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YO ME LLAMO

Yo me llamo “Su condición de calidad”. Esa fue la frase expresada por la maestra,
cuando en mi calidad de rectora por encargo le pedí se preparara para sustentar en
media hora la condición 11 ante la funcionaria de Secretaría de Educación
Departamental en el marco del acompañamiento de SeEduca a la Escuela Normal
Superior Mariano Ospina Rodríguez como preparación a la visita de verificación de las
condiciones básicas de calidad del MEN.
Profe, usted se llama …

No Lucía, mi nombre es “Su condición de calidad”. Así me lo escribió usted en el


asunto del correo.

Sí es verdad, así lo escribí, tal vez en el afán de hacer las cosas rápido, pero pregunte
a los demás compañeros y a todos les escribí el mismo asunto.

Y más sorpresa aun cuando la compañera del lado en la sala de profesores se para y
dice: Lucía, usted por el correo nos tiene acostumbrados siempre a saludar: buenos
días, buenas tardes, buenas noches y a tratarnos por el nombre.

Si profes, acá en la sala está también la profe de artística y a ella le escribí lo mismo.
¿Verdad maestra que le escribí igual? Ella con su mirada atónita, de asombro, no
contestó, solo se limitó a escuchar.
Profes, no era mi intención, pido disculpas si las ofendí con el trato.

Llego a la oficina de rectoría con un nudo de desazón en la garganta; el equipo


de trabajo observó mi actitud de desconcierto, ese malestar interior que experimentaba
ante el reclamo de mis maestras por el trato que les daba. Me preguntaba y nos
preguntábamos, ¿por qué tan sensibles, por qué se pegan de cosas tan sencillas y con
todo el trabajo que hay?

Y es que desde el año anterior, yo venía pregonando en el espacio institucional y


en otros espacios, que hoy, ser directivo, ser maestro, implica incluir la sensibilidad
para movilizar, para transformar la cultura institucional, que permita transformar modos
y prácticas institucionales desde los mismos actores de la institución, construyendo y
fortaleciendo una cultura propia y pertinente al contexto y dinámicas cotidianas.
Llega la maestra a sustentar su condición 11 en un tono grosero y desafiante y
lee cómo la Escuela Normal incorpora en el plan de estudios del Programa de
Formación Complementaria los contenidos y las prácticas pedagógicas relacionadas
con los temas de enseñanza obligatoria en la educación preescolar y básica primaria y
en coherencia con el modelo pedagógico crítico social. La funcionaria de SeEduca con
su buen trato y lenguaje positivo logra mediar con preguntas claves hasta terminar con
un ambiente agradable en la mesa de trabajo.
Es en el proceso de resignificación del Proyecto Educativo Institucional – PEI –
que la propuesta de gestión administrativa de “liderazgo distribuido” se articula con dos
conceptos claves: tacto pedagógico y lenguaje apreciativo, conceptos que ofrecen hoy
la oportunidad a los maestros y directivos de comprender y vivir la gestión educativa
como un proceso profundamente humano, donde directivos, maestros, estudiantes,
padres de familia y personal de servicios administrativos y generales tienen la
oportunidad de desarrollar capacidades de liderazgo y fomentar el trabajo en equipo,
participando en diferentes procesos estratégicos, misionales, de comunidad y de
apoyo, y dando respuesta a las necesidades de formación que contribuyan al
mejoramiento de la calidad educativa.
El tema de Gestión Educativa y Humanización1 en la Escuela Normal Superior,
permite pensar en dos conceptos claves para la Gestión Educativa hoy: tacto
pedagógico y lenguaje apreciativo, donde los protagonistas, directivos y docentes,
permiten generar hábitos cotidianos en las acciones y transformar posturas explícitas e
implícitas. Gestionar es hacer que las cosas sucedan y uno de los principios básicos de
la gestión es el reconocimiento del valor de las personas en la organización.

