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BIBLIOTECA DE AUTORES QUINDIANOS

Poesía
La Biblioteca de Autores Quindianos

Recopilar en una colección bibliográfica el pensamien-


to, la identidad, la cultura y la memoria histórica de nuestro
departamento a través de la mirada de los escritores quin-
dianos, es la gran apuesta de este proyecto conjunto entre
la Gobernación del Quindío y la Universidad del Quindío.
La Biblioteca de Autores Quindianos se constituye en
una manifestación cultural que nos permitirá conservar y,
sobre todo, hacer visible ante la ciudadanía la esencia de
nuestra región.
Difundir y visibilizar la tradición literaria e intelectual
del Quindío es nuestro deber. Queremos que las letras
que narran nuestra vida y plasman la visión de los poetas,
historiadores, narradores y ensayistas quindianos estén al
alcance de la comunidad del departamento y se conviertan
en referente para la investigación sobre nuestra cultura.
Esta recopilación se hizo pensando en Ustedes, los lec-
tores; esperamos que la disfruten y que sean los principales
promotores de la diversidad literaria del Quindío.

Padre Carlos Eduardo Osorio Buriticá


Gobernador del Quindío

José Fernando Echeverry Murillo


Rector de la Universidad del Quindío
Témpora:
Jóvenes poetas del Quindío

Compilación:

Andrea Estefanía Álvarez Orozco


Yeni Zulena Millán Velásquez

Universidad del Quindío

BIBLIOTECA DE AUTORES QUINDIANOS


Témpora: Jóvenes poetas del Quindío

Estudio y edición:
© Andrea Estefanía Álvarez Orozco
© Yeni Zulena Millán Velásquez
Universidad del Quindío

Ilustraciones:
© Jhonny Alejandro Zamudio Realpe

Biblioteca de Autores Quindianos


Secretaría de Cultura, Gobernación del Quindío
Editorial Universidad del Quindío
Armenia

Primera edición
2017

ISBN 978-958-8593-xx-x

Asesoría editorial:
Licenciatura en Español y Literatura
Universidad del Quindío
Edición al cuidado de los editores
Diseño de la cubierta: © Lina María Cocuy
Todos los derechos reservados.
Impresión: Centro de Publicaciones, Universidad del Quindío
Índice

Prólogo 7

Invierno

Beyddy Muñoz Loaiza

Solo sé un hombre 21
Arco iris 22
Hielo 23
Todavía 24
Es tiempo verde… 25

Paula Andrea Ceballos

Pecados pequeños 31
Amante pródiga 32
Árbol de canela 33
Puño y letra 34
La danza del escorpión 35
Cotidiana 36
Esperando a Ulises 37

Mario Andrés Martínez Plazas

Confesión 43
Momento 44
La ausencia 45
Ojeras 46
Muerte a secas 47
3
Angélica Beltrán Lozano
En el bus 53
La frustración de un complejo 54
Marilyn Yalom pregunta 55
Poema de la Otredad 56
Juegos de mesa 57
El dedo del corazón 58
Principio de incertidumbre 59

Otoño

Yeni Zulena Millán Velásquez

Héroes 69
Poetas los de antes… 71
Paloma y Engrudo 72
Quién verá caer la última estrella 73
Si no fuésemos cuervos mutilados… 75
Prueba de la redondez del mundo 76
Canasta familiar 77

Daniel Moreno López

También pasas 83
La verde voz de Walt 84
O el tiempo, verdadero juez, nos hará quedar
como unos idiotas 87
El poema 88
Ahí vamos Gustavo, ahí vamos 89

Leidy Bibiana Bernal

Pájaro de piedra 95
Julieth y la lluvia 96
Invernal 98
Improbable 99
Ningún nombre 100
Los pájaros no ven la tristeza 101
Salaje 102
4
Verano

Jhon Edilson Fernández Escobar


Menos tres 111
Menos diez 112
Menos once 113
Menos doce 114
Menos dieciséis 115
Menos diecisiete 116
Menos veintiuno 117

Heidy Guerrero Vélez


Nada nuevo 123
Códigos internos 124
Autoconstrucción 125
Soy yo 126
Sentencia 127
Incendio 128
Devenir 129

Leonardo Ángel
Aunque siempre esté presente 135
Red Lingerie 136
Poema a una chiquilla desconocida 137
Hazme la muerte 139
… 140
Pornema ausente 141
Sabor a ron 143

Douglas Cardona Tamayo


Quisiera ser “YO”… 149
Lleno de sí mismo… 150
Te pienso en matemáticas… 151
Él se siente perdido… 152
Declaración 153
Me sentí poeta… 154
Quisiera sentirme solo… 155
5
Primavera

Ana María Sepúlveda López


El eco de los dioses 165
Árbol de ciudad 166
Todo está resuelto 167
Somos nada 168
Presagio 169

Juan Camilo Puentes Sánchez


Este anhelo… 175
La eternidad… 176
Mientras escribo… 177
Hoy como ayer… 178
He decidido… 179

César Alberto Cano


Principios 185
Mural pintado a mano 186
Táctica y estrategia 187
Trocito de imagen 188
Pregunta 189
Los Poetas 190
Si no te veo mi amor me pongo esquizofrénico 192

Bibliografía 195

6
Prólogo

¿Qué les queda por probar a los jóvenes


en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros

Mario Benedetti

Témpora: Jóvenes poetas del Quindío parte de una in-


quietud sobre el panorama poético actual en este de-
partamento. La labor de compilación realizada atiende
a dos objetivos: presentar a un grupo de jóvenes poe-
tas a través de su escritura; y motivar por medio de la
lectura de los mismos, la incursión de nuevos lectores
y escritores en ciernes en el universo poético.
Como ya lo refería el crítico y poeta Carlos A. Cas-
trillón en Quindío vive en su poesía (2000), una de las
condiciones imprescindibles para emprender la con-
figuración de una obra poética es convertirse en un
lector asiduo y tomarse el tiempo de conocer la tra-
dición. Aún más, la ardua empresa que se propone el
aspirante a poeta le exige prepararse para dos tipos
de lucha:

la primera lucha que deben dar los poetas jóvenes que


aún no han publicado libros es con ellos mismos. La
7
segunda lucha es la publicación, para lo cual deben
vencer la desconfianza que existe en las entidades
encargadas de patrocinar la edición de nuevos libros
—que prefieren publicar a los poetas de salón, exper-
tos en mover los hilos burocráticos—, y el desprecio de
los colegas, que no comprenden los nuevos lenguajes
(Castrillón, 2000: 30).

En un escenario en el cual la palabra en su forma


más sutil debe afrontar las vicisitudes propias del ofi-
cio, a lo que se suma el hecho de que ya no abunden
publicaciones literarias significativas o, al menos, al-
gunas que posean espacios abiertos y equitativos para
la difusión de las obras, lleva a pensar que la trascen-
dencia de estos versos que hoy despuntan estará con-
dicionada por los dos elementos esenciales referidos
por Juarroz: la necesidad y la intensidad; ese binomio
que lleve a la escritura a transformarse en “un acto de
fe” y por lo mismo, nos conceda el “derecho a creer
que tal vez eso mismo pueda repetirse en alguien que
la reciba”.

Los poetas

En la primera etapa del proceso se acudió a va-


rios tipos de fuentes para construir una lista inicial
de quienes se convertirían en objeto de indagación.
Como principales criterios, se tuvo en cuenta que se
tratara de “jóvenes” nacidos entre los años mil no-
vecientos ochenta y mil novecientos noventa y cin-
co, oriundos del departamento del Quindío o, en su
defecto, que desarrollaran su actividad cultural en el
departamento con un lapso no menor a cinco años.
En consideración a esto, se consultaron publicaciones
literarias recientes, como la revista literaria Polilla del
Programa de Licenciatura en Español y Literatura de
la Universidad del Quindío, el libro Quindío vive en su
poesía, la selección Poesía amorosa y erótica del Quindío
8
(2011) y el periódico La Crónica del Quindío. Asimismo,
se visitaron los distintos centros de educación supe-
rior de la ciudad; pero fue gracias a las primeras en-
trevistas que el grupo de poetas empezó a consolidar-
se, puesto que, si bien la filiación grupal ya no parece
ser tan convencional, las publicaciones espontáneas
y los encuentros informales sirven como canales de
comunicación.
El conjunto de jóvenes poetas de la presente selec-
ción puede tomarse como continuación de esa genera-
ción de fin de siglo de la cual Carlos Fernando Gutiérrez
Trujillo afirmara que “No les interesa matricularse en
escuelas ni movimientos. No separan el arte y la vida
ni el poema de la anécdota” (2010: 118). Este trabajo re-
coge las voces de mujeres y hombres que en la palabra
cifran las múltiples preocupaciones y derroteros que
guían su actividad vital.
Con miras a facilitar el abordaje y la apreciación
de esta muestra poética se han agrupado los catorce
autores de acuerdo con su rango de edad. Así, cada
subgrupo se corresponde con una de las estaciones del
año; de tal manera que el conjunto de poetas compren-
didos en cada estación viene a ser esa Témpora, ese pan
para el alma de quien lo lee.
En la primera estación, Invierno, con una poética
aguda, se encuentran Beyddy Muñoz Loaiza, Paula
Andrea Ceballos, Mario Andrés Martínez Plazas y An-
gélica Beltrán Lozano. En la segunda estación, Otoño,
con una poesía de tintes inquisitivos, están Yeni Zule-
na Millán Velásquez, Daniel Moreno López y Bibiana
Bernal. En la tercera estación, Verano, con una escritura
que explora el margen, aparecen Jhon Edilson Fernán-
dez Escobar, Heidy Guerrero Vélez, Leonardo Ángel
y Douglas Cardona Tamayo. En la estación final, Pri-
mavera, con matices de humor y cotidianidad, tenemos
a Ana María Sepúlveda López, Juan Camilo Puentes
Sánchez y César Alberto Cano.
9
Los hallazgos

