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Estudiante: Coromoto Flores.

Módulo 3: áreas y campos de investigación en la Antropología Física.


Tema 3.2 Osteología Antropológica: Osteopaleopatología / Paleopatología.

El ser humano ha tenido en todo tiempo y espacio interés por saber de sí mismo.
Deseos de conocer de dónde proviene, cómo y por qué está en este planeta y no dispuesto en
otro, y qué le reserva el futuro a su especie (Homo sapiens). La antropología, en cierta forma,
intenta dar respuesta a estas y otras preguntas, por tanto es la ciencia que se ocupa del ser
humano como parte de la naturaleza y como hacedor de cultura. Así lo expresa Zaid Lagunas
Rodríguez en “La Antropología Física: qué es y para qué sirve” (2002: 12).
A su vez señala que, al ser tan amplio el campo de estudio, así como el campo de
aplicación de los conocimientos generados, se requiere de una formación sólida para dominar
el bagaje teórico, metodológico y técnico de las diversas áreas que caen en el campo de acción
de antropología física, entre ellas la evolución biológica humana (paleoantropología), la
dinámica de poblaciones antiguas (osteología antropológica) o contemporáneas
(somatología), el crecimiento y desarrollo humanos (auxología), la primatología, la relación
salud- enfermedad, la ergonomía y el trabajo (Lagunas, 2002: 13).
En efecto, el campo de estudio a desarrollar en la presente investigación es la
osteología antropológica, consistiendo la misma en el conocimiento de las poblaciones
humanas del pasado más reciente en una perspectiva arqueológica (Lagunas, 2002: 13).

Etimología de la palabra Osteología: proviene del griego ὀστεολογία osteología,


de ὀστέον= osteón “hueso” y λογίαlogía = “tratado”, “ciencia”, “estudio” (Real Academia
Española, 2018).
Osteología humana como expresa Tim White junto a otros investigadores en el libro
Human Osteology, es el estudio de los huesos humanos. Comprende tres áreas principales:
 Contexto legal, tiene como objetivo la identificación de personas fallecidas
relativamente recientes. Denominado osteología forense, una división de la antropología
forense.
 Contexto antiguo, especificamente paleontológico. Por ejemplo los homínidos pre-
culturales pliocenos de África.

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 Contexto reciente, parte de un registro arqueológico. Por ejemplo los huesos humanos
en los centros aztecas de México narrados hace unos pocos cientos de años por los españoles
durante la “conquista” de México (White, Black y Folkens, 2012: 01).

Y es que el esqueleto forma el marco del cuerpo, mientras que los dientes forman una
interfaz directa entre el organismo y su entorno. Los huesos pueden llevar en su forma, o
morfología, la firma de los tejidos blandos con los que estuvieron asociados durante la vida,
incluidos los músculos, ligamentos, tendones, arterias, nervios, venas y órganos.
Estos tejidos blandos suelen desaparecer poco después de la muerte. Debido a que los
huesos y los dientes del esqueleto son resistentes a muchos tipos de caries, a menudo forman
el registro más duradero de la existencia de un individuo. Es posible estimar la edad, el sexo
y la estatura, también permite situar una variedad de patologías que el individuo puede haber
sufrido. El análisis de grupos de individuos puede ofrecer información sobre la estructura
poblacional prehistórica, las afinidades biológicas, los comportamientos culturales y los
patrones de enfermedad (White, Black y Folkens, 2012: 02).

Osteología Antropológica

Dedicada al estudio de la osamenta humana, estudia variabilidad física de las


poblaciones humanas extintas dentro del ambiente natural y social en que se desarrollaron.
Intenta devolver al hueso esa parte de función y vida que caracteriza a los seres animados.

“Pero la osteología antropológica no sólo se ocupa de conocer esta


variabilidad, sino que también examina las evidencias de las enfermedades
que padecieron los miembros de las poblaciones pasadas, y da cuenta de la
manera en que nuestro organismo es alterado su morfología por acciones
derivadas de la actividad física y los patrones culturales presentes en una
sociedad; (…)” (Lagunas, 2002: 15).