Y entonces, ¿qué es el tacto pedagógico? Pregunta una maestra en el Encuentro de


Comunidades de Aprendizaje Fredonia. El tacto pedagógico es una cualidad especial
de la interacción humana, resume la sensibilidad ética-intelectual (2014) con la que el
maestro y directivo debe realizar su quehacer. Esa sensibilidad es fundamental.
Intuitivamente y por experiencia, muchos estudiantes se quejan de esta carencia
cuando afirman de un maestro o directivo que “sabe mucho, pero no sabe transmitir, no
le entendemos”; “es un pedante, se cree el mejor”; “humilla al estudiante”; “habla de
todo menos de la materia”; “tiene favoritismos”; “injusto”; “majadero”; “falta mucho a
clase”; “no viene preparado”; “se enoja cuando le cuestionamos algo”; “sólo ve su punto
de vista”… etcétera. Los estudiantes podrán no conocer la materia, pero perciben si los
profesores, además de saber su materia y sobre todo saber enseñar, también muestran
genuino interés en ayudar al aprendizaje del estudiante. Eso es fácil de percibir. Y es la
base de la confianza y respeto, condiciones esenciales en la relación educativa, que
comporta sentimientos y afectividad. Herbart (1914) señala que el tacto se aprende en
la práctica, formándose por el efecto que experimentamos al actuar con tacto, con buen

1
Ponencia presentada en el Encuentro Nacional de la Red de Maestros Investigadores de las Escuelas Normales
Superiores de Antioquia realizado en Fredonia los días 30 y 31 de Agosto y 01 de Septiembre de 2017.
trato hacia los demás. Es una manera de ser, conocer y obrar. Aquí es apropiado el
juego de palabras “Que el contacto humano sea con tacto”. Aunque Herbart fue el
primero en desarrollar esa idea, no es el único en adoptar esa noción para referirse a
una cualidad especial de la interacción humana. Max Van Manen (1998) en su estudio
clásico sobre el tacto en la enseñanza, ha contribuido a desarrollar una teoría más
sistemática sobre el tacto pedagógico y entre sus propiedades están: preserva el
espacio de libertad e intimidad del educando; protege lo que es vulnerable; nos
previene y defiende del daño; reconstruye en un todo las partes o lo que se ha dividido
-pensar, hablar, sentir, actuar, creer-; acentúa y busca el bien del otro; acompaña el
crecimiento personal y aprendizaje del educando. En verdad, el tacto educativo no se
puede planificar. Podrá estar inspirado por ideas, pero se rige por los sentimientos y la
afectividad. Tener tacto es ser capaz de tener en cuenta los sentimientos de los demás.
Es ver una situación que reclama sensibilidad, entender el significado de lo que se ve,
sentir la importancia de la situación, saber qué hacer y cómo. El tacto educativo
subraya la dimensión terapéutica que puede tener la educación, rehaciendo lo que se
ha roto. Educar el tacto educativo, así, consiste en descubrir con mirada delicada las
aptitudes y capacidades del educando, y del propio educador, y hacerlas efectivas en la
creación del mundo que se pudiera y debiera habitar. Esa mirada es amorosa. Es la
sensibilidad pedagógica del maestro. Saber actuar con eficacia ante las situaciones
que ocurren en el aula, a establecer un clima de aprendizaje adecuado para sus
alumnos, de identificar las características de cada niño y joven; así como ser capaz de
mostrar seguridad, confianza, comprensión entre otros aspectos.
¿Cómo se manifiesta el tacto pedagógico? Existen varias maneras de describir cómo
se manifiesta el tacto en nuestra forma pedagógica de ser y actuar, como se puede
poner en evidencia:
 Retrasando o evitando la intervención. En muchas ocasiones como maestros
nos damos cuenta que nuestros alumnos no entienden o comprenden ciertos
conceptos o carecen de ciertas habilidades, no intervenimos, dándonos por
igual que aprendan o no, seguimos avanzando con nuestro programa no
interviniendo, ni preocupándonos en hacer algo para evitar esta situación,
creemos que con pararnos en frente ya estamos enseñando a nuestros
alumnos.
 Como receptividad a las experiencias del niño. Es muy común que como
maestros le reprochamos al alumno la falta de cumplimiento dentro del aula, la
falta de interés, pero realmente no nos involucramos a investigar el porqué de
esa situación, el de ir más allá, nos cerramos a la manifestación o a la
experiencia que está viviendo el estudiante en ese momento, les negamos la
amistad y la confianza para que ellos expresen lo que sienten o simplemente los
problemas que tienen en casa, por lo que es importante que como docentes
tengamos la atención necesaria hacia esos alumnos.
 Siendo sensible a la subjetividad. Cuando los grupos son muy numerosos se
dificulta que se le ponga la atención necesaria a cada uno de mis alumnos, ver
las necesidades que tienen, se dificulta la participación de cada uno de ellos, en
ocasiones hasta la pérdida de control del grupo, por lo que tiendo a levantar el
tono de mi voz para controlar nuevamente el grupo, unido a esto cuando a los
alumnos no les hacemos ver el sentido y la importancia del contenido
provocando en ellos la inquietud y disciplina, y por consiguiente volviéndome
menos tolerable con el grupo.
 Como una influencia sutil. Es muy importante tener en cuenta el trato hacia los
alumnos, el generar un clima de confianza, el platicar con los alumnos, el
generar alegría en ellos, lograr que no nos vean como enemigos, sino todo lo
contrario, todo ello para que la clase tenga éxito, y sobre todo saber cómo
aconsejarlos para lograr en ellos el desarrollo de sus habilidades y
conocimientos.
 Como seguridad en las diferentes situaciones. Es importante que como
maestros tengamos siempre un tono adecuado con todos los alumnos y los
grupos, sobre todo cuando se tienen situaciones impredecibles, de disciplina o
no previstas, comunicándoles de cierta forma a los alumnos nuestra seguridad
como maestros, y de esta manera poder controlar al grupo.
 Como el don de saber improvisar. Es vital que como docentes tengamos esa
seguridad y confianza en sí mismos, pero esto no se logra por sí solo, sino
requiere de mucha preparación, actualización, investigación y sobre todo
práctica, para poder manejar e improvisar las distintas situaciones que se nos
puedan presentar en nuestra práctica docente, favoreciendo con ello que los
alumnos tengan confianza en nosotros, lógico que al principio cuesta trabajo,
pero el tiempo y la experiencia nos van ayudando poco a poco.

