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Bibliomanía 4

Bibliografía y otra documentación

Jacques Lacan
Seminario 10 et 11, Presentación de Memorias de un neurópata, Alocución sobre
la psicosis en la infancia, Nota sobre el niño, y otros textos.
Teoría sobre las psicosis (1964-1969)
Sumario

Presentación………………………………………………...……………………………………………………..3

La angustia………………………………………………………………………………………………………...4

Los 4 conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964)…………………………………………………………4

Presentación de las Memorias de un neurópata (1966)…………………………………………………………...5

Psicoanálisis y medicina. El lugar del psicoanálisis en medicina (1966)………………………………………...6

La ciencia y la verdad (1966)…………………………………………………………………………………......6

El objeto del psicoanálisis (1966)…………………………………………………………………………………6

Lugar y origen y fin de mi enseñanza (1967)………………………………………………………………….......7

Breve discurso de Lacan a los psiquiatras de Sainte Anne (1967)……………………………………………......7

Alocución sobre las psicosis del niño (1967)………………………………………………………………….......8

Introducción de Scilicet como título de la revista de la Escuela (1968)……………………………………….....8

Nota sobre el niño (1969)…………………………………………………………………………………………8

2
Presentación

En la segunda parte de la década de los 50, Jacques Lacan establece su teoría clásica de las psicosis sobre la
teoría del significante tanto en el Seminario III como en De una cuestión preliminar (Ver Bibliomanía 3). Sin
embargo, no hace allí ninguna referencia a la psicosis infantil.
En 1964, Maud Mannoni publica su libro El libro retardado y su madre, que introduce el tema de la debilidad
mental en psicoanálisis. Su tesis es que hay debilidad cuando hay fusión entre el cuerpo del sujeto y el de la
madre. Lacan responde a esta tesis en su Seminario afirmando que no es a nivel del cuerpo donde se produce la
fusión, sino a nivel de la cadena significante en la holofrase entre S1 y S2, donde encontramos continuidad.
Seguidamente sitúa una serie de casos donde el sujeto se articula con el fantasma y no con el síntoma del Otro:
“El niño débil se sitúa respecto a ese algo que lo reduce la madre (…), es decir, el objeto a”. “Es por eso que la
dimensión psicótica se introduce en la debilidad mental” (Seminario XI, pp. 245-246). Esta dimensión psicótica
del débil no es lo mismo que un desencadenamiento psicótico en un débil.
Pocos años después, sin embargo, Lacan retomará la cuestión en su clausura de las Jornadas sobre Infancia
alienada y en sus cartas a Jean Aubrey –ambos textos publicados en los Otros escritos, como “Alocución sobre
la psicosis del niño” (1967) y “Nota sobre el niño” (1969).
Por otro lado, en su “Presentación de Memorias de un Neurópata” (1966), Lacan sitúa una centralidad del goce
que no estaba en la teoría clásica. La polaridad entre el sujeto del goce y el sujeto del significante permitirá, nos
dice, “una definición más precisa de la paranoia como identificando el goce en el lugar del Otro como tal”
(Otros escritos, p. 233).
La década de los 60 es prolífica en comentarios de Jacques Lacan sobre las psicosis. Presentamos aquí algunos
de ellos.

3
Jacques Lacan, El Seminario, libro X: La angustia (1962-1963), Buenos Aires, Paidós, 2006.

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“Aquí se inscribe la posibilidad de ese fantasma del cuerpo despedazado que algunos han encontrado en los
esquizofrénicos. (…) He señalado el mérito de una investigación (…) que connotaba lo que la madre del
esquizofrénico articula de aquello que habría sido su hijo en el momento que se encontraba en su vientre ⎯nada
más que un cuerpo inversamente cómodo o molesto, o sea la subjetivación de a como puro real”.

Jacques Lacan, El Seminario, libro XI: Los 4 conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964).