Por consiguiente, lo más interesante de la osteología antropológica es la


interpretación, de esta manera se pueden observar desde patologías (estudiadas por la

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paleopatología), condiciones de salud, crecimiento y desarrollo, hasta desgastes ocasionados
por actividad, que quedan marcados a modo de cicatrices.
De igual forma, argumenta Zaid Lagunas R por medio de la osteología
antropológica, es posible determinar la edad que tenía la persona al momento de su muerte y
el sexo al que pertenecía. Con estos datos intenta, por un lado, conocer las características
físicas de los individuos, y por otro intenta hacer inferencias de tipo paleodemográfico
(relativas al número de individuos de cada sexo y edad que conforman una población; las
edades más frecuentes a las que morían, y si morían más hombres, mujeres, jóvenes o niños);
es decir, la reconstrucción de fenómenos vitales a partir de los restos óseos (2002: 15).

Recorrido histórico (contexto universal y nacional)


En el contexto universal tiene que ver con el surgimiento de las áreas de estudio de la
antropología física, explican Doménec Campillo y Eulalia Subirá lo siguiente:

“El estudio de los temas, que actualmente se engloban en la


antropología física, tuvo su origen a mediados del siglo XIX y fue incluido
como un capítulo más de la anatomía, hasta que principios del siglo XX
alcanzó una mayor amplitud al asimilar nuevas materias que constituyen
(…), una superespecialidad, (…)” (Campillo y Subirá, 2004: 11).

Hay que destacar que:

“El inicio de esta especialidad coincidió con el descubrimiento de


los primeros hombres prehistóricos en el siglo XIX, lo que permitió
constatar la presencia de una diversificación morfológica no solo entre los
distintos grupos humanos en aquel entonces conocidos, sino también los
distintos caracteres de algunos de los hombres fósiles que se exhumaron,
en especial los del hombre de Neandertal” (Campillo y Subirá, 2004: 11).

Por otro lado, se encuentra también vinculado a la historia del proceso de


identificación. Precisamente José Vicente Rodríguez Cuenca en su texto La Antropología
Forense en la Identificación Humana (2004), sus bases fueron establecidas en Europa en el

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siglo XIX por las sociedades de Antropología fundadas en París (1859), Londres, Moscú
(1864), Madrid (1865).
 En 1859 Paul Broca, fundó la primera cátedra de Antropología, desarrollando las
bases del instrumental y medidas antropométricas que dieron inicio a la antropología
científica.
 En 1879 A. P. Bogdanov (1834- 1896), realizó la exposición de cráneos de medidas
cronométricas y fotografías antropológicas de 600 ejemplares de varios pueblos.
 En 184 Francis Galton, realizó evaluaciones antropométricas en más de 10.000
personas en la Exposición Internacional de Sanidad de South Kensington, Reino Unido,
analizó más de 2500 huellas de dedos pulgares.
 En 1893, en España, Telésforo de Aranzadi publicó con Hoyos Sainz la técnica
antropológica y el Manual de Antropometría (pág. 11).

La identificación de restos óseos de personas desaparecidas ha recibido un fuerte


impulso desde los años 50 del siglo XX, gracias al desarrollo de estándares para la estimación
del sexo, edad, filiación poblacional, estatura, caracteres individuales y reconstrucción facial.
Son los siguientes:
 La craneometría (Martin, Alexeev, Howells, Neves, Rodríguez).
 Antropología Dental (Dahlberg, Turner, Zoubov, Jaldeeva, Pompa, Rodríguez).
 Técnicas de reconstrucción facial (Guerasimov, Lebedinskaya, Neave, Gatliff,
Rodríguez).
 Metamorfosis de la sínfisis púbica (Todd, Steward, Mekern, Brooks, Suchey).
 Obliteración de las suturas craneales (Broca, Deroberts, Lovejoy).
 Metamorfosis de las costillas (Loth, Iscan).
 Reconstrucción matemática (Manovrier, Trotter, Gleser, Genovés).
 Anatómica de la estatura (Fully, Pineau).
Establecieron las bases de la osteología antropológica (Rodríguez, 2004: 12).

Recorrido histórico en Venezuela


En un artículo de Livia Margarita Muñoz Andrade, “La Antropología Forense en
Venezuela”, expone el inicio de esta área de investigación:

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Hacia la década de los 50, en Venezuela surge la Policía Técnica Judicial (PTJ), donde
se incluye especialidades o carreras afines relacionadas con el área forense. A lo largo de esos
años, Adelaida Díaz Ungría, antropóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela
(UCV) era solicitada por el mencionado organismo para realizar análisis antropológicos de
restos óseos en algunos casos los cuales se requería su intervención. Sin embargo, es durante
los años 60, específicamente en 1968, que ingresa al organismo policial la antropóloga
Maritza Garaicoechea, graduada en la misma casa de estudios, convirtiéndose en la
fundadora del área de Antropología Físico- Forense en nuestro país. En sus inicios,
Garaicoechea se dedica al estudio de aquellos restos óseos que los funcionarios de la PTJ
encontraban en diferentes partes del territorio nacional (pág. 01).

