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Cap. Intervención Pág.

Diálogo

II 4 31 1. Blandiendo la lanza frente a ella, le ordenó: «Quítate eso».


Úrsula no puso en duda la decisión de su marido. «Tú serás
responsable de lo que pase»(i), murmuró. José Arcadio clavó
la lanza en el piso de la tierra.
─Si has de parir iguanas, criaremos iguanas ─dijo─. Pero ya
no habrá más muertos en este pueblo por culpa tuya.
Después de que sus propios parientes trataran de evitar la unión entre
los primos por temor a que su descendencia tuviera el infortunio de
crecer con cola de cerdo, José Arcadio Buendía obliga a Úrsula a
consumar el matrimonio. Esto se lleva a cabo luego de que Prudencio
Aguilar, furioso tras perder un duelo de gallos, pone en duda la
Situación
hombría de José Arcadio Buendía.
Esta intervención aparece al inicio de la trama. Los interactuantes
pertenecen a la primera generación de la estirpe. Presenta el paso
hacia el éxodo que llevará a los actores a la configuración de
Macondo.
Úrsula Iguarán: Se encuentra en posición de subordinación frente a
su interlocutor. Acepta su determinación.
Interlocutores (i)
José Arcadio Buendía: Determina el curso de la acción en tanto que
anuncia, ordena y, por ende, regula la acción de Úrsula.
Esta intervención aparece al inicio de la trama. Los interactuantes
pertenecen a la primera generación de la estirpe. Presenta el paso
Distribución en la obra
hacia el éxodo que llevará a los actores a la configuración de
Macondo.
V 14 127 2. «¡Eres un asesino!», le gritaba Úrsula cada vez que se enteraba
de alguna nueva arbitrariedad. «Cuando Aureliano lo sepa te
va a fusilar a ti y yo seré la primera en alegrarme» (ii). Pero
todo fue inútil. Arcadio siguió apretando los torniquetes de un
rigor innecesario, hasta convertirse en el más cruel de los
gobernantes que hubo nunca en Macondo. «Ahora sufran la
diferencia», dijo don Apolinar Moscote en cierta ocasión. «Esto
es el paraíso liberal». Arcadio lo supo. Al frente de una patrulla
asaltó la casa, destrozó los muebles, vapuleó a las hijas y se
llevó a rastras a don Apolinar Moscote. Cuando Úrsula
irrumpió en el patio del cuartel, después de haber atravesado el
pueblo clamando vergüenza y blandiendo de rabia un rebenque
alquitranado, el propio Arcadio se disponía a dar la orden de
fuego al pelotón de fusilamiento.
―¡Atrévete, bastardo!― gritó Úrsula.
Antes de que Arcadio tuviera tiempo de reaccionar, le descargó
el primer vergajazo. «Atrévete, asesino», gritaba. «Y mátame
también a mí, hijo de mala madre. Así no tendré ojos para
llorar la vergüenza de haber criado un fenómeno» (iii).
Azotándolo sin misericordia, lo persiguió hasta el fondo del
patio donde Arcadio se enrolló como un caracol.
Situación Al crecer, Aureliano Buendía, segundo hijo de José Arcadio Buendía
y Úrsula Iguarán, y primer ser vivo nacido sobre Macondo, se
enamora y casa con Remedios la Bella, hija del de Apolinar Moscote,
corregidor enviado por el partido conservador para retener las ideas
liberales que se han venido dispersando por el país.
Tras la prematura muerte de Remedios la Bella, Aureliano se adhiere
a los ideales liberales y se adjudica el título de coronel. Decide
emprender la guerra contra el partido conservador, por lo que debe
salir de Macondo, dejando encargado del pueblo a su sobrino
Arcadio. Este implementa un modelo de régimen del cual Úrsula se
siente avergonzada.
La acción se encuentra ubicada en el primer capítulo dedicado a la
guerra bipartidista. Úrsula y Arcadio pertenecen a la primera y
tercera generación respectivamente.
Interlocutores (ii) Úrsula Iguarán: Dirige la acción. Intenta modificar la conducta de
su nieto a través de una sentencia de castigo a partir de una figura de
autoridad.

Arcadio: No se evidencia una respuesta en la propia voz del


personaje. Sin embargo, se observa por su accionar que las
recriminaciones de Úrsula no generaron perlocución en él.
Interlocutores (iii) Úrsula Iguarán: Determina el curso de la acción. Modifica la
conducta de su interlocutor, ubicándose como posición de autoridad
dentro de la estructura familiar.