Como resultado de las entrevistas realizadas a


cada uno de los autores, se encontró que existen cierto
número de convergencias respecto de los poetas leí-
dos. Con contadas excepciones, todos han abordado
a poetas como Raúl Gómez Jattin, Piedad Bonnett,
Carmelina Soto Valencia, Luis Vidales, José Asunción
Silva, León de Greiff, María Mercedes Carranza, Noel
Estrada Roldán, Mario Benedetti, Jorge Luis Borges,
César Vallejo, Pablo Neruda, Julio Cortázar, Oliverio
Girondo, Roberto Juarroz, Alejandra Pizarnik, Walt
Whitman, William Blake, Fernando Pessoa, Charles
Baudelaire y Arthur Rimbaud.
En cuanto a sus condiciones de escritura, el tiempo
que llevan dedicados a la misma y el tipo de acom-
pañamiento que han recibido en dicha labor, los re-
sultados son apreciablemente homogéneos. Prima la
escritura espontánea más que la planeada, en solitario
y, en algunos casos, como consecuencia de la varia-
ción o intensidad de algún estado anímico particular.
La mayoría de los poetas refieren llevar un tiempo ma-
yor a los cinco años en su proceso escritural. Todos
parecen partir de un ejercicio autodidacta motivados
por las lecturas realizadas y, más adelante, al entrar en
contacto con la academia o con personas familiariza-
das con el ámbito literario, gozan de diversos tipos de
estímulo u orientación.

Los poemas

En la línea de los tópicos que pueden considerarse


como tradicionales, se encontró que los poetas aquí in-
cluidos tocan reiteradamente las diadas amor/desamor
y vida/muerte, el erotismo, la cotidianidad, la realidad
social, la soledad, el tiempo y el vacío existencial. De
otro lado, temas como la mitología, lo simbólico, lo re-
ligioso, la literatura, la historia, los sueños, el juego, el
10
lenguaje, la locura, el sexo, el alcohol, la naturaleza y
las vivencias espirituales, aparecen a manera de nove-
dades, sobre todo en el modo en que son abordados.
Al momento de establecer un diálogo entre los poe-
tas de la región inscritos en una contemporaneidad
temprana, varios de ellos afincados en la tradición, y
una contemporaneidad tardía, en la cual se situarían
los aquí incluidos, se evidencia que persisten intere-
ses estéticos de lo que otrora fueran líneas de creación
poética bien delimitadas. Aun así, prevalece una suer-
te de hibridación en la composición de los poemas;
de tal manera que en los mismos puede encontrarse
“Un tono coloquial-conversacional hecho con el habla
común que nombra la vida corriente. Una poética vi-
talista de la cual participa el autor con un yo íntimo
y vivencial y una poética hermética-trascendental so-
bre la cual subyace una preocupación del ser frente al
mundo” (Gutiérrez Trujillo, 2010: 155).
El balance en cuanto a la solidez de la obra poética
presenta cierta desigualdad. Como ya lo mencionara
Carlos A. Castrillón en Quindío vive en su poesía, persis-
ten cierto número de falencias en cuanto a lecturas y
rigor en la escritura. Pese a ello, algunos de los poemas
aquí consignados dan cuenta de un grado de madu-
rez y reposo que pueden ser vistos como los primeros
aciertos de una labor prometedora.
Tal y como lo anunciara Alejandro Buitrago en su
investigación sobre poesía experimental en el Gran
Caldas (2013), el territorio quindiano es un terreno
propicio para que se presente un desborde creativo en
la mente del poeta, traducido en una ampliación del
“espectro de posibilidades” y una transformación de
“todo su paisaje interior” (75). Si se aplica al presente
trabajo, tales condiciones se ven ejemplificadas en la
aparición de lo que Buitrago menciona sobre la poe-
sía espacialista, por la apreciable carga de significado
“consignada en el espacio en blanco y en la particular
forma de distribuir el texto” (96).
11
Un elemento que sugiere la búsqueda de la inno-
vación, sobre todo en lo concerniente a la forma del
poema, viene dado por el uso de la imagen como ex-
presión visual del mismo. La disposición espacial de
los versos, que en varias ocasiones se presenta como
una disonancia a la acostumbrada, viene a reforzar el
significado oculto del poema, o a proponer sugeren-
cias en torno al mismo.
La extensión del poema no se precisa como un fac-
tor predispuesto y regular; casi siempre en la obra de
un mismo autor se perciben variaciones en cuanto al
número de versos, incluso se recurre a la brevedad y
concisión del haikú. La intertextualidad, que no es el
recurso más utilizado en el corpus elegido, se aprecia
de manera explícita algunas veces, aunque en gran
parte solo se sugiere. El componente autobiográfico es
visible en varios casos.
Extendemos nuestros agradecimientos a los docen-
tes Carlos A. Castrillón, Diego A. Pineda y Beyddy
Muñoz Loaiza, por su orientación al inicio de este pro-
yecto. Igualmente, a Daniela Correa Ríos, quien con
su diligencia contribuyó a la consolidación del grupo
de poetas. Finalmente, a cada uno de los poetas por su
buena disposición a lo largo de este proceso.
De esta manera, la presente muestra se deja dis-
puesta como posible ventana a un espacio poético cu-
yos matices, aún tímidos y tempranos, comienzan a
erguirse expectantes. Cada joven poeta que ha dejado
el atisbo de su voz en este trabajo o que aún aguarda
el generoso deshielo de la suya, deberá tomar la po-
sición de la pequeña águila frente al sol, en este caso,
nimbado por el acierto de sus palabras: encararlo, y
asegurarse de que sus ojos permanezcan abiertos.

Andrea Estefanía Álvarez Orozco


Yeni Zulena Millán Velásquez
Universidad del Quindío

12
Invierno
Cae fiebre como nieve
Nieve de ojos verdes

Roberto Bolaño
Beyddy Muñoz Loaiza
Nació el 21 de abril de 1980 en Armenia, Quindío. Licen-
ciada en Español y Literatura de la Universidad del Quindío y
Magíster en Ciencias de la Educación de la misma universidad.
Se desempeña como docente del programa de Licenciatura en
Español y Literatura de esta Institución.
Considera que la poesía es el momento de encuentro consi-
go misma. En sus versos se hace palpable la preocupación por
los afectos humanos, al igual que por la complejidad del sujeto
femenino.
Poemas suyos han sido publicados en el plegable Poetintos
(2005); en la revista literaria Polilla (2006); en la Agenda Mujer
(2007); en la revista cultural La Avenida (2008); y en la selec-
ción Poesía amorosa y erótica del Quindío (2011).
Participó en el IV Encuentro Nacional de Escritores por la Paz
(Caicedonia, 2005); en el evento Mujer en Verso (Comfenalco,
Armenia, 2005); y en el III Encuentro Nacional de Estudiantes
de Literatura y Afines (Casa de Poesía Silva, Bogotá, 2006).
Solo sé un hombre

Ahora
tiene dos nombres
y una sola mujer.

Octavio Paz

No resbales por ella


camina hacia el sol sin quemarte
siente con la razón.
Mira sus senos
al abajo
a tus lágrimas.
Ella es la realidad que no es
no será.
Tu abajo explicará cómo usarla
cómo disfrutarla
y restarla.
¡En ocasiones
quisiera ser un hombre!

21
Arco iris

Allá van
madre e hija.
Prolongación mimética.
La hija, su extensión
creadora de la madre.
Se ríen
acarician sus pezones
¡hoy no hace frío en la morgue!
Caminan y no piensan
mastican y no tragan
hacen el amor
mientras se abofetean
¿más café?
—Muérete
respira de mí
—No me vas a mandar hoy
¿con leche?

22
Hielo

I
Y yo aquí sentado
esperando a que entre esa falda con piernas
esas caderas
que hacen retumbar hasta el Everest
esa maldita confianza en mí
que no disimulas
que defiendes ante ellos.

II
Solo recuerdo estar así
esperando desde siempre
como un abrigo en el armario
como una mina a una pierna
para estallarla
como un niño...
Así era cuando te soñé.

III
He conocido tu cuerpo varias veces
no te inquieta desnudarte ante mi presencia
—eres mi mejor amigo
dices sin sonrojarte.

IV
Con mi pestañeo pasan los segundos
y quisiera sellarlos para no mirarte más.
Hoy terminaré con todo esto:
en mis manos tengo las cuerdas
tus pinzas preferidas
el arma
el pene.

23
Todavía

Cuando me siento
llegan las respuestas
2x1=3
Quito capital de Venezuela
llegan
ahí están
todo es correcto
así como este amor.

24
Es tiempo verde
amanece el sol dilatado.
Sin mirarte
arrancaré tu cabeza de un mordisco
la pondré con cuidado en la ensaladera
con besitos la adornaré toda la mañana.
Al medio día
iré a tu casa y serrucharé tus brazos
colgados en la sala quedarán.
Un poco de precaución tomaré
para desmembrar
tus piernas con mi sable
y en posición inversa las instalaré
al lado de la escalera.
Aprovechando que mi abuelo afiló el cuchillo
correré con él y traeré tu pene
que embalsamado vivirá debajo de mi almohada.
Puedes quedarte en la fría noche
con tu corazón solitario.
¿Ahora sí aprenderás a amar?