Estos casos muchas veces se asociaban a personas que eran reportaban desaparecidas
por sus familiares y algunas veces se relacionaban con el delito de homicidio. Para el estudio
antropológico se utilizaban las técnicas de la antropología Física en cuanto a la
individualización de restos, el análisis de los patrones generales antropológicos como el sexo,
la edad, la estatura y la afinidad poblacional, lo cual constituye una cuarteta general
antropológica, la cual se unía a los caracteres particularizantes que permitían en muchos
casos establecer la identidad de los restos óseos estudiados (pág. 01).

Conceptos básicos
Antropología: 1. Estudio de la realidad humana. 2. Conjunto de ciencias que estudian
los aspectos biológicos, culturales y sociales del ser humano (RAE).
Hueso: Cada una de las piezas duras que forman el esqueleto de los vertebrados.
(RAE)
Osteología: parte de la anatomía que trata de los huesos (RAE).
Osteopatía: enfermedad ósea (RAE).
Patología: parte de la medicina que estudia las enfermedades (RAE).
Variabilidad: variación en el material genético de una población o especies.
Enfermedad: alteración más o menos grave de la salud (RAE).
Trauma: lesión duradera producida por un agente mecánico, generalmente externo
(RAE).

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Lesión: daño o detrimento corporal causado por una herida, un golpe o una
enfermedad (RAE)

Métodos, técnicas y estrategias que se emplean en el área


Expresa Zaid Lagunas Rodríguez que “el antropólogo físico obtiene su conocimiento
de las poblaciones desaparecidas de distintas maneras: mediante medidas y observaciones
efectuadas en los restos óseos (cráneo, mandíbula y los restantes huesos del esqueleto)”…
(2002: 15). Por ejemplo, a través de la longitud de los huesos largos se obtiene la estatura,
longitud y anchura del cráneo reconoce características de la cabeza y cara; el grado de
desarrollo de las marcas de las inserciones musculares en las piezas óseas, y su grosor,
permiten extraer datos sobre la mayor o menor actividad elaborada por los individuos en
vida.
La información que proporciona el esqueleto es múltiple y dependerá del objetivo de
cada investigación elegir las técnicas más idóneas.

a. Determinación del sexo.


a.1. En menores de 15 años o subadultos: en individuos inmaduros el diagnóstico
es mucho más complicado que en adultos. Esta limitación se debe a que en los restos
inmaduros los caracteres dimórficos asociados al sexo aún no se han desarrollado
completamente. “El dimorfismo sexual aumenta según crece el individuo y llega a ser
evidente a partir de la adolescencia, es decir desde los 15 años de edad, cuando las
características sexuales visibles están presentes en el esqueleto” (Lagunas y Hernández,
2009: 54).

Técnicas morfoscópicas (observación visual de ciertos rasgos), Boucher (1957)


describió las diferencias morfológicas en la pelvis infantil. Pompa y Padillas (1975)
propusieron formas específicas de la carilla articular sacro- ilíaco para niños y niñas (en
forma de L en masculino y de C o triangular en femenino) (Lagunas y Hernández, 2009: 55).
También se encuentran “técnicas morfométricas como estadísticas, complementando
los hallazgos con la confirmación del ADN nuclear” (Madrigal y González, 2016: 217).

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a.2. En individuos adultos: se basan en la observación de las características propias
de cada sexo y que son identificables en el cráneo y en los huesos ilíacos.
Cráneo y mandíbula. El cráneo masculino es de mayor tamaño, pesado, con huellas
de inserción muscular pronunciadas, sobre todo en la región occipital, y en las apófisis
mastoides masivas y bien desarrolladas. La región frontal es huidiza, con los arcos
supraorbitales pronunciados y el borde superior de las orbitas es más bien redondeado. El
cráneo femenino es de menor tamaño, ligero, con inserciones musculares menos marcadas y
las apófisis mastoides menos desarrolladas. La región frontal es abombada, los arcos
supraorbitales son desvanecidos y el borde superior de las orbitas es cortante.
La mandíbula femenina tiene más amplitud en el ángulo mandibular. La masculina
muestra mayor altura del cuerpo (Lagunas y Rodríguez, 2009: 56).
Cintura pélvica. Conformada por los dos huesos ilíacos y el sacro, es la región del
esqueleto que proporciona los rasgos más abundantes y seguros para la determinación del
sexo. En generala cintura pélvica femenina es más ancha y baja que la masculina, aunque es
más pesada y robusta. El ilíaco, en general, es más alto en esqueletos masculinos que en
femeninos: la forma y profundidad de la escotadura ciática mayor es más profunda y angosta
en masculinos, y menos profunda en femeninos (Lagunas y Hernández, 2009: 58).

b. Estimación de la edad de la muerte.