Arcadio: No hay voz propia del personaje. Se encuentra en posición


de subordinación.
Distribución en la obra La acción se encuentra ubicada en el primer capítulo dedicado a la
guerra bipartidista. Úrsula y Arcadio pertenecen a la primera y
tercera generación respectivamente.
VIII 38 198 3. La víspera de la ejecución, desobedeciendo la orden de no
molestarlo, Úrsula lo visitó en el dormitorio. Cerrada de negro,
investida de una rara solemnidad, permaneció de pie los tres
minutos de la entrevista. «Sé que fusilarás a Gerineldo ─dijo
serenamente─, y no puedo hacer nada para impedirlo (iv).
Pero una cosa te advierto: tan pronto como vea el cadáver,
te lo juro por los huesos de mi padre y mi madre, por la
memoria de José Arcadio Buendía, te lo juro ante Dios (v),
que te he de sacar de donde te metas y te mataré con mis
propias manos» (vi). Antes de abandonar el cuarto, sin esperar
ninguna réplica, concluyó:
─Es lo mismo que habría hecho si hubieras nacido con cola
de puerco (vii).
Situación
Interlocutores (iv) Úrsula Iguarán:

Coronel Aureliano Buendía:


Interlocutores (v) Úrsula Iguarán:

Coronel Aureliano Buendía:


Interlocutores (vi) Úrsula Iguarán:

Coronel Aureliano Buendía:


Interlocutores (vii) Úrsula Iguarán:

Coronel Aureliano Buendía:


Distribución en la obra
XVII 71 381 4. […] Tuvo que agarrarse del quicio para que no la derribara la
pestilencia, pero no le hicieron falta más de dos segundos para
recordar que ahí estaban guardadas las setenta y dos bacinillas
de las colegialas, y que en una de las primeras noches de lluvia
una patrulla de soldados había registrado la casa buscando a
José Arcadio Segundo y no habían podido encontrarlo.
―¡Bendito sea Dios! ―exclamó, como si lo hubiera visto
todo―. Tanto tratar de inculcarte las buenas costumbres,
para que terminaras viviendo como un puerco (viii).
José Arcadio Segundo seguía releyendo los pergaminos. Lo
único visible en la intrincada maraña de pelos, eran los dientes
rayados de lama verde y los ojos inmóviles. Al reconocer la voz
de la bisabuela, movió la cabeza hacia la puerta, trató de
sonreír, y sin saberlo repitió una antigua frase de Úrsula.
― Qué quería ―murmuró―, el tiempo pasa.
―Así es ―dijo Úrsula―, pero no tanto (ix).
Situación Tras el estado de abandono en el cual queda
Esta es una de las últimas intervenciones de Úrsula en la trama. Hace
parte del capítulo en que muere. Presenta el estado de abandono en
el que se encuentra sometida la casa de los Buendía. Los
interactuantes pertenecen a la primera y cuarta generación.
Interlocutores (viii) Úrsula Iguarán

José Arcadio Segundo


Interlocutores (ix) Úrsula Iguarán

José Arcadio Segundo


Distribución en la obra Esta es una de las ultimas intervenciones de Úrsula en la trama. Hace
parte del capítulo en que muere. Presenta el estado de abandono en
el que se encuentra sometida la casa de los Buendía. Los
interactuantes pertenecen a la primera y cuarta generación.
Desde sus inicios, la historia de la familia Buendía se vio marcada por el infortunio. Válidos eran
los miedos de Úrsula Iguarán frente a la posibilidad de gestar descendencia con un hombre que
llevaba su propia sangre. La ironía del amor y la guerra fueron fundadores de Macondo de la
mano de una pareja de esposos, cuya mujer vivió casi un centenar de años cargando sobre sus
hombros el peso de una familia y un pueblo, y reprochando las acciones de esos seres a quienes
lo menos caótico que les hubiera podido suceder, sería haber nacido con una cola de puerco.

Desde el mismo instante en el que Úrsula se rindió al orgullo y pasiones de su marido, lo


responsabilizó por el futuro que estaban sellando y no dejó nunca de pronunciarse ante los actos
despreciables que cometió su estirpe. Son precisamente estos pronunciamientos los que
tomaremos en cuenta a lo largo del presente análisis. Nos interesa reconocer la manera en que
Úrsula en voz propia, recrimina a su familia y refuerza el aura de desgracia anticipado desde los
inicios.

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