consecuencia de
ella: en el contexto latinoamericano, la esclavitud existía desde mucho tiempo antes de la
colonización, por lo que los prejuicios raciales fueron posteriores a la esclavitud. El
mantenimiento del sistema de castas requería el impedimento del enriquecimiento de la
población libre de color y limitar seriamente la movilidad profesional e incluso geográfica de la
comunidad. Esto no se pudo lograr rígidamente en la práctica.
En Perú y la parte norte de Sudamérica el número de negros libres superó a la población
esclava en casi todas las colonias. En Brasil, en 1972, cuando se realizó el primer censo nacional,
constituían el elemento dominante de la población nacional.
La población de color libre recibía en su seno un elemento dinámico con un mayor
componente femenino y relativamente joven que lógicamente contribuía a elevar los índices de
reproducción de la población negra libre por encima de los índices de los esclavos. La
manumisión fue más frecuente en las zonas urbanas que en las rurales. Una vez liberados, los
antiguos esclavos pasaban a formar parte de las capas más bajas de la sociedad, ya que gastaban
todos sus ahorros en liberarse.
10. La esclavitud africana en América Latina hacia 1700
Hacia principios del XVIII, la esclavitud africana se hallaba firmemente implantada en
América Latina. En casi todas las principales ciudades de Sudamérica, los esclavos o los hombres
de color libres constituían casi la mitad de la población total. Ahora bien, en las colonias
hispanoamericanas los indios seguían siendo la fuerza laboral predominante en el campo. En
México y América central tuvo menos peso. Sólo Brasil se mostraba plena y profundamente
embarcada en el empleo de mano de obra esclava como base principal de la producción agrícola
para el comercio de exportación. El descubrimiento de Minas Gerais a fines del XVII alentó esto.
Aunque las colonias continentales de España ya no dependieran tanto de la mano de obra
esclava africana, el modelo de plantación que se desarrolló sobre todo en Brasil, iba a
convertirse en la forma institucional que más influiría en las exportaciones de productos
agrícolas a Europa durante los dos siglos siguientes. Este modelo será un precursor para los
españoles que en el último cuarto del siglo XVIII hicieron de Cuba un productor azucarero de
categoría mundial.

Elliot – España y América en los siglos XVI y XVII


1. Las aspiraciones metropolitanas
Castilla tenía una posición privilegiada respecto de las Indias: en 1493 el papa confirió el
gobierno y la jurisdicción de las tierras descubiertas a los reyes de Castilla y León, por lo que las
Indias se gobernarían de acuerdo sus reglas.
En 1503 se estableció en Sevilla la Casa de la Contratación, responsable de la organización y
control del tráfico de personas, barcos y mercancías entre España y América, convirtiendo a
Sevilla en el centro comercial del mundo atlántico. Eran pocos para mucho territorio. En 1523
se estableció el Consejo de las Indias, medio para combinar intereses plurales con un control
central unificado. Este estilo de gobierno mediante papel, inevitablemente produjo su propia
casta de burócratas. Los integrantes, además, no tenían ninguna experiencia americana, lo que
los llevaba a ver los problemas de las Indias a través de la perspectiva peninsular. Esto condujo
a un gobierno más inclinado a regular que a innovar.
El autor define el gobierno de las indias durante el siglo XVI y XVII como un éxito, más allá
de los defectos que tenía. La autoridad estaba dividida en distintas esferas, y aunque esas
esferas a veces pudieran confundirse (administrativa, judicial, financiera y religiosa), esto servía
para que los delegados reales se limitaran entre sí.
En cuanto a los delegados reales, había virreyes, gobernadores, audiencias, cabildos y la
iglesia.
Durante los primeros años los principales representantes de la corona eran los
gobernadores, que tenían el derecho de disponer de los indios y la tierra, aunque la corona no
quería la conformación de una casta de señores feudales, por lo que esta institución intentó ser
limitada con plazos cortos y la no herencia de los cargos. En la práctica, sobrevivieron a la
conquista, ya que servían para administrar y defender regiones periféricas: se las burocratizó
gradualmente. La generación de gobernadores que le siguió a los gobernadores/conquistadores
de la conquista eran administradores, y tenían funciones judiciales, administrativas y militares.