Es un procedimiento complejo, debido a que se valora es la edad biológica. Esta
depende del proceso de maduración en individuos infantiles y la degeneración en individuos
adultos.
b.1. En individuos menores de 15 años o subadultos: es menos complejo, porque
lo que se identifica es el grado de madurez. Se presentan los siguientes: grado de erupción o
brote de la dentición decidua, el desarrollo dental está más asociado con la edad cronológica
(tabla de referencia de Ubelaker, 1989).
Proceso del cierre de las epífisis de los distintos huesos. Esto se debe a que la fusión
de estas se da de manera ordenada y a una edad conocida, aunque con ciertas variaciones
según el individuo, el sexo o la población.
Existen diferentes métodos para estimar el rango etario a partir de la unión de las
epífisis. Los más conocidos son los de Todd y D’Errico (1928) sobre la clavícula, el de

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Greulich y Pyle (1950) sobre la mano y la muñeca, el de Pyle y Hoerr (1955) sobre la rodilla
o McKern y Stewart (1957) en el fémur, codo, tobillo, hombro, muñeca y rodilla. Todos los
autores coinciden al indicar que hay un marcado dimorfismo sexual, ya que en las mujeres el
final del crecimiento se produce un año o dos antes que en los hombres (Krogman e Iscan,
1986; Stewart, 1979). Por este motivo, lo correcto sería determinar el sexo antes de establecer
la edad del individuo (Trujillo-Mederos y Ordoñez, 2012: 143).
b.2. Estimación en individuos adultos: es difícil en aquellos que tienen más de 30
años, debido a que los cambios en el esqueleto son mínimos y no se hacen visibles. Por tanto,
lo que se evalúa es el grado de desgaste presentes en la columna vertebral y las grandes
articulaciones, como la coxo- femoral, la sacro ilíaca y el humero cubital.
Grado de desgaste dental, este método está basado en que, una vez que los dientes
han erupcionado, se comienzan a desgastar. Para aplicarlo hay que tener mucho cuidado con
factores como las patologías o el uso de los dientes como herramientas, ya que éstos pueden
falsear los resultados (Trujillo-Mederos y Ordoñez, 2012: 143).

c. Estimación de la estatura.
A partir de restos óseos se utiliza la longitud fisiológica de los huesos largos (húmero,
cubito, radio, fémur, tibia y peroné). Los elementos diagnósticos en la estatura del hombre
son el humero y fémur, y las mujeres la tibia (Madrigal y González, 2016: 221).
El crecimiento se detiene cuando se cierran las placas epifisiarias (21 años en mujeres
y 25 años en hombres). La estatura depende del tipo de población, sexo, edad, genes, postura,
nutrición, minerales, condiciones de salud y hábitos deportivos.
Métodos propuestos como los de:

Método osteométrico Genovés (1967), estudió una muestra de cadáveres de México


provenientes de clases socio- económicas bajas, con un grupo inicial de 280 cadáveres los
cuales dividió según características morfológicas de tipos raciales (indios, mestizos y
blancos), para finalmente reducirlo a 22 masculinos y 15 femeninos pertenecientes a grupos
indígenas, con los cuales se obtuvo las formulas por medio de huesos largos (Ríos, 2003:
111). Propuso ecuaciones de regresión lineal simple (estimación mediante un solo hueso) y
múltiples (combinación de huesos).

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Método anatómico de Georges Fully (1956), se basa en la suma de los segmentos
óseos que contribuyen a la longitud vertical del esqueleto (altura del cráneo, altura de los
cuerpos vertebrales, longitud del fémur, tibia y altura de calcáneo y astrágalo articulados) y
realizando una corrección por los tejidos blandos correspondientes. Posteriormente Fully y
Pineau (1960), desarrollaron un procedimiento nuevo sobre la misma muestra en el que solo
era necesario medir el segmento vertebral lumbar y la tibia o el fémur, sin necesidad de
correcciones por el tejido blando. Realizó mediciones en 164 esqueletos masculinos con
edades entre 18 y 65 años, y estatura variable entre 151 a 188 cm, provenientes de campos
de concentración de la Segunda Guerra Mundial (Ríos, 2003: 111).

