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¿Como los Rabinos cambiaron el calendario solar por uno lunar?

Rachel Elior

Estudio sacado de "Los Tres templos" por Rachel Elior.

De la casta sacerdotal saducea a los rabinos fariseos (Del sol a la luna - Abraham
Rabinovich - JPost)

La escena podría estar sacada de la Haggada: un grupo de rabinos sentados en


círculo en el suelo durante la noche, probablemente recostados sobre almohadones,
con pergaminos esparcidos entre ellos, y participando en una discusión hasta que
la pálida luz del exterior les indica que un nuevo día está a punto de nacer.

El hecho de que este encuentro, mencionado en el Talmud, se celebre en un desván


(aliyat gag) puede llegar a sugerir a un lector moderno que existía algo de
clandestino en él, tal vez el deseo de poner distancia ante los oídos romanos o
inclusive ante la propia población judía del entorno.

Clandestina o no, esta reunión, y todos los encuentros similares que la precedieron
y continuaron, contenían el germen de una revolución: la reestructuración radical
de pensamiento y la práctica religiosa judía que siguió a la destrucción del Templo
en el año 70 d. C. Según la profesora Rachel Elior, de la Universidad Hebrea de
Jerusalén, fueron los rabinos los que participaron en nada menos que "una
reinvención del judaísmo... Ellos pusieron el cierre a un mundo basado en la
profecía y la revelación angélica, y abrieron el sagrado canon a la
reinterpretación".

Lancemos una mirada a la efervescencia intelectual que se observa en la breve


descripción del Talmúd Shabat Tractate (13b), de la recopilación rabínica, quizá
en Yavne, lugar que se había convertido en el principal centro de aprendizaje de
los judíos después de la destrucción de Jerusalén: "Ese hombre debe ser recordado
con buenos ojos", dice el pasaje en referencia a uno de los participantes en la
reunión, "su nombre era Hanania, hijo de Ezequías, ya que si no fuera por él el
Libro de Ezequiel habría sido suprimido y retiradas sus enseñanzas
contradictorias con las de la Torá. ¿Qué hicieron? Trajeron jarras de aceite [para
las lámparas], se sentaron en el desván y dirimieron sobre los textos [durante la
noche]".

¿Es qué Hanania y sus colegas se dedicaron a revisar todos los textos religiosos
hebreos compuestos hasta ese momento? Las obras que eligieron de esta biblioteca
constituirían el canon judío y de ahora en adelante serían los únicos textos
considerados como poseedores de autoridad divina. Al final, un consenso en torno
a 24 obras, incluidos los cinco libros del Pentateuco, conformaría la Biblia.

Pero, ¿y las obras excluidas de ese canon? Muchos eran comparables en calidad
literaria y religiosa a las elegidas, señala Rachel Elior, profesora de filosofía,
pensamiento y mística judía. "Para muchos de los judíos del primer milenio a. C.,
todos esos textos eran igualmente santos", nos recalca. "[los excluidos] el Libro de
Enoc, de los Jubileos… no se consideraban menos sagrados que los [canónicos]
Libro de los Jueces, de Esther o de Daniel".

Sin embargo, los textos excluidos - cerca de una docena de grandes obras - no sólo
fueron abandonados, sino que fueron extirpados como si se tratara de un tumor
maligno. "Cualquiera que los lea", declaró el rabino Akiva, uno de los sabios que
participó en el proceso, "no tendrá lugar en el mundo por venir".

Dados por muertos, algunos de los textos expulsados fueron rescatados y


adoptados por otra religión. El cristianismo recién nacido, que se consideraba el
sucesor del judaísmo, incluyó esos textos en su propio corpus de obras santas junto
con el Antiguo Testamento, tal como se llamó a la Biblia hebrea. Con el tiempo, los
estudiosos judíos redescubrieron los libros repudiados por sus antepasados en
textos en griego, etiope, siríaco, armenio y traducciones de la iglesia eslava. Estos
escritos, conocido como Apócrifos ("Escritos o libros ocultas" en latín) nunca se
integraron en la biblioteca judía, pero siguen siendo para los estudiosos un largo y
complicado rompecabezas, ya que tratan de entender cuáles fueron los criterios
para que esos textos fueran rechazados.

Hace medio siglo, otra misteriosa y perdida biblioteca surgió a orillas del Mar
Muerto, tras haber sido literalmente perdida durante 1.900 años y después de
haber sido escondida en las cuevas de Qumran. Muchos de estos Manuscritos del
Mar Muerto habrían sido suprimidos, nos dice Elior, por las mismas razones por
las que los anteriormente citados libros apócrifos lo fueron.

En su libro recientemente publicado (en hebreo), "La memoria y el olvido. El


Misterio de los Manuscritos del Mar Muerto", nos ofrece una narrativa audaz y
coherente a la hora de explicarnos los eventos académicos que tantas opiniones
contradictorias han generado.

La razón por la cual el Canon rompió con los libros apócrifos se debe, según Elior,
a una controversia sobre el calendario. La explicación más profunda implica una
lucha de poder entre el viejo orden sacerdotal, que creía que sus decisiones eran
inspiradas por la divinidad, y una nueva clase de rabinos que adoptaron una nueva
narrativa que otorgaba a la razón humana y a las leyes un gran papel en la
configuración de la religión. Rachel Elior nos muestra cómo las nociones de
místicos calendarios cósmicos y de carros celestiales formaban parte de una lucha
por el poder, cuyo resultado afectó a la forma en que se ha practicado el judaísmo
hasta nuestros días.