Era un rol diferente.
Las gobernaciones venían debajo del virreinato. En 1535 se crea el de Nueva España y en
1543 el de Perú. Los borbones añadieron dos más: Nueva Granada en 1717 y Río de la Plata en
1776. Las Leyes Nuevas de 1542 institucionalizaron el nuevo sistema de gobierno virreinal,
convirtiéndolo en el alter ego del rey. En la práctica, la corona lo reservó para los miembros más
jóvenes de las grandes familias, o para nobles con título de rango medio. Fueron una fuente de
problemas para sus ocupantes, ya que las leyes que llegaban constantemente de la metrópolis
eran difíciles de aplicar.
A finales del XVI había un enorme cuerpo de leyes y provisiones referidas a las Indias. Cada
virrey sabía que sus enemigos buscarían usar el incumplimiento de alguna ley como un cargo
contra él, y sabía que era observado de cerca por los oidores o los jueces de la Audiencia.
Durante el siglo XVI se constituyeron 10 audiencias en el Nuevo Mundo, y los hombres que las
ocuparon durante el gobierno de los Austrias constituyeron la elite de la burocracia de España
en América. Mientas los virreyes iban y venían, los oidores no tenían un límite fijado para su
permanencia en el cargo.
A la vez, los oidores eran observados por la corona, con leyes que intentaban restringir su
accionar en América, no cumplidas en la práctica, por lo que se enviaban jueces independientes
para efectuar visitas, y tenían una residencia al final del período en el cargo, que permitía a
partes afectadas presentar cargos. Es decir, todos los funcionarios estaban vigilados.
El gobierno local se asentaba en la ciudad. Cada una tenía su propio consejo o cabildo, con
grandes diferencias en sus poderes y composición, aunque principalmente tenían funcionarios
judiciales y regidores. Los cabildos se convirtieron pronto en oligarquías.
El poder del estado era mayor en las Indias a causa de la extraordinaria concentración de
poder eclesiástico en manos de la corona. Ello derivaba de precedentes establecidos en la
corona de Granada, junto con derechos incorporados a la corona de Castilla por las bulas papales
que le conferían poder de evangelización. El rey, gracias al papa, podía disponer de los asuntos
eclesiásticos en Indias sin iniciativa de Roma.
La iglesia en Indias fue misional y catequizadora. Los obispos tenían una influencia
importante en la vida civil, y los conflictos entre obispos y virreyes fueron una constante. La
corona fue fuertemente dependiente del episcopado para supervisar tanto el bienestar material
como el progreso espiritual de la comunidad indígena. La justificación de la conquista era de
carácter religioso, sin embargo, la teoría coherente de imperio siempre estuvo ausente: eran
respuestas pragmáticas en lugar de un cuerpo teórico. Al final del capítulo menciona el conflicto
de Bartolomé de Las Casas y Sepúlveda.
2. Las realidades coloniales
Era contradictorio querer proteger a los indios y aumentar los ingresos reales, ya que estos
derivaban de los indios en forma de tributo o trabajo. El pago del tributo, en producto y/o
dinero, fue obligatorio para los indios desde la conquista hasta las guerras de independencia. Se
pagaba a la corona o a los encomenderos. Era una imposición ineludible. Cerca de 1550 los
indígenas nobles también fueron sumados al tributo. La organización de la recaudación se dejó
en manos de los corregidores de indios, aparecen en 1560 en las zonas más pobladas. Eran la
respuesta real a los encomenderos. Sin embargo, se sumaron nuevos problemas a los que ya
había en la otra institución. Las obligaciones del corregidor incluían también la administración
de justicia y la organización del abastecimiento de mano de obra para obras públicas y
particulares. Los corregidores reducían aún más la influencia de los caciques sobre su pueblo, y
por esto los funcionarios que se pretendía que cuidaran los intereses de la república de los indios
terminaron siendo de los enemigos más peligrosos.