¿Cómo consigue el tacto pedagógico lo que consigue? Se consigue con afectividad,


con la comunicación efectiva, con paciencia, con prudencia, con el buen trato, con un
buen tono para cada situación, con el respeto a las diferencias individuales. El tacto es
la forma de manifestarles a los alumnos que nos interesa que aprendan. El tacto y la
enseñanza mantienen estrecha relación, puesto que el aprendizaje será de calidad, en
la medida en que el profesor utilice las estrategias, el material y mantenga una
organización de la clase, lo cual se puede obtener, utilizando la competencia didáctica
y el tacto. Desde el momento en que recibimos a nuestros alumnos en el aula, la forma
de hablarles, el gesto que les mostramos refleja la actitud que tenemos como maestros
hacia nuestra clase, y no nada más la actitud sino el gusto por nuestra asignatura, y
sobre todo ya dentro del salón el interactuar con ellos, el hacerlos participes de la clase
va generando un ambiente agradable de trabajo y sobre todo si nuestro habla, nuestros
gestos son de afecto, de apoyo, de alegría, los alumnos se sentirán atraídos y en
confianza de poder participar e ir generando ese proceso de enseñanza-aprendizaje,
claro que en ocasiones utilizamos la mirada y los gestos para poder controlarlos o
marcarles ciertos límites.
¿Qué se consigue con el tacto pedagógico? Es una forma de actuar en la educación,
se refiere a las formas en que los padres y madres pueden actuar con los niños,
describen las formas en que los educadores pueden actuar en las relaciones de
enseñanza/aprendizaje, el tacto pedagógico permite:

 Preservar el espacio del niño (el crecimiento personal y el aprendizaje necesitan