Durante siglos, los israelitas habían marcado el tiempo de acuerdo a un calendario


solar establecido por la casta sacerdotal pero que se consideraba inspirado por la
divinidad. El calendario imitaba el patrón establecido por Dios cuando creó el
mundo en seis días y descansó el séptimo. El número siete se convertiría en un
importante elemento de la mística judía a la hora de medir el tiempo. Así, los
israelitas aprobaron una semana de siete días, al parecer las primeras personas en
el mundo que lo hicieron, y descansaron durante el séptimo día.

Cada siete años uno fue designado como el “año de la shmita”, el año en que la
propia tierra y los demás campos de labor descansaban en barbecho. Cada ciclo de
siete veces siete años, 49 años en total, sería seguido de un año jubilar, un nuevo
comienzo donde los siervos serían liberados y las tierras arrendadas volverían a
sus propietarios originales. El tiempo entre el éxodo de Egipto y la reunión de
Moisés con Dios en el Monte Sinaí, sería recordado como de siete semanas. Joshua
conduciría a los israelitas a través del Jordan durante el año jubilar. No habría,
hasta este día, los siete días de duelo, los siete días entre el nacimiento y la
circuncisión masculina, los siete días de impureza menstrual femenina.

Rachel Elior proporciona los términos matemáticos del calendario sacerdotal, una
construcción excepcional que reflejaba un supuesto orden cósmico revelado a Enoc
(Henoch, en hebreo), una sorprendente figura bíblica que se halla en el centro de la
narración sacerdotal pero que fue dejada de lado por los rabinos. En el Génesis
(5:18) es mencionado brevemente en la larga lista de descendientes de Adán – en la
séptima generación de los patriarcas de la humanidad, por lo tanto alejado
claramente de la posibilidad del incesto que necesariamente marcó a las primeras
generaciones -, pero esa lista es única. Al igual que con todas las demás figuras
mencionadas, se proporciona el número de años que vivió, 365 en su caso, y no es
nada casual que coincida con el número de días del año, y también se dice que
engendró a Matusalén, que vivió 969 años y que a su vez engendró a Noé. Sin
embargo, el esbozo biográfico de Enoc no termina, como todos los demás, con las
palabras "y él murió". En lugar de ello, dice: "Y Enoc caminó con Dios, y ya no
estuvo más, porque Dios se lo llevó".

La Biblia no explica este hecho, pero si los apócrifos. Varias versiones del Libro de
Enoc conservadas por la Iglesia se han encontrado en diferentes idiomas (varios
manuscritos de Enoc aparecieron en Qumran y en arameo). Describen como Enoc
fue llevado al cielo y se le concedió la inmortalidad, junto con un billete de ida y
vuelta. En dirección a Dios, que le enseñó por medio de los ángeles a leer, escribir y
calcular números - el primer humano al que le fue dado este conocimiento -. A
continuación, regresó a la tierra para compartir con la humanidad lo que había
aprendido, incluido el calendario solar.

Los sacerdotes, relataba Elior en su anterior libro "Los Tres Templos: La


emergencia del misticismo judío", vieron este calendario como "un reflejo del
eterno y cíclico orden divino". Los sacerdotes eran los guardianes del calendario,
el secreto de los secretos proporcionado por los ángeles, y como Enoc servirían
como intermediarios o conductos entre lo celeste y lo terrestre. Fueron los
miembros de la casta sacerdotal y de la de los profetas, muchos de los cuales eran
sacerdotes, quienes escribieron los libros que conformaron la Biblia, y también
esos otros libros que se convertirían en apócrifos. Todo lo que escribieron los
sacerdotes era considerado sagrado por formar parte, en efecto, del dictado de los
ángeles. Ellos consideraban a los ángeles celestiales como sus homólogos y se vieron
a sí mismos colaborando con ellos para garantizar la sincronización de un orden
cósmico en el cielo y en tierra.

La manifestación terrestre más tangible del calendario solar fue la Lista del
trabajo sacerdotal sobre el Monte del Templo. Veinticuatro familias sacerdotales,
el mismo número que las horas de un día, asistían semanalmente a los sacrificios
de animales y otros rituales del Templo. A imitación de una especie de guardias de
un ejército actual, los miembros de una de estas familias llegaban hasta el Monte
del Templo el domingo por la mañana y realizaban los oficios hasta ser relevados
por la siguiente familia una semana más tarde. Estos "relojes" sacerdotales
conformaron el marco de la vida de toda la comunidad, afirma Rachel Elior.

Desde el momento en que el Templo fue construido por Salomón en el siglo X a. C.,
el Sumo Sacerdote fue elegido de una familia descendiente de la línea de Zadok, el
sacerdote que había transportado el Arca de Dios en su momento y había ungido
como rey al hijo de David, Salomón. El último sumo sacerdote sadoquita (saduceo)
fue expulsado durante el caos político que precedió a la revuelta hasmonea en el
siglo II a. C. Los Hasmoneos, una familia sacerdotal, pero no de la línea sadoquita,
expulsaron de Jerusalén a los sacerdotes helenizantes, pero en vez de restaurar
nuevamente la línea Sadoquita instalaron a sus propios miembros en el sumo
sacerdocio. Algunos de los Sadoquitas y sus seguidores pusieron en tela de juicio la
legitimidad del liderazgo sacerdotal Hasmoneano y abandonaron el servicio del
Templo.

Este conflicto entre los Sadoquitas "secesionistas", como los llama Elior, y los
usurpadores Hasmoneanos, es el tema de muchos de los más interesantes
manuscritos hallados en Qumran. Elior estima que los manuscritos de Qumran
conforman realmente una biblioteca Sadoquita, no Esenia, tal como ha sido el
consenso prevaleciente hasta ahora.