Método de Feldesman (1990), la proporción genérica fémur/estatura proporciona


estimaciones confiables de la estatura y que esta proporcionalidad debiera ser empleada en
los casos cuando ni el género ni la línea ancestral de los restos óseos pudieran ser
determinadas (Ríos, 2003:113).

Método de reconstrucción de huesos fragmentados de Steele y Mckern (1969),


los restos óseos expuestos a la intemperie y los enterrados en suelos acido, presentan un nivel
de descomposición grave (huesos largos y vertebras se fragmentan) haciendo no posible la
estimación de la estatura, con los métodos mencionados anteriormente.

“Steele y Mckern (...) afinaron el método de Müller (…) basado en


el porcentaje de cada segmento en la composición total del hueso. Como
población de referencia utilizaron una muestra amerindia excavada entre
St. Francis y el río Mississippi en Arkansas (117 ejemplares).
Posteriormente Steele (1970) diseñó otras fórmulas aplicables a
caucasoides y negroides” (Rodríguez, 1994: 126).

d. Asignación de la afinidad racial o pertenencia a un grupo racial específico.


Representa uno de los elementos más debatidos para la identificación humana, debido
a que no existen grupos homogéneos, sino heterogéneos como es evidente. “El concepto de
“raza” es fundamentalmente biológico” (Comas, 1966: 535).

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Un concepto de raza “grupo humano cuyos miembros participan en su totalidad de
las características típicas y peculiares de la misma las cuales se transmiten de una a otra
generación” (Comas, 1966: 535).
No obstante, Juan Comas cita un concepto de Dobzhansky y Epling:

“la raza no es un individuo y no es un genotipo único, sino un


grupo de individuos, una población, en la que están presentes distintos
genotipos…Proponemos definir las razas como poblaciones caracterizadas
por sus distintas frecuencias de ciertos genes y estructuras cromosómicas”
(1966: 535).

Argumentan Cabalga, Parejo y Trabajo, que la determinación de la raza a partir de


restos óseos se torna compleja, porque los cruces entre distintas razas han propiciado a la
pérdida de la pureza de las mismas. Aun así, se establece genéricamente una clasificación
racial que engloba a las distintas poblaciones del homo sapiens: caucasoides (de origen
europeo y de la India del este), negroides (africanos) y mongoloides (asiáticos e indígenas
americanos); esto fue propuesto por el Antropólogo Físico Estadounidense Wilton Marion
Krogman (1903- 1987) (2015: 01).

Los métodos más empleados son: el morfológico y el métrico. Los restos óseos para
el estudio son el cráneo junto con la mandíbula, el sistema dental y el esqueleto post- craneal.

 El método Morfológico, comprende las características observables de las piezas


óseas, pertenecientes a cada grupo racial.
 El método Métrico, consiste en obtener mediciones a través de los distintos puntos
craneométricos.
 Sistema Dental, en cuanto al tamaño de los dientes, los mongoloides son los que
mayor tamaño de dientes poseen (macrodontos), seguido de los negroides (mesodontos) y de
los caucásicos (microdontos).
 Esqueleto post- craneal, presentan importancia por las diferencias en las estructuras
óseas, los huesos son clavículas, omóplato, húmero, radio, cúbito, fémur y pelvis.

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e. Identificación de huellas de la actividad ocupacional, referidas en el texto de
Lagunas y Hernández (2009) consiste en la identificación del esqueleto de las llamadas
entesopatías (entheses= sitio de inserción y pathos= lesión), que son modificaciones óseas
presentes en los sitios de inserción de músculos o ligamentos causadas por la hiperactividad
de los principales músculos responsables del movimiento. Pueden tener forma de crestas,
pozos, rugosidades o exostosis.

Las entesopatías más comunes en material osteológico son en forma de pozo, en el


sitio de inserción del ligamento costoclavicular. Involucra el extremo proximal de la
clavícula, aumentando de forma considerable el tamaño de esa región (común en individuos
que transportan grandes pesos sobre los hombros y quienes los levantan).

La entesopatía del epicóndilo medio del humero o región media de la tróclea humeral
es propia de los grupos que arrojan lanzas u objetos a grandes distancias para efectos de caza.