25
Paula Andrea Ceballos
Nació el 14 de octubre de 1980 en Armenia, Quindío. Pro-
fesional en Filosofía de la Universidad del Quindío y Especia-
lista en Filosofía de la Ciencia. Se desempeña como docente
universitaria.
Ve la poesía como una experiencia liberadora. Sus poemas
parecen intimar con la experiencia agridulce de hacerse mujer,
de la diaria guerra del amor conyugal y el alivio de la escritura.
Poemas suyos han sido incluidos en tres publicaciones:
Quindío vive en su poesía (2000); en la antología Concurso
Nacional de Poesía Universitaria Euclides Jaramillo Arango,
Universidad del Quindío 1995-2002 (2004); y en la selección
Poesía amorosa y erótica del Quindío (2011). También en algu-
nas revistas culturales del departamento.
Ha participado en varios certámenes poéticos del ámbito na-
cional y local, en uno de los cuales, el Concurso Nacional de
Poesía Universitaria Euclides Jaramillo Arango (Universidad
del Quindío, 2002), le fue concedido el premio a mejor autor
quindiano.
Pecados pequeños

En un nuevo laberinto de mí misma


encuentro la niña que no aborda en su mirada toda su
malicia,
que no logra soltar una palabra que la exponga al
castigo,
niña evasiva que se esconde tras sus juegos inocentes
ante el pecado de su madurez.
Construida de temblores porque se arriesgó a jugar en
serio
y se confundió de muñeca de mundo y de vestido;
ahora va saltando sobre la tierra caliente de sus culpas
y todos creen que juega a la chupeta.

31
Amante pródiga

Aquí hay un sol que se mofa de ser bombilla,


un mar de vidrios partidos meciéndose a la puesta de
las lágrimas,
hay un jardín de flores antiguas en frascos de
perfumes acabados,
y ninguna mariposa revoloteando cerca.
Aquí se ha reflejado ese cuerpo que me encierra,
que a veces no se gusta.
Se ha cambiado de traje,
se ha untado su esencia en el cuello,
se ha fugado.
Aquí me he perdonado 70 veces 7
Por haber ofendido mi prójimo cuerpo abandonado
de mí misma.
Aquí he regresado amante pródiga de mí,
a dormir en mis brazos, refugio de los otros,
dormida en mí, abrigo para siempre.

32
Árbol de canela

Yo abandoné los atardeceres


que alucinaban en la casa infantil
y conseguí un árbol de invierno que me sirve de
paraguas,
se le caen los nidos,
y en él no nace ningún pájaro plateado.
Pero lo quiero,
su corteza huele a canela
y me ama como un hombre ama a una mujer,
como el universo a sus galaxias.
Mi árbol es oscuro como el cosmos.
Yo me invento historias para hacerlo feliz,
porque a veces se le caen las hojas
y si llueve el agua se escurre por mi cara.
Yo soy su sabia
y un poema escrito en las hojas secas que el viento le
arranca
de donde en lugar de ramas debieron nacerle alas.

33
Puño y letra

Desde el abandono de las palabras


con las que esbozaba poemas,
la traición del papel y la mala jugada de la tinta,
se han empezado a cerrar las puertas
de los abismos en los que solía caer
ante la tarea de escribirme.
Ahora tan solo camino a través de los rincones
petrificados de mi corazón.
Los soles y las lunas como la lana de Penélope:
—ahora viviendo, ahora desviviendo—.
Se fue la musa
y el tiempo no tiene voluntad para recuperarla.
Ya no tengo a qué aferrarme
necesito abrazar mi propio torso
y sentir que estoy más flaca
desde que no me miro para adentro,
desde que me dejó esa otra que escribía poemas
y que también era yo.

34
La danza del escorpión

el amor es un veneno, Anne,


pero el amor devora la muerte

Erica Jong

Después de haber danzado como escorpiones


que desean devorarse por completo de una sola vez
me aferré a tu fuego efímero como mi única esperanza.
Desperté de mi muerte animal, distinta,
aunque nuevamente en el desierto de mi vida,
temblando de terror a quedarme dentro de la caverna
mirando desde adentro, atada, escondida.
Desperté, llena de furia,
con el vientre ansioso de morder la vida
tenerla entre mi boca aprisionada,
herida, intensa y de todas formas, amarga
pero vida.

35
Cotidiana

Yo aquí,
con mi monstruo sembrándome cizaña,
picando junto a la cebolla y el tomate
mis ganas de querer dulcemente,
echando en olla rota
el tiempo de escribir un poema,
barriendo escala abajo el polvo de la infancia
que dejaron esos días de aventura cuando no lavaba
pañales,
pasando por encima de las luchas de ayer
sin que el trapero deje rastro.
Aquí, mi monstruo atormentándome,
incitándome a la furia,
destruyendo mis manos,
con esta alergia crónica a ser ama de casa
pero llega Jacobo
y dice “pa” en vez de “ma”
aunque sonríe
y el monstruo se va cual película de terror
prometiendo volver a la hora en que todos regresan a
sus vidas
y yo a lavar los platos.

36
Esperando a Ulises

Te espero hilando mis deseos entre sábanas


mientras tú batallas con los miedos de tu mar,
contra la tormenta que te ruge dentro,
contra el hades que amenaza tu sueño.
Átate a mí como al mástil
y llegarás vivo.
Aférrate a la calma de la isla de mi vientre,
mantente firme
como la fuerza del agua que golpea al arrecife,
la fuerza puesta en los ojos de tu hijo
—la estrella que guía tu barco—.
Es tu hogar nuestra orilla
tu Penélope te alienta.

37
Mario Andrés Martínez Plazas
Nació el 3 de marzo de 1981 en Armenia, Quindío. Profe-
sional en Filosofía de la Universidad del Quindío. Realizó dos
diplomados: uno en Dirección Teatral en la Universidad del Va-
lle; otro en Pedagogía del Teatro en la Universidad Pedagógica
Nacional. Actualmente cursa una maestría en Filosofía Política.
Se desempeña como docente universitario.
Concibe la poesía como un medio sustancial de resistencia.
Al escribir, trata de reflejar la realidad social desde distintos fo-
cos, siempre bajo el lente de la crítica o la réplica.
Sus poemas han sido incluidos en el libro Quindío vive en su
poesía (2000); en el plegable Anaconda (2000); y en la revista
literaria Luna Nueva (2001).
Confesión

¿Qué haré yo?


¿qué haré yo cuando
el mundo se entere
que no soy poeta
sino un perplejo
observador de lo tangible?
gastador de botas
contra el asfalto,
inocente abstractor
de significados,
mano derecha
de la desilusión.
¿Qué haré yo
cuando la experiencia
tumbe mi biombo
de falsas proezas
y quede el pobre
proyecto de aquella
hoja en blanco
que nunca fue colonizada
por la tinta?

43
Momento

Esperando la hora de expresar el ahogo


descubro que hace tiempo tengo un pájaro aleteando
en la garganta.
Un viento que pasa sobre los valles con las luces de
un pueblo al fondo
dice que apriete el nudo y siga aguantando.
Desvanezco del cansancio que provoca a veces la vida
y me aliento de la calidez que genera lo más triste que
ella contiene.

44
La ausencia

Que me sea perdonado el defecto de estar siempre


ausente hasta de mí mismo,
llegando a ser cierto que fuese ese un defecto;
pues cada tarde cava hondo su madriguera la ausencia
haciéndome abrazar en falso esta inmediatez que me
agota.
Todo espacio posible no es más que la contingencia
de un sombreado deseo
y esa es la mímica predilecta de lo que me mantiene
en pie.

45
Ojeras

En cualquier lugar donde me cobije la noche,


posiblemente el sueño hará su catarsis.
Si el sueño falla, la indigerible conciencia de ser y no
estar
le dará vuelo a los estragos naturales del insomne:
Notable mirada desconectada en cortos lapsos por el
abrazo de Morfeo,
la extrañez en la vista auscultativa del rutinario
transeúnte diurno,
el saco roto bodega de las exigencias que le son
dirigidas.
Este trasnocho devaluado y huido es ahora mi última
liana
antes de caer al abismo.

46
Muerte a secas

Podría despertarme un día y tocar con mis manos


este cuerpo
lleno de un viejo recuerdo de inadmisible angustia.
Descubrir que ya no está sería una enorme sorpresa.
Salir a la calle más liviano que nunca para
encontrarme
de nuevo con los lugares que ya eran propiedad
privada de la rutina.
Los agravios que me han sido sumados y después
multiplicados
dejan de ser agravios, para transformarse en una
soledad apacible
que va más allá del recuerdo y la nostalgia.

47
Angélica Beltrán Lozano
Nació el 28 de marzo de 1982 en Calarcá, Quindío. Licencia-
da en Español y Literatura, y Profesional en Ciencia de la Infor-
mación y la Documentación, Bibliotecología y Archivística de la
Universidad del Quindío. Se desempeña como bibliotecóloga.
Define la poesía como “una pequeña obsesión, un ocio de la
existencia”. Los diálogos interiores, las marcas intertextuales y
una amplia variedad de matices psicológicos, son una impronta
indeleble en sus versos.
Sus poemas han sido incluidos, entre otras publicaciones, en
el periódico La Crónica del Quindío (2013) y en la revista elec-
trónica Postdata (2013).
En el bus

Mientras la niña a mi lado lee Edipo Rey


me recuerdo, Antígona, en llanto por mi padre
—eres esfinge, acertijo y maldición—.
rapea el hombre en el pasillo.