En medio del caos y de la efervescencia e intensidad religiosa del período


Hasmoneano (152-37 a. C.), nuevas voces comenzaron a ser oídas: eran las de unos
eruditos conocidos bajo el nombre de Fariseos que impugnaban la legitimidad de
los reyes y sacerdotes Hasmoneanos, y sostenían, frente a los sacerdotes y su
Calendario Solar Sadoquita, sus reivindicaciones de poseer una línea abierta hacia
lo divino. Estos eruditos, conocidos como rabinos o sabios, estaban descontentos
con la exclusividad de los sacerdotes y con el poder que habían acumulado por el
intermedio de sus reivindicaciones de un conocimiento esotérico como confidentes
de los ángeles.

En un movimiento innovador, los rabinos declararon que la edad de la profecía


había terminado hacía ya mucho tiempo, y que el sacerdocio había trastocado el
acceso a la autoridad superior. Según una tradición rabínica, la profecía había
terminado con la destrucción del Primer Templo en el siglo VI a. C. De acuerdo a
otra tradición, terminó cuando Alejandro el Grande y los helenizantes llegaron dos
siglos más tarde. Los sacerdotes rechazaron enérgicamente esta limitación de su
prestigio y consideración.

Los rabinos favorecieron un calendario lunar, asegura Elior, porque lo


contemplaron simbólicamente como una liberación de la nación de la dependencia
de una casta sacerdotal encerrada bajo llave tras un calendario solar y la
reclamación de una autoridad divina. Los rabinos querían simbolizar el lugar del
hombre a la hora de determinar su propio tiempo y destino. "Así declararon que la
comprensión humana de los escritos sagrados era una fuente legítima de
autoridad". El mes que ahora comenzaría no lo haría en función de un calendario
solar precalculado para toda la eternidad, sino en función de la exploración por los
mortales del ciclo de la luna nueva, tal vez propiciando desacuerdos en su
observación, tal vez incluso errando.
Un moderno recordatorio de la épica victoria rabínica en su lucha contra la casta
sacerdotal puede ser contemplado en las sinagogas ortodoxas una noche al mes,
cuando la congregación pronuncia la oración de la luna nueva.

Según Rachel Elior, en la elección de las obras que compondrían el canon bíblico el
criterio principal de los rabinos fue excluir aquellas que invocaran el calendario
solar y dotaran a los sacerdotes de una autoridad proveniente de la divinidad.
"Ellos estaban diciendo en ese momento: esa época ya se ha terminado y una
nueva era ha comenzado". Así, unos simbólicos movimientos similares se dieron
durante la Revolución Francesa, cuando un nuevo calendario fue aprobado - uno
de ellos con 10 días por semana - y tras la Revolución Rusa, cuando el calendario
gregoriano utilizado en Occidente fue sustituido por el calendario juliano utilizado
por la Iglesia Ortodoxa Rusa.

La cuestión no era tanto la medida del tiempo, nos informa Elior, sino la medida
de la soberanía del hombre. Además de los textos que los rabinos aceptaron en el
Canon, crearon el marco paralelo de la Ley oral que ellos mismos – no los
sacerdotes - desarrollaron y que se convertiría en cada vez más relevante a lo largo
de los siglos de evolución de las realidades de la vida judía. La primera gran
recopilación, la Mishna, se completó en 200 d. C. En los siguientes siglos, los sabios
en Palestina y Babilonia completarían el Talmud. Estas compilaciones se
mantendrían oralmente - los antiguos tenían una enorme capacidad para
memorizar textos - hasta los siglos VIII y IX, cuando finalmente fueron puestos
por escrito.

Los sabios representaron una fuente poderosamente democrática. El estudio fue


abierto a todos los hombres judíos y ya no era una cuestión de privilegios
heredados y de dinastías. El rabino Akiva había sido un pastor. Otros sabios
fueron agricultores y artesanos. Resh Lakish había sido previamente un bandido.
La Ley Oral, nos dice Elior, "fue abierta a su estudio e interpretación a toda la
población judía masculina". La meritocracia fue desplazada, al igual que el
liderazgo de la casta y de los clanes sacerdotales, los cuales habían trazado su
dinastía, enlace tras enlace, desde el hermano de Moisés, Aarón.

"Los rabinos transfirieron el centro de gravedad", dice Elior, "de manera regular,
del ritual sacerdotal anclado en los tiempos del lugar santo (el Templo), se paso a
una constante evolución confiada y ordenada a los sabios pertenecientes a todas las
clases de la población, quienes se hicieron cargo de un tiempo más humano y
enseñaron una nueva percepción de la santidad".

El debate entre los sabios y los sacerdotes terminó abruptamente con la conquista
romana. Tras la destrucción del Templo, la casta sacerdotal se hizo pedazos y los
rabinos fueron libres para reconfigurar el terreno. Y no solamente descartaron
ciertos textos apócrifos, según Elior probablemente modificaron algunos pasajes
xdde los libros que se incluirían en la Torah para así reducir al mínimo las
referencias al calendario solar, a los ángeles y a la historia de Enoc.

De este modo, los sabios prepararon al pueblo judío a través de los tiempos. La vía
hacia lo divino ya no era un edificio monumental situado en Jerusalén y controlado
y mantenido por una casta sacerdotal. A medida que fueron partiendo al exilio, los
judíos se llevaron con ellos el día de reposo y la Biblia. Ya no dependían de un
lugar sagrado o de la presencia de unos sacerdotes como intermediarios. A partir
de ahora, un quórum ordinario de 10 judíos en la más humilde de las habitaciones,
o en ninguna habitación en absoluto, podía, en cualquier parte del mundo, hablar
directamente con Dios.