245-6
“…Me atrevería a formular que cuando no hay intervalo entre S1 y S2, cuando el par de significantes se
solidifica, se holofrasea, obtenemos el modelo de toda una serie de casos ⎯si bien hay que decir que el sujeto
no ocupa el mismo lugar en cada caso”.
(…)
“Por ejemplo, la dimensión psicótica se introduce en la educación del débil mental en la medida en que el niño,
el débil mental, ocupa el lugar (…) de ese S, respecto a ese algo a que lo reduce la madre ⎯el mero soporte de
su deseo en un término oscuro. Nuestra colega Maud Mannoni, en un libro que acaba de salir y cuya lectura les
recomiendo, trata precisamente de designar esto…
“En la psicosis, con toda seguridad, se trata de algo del mismo orden. Esta solidez, esta captación masiva de la
cadena significante primitiva impide la apertura dialéctica que se manifiesta en el fenómeno de creencia.
“En el fondo de la propia paranoia, tan animada en apariencia, por la creencia, reina este fenómeno del
Unglauben. No el no creer, sino la ausencia de uno de los términos de la creencia, el término donde se designa
la división del sujeto”.

4
Jacques Lacan, “Presentación de las Memorias de un neurópata” (1966), en Otros escritos,
Buenos Aires, Paidós, 2012.
Publicado en 1966 en Cahiers pour l’analyse nº 5.

232
[Memorias de un neurópata] “La soltura que aquí se permite Freud, decisiva en este punto, es simplemente la de
introducir en él al sujeto en tanto tal, lo que quiere decir no evaluar al loco en términos de déficit y de
disociación de funciones. Cuando la simple lectura del texto muestra con evidencia que no hay nada semejante
en este caso”.
(…)
“Dar crédito al psicótico no iría en este caso más lejos que en cualquier otro, tratado tan liberalmente: abrir
puertas abiertas no implica en absoluto saber a qué espacio abren”.

233
“Cuando leamos más adelante bajo la pluma de Schreber que este ofrece el soporte para que Dios o el Otro goce
de su ser pasivizado, en tanto que se empeña en no dejar nunca que en el mismo flaquee una cogitación
articulada, y que basta que él se abandone al pensar-nada para que Dios, ese Otro hecho de un discurso infinito,
se sustraiga, y que de ese texto desgarrado, en que él mismo se convierte, se eleve el alarido que califica de
milagroso, como para dar fe que el desamparo que él revelaría ya no tiene nada que ver con ningún sujeto, no
está allí sugerido que uno se oriente únicamente con los términos precisos que provee el discurso de Lacan
sobre Freud?
La temática que medimos por la paciencia que exige el terreno donde lo tenemos que hacer escuchar en la
polaridad, la más reciente en ser promovida allí, del sujeto del goce y del sujeto que representa el significante
para un significante siempre otro, ¿no es eso lo que nos permitirá una definición más precisa de la paranoia
como identificando el goce en ese lugar del Otro como tal?”.

233-234
“Ciertamente el conocimiento paranoico de todo oque se engalana como conocimiento, es el menos obsceno
pero no por ello disminuye su carácter obtuso”.

235
“Ojalá ellos puedan recordarles a quienes pueden llegar a escuchar lo que dijimos de la implicación en el
síntoma del sujeto supuesto saber en la víspera de una jornada sobre la clínica, como el hecho de que la
concepción del trastorno psiquiátrico es asunto del clínico ⎯lo cual impone el único abordaje de este texto
conmovedor⎯.
Es que el llamado clínico debe adaptarse a una concepción del sujeto de la cual resulta que como sujeto no es
ajeno al vínculo que lo coloca para Schreber bajo el nombre de Flechsig, en posición de cierta erotomanía

5
mortificante, y que el lugar que tienen en al fotografía sensacional con la que se abre el libro de Ida Malcapine,
es decir, delante de la gigantesca imagen mural de un cerebro, tiene un sentido en el asunto.
No se trata aquí de ningún acceso a un ascetismo místico, tampoco de ninguna apertura efusiva a la vivencia del
enfermo, sino de una posición a la cual solo introduce la lógica de la cura”.

Jacques Lacan, “Psicoanálisis y medicina. El lugar del psicoanálisis en medicina” (1967). Inédito.
Conferencia durante una mesa redonda del Collège de Médecine, en La Salpêtrière, 16 de febrero de
1966.