Al final de este pequeño cosmos,


destino de la tragedia
los pasajeros gritan:
—¡¡si no PARA le arrancamos los ojos!!—
Fisionomía perfecta de un corifeo embravecido

53
La frustración de un complejo

Soy el complejo de Electra,


ella ignora mis frustraciones.
Soy un deseo incestuoso
al que ella acude cuando está sola.
Luego de años viviendo a tu sombra me pregunto:
¿Cuál será el refugio de mis frustraciones, Electra,
cuando el deseo de poseerte
quede grabado en mi inconsciente?

54
Marilyn Yalom pregunta

¿A quién pertenece el seno?


¿Acaso pertenece al lactante, a la madre,
al hombre o a la mujer que lo acaricia?
¿Pertenece al artista, al diseñador, a la industria de
lencería,
al pornógrafo o al cirujano plástico?

¿Perteneció a un alienígena el seno neanderthal de la


Venus de Grimaldi?

Y ¿a quién pertenece el seno de Marilyn Yalom?


¿Acaso pertenece al editor, al ginecólogo familiar
a los Ph. D de la travesía mamaria,
a los anales de la teoría mamaria?
¿a la boca que lee en voz alta la palabra SENO?

Y ¿a quién pertenece mi seno?


¿al zurdo, al diestro o al ambidiestro,
al amanuense de braille, o a la subasta del seno
menos tocado?
¿al pezón de la vía láctea?
Marilyn Yalom lo supo:

En el principio fue el seno y el paraíso se perdió en la


alegoría de una dentada.

55
Poema de la Otredad

Renuncio al Otro
y daré mis razones:
estoy cansada de
hacer para Otro
vivir para Otro
pensar en Otro
pensar para Otro
hacer para Otro
servirle a Otro
rezarle a Otro
pedirle a Otro
darle a Otro
estudiar por Otro
reírle a Otro
llorar por Otro
fingir para Otro
temerle a Otro
confiar en Otro
amar a Otro
odiar a Otro
Otro, Otro, Otro.
Dejo todo por escrito.

Se hace tarde para ir al trabajo.

56
Juegos de mesa

Las sillas se sientan a la mesa


a la hora ausente de los fieles comensales,
barajan apuestas de velas y palillos.
¿Pagarán las deudas con sal derramada?
Dos moscas copulan en una gota de manteca,
intentan poses aprendidas en lechos pegajosos.
El matamoscas golpea.
Las sillas regresan a su estática compostura.
La sal derramada,
dos moscas muertas.
La mujer gorda grita:
La comida está servida.

57
El dedo del corazón

Cuando toco mi espalda


pienso en tus uñas disparejas.
Ahora lo entiendo.
En el diabólico acto,
agonizante, repetías:
Este es el dedo del corazón.
No lo olvides:
El dedo del Corazón

58
Principio de incertidumbre

ver y no tocar
(letrero de dulcería)

59
Otoño
Entre estos árboles que he inventado
y que no son árboles
estoy yo

Roberto Bolaño
Yeni Zulena Millán Velásquez
Nació el 17 de junio de 1984 en Circasia, Quindío. Licen-
ciada en Español y Literatura de la Universidad del Quindío.
Estudiante de la Maestría en Literatura de la Universidad Tecno-
lógica de Pereira. Se desempeña como docente universitaria.
Concibe la poesía como “la mejor definición de belleza”.
Trata de mencionar el mundo desde una versión más privada; de
situarse en él como espectador y sujeto imaginario.
Textos narrativos, críticos y poéticos de su autoría, han sido
incluidos en la revista literaria Polilla (2010, 2011 y 2014); en
el libro Marginalia III, Relecturas del Canon Literario (2013);
en los diarios La Crónica del Quindío (2013 y 2014) y El Diario
del Otún (2014); en las revistas Santo & Seña (2014), Cazamos-
cas (2015) e Ítaca (2016); en el blog del Semillero Senderos
de la Universidad de Caldas, Foro Literatura como Transac-
ción (2014); y en Cafeína, Muestra de Poesía del Gran Caldas
(2014). Fue coautora en el proyecto de edición crítica sobre la
obra poética de Carmelina Soto Valencia, Carmelina Soto. Poe-
sía reunida (2016).
Ha participado como ponente en el III y V Foro nacional
de estudios didácticos, lingüísticos y literarios (Universidad del
Quindío, 2013 y 2015) y en el I Foro de Literatura: la literatura
como transacción (Universidad de Caldas, 2014); y como invita-
da en el II Encuentro de Poetas del Gran Caldas (2014).
Héroes

La vergüenza no se cubre
con hojas de periódico.
Mambrú, Pablito y Cía.
nunca escribieron cartas.
Navegaban con rumbo
a la próxima fila
y aprendieron el Braille.
Uno y otro y otro
hasta ser Todos
recibieron el beso
de aquella madre trágica
Vistieron sus rostros
de graduados
con sudarios
y un lazo púrpura:
cordón umbilical
a la otra muerte.
Hoy no es fiesta
los niños-hermanitos
llegan tarde a la escuela. Llegan.
sus madres-parihuelas
suben y bajan, cocinan
y limpian, lidian con
el dolor que otros evitan,
como el cielo.
Temo la madrugada
en que la lista boreal
absorba
hasta la leche del desayuno.
Hubo otra guerra
felinos rojos, ardientes,
rapaceaban en la mirilla
de las puertas.

69
Hoy existe el No.
Caracoles, caracoles vamos
con el último clasificado
bajo el brazo.
Patria de crisis
Postparto.

70
Poetas los de antes
que reían con ganas
que dormían a pierna suelta
que sudaban varias veces por noche
Hoy Somos Servidores Públicos
con una paga de miedo
con compañeros odiosos
y un jefe que nos tira la toalla
a la cara.
Nos queda únicamente el lado digno
y la pieza mal iluminada.

71
Paloma y Engrudo

Para cuando expulse su forma maestra


ya habrán muerto todos
La paloma vuelve a recontar
sus plumas solo faltan cinco
Es un hombre-lienzo el que
espera de pie con los
ojos aislados
Es el Padrenuestro que no ha repetido
a falta de dioses
La paloma emplea su tacto en perspectiva
para determinarlo
prueba poses de frente de esquina
de lado para posterizarlo
La paloma, crítica,
alude al exceso de su raíz desnuda
­—Si en la postrimería
seguro da cabida
a alabar el mal gusto—
La paloma rueda, afeita con prisa
donde ha de colgarlo
pero es un hombre erguido
de una pareja erguida
lo que no permanece.

72
Quién verá caer la última estrella

Acaso
de los intentos fallidos
de Bradbury
salte un papel para
tomar el mando
de aquellas
máquinas infernales

Si treinta años de
predicciones de mi madre
el día del juicio
van a hacerse infalibles
será sábado
y la tarde encendida
me encontrará
resolviendo una página

Atrincheradas
(mi gata, mi perra, mi madre y
yo, el matriarcado en pleno,
haciendo frente a un Dios,
que al fin hombre,
visita inoportuna)
entre el triángulo incómodo
de cama, altar y biblioteca,
nos diremos adiós
sin soltarnos las manos
y entonces, tal vez,
estaremos dormidas

Al día siguiente
la vida abriendo su vientre
en otro lado

73
despertaré de golpe
sustraída
de no haber hecho
como polen
la noche.

74
Si no fuésemos cuervos mutilados
renegados de guerra
con tantas excepciones
compartiríamos el mismo plato
para poder vernos con otros ojos
¿Amigos?

75
Prueba de la Redondez del Mundo

Corta Tritura Moldea


mitad del océano acuñado
Siembra Revisa Azota
frontera del sol acuchillada
Rompe Dubita Corroe
la mano diseñada por el fuego
Calla Repite Aprueba
cabezas contraídas como engranes
Pugna Registra Ordena
futuro de color semicerrado
Ríe Amenaza Explota
la carne toma precio y garantía
Jura Señala Excusa
regusto de la pólvora en la boca
Siente Pervive Diserta
resístete a la cruel ciudadanía

76
Canasta familiar

Mi perra me dice
que lo lamentaré.
Mi gata me dice
que lo lamentaré.
Mi gurú me dice
que lo lamentaré.
Mi madre me dice
que lo lamentaré.
Todos coinciden:
Un hombre es
un producto innecesario.

77
Daniel Moreno López
Nació el 20 de septiembre de 1984 en Bogotá. Licenciado en
Español y Literatura de la Universidad del Quindío. Actualmente
cursa estudios de Maestría en Educación en la Universidad AR-
CIS de Chile. Se desempeña como docente en el nivel de básica
primaria y como catedrático en la Universidad del Quindío.
Ve en la poesía un refugio, un medio para “no enloquecer en
un mundo carente de sentido y de belleza”. Hay en su escritura
una fuerte sonoridad literaria; ecos de vivencias personales y una
tendencia introspectiva se imbrican para concluir en reflexión.
Textos narrativos, críticos y poéticos de su autoría, han sido
incluidos en la revista literaria Polilla (2006 y 2009); en la Re-
vista de la Universidad del Quindío (2007); en Narrativas en
Movimiento, Antología del Taller RENATA Quindío I y II (2008
y 2009); en Palabras Sueltas (2009); en Conversaciones Ajenas,
Recopilación de los Mejores Relatos del I Concurso Departamen-
tal de Cuento Humberto Jaramillo Ángel (2009); en la revista li-
teraria Luna Nueva (2009, 2011 y 2012); en el blog Griffos de
Nneonn II (2010 y 2013); en la revista literaria El Taller (2010);
en la revista Santo & Seña (2011, 2012 y 2014); en Marginalia,
Encuentros con la Literatura (2011); en la selección Poesía amo-
rosa y erótica del Quindío (2011); en Sinapsis Revista de Inves-
tigaciones de la Escuela de Administración y Mercadotecnia del
Quindío (2011); en el periódico de Poesía Virtual de la UNAM
(2012); en Memorias del IV Encuentro Internacional “Poetas en
el Equinoccio” (2013); en Poetas del Gran Caldas (2013); en el
diario La Crónica del Quindío (2013 y 2014); en el periódico vir-
tual Las 2 orillas (2014); y en Memorias del I Encuentro Nacional
de Poesía La idea que verdece (2014).
Ha obtenido varios reconocimientos: Mención de honor en
el I Concurso Departamental de Cuento “Humberto Jaramillo
Ángel” (2009); segundo puesto en el IX Concurso de Poesía del
SUTEQ (2012); y primer puesto en el X Concurso de Cuento del
SUTEQ (2012).
También pasas

La muerte se basta
con que uno llegue a morirse,
Es triste, pero pasa.

