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4. SISTEMAS DEL NUMERUS CLAUSUS Y DEL NUMERUS APERTUS.
Los derechos de crédito son numerus apertus, y esto se deduce con facilidad de una norma central del CC (1255 CC).
Así que, respetando estos límites de carácter general, podrían crear todo tipo de derechos de crédito. La cuestión no
se plantea igual para los derechos reales. En principio porque no tenemos una norma como la del 1255 CC para los
derechos reales. Pero no solo por ese vacío, sino también porque los derechos reales tienen una peculiar trascendencia
social. Son oponibles erga omnes, es decir, que generan un deber general de respeto. Haría muy deseable que los
derechos reales tuvieran una estabilidad y una fijeza de contenido en la determinación de sus facultades porque así se
ayuda al cumplimiento del deber general de respeto. Si a esto se une que el derecho civil que surgió de la codificación,
ese derecho civil veía con gran antipatía la gran proliferación de derechos reales limitados, el sistema adoptado por el
legislador de los códigos civiles (siglo 19) es el de numerus clausus. Resulta que nuestro derecho positivo, el derecho
español, los términos son confusos. El art. 2 de la LH, parece decantarse por el sistema del numerus clausus, aunque
no lo hace de forma clara. En cambio, sí lo hace de manera clara el art. 7 del reglamento.
En definitiva, hay autores que con el art. 2, unido al 7 del reglamento y unido al 1255 CC, se puede sostener que nuestro
ordenamiento jurídico tolera la creación de nuevos derechos reales limitados. Por el contrario, otros juristas afirman
lo contrario basándose sobre todo en que la creación de derechos reales afecta al orden público económico.
Es interesante conocer al respecto la doctrina de la Dirección General de los Registros y del Notariado (DGRN). Éste,
parece mostrarse favorable a la doctrina del numerus apertus, especialmente por las necesidades impuestas por el
urbanismo moderno y por la nueva economía. Un ejemplo de ello sería la energía, que se considera cosa porque recae
sobre ella un derecho real; los parques eólicos; placas solares. Todo eso ha generado mucha polémica a la hora de
inscribirlo en el RP. Había veces que lo hacían como un derecho de superficie, pero otras muchas como un derecho sin
nombre, siempre y cuando se cumplieran una serie de requisitos:
Debe reunir los requisitos propios de los derechos reales, es decir, tener un poder directo e inmediato sobre
una cosa.
Que no contradiga el orden público en base al 1255 CC.
La descripción del objeto gravado y del derecho que pretendan inscribirse.
La escritura pública.
La necesidad de una tutela jurídica de los intereses de las partes.
5. CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS REALES.
Los derechos reales en general, confortan una serie de facultades cuyo ejercicio facilitan la satisfacción del interés de
su titular. El más amplio conjunto de facultades de uso y disfrute y disposición sobre un bien que permite el
ordenamiento es el derecho de propiedad. El derecho de propiedad es el más pleno reconocido por nuestro
ordenamiento (lo cual no significa que sea ilimitado).
En cambio, cuando un derecho esta solo integrado por alguna de esas facultades, pero no por todas, estaríamos
hablando de derechos reales limitados.
Surgen 3 grandes categorías:
ᴥ Derechos reales limitados de uso y/o disfrute. Son usufructo, servidumbre, uso y habitación, censo, superficie…
ᴥ Derechos reales limitados de garantía. Vinculan el valor del bien a la satisfacción del interés de un acreedor.
Dentro de este grupo se estudiarán la prenda e hipoteca.
ᴥ Derechos reales limitados de adquisición con preferencia o exclusividad frente a otros posibles adquirentes. Se
estudiarán el tanteo, retracto y el derecho de opción siempre que esté inscrita en el Registro de la Propiedad.