“… La cuestión que se trata de situar se esclarecerá por medio de otras referencias. Pienso que aquí, aunque ante
una asistencia en su mayoría médica, no se me pedirá que indique lo que Michel Foucault nos aporta, en su gran
obra, de un método histórico-crítico para situar la responsabilidad de la medicina en la gran crisis ética (es decir,
en lo tocante a la definición del hombre) que él centra alrededor del aislamiento de la locura; tampoco que
introduzca esa otra obra, El nacimiento de la clínica, en tanto que en ella está fijado lo que comporta la
promoción por parte de Bichat de una mirada que se fija sobre el campo del cuerpo en ese corto tiempo en que
éste subsiste como vuelto a la muerte, es decir el cadáver”.

Jacques Lacan, “La ciencia y la verdad” (1966), en Escritos 2, Madrid, Biblioteca Nueva,Notres
2013.

830
“…Nuestra ciencia debe interrogarse en su relación con ese aspecto en el que se sostendría la ciencia: que de la
verdad como causa no querría saber nada.
Se reconoce aquí la fórmula que doy a la Verwerfung o preclusión” (…). Sin duda lo que hemos dichos de las
relaciones de la Verwerfung con la psicosis, especialmente como Verwerfung del Nombre del Padre, viene aquí
aparentemente a oponerse a esta tentación estructural”.

Jacques Lacan, “El objeto del psicoanálisis” (1966), en Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012.
Reseña del Seminario de 1965-1966.

237-238
Hemos aportado la topología que permite restablecer la presencia del percipiens mismo en el campo en el que
sin embargo es perceptible, cuando lo es incluso en demasía en los efectos de la pulsión (exhibicionismo y
voyeurismo).
Esta topología que se inscribe en la topología proyectiva y las superficies del análisis situ no debe ser tomada
como se toman los modelos óticos en Freud, como metáforas, sino claramente como para representar la
estructura misma. Ella da cuenta de la impureza del perceptum escópico, al reencontrar lo que habíamos creído

6
poder indicar de la presencia del percipiens, irrecusable en razón de la marca que arrastra del significante,
cuando se muestra amonedada en el fenómeno nunca concebido de la voz psicótica.

Jacques Lacan, “Lugar, origen y fin de mi enseñanza”, en Mi enseñanza, Buenos Aires, Paidós,
2011.
Conferencia pronunciada en 1967 en el Centro Hospitalario del Vinatier en Lyon.

39
“Clérambault me aportó cosas. Me enseñó simplemente a ver lo que tenía delante de mí, un loco. Como
conviene a un psiquiatra me lo enseñó interponiendo entre yo y eso, un loco (…) una bonita teoría que es el
mecanicismo. Siempre se la interpone cuando se es psiquiatra.
Entonces uno se encuentra frente a un tipo que tiene lo que Clérambault llamaba “automatismo mental”, es
decir, un tipo que no puede hacer un gesto sin que esté comandado, sin que se le diga ⎯“el muy bandido va a
hacer esto”.

39-40
“Naturalmente, sobre el automatismo mental, como él lo llamaba, no olvidé la lección. (…) Dicho esto, él veía
muy bien las cosas, lo cual quiere decir que antes que él nadie había percibido la naturaleza de este automatismo
mental”

Jacques Lacan, “Breve discurso de Lacan a los psiquiatras de Sainte Anne” (10.11.1967).
Conferencia en el anfiteatro Magnan del Hospital Sainte-Anne en el marco del Cercle d’études
psychiatriques creado junto con Henri Ey en 1966.

“Hay algo que no va del lado de la comprensión cuando se está en presencia de lo que de todos modos, hay que
decirlo, es el corazón, el centro del campo del psiquiatra y hay que llamarlo por su nombre: el loco. Psicótico, si
ustedes quieren”.

“Los hombres libres, los verdaderos, son precisamente los locos. No hay demanda de a pequeño, él tiene su a
(petit a), por ejemplo es lo que él llama sus voces. Y por lo cual ustedes están angustiados en su presencia y con
toda razón porque el loco es el hombre libre.
No se sostiene en el lugar (lieu) del Otro, del gran Otro, por el objeto a; al a, él lo tiene a su disposición. El loco
es verdaderamente el ser libre. El loco, en este sentido es de cierto modo este ser de irrealidad, esta cosa
absurda, absurda... magnífica por otra parte como todo lo que es absurdo. Al buen Dios de los filósofos se lo ha
llamado causa sui, causa de si. Digamos que él tiene su causa en el bolsillo, es por eso que es un loco; es por
eso que ante él tienen una sensación muy particular que es lo que debería, entre nosotros, constituir el progreso
—progreso capital—, que podría resultar del hecho de que algún día algún psicoanalizado se ocupe
verdaderamente del loco.