espacio). Como profesores deberíamos estar conscientes de las necesidades
personales que tienen nuestros alumnos, los cambios físicos, biológicos y
mentales por los que están pasando, así como los distintos problemas que viven
en casa como desintegración familiar, económicos, la mala comunicación de
padres a hijos, entre otros; como maestros buscar la forma de apoyarlos.
 Protege lo que es vulnerable (la vulnerabilidad del niño debilita al adulto). De
cierta manera la debilidad y la vulnerabilidad del estudiante, le sirve para que los
docentes nos demos cuenta de que ellos están presentes, de que requieren de
nuestra atención, de que se encuentran desprotegidos, de que quieren que
alguien se responsabilice de ellos, por lo que como maestros debemos de ser
buenos, amables, y comprensibles con ellos.
 Evita el dolor (el dolor debe poder regularse al olvido). La distintas experiencias
que los alumnos viven en nuestras aulas, para ellos se pueden convertir en
pesadillas o dolor, miedo, desde un maltrato hacia ellos, una mala palabra, así
como una mala explicación de un contenido, sobretodo en nuestra asignatura de
matemáticas, por lo que es importante que antes de actuar analicemos lo que
vamos hacer, en cuestión de matemáticas desde el principio se las hagamos ver
fácil y que les nazca el gusto por ellas.
 Recompone lo que se ha roto (el tacto cura). Depende mucho de nosotros como
maestros que se sigan dando esos resultados negativos en la educación, que
sigamos enseñando únicamente para aprobar un examen, y no enseñemos para
la vida, que sigamos formando alumnos sin la preparación necesaria y
llevándolos al fracaso en su vida futura; de ahí que de nosotros como docentes
depende que enderecemos ese camino y corrijamos esos errores que se han
cometido, ¿cómo? Preparándonos y actualizándonos.
 Refuerza lo que es bueno (creer en un niño es reforzar a ese niño). Como
educadores debemos creer en nuestros niños, darles la confianza, de que son
responsables, lograr que ellos se valgan por si solos, evitar el rechazo o
hacerles ver las cosas negativas, sino al contrario apoyarlos y alentarlos que
pueden ser mejores.
 Resalta lo que es único (hay que estar siempre atentos a la singularidad del
niño). Debemos tener la capacidad de observar las diferencias entre cada uno
de nuestros alumnos, hacerles ver la importancia de ellas, y sobre todo evitar
tratar a todos de la misma manera, recordando que son seres humanos
características distintas) y no simples objetos.
 Favorece el crecimiento personal y el aprendizaje (El crecimiento personal es un
aprendizaje profundo). Debemos tener mucho cuidado en la forma de enseñar
un contenido, ya que de ello depende el aprendizaje que adquiera el alumno, su
forma de reflexionar y sobre todo el sentido que le puede dar a este, y de ello
depende mucho del docente en la utilización de estrategias y recursos
adecuados.

¿Y el lenguaje apreciativo, en qué consiste entonces? Pregunta un maestro en el


Encuentro de Red de Maestros Investigadores de las Escuelas Normales Superiores de
Antioquia – Redmena realizado en Fredonia. Lenguaje apreciativo es la capacidad de
ver y rescatar lo valioso y significativo de las personas, los sucesos y las cosas.
Manejar un lenguaje apreciativo es aprender a ver oportunidades y habilidades
personales donde otros sólo ven problemas, es descubrir y potenciar las habilidades
explícitas e implícitas de los integrantes de un equipo y con ello su motivación,
dedicación, implicación y efectividad, es sacar el máximo partido de sus propios
recursos y de los que le rodean. Es un lenguaje utilizado por las personas con
Inteligencia Apreciativa, competencia importante en la gestión y el liderazgo de un
directivo y maestro. Pero, ¿qué es la inteligencia apreciativa? Pregunta otra maestra. El
psicólogo Tojo Thatchenkery - Director de Desarrollo Organizacional - define
Inteligencia Apreciativa (2016) como “ver el poderoso roble que hay en la bellota”. Así
como un jardinero sabe que no necesita meter nada dentro de la “bellota”, sino tan sólo
plantarla en un lugar fecundo, regarla, cortar algunas ramitas, tener paciencia y darle
tiempo, la responsabilidad del directivo y del maestro no consiste en meter, sino en
sacar lo que ya está dentro, en descubrir la esencia de cada uno de sus maestros y
estudiantes, lo que le hace distinto, valioso, especial y único, en reconocerla y
potenciarla, respetando y facilitando su aprendizaje y desarrollo natural, haciéndola
crecer sin pretender transformarla en otra cosa, en lo que no es. La esencia de todos,
la que cada uno de nosotros tiene dentro de su “bellota”, nunca se pierde, siempre está
ahí, en lo más profundo… dormida, esperando a que alguien la ayude a despertar. La
Inteligencia Apreciativa es una excelente herramienta para ayudar a un buen líder a
aprender y enseñar a confiar en las capacidades del equipo, que es más importante
valorar más a las personas que a los números y que es muy importante rodearse de
gente con la misma visión y con las mismas motivaciones. El lenguaje apreciativo es
una valiosa herramienta para construir cultura de paz en los diferentes ámbitos de
interacción social.