Las palabras de sangre pesan más


(y pasan menos)
que las de aire,
Triste cuando pasa,
pero pasa.

El amor es ficción como el infinito,


como el lenguaje,
como el mundo
y pesa más que la verdad,
Pasa, triste pasa…

Todo pasa, y cuando pasa es triste,


pero pasa,
lo triste es que pase
lo que pasa
que tanto pesa…

83
La verde voz de Walt

La presión de mis pies sobre la tierra


levanta miles y miles de emociones
que desprecian este esfuerzo mío por definirlas.

Walt Whitman

Apaga tus discursos;


túmbate conmigo en la hierba...
retumba y retumba tu voz en mis días, en mis trabajos,
querido viejo.
Y sí, ahora, aquí,
en esta expansión, que solo los necios llaman trabajo,
en el universo del poema, que cante la piel,
¡canta alma mía!

II

Y se han ido, apagados, los días que no trajeron


danza júbilo canto temblor emoción
el vértigo propio de la belleza,
la libre poesía que es la vida.

Y se han multiplicado, gozosos, los tiempos en los que


la pluralidad del universo
se reflejó en la superficie de un papel;
mira, sus ondas aún duran en mí,
aunque no esté acodado a sus orillas,
azorado mirándome a mí, a ti.

Al fondo de la estrofa
se asoma un poeta azteca,
se asoma su canto de árbol.
84
III

El tiempo triste atrapado en un triste reloj de oro y


esmeralda
nos mira y trata de acelerar las manecillas
que, ensimismadas, hipnotizadas,
lo carbonizan.

Estamos lejos, cerca del cielo,


cerca de un beso,
fuera de su esfera.

Dios solo atina a decirle al tiempo:


no perturbéis la paz de los amantes.

IV

Y te emborrachas en su aroma, en ese olor


que no es de animal ni de planta ni de mar
y sin embargo te arrastra se entierra murmura

Y tocas su sed, pruebas, gustas el tacto


destrozas toda gota
arrancas de tajo cada diente del deseo,
para siempre, hasta siempre,
hasta que nazca de nuevo el sabor insaciable
de su sexo en tu llaga, que se abre,
que se expande y consume su olor...
y el tuyo.

Lo invisible se prueba por lo visible,


no se cansa de cantar esa voz tuya, querido Walt,
esa verde y rebelde voz tan americana como ninguna.

85
La ira de Dios, el arma de Zeus
está en una piel templada, en un brazo de indio que
cae fuerte
y la golpea, tiemblan sueños, de vivos y muertos
en el grito del tambor.
El mar eterno que no se cansa
recomienza y baila en la arena, pero no se repite;
su hermano mata y brilla estrellas
cantan mudas una misma canción, pero no se repiten;
en mí están la luz y la espuma, así como en la
hormiga que amo,
pero ella y yo no nos repetimos; únicos y plurales
somos la prueba de la vida.

VI

El jaguar es el señor que camina entre la luz y la


oscuridad.
La garra del jaguar prueba la fuerza invisible.
La piel del jaguar prueba la magia invisible.
El acecho del jaguar es el deseo invisible.

El jaguar, el trueno, el sexo, el poema


son hojas;
la rebeldía, la poesía (que justifica el mentiroso
lenguaje),
la verde infinita voz de Walt, que ya es la mía y la tuya
son la hierba.

86
O el tiempo, verdadero juez,
nos hará quedar como unos idiotas

Para Omar Ortiz

Algunos nos vamos pareciendo cada vez más


a lo que parecemos.
Cuidamos un poco la barba del espejo
la postura y la mirada de ese reflejo.

Detrás de la luna está Cronos,


los codos apoyados en los muslos
escucha la orden de Dios:
rodar o parar,
según el antojo,
los dados eternos

87
El poema

Vuelvo al papel que escucha,


el territorio de la edad sin edad
del tiempo total sin transcurso

Vuelvo aquí, al reverso de la luna,


al espejo opaco de música de vientos
de cuerdas alteradas que amarran
solo las ganas, la libertad brilla
con su grito oscuro, aquí

Vuelvo a esta trinchera,


torre azul de azogue para ver
más alto y más hondo
esta torre de entendimiento y asombro
a un mismo tiempo,
vuelvo aquí para aprender a ver
abandonar la gran verdad
preñada de brillantes astucias

si la luz miente
es que esto
será la verdad

88
Ahí vamos Gustavo, ahí vamos
(La tinta no secó, y todavía queda tanto por decir…)

Tráeme la noche
a este día

no se soporta el brillante vacío


del cielo sin misterio

Tráeme la noche
y así parar los rezos
y dejar de escapar
y dejar disparar
a los niños, adrede
sus guitarras metafísicamente eléctricas y amarillas

Tráeme la noche
sin revolución de alas ni lunas
ni bailes enmascarados en mañanas de plata

Solo tráeme la noche, tráeme del otro lado,


no puedo estar despierto más sin verla

89
Leidy Bibiana Bernal
Nació el 25 de agosto de 1985 en Calarcá, Quindío. Estudian-
te de la Licenciatura en Español y Literatura de la Universidad
del Quindío. Se desempeña como editora y gestora cultural.
Concibe la poesía como un incesante devenir. Su escenario
poético está impregnado de mujer: corpórea, amante, deseable;
sujeta a impetuosos sentimientos que son la fuente de su escritu-
ra y de sus sinsabores.
Publicó el libro de poesía Silencios de Hadaverde (2007), y
en su trabajo de edición los libros Mujeres minicuentistas (2006),
Minificción quindiana (2007), 8 cuentistas quindianos (2007) y
5 ensayistas quindianos (2007). Poemas suyos han sido inclui-
dos en la revista cultural La Avenida (2008); en la revista Casa
Silva (2012); y en la revista de poesía Prometeo (2014). Aparece
como editora y poeta en el libro de Memorias del I Encuentro
Nacional de Poesía La idea que verdece (2014).
Ganó el Concurso de Poesía Comfenalco (2003) y el Primer
premio de poesía departamental (2016, Quindío) con su poema-
rio Pájaro de piedra.
Pájaro de piedra

Ser de piedra y creerse pájaro


porque el viento propaga el polvo de las manos

Verse ave en el reflejo


aunque inmóvil sobre el asfalto
abrasado por la luz de las cinco de la tarde

Saberse nido
en un recodo del día que agoniza
sin poder roer el aire

Ser de carne y creerse hoja o pluma


y al final de la jornada ser quien cae

Ser uno y creerse otro y otro y otro


hasta anochecer sobre sí mismo
y volver al origen
donde la arcilla no tenía rostro
y las alas no pesaban tanto

95
Julieth y la lluvia

Bajo el mismo aguacero


fui niño
y seré viejo

Umberto Senegal

Si algún día vuelvo a morir


procuraré hacerlo bajo la lluvia
hay tanta compasión en cada gota

Le diré a mamá que voy a jugar


con el aguacero en la cancha de arena
Ella pronunciará el mismo no
y yo aprovecharé el rumor del techo
para encubrir el sonido de la puerta

La sonrisa cómplice de Julieth


estará al otro lado de la cortina de agua
del alero de su casa
En la ventana como siempre su abuela
con un cigarrillo en la boca y nicotina en la mirada
convirtiendo el humo en niebla

Si algún día vuelvo a morir y la muerte me da tiempo


le diré a Julieth que no la olvido que al final
todos los saltos nos arrojan al mismo vacío
que podemos volver a jugar a la oficina
aunque ella no vea ya ni juguetes en los libros
La llevaré a “los pinos” —donde jugábamos
y nos escondíamos en las noches—

Si algún día vuelvo a morir


y se va la mujer
96
y regresa la niña
buscaré a Julieth en la lluvia

vamos Julieth
debajo de la cancha de concreto
están nuestros días y noches de juego
nuestra memoria de arena

97
Invernal

Afuera la lluvia

De este lado de la ventana


el invierno respira sobre el cristal
opaca el tiempo en cautiverio

Afuera el agua

Cae sin preguntas sobre el asfalto


inunda de interrogantes
los ojos que asisten al deshielo de la memoria

Afuera el río

Se disfraza de calle
se lleva el día
los días
la vida

98
Improbable

Nadie es el otro
ahora que un cerrojo
es certeza del retorno

Al cerrar la puerta
que abre el universo habitual
del lado opuesto quedan los gestos
que trazaron un mundo en otra realidad

Al abrir la valija
el viento que entra por la ventana
sacude la ropa y propaga un olor
a hombre imposible
a calle desierta en la madrugada
a sudor de un día que terminó al día siguiente