Otra contradicción era el hecho de pretender el aislamiento de los indios a la par que se los
integraba a un sistema de trabajo y a una economía monetaria europea. La merma de indios
que era igual al descenso de mano de obra llevó a la mano de obra forzada indígena. Eran
arrancados cruelmente de sus comunidades y trasladados a campos, obras públicas, obrajos o
minas. A fines del XVI, la creencia en que el viejo orden indígena podía ser preservado sin
cambios importantes había desaparecido. Los que trabajaban como criados y empleados en las
ciudades eran asimilados e hispanizados, aunque por fuera de las ciudades españoles, los
corregimientos siguieron sus propios caminos, asimilando algunas cosas y continuando con la
tradición en otras. Se consolidaron en el XVII y llegaron a actuar como protección contra la gran
propiedad o la hacienda.
La corona lo intentó, pero fue incapaz de impedir el establecimiento una nobleza indiana.
Se diferenciaba en cuestiones importantes de la España metropolitana: todos los hispánicos
estaba exentos de los impuestos (no había pecheros y nobles), generando una relación
aristocrática con los indios pagatributos. Los criollos no tenían grandes distinciones entre sí
hasta 1630, con los virreyes pudiendo vender títulos de hidalguía. Esto evidencia tanto los
problemas financieros de la corona como también los cambios sociales en el Nuevo Mundo. A
fines del XVI la elite estaba compuesta por viejos colonizadores, la nueva riqueza y conexiones
de influencias. A medida que avanzaba el siglo, este núcleo de familias dirigentes asimiló nuevos
elementos, especialmente aquellos que hicieron fortuna en minería, y se fue produciendo una
red de familias interconectadas que recurrieron al mayorazgo para impedir una disgregación de
la fortuna familiar. Esta consolidación de oligarquías locales fue más fácil en algunas áreas que
en otras. De todas maneras, esta consolidación complicaba a Madrid en la aplicación de políticas
que se opusieran a los intereses de la elite; además, la consolidación coincidió con el
debilitamiento del gobierno central que siguió a la muerte de Felipe II en 1598. El gobierno de
Felipe III (1598 – 1621) fue deficiente. Una vez que las oligarquías se establecieron fue imposible
que perdieran su posición.
3. La transformación de la relación entre España y las Indias
Carlos V muere en 1558. Su herencia se divide entre su hermano Fernando, que lo sucede
en el título imperial, y su hijo Felipe, que se queda con España, Italia española, Países Bajos y las
Indias. La división es la prueba de su fracaso en el gobierno de tamaña empresa. La herencia de
Felipe II (1556 – 1598) era más manejable. Felipe consiguió imponer su sello en la monarquía
española. Desconfiaba de sus ministros y funcionarios, buscaba estar informado sobre cualquier
problema y era indeciso, ralentizando un sistema ya lento. Dio a sus dominios un gobierno firme,
aunque la eficacia de las órdenes disminuía con la distancia y tuvo que enfrentarse a los turcos
en el Mediterráneo y con los Países bajos. A medida que la interdependencia de España y las
Indias crecía, los europeos del norte desafiaron con más intensidad el monopolio ibérico del
Nuevo Mundo.
España y Europa vieron a las Indias como un imperio de plata. Las grandes exportaciones
comienzan en 1545 con el descubrimiento de Potosí, y se incrementan con el sistema de la
amalgama para refinar la plata con azogue. La vida económica y financiera de España, y a través
de ella, de Europa, se hizo dependiente de la llegada regular de las flotas de las Indias con sus
cargamentos de plata. A finales del reinado de Felipe II representaban sólo el 20% de los ingresos
totales aproximadamente, aunque era crucial para las grandes empresas de los últimos años
(Países Bajos, Inglaterra, Francia). Estaba constantemente sacando asientos o contratos para
mantener ejércitos y siempre retrasado con los pagos en compromisos internos e
internacionales. El resto de la plata que llegaba a Sevilla pertenecía a propietarios individuales,
y una gran proporción adoptaba la forma de pagos por mercancías que habían sido embarcadas
en anteriores flotas a los puestos de Veracruz, Cartagena y Nombre de Dios.