En la rótula se observa una en forma de excrecencias óseas sobre la superficie anterior


de la misma; y la otra en forma de muestra en el borde interior. Ambas son comunes en
personas que están mucho tiempo con las rodillas flexionadas o en cuclillas.

En el calcáneo se aprecian dos entesopatías: la primera por hiperactividad del tendón


de Aquiles (osteofitos en la zona de inserción del tendón); la segunda entesopatía plantar
(exostosis). Las dos se encuentran presentes en individuos que recorrían grandes distancias
sobre superficies irregulares, descalzos o con calzado plano.

Osteopatología / Paleopatología

Osteo= significa hueso (RAE, 2018).


Paleo= significa en general antiguo, primitivo (RAE, 2018).
Patología= parte de la medicina que estudia las enfermedades (RAE, 2018).

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Autores definen la Osteopatología como…”la rama de la antropología biológica que
estudia traumas y enfermedades en huesos” (Juarmain, Nelson, Kilgore y Trevathan, 2001).
Esta área de la antropología biológica se encuentra vinculada a la “Paleopatología es
el término utilizado para definir aquellos estudios sobre las enfermedades que pueden ser
detectadas a través de restos antiguos, ya se trate de cuerpos humanos momificados o de
simples esqueletos” (Madrigal y González, 2016: 227).

Fuentes de estudios
 Restos óseos, partes del organismo más resistentes al paso del tiempo.
 Huesos fosilizados, consiste en la petrificación del huesos, que en general, tiene lugar
al rellenarse las cavidades que ocupaba la sustancia orgánica por sustancias minerales.
 Restos momificados, consiste en un proceso de desecación de los tejidos blandos.
 Los coprolitos, son un hallazgo arqueológico frecuente, mayormente de animales.
Los estudios se basan en el hallazgo de semillas, fibras vegetales, polen, espinas de pescado,
entre otros.

Principales lesiones óseas en el esqueleto


 Traumatismos: Lesión o daño de los tejidos orgánicos o de los huesos producido por
algún tipo de violencia externa, como un golpe, una torcedura u otra circunstancia.
Fracturas, son los más comunes. Evento traumático que tiene como resultado la
discontinuidad completa o parcial de un hueso.
 Estados inflamatorios: en restos esqueléticos corresponde a padecimientos no
específicos, pueden ser ocasionados por varios microorganismos. Enfermedades periostitis,
osteítis, osteomielitis.
 Padecimientos infecciosos, causadas por gérmenes microscópicos. Enfermedades
como la tuberculosis, sífilis, lepra, yaws o frambesia.
 Tumores óseos, son el resultado de la proliferación no controlada de cualquiera de
los tejidos componentes del mesénquima osteogénico (hueso, cartílago, tejido fibroso o vasos
sanguíneos). Los tumores se clasifican en benignos (osteoma, exostosis), malignos
(osteosarcoma, condrosarcoma, sarcoma de Ewing).

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 Enfermedades osteoarticulares, dolores en huesos y articulaciones. Enfermedades
son osteoartritis, osteophytosis vertebral, artritis reumatoide, espondilitis anquilosante,
espondilartropia, artritis postraumática.
 Displasias óseas, es un cambio en la forma normal del hueso (afecta al cartílago y
hueso). Males acondroplasia, mucopolisacaridosis, osteogénesis imperfecta, osteopetrosis.
 Afecciones óseas de origen congénito, se manifiestan desde antes del nacimiento.
Por ejemplo, en el cráneo (ononcefalia, craneoestenosis, oxicefalia, escafocefolia).
 Trastornos metabólicos, enfermedades son las siguientes osteoporosis, escorbuto,
raquitismo, osteomalacia, leonteosis óseo.
 Trastornos endocrinos, como el gigantismo pituitario, acromegalia, enanismo
pituitario.
 De origen desconocido, enfermedad de Paget u osteítis deformante.