De quién es el equipaje que trajo


si todo huele a alguien que no regresó
se pregunta la recién llegada

99
Ningún nombre

Sé que el amor
no existe
y sé también
que te amo.
Darío Jaramillo

Como si de vuelo supiéramos


queremos atrapar su sombra
en la jaula de las manos

Pero detrás de los huesos


somos la presa en cambio

y solo resta
llamarlo en las afueras de la carne
proferirlo en el balbuceo de los extraviados

Entenderlo en el cuerpo
Respirarlo en la sangre
Hacernos uno con él

Porque nombrarlo ya no alcanza


a detener su aleteo inasible

No hay palabra verdadera


que retenga su huida

Aunque al final de todos los crepúsculos


volvamos a llamarlo
a gritarlo

Y aunque la lengua
se nos vuelva ceniza
si decimos
Amor
100
Los pájaros no ven la tristeza

Con el tiempo se aprende a ocultar la tristeza


Hasta para los amigos se vuelven reales
la fingida sonrisa el tono efusivo de la voz
y la alegría ostentada en el abrazo

Se aprende a llevarla tan dentro


en el fondo de los ojos
que su oscuridad también se deslumbra
con el brillo aparente de la mirada

Se disfraza de tal manera la tristeza que los pájaros


se posan y cantan y duermen sobre ella

Se aprende a encubrirla entre la carne


a no desnudarla frente a los extraños
a darle el rostro más apacible
para que el mundo no la vea tan triste

Con el tiempo se aprende


que solo se puede ocultar la tristeza
cuando se aloja en las entrañas

101
Salaje

Algo de pies desnudos


tiene el oleaje
Sobre los médanos
los pasos se ven más presurosos
Algo de huida
tiene alejarse del mar
cuando las huellas se desvanecen
Con pulso de ola
una mujer va y viene sobre sí misma
para que surja un salar entre sus muslos

102
Verano
Como piedra afiebrada,
Como desierto detenido
En mi palabra

Roberto Bolaño
Jhon Edilson Fernández Escobar
Nació el 18 de febrero de 1986 en Riosucio, Caldas. Licen-
ciado en Español y Literatura de la Universidad del Quindío. La
práctica del Downhill es una de sus mayores pasiones.
Advierte la poesía como “el botón de eyección del mundo”.
En sus “torpemas”, como él mismo define sus creaciones, abor-
da la sensación de lejanía entre el hombre solo y la multitud; de
cómo puede encontrarse una comunión aceptable al permitir la
intrusión de otra soledad.
Sus poemas permanecen inéditos.
Ha participado como lector evaluador en el Primer Concur-
so Departamental de Literatura “Escribamos un cuento” (2010)
y en el Séptimo Concurso Nacional de Cuento RCN Homena-
je a Andrés Caicedo (2013); en la Segunda Colisión Literaria:
Raúl Gómez Jattin (Universidad de Caldas, 2011); en el décimo
Concurso Nacional de Lectura “Los lenguajes de la infancia”
(2011); como tallerista en el Vigésimo Tercer Festival de Poesía
de Medellín en Armenia (2013) y en el VII Encuentro Nacional
de Escritores Luis Vidales Literatura y Música (2014); y como
ponente en el I Foro de Literatura: la literatura como transacción
(Universidad de Caldas, 2014).
Menos tres

Avanzas junto a mí por la proa


te sigo
me llevas
vamos
como lobos entre la bruma
Tus formas entre mis dedos
tus ojos como faros equidistantes
y en ellos
mil lunas llenas

Navegamos en dicha
tu pecho jadea un saxo
una melodía lenta que se reproduce
como mi mano cuando avanza hacia ti

Todo se mueve
El mar
los navegantes
las embarcaciones
El viento ensaya ráfagas

Suspiro
quizá el último acierto sea el suspiro
ese que atrapé de la brisa mientras te abrazaba
mientras el horizonte
las olas y el mar
morían

Ahora
cuando ya todo en altamar ha envejecido
o muerto
arrojo anclas para quedarme en ti
viviendo
en este barco fantasma.
111
Menos diez

No sé qué maldito juego a jugar es este


el de las ausencias repetidas y percutoras
Qué fue Morfeo
Qué fue Ares
Qué fue el continuo culto a Baco
Lo único que veo son flechas envenenadas lanzadas
por Cupido ciego.

112
Menos once

Inventario de tu ausencia:
mil mariposas ciegas
un cuerpo que ya sobra
una canción que se desgarra
un barco naufragado
dos labios vacíos
mil besos disecados
un par de pies que no saben caminar
una boca que se niega a hablar
y un reloj muerto en la precisa hora que faltas.

113
Menos doce

Escribiré un par de torpes poemas


con mi pluma de ausencias
palabras lentas
inútiles
sin sombra
luego los quemaré
para que el viento lleve las cenizas por los cielos
como aves que vuelan esperanzadas por encontrar el
alba.

114
Menos dieciséis

Inevitable
cada noche veo a una mujer cazándome en mis sueños
es una reina blanca que habita un silencio de cristal
¿Sueño? ¿Espejismo? Da igual
no necesito mucho para buscarla
ni necesito más para encontrarla
No se culpe a nadie por ello.

115
Menos diecisiete

No lo sé
pero creo que el amor empieza así:
cada uno solo en su lecho
sin dormir
y deseando recibir
un balazo en el pecho.

116
Menos veintiuno

Toma, cariño, toma de mí lo que más puedas, toma


mi mano cuando no la dé, toma mis sonrisas cuando
las logres ver, toma de mí, toma, tómame cuando del
mundo tengas sed, pero tómame, cariño, para que al
final yo logre lo que en el mundo quise ser.

117
Heidy Johana Guerrero Vélez
Nació el 31 de agosto de 1987 en Soacha, Cundinamarca.
Ingeniera de Sistemas.
Encuentra en la poesía un medio de catarsis y autoexplora-
ción. El humor, las pequeñas angustias diarias, la pregunta por
su identidad, tienen lugar en su escritura.
Sus poemas han sido incluidos en Versos cómplices II (2007);
en la revista literaria Luna Nueva (2009); en la revista literaria
El Taller (2010); en el diario La Crónica del Quindío (2013); y
en el libro de Memorias del I Encuentro Nacional de Poesía La
idea que verdece (2014).
Participó en el II Concurso Regional de Cuento Humberto
Jaramillo Ángel (2010), y su cuento fue seleccionado como uno
de los ganadores.
Nada nuevo

Lo que enferma a veces es vivir.


Demasiado lidiar con la rutina
que se trepa en los días
como una hiedra venenosa.
Alguien va por noticias de sí mismo
consultando el horóscopo o las cartas.
Matrimonios con aroma a cebolla y tomate
ven huir el amor por la ventana:
un gordo lujurioso inunda de babas
los escotes de las chicas;
la turba enfurecida
pide la cabeza de algún justo
y elige dictadores,
amenazas de idiotas
que ladran mejor de lo que muerden.
Inhumanos esfuerzos
para seguir respirando,
qué ganas de escupirle
cuatro verdades a la vida,
pero nos han puesto el bozal.

123
Códigos internos

Ya no puedo fingir,
algo se atora en mi garganta.
Tapo con lágrimas
agujeros negros en la memoria.
Fui hecha de melancolía,
el miedo
nuestro hermano universal
dejó mi corazón
dos metros bajo tierra.

124
Autoconstrucción

Prefiero ser liviana


como una cortina
mecida por el viento.
Escabullirme
entre un rebaño de lobos,
naufragar
en una serie de posibles futuros.
Jamás hice mofa
de mis primitivas virtudes
y también como Judas
cambié a mi maestro
por un pan, un abrazo
o un café con leche.
No pretendo llenar
con cremas anti arrugas
las grietas que deja el tiempo,
ni endosar a otro
mi nombre, mi apellido
o mis frustraciones.
Descubrí que todo está en mí,
el ángel y el demonio.
Yo busco la vida
como un simio
que va tras la banana.

125
Soy yo

Soy yo
y tengo miedo.
Soy yo
y tengo frío,
Me miro en el espejo
descifrando el mapa
de mi rostro.
Me miro en el espejo
y encuentro una extraña.
El reflejo
no tiene miedo,
ni frío, ni soy yo.

126
Sentencia

Escribiremos
en las rocas mi victoria.
He ganado la batalla
y ahora sabes que los dioses
destinaron hace mucho
que fueras mi esclavo.
¡Inclínate!
y haz lo que sabes hacer:
¡Besar mis pies!

127
Incendio

Allí no había escapatoria,


la salida estaba bloqueada
y las llamas se acercaban feroces.
Pero de pronto
una puerta se abrió
liberándonos del fuego.
Por educación salvamos todo…
Menos niños y ancianos.

128
Devenir

No me interesa
encontrar lo que busco
ni llegar a mi destino,
es más excitante
el devenir natural.
Jugar con el lobo
y perderse en el bosque
antes de llegar
a la casa de la abuela.