La segunda mitad del siglo XVI fue en general un período largo de expansión en el comercio
con las Indias. Desde 1620 esto empezó a descender, y hacia 1650 la época del comercio
atlántico sevillano había terminado, sustituida por Cádiz. Las relaciones económicas de España
con sus posesiones americanas sufrieron importantes cambios. En primer lugar, la inyección de
metales preciosos generó inflación en la metrópolis, produciendo quejas de los habitantes que
llegaron a las Cortes. A la industria castellana, más que nada a la textil, se le complicaba producir
a precios internacionalmente competitivos: eran caros en todo el mundo. Esto fue un
contrapeso para la prosperidad de Sevilla y los ingresos en alza de la corona. A la vez, conforme
las Indias desarrollaron su producción ganadera y cultivaron su propio trigo, después de 1580,
la demanda de producción española comenzó a decaer. Después de 1567 se sumaron a la
situación los lazos comerciales entre México y Filipinas (Oriente) para abastecerse de textiles de
alta calidad, destinando altas cantidades de plata americana. Los intentos de prohibición
generaron contrabando en gran escala: las Indias no podían encerrarse indefinidamente en un
sistema exclusivamente hispánico diseñado para satisfacer los deseos de los mercaderes
sevillanos.
Si las economías de Castilla-Andalucía y las Indias se complementaron hasta
aproximadamente 1570, en adelante se produjo una divergencia que ninguna cantidad de
legislación proteccionista podía evitar por completo: simplemente las Indias tenían ya menos
necesidad económica de España, mientras que a la metrópolis le pasaba al revés. Cuando la
plata no pudo obtenerse en la forma de pago por productos castellanos, hubo que conseguirla
a través de la manipulación de las tasas de aduanas, de la introducción de impuestos y de una
variedad de recursos fiscales. Un ejemplo es la alcabala, introducida en Nueva España en 1574,
para los blancos de las Indias. Otro ejemplo es la venta de oficios y corregimientos. EL resultado
fue el surgimiento de una enorme y parasitaria burocracia, otra capa que sirvió para complicar
más la aplicación de las órdenes reales.
La defensa de las flotas fue más efectiva que la defensa de las Indias mismas: eran muy
extensas y escasamente habitadas por españoles. Conforme los enemigos europeos de España
identificaron la plata de las Indias como la fuente del poder español, creció su deseo de cortar
los vitales lazos trasatlánticos y de establecer sus propias colonias en el Caribe y en la tierra firme
americana. Se construyeron fortificaciones para los principales puertos, y aunque en un primer
momento cumplieron su función, lo que costó levantarlos y lo que costaba mantenerlos fueron
una carga pesada sobre los ingresos reales en las Indias. El acceso de Felipe II al trono de Portugal
en 1580 representó inicialmente un incremento de la potencia española, pero fue seguido de la
incursión de los holandeses en aguas sudamericanas. Los costos de la defensa imperial subían
mientras los ingresos mermaban. Consecuentemente, los inicios del siglo XVII son un período
crítico en las relaciones entre España y las Indias. Durante el gobierno de Felipe II se puso en
duda el papel de las Indias.
Muchos españoles emigraron a las Indias, generando una población flotante sin ocupación
acá, pero desde el lado español el problema parecía más serio, porque las Indias en lugar de
producir tesoros para Castilla la estaban agotando.