Si los Sacerdotes hubieran ganado en su pugna con los sabios (fariseos), el


calendario judío actual sería muy diferente. De acuerdo con el calendario
sacerdotal solar, el primer día del año caería en primavera, en el equinoccio de
primavera, no en otoño, donde los rabinos colocaron Rosh Hashaná. En el
calendario sacerdotal, el Día de la Expiación caía siempre en viernes, el Festival de
los Panes sin Levadura (Hag HaMatzot - una festividad que era seguida por el día
festivo del Pesaj del Templo) - y Succot siempre comenzaría en miércoles, Shavuot
siempre en domingo y ninguna festividad podría caer en Shabbat.

Con un alto grado de rencor, los sabios volvieron todo esto patas arriba con su
calendario lunar, para que ninguno de las festividades cayera en los días prescritos
por los sacerdotes. Cualquier día festivo podía caer en Shabbat. Yom Kipur no
puede caer en domingo, miércoles o viernes, los días elegidos por los sacerdotes.
Hag HaMatzot no puede comenzar el viernes, lunes o miércoles, días predilectos de
los sacerdotes. Rosh Hashaná nunca puede caer en domingo, viernes o miércoles, el
mismo día donde comenzaba en el calendario sacerdotal.

La Prof. Rachel Elior ya puso bastante de los nervios el mes pasado a muchos
académicos de diferentes continentes al negar no sólo que los Manuscritos del Mar
Muerto fueran escritos por la secta asceta de los esenios, tal como se cree
generalmente, sino que también sugirió que los Esenios nunca existieron. "Toda
esa historia de los Esenios es imaginaria", dice Elior. "Está claro que la biblioteca
de Qumrán es una biblioteca sacerdotal". Elior señala convincentemente que
muchos de los manuscritos encontrados en Qumrán reflejan la terminología y el
espíritu de la visión del mundo de los "hijos de Sadoc", esos sacerdotes que se
separaron de servicio del Templo en el período Hasmoneo porque el sumo
sacerdocio había sido usurpado por no Sadoquitas. (Este grupo "secesionista" es
distinto, señala, de esos otros miembros de la aristocracia saducea sadoquita que
permanecieron en Jerusalén y que fueron descritos por Josefo y en el Nuevo
Testamento).

Rachel Elior no es el primer erudito e investigador en argumentar en contra de la


conexión de Qumrán con los esenios. Hace medio siglo, el Prof. Moshe Gottstein de
la Universidad Hebrea rechazó esa idea y otros estudiosos atribuyen algunos de los
manuscritos a los sadoquitas. Hace una década, el profesor Norman Golb, de la
Universidad de Chicago, enturbió las aguas académicas al afirmar que Qumran no
había albergado a los esenios y que los manuscritos no habían sido escritos allí.
Habían sido trasladados a Qumrán desde las bibliotecas de Jerusalén, para
ocultarlos en las cuevas ante el avance de los romanos. En un curioso episodio que
refleja las pasiones que todavía rodean a estos manuscritos, el hijo de Golb, Rafael,
fue detenido recientemente por la policía de Nueva York bajo sospecha de hacerse
pasar por otros investigadores en Internet en un intento de influir en el debate
esenio en apoyo de las ideas de su padre.
Dos arqueólogos que excavaron en Qumrán durante 10 años llegaron a la
conclusión de que no había existido un asentamiento de los esenios, yendo a la
contra del amplio consenso que aún prevalece entre otros arqueólogos y
académicos relevantes. Lo que provocó los titulares en la prensa internacional fue
el cuestionamiento de Rachel Elior de la propia existencia de los esenios. "La Torá
prohíbe el celibato, salvo en casos excepcionales", afirmó Elior. "Es inconcebible
que hubiera miles de hombres que vivieran así, y no hay una sola fuente judía que
se refiera al grupo. El nombre de los esenios ni siquiera aparece en ningún texto
hebreo o arameo". Los esenios son mencionados por primera vez por el filósofo
judío Filón, que vivió en Alejandría a mediados de la primera centuria. Unos años
más tarde, también fueron mencionados por el historiador romano Plinio y luego
por el historiador judío Josefo. "Creo que Filón estaba describiendo una sociedad
ideal tal como la imaginaba", dice Elior, "y también lo hizo Plinio". Es más difícil
de descartar el testimonio de Josefo, en líneas generales un historiador fiable, que
no sólo se vivió en el país, a diferencia de Filón o Plinio, sino que incluso afirmó
que había sido educado por los esenios durante su juventud.

Rachel Elior apoya la idea propuesta originalmente por el profesor canadiense


Steve Mason, donde argumenta que Josefo, escribiendo en Roma años después de
la destrucción del Templo, pudo haber promovido el mito de los esenios para
presentar a los judíos, ante los romanos, bajo una luz favorable como personas
idealistas y espartanas.

Rachel Elior tendrá dificultades para persuadir a sus colegas sobre este punto,
aunque de hecho es una cuestión marginal, sobre todo ante el amplio alcance de su
trabajo innovador que describe la remodelación de la religión judía, la cual se
aparta de los dictados de los ángeles y se dirige hacia la razón humana.
ROSH JODESH / PRINCIPIO DE MES KODESH (SANTO)
"Rosh Jodesh NO significa Luna Nueva, sino Principio de Mes"

EL CALENDARIO DADO A ENOC ES LA FORMA CORRECTA DE


OBSERVAR LOS TIEMPOS (Moadim)

El Calendario de Enoc lo encontramos en el primer Libro de Enoc y fue dado por el


ángel Uriel ( YahEl ), y es el calendario sacerdotal original que se utilizó en la Toráh.
El Calendario de Enoc es un calendario de 12 meses Solares conteniendo solo 364
días, y fue utilizado por los patriarcas antediluvianos y por Noé, Abraham y
Jacob. Fue enseñado a Moisés por el Ángel Yah y continuó en vigor hasta el período
del segundo templo bajo Esdras y Nehemías. Fue el calendario oficial hebreo hasta el
segundo siglo antes de Mashiaj/Cristo, cuando el rey Antíoco IV Epífanes puso fin a la
utilización del Calendario de Enoc y obligó a los hebreos (hijos de Eber / Heber) a
observar el calendario lunar.