El directivo y el maestro puede utilizar el lenguaje apreciativo y con él desarrollar la


inteligencia apreciativa, desde varias estrategias: Enfocarse en soluciones y no en
problemas: se fija en el potencial positivo que tienen las cosas. No busca los errores,
busca las soluciones. Así, me preguntaré “¿Qué puedo hacer para mejorarlo?” en lugar
de “¿En qué he fallado?” Evita las palabras negativas a toda costa, emplea un lenguaje
positivo. No es lo mismo decir “Esta vez no voy a equivocarme” que decir “Esta vez voy
a hacerlo bien”. No es lo mismo decirle a un estudiante: “Nos vemos en Noviembre”
que decirle: “Lo invito al Punto de Encuentro para explicarle por aparte”. El enfoque
en soluciones, debe ir acompañado de un vocabulario que ayude, y las palabras con
connotaciones negativas impiden sacar el 100% de rendimiento al Lenguaje
Apreciativo y al modo en que afrontamos cada reto. Centrarse en lo positivo de lo que
tiene alrededor: El Lenguaje Apreciativo no solo evita las palabras negativas. También
trata de sacar el máximo jugo a lo que nos rodea. Ser consciente de que “El Mapa no
es el Territorio”: Es decir, que yo veo el mundo a mi manera, no como es. Veo un
mapa, mi mapa. Luego, el resto de la gente verá con su mapa. Y debo respetar los
mapas de cada cual. Así, cuando alguien dé una opinión, no lo veré como un ataque a
mi manera de ver las cosas, sino como un punto de vista diferente del que pueda
obtener beneficios y aprendizaje. De este modo, me centraré en lo que podemos
obtener y no en las diferencias que nos separan. Evitar los prejuicios: Esta es la parte
más complicada para casi todo el mundo. El Lenguaje Apreciativo, al entender que hay
múltiples modos de entender y percibir la realidad, valora por igual todas las opiniones
e ideas. Por supuesto, todos tenemos un juicio propio y eso nos llevará a dar una
respuesta y una opinión. Pero evitar los prejuicios, facilita escuchar y valorar todas las
opciones, de modo que podamos encontrar todo lo que haya de positivo en ellas.

En conclusión, para conseguir tacto pedagógico y lenguaje apreciativo se hace


necesario partir de estrategias de gestión que reconozca los aspectos positivos de la
institución y las fortalezas del talento humano como elementos que favorecen una
cultura institucional en docentes y directivos. Estos conceptos son clave para que
cualquier institución educativa crezca y dé grandes frutos. Y todo eso depende de la
guía, del liderazgo de los directivos y maestros. El tacto pedagógico y el lenguaje
apreciativo son una invitación a establecer una cultura organizacional en la que se
crea, comparte e implementa el conocimiento de una manera intencional, activa y
disciplinada, es también una metodología de intervención para promover el cambio
social donde teoría, práctica e intervención se encuentran (Varona). Es una nueva
teoría del cambio con una visión sistémica del mismo, pues el cambio para ser efectivo
tiene que incluir a toda la organización. Es más un nuevo espíritu o actitud que una
nueva técnica o método. Es una invitación a realizar una revolución positiva que
comienza por uno mismo y que hace posible una nueva manera de ser y de actuar. Es
una búsqueda cooperativa de lo mejor que existe en la gente y en sus organizaciones.
“Rescatar el valor de lo humano es una labor que le compete a la educación”
Referencias bibliográficas

Appreciative Intelligence: Seeing the Mighty Oak in the Acorn Hardcover – May 14 2006
by Tojo Joseph Thatchenkery (Author), Carol Metzker (Author)

Herbart, Juan Federico (1914). Pedagogía general: derivada del fin de la educación.
Traducida por Lorenzo Luzuriaga.

Santos, José Manuel (2011). Director de formación y desarrollo de Evoluzion


Alternative Coaching.

Van Manen, Max (1998). El tacto en la enseñanza. El significado de la sensibilidad


pedagógica.

Varona Madrid, Federico (2009) La Intervención Apreciativa Una manera nueva


provocadora y efectiva para construir las organizaciones del siglo XXI. Ediciones
Uninorte Barranquilla, Colombia.

http://cea.uprrp.edu/wp-content/uploads/2014/03/etica-en-los-procesos-de-
ense%C3%B1anzaEL-TACTO-PEDAGOGICO.pdf

http://evoluzionbusiness.com/wp-content/uploads/2016/10/QUE-ES-LA-INTELIGENCIA-
APRECIATIVA.pdf

Lucía Peláez Vélez


Escuela Normal Superior Mariano Ospina Rodríguez
Fredonia
Diciembre de 2018

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