Castilla necesitaba a las Indias tras la asunción de Felipe IV en 1621, cuando expiró la tregua
con los Países Bajos y España se encontró frente a un conflicto que amenazaba con extenderse
por toda Europa. Se llega a la creación de la Unión de Armas, un sistema en el que cada parte de
la monarquía garantizaría la contribución de un determinado número de soldados de paga
durante un período de quince años. La introducción fue casi tan difícil en las Indias como lo fue
en España. Además, subieron la alcabala. Las décadas de 1620 y 1630 pueden considerarse como
un período de nueva e intensificada fiscalización en las Indias, igual que en España y en sus
territorios europeos.
La capacidad americana de responder a las demandas de Madrid era limitada. La década de
1620 fue una época de condiciones climáticas inusualmente malas, mientras aumentaban los
problemas de la producción de minas, o bajaban su rendimiento. Mantener a las minas en
producción era una operación altamente costosa. La escasa mano de obra y el próximo
agotamiento de algunos yacimientos reflejaba el descenso del valor de la plata en Europa, donde
su abundancia generó un descenso del valor en relación al oro. En estas circunstancias, los
mercaderes de Indias mostraron una creciente falta de disposición al comercio trasatlántico,
aproximando el vínculo a una ruptura en la década de 1630. En 1640, año en el que Cataluña y
Portugal se rebelaron contra el gobierno de Madrid, no llegó flota con metales a Sevilla. Las
excesivas demandas fiscales de la corona habían llevado al sistema trasatlántico al punto del
colapso.
Desde 1630 hasta 1650, parecía que la monarquía española estuviera al borde de la
desintegración: territorios extensos, líneas de comunicación frágiles, limitados recursos, y una
guerra en varios frentes. Los holandeses, tras algunas marchas y contramarchas, toman y
consolidan su control sobre las regiones productoras de azúcar en el noreste de Brasil. Además,
en 1640 Portugal se declara independiente, privando a Sevilla de las inversiones de Lisboa. En
1634 el Caribe comenzaba a ser un lago europeo, con posesiones francesas, ingleses y puestos
comerciales holandeses. Los españoles respondieron lo mejor que pudieron. El tratado de paz
de Münster en 1648 ponía fin a 80 años de guerra con los holandeses, permitiéndoles quedarse
con sus posesiones, y en 1670, en el tratado de Madrid, España le reconocía a Inglaterra que la
ocupación y colonización proporcionaba el derecho de posesión, y no el descubrimiento.
Militar y económicamente los lazos entre las Indias y España se habían casi perdido,
temporalmente, por el debilitamiento de la metrópolis durante las décadas centrales del siglo.
Al mismo tiempo, las Indias seguían sujetas a presiones fiscales intensas y al duro peso del
control burocrático español. La combinación en el XVII de abandono y explotación creó
oportunidades para las oligarquías locales: fue el siglo de la formación de latifundios, además
de la formación de caciquismo rural y el crecimiento del criollismo, el sentimiento de la diferente
identidad criolla.
Había rivalidad entre peninsulares y criollos, en particular en las órdenes religiosas. Cada
nueva generación de criollos se sentía un paso más alejada de la España metropolitana., y cada
vez más reacia a aceptar el tipo de tutelaje implícito en la relación entre la madre patria y sus
colonias. Sin embargo, los vínculos de parentesco, intereses y cultura que los ligaban eran
profundos. La educación y los libros eran hispánicos, pero con sutiles cambios americanos:
vocabulario y estilos. Durante el siglo XVII los criollos se embarcaron en la larga búsqueda de
una propia identidad.
Gruzinski – La conjura general
1. Los caciques en busca de una nueva legitimidad
Contexto: dominicos lascasianos vs encomenderos. Los caciques buscaban introducirse en
algunas instituciones ibéricas. Se crearon cuatro parroquias en Cuzco que agrupaban a la
población de los poblados indígenas vecinos. Inspirándose en costumbres incas, las autoridades
eligieron a algunos gobernadores indígenas ilustres y les confió responsabilidades
administrativas. Ellos estaban muy hispanizados.