129
Leonardo Ángel
Nació el 12 de octubre de 1987 en Armenia, Quindío.
Encuentra en la poesía un recurso infalible en el juego de
la seducción. Sus versos son una colección de retratos de ese
intempestivo amor entre extraños: inesperado, intenso y conde-
nado a la intrascendencia.
Suele firmar sus creaciones bajo el pseudónimo “Veneno
Petrov”. En 2015 publicó su primer poemario Para arrojar al
sanitario Vol. 1.
Aunque siempre esté presente

Cuando sea el silencio quien hable


y unos extraños labios se junten.
Cuando sea la piel quien respire
y unas ajenas pupilas se dilaten.
Sentirás mi vacío y añorarás mi presencia,
percibirás mi fantasma, pues seré parte del ayer.
Una partícula inexistente,
un latido en tu memoria
un recuerdo que viola tu cordura.
Estaré presente en tu conciencia
como un titiritero que manipula tu sentir,
como un caníbal que te consume a lentos bocados,
como una puta que extiende sus besos
indiscriminadamente.
Sentirás un nuevo peso sobre tu cuerpo,
el frío del sudor que produce el miedo, acariciará tu
espalda.
Y gritarás mi nombre mientras tu amante te posee,
ya no estaré ahí…
Aunque siempre esté presente.

135
Red Lingerie

Recuerdo la última vez que estuve en el manicomio.


Fue hace apenas unas horas,
ella llevaba lencería roja
y en sus manos una camisa de fuerza.
Me ofreció su medicina
y yo le di un par de monedas.

Mañana amaneceré en el infierno,


espero no ensuciar mi pijama.
Espero manchar tus sueños,
mientras la enfermera pide otra sacudida.

136
Poema a una chiquilla desconocida

Tengo media botella de whisky


y un gramo de coca,
podemos ir por allí,
o a ningún lado
si así lo quieres.
Podemos dibujarnos
un par de sonrisas químicas,
nada emocionales,
nada reales.
Tengo también un cuaderno
lleno de malos cuentos
y pésimos poemas,
tranquila…
No voy a insistir en leértelos,
no pienso hacerte llorar,
no sin antes haberte enamorado,
no pienso arruinar esa bella sonrisa
que el narcótico ha inventado en tu rostro,
por lo pronto permíteme acercarme,
no te fijes en mi ritmo cardiaco,
ni en mis hoscos movimientos,
no te fijes en mi respiración entrecortada
ni en mi tembladera involuntaria,
prometo morder tus labios no tan fuerte,
y saborear con gusto tu saliva amarga,
fusionarla con la mía,
prometo intentar no perder la cabeza
ni ir directo a tu coño,
pero si te hace ilusión
prometo no decepcionarte,
esnifaré un par de rayas en tu ombligo,
dicen algunos mitos
que ese polvillo blanco

137
te ayudará a tenerla tiesa durante horas,
no te prometo un orgasmo,
pero tal vez sí
una buena cogida ocasional sin más
y el inicio de una buena amistad,
forjada con la confianza
que solo el alcohol y la farlopa
pueden producirnos,
para alejar nuestros miedos,
nuestras culpas,
nuestras inhibiciones…
por cierto,
mi nombre es Leonardo…

138
Hazme la muerte

Hazme la muerte mientras devoro tu alma


Escóndeme en el limbo mientras utilizas mi espíritu
Dibújame la espectral silueta llamada amor
Sácame de esta tumba llamada agonía
Húndeme en el viento mientras me ato a tus huesos
Sacúdeme en el fuego mientras calcinas mi mente
Incinérame en el cielo y congélame en el tártaro.

Démonos a Iblis mientras conjugamos nuestros seres


Socorre mi cuerpo cuando la tiniebla corroa mi
interior
Déjame pasar un día junto a ti.
Silencio.

Silencia mis placeres y entrégame tu carne.

Hazme la muerte mientras devoro tu mente


Enamórame y sueña mientras acabas conmigo
Paralízame cuando bese tu sexo
Cercena mis labios cuando intente ofenderte
Calma mi alma y hazme la muerte.

Hazme la muerte cuando no te vea


Hazme la muerte cuando oculte mi voz
Hazme la muerte y besa mi llanto
Flagela mis lágrimas y entrégate a mí
Llévame al infierno y hazme sentir en mi hogar
Bésame con intemperancia mientras me haces la
muerte.

139
...

Nena,
este es otro poema que no leerás
y no por eso voy a dejar de escribirlo.
¿Qué puedo decir?
Sin ti
ya no hay un destino al cual llegar,
y tampoco hay motivos
para salir de este mierdero.
Conozco la calle
y me he hartado de ella,
no hay nada allí que me interese
o me entretenga.
Ya he sido preso de sus encantos
durante años.
Mujeres, licores y vicios,
todo, absolutamente todo
lo he tenido,
de lo barato y de lo caro.
Podría contar mis historias
y vender mis lágrimas
a cambio
de un centenar de piernas abiertas,
metros enteros de piel y litros de sudor,
Podría pasar mis días en piloto automático
a base de pastillas y antipsicóticos
y calmar este deseo
de ir a buscarte,
de matarte y enterrarte,
de matarte y devorarte.
Total, no puedo moverme,
no puedo llegar, no puedo salir,
no puedo follar, no te puedo olvidar.
Rompiste mis tobillos
después de enseñarme a caminar.
140
Pornema ausente

Querida Veronik:
No hay sensación más desoladora
que la de escribir
después de haber acabado
en el culo, o en las tetas
de alguna de mis lectoras.
Las más osadas,
piden mi leche en su boca,
y la retienen en su lengua,
la degustan, la saborean
como si fuese un exquisito
y escaso manjar
que nunca más tendrán
el privilegio de probar…
Las miro a los ojos,
observo sus pieles
y luego huelo la mía:
Sudor/saliva
fluidos vaginales/seminales,
y el aroma de tu ausencia…
Permanezco desnudo
mientras asesino mi vieja Remington,
la poesía fluye y se prostituye,
y la sangre bombea
nuevamente hacia mi miembro.
Me acerco a mi invitada de turno,
siempre es la misma rutina:
las agarro del cabello
y las penetro con violencia
hasta entrada la madrugada,
eyaculo nuevamente
en sus tetas,
en su culo o en sus bocas.

141
Les pido que se vistan y se marchen,
antes de hacerlo,
suelo obsequiarles un papelito
con otro de mis poemas
escrito para vos.

142
Sabor a ron

Me sabe a ron tu ausencia,


a colillas de cigarro
y a gusanos blancos
de comida china en mal estado.
Me sabe a muerte y a malos pasos,
a las advertencias de mamá
y a los consejos de mi padre
que jamás pondré en práctica.
Me sabe a miedo,
a desahucio tu recuerdo
y a un dolor punzante,
agobiante, agonizante
de derrota e impotencia.
Me sabe a ron tu ausencia
y el sonido de tu sonrisa
que a cuentagotas se difumina
en el transcurrir de los días.

143
Douglas Cardona Tamayo
Nació el 27 de noviembre de 1987 en Bogotá. Estudiante de
Filosofía de la Universidad del Quindío.
Precisa la poesía como la expresión más sintética del lengua-
je. Su escritura oscila entre la emoción del encuentro afortunado
con el ser que se anhela, y el instante a solas donde se descubre
la profunda desnudez bajo la máscara.
Sus poemas permanecen inéditos.
Quisiera ser “YO”
Recuperar mi cuerpo en “TI”

La carne es débil
Abandónala por mí
Abandónala por mis abrazos
Permite envolver tus huesos
En mis sentimientos hechos carne
Son sinceros para contigo,
Tiernos, cálidos, lascivos,
elásticos a tus emociones,
a tu estado anímico.

La piel es sensible, suave, tierna


Y fácil de desgarrar,
Pregúntale a los cuervos
Con ella se han de alimentar,
A cambio mis besos
Para ellos imposibles de tocar,
Te envolveré en pura felicidad
Mis besos ahora tu piel será.

No me perteneces
más de lo que te pertenezco.

No soy más
que lo que te ofrezco.

Por favor recíbeme


en tu nuevo cuerpo.

Quédate con tu sangre


con tus huesos
amaré todos tus órganos
desde tu corazón hasta tu cerebro.

149
Lleno de sí mismo
buscó otra fuente
dónde derramarse
para que no le doliera
tanto vacío.

150
Te pienso en matemáticas
te veo como números perfectos
que me dividen para sumarse a ti en mí.
Para que te sumes en mí.
Para que sumes en ti,
Y seamos nuestro propio resultado “perfecto”.

151
Él se siente perdido
él no está en un lugar
él no es
alguien o algo fue
solo queda su sensación
de perdido
que ni en palabras se encuentra
tal vez en el corazón
donde más perdido estoy
donde me encuentro él y me pierdo yo
donde él se siente perdido
porque se siente yo.

152
Declaración

El beso más próximo a mis labios


se imprime en el anhelo de mis ojos
buscando tus labios más allá, en la nada,
donde todo es posible
incluso el encuentro de tus labios con los míos,

o más acá, donde compartimos espacio


y se nos cruzan tanto las palabras
que no permiten tocarnos…

¿cómo y cuándo busco tu beso sobre mis labios?


¿he de probar la lógica de mis argumentos sobre ti
para convencerte de lo imposible?
¿tendremos que protagonizar una romántica
escena en el teatro del absurdo para que sea probable?

Respóndeme como en un sueño


con un acto imposible
con un beso sin aviso sobre mis labios.

153
Me sentí poeta
e intenté escribir;
mis letras eran tachones,
mi canto un chirrido
anhelante de luna
y yo bajo el sol.

Traté de hacer poesía


de mis emociones
y terminé escribiendo
cartas de exigencia
a un corazón
a un amor
a un vacío.

Y entonces,
me siento ridículo
en una silla y soledad,
en el papel que soy y escribo
por los gritos que no doy
y los besos que no recibo.

154
Quisiera sentirme solo
porque me haces falta.

Quisiera desear la muerte


por haberte perdido.

Quisiera que tú fueras


los argumentos de mi tristeza.

Quisiera... qué más quisiera yo,


que tú existieras.