EL CALENDARIO DE LA LUNA ES PAGANO

El Calendario de Luna Nueva fue el calendario oficial de los griegos, y cuando


"Alejandro el Grande" conquistó el medio en el siglo 4 AEC, se introdujo el Calendario
Lunar y fue aceptado gradualmente por la mayoría de la gente, excepto por el pueblo
hebreo. En el año 172, el rey Antíoco designó a Menelao, como Sumo Sacerdote de
Jerusalén, para introducir la forma griega de la educación a los jóvenes, y para por
completo helenizar al pueblo hebreo. También envió un senador de Atenas para dar al
pueblo hebreo un ultimátum para que abandonaran la ley de su Elohim/Dios Yah y que
siguieran las órdenes del Rey o serian llevados a la muerte, así que la mayoría del
pueblo hebreo siguió las órdenes del Rey para salvar a sus familias, pero muchos otros
fueron muertos.

El rey Antíoco obligó a los hebreos a celebrar "El cumpleaños del nacimiento del rey
cada mes”, en el momento de la primera visibilidad de la luna.

Hephaistio de Tebas era un astrólogo en el quinto siglo EC, quien compiló los
históricos registros helenísticos de Astrología en su trabajo de investigación llamado
"Apotelesmatics. "Hephaistio cita al rey Antíoco diciendo que la Luna Nueva es el
momento en que "La Luna Nace" y es el "Cumpleaños del Mes:"

Pero Antíoco de Atenas dice también que este método tiene una cierta verdad en
ello. " Observar ", dice el "En un día dado en que la Luna Nace" y agregan a este
número 180 y deduzcan siempre 29 del Cumpleaños [γενέθλιον] del mes .

( Apotelesmatics, Hephaistio de Tebas, Libro I, Vol. VI, Compendio, tr. Robert


H.Schmidt & Robert Hand 1994 p.82 líneas 21-24)

Estas son Fuertes evidencias de que en el tiempo del rey Alejandro el Grande el
calendario lunar fue introducido y Antioco Epifanes fue quien se encargo de que el
pueblo hebreo también lo adoptara.
En el año 167 AEC, cuando el rey Antíoco regresó a Jerusalén después de su campaña
en Egipto, inmediatamente prohibió la religión hebrea y el Calendario de Enoc, y
prohibió todas las prácticas religiosas. Dedicó el templo de Jerusalén a Zeus, el Señor
de los Cielos ( Baal Shamen ) , y ordenó a la gente a adorar a Zeus. Cuarenta y cinco
días más tarde, empezó a sacrificar cerdos y hacer ofrendas abominables en el altar, y
esto inició la revuelta de los Macabeos (1. Macabeos Capítulo 1 y 2. Macabeos los
capítulos 4, 6 y 7 ) :

2 Macabeos 6-9, “El altar estaba repleto de ofrendas ilegítimas, proscritas por la Ley.
No se podía observar el shabat, ni celebrar las fiestas de nuestros padres, y ni siquiera
declararse judío. Por el contrario, todos se veían penosamente forzados a participar del
banquete ritual con que se conmemoraba cada mes el nacimiento del rey; y cuando
llegaban las fiestas dionisíacas, se los obligaba a seguir el cortejo de Dionisos,
coronados de guirnaldas. Por instigación de Tolomeo, se publicó un decreto dirigido a
las ciudades griegas de los alrededores, obligándolas a que procedieran de la misma
manera contra los judíos y los hicieran participar en los banquetes rituales. Además, se
ordenaba degollar a los que rehusaran adoptar las costumbres griegas. Todo esto hacía
prever la inminente calamidad”.

1 Macabeos 1:41-51, “El rey promulgó un decreto en todo su reino, ordenando que
todos formaran un solo pueblo y renunciaran a sus propias costumbres. Todas las
naciones se sometieron a la orden del rey y muchos israelitas aceptaron el culto oficial,
ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el shabat. Además, el rey envió
mensajeros a Jerusalén y a las ciudades de Judá, con la orden escrita de que adoptaran
las costumbres extrañas al país: los holocaustos, los sacrificios y las libaciones debían
suprimirse en el Santuario; los shabat y los días festivos debían ser profanados; el
Santuario y las cosas santas debían ser mancillados; debían erigirse altares, recintos
sagrados y templos a los ídolos, sacrificando cerdos y otros animales impuros; los niños
no debían ser circuncidados y todos debían hacerse abominables a sí mismos con toda
clase de impurezas y profanaciones, olvidando así la Ley y cambiando todas las
prácticas. El que no obrara conforme a la orden del rey, debía morir. En estos términos
escribió a todo su reino. Además nombró inspectores sobre todo el pueblo, y ordenó a
las ciudades de Judá que ofrecieran sacrificios en cada una de ellas.
El rey Antíoco murió 1335 días después de que él dedicó el Templo a Zeus y 1290
días después de que él sacrificó cerdos en el Altar de Yah. Sucedió exactamente como
Daniel profetizó y en exactamente 350 años como fue profetizado. Daniel profetizó en
el 521 AEC y el rey Antíoco puso en efecto su política helenizante en el 171 AEC. El
tiempo en Jubileos es de 350 años (Tiempo = 100, Tiempos = 200, y ½ Tiempo = 50), o
7 Jubileos:

Daniel 12:7, “Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, que
levantando su mano derecha y su mano izquierda al cielo, juró por aquel que vive para
siempre, que será por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo ; y cuando se termine
la destrucción del poder del pueblo santo, se cumplirán todas estas cosas” .