2. Príncipes y princesas de Cuzco
En 1560 Cuzco era una ciudad privilegiada geográficamente. Los incas estaban divididos en
dos bandos irreconciliables: los partidarios del hijo de Paullu Inca, don Carlos por un lado; por el
otro, los incas fieles a la memoria de Manco y de sus hijos, agrupados en torno a la viuda de
Sayri Tupac, doña Maria Cusi Huarcay. En esta década don Carlos era un encomendero
hispanizado con alto rancho (mansión). La prima también tenía familia, pero el autor lo redacta
de pésima manera.
Las mujeres habían conquistado una libertad de acción poco ordinaria. La manipulación de
las alianzas matrimoniales ya no era exclusiva de los hombres. Cusi Huarcay quería casar a su
hija Beatriz Clara, de su primer esposo Sayri Tupac. Eligió a Cristóbal Maldonado, un joven rico
y mestizo emparentado con la familia del señor de Andahuaylas.
3. La enfermedad de la danza
La situación era desoladora. En ese contexto, a mediados del decenio de 1560, se propagó
el rumor de que los españoles se habían vuelto ricos y poderosos porque sacaban la grasa del
cuerpo de los indios. Los indios creían que en dicha sustancia residía la marca de los seres
excepcionales. Ese vampirismo atribuido a los españoles explicaba el miedo que inspiraban en
parte. Pero, además, los indios no comulgaban con la creencia de que todos los hombres
pudiesen tener un origen común. El rechazo del cristianismo tomó varias formas, pero una de
ellas evocaba los temibles efectos del mercurio. Los campesinos seguían a esos predicadores
(cuáles) agitados por violentos temblores que atribuían a la posesión de una entidad
sobrenatural, la huaca. El comportamiento de sus adeptos, sus cantos, y el aspecto patológico
de las manifestaciones de sus creencias explican el nombre dado al movimiento, Taki Onkoy. No
se sabe si el escándalo alrededor de esto tenía correlato con la realidad o si fue exagerado por
los españoles, deseosos de azotar idolatrías, de desacreditar la acción de órdenes religiosas
predecesoras y de organizar una política represiva.
4. Unos españoles poco ortodoxos
Los indios no eran los únicos que se apartaban de la ortodoxia católica. Describe ejemplos
interesantes pero innecesarios para el estudio.
5. El Perú amenazado
Mientras los posesos de Taki Onkoy recorrían la sierra diciendo que se aproximaba el fin del
mundo, en los Andes se encendían varios focos de rebelión, debilitando al virreinato. A la
continua amenaza india se añadía la turbulencia criolla y mestiza, sumada a algunos españoles
e inclusive eclesiásticos.
El presidente de la Audiencia de Lima estaba al tanto de dos rumores y temía un
levantamiento general. Se descubrió un primer foco de subversión en el Valle de Jauja, región
históricamente favorable a los españoles: denunciaron la fabricación de tres millares de armas,
pero sólo se confiscaron quinientas. Además, los guaraníes ocuparon el Valle de Tarija, desde
donde planeaban invadir Potosí y Porco. En ambos casos se señalaba a Tito Cusi, el inca de
Vilcabamba, como instigador.
6. Titu Cusi Yupanqui
Desconfiaba de los españoles. No tenía poder económico. La idea de resistir armado el
avance español le parecía poco realista. Si quería conservar su independencia debía mostrarse
evasivo. El misterio que rodeaba su persona lo favorecía, y alimentaba ese temor impidiendo a
los extranjeros el acceso a su reino. Se mandaba cartas con sus parientes de Cuzco y la amistad
de su hermana Cusi Huarcay le permitía jugar la carta de la sucesión, que no podía llevarse a
cabo sin el dominio de la escritura.
El inca decidió rendirse, diciéndole al presidente de la Audiencia que saldría si su hijo Quispe
Tito se casaba con la hija de Cusi Huarcay, Beatriz. Mientras intercambiaban regalos y mensajes
con el presi, sus primos le proveían armas y su hermana le aconsejaba aprovecharse del Jueves
y Viernes Santo para atacar los edificios españoles, vacíos en esas ocasiones. Este intento no
pasó inadvertido para un miembro de la Audiencia, que se guardó el secreto para evitar un
conflicto abierto. En nombre de la Audiencia redactó un texto sobre las condiciones de la
rendición, y después de una búsqueda complicada, Rodríguez aceptó.