Recorrido histórico (contexto universal y nacional)


La primera definición de paleopatología, la expresa Sir Marc Armand Ruffer (1858-
1917) en el año 1913 como “la ciencia que ha podido demostrar la presencia de las
enfermedades en los restos humanos y de animales procedentes de los tiempos antiguos”
(Campillo, 1992: 42).
El nacimiento de la paleopatología lo ubicamos en Europa, siglo XVIII, cuando
Boucher de Perthes (1788- 1868) observa patologías en piezas óseas. El estudio de los restos
de los hombres fósiles dio lugar al nacimiento de la Paleoantropología, es decir, mientras se
examinaban las morfologías de nuestros ancestros, se señalaban las alteraciones que
presentaban.
En 1835, Philippe- Charles Schmerling (1790- 1836) explica que la mayoría de las
lesiones óseas se deben a factores mecánicos y externos, así como lesiones ajenas a esos
orígenes.
En 1856, en la cueva d Feldhofen (Alemania), se descubrió el hombre Neanderthal.
Rudolph Virchow (1821- 1902) lo creyó como individuo de cráneo patológico, por supuesto
fue un dictamen refutado por lo que presenciaron el primer caso pseudopatológico.
Paul Broca (1824- 1880) se le adjudica el descubrimiento de la trepanación craneal,
gracias al estudio de un cráneo peruano precolombino.

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Joseph Jones (1833- 1896), en América motivado por dichos estudios. Describe los
cambios patológicos y diagnostica lesiones de origen sifilítico.
Para 1900, Ruffer vivió en Egipto y allí se dedicó al estudio de patologías, con mayor
interés en las momias, desarrollando técnicas como la rehidratación de los tejidos para los
posteriores estudios (examen microscópico). En sus investigaciones descubrió lesiones
arteriales en las momias, tuberculosis pulmonar, la acondroplasia.

En el texto de Introducción a la Antropología Biológica, plantean que la


paleopatología se instruyó en los países latinoamericanos en los inicios del siglo XX,
relacionando enfermedades con los modos de vida de las personas; cuyo análisis era a nivel
individual. Luego a finales del siglo XX, en el análisis poblacional, surgen modelos teóricos
que buscan explicar el impacto de los procesos culturales de cambio en la salud de los grupos
humanos. Las lesiones que con mayor frecuencia se registran en materiales arqueológicas
son los procesos infecciosos, las lesiones osteoarticulares y los traumatismos (Madrigal y
González, 2016: 227).

En el contexto venezolano, los estudios de paleopatología, se le atribuye al Dr.


Antonio Requena (1911- 1973) antropólogo, educador. Consecuencia más que lógica de estar
un médico en diario contacto con el arte pre hispano y las osamentas de los hallazgos
arqueológicos, percatándose de algunas enfermedades entre los indígenas precolombinos
venezolanos. Por ejemplo los casos de tuberculosis nuevos en América; fue rechazado por la
comunidad científica. Hasta que en 1973, Allison, Mendoza y Pezzia y posteriormente Dalton
con el mismo grupo de investigadores, describen la tuberculosis en la momia de un niño inca
del 700 DC.

Fue de los fundadores y por muchos años director de la Escuela de Sociología y


Antropología (UCV). También fue de los fundadores y primer Presidente del Colegio de
Sociólogos y Antropólogos de Venezuela.

Métodos, técnicas y estrategias que se emplean en el área

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1. Análisis bioquímicos en hueso
Estudios de paleodieta y paleonutrición: los métodos químicos se utilizan para determinar
la composición química del hueso, ofrecen el mayor potencial para analizar el
comportamiento del cambio de alimentación en las poblaciones prehistóricas. El análisis de
los isótopos estables de estroncio/nitrógeno de proteína extraídos de los esqueletos humanos
que se utilizan para identificar las prácticas alimentarias de los infantes en las poblaciones
del pasado, incluyendo la calidad del agua con la que se preparaban dichos alimentos y su
ingesta, como líquido vital para los humanos.

2. El estudio del ADN antiguo: permite estudiar la variabilidad genética y relaciones


filogenéticas de las poblaciones del pasado.
3. Los análisis histológicos permiten el estudio microscópico de las lesiones óseas,
contribuyendo al diagnóstico diferencial a través de la identificación de patrones generales
de neoformación y/o destrucción ósea.
4. La radiografía convencional: empleada por su accesibilidad y menor costo en
relación a otros métodos diagnósticos, permite la observación de lesiones internas que no
pueden ser evaluadas a simple vista, mejorando su identificación y extensión (aunque puede
tener efectos negativos para la preservación del hueso).
5. La tomografía computada: hace posible el análisis de estructuras internas, pero con
una alta resolución y en múltiples ejes de visualización.
Estas técnicas, al igual que las imágenes tomadas a través de video-endoscopias, han sido
particularmente útiles en el estudio de restos momificados.
6. Estudios moleculares: la Next-Generation Sequencing (NGS), introducida en 2005, es
un método para la secuenciación de genomas (ADN y ARN) a partir de segmentos pequeños,
que produce resultados en mayor cantidad y con mayor rapidez. Usada también en
investigaciones para patologías en el pasado, como por ejemplo el cáncer y las enfermedades
infecciosas y autoinmunes.