Daniel 12:11-13 , “Y desde el tiempo en que el sacrificio perpetuo sea abolido y puesta
la abominación de la desolación, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el
que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.
Mas tú, sigue hasta el fin; descansarás y te levantarás para recibir tu heredad al fin de
los días
El Libro de los Jubileos fue escrito durante este tiempo y preservó el Calendario de
Enoc.
El libro de Jubileos advirtió a los judíos de protegerse a sí mismos en contra de
helenizarse y de adoptar el calendario Ateniense que comienza el año en la primera
luna nueva después del solsticio de verano. Los escritores del Libro de los Jubileos
temían que si el pueblo hebreo observara el calendario Ateniense y mensualmente
participaban en el festival del cumpleaños en la Luna Nueva del rey Antíoco que
comenzaban los meses griegos, que iban a olvidar el Calendario de Enoc y los
verdaderos meses de YHVH que terminan el año en el equinoccio de primavera,
eso es el día de shabbat , y establece los shabat de 7 días. Entonces ellos perderían la
noción de su día de reposo y olvidarían sus fiestas mensuales en el 1er día de cada mes
solar, y se olvidarían de los Días de Fiesta Anual, ya que estos caen en días fijos
cada año, basados en el equinoccio de primavera que termina el año.

Jubileos 6:34-38 “Entonces todos los hijos de Israel errarán y no hallarán el curso de
los años, descuidarán el principio de los meses, la estación y el shabat, y equivocarán la
norma de los años. Pues yo sé, y desde ahora te lo hago saber, y no por cuenta propia,
pues ante mí está el libro escrito y establecida está en las tablas celestiales la
distribución de los días, que olvidarán las festividades de la alianza y seguirán, con las
fiestas de los gentiles, sus errores y su insipiencia.
Habrá quienes observen el aspecto de la luna; pero ésta varía las estaciones y se
adelanta a los años, en cada uno diez días. Por eso tendrán años que estarán alterados y
harán infausto el día de revelación e inmundo el de festividad, y los confundirán todos,
los días santos como impuros, y los impuros como santos, pues equivocarán los meses,
las semanas, las festividades y los jubileos. Por eso yo te ordeno y te conjuro que los
exhortes, pues tras tu muerte tus hijos se corromperán, no computando años de sólo 364
días, con lo que equivocarán el principio de los meses, la estación, las semanas y las
festividades, y comerán la sangre de toda carne.

El Festival del Cumpleaños del Mes como se conocía fue observado por la mayoría del
pueblo hebreo porque temían al rey Antíoco. Después de la muerte del rey Antíoco, en
el año 164 AEC, los sacerdotes hebreos trataban de restaurar el calendario solar,
pero la influencia griega de la Luna Nueva se encontraba alrededor de todos
ellos. Más tarde, en 359 CE, Hillel II introdujo el Calendario calculado fijo de la Luna
Nueva que se basa en la conjunción de la tierra, la luna y el sol, y este Calendario
Lunar ha sido utilizado por los Judios y otros, hasta el día de hoy, para determinar el
primer día de los meses y los días de las festividades anuales. Sin embargo, el término
"Luna Nueva" (jadash yareach ‫ )י ֵָרחַ חָ דָ ׁש‬no está escrito en ninguna parte en las
Escrituras Hebreas. Las Escrituras sólo usan la palabra "mes" ( jodesh ‫ )חֹ דֶ ׁש‬y pertenece
a un mes solar.

Los traductores mezclan algunas de las palabras hebreas, debido a errores de puntos
vocalicos, como CHODESH ‫ חֹ דֶ ׁש‬que significa ya sea " meses "o" nuevo mes " y la
palabra jadash ‫ חָ דָ ׁש‬que significa "Nuevo". También confunden la palabra yerach ‫י ֶַרח‬
que significa "mes", como en un "mes completo", con la palabra yareach ַ‫ י ֵָרח‬que
significa "Luna", y aquí es donde el error de traducción de la Nueva Luna entró en
los diversos libros y biblias, así se llego a conocer que el pueblo hebreo observaba la
Luna Nueva y practicaban un festival a luna nueva cada mes. Sin embargo, la
observación de la Luna Nueva no se ordenó en la Toráh, ni el término "Luna
Nueva" nunca se menciona en todo el Primer Pacto/Tanaj cuando nos fijamos en el
texto original hebreo, y la palabra luna (yareach) sólo es mencionada tres veces en la
Toráh, de las cuales dos veces son advertencias de no adorar o servir a la luna:

Deuteronomio 4:15-19 “Así que guardaos bien, ya que no visteis ninguna figura el día
en que Adonai os habló en Horeb de en medio del fuego; no sea que os corrompáis y
hagáis para vosotros una imagen tallada semejante a cualquier figura: semejanza de
varón o hembra, semejanza de cualquier animal que está en la tierra, semejanza de
cualquier ave que vuela en el cielo, semejanza de cualquier animal que se arrastra sobre
la tierra, semejanza de cualquier pez que hay en las aguas debajo de la tierra. No sea que
levantes los ojos al cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército del cielo, y
seas impulsado a adorarlos y servirlos,”