7
Jacques Lacan, “Alocución sobre las psicosis del niño” (1967), en Otros escritos, Buenos Aires,
Paidós, 2012, pp. 381-391.
Pronunciada el 22 de noviembre de 1967 como conclusión de las Jornadas sobre el tema.

381-382
“Para llevar el todo a su fin más justo tuve que contradecir el órgano-dinamismo del que Henri Ey se ha erigió
en promotor. Por eso me expresaba en estos términos sobre el hombre en su ser: ‘Lejos de que la locura sea la
falla contingente de las fragilidades de su organismo, ella es la virtualidad permanente de una falla abierta en su
esencia. Lejos de ser un insulto a la libertad (como lo enuncia Ey) es su compañera más fiel, sigue su
movimiento como una sombra. Y el ser del hombre no solamente no puede ser comprendido sin la locura, sino
que no sería el ser del hombre si no portara en sí la locura como límite de su libertad.
A partir de eso, no les puede parecer extraño que en nuestra reunión hayan confluido las preguntas referidas al
niño, a la psicosis y a la institución. Les debe de parecer natural que en ningún lugar más que en estos tres temas
se evoque más constantemente la libertad”.
(…)
“En cuanto al niño, al niño psicótico, esto desemboca en leyes, leyes de orden dialéctico, que están en cierto
modo resumidas en la pertinente observación que hizo el doctor Cooper, esto es, que para obtener un niño
psicótico es necesario el trabajo de al menos dos generaciones, siendo él mismo el fruto de la tercera.
Que si finalmente se plantea la cuestión de una institución que esté propiamente en relación con ese campo de la
psicosis, se comprueba que siempre en algún punto de situación variable prevalece en ella una relación fundada
con la libertad”.

383
Aquí no hay que descuidar la perspectiva desde la cual Oury pudo formular hace un rato que en el interior de lo
colectivo, el psicótico esencialmente se presenta como el signo, signo en impasse, de lo que legitima la
referencia a la libertad”.

Jacques Lacan, “Introducción de Scilicet como título de la revista de la Escuela”, 1968, en Otros
escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012.

305
“No voy a recordar lo que resulta, ahí donde un sistema simbólico se remite al ser por necesitar que se lo hable,
por el hecho de que allí se opera una Verwerfung, es decir el rechazo de un elemento que le es sustancial. La
fórmula es una piedra angular de mi enseñanza: él reaparece en lo real”.

Jacques Lacan, “Nota sobre el niño”, 1969, en Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012.

393
“El síntoma del niño se encuentra en posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura
familiar”.
“El síntoma (…) se define en ese contexto como representante de la verdad”.
“El síntoma puede representar la verdad de la pareja en la família. Es este el caso mas complejo pero más
abierto a nuestras articulaciones”.
“La articulación se reduce mucho cuando el síntoma que llega a predominar depende de la subjetividad de la
madre. En este caso, el niño esta involucrado directamente como correlativo de un fantasma”.

8
394
[El niño] “Deviene el objeto de la madre y ya no tiene otra función que la de revelar la verdad de ese objeto”.
“El niño realiza la presencia de lo que Jacques Lacan designa como objeto a en el fantasma.
Satura al sustituirse a ese objeto el modo de carencia en el que se especifica el deseo (de la madre), cualquiera
que sea su estructura especial: neurótica, perversa o psicótica”.
(…)
“Resumiendo, el niño en la relación dual con la madre le da, inmediatamente accesible, lo que le falta al sujeto
masculino: el objeto mismo de su existencia, apareciendo en lo real. De ello resulta que a medida que algo de lo
real él presenta, está ofrecido a un mayor soborno en el fantasma”,

Fragmento de la nota escrita a mano por Lacan a Jean Aubrey y publicada después en Ornicar ? nº 37, 1986.

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