155
Primavera
Su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento

Alejandra Pizarnik
Ana María Sepúlveda López
Nació el 2 de septiembre de 1990 en Armenia, Quindío. Fo-
tógrafa de la Universidad Nacional. Estudiante de Comunica-
ción Social – Periodismo de la Universidad del Quindío.
Concibe la poesía a manera de comunión, como ese “hilo tan
imperceptible que hace que todo esté conectado”. Su escritura
alude a visiones optimistas del futuro; mundos imaginarios im-
pregnados de armonía y hermandad.
Sus poemas permanecen inéditos.
El eco de los dioses

La música es
Recuerdo
Época sin tiempo
Cuerpo etéreo
Momento perpetuo

Esas resonancias, las que ruegan a los dioses


un santiamén de luz
Son memorias de una época vivida en este espacio
Y, a veces,
Recuerdos del alma en otras vidas.

165
Árbol de ciudad

Aquí,
El afán zapatea
El amor es la enfermedad que nadie quiere tener
Y las caras parecen sin alma corriendo
Bajo el smog de esta ciudad que no me pertenece.

La gente en bicicleta parece sin apuros,


Sin embargo vendieron sus semillas
Y ahora perdieron sus frutos.

El mundo de los minutos,


El tiempo es oro y comida rápida
El dinero salta al otro charco y lo pierdo de foco.

La luz artificial de la ciudad humilla a la luna


Y la luna humilde
Sin escrúpulo
Lo ilumina todo.

166
Todo está resuelto

Hoy
Se queman los últimos cartuchos de olvido.
En cielos invisibles estallan las lágrimas de nube,
La lluvia es el presente del cielo.

Una respiración sobre otra,


Una sola.
Un suspiro sobre un alma
O sobre nada
Y por sobre todo
Un espacio sobre ningún tiempo
Para volar amando.
Está resuelto,
La historia del mundo,
Un hombre y su complemento
Su altura perfecta,
Su clave de sol
Su armonía en sí,
Su lapsus perdido
Su estancia latente
Su arco de iris
Su nube en un viento disperso.
Su nada.

167
Somos nada

Ellos,
Y sus sueños cansados de ser lúcidos y voraces
Todos alucinan en el mismo jardín
Contemplan diferentes flores,
Reflejan el sol
Y usan el mismo elixir
Para combatir los miedos.

Nosotros
Y nuestro vicio:
La melancolía y el dolor.

Verás,

Es casi como un orgasmo,


La alegría de estar adolorido,
La certeza de no saber nada.

168
Presagio

Tengo la impresión de que


en la distancia
Cuando tú imaginas el lugar en el que me encuentro
sucede el momento en que yo te pienso,
Y
Es algo así
como tropezarnos en espíritu
para contarnos en silencio cuánto ha pasado en
nuestra ausencia.
Será siempre
un radar telepático que nos ubica
sin época,
sin forma y sin espacio
en la dimensión de los destinos que pasan
y se quedan.

Encontrarte es viajar
en un suspiro de viento
hacia la distancia que no existe,
Con los cuerpos suspendidos en el aire
como meditando estrellas.

169
Juan Camilo Puentes Sánchez
Nació el 22 de julio de 1992 en Armenia, Quindío. Abogado
de la Universidad Militar Nueva Granada.
Define la poesía como una herramienta que condensa en pa-
labras un cúmulo de sentimientos, emociones y percepciones
tanto de la propia naturaleza del ser como del mundo externo.
Su propuesta poética transcurre entre la develación de la belle-
za instantánea de paisajes entrañables y el anhelo de la palabra
mística.
Publicó los libros de poesía Desiderátum (2012) y Una mi-
rada al horizonte (2015).
Ocupó el tercer puesto en el Segundo concurso nacional de
poesía Memorias de nuestros pueblos (2013) de la fundación
Andrés Barbosa y fue finalista en el Primer certamen de haikús
Matsuo Basho (2015) de la organización Letras como Espada de
España. Ha sido invitado a varios certámenes literarios como el
Encuentro con el Arte organizado por la fundación Coffee Latin
Arts con el apoyo de la Corporación de Cultura y Turismo de la
ciudad de Armenia.
Este anhelo que
me convierte en un pájaro
bajo los soles.

175
La eternidad
beso entre los ojos
y el horizonte.

176
Mientras escribo
me acompañan la noche
y la luciérnaga.

177
Hoy como ayer
mi corazón crepita
ante el ocaso.

178
He decidido
soñar con la imperiosa
hoja de otoño.

179
César Alberto Cano
Nació el 7 de mayo de 1994 en Armenia, Quindío. Estudiante
de la Licenciatura en Español y Literatura de la Universidad del
Quindío.
Define la poesía como reconciliación del hombre con el
mundo exterior. Su propuesta poética se advierte como una
lúdica de la palabra; la tentativa de encontrar lo inefable en el
gesto desencantado de la rutina.
Sus poemas aparecen, entre otras publicaciones, en el diario
La Crónica del Quindío (2014) y en la revista literaria Luna
Nueva (2014). Ha sido incluido, además, en varias selecciones
y antologías en formato electrónico como Poetas del siglo XXI
- Antología mundial (2016) y Los muchachos ebrios. Antología
de poesía jovencísima transoceánica (2016).
Ha participado en el Primer encuentro de poetas jóvenes
colombianos (Medellín, 2014), Encuentro de jóvenes poetas
(Tuluá, 2014) y II Festival Internacional La poesía se eleva
(Perú, 2014).
Principios

Ponte
siempre
por delante
para volver
a quedarte
atrás

Roba flores de otros campos


para que alegren con su muerte
tu jardín

185
Mural pintado a mano

Me dejó aquí
pintado en este muro
que es mi cuerpo
ante sus ojos,
para que alguna vez
si acaso
y sin quererlo
me recuerden

186
Táctica y estrategia

Mi táctica es tocarte y manosearte


hablarte susurrarte y calentarte
y construir con palabras
un puente hasta tu lecho

Mi táctica es venirme
cálido a tu encuentro
No sé cómo
ni sé con qué pretexto
pero venirme
cálido a tu encuentro

Mi táctica es ser franco y ser directo


Que no haya simulacros
ni preámbulos
Que se abra tu telón
para saltar a tus abismos

Mi estrategia es que a veces


nos enredemos simples
y profundos

Y que un día cualquiera


no sé cómo carajos
ya no te necesite

187
Trocito de imagen

Aquí
solo un montón
de palabras….
que
nunca
supieron
hacer una fila
—¡Cómo niños hambrientos!—
Para reclamar cada una
un trocito de imagen

188
Pregunta

“Qué es poesía”
—preguntó el poema
y me respondí:
poesía eres tú
que clavas tu silencio
en la palabra mía

189
Los Poetas

Nadie niega
que están bien locos
los poetas
que andan por ahí
salpicando estrellas
cuando cruzan charcos
Pero la culpa
la culpa no es
de los poetas

Una antigua sombra


los gobierna
en ellos vive
y de ellos se alimenta

Es otra voz
la que en ellos habla
Sus sombras
no son sino cadenas
Su soledad
otra oscura compañía

A veces salen
los poetas
y los vemos tan tranquilos
colgándose del cielo y masticando
el fruto aquel
del árbol que creció en los huesos

Verás alguno a veces


en la calle
tropezando con la vida
muriendo a cada rato

190
Ay, pobres los poetas
pues su única alegría es
escribir

191
Si no te veo
mi amor
me pongo esquizofrénico
(Pasaste como en una 4x4
y dejaste un polvero en la trocha de mi corazón)

Porque empiezo a alucinar tu rostro en las muchachas


en un ventilar de ventanas & paisajes transparentes
tengo la frenético cabeza descompuesta
& no se calla ni cuando hace silencio
:mi amorcito dormido en las películas:
yo pongo fotos de ti en los telescopios
claro que delirar es un síntoma de estar enamorado
las cáscaras crujen igual que el algodón que limpia
sangre
ramita sosteniéndome la noche
temblorcito en el ojo cuando me preguntan algo
delirio frente a ti es ser honesto
la realidad me enferma tanto hasta la fiebre
desvarío es quedarse lejos cuando dices tonto
mi gotita de limón cayéndome en los ojos
adorno la noche con un lunarcito en las mejillas
mi corazón en salsa de aguacate
caldito de pollo cuando estoy enguayabado
mi punto de intersección en todos los planos
cartesianos
dónde estás que no pasas por mi calle
por mi río de miel sin pez ni avispa
mi infarto a tres minutos por segundo
mi déficit de respiración en las piscinas
te veo pasar como un desmayo
como cuando la muerte se acerca y me sonríe
y me dice no me tardo
te espero en la esquina del círculo polar ártico

192
mi doble seguro a la puerta en un barrio peligroso
mi eterno momento de estupidez adolescente
pero nada es tan frío como las baldosas por la noche
pienso que besarte debe ser como besarte
todos los lunes hace un invierno infernal en mi casita
dónde estás que quiero verte
escribirte balbuceos con palabras cursis
mi copita de aguardiente con café por la mañana
estoy fermentándome en un cajón para que vengas a
sacarme
mi dulzura de viajar por los rincones
mi razón intermitente en la cabeza
necesito que me calles la boca cortándome los dedos
necesito que me busques debajo del sol al medio día
voy a ahogarme en un vaso de tinta
voy a colgarme de un columpio si no vienes
voy a cerrar las puertas & a quitarme los zapatos

193
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Este libro se terminó de imprimir
en los talleres del Centro de Publicaciones
de la Universidad del Quindío
(Armenia, Colombia)
en el mes de julio de 2017.

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