7. Un español visita a Titu Cusi
Hay toda una preparación para el encuentro. El acuerdo que se logra establece que si el inca
abandona Vilcabamba y permite construir una ciudad española allí dispondrá de una renta de
más de 15 mil pesos, sin contar las sumas que podrá obtener de la venta de leña a los españoles.
El inca acepta, pero exige garantías: el matrimonio de su hijo con la prima del pibe. Mientras
espera a la princesa se queda con dos eclesiásticos que lo instruirán en la fe cristiana, y subirá a
Cuzco después de dos años, después de haber cobrado dos veces los tributos.
8. La conjura de los mestizos
Titu Cusi se apuraba para que se case su hijo porque en Cuzco se pudrió todo: el prometido
violó a la Beatriz, de 9 años, y proclamó que se consume su matrimonio, anulando el arreglo
logrado por Titu Cusi. Todo era una conspiración para asesinar al presidente de la Audiencia,
seguido del asesinato del corregidor de Cuzco y todas las autoridades de la ciudad.
Después de esto, los mestizos serían tenidos en cuenta como una colectividad amenazante,
tanto por españoles como por indios. Tras el fracaso de la conspiración, Beatriz Clara y su madre
rechazaron el “matrimonio” con Cristóbal Maldonado. Asimismo, se fueron descubriendo otras
conjuras.
9. La ofensiva del virrey Francisco de Toledo
En 1569 Felipe II escogió como virrey a Francisco de Toledo, con el objetivo de anular la
posibilidad de una potencia inca, de la que eran partidarios los dominicos. El virrey pensaba
reorganizar el tributo y reconsiderar la cuestión de las encomiendas, continuamente aplazada.
La ofensiva letrada precedió a la armada: empezó a combatir las ideas de Las Casas con un
texto, y después organizó la visita general, que duró dos años. Fue seguida por una
restructuración general de las aldeas indígenas, para agruparlos en aldeas en zonas de mediana
altitud y cerca de las vías de comunicación. Este proceso fue violento ya que los parámetros de
organización pertenecían a cosmovisiones distintas. La investigación fue completada por las
genealogías de los incas y las reglas de sucesión. Una encuesta arrojó que la autoridad que
pretendían ejercer don Carlos o Titu Cusi ya no era considerada legítima. La recopilación fue
ideada para contradecir la historia de Las Casas.
10. El martirio de Diego Ortiz
Esta data llegó a Titu Cusi. Tenía dos rehenes agustinos, de acuerdo a las exigencias del
acuerdo. El inca muere en un banquete, y como Diego Ortiz (un agustino) no puede resucitarlo,
lo hacen re cagar, lo mismo que con el otro, Martín Pando.
11. Tupac Amaru: el último inca
Francisco de Toledo no estaba enterado de la muerte de Titu Cusi. Le mandó una carta con
un enviado, pero lo hicieron cagar. Tupac Amaru quería evitar que la noticia de propagara (ni
idea de donde salió. En 1572 el virrey le declara la guerra. Fue apresado, juzgado y condenado a
muerte.
12. Toledo y la política de normalizac
En una fiesta notó la influencia inca y se asustó. Un mes después de la declaración de guerra
a Tupac Amaru, el virrey acusó a don Carlos de complicidad con Titu Cusi, algo absurdo. Las
críticas que generó en la sociedad fueron apoyadas por los encomenderos, inquietos por el
activismo del virrey. De acuerdo a este texto, la mayor parte de los descendientes de los tiranos
incas perdieron lo esencial de su influencia. No está de acuerdo con alguno de más arriba (no
recuerdo cuál) o anterior. Las elites mestizas sufrieron todo el peso de las medidas.

S-ar putea să vă placă și