Estado del Arte en Latinoamérica y Venezuela


Los estudios osteológicos en México, se le han incorporado tecnologías para elaborar
un registro formal y eficiente de los datos como programas de estadística. Gracias a ellos, la

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paleodemografía maneja grandes conjuntos de datos. El contacto de arqueólogos con la
antropología física, permiten que las investigaciones osteológicas se contextualicen en este
ámbito (arqueológico). Sumado a ello, los estudios químicos y moleculares para la
identificación de huellas en las piezas óseas (elementos como estroncio, bario, zinc, cobre),
proporcionan datos sobre la composición de la dieta y efecto sobre la salud de los individuos
(Serrano y Terrazas, 2000: 89).

En otro artículo más reciente, en el Laboratorio de Antropología Física del


Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina UNAM, exponen que se han
desarrollado metodologías para determinar el sexo de un individuo con los huesos de
la pelvis, manos y pies, además del cráneo. Desarrollaron el software ForCalc 1.1,
consiste en una plataforma susceptible a escalamiento, que permite realizar cálculos
para determinar el sexo a partir de funciones discriminantes utilizando los huesos de
la pelvis. Además, a corto plazo este programa computacional, integrará nuevas
ecuaciones de regresión lineal para estimar la estatura (Gómez- Valdés, 2012: 60).

En un estudio de la estimación de la estatura a partir de las dimensiones de la dentición


temporal, realizado en la Universidad Autónoma de Chile, encontraron una mayor exactitud
al aplicar una regresión lineal multivariada con un 57,5% de exactitud al considerar un rango
de ±5 cm y un 97% de exactitud al considerar un rango sobre la fórmula de ±10cm.
El modelo matemático descrito puede ser utilizado en diversas situaciones, ya que el
maxilar debido a su posición y al estar unido al cráneo presenta un menor índice de fractura
en comparación con la mandíbula en muertes traumáticas, lo que facilitaría su uso con todos
sus componentes dentarios, sin embargo este debe ser complementado con otros métodos
para la estimación de la estatura (Garrido, Zavando, Suazo, 2012: 142).

En Colombia realizaron estudios para estimar la talla o estatura de individuos a partir


de la longitud de la tibia, con el fin de generar una ecuación que permita predecirla.

“Se evaluaron 168 cadáveres a quienes se les practicó la autopsia


médico-legal, con edades comprendidas entre los 18 y 50 años. Se realizó

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la medición de la talla del sujeto y de la longitud máxima de su tibia luego
de su disección, y se estimó la correlación existente entre estas dos
variables a partir del coeficiente de correlación de Pearson y se aplica un
modelo de regresión lineal para generar una ecuación que permita predecir
la talla de un individuo a partir de la longitud de su tibia usando el paquete
estadístico STATA 8.0” (Mantilla, Cárdenas y Jácome, 2009: 305).

Los investigadores dieron como resultado que la longitud máxima de la tibia muestra
una excelente correlación con la estatura; lo cual permite que sea usada para generar
ecuaciones que permitan estimar la estatura, en contexto de los desaparecidos y otras áreas
de ciencias de la salud.

Finalmente el estado del arte en Venezuela, forma parte de las experticias


antropológicas forense post- mortem. Con la identificación de los cadáveres en distintos
estados: carbonización, calcinación, desmembramiento, descuartizamiento, putrefacción,
esqueletización. Entre los diferentes métodos se encuentran: 1) Estudio antropológico de
naturaleza y origen, estas experticias se orientan a la determinación de la naturaleza y el
origen de una pieza anatómica aislada, es decir, si es una pieza ósea humana u otro origen.
2) Estudio anatomo- antropológico, consiste en determinar las variables de la biología general
y particular, si varios segmentos anatómicos aislados corresponden o no a un mismo
individuo (comparaciones morfológicas, métricas y radiológicas). 3) Estudio de
identificación antropológica, se busca determinar el perfil osteobiográfico que incluye las
variables de la biología general como el sexo, edad, ancestría (patrón ancestral), estatura y
contextura ósea, aplicando métodos morfoscópicos, métricos y radiológicos tanto en restos
óseos como en un cadáver fresco o putrefacto, con especial interés cráneo y pelvis (Valera,
2018: 389).

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