Deuteronomio 17:2-5 “Si se encuentra en medio de ti, en cualquiera de las ciudades


que Adonai tu Elohim/Dios te da, un hombre o una mujer que hace lo malo ante los ojos
de Adonai tu Elohim/Dios, violando su pacto, y que haya ido y servido a otros dioses,
adorándolos, o adorando al sol, a la luna o a cualquiera de las huestes celestiales, lo
cual yo no he mandado, y si te lo dicen y has oído hablar de ello, harás una
investigación minuciosa. Y he aquí, si es verdad y es cierto el hecho que esta
abominación ha sido cometida en Israel, entonces sacarás a tus puertas a ese hombre o
a esa mujer que ha cometido esta mala acción; sacarás al hombre o a la mujer, y los
apedrearás hasta que mueran”.

Génesis 37:9 “Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, y dijo: "He aquí que he
soñado otro sueño: Y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí"

Más tarde, cuando el pueblo hebreo adopto el Calendario Juliano en el 45 AEC, el


septimo día de la Semana continuó como de costumbre y los nombres de los días de la
semana seguían siendo los mismos, por lo que el pueblo hebreo consideró que los
cambios en el calendario no les afectarían a ellos. Sin embargo, el día extra que se ha
añadido, para un Año día de 365 días, totalmente interrumpe el ciclo del shabat
semanal, ya que sólo en un calendario de 364 días el shabat cae en un día fijo de la
semana todos los años. El Día 365 adicional hizo que el séptimo día diera un giro a un
diferente día de la semana comenzando el último día del año.

El Calendario de Enoc se determina por el sol y las estrellas


Y nos da un año de exactamente 364 días que tienen exactamente 24 horas
en cada día. Mientras que el calendario Juliano y Gregoriano están determinados
por las estrellas solamente ( las constelaciones del zodiaco que se rigen por los
planetas / dioses )" , dando un año de 365 días que tienen 23 horas, 56 minutos y 5
segundos por día:

Enoc 74:12 " Y el sol y las estrellas traen todos los años exactamente, por lo
que ELLOS NO adelantan o retrasan su posición por un solo día por toda la eternidad,
pero COMPLETAN LOS AÑOS CON PERFECTA JUSTICIA EN 364 DÍAS.

Jubileos 2:8,9 “En el cuarto día hizo el sol, la luna y las estrellas. Los colocó en la
bóveda celeste para que iluminaran toda la tierra, gobernaran el día y la noche, y
separaran las tiniebla y la luz. Adonai puso el sol sobre la tierra como gran señal de
días, semanas, meses, festividades, años, septenarios, jubileos y todas las estaciones.”.
El Calendario Juliano reduce cada hora del día por 9,86 segundos para que la hora sea
de 59 minutos y 50 segundos, y el cambio fue tan sutil que el pueblo hebreo no sabía
que este pequeño cambio podría afectar nada, y mucho menos su día
dereposo. Los 9,86 segundos por hora "equivale a casi 4 minutos por día (3,9452
minutos por día o 236,7 segundos por día), que se saca de cada uno de los 364 días para
crear el día 365, es decir 15 de marzo. Esta es la razón que a estos días se le
llaman días siderales, ya que los días tienen 23 horas, 56 minutos y 5 segundos, y no
es un verdadero día de 24 horas. El día creado 365 (es el 15 de marzo), se inserta en el
calendario de cada año, siguiente al último día del año, que es el 16 de marzo. El mismo
procedimiento se sigue de nuevo para crear un día bisiesto cada cuatro años, en los
que los minutos adicionales son sacados de cada uno de los originales 364 días para
crear el día 366, (febrero 29), que se inserta en el calendario Gregoriano a finales de la
semana número 50 cada cuatro años, (es decir, 2/29/2008, 2/29/2012, 2/29/2016,
2/29/2020, etc) .

La siguiente es la fórmula que los gobiernos utilizan para hacer un día sideral o un
día extra, y que, básicamente, sólo se toma minutos de los 364 días originales para
crear otro día:

1) 364 días X 1440 min. por día = 524.160 min. por año 364 días

2) 524 160/365 = 1436.05479 ... min. por día en un año de 365 días

3) 1440-1.436,05479 ... = 3,9452 ... minutos sacados de cada uno de los 364 días ó
9,86 segundos sacados de cada hora: (... 3.9452 min 60 seg X = 236.7123 ... s por
día / 24 horas = 9,86 segundos sacado de cada hora )

4) 1436.05479 ... min. por día / 60 min. = 23 0,934246575 ... horas en cada uno de los
365 días
5) 0,934246575 X 60 = 56,05 4794520 ... minutos y segundos

6) Total : 23 horas, 56 minutos y 0,05 ... segundo en cada uno de los gregorianos 365
días, en comparación con exactamente 24 horas en cada uno de los 364 días de Enoc.
Así se puede ver que no existe el día extra (365a o 15 de marzo), pero el acta no existe,
y el calendario de Enoc deja el acta donde deben estar durante un año 364 días que
tiene exactamente 24 horas en cada día. El calendario gregoriano añade días
adicionales mediante la reducción de minutos, por lo que arroja en el día de reposo y lo
lanza fuera de los días de fiesta del Eterno, y los coloca en un "Día Abominable", al
igual que el calendario lunar adelanta los festivales del Eterno hasta por 10 días:

Jubileos 6:31-37 “Así se inscribió y fijó en las tablas celestiales, sin pasarse de un año a
otro. Ordena tú a los hijos de Israel que guarden los años por este cómputo: 364 días el
año completo, y que no alteren las fechas de sus días y sus festividades, pues todo les
acontece según su testimonio: no pasen un día ni alteren festividad. Si infringen esto y
no las celebran según se les ordenó, alterarán todas las fechas, y los años quedarán
también desajustados: tanto estaciones como años se alterarán y transgredirán su norma.
Entonces todos los hijos de Israel errarán y no hallarán el curso de los años,
descuidarán el principio de los meses, la estación y el shabat, y equivocarán la norma
de los años. Pues yo sé, y desde ahora te lo hago saber, y no por cuenta propia, pues
ante mí está el libro escrito y establecida está en las tablas celestiales la distribución de
los días, que olvidarán las festividades de la alianza y seguirán, con las fiestas de los
gentiles, sus errores y su insipiencia. Habrá quienes observen el aspecto de la luna; pero
ésta varía las estaciones y se adelanta a los años, en cada uno diez días. Por eso tendrán
años que estarán alterados y harán infausto el día de revelación e inmundo el de
festividad, y los confundirán todos, los días santos como impuros, y los impuros como
santos, pues equivocarán los meses, las semanas, las festividades y los jubileos”.

El calendario de Qumran.

¿Hay alguna evidencia de que el calendario de Enoc fue usado alguna vez por los
israelitas para fijar sus fiestas?

Si, está comprobado que por lo menos un intento fue llevado a cabo. La comunidad de
Qumran, cerca de Jerusalén, poco antes de la era común, tenazmente usó el “calendario
de Qumran.” Ellos creían que las otras sectas judías estaban equivocadas al usar el
calendario lunar para fijar sus fiestas. Un estudio del calendario de Qumran muestra que
tenía 364 días y muchas de las características del calendario de Enoc. La sociedad de
Qumran creía que su calendario era el “verdadero”, y parece provenir de una
interpretación del calendario descrito en el Libro de Enoc.

ENOC 74: 12-17

“El sol y las estrellas llevan completo el año exactamente, tanto que ellos no
adelantan ni retroceden su posición ni un sólo día por toda la eternidad y
completan los años con perfecta justicia cada trescientos sesenta y cuatro días
(364). En tres años hay mil noventa y dos días (1092), en cinco años, mil
ochocientos veinte días (1820) y en ocho años dos mil novecientos doce días
(2912). Pero para la Luna sola sus días en tres años llegan a mil sesenta y dos
(1072) y a los cinco años le faltan cincuenta días, Ella tiene en cinco años mil
setecientos setenta días (1770) y así hay para la luna durante ocho años, dos mil
ochocientos treinta y dos días (2830). A los ocho años le faltan ochenta días. El año
se cumple regularmente según las estaciones del mundo y la posición del sol, que
sale por las puertas por las cuales nace y se oculta durante treinta días.

JUBILEOS 6:38

“ Por eso yo te ordeno y te conjuro que los exhortes, pues tras tu muerte tus hijos
se corromperán, no computando años de sólo 364 días, con lo que equivocarán
el principio de los meses, la estación, las semanas y las festividades, y comerán la
sangre de toda carne”.

JUBILEOS 6:28-34

“Por eso se los instituyó como fiestas memorables para siempre, y así están
establecidas y las registran en las tablas celestiales. Cada trece semanas, una fiesta,
y su conmemoración pasa de unas semanas a otras, de las primeras a las segundas,
de las segundas a las terceras y de las terceras a las cuartas; el total de los días de
esta regla son cincuenta y dos semanas, todas las cuales hacen un año completo.
Así se inscribió y fijó en las tablas celestiales, sin pasarse de un año a otro. Ordena
tú a los hijos de Israel que guarden los años por este cómputo: 364 días el año
completo, y que no alteren las fechas de sus días y sus festividades, pues todo les
acontece según su testimonio: no pasen un día ni alteren festividad. Si infringen
esto y no las celebran según se les ordenó, alterarán todas las fechas, y los años
quedarán también desajustados: tanto estaciones como años se alterarán y
transgredirán su norma. Entonces todos los hijos de Israel errarán y no hallarán el
curso de los años, descuidarán el mes nuevo, la festividad y el shabat, y
equivocarán la norma de los años”.

JUBILEOS 2:9

“Adonai puso el sol sobre la tierra como gran señal de días, semanas, meses,
festividades, años”, septenarios, jubileos y todas las estaciones”.

JUBILEOS 4:21

“ Enoc estuvo con los ángeles de Adonai seis años jubilares. Ellos le mostraron
cuanto hay en la tierra, en los cielos y la regla del sol, y lo escribió todo”.

EN CUANTO A LA LUNA AUNQUE NO MARCA EL PRINCIPIO DE LOS


MESES, ELLA SIRVE PARA CALCULAR SEMANAS, LA LUNA ERA USADA
ANTERIORMENTE POR LOS MARINEROS PARA CALCULAR ELTIEMPO
QUE HABIAN PERMANECIDO EN ALTAMAR. SIN EMBARGO LA
IMPORTANCIA MAYOR DE LAS FASES DE LA LUNA SE USAN PARA LA
AGRICULTURA, LA LUNA NOS INDICA EL MEJOR TIEMPO
PARA SEMBRAR Y EL MEJOR TIEMPO PARA COSECHAR
CURRENT MOON
La Fase Lunar de al lado es el lunar phase
Calculo Astronomico Actual.

Fase Lunar Astronomica


El Mes Nuevo NO se determina
por la Uña de la LunaCreciente.
Recordamos a nuestros lectores
que medimos los Tiempos y
Meses Nuevos del Creador con
el Calendario dado a